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RECENSIONES 64I

democrática que han configurado el Complutense de Madrid, D. Julio Ruiz


m u n d o moderno y, quizás precisamente Berrio. Esta obra constituye un compen-
por ello, de que sus «intereses cognitivos dio inmejorable de datos a través de los
nucleares» se encuentran en peligro de ser cuales seguir paso a paso las aportaciones
subvertidos por otros intereses, con plena que paulatinamente fueron introduciendo
consciencia de que se trata de una institu- los diversos autores a lo largo de los
ción que vive amenazada y no puede dar siglos, conformando lo que hoy día desig-
por supuesto que continuará su existencia, namos con el nombre de Historia de la
al menos, en la forma en que ha existido Educación.
durante un período superior a los últimos La Educación en los Tiempos Moder-
cien años. La reflexión de Wittrock termi- nos. Textos y Documentos, nos ofrece una
na de forma abierta, reconociendo que el panorámica general de la evolución de la
problema de la «universalidad de la uni- educación en el mundo occidental desde el
versidad» no desaparecerá sino que per- Renacimiento hasta nuestros días. Comen-
manecerá con nosotros como problema zando por; E. de Rotterdam, Τ Moro; M.
«real» y preocupación «real» que nos debe Lutero; F. Rabelais; M. E. de Montaigne;
impulsar a pensar y actuar como «univer- F. Bacon; J. A. Comenio; J. Locke; J. J.
sitarios». Rousseau; I. Kant; Marqués de Condorcet;
De cuanto hemos expuesto se puede J. E. Pestallozzi; F. Schiller; J. G. Fitche;
concluir que estamos ante una obra impor- G. de Humboldt; R. Owen; J. M. G. Itard;
tante por el tema —las transformaciones M. A. Jullien de Paris; J. F. Herbart; J.
de la universidad, una de las instituciones Lancaster; A. Bello; F. Fröebel; D. F. Sar-
clave de nuestra cultura y sociedad—; por miento, siguiendo con: M. A. Bakunin; Κ.
la metodología elegida; por la relevancia de Marx; Η . Spencer; L. Tolstoi; J. P. Várela;
los autores, cualificados especialistas avala- Α. Coelho; Β. Machado; P. N a t o r p ; G.
dos por sus investigaciones y erudición. Kerschensteiner; A. Binet; E. Durkheim; J.
Toda la obra es una constante llamada a Dewey; F. G. Foerster; M. Montessori; O.
reflexionar sobre las cuestiones que formu- Decroly; W. H . Kilpatrick; E. Claparède;
la, a trasladar sus planteamientos a nuestra B. Russell; G. Gentille; A. Fernere; J. Vas-
sociedad y nuestras universidades. Más concelos; y finalizando con: A. S. Neill; A.
aún, diríamos que es una invitación a ana- S. Makarenko; J. Piaget; C. Freinet,... etc.
lizar, en la línea de lo hecho en esta obra, C o m o puede apreciarse la lista es larga y
las transformaciones experimentadas por seguramente se nos habrán quedado en el
las universidades españolas. tintero muchos nombres. Sin embargo, es
una magnífica muestra de los autores quizá
M I G U E L PEREYRA más representativos en el campo de la
renovación pedagógica. Además, son tam-
bién los documentos que aquí se nos pre-
sentan, vivo reflejo de la mentalidad social
R U I Z BERRIO,Julio (Coord.): La educación de la época, y por ende, de las preocupa-
en los tiempos modernos. Textos y ciones educativas en las mismas: «Breve
Documentos; y la Educación en Espa- relación del modo empleado en las Escue-
ña. Textos y Documentos. Madrid, Edi- las Pías para enseñar a los alumnos pobres
torial ACTAS, 1996. (1610)»; «Guía de las Escuelas Cristianas
(1720)»; «Ley de 28 de marzo de 1882 sobre
En la elaboración de estos dos volú- la Enseñanza Primaria obligatoria en Fran-
menes que llevan por título La Educación cia»; «Principios de la Liga Internacional
en los Tiempos Modernos. Textos y Docu- de Educación Nueva»; «Estatutos de la
mentos, y La Educación en España. Textos Oficina Internacional de la Educación
y Documentos, han colaborado un gran (1929)»; «La Carta de la Escuela (1939)»;
número de especialistas en la materia, bajo «Ley de Educación de 1944 (Reino
la dirección del Catedrático de Historia de Unido)»; «Constitución de la Organiza-
la Educación en España, de la Universidad ción de las Naciones Unidas para la Edu-
© EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist, educ, 16,1997, pp. 543-648
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cación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) evolución de la educación, así como poder


(1945)»; «Proyecto de Reforma de la Ense- percibir, la abnegada labor realizada por
ñanza Langevin-Wallon (1946)»; «Declara- todo el colectivo docente a lo largo de la
ción de los Derechos del Niño (1959-1989)»; historia, reflejada en aquellos autores que
«Carta de Belgrado sobre educación supieron defender y alzar su voz para
ambiental (1975)»; «Declaración mundial expresar a través de sus textos las reivindi-
sobre educación para todos (Jomtien, caciones de carácter educativo.
1990)», ... etc.
Todos los apartados, siguen la misma ITZIAR REKALDE RODRÍGUEZ
estructura a la hora de presentar los conte-
nidos. Se comienza por presentar al autor
o documento en cuestión (vida, obra y
aportaciones educativas), y a continuación, RUIZ RODRIGO, Cándido y PALACIO LIS,
se exponen fragmentos escogidos de los Irene: Pauperismo y Educación. Apun-
textos originales. tes para una Historia de la Educación
En la Educación en España. Textos y Social en España, Universität de Valen-
Documentos, hallamos entre estas páginas cia, 1995.
los nombres más representativos de nues-
tra historia de la educación, empezando El presente trabajo de los profesores
por los tiempos de la romanización y ter- Ruiz y Palacio incide nuevamente en el
minando en la actualidad. Autores de la ámbito de lo social, abordando en este caso
talla de; L. A. Séneca; Μ. F. Quintiliano; la problemática educativa de uno de los
E. A. de Nebrija; J. L. Vives; J. P. Bonet; colectivos escasamente estudiados por
B. J. Freijoo; G. M. de Jovellanos; Ρ Mon­
nuestra comunidad científica, aunque no
tesino; J. M. Ballesteros; C. Arenal; F. G.
así desde otros puntos de vista, que están
de los Ríos; J. Costa; A. Manjón; M. B.
dando lugar a numerosas publicaciones,
Cossío; F. Ferrer i Guardia; R. Sensat; P.
punto de partida inevitable y necesario
Poveda; L. de Zulueta; D. Barnés; L.
—como ellos mismos señalan— para los
Luzuriaga; J. Xirau; H . Almendros; A.
Sanvisens, ... etc. Es cierto, que no siempre autores de la que ahora nos ocupa.
se hace justicia al enumerar el conjunto de Por lo demás, la joven Diplomatura de
autores que han intervenido en la mejora, Educación Social, así como la potenciación
cambio y renovación de la educación en de una especialidad en Pedagogía Social en
España. La explicación es sencilla; en los los estudios de Ciencias de la Educación
diferentes intentos de cambio social que —reclamadas ambas por las crecientes
caracterizan a cada período histórico, no necesidades sociales de nuestro mundo
sólo intervienen en los mismos, los pensa- actual— justifican este estudio, sin olvidar
dores a través de sus textos (que son en que habrá de contribuir sin duda a confi-
última instancia, testigos fieles de las ideas, gurar un marco teórico —en este caso his-
visiones propias de cada uno) y con sus tórico— que permita una mejor compren-
acciones, sino que en ese esfuerzo de meta- sión de los problemas sobre los que ha de
morfosis, ha sido clave, como no, el hacer intervenir el educador social, desde la pers-
educativo diario y constante de todos pectiva de que la historia ilumina el pre-
aquellos que con su voz silenciosa y sente, posibilitando un saber y una actua-
muchas veces silenciada, llevaron a buen ción más ajustada sobre los problemas
fin esta empresa común. actuales de orden social.
Son, por tanto, estos dos volúmenes, El amplio período cronológico que se
obras de consulta de incuestionable valor. aborda en este caso, queda justificado por
Todos aquellos que estén interesados en los autores al intentar desentrañar los orí-
conocer en profundidad la Historia de la genes de la acción social como tarea espe-
Educación en Occidente y en España, cífica de los poderes públicos. Y en tal
hallarán en esta obra, una interesante y útil sentido, si bien los más claros anteceden-
herramienta de trabajo para comprender la tes han de referirse a la política liberal

© EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist, educ, 16,1997, pp. 543-648

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