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El oncenio de Leguía

Fue una etapa desarrollada entre 1919 y 1930, en la cual se notaron los cambios manejados
desde la republica aristocrática. Además se produce el apogeo y la crisis del modelo
exportador de materias primas. Este régimen se caracterizó por él personalismo y carácter
autoritario de Leguía se le denomina el oncenio de Leguía por los años que alcanzo su
gobierno. Leguía quería alcanzar el sueño de la patria nueva, por ello se aplicaron una serie de
medidas, como el de perseguir y encarcela o exilia a los opositores del régimen, pero al final
no pudieron contener a las fuerzas reivindicativas de los nuevos sectores involucrados. Este
presidente promulgo la constitución de 1920 (artículo 113) decía: “El presidente durará en su
cargo cinco años y no podrá ser reelecto sino después de un período igual de tiempo”, a pesar
de esto Leguía se reeligió en 1924-1929 con enmiendas constitucionales 1923-1927. Este
régimen tenía dos propósito muy importantes lidiar el viejo orden aristocrático y además
detener el avance de comunismo. Durante este largo mandato firmó el Tratado de Límites con
Colombia (24 de marzo de 1922) y el Tratado de Límites con Chile (3 de junio de 1929),
tratados muy controversiales que han motivado que se califique a Leguía de «entreguista»,
pero que tuvieron el mérito de poner fin a largas disputas con dichas naciones, que anteriores
gobiernos no pudieron resolver.

Las políticas de Leguía respecto a los sectores populares y clases medias, se caracterizó por su
falta de autonomía debido a su dependencia hacia las elites económicas y el Estado. Se
produce el apogeo y la crisis del modelo exportador de materias primas, se consolidan las
nuevas clases sociales: el proletariado y la clase media, los partidos de masas. El APRA y el
Partido Socialista toman la representación del proletariado. Significó un intento de acabar con
las tradicionales formas de hacer política; sobre todo se buscó dar participación en la política a
sectores sociales históricamente marginados como eran la clase media y el pueblo. El intentó,
fue sin éxito, la modernización del Estado, lo cual, como dijimos antes, significaba una
voluntad de ruptura con los viejos esquemas políticos del Perú del siglo XIX.

Por otro lado, durante el gobierno de Leguía el capital norteamericano desempeñó un papel
importante, tanto en el sector público como privado. Las inversiones norteamericanas se
centraron en la minería y el petróleo. Las mineras norteamericanas controlaron el 97% de las
exportaciones mineras totales. Así mismo los banqueros norteamericanos fueron los
principales soportes del oncenio, realizando préstamos al Estado. Es así que, la deuda externa
durante el oncenio se incrementó 10 veces. Los 25 millones de soles que tenía de deuda el
Perú en el año 1919 pasaron a ser 221 millones de soles en el año 1929. La administración
aduanera pasó a manos de los banqueros norteamericanos. Por si fuera poco la gran parte de
las obras públicas en Lima (se pavimentaron las calles, se construyeron avenidas, se
construyeron algunos de los principales edificios públicos, se desarrollaron las urbanizaciones,
se construyeron muelles y malecones, se inauguraron monumentos y estatuas en los
centenarios de la independencia durante los años 1921 y 1924) fueron financiamientos
norteamericanos, así también las obras de saneamiento urbano fueron controladas por el
capital norteamericano.

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