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FACULTAD: DERECHO

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL: DERECHO

INFORME ACADÉMICO:

DELITO DE LESIONES

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

DERECHO PENAL

AUTORES:

ASESOR:

Dr. VILLALTA URBINA, Leonel

PIURA – PERÚ
2019

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DEDICATORIA
Dedicamos este trabajo principalmente a Dios, por habernos dado la vida y permitirnos
el haber llegado hasta este momento tan importante de nuestra formación profesional. A
nuestros padres por ser los pilares más importantes y demostrarnos siempre su cariño y
apoyo incondicional. A nuestro estimado Dr. Leonel Villalta Urbina que sin su apoyo
no hubiéramos podido culminar con satisfacción este trabajo.

~2~
ÍNDICE

I. Introducción…………………………………………………………….….5
II. Marco Teórico…………………………………………………………..….6
1. Definición de Lesión………………………………………………..….6
1.1. Bien jurídico protegido…………………………………..…….7
1.1.1. ¿Bien jurídico único o bien jurídico dual?............................8
1.2. Clasificación de las lesiones………………………………..…10
1.2.1. Según su Culpabilidad………………………………….....10
1.2.2. Según la importancia del resultado……………………..…10
1.3. Sujetos del Delito……………………………………………...11
1.3.1. Sujeto activo…………………………………………….....11
1.3.2. Sujeto pasivo……………………………………………….11
1.4. Tipicidad Objetiva……………………………………………..12
1.5. Tipicidad Subjetiva………………………………………….....13
2. Lesiones Graves………………………………………………………..13
2.1. Calificantes de la lesión grave……………………………........14
2.2. Circunstancias agravantes del delito de lesiones graves………23
2.2.1. Agravante por la función que cumple la víctima………….23
2.2.2. Agravante por las consecuencias fatales en
la víctima…………………………………………………..24
2.2.3. Agravante en función a la edad o discapacidad de la
víctima……………………………………………………..24
2.2.4. Agravante en función a la violencia familiar o contra la
mujer……………………………………………………….25
3. Lesiones Leves…………………………………………………………26
3.1. Descripción Típica……………………………………………..26
3.2. Bien Jurídico…………………………………………………...26
3.3. Tipicidad Objetiva……………………………………………..26
3.4. Tipicidad Subjetiva………………………………………….....27
3.5. Pena………………………………………………………….....28
3.6. Agresiones en contra de las mujeres o integrantes del grupo
familiar…………………………………………………………29
3.7. Lesiones preterintencionales con resultado fortuito……………30

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4. Lesiones Culposas……………………………………………….……..31
4.1. Descripción Típica……………………………………….…….31
4.2. Bien Jurídico…………………………………………………..31
4.3. Tipicidad Objetiva…………………………………………….31
4.4. Tipicidad Subjetiva……………………………………………32
4.5. Acción Penal Correspondiente………………………………..33
4.6. La Pena………………………………………………………..33
4.7. Daño al concebido…………………………………………….33
4.7.1. Bien Jurídico Protegido…………………………………...34
4.7.2. Sujeto Activo – Sujeto Pasivo…………………………….34
4.8. Del daño psíquico y la afectación psicológica cognitiva o
conductual…………………………………………………......35
III. Conclusiones………………………………………………………………36
IV. Anexos…………………………………………………………………….37
-Fotografías de los Libros utilizados……………………………………...37
-Esquemas gráficos………………………………………………………..42
-Diapositivas………………………………………………………………44
V. Referencias Bibliográficas………………………………………………...61

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INTRODUCCIÓN

El delito de lesiones es un tipo de delito que atenta contra la integridad física de las
personas y contra su salud individual. En este informe se abordará la clasificación de las
lesiones, sus circunstancias especiales, su regulación en el Código Penal entre otros

El Delito de lesiones, consiste en el daño injusto causado en la integridad física o en la


salud de una persona. No debe estar motivado por el propósito de matar, pues si alguien,
queriendo causar a otro la muerte, sólo logra lesionarle, el delito cometido no será de
lesiones, sino de homicidio frustrado.

Este delito abarca tanto las lesiones infligidas en la salud física como las de carácter
psíquico o sensorial alcanzando incluso a la capacidad laboral. Así, se conceptuará como
delito de lesiones la mutilación o inutilización de un miembro, la limitación de la aptitud
para el trabajo, las deformidades o la desfiguración de manera grave o permanente,
además cualquier otro daño a la integridad corporal o a la salud física o mental que
requiera veinte o más días de asistencia y por último la afectación psicología generada a
la víctima a la que se obliga a presenciar cualquier modalidad de homicidio doloso
pudiendo preveer dicho hecho.

Las lesiones se definen como todo daño causado en la integridad corporal o en la salud
física o mental de una persona, es decir cualquier alteración de la integridad corporal,
requiriendo que exista intención de dañar la integridad corporal o la salud física o mental
del agredido, realizada esta lesión por cualquier medio (violento, no violento e incluso
moral)

Como es natural, la pena es tanto mayor cuanto más grave sea la lesión, y está ponga en
peligro la vida de la víctima, Código Penal considera como agravantes también los
objetos empleados para la agresión o la alevosía de la acción.

Además de la pena correspondiente al delito de que se trate, el autor de las lesiones se


verá obligado a indemnizar al perjudicado.

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II. MARCO TEÓRICO
LESIONES
El delito de lesiones, ha formando parte de los diferentes instrumentos jurídicos que han
tenido presencia en el devenir histórico-jurídico de las sociedades, siendo algunos de ellos
los que se detallan:

 El Código Babilónico de Hammurabi consideraba las lesiones simples contra los


padres y la mujer embarazada.
 En el Derecho Ateniense las lesiones se castigaban con el exilio.
 En el Derecho Hebreo se aplicaba la Ley del Talión a las lesiones.
 En el Derecho Romano, la lesión se incluyó dentro del genérico "Injuria"
 Durante la Edad Media, sin tener aun un criterio único, rigió para estos delitos el
sistema de las composiciones pecuniarias, se dividieron las lesiones en: Golpes,
heridas y mutilaciones.

Así en el curso de evolución de este delito, a decir de Irureta Goyena, se puede diferenciar
tres fases características:

i. En la primera, el delito se concibe como un atentado contra la integridad anatómica del


hombre.

ii. En la segunda, como un atentado a su integridad fisiológica.

iii. En la tercera, como un atentado a su integridad psíquica.

1. DEFINICIÓN DE LESIÓN

Conviene antes de alcanzar una definición del término lesión, desentrañar su


origen etimológico, señalando que "lesión" deriva del latín laesio, que proviene
de la voz laedere, dañar. Entendiéndose a las lesiones como las violencias
ejercidas por agentes vulnerantes, sobre las diversas partes del cuerpo de una
persona perturbando su salud en forma variable siendo la lesión todo perjuicio
hacia la salud o de la integridad corporal.

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De ello se tiene entonces, que las lesiones son el daño causado a la integridad
corporal, o a la salud física o mental de una persona, sin animus mecandi (ánimo
de matar), y resulta que dicho daño debe ser infringido de forma parcial contra la
persona, alterando su salud o su integridad corporal sin llegar a extinguir su vida.
De manera que la lesión comprende a cualquier alteración del normal
funcionamiento del cuerpo, ya sea por pérdida de sustancia corporal o por
inutilización funcional de cualquier órgano o miembro (integridad), ya sea por
enfermedad física o psíquica.

las lesiones son toda conducta, ya sea activa u omisiva, ya sea física (violenta),o
moral (no violenta), que produzca un menoscabo o perjuicio en la salud individual
de las personas, entendida la salud en sentido amplio, como comprensiva de la
integridad corporal, y la salud física y psíquica, en cuanto que estos elementos son
necesarios para que la salud sea una de las condiciones previas que posibilitan la
participación del individuo en el sistema social (Pérez, 1996, pg.612)

GENERALIDADES

Conforme lo señala el Dr. Javier Villa Stein. “El delito de lesiones daña la
integridad corporal o la salud psicofisiológica de la persona. La integridad
corporal alude naturalmente a la totalidad unitaria de la organización anatómica
humana. La salud psicológica tiene que ver con el funcionamiento mental en su
triple dimensión cognitiva, afectiva y comportamental. La salud fisiológica
comprende el adecuado funcionamiento del cuerpo y todos sus órganos y
funciones”. (Villa Stein, 1997, pág. 185)

Para Antón Oneca (1996, pág. 778) “las lesiones implican una disminución en la
integridad corporal, un daño en la salud o una incapacidad para el trabajo. Por
salud debe entenderse un estado en que el ser orgánico ejerce normalmente sus
funciones, o en palabras de la Organización Mundial de la Salud, como un estado
de completo bienestar físico, mental y social. En síntesis se puede decir que la
salud es un estado ideal del cuerpo y de la mente”

“Las lesiones graves se configurarán cuando el agente por acción u


omisión impropia causa, produce u origina un daño grave en la integridad
corporal o salud del sujeto pasivo” (Bramont-Arias, 1994, pág.236)

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1.1.BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

El derecho a la integridad física y psíquica tiene rango constitucional. Según el


artículo 2 inciso 1, del Pacto de San José de Costa Rica -incorporado a la
Constitución Nacional- "toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su
integridad moral, física, psíquica y a su libre desarrollo y bienestar”.

La cuestión más importante que se presenta es si sólo quedan comprendidas en la


ley las lesiones provocadas a personas nacidas o también las causadas a personas
por nacer. La mayoría de la doctrina tradicional considera que el sujeto pasivo
debe ser el mismo que en el delito de homicidio, esto es, el ser humano desde que
comienza el nacimiento hasta que se produzca la muerte. Las lesiones al feto
serían atípicas salvo que constituyan tentativa de aborto.

El bien jurídico protegido por este capítulo es, sin lugar a dudas, la integridad
corporal y la salud de la persona humana, protegiéndose no solamente el cuerpo
del individuo sino también su salud, es decir, se incluye tanto el aspecto anatómico
como el fisiológico, incluyéndose además no sólo la salud física sino que también
la psíquica. La integridad física y psíquica es considerada como "el estado en el
que una determinada persona desarrolla normalmente sus funciones, entendiendo
por función el ejercicio de un órgano o aparato, estado que, por otra parte,
posibilita una concreta participación en el sistema social.

1.1.1. ¿BIEN JURÍDICO UNICO O BIEN JURÍDICO DUAL?

Existe una discusión en la doctrina nacional y extranjera acerca de cual es el bien


jurídico-penalmente protegido en el delito de lesiones. Así, mientras un sector
sostiene que este esta representado por la salud de las personas, entendida como
un supraconcepto que englobara tanto a la integridad corporal como a la salud
misma (ausencia de enfermedad física o psíquica), el otro grupo opina que el bien

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jurídico protegido en este ilícito es doble y estaría configurado por la integridad
corporal, por un lado, y la salud física y psíquica, por otro.

La primera corriente doctrinal sostiene que el bien jurídico tutelado en los delitos
de lesiones es únicamente la salud individual y considera que la integridad física
solo puede ser protegida en la medida que la afectación importe un daño en la
salud de la victima. Solo de esa manera podrían tener explicación como conductas
no constitutivas de lesiones los supuestos de intervenciones quirúrgicas con
finalidades curativas en las que se producen mutilaciones de miembros u órganos
(amputar un brazo), supuestos en que, no obstante a que se ocasiona un daño a la
integridad física, no tienen repercusiones negativas en la salud del individuo
intervenido, sino que, por el contrario, generan un beneficio para la misma

El problema con el que tropieza esta posición se presenta cuando sus conclusiones
se pretenden aplicar a los supuestos de incapacidad para el trabajo, invalidez o
desfiguración que contempla el art. 121 C.P., modalidades en las que,
evidentemente, no se manifiesta un atentado contra salud, pero si contra la
integridad física. Son, pues, casos de lesiones que afectan estrictamente la
integridad corporal. Frente a esto, se ha dicho que, si bien es cierto que los casos
de desfiguración al parecer no manifiestan un perjuicio a la salud individual, si
constituyen un delito de lesiones, por cuanto supone un atentado a la salud en su
sentido amplio, entendida como posibilidad de participación en el sistema social;
o, en todo caso, que debe considerarse el daño psíquico producido al sujeto
lesionado como resultado de la desfiguración. Sin embargo, estas afirmaciones no
son correctas. En primer lugar, porque la indicación que hace este sector a la
posibilidad de participación en el sistema social solo hace referencia a una
concepción sociológica del bien jurídico y nada dice respecto al alcance de la salud
como el bien jurídico protegido en el delito de lesiones también la vida y el
patrimonio posibilitan la participación en el sistema social. En segundo lugar,
porque puede suceder que un daño a la integridad corporal no importe un atentado
a la posibilidad de participación en el sistema social, como la presencia de una
gran cicatriz en el rostro de un avezado delincuente, que lejos de obstaculizar su
participación en dicho sistema, la posibilite eficazmente. Y, en tercer lugar,
porque en muchas ocasiones un atentado a la integridad física no traer consigo un
daño a la salud psíquica del sujeto pasivo, como es el caso del ejemplo anterior,

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en el que la gran cicatriz tenga un significado de hombría y mayor peligrosidad en
el mundo de la delincuencia.

“Por mi parte, considero que el bien jurídico que trasciende al delito de lesiones
es dual y esta conformado por la salud (física y psíquica) y la integridad física;
esta ultima referida solo a una integridad corporal funcional y/u objetivamente
estética, en el sentido de estéticamente armónica. Esta posición de bien jurídico
doble en el delito de lesiones se fundamenta no solo en las consideraciones
dogmáticas, sino también en el hecho de que el legislador ha denominado al
Capítulo III Título I de la Parte Especial de nuestro C.P. Delitos contra la vida, el
cuerpo y la salud”. (Vásquez Shimajuko, 2006, p.4)

Conforme lo señala el Dr. Javier Villa Stein: “En términos globales pues, el delito
de lesiones tutela la integridad corporal y su funcionamiento saludable de donde
surge en realidad que son dos los bienes jurídicos que tutela el tipo: La
organización anatómica por un lado y la salud por otra, aun cuando desde luego
en la mayor de vista este correlato es que se debe entender ambos conceptos
(integridad y salud).Se desprende de este esquema que: el cuerpo cuya integridad
se tutela es el natural de la persona, no comprendiéndose las prótesis u otros
artificios. Es importante aclarar que escapa al ámbito de tutela del tipo, el
tratamiento médico que ataca la integridad corporal para mejorar la salud del
enfermo o su vida; tal es el caso de la amputación de un miembro gangrenado. En
cuanto la salud, éste alcanza no sólo el bienestar adaptivo del cuerpo sino la
facultad de ejercicio de un órgano o aparato.” (Villa Stein, 1997, pág. 186)

A partir de lo dicho se debe tener en cuenta que la salud es un factor muy


importante en el desarrollo integral de la persona, lo cual repercute en la sociedad
generando relaciones equitativas y armoniosas entre las personas, en tal contexto
surge normativa para poder acreditar no solo las lesiones físicas sino también el
daño psíquico.

1.2. CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES.

1.2.1. Según su Culpabilidad.

 A) Lesiones graves, Art. 121 Código Penal.

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 B) Lesiones culposas, Art.124 Código Penal.

 C) Lesiones leves, Art. 122 Código Penal.

 D) Lesiones con resultado fortuito, Art. 123 Código Penal.

1.2.2. Según la Importancia del Resultado.

 A) Lesiones Graves.

 B) Lesiones menos graves.

 C) Lesiones simples.

1.3. SUJETOS DEL DELITO.

1.3.1. SUJETO ACTIVO.- El autor del delito puede ser cualquier persona, pero
debe tratarse de un ser humano distinto del que sufre la lesión. La
autolesión no puede configurar ninguno de los delitos previstos en este
capítulo.

Viscardo (1997), señaló que “el genérico puede ser cualquier


persona, no interesando lazos de parentesco u otras
consideraciones, entonces sujeto activo del delito que estudiamos
necesariamente tiene que ser persona distinta al sujeto pasivo”
(p.264 - 265).

En este caso de acuerdo a lo expuesto por el jurista Viscardo (1997), el


sujeto activo de la acción delictiva más allá de ser la persona distintita al
sujeto pasivo de la acción, es el intimidante el agresor, el que invade y
lesiona no solo lo físico, sino el aspecto Psicológico de la víctima.

1.3.2. SUJETO PASIVO: La víctima o agraviado, debe ser una persona nacida
y obviamente debe tratarse de un sujeto con vida.

Viscardo (1997), señaló que “también es genérico puede ser


cualquier persona, desde su nacimiento hasta su muerte, no
interesando la precariedad de su vida o su consentimiento,
circunstancia que carece de valor para variar el tipo de legal”
(p.265).

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También podríamos mencionar, que el sujeto pasivo de la acción delictiva,
vendría hacer no la más débil, sino cualquier persona que respeta las
normas de conducta y convivencia social, la cual es invadida en su espacio
familiar y/o social, apartada de la tranquilidad y al hacerla entrar en pánico
ante la amenaza, que en el ámbito delincuencial como norma casi siempre
se concreta, ya que el sujeto activo de la violencia, ha roto todas las
normas, no conoce el límite, ni respeta a la autoridad.

1.4. TIPICIDAD OBJETIVA

Se entiende por daño a la integridad corporal toda alteración anormal en la


estructura física o anatómica de la persona. En otros términos, por daño en
el cuerpo se entiende cualquier modificación más o menos duradera en el
organismo de la víctima. El daño puede ser externo o interno y carece de
importancia para la configuración, que exista o no derramamiento de sangre.
Sin embargo, el resultado en la contextura física debe ser anormal, esto es,
que tenga efectos en la eficacia vital del cuerpo humano, por lo tanto, la
alteración de parte del cuerpo que no afecte la vitalidad o que no tenga
incidencia en ella, no constituye lesión, por ejemplo, el corte de cabello,
uñas, barba (que son partes que están destinadas a ser cortadas normal y
periódicamente).

En tanto el daño a la salud, se entiende como una modificación funcional


del organismo. Afecta el desarrollo funcional del organismo humano, sea
tanto en su aspecto físico como natural. Por lo tanto cualquier perturbación
en el organismo que afecta su desarrollo o equilibrio funcional constituye
un daño a la salud tipificado como delito.

De acuerdo con nuestro sistema jurídico, la integridad corporal y la salud no


son bienes o intereses fundamentales de libre disposición por las personas.
Con tal sentido, el consentimiento de la víctima, para que el sujeto activo le
cause lesión en su integridad corporal o salud, carece de relevancia para la

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configuración del delito. Esto es, aún cuando la víctima ha dado su
consentimiento para que el otro le ocasione lesiones graves, el delito de igual
manera se configura. Incluso así el agraviado pretenda justificarlo o
abstenerse de reclamar alguna indemnización, al ser un delito de acción
pública, el debido proceso penal iniciará y se continuará hasta que se dicte
resolución final en contra del autor de las lesiones graves. El consentimiento
de la víctima solo servirá como atenuante al momento de individualizar y
graduar la pena.

El propio legislador excluye de pena los supuestos de autolesiones, es decir,


el causarle un daño así mismo, puesto que no se estaría afectando a "otro",
esta es la consideración que merecen los supuestos de intervenciones
quirúrgicas tales como vasectomías o ligaduras de trompas, donde el sujeto
decide libremente, con su consentimiento, someterse a este tipo de
tratamiento en donde, desde un punto de vista objetivo sufre un menoscabo
de su integridad física, pero que no afecta directamente a su salud. En
consecuencia, el sujeto pasivo tiene que ser otro. La autolesión es impune
(en algunos regímenes penales especiales comparados no lo es, como ocurre
en el militar, pero porque se protegen bienes jurídicos distintos). Esa
impunidad se extiende aun a los partícipes de la autolesión (salvo que tengan
el deber jurídico de evitarla), pero no a quien la produce como autor, aunque
lo haga cumpliendo con la voluntad expresada por la víctima.

1.5. TIPICIDAD SUBJETIVA

Se requiere necesariamente el dolo de lesionar o animus laedendi. No se


admite la forma culposa. Esta es la diferencia fundamental, desde el punto
de vista teórico, entre un delito de lesiones seguido de muerte y un
homicidio, aunque en la práctica es muy difícil determinar con toda certeza
si el sujeto activo quiso causar una lesión o, en realidad, quiso matar a su
subjetiva.

2. LESIONES GRAVES

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La primera gran división de las lesiones es aquella que nos permite diferenciar
cuándo se trata de una lesión grave y cuándo una lesión leve, lo cual, para ser
determinado objetivamente, ha dado lugar a que el legislador se vea obligado a
poner un parámetro legal que diferencie ambas circunstancias, y que recaerá en la
opinión técnica del perito o médico forense, que será quien determine cuántos días
de descanso requiere la lesión en una persona. Si es igual o mayor de 20 días se
tratará de una lesión grave, pero si es menor estaremos pensando en una lesión
leve, o inclusive si es menor a 10 días estaremos hablando de falta contra la
persona. También se consideran lesiones graves, sin importar el tiempo de
descanso dictaminado por el facultativo, cuando se mutila un miembro u órgano
del cuerpo, o lo hace impropio para su función, así como cuando las lesiones
ponen en peligro inminente la vida de la víctima.

Corresponde señalar al resultado dañoso típico ocasionado por el agresor y/o


delincuente en el que vulnera no solo la integridad física y mental de la víctima,
sino que ocasiona daños psicológicos irreparables los cuales se consuman ante la
invasión de su espacio mental y corporal por el atropello que realiza el delincuente
para lograr su cometido dicho daño puede ocasionar la muerte instantánea o a
posteriori del sujeto pasivo del delito.

El Tesista Castillo y Delgado (2013), consideró que “no es necesario, que


esa violencia o apremio físico provoque lesiones en la víctima; basta que
impida los movimientos de la misma, o que la obligue a mantenerse en un
lugar determinado a base de actos ejecutados sobre la víctima” (p.22).

2.1. CALIFICANTES DE LA LESIÓN GRAVE

Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Se considera lesiones graves las
siguientes:

 Las que ponen en peligro inminente la vida de la víctima, prevista esta calificante
por el inciso 1 del Artículo 121°, la lesión debe ser de tal magnitud que ponga en
peligro de muerte actual a la víctima.

En cuanto al peligro, éste no debe consistir en el que se temió, sino el que


ciertamente corrió el ofendido. No es suficiente la idoneidad genérica de la lesión

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producida para admitir que hubo peligro de muerte, sin la proximidad del golpe
con un área vital, para estar en el mismo supuesto, es necesario que el peligro vital
se haya presentado en el caso concreto.

El peligro eminentemente a la vida debe ser entendido como la posibilidad


concreta y presente que a consecuencia de la lesión producida se conjugue un
resultado letal, el peligro de muerte debe ser actual, serio, efectivo y no remoto o
presumido

 Las que mutilan un miembro u órgano principal del cuerpo o lo hacen impropio
para su función, causan a una persona incapacidad para el trabajo, invalidez o
anomalía psíquica permanente o la desfiguran de manera grave y permanente.
Mutilación de un miembro u árgano principal del cuerpo. Antes de exponer en qué
consiste esta modalidad delictiva, resulta necesario entender o saber los conceptos
de "miembro" u "órgano" que se utiliza en la construcción de la circunstancia
agravante del delito de lesiones graves. Biológicamente, se entiende como
miembro a cualquiera de las extremidades del hombre articuladas con el tronco,
destinadas al ejercicio de las funciones de relación, los miembros son cuatro: dos
inferiores y dos superiores. En tanto que órgano es cualquiera de las partes del
cuerpo que ejercen una función específica, por ejemplo, la vista, los oídos, etc.

En ese sentido, se configura como graves las lesiones cuando el agente mutila,
amputa o corta algún miembro u órgano principal del sujeto pasivo. También se
configura esta modalidad agravada cuando a consecuencia de la acción del agente,
se mutile o ampute por prescripción médica, un miembro u órgano principal de la
víctima. Así se pronuncia la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema en la
Ejecutoria del 05 de setiembre de 2005, al argumentar que "la lesión que causó es
grave porque importó, por el medio empleado y la zona afectada, la pérdida de la
pierna izquierda, siendo de aplicación el inciso dos del artículo 121 del Código
Penal'.
Los efectos de la mutilación de un miembro u órgano trascendente para la vida en
relación al que la sufre, deja a este en la imposibilidad de valerse por sí mismo O
de ejecutar las funciones naturales que antes ejecutaba. Un ejemplo típico de
imposibilidad de ejecutar las funciones naturales, es la castración producida ya

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sea en un hombre o en una mujer. Nunca más podrá realizar su función natural de
procreación.
Bramont-Arias Torres/García Cantizano han señalado que la distinción sobre la
importancia del miembro u órgano se deducirá desde el bien jurídico y según la
importancia que revista para la salud del sujeto pasivo. De ese modo, un criterio
de distinción será necesariamente de naturaleza funcional. Así, por ejemplo, para
un pianista un dedo reviste carácter principal, pues su amputación afecta
gravemente su estado de bienestar. Siendo que la distinción o calificación será
realizado por el juzgador en cada caso concreto.

Hacer impropio para su función a un miembro u órgano principal. Estos supuestos


se producen cuando la lesión origina invalidez e inutilización del órgano o
miembro principal de la víctima. La lesión ocasionada hace inapto para la función
que el órgano o miembro desempeña normalmente. Aquí no es necesario la
amputación sino simplemente hacerle inapto o impropio para su función normal.
En otros términos, hacer impropio para su función significa que el sujeto pasivo
queda en la imposibilidad de valerse de algún miembro u órgano importante a
consecuencia de la lesión, sin necesidad de que haya sido cercenado.

Nada precisa el tipo penal respecto al tiempo que debe durar la impropiedad de la
función de un miembro u órgano importante, no obstante, interpretando
sistemáticamente y tomando en cuenta la drasticidad de la pena a la que se hace
merecedor el agente, se concluye que la impropiedad debe ser permanente y total.
En consecuencia, la opinión médica será necesaria al momento de decidir si la
invalidez del órgano o miembro es permanente e irreversible y total.

Si en un caso concreto se concluye que la impropiedad para la función de un


órgano o miembro es temporal o parcial, es decir, subsiste, pero en una forma
disminuida, se descartará la lesión grave. Ejemplos típicos de esta modalidad de
lesión grave son la parálisis, la perdida de la visión, perdida de la capacidad para
el coito (impotencia), la esterilidad, etc.

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Causar incapacidad para el trabajo. Para explicar este supuesto, resulta primordial
diferenciar los términos de total, parcial, permanente y temporal, ello a fin de no
utilizarlos en forma confusa y, por ende, confundir al lector.

En primer lugar, se acepta que la incapacidad para el trabajo puede ser parcial y
total. Habrá incapacidad parcial cuando el sujeto pasivo a consecuencia de la
lesión, sufre una disminución en su capacidad laboral, es decir, sigue laborando,
pero lo hace en menor intensidad con ocasión de la lesión. En tanto que habrá
incapacidad total cuando la víctima a consecuencia de la lesión sufrida, pierde en
forma general y total la capacidad para el trabajo, esto es, de ningún modo puede
desempeñarse en el trabajo que venía realizando hasta antes de la lesión.
Por otro lado, también existe la distinción entre incapacidad temporal y
permanente. Será temporal cuando la incapacidad solo es por tiempo determinado
o definido, en cambio será permanente cuando la pérdida de la capacidad para el
desempeño de un trabajo es irrecuperable, es decir, la víctima no podrá volver a
cumplir función laboral.

En el momento de calificar los hechos y determinar si estamos ante una


incapacidad para el trabajo total o parcial y temporal o permanente, es conditio
sine qua non la existencia de un pronunciamiento médico legal. Corresponde a los
médicos legistas Orientar al fiscal y después al juez, la magnitud de la incapacidad
laboral producida en la víctima a consecuencia de la lesión.

En ese sentido, haciendo interpretación sistemática de todos los supuestos que


recoge el inciso 2 del artículo 121 del Código Penal, se concluye que debe tratarse
de una lesión que origine incapacidad para el trabajo total y permanente. De ese
modo, creemos que no es acertado sostener que la incapacidad a la que alude la
disposición puede ser permanente o parcial como entiende Villa Stein.
Finalmente, al no hacer distinción el legislador en cuanto a qué tipo de trabajo
debe quedar imposibilitado de realizar el sujeto pasivo con ocasión de la lesión,
debe entenderse que se refiere al trabajo en general. Técnicamente es una fórmula
más eficiente. Hacer distinciones de acuerdo a la función que cumple la víctima
hasta antes de sufrir la lesión, es desde todo punto arbitrario y lleva a cometer
excesos como sostenía Peña Cabrera. En efecto, interpretar de otra manera el

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supuesto en comentario conduce a efectuar distinciones arbitrarias en donde la ley
no las hace.

También resulta incoherente sostener que el presente presupuesto se refiere al


trabajo habitual de la víctima y si esta no tenía trabajo habitual como, por ejemplo,
los jubilados, tendríamos que concluir que no son pasibles de ser víctimas de la
agravante, lo cual es absurdo. En concreto, debe entenderse que se refiere a todo
tipo de trabajo.
Invalidez permanente. Este supuesto agravante no debe entenderse, como lo hacen
los profesores Bramont Arias, Roy Freyre y Bramont-Arias Torres/Carda
Cantizano (284) que se refiere a la incapacidad para el trabajo total y permanente.
La sola incapacidad para el trabajo se subsume en el supuesto anterior. Invalidez
es un término mucho más amplio y da a entender una situación desastrosa y
lamentable para el que la sufre, pues sus funciones de relación se ven seda y
totalmente afectadas.

La invalidez significa o se entiende que la víctima, como consecuencia lamentable


de la lesión sufrida, no puede desenvolverse por sí misma. Necesita de una tercera
persona o de algún elemento mecánico o electromecánico para realizar sus
actividades básicas. Aparte de no poder realizar alguna actividad lucrativa, no
puede, por ejemplo, hacer sus necesidades básicas sin la ayuda de un tercero.
Podemos afirmar que hasta su dignidad de persona humana se ve seriamente
lesionada.

La invalidez debe tener el carácter de permanente. Si en el caso concreto se


determina que la invalidez solo es temporal, el hecho no se subsumirá en este
supuesto delictivo. En consecuencia, resulta primordial el pronunciamiento de los
profesionales de medicina legal para la calificación correspondiente de los hechos.

Anomalía psíquica permanente. A efectos de este supuesto agravante, se entiende


por anomalía psíquica toda alteración, perturbación o trastorno de las facultades
mentales de la persona.

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La hipótesis se presenta cuando el sujeto pasivo o víctima a consecuencia de la
lesión, sufre alteración de sus facultades mentales de manera permanente, es decir,
incurables; siendo la mayor de las veces, efectos inmediatos de traumatismos
encéfalo craneanos.

Desfiguración de manera grave y permanente. Este supuesto agravante se presenta


cuando como resultado de la lesión sufrida por la víctima, esta queda dañada
físicamente de manera grave e irreversible. Es un daño que afecta directamente la
integridad física de la persona en su totalidad y no solo a aquel producido en el
rostro.
Aun cuando en la doctrina peruana y en la práctica judicial se conoce a este
supuesto como "desfiguración de rostro", de acuerdo con la redacción del inciso
2 del artículo 121 del Código Penal, estamos ante un supuesto que abarca las
lesiones que originan deformidad o desfiguración en cualquier parte de la
integridad corporal o física de la persona, pudiendo ser en el rostro u otra parte.
El legislador peruano, siguiendo la tendencia de la legislación española, al
redactar el tipo penal no ha hecho distinción alguna. En cambio, como ejemplo de
las legislaciones que hacen distinciones cabe citar el artículo 90 del Código Penal
argentino que amenaza con pena de reclusión o prisión de uno a seis años "si la
lesión ( ... ) le hubiere causado una deformación permanente del rostro". De ese
modo, para la legislación, doctrina y jurisprudencia argentina es apropiado y
atinado referirse al supuesto de desfiguración de rostro. Situación que no puede
ocurrir en la doctrina y jurisprudencia de nuestra patria.
Se considera grave la lesión cuando modifica profunda y considerablemente la
forma habitual de la persona en su círculo social. Permanente es la desfiguración
indeleble, irreparable, excluyente de la posibilidad de una restitutio in integrum.
Irreparabilidad quiere significar desfiguración no rectificable por sí misma.

Las lesiones de este tipo, consideradas desde una perspectiva subjetiva, teniendo
en cuenta tanto al individuo lesionado como al prójimo, deben generar una
impresión de repugnancia, o por lo menos de incuestionable disgusto o desagrado.

Es importante indicar que no es necesario que la deformidad o desfiguración


estética de la figura humana esté visible para un público indeterminado para

~ 19 ~
considerarse como agravante la lesión, sino también lo serán aquellas que
permanezcan ocultas por la vestimenta. En suma, toda lesión dolosa que produzca
un perjuicio o desmedro en la integridad corporal del sujeto pasivo que reúna las
características de grave y permanente, es decir, irreversible por sí misma, es
calificada como lesión grave para nuestro sistema jurídico.

La característica de irreversible e irreparable debe entenderse en el sentido que


por sí misma, o mejor dicho, de manera natural, la integridad corporal no pueda
reconstruirse o restituirse y volver al estado anterior de producida la lesión. De
esa forma, si se aplica los avances de la ciencia médica como la cirugía plástica,
por ejemplo, y vuelve a restituirse la integridad del afectado con la lesión grave,
de modo alguno puede excluirse la agravante de desfiguración grave y
permanente. El autor de la lesión será sancionado por el ilícito penal en
interpretación.

Aun cuando para calificar el hecho concreto no tiene mayor relevancia, para
efectos de individualizar la pena a imponer al autor de las lesiones ocasionadas a
la víctima, se tendrá en cuenta la función que cumple la víctima en determinado
grupo social, el sexo, la edad, la parte afectada. Ello reviste importancia, pues será
más perjudicial y, por ende, más reprochable la lesión que causa cojera en un
futbolista que aquella que causa cojera en un vendedor de carne en el mercado.
Aquel nunca más volverá a efectuar su profesión de futbolista, mientras que este
seguirá atendiendo normalmente a sus clientes en el mercado, pero claro está, con
cierta dificultad. O como indican Bramont-Arias Torres/Carda Cantizano, no es
lo mismo un pequeño corte en el muslo de un carpintero que en el de una modelo
profesional.

La Ejecutoria Suprema del 14 de junio de 2004 recoge un caso real de lesiones


graves de este tipo. En efecto, allí se considera que "está probado que el acusado
Nureña Palma y el agraviado Tello jara se acometieron mutuamente que en el
curso de la gresca el imputado no solo le fracturó los huesos de la nariz sino que
portando un pico de botella le infirió una herida cortante en forma de 'Y' en dorso
nasal, la misma que según la exposición pericial en el acto oral ( ... )es de tipo

~ 20 ~
colgajo que dejara huella indeleble por lo que el hecho se subsume en el inciso
dos del artículo ciento veintiuno del Código Penal'.

Inferir cualquier otro daño en la integridad corporal o la salud física o mental que
según prescripción médica requiera más de veintinueve días de asistencia o
descanso. Indudablemente, el legislador no puede prever todas las formas en que
pueden aparecer las lesiones y, por ende, causar daño o perjuicio a la integridad
corporal de las personas y a su salud. En tal sentido, siendo conscientes de aquella
situación se hace uso de una fórmula que, vía la interpretación analógica
legalmente permitida, facilita abarcar toda aquella gama de lesiones no previstas
taxativamente. Así, aparece la indicación de un plazo de atención facultativa o de
descanso para el trabajo como parámetro para medir la gravedad de las lesiones.

En esa línea, cualquier otra lesión que causa un daño en la integridad corporal,
salud física o mental del sujeto pasivo que requiera, según prescripción médica,
más de veintinueve días de atención facultativa o descanso para el trabajo, será
considerado como lesión grave. Los efectos de la lesión pueden ser permanentes
o temporales. De esa forma, no le falta razón a Roy Freyre (289), quien
comentando el corpus juris penale de 1924, enseña que el citado daño grave puede
ser permanente o reversible, entendido este último que la afectación o alteración
de la integridad corporal o salud, puede desaparecer, volviendo el organismo o la
salud a su estado normal en un tiempo más o menos prolongado.

En consecuencia, al igual como en los anteriores supuestos, aquí el


pronunciamiento médico legal resulta fundamental para calificar una lesión como
grave. Si el reconocimiento médico no se realiza es probable que el hecho quede
impune. Pues, aquel es prueba para acreditar la comisión del delito de lesiones por
parte del imputado. Nuestro más alto tribunal de justicia así lo entiende. Como
ejemplo, tenemos el caso real objeto de la Ejecutoria Suprema del 21 de junio de
1999 donde se expone "que, habiéndose acreditado que el citado acusado lesionó
dolosamente al agraviado (...), en circunstancias que este descendía del vehículo
de su propiedad, por inmediaciones de la cuadra dos de la calle La Habana – El
Alambre Trujillo- con la finalidad de retirar un árbol que obstruía el paso,
proponiéndole diversos golpes en distintas partes del cuerpo, los mismos que se

~ 21 ~
encuentran acreditados con el Certificado Médico Legal obran te a fojas
diecinueve, del que se desprende que el antes mencionado ha requerido de sesenta
días de atención facultativa y sesenta días de incapacidad para el trabajo, debe
graduarse la pena en atención a dicha circunstancias".

En la misma línea de razonamiento tenemos la Sentencia del 05 de agosto de 1997


del Trigésimo Segundo juzgado Penal de Lima. En efecto, aquí se sostiene que "el
delito de Lesiones Graves se configura cuando el sujeto activo produce en el sujeto
pasivo un daño en su integridad física, corporal o la salud mental, sin que medie
para ello el ánimo de matar, que, haciendo un análisis jurídico y objetivo de los
hechos expuestos y las pruebas que obran en autos ha quedado plenamente
acreditado el delito de lesiones con el Certificado Médico Legal que obra en autos,
así como la responsabilidad penal del encausado ya que si bien este alega que no
ha tenido la intención de ocasionar la lesión al agraviado pues este ha sido
producto de un forcejeo tras una discusión mantenida con este, ello se ha
desvirtuado con la imputación hecha por el agraviado cuando refiere que el
encausado ha venido directamente y le ha reventado una botella de cerveza en la
cabeza, dando certeza esta imputación el hecho de presentar el agraviado seis
heridas en la cabeza que de ninguna manera pudieron haber sido producto solo de
una lesión en el forcejeo".

 Las que infieran cualquier otro daño a la integridad corporal o la salud física o
mental de una persona, que requiera treinta o más días de asistencia o descanso,
según prescripción facultativa.

Estamos frente a un supuesto de lesiones no comprendido precedentemente por


ser muy variadas las formas que pueden adoptar las lesiones por lo que le fue
necesario al legislador recurrir al criterio de los plazos, en el entendido que la
gravedad de un daño es en parte medible por el plazo que requiere el
restablecimiento de la víctima.

“La ley prevé como grave un daño que exija, según prescripción
facultativa, una asistencia o descanso médico de treinta o más días.” (Villa
Stein, 1997, págs. 191-194)

~ 22 ~
 La afectación psicología generada cómo consecuencia de que el agente obligue a
otro a presenciar cualquier modalidad de homicidio doloso, lesión dolosa, o
violación sexual, o pudiendo evitar está situación no lo hubiera hecho.

Mediante el Decreto Legislativo 1323 se incorporó el inciso 4 al primer párrafo


del artículo 121 del C. P., estableciéndose un supuesto adicional de lesión grave
ocasionada a quien es obligado a observar cualquier modalidad de homicidio
doloso, lesión dolosa o violación sexual, u observe aun cuando el agresor pudo
evitarlo, deteriorándose objetivamente la salud psíquica con tal vivencia.

 Lesiones Graves Seguidas de Muerte

En la doctrina se le conoce como el nomen iuris de homicidio preterintencional.


El injusto penal consiste en ocasionar la muerte de la víctima con actos que están
dirigidos a producir lesiones graves, teniendo la posibilidad el agente de prever el
resultado letal. La previsibilidad es importante para calificar la figura delictiva. Si
el agente no tuvo alguna posibilidad de prever aquel resultado no será culpable de
la muerte que se produzca, limitándose su responsabilidad penal a las lesiones
graves que ocasiono.

En todos los casos antes mencionados, la pena privativa de la libertad prevista es


de 4 a 8 años; sin embargo, existen una serie de circunstancias agravantes que
pasaremos a detallar a continuación:

2.2. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DEL DELITO DE LESIONES


GRAVES

2.2.1. AGRAVANTE POR LA FUNCIÓN QUE CUMPLE LA VÍCTIMA

En este caso, nos encontramos que el agravante se encuentra fundado en razón


del cargo que ocupa el sujeto pasivo o víctima. En tal sentido, si se trata de un
miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas (Ejército,
Fuerza Aérea o Marina de Guerra), magistrado del Poder Judicial (jueces y
vocales) o del Ministerio Público (fiscales), miembro del Tribunal
Constitucional o autoridad elegida por mandato popular (alcalde, gobernador
regional, congresista, presidente de la República, entre los principales), la pena

~ 23 ~
a imponer por el delito de lesiones graves aumenta entre 6 y 12 años de
privativa de la libertad.

Si concurre adicionalmente el agravante de que la persona muere como


consecuencia de las lesiones graves, la pena privativa de la libertad será de 15
a 20 años.

Para que se configure cualquiera de estas dos circunstancias agravantes, las


lesiones deben producirse en ocasión o como consecuencia del ejercicio de las
funciones de la víctima. En tal sentido, si se trata de un delito cometido de
manera totalmente ajena al cargo que ocupa, no se produce la circunstancia
agravante.

Hay que tener presente que la incorporación de estos agravantes fue con el
objeto de frenar todo desborde o exceso con la autoridad; sin embargo, ha sido
un problema el poder establecer objetivamente cuándo el delito se producía o
cuándo la víctima ejercía sus funciones. Los efectivos de la Policía Nacional
tienen la obligación de intervenir ante toda circunstancia delictiva que puedan
presenciar. Es más, cuando prestan servicio privado como seguridad a un
banco, colegio o cualquier otra institución, sería discutible si están ejerciendo
sus funciones o no, más aún si de sus reglamentos institucionales se deriva que
el servicio policial es permanente. Similar situación se presenta con las
autoridades políticas que no sujetan su trabajo a un horario específico.

2.2.2. AGRAVANTE POR LAS CONSECUENCIAS FATALES EN LA VÍCTIMA

Es necesario diferenciar el delito de homicidio con el de lesiones graves con


muerte subsecuente.

Ello va a poder identificarse claramente en función a la intencionalidad del autor


del delito. No obstante, también se debe tener presente que se requiere un lapso
de tiempo entre las Lesiones inferidas y la muerte de la víctima para que se
configure la figura agravada de lesiones graves con muerte subsecuente, lo cual
será totalmente claro cuando se produzca la atención médica y hospitalización

~ 24 ~
de la víctima como consecuencia de las lesiones, pero que, a pesar del
tratamiento brindado, muere finalmente.

La muerte como consecuencia de las lesiones graves es un agravante que


aumenta la pena privativa de la libertad entre 8 y 12 años; sin embargo, este
agravante, como ya lo vimos en el numeral anterior, puede concurrir también
con otros agravantes generando una penalidad mucho mayor, y que detallaremos
en cada caso.

2.2.3. AGRAVANTES EN FUNCIÓN A LA EDAD O DISCAPACIDAD DE LA


VÍCTIMA

El art. 121-A, incorporado en el Código Penal por Ley N.° 30364, agrega como
agravantes que la víctima de las lesiones graves sea un menor de edad (menor de
18 años) o una persona mayor de 65 años, o sufra alguna discapacidad física o
mental que debe ser comprobada por el profesional de la salud en la materia,
aumenta la pena privativa de la libertad entre 6 y 12 años. Si la víctima muere
como consecuencia de las lesiones graves, la pena privativa de la libertad se
incrementa entre 12 y 15 años.

2.2.4. AGRAVANTES EN FUNCIÓN A LA VIOLENCIA FAMILIAR O


CONTRA LA MUJER

La Ley N.° 30364, también incorpora el art. 121-B, que agrega como agravante
que las lesiones graves se produzcan con ocasión de violencia familiar en que
la víctima es un ascendiente, descendiente, cónyuge o conviviente del autor del
delito. Dentro de la lógica de la referida ley, incorpora también a las personas
que dependan o estén subordinadas al agente; sin embargo, nos parece
necesario recalcar que existe una grave imprecisión en la tipificación del delito
~ 25 ~
que en su inciso tercero solo dice «Depende o está subordinado», lo cual podría
darse en una relación laboral, un instituto armado o policial, una agrupación
religiosa, una institución educativa, cuando la vocación de la Ley N.° 30364 es
penalizar las conductas que se producen en el entorno familiar, y que, conforme
a su art. 7°, incluye dentro del grupo familiar, además de los parientes
consanguíneos o por afinidad que vivan en el mismo hogar, a otras personas
que sin tener tal relación ni causal contractual o laboral, habitan en el mismo
hogar.

En tal sentido, se podría inferir que esa dependencia o subordinación se debe


dar en el mismo hogar; empero, como sabemos, en materia penal la
interpretación analógica está prohibida y, en consecuencia, el ámbito de
aplicación de ese agravante por su imprecisión va a facilitar la defensa del
imputado.

El mismo artículo también incorpora como agravante que las lesiones graves
se produzcan en consecuencia de una situación de violencia contra la mujer,
por su condición de mujer, para lo cual debemos tener presente lo ya señalado
al analizar el art. 108-B del Código Penal, relativo al feminicidio.

En cualquiera de estas circunstancias agravantes, la pena privativa de la


libertad a imponer será entre 6 y 12 años, la cual aumenta entre 15 y 20 años si
la víctima muere como consecuencia de las lesiones.

3. LESIONES LEVES
3.1. DESCRIPCIÓN TÍPICA
Conforme señala el Dr. Ramiro Salinas Siccha: “Las lesiones leves, conocidas
también como simples o menos graves, se encuentran tipificadas en el tipo penal
del artículo 122° con el contenido siguiente:
El que cause a otro daño en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez y
menos de veinte días de asistencia o descanso, según prescripción facultativa, será

~ 26 ~
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con sesenta a
ciento cincuenta días de multa.
Entendemos por lesiones leves que también son llamadas lesiones de menor
gravedad que tienen los estudios criminológicos según la clase delitos que afecten
la integridad de la persona.

Las lesiones leves se constituyen cuando no producen daño, perjuicio o desmedro


en la integridad corporal o salud del sujeto pasivo en la magnitud de una lesión
grave. Si ello ocurriese el hecho será subsumido por el tipo penal 121° del CP

3.2. BIEN JURÍDICO


Conforme señala el Dr. Ramiro Salinas Siccha: “El interés socialmente relevante
que se pretende proteger es la integridad corporal y la salud de personas. También,
la vida de las personas cuando se tipifica el ilícito penal de lesiones simples
seguidas de muerte.
En ese sentido, se desprende que la razón o fundamento por la cual es más
reprochable la conducta de lesiones simples seguidas de muerte, y por ende, se le
reprime con mayor severidad, radica en la relevancia del interés jurídico que el
Estado pretende salvaguardar, como lo constituye el interés social “vida” en
nuestro sistema jurídico”. (Salinas Siccha, 2013, pág. 231)
Entendemos por bien jurídico que es el daño corporal causado por una herida,
golpe o enfermedad hacia una persona.

3.3. TIPICIDAD OBJETIVA

De acuerdo al autor Ramiro SALINAS SICCHA (1998), en la doctrina se


establece como el daño causado dolosamente a la integridad corporal o salud de
un tercero que requiera para curarse de once a veintinueve días de asistencia
médica o descanso para el trabajo, e incluso de no alcanzar aquel mínimo,
constituye lesión leve o menos grave, cuando concurre alguna circunstancia que
le de cierta gravedad al hecho mismo, como por ejemplo el medio empleado como;
(piedra, chaveta, verduguillo, etc.).

3.4. TIPICIDAD SUBJETIVA


Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Es necesario el dolo, esto es
animus vulnerandi, sin que tenga que concurrir en este género de dolo el

~ 27 ~
propósito en el agente de causar un daño de determinada levedad o
gravedad”. (Villa Stein, 1997, pág. 198)
Entendemos por tipicidad subjetiva que exige la concurrencia del dolo en diversas
circunstancias y factores que existen en la conducta ilícita del sujeto activo, al
desarrollar la acción delictiva.

Se exige necesariamente la concurrencia de dolo. El agente debe actuar con


conciencia y voluntad de causar un daño leve ya sea en la integridad corporal o en
la salud de su víctima. En la práctica es imposible llegar a determinar qué grado
de daño se propuso causar el autor con su actuar; no obstante, el medio o elemento
empleado así como las diversas circunstancias y factores que rodean a la conducta
ilícita, sirven para deducir el grado de daño que perseguía el sujeto activo al
desarrollar su accionar lesivo.

Lesiones leves:
1. El que causa a otro lesiones en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez
y menos de treinta días de asistencia o descanso, o nivel moderado de daño
psíquico, según prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de dos ni mayor de cinco años.
2. La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años si la
víctima muere como consecuencia de la lesión prevista en el párrafo 1 y el agente
pudo prever ese resultado.
3. La pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años si la
víctima:
a. Es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas,
magistrado del Poder Judicial, del Ministerio Público o del Tribunal
Constitucional o autoridad elegida por mandato popular o funcionario o servidor
público y es lesionada en el ejercicio de sus funciones oficiales o como
consecuencia de ellas.
b. Es menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre de discapacidad física
o mental y el agente se aprovecha de dicha condición.
c. Es mujer y es lesionada por su condición de tal, en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.
d. Es ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del
agente.

~ 28 ~
e. Depende o está subordinada de cualquier forma al agente.

4. La pena privativa de libertad será no menor de ocho ni mayor de catorce años


si la víctima muere como consecuencia de la lesión a que se refiere el párrafo 3 y
el agente pudo prever ese resultado.

5. El juez impone la inhabilitación correspondiente a los supuestos previstos en el


párrafo (Código Penal, 1991, art. 122).

Como observamos, el tipo base tiene una penalidad de 2 a 5 años de privativa de


la libertad, lo que en muchos casos generará una condena condicional o
suspendida.

6. Lesiones Leves Seguidas de Muerte

La muerte del sujeto pasivo a consecuencia de las lesiones menos graves, al


concurrir el elemento culpa en el accionar del sujeto activo. La culpa aparece
cuando el agente pudiendo o debiendo prever el resultado letal que se podía
producir, no lo hizo y se limitó a actuar, por ejemplo: El agente mediante un golpe
de puño en las fosas nasales del sujeto pasivo le ocasiona una hemorragia, no es
auxiliado oportunamente por el agente, este muere después de dos horas por
desangramiento.

3.5. PENA

Conforme señala el Dr. Ramiro Salinas Siccha: “De presentarse la primera hipótesis
del tipo penal del artículo 122°, el autor será merecedor a una pena privativa de la
libertad que oscila entre dos días y dos años, unido a ello, a criterio del juzgador, se
le impondrá de sesenta a ciento cincuenta días multa.
De ocurrir el segundo supuesto, es decir, lesiones simples seguidas de resultado letal,
el autor será merecedor de pena privativa de libertad, según sea el caso, de tres a seis
años.
La mayor severidad de la pena, en este último supuesto, se explica por el hecho de
que el autor también responde a título de culpa por la vida del sujeto pasivo. Se le
reprocha la vulneración del bien jurídico principal como es la vida, por su actuar
negligente e imprudente”. (Salinas Siccha, 2013, págs. 235- 236)
Entendemos que según el autor la mayor severidad de la pena consiste en el hecho
de que el autor responda al título de culpa por la vida del vida del sujeto pasivo, se le

~ 29 ~
reprocha la vulneración del bien jurídico principal (vida) por su conducta ya sea
negligente e imprudente.

3.6. AGRESIONES EN CONTRA DE LAS MUJERES O INTEGRANTES DEL


GRUPO FAMILIAR

El que de cualquier modo cause lesiones corporales que requieran menos de diez días
de asistencia o descanso según prescripción facultativa, o algún tipo de afectación
psicológica, cognitiva o conductual que no califique como daño psíquico a una mujer
por su condición de tal o a integrantes del grupo familiar en cualquiera de los
contextos previstos en el primer párrafo del artículo 108-B, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años e inhabilitación conforme
a los numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Código y los artículos 75 y 77 del
Código de los Niños y Adolescentes, según corresponda.

La pena será no menor de dos ni mayor de tres años, cuando en los supuestos del
primer párrafo se presenten las siguientes agravantes:

1. Se utiliza cualquier tipo de arma, objeto contundente o instrumento que ponga en


riesgo la vida de la víctima.

2. El hecho se comete con ensañamiento o alevosía.

3. La víctima se encuentra en estado de gestación.

4. La víctima es menor de edad, adulta mayor o tiene discapacidad o si padeciera de


enfermedad en estado terminal y el agente se aprovecha de dicha condición.

5. Si en la agresión participan dos o más personas.

6. Si se contraviene una medida de protección emitida por la autoridad competente.

7. Si los actos se realizan en presencia de cualquier niña, niño o adolescente.

3.7. LESIONES PRETERINTENCIONALES CON RESULTADO FORTUITO

~ 30 ~
Esta circunstancia no es propiamente la tipificación de un delito, sino un atenuante
al delito de lesiones, en función a la intencionalidad del agente. En doctrina se le
conoce como «lesiones con resultado fortuito» (Salinas, 2007, p. 249), y como el
texto del Código Penal lo dice, si el sujeto activo del delito no quiso causar el daño
grave o no pudo preverlo, da lugar a que la pena se pueda disminuir prudencialmente,
buscando imponer la pena correspondiente al delito que en realidad quiso causar.

Si analizamos las posibilidades que pueden presentarse, encontramos que


básicamente se refiere a que el autor solo tuvo intención de ocasionar lesiones leves
y en realidad resultaron graves, o cuando solo tuvo la intención de ocasionar lesiones
leves o graves, se produjo en consecuencia la muerte. Para este último caso, ya hemos
visto que se constituye en un agravante, siempre y cuando el agente pudo prever tal
resultado, pero en esta ocasión nos encontramos ante un atenuante cuando no pudo
prever ese fatal resultado.

Lógicamente, para aplicar la figura de este delito, no se puede basar solamente en la


subjetividad del agente, sino que debe existir alguna forma objetiva de acreditar su
real intención, lo cual puede ser por la manera en que actuó o el objeto que utilizó.
Así, por ejemplo, si las lesiones que causa son con un cortaúñas, es lógico pensar que
la lesión cuya intención tuvo no era grave, y menos causar la muerte; sin embargo,
puede presentarse el caso de que por el lugar en que lo incrustó en una acción violenta
genere un resultado diferente al de su intención.

Por último, no debemos confundir lo regulado en el art. 123 con el caso fortuito o la
fuerza mayor, ya que tales circunstancias son consideradas eximentes de la
responsabilidad, conforme lo previsto en el art. 20, inc. 6.° del Código Penal.

~ 31 ~
4. LESIONES CULPOSAS
4.1. DESCRIPCIÓN TÍPICA
Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Artículo 124°.- El que, por culpa causa
a otro un daño en el cuerpo en la salud, será reprimido, con pena privativa de
libertad no mayor de un año, o con sesenta a ciento veinte días-multa.
La acción penal se promoverá de oficio y la pena será privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte días-multa, si la
lesión es grave.
El juez podrá acumular la multa con la pena privativa de libertad”. (Villa Stein,
1997, pág. 201)
Entendemos por aquella persona que causa daño o perjuicio en el cuerpo o la salud
de una persona.

Las lesiones culposas vienen a ser el mismo delito que hemos visto en los
Artículos 121 y 122 del Código Penal, con la diferencia sustancial del elemento
subjetivo del delito. Si en los dos anteriores estábamos ante figuras dolosas, en el
presente caso se trata de un delito culposo, lo que a decir de Bramont-Arias Torres
implica que no quiso realizar ese acto u omisión. En otras palabras, quiere decir
que hubo una acción sin la «diligencia debida», contraviniendo de esa manera con
el cui-dado que era necesario cumplir. (Bramont-Arias, 1998, p. 117).

4.2. BIEN JURÍDICO


Conforme señala el Dr. Ramiro Salina Siccha: “Con la tipificación del artículo
124° que recoge las lesiones simples o graves culposas, el Estado busca proteger
dos bienes jurídicos fundamentales para la convivencia en sociedad, esto es, la
integridad física de las personas por un lado; y por el otro, la salud de las personas
en general”. (Salinas Siccha, 2013, pág. 225)

4.3. TIPICIDAD OBJETIVA


Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Sujeto activo lo mismo que el pasivo
puede ser cualquiera. La conducta del infractor de la norma consiste en producir
un daño grave o menos grave en el cuerpo o la salud de la víctima comisiva u
omisivamente. Los criterios de gravedad naturalmente son los mismos a que ya
no hemos referido precedentemente.

~ 32 ~
Es menester desde luego que el resultado dañoso le sea objetivamente imputable
al actor quien por infringir el deber de cuidado procuró el resultado no querido”.
(Villa Stein, 1997, pág. 202)
Entendemos que se perfecciona obrando culposamente al ocasionar lesiones ante
el sujeto pasivo cuando produce un resultado dañoso con falta de previsión,
prudencia o precaución, del cual se previene el poder de evitarlo.

Primero debe descartase el dolo, pero debe verificarse que el riesgo no permitido
creado por la conducta del autor podía lesionar el bien jurídico protegido. Luego
podrá hablarse si se trata de una culpa consciente o inconsciente, cuestión que
podría tener importante, a efecto de graduar la pena por el juzgador.

Segundo, debe analizarse si el autor infringió una norma de cuidado, el deber que
le estaba prescrito por ley, que le exigía adecuar su conducta conforme a ciertos
parámetros regulados en la normatividad aplicable, de acuerdo a la actividad
desplegada; a dicha información, habrá que agregar lo siguiente: qué la
contravención normativa haya generado un riesgo jurídicamente desaprobado,
esto es, que la acción haya desbordado el plano de legalidad, a partir de ahí, se
podrá saber si es que ha ingresado al ámbito de protección de la norma.

Tercero, que el resultado lesivo acontecido, sea la efectiva concreción del riesgo
no permitido atribuido al autor, para tales efectos, debe descartarse que el desvalor
antijurídico exteriorizado en un estado de lesión, no sea productos de otros cursos
causales concomitantes o sobrevenidos que se hayan basado en la imputación
objetiva por el resultado, si el conductor había sobrepasado la velocidad permitida
por las reglas de tránsito, se advierte que las lesiones del transeúnte, fueron
causadas como consecuencia de su indiligencia, por haber cruzado la pista
(carretera) en forma intempestiva y por una vía antirreglamentaria (auto- puesta
en peligro), en todo caso, ante una duda no cabera otra posibilidad que absolver
al imputado de acuerdo a los alcances del in dubio pro reo.

4.4. TIPICIDAD SUBJETIVA


Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Es necesario que el actor haya tenida
un conocimiento actual o potencial que su actuar riesgoso y al propio tiempo
descuidado ponía, previsiblemente, en peligro la integridad física o salud del

~ 33 ~
próximo. Es obvio que el actor no quiere el resultado.” (Villa Stein, 1997, pág.
202)
En este elemento nos dice que el agente no tiene intención ni quiere causar el
resultado más bien se produce la inobservancia del deber objetivo del cuidado, en
el hecho concreto de acción culposa.

4.5. ACCIÓN PENAL CORRESPONDIENTE


Son dos los caminos a seguir que traza el legislador según la entidad del delito
1. Acción privada, si la lesión es leve, pues se espera cómo posible la tolerancia de
la víctima. El criterio de levedad lo da el artículo 122 del código penal.
2. Acción pública, si según los criterios que establece el artículo 123 del código
penal, la lesión causada a la víctima es grave

4.6. LA PENA
Conforme señala el Dr. Javier Villa Stein: “Se sanciona el injusto con la pena
privativa de la libertad no mayor de un año o con sesenta a ciento veinte días-
multa, si la lesión es leve. De ser grave la lesión, la pena privativa de la libertad
sube a una no menor de un año ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte
días-multa. El Juez además podrá acumular la pena privativa de libertad con la
multa”. (Villa Stein, 1997, pág. 203)
Nos dice que si la magnitud del daño ocasionado a la integridad física o salud de
la gravedad es calificada como lesión simple o menos grave, se le sigue un proceso
al autor por acción privada y si se le encontrase responsable se le impondrá pena
privativa de libertad.

4.7. DAÑOS AL CONCEBIDO

La Ley N.° 27176 incorporó el art. 124-A que tipifica el delito de daños al
concebido, a fin de proteger la integridad física del concebido, lo cual viene a ser
coherente con la protección que se le brinda a la vida a través del delito de aborto
y sus distintas modalidades.

El delito puede producirse de manera dolosa, conforme se precisó en su


exposición de motivos y se desprende del texto legal que no presenta
explícitamente la forma culposa, aunque a veces pueda dar lugar a confusión la

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ubicación en que se encuentra al estar inmediatamente después del delito de
lesiones culposas y bajo el mismo número de artículo, diferenciado solo por el
literal «A» Para que se produzca el delito se requieren ciertas condiciones
materiales, como son la preexistencia de una vida fetal cierta, la producción de un
resultado dañoso y una relación de causalidad, elemento que puede ser el de mayor
dificultad para determinar si la acción del presunto autor del delito fue la que
produjo la lesión en el feto. (Castro, 2011, p. 4).

4.7.1. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO


Es la integridad y la salud física y psíquica del feto. Evidentemente, con esta
protección se persigue garantizar en último extremo la integridad del futuro niño,
una vez nacido, pero esta perspectiva puede aceptarse de forma mediata y no como
bien jurídico protegido en sentido estricto. A parte de la incongruencia a que daría
lugar esta interpretación en relación con el delito de aborto (pues, dentro de las
discrepancias existentes sobre el bien jurídico protegido en este delito, no hay
posiciones que hayan sostenido que con él se proteja la vida de la futura persona),
el propio tenor literal del precepto impone la interpretación propuesta: la
causación en el feto de una lesión o enfermedad ha de tener como resultado típico
alternativo, perjudicar “gravemente su normal desarrollo” o “provocar “en el
mismo una grave tara física o psíquica”.

4.7.2. SUJETO ACTIVO – SUJETO PASIVO


El delito de lesiones al feto hace referencia al feto como sujeto pasivo de las
lesiones; el sujeto activo será aquella persona que dolosamente causa daño en el
cuerpo o en la salud del concebido. Con ello se plantea la cuestión de determinar
a partir de que momento ha de entenderse protegida la vida en formación. No se
trata aquí de dilucidar, cuándo comienza la vida humana,6 sino cuando comienza
la protección penal de la vida humana en formación, lo cual no ha de ser
necesariamente lo mismo; hay que diferenciar entre pre-embrión (desde la
concepción hasta unos 14 días después), embrión (desde ése momento hasta
aproximadamente dos meses y medio después) y feto (desde este momento hasta
el parto). De allí que el objeto material del delito se refiere al feto que se encuentra
en el seno materno, lógicamente ya implantado. Tradicionalmente la palabra

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“feto” en Derecho Penal se ha venido entendiendo como equivalente a nasciturus,
es decir, entendido a todo el proceso del embarazo anidado.

4.8. DEL DAÑO PSÍQUICO Y LA AFECTACIÓN PSICOLÓGICA,


COGNITIVA O CONDUCTUAL.

El art. 124-B del Código Penal fue incorporado, al igual que otros, por la Ley N.°
30364, regulando una nueva figura delictiva denominada «lesiones psicológicas».
Si bien el texto legal nos indica cuándo se presentan las lesiones graves, leves o
falta por lesiones leves, resulta imprecisa en la medida que no se dice cómo se va
a determinar si se ha producido un nivel leve, moderado o grave de daño psíquico,
lo cual ha originado que en su primer año de aplicación las denuncias por daño
psicológico no hayan podido ser concretizadas con una acusación fiscal, toda vez
que los peritos psicológicos no determinan qué nivel de daño psíquico se ha
presentado, por no existir el instrumento técnico oficial que oriente su labor
pericial.

Como dice Carlos Coria, es una norma penal en blanco, que depende de la
precisión del instrumento técnico oficial, que permitirá a través de una serie de
criterios, determinar el nivel de daño psíquico que se ha producido; sin embargo,
esto además de producir problemas de constitucionalidad, por afectarse el
principio de legalidad, también da lugar a que la imprecisión y vague-dad de la
norma legal pueda producir impunidad. (Coria, 2015).

En efecto, después de más de un año de haberse incorporado el delito,


experimentamos que, si bien existe la tipificación legal, el delito continúa impune
por no haberse implementado los medios técnicos para determinar el nivel de daño
psíquico.

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III. CONCLUSIONES
Finalmente llegamos a las siguientes conclusiones:

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IV. ANEXOS

-FOTOGRAFÍAS DE LOS LIBROS UTILIZADOS

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-ESQUEMAS GRÁFICOS

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-DIAPOSITIVAS

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V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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