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Papel juegan las universidades contra la

violencia de género
La Universidad debe ser un espacio que apoye a las
víctimas y proporcione los recursos para erradicar esta
lacra social.

La Universidad debe responder ante los problemas o


riesgos que sufren sus miembros
 La Educación es la base para afrontar las crisis sociales y
promover iniciativas de alto impacto social.

 Estas son algunas iniciativas y modelos de actuación que la


Universidad puede aplicar en materia de género y
erradicación de la violencia.

 Los grupos sociales entre 16 y 24 años son los que más


suelen verse afectados por casos de violencia de género y
muchos son miembros de la comunidad universitaria.

Cuando se habla de violencia de género hay una tendencia a


limitar este problema social a casos de maltrato físico o a
realidades sociales relacionadas con ciertos grupos sociales.

Sin embargo, la violencia de género es algo más que un golpe,


se trata de una manipulación emocional, un abuso psicológico y
un abuso de poder en el que la víctima se ve aislada y carente
de toda confianza para pedir ayuda y afrontar la situación.

Dado que estas actitudes de dominio y abuso son más


comunes de lo que pensamos y de gran predominio entre
parejas jóvenes y con un buen nivel educativo, las
universidades deben de intervenir en esta problemática social,
tanto para erradicarla como para proteger a las posibles
víctimas.
Recursos educativos para luchar contra la
violencia de género
Estas son algunas de las maneras en las que la Universidad
puede empoderar a las víctimas y preparar al personal
universitario para detectar e intervenir en casos de su entorno:
 Tanto los estudiantes como el personal universitario deben
de ser formados para detectar las señales que indican
abuso y violencia, ya sea para evitar caer en relaciones
tóxicas o denunciar casos de personas afectadas.

 El personal debe de saber cómo intervenir en estos casos


y ofrecer recursos a las víctimas para denunciar y superar
el trauma.
 La Universidad debe publicar o adscribirse a un protocolo
social contra la lucha de la violencia de género, de manera
que muestre su implicación, su tolerancia cero y la aplicación
de medidas disciplinarias en ese tipo de
comportamientos, dentro de la comunidad universitaria.

 Por otro lado, es importante que, sin importar el ámbito de


conocimiento o el objetivo formativo de cada facultad, la
Universidad proponga una serie de actividades y de objetivos
morales que deben transmitir a todo universitario.


Está claro que el potencial de maltratadores y víctimas es
reducido, pero puede ser aún menor si en las aulas se crea un
ambiente donde se practique la igualdad de género, la igualdad
de oportunidades y el uso de vocabulario y prácticas que
condenen actitudes machistas, xenófobas o clasistas.

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