You are on page 1of 5

La Corte Suprema declaró este miércoles infundada “en todos sus extremos” la demanda de

acción popular interpuesta por el colectivo Padres En Acción (PEA) contra el enfoque de
género del Currículo Nacional de Educación Básica del Minedu. Con esta decisión, el caso fue
cerrado en el ámbito nacional y el enfoque se mantendrá en el documento sin modificaciones.

► Corte Suprema declara infundada demanda contra enfoque de género en currículo

► Idel Vexler: "El currículo no estaba hecho para homosexualizar a nadie"

La discusión sobre el currículo escolar empezó poco después de que fuera aprobado, hace casi
tres años, cuando grupos de padres de familia, sectores religiosos y congresistas protestaron
porque consideraban que allí se habían incluido nociones de la llamada ideología de género. Pero,
¿qué es lo generó tanta controversia?

El documento contiene siete enfoques transversales, entre los cuales está el enfoque de igualdad
de género. El entonces ministro Jaime Saavedra dijo que su inclusión buscaba que los alumnos
“aprendan e interioricen” que los hombres y mujeres tienen los mismos derechos y oportunidades.
Saavedra fue censurado por el Congreso en diciembre del 2016, aunque por otras circunstancias,
y lo reemplazó Marilú Martens, quien tuvo a su cargo el inicio de la implementación
del currículo desde el 1 de enero del 2017.

Días después de haberse iniciado su aplicación en las aulas, el colectivo PEA presentó una
demanda de acción popular contra el Minedu para que se elimine totalmente esta guía
pedagógica. El argumento: el Estado “había vulnerado el derecho de los padres” a decidir sobre la
educación sexual de sus hijos previsto en la Ley General de Educación.

Tras las críticas que se volvieron masivas con la aparición del movimiento Con mis Hijos no te
Metas, que protestaba porque –según ellos– el enfoque de igualdad de género contenía
conceptos de la denominada ideología de género, el Mineduoficializó en marzo del 2017 varios
cambios en el currículo.

—El currículo en el banquillo—

En agosto del 2017, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima declaró fundada
–parcialmente– la demanda presentada por PEA y anuló un texto del enfoque de igualdad de
género del currículo, que dice: “Si bien aquello que consideramos ‘femenino’ o ‘masculino’ se
basa en una diferencia biológica sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en
nuestras interacciones”.

La sala consideró que dicho texto debió ser elaborado en conjunto por el Minedu y los padres de
familia. Como ello no ocurrió, se había vulnerado la Ley General de Educación. Ambas partes
apelaron el fallo.

—Posiciones encontradas—

El Minedu solicitó que se revoque la sentencia porque la sala había expresado “su opinión
subjetiva” sobre en qué consistía la participación de los padres en la formulación de las políticas
educativas. La entidad siempre ha señalado que el currículo se consultó con más de 50 mil
miembros de la comunidad educativa, incluidos expertos en pedagogía, profesores y padres de
familia.
El colectivo PEA consideró que “la eliminación de solo dos líneas” no suprimía el enfoque de
igualdad de género, por lo que solicitó la anulación total del currículo. Reiteró que este no había
sido consultado con los padres. El caso se elevó a la Corte Suprema.

NOTAS RELACIONADAS

Presidente del Poder Judicial: "Estoy en favor de la igualdad de género"

ONU expresa preocupación por suspensión parcial de enfoque de género

¿Cómo defenderá el Ejecutivo el enfoque de género en el currículo escolar?

—Hacia una decisión final—

En noviembre del 2017, PEA solicitó a la Primera Sala Civil (corte que emitió la decisión de primera
instancia) una medida cautelar para que el Minedu suspenda todo acto administrativo destinado a
reproducir cualquier material educativo que contenga el texto anulado por dicho juzgado.
Argumentaron que una demora en la resolución de la apelación por parte de la Corte Suprema
significaría “que a los hijos se les siga educando bajo una visión y concepto de la sexualidad que
va más allá de la concepción natural”.

El 6 de marzo del año pasado, la Corte Suprema dejó al voto las apelaciones. El giro en el caso
sucedió tres días después, el 9 de marzo del 2018, cuando El Comercio informó que la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima otorgó la medida cautelar solicitada por el
colectivo PEA y obligaba al Minedu a suspender la eficacia del párrafo que dicha instancia ya había
anulado.

Casi un año después, en agosto del 2018, los magistrados de la Corte Suprema emitieron sus
votos, pero no se alcanzó la conformidad requerida (cuatro votos). Por esta razón, se convocaron a
la fecha a tres vocales supremos para que diriman la cuestión (vocales dirimentes), siendo el último
Omar Toledo Toribio, quien realizó su audiencia el 8 de marzo de este año.

En octubre de ese año, la vocal Carmen Martínez dejó al voto su posición sobre la continuidad del
enfoque de igualdad de género en el currículo. Esto, durante una audiencia realizada en la Sala
de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema.

Por último, en la primera semana de marzo de este año, el juez dirimente Omar Toledo Toribio dejó
al voto su posición para resolver el caso.

El enfoque de género vs. la “ideología de género”: los derechos en disputa y las respuestas

del Estado

Demanda por un enfoque de género

En agosto del 2016 fuimos testigos de una de las movilizaciones más multitudinarias de los últimos
años. Más de medio millón de personas en todo el país asistieron a la marcha “Ni Una Menos”
contra la insostenible situación de violencia de género. En esta intensa coyuntura se pudo discutir
la agenda de demandas y respuestas que debían exigirse al Estado. Dentro del movimiento, fue
volviéndose un consenso que es central que el Estado peruano reconozca los resultados e
impactos diferenciados de sus políticas para hombres y mujeres debido a su situación de
desigualdad en la sociedad[1]. Es decir, es necesario un enfoque de género dentro de las acciones
estatales.

Ante estas demandas, el Estado ha respondido con avances importantes en la aplicación legal del
enfoque de género en los entes encargados de atender los hechos de violencia de género, desde
la Policía hasta el Poder Judicial. Después de la marcha de Ni Una Menos, se ha dado la
aprobación de la Guía de procedimientos para la intervención de la Policía Nacional del Perú en el
marco de la Ley N° 30364 para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y los
integrantes del grupo familiar[2]; se ha designado a Fiscalías Provinciales Penales a nivel nacional
para conocer casos de feminicidio[3]; se ha aprobado el Plan Nacional de Capacitación a jueces,
sobre Justicia con perspectiva de Género[4] y se tienen importantes avances en la penalización de
la violencia psicológica y la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar gracias al
Decreto Legislativo N° 1323[5]. El camino de la efectiva implementación es largo pero las bases
iniciales se han creado.

No obstante, también quedaba claro que, para obtener soluciones sostenibles a largo plazo, era
indispensable empezar un cambio positivo en las escuelas, que es uno de los espacios principales
en donde las ideas de los roles de hombres y mujeres, de relaciones desiguales y de legitimación
de la violencia se aprenden y se fomentan. El Ministerio de Educación no fue ajeno a esta
demanda y por medio de la resolución Ministerial 281-2016-MINEDU publicada el 03 de junio del
2016 se aprueba el Currículo Nacional de la Educación Básica, que entre otros avances incluye la
implementación del enfoque de género.

Contra la “ideología de género”

Para los opositores a la implementación del Currículo Nacional y que promueven la campaña “Con
mis hijos no te metas / no a la ideología de género”, el enfoque de género o “ideología de género”
es una forma de ocultar componentes dañinos que se estarían agregando a la educación nacional.
Para ellos, al mencionar en el documento que los roles entre lo masculino y lo femenino se
construyen en la interacción social y la promoción de la sexualidad plena y responsable del
estudiante, se estaría incitando supuestamente a “la promiscuidad temprana, a la homosexualidad
y a la confusión de las identidades, lo cual podría llevar a problemas psiquiátricos y suicidio de
escolares”[6].

Esta postura no parece reflejar con claridad lo indicado en el Currículo Nacional, que plantea la
búsqueda de un perfil de estudiante que “toma decisiones con autonomía, cuidando de sí mismo y
de los otros, procurando su bienestar y el de los demás. Asume sus derechos y deberes.
Reconoce y valora su diferencia y la de los demás”[7]. Partiendo de la lucha contra el
encasillamiento en roles, funciones y capacidades sin un sustento[8], complementa con un fomento
del autocuidado del cuerpo, de la denuncia ante casos de violencia sexual, a la no discriminación,
entre otros. Esta es una respuesta que parece responder a la problemática de la violencia de
género y desigualdad en el país..

Un Estado del lado de los derechos

Ante esta disputa alrededor de la aprobación de este currículo escolar, el Poder Ejecutivo, por
medio de al menos nueve ministros (Educación, Cultura, Mujer y Poblaciones Vulnerables, De
Comercio Exterior y Turismo, de Justicia y Derechos Humanos, del Ambiente, del Interior, de
Desarrollo e Inclusión Social, y de Trabajo y Promoción del Empleo) ha respaldado esta medida y
su futura implementación. A estos pronunciamientos se han sumado diferentes figuras de la
sociedad civil nacional y de actores internaciones como las Naciones Unidas[9]. Este apoyo está
basado no solo en la irrefutable evidencia de la desigualdad de género que existe en nuestro país,
sino también en la evidencia científica que muestra que una educación integral e igualitaria tiene
como efectos positivos la mitigación de factores de riesgo y da mayores posibilidades de bienestar
al estudiante[10].

Aunque el poder de algunos sectores en nuestro país parece tan grande como para convocar una
marcha masiva , la contraparte la están haciendo no solo actores de la sociedad civil sino también
desde el Estado. El Poder Ejecutivo ha asumido hasta el momento la urgencia de la defensa de los
derechos de igualdad entre hombres y mujeres. Los diferentes componentes de un enfoque de
género, como el fomento de valores de respeto y autonomía, están posicionándose como
derechos que el Estado tiene la obligación de promover para el bienestar de todos los niños y
niñas del país, y de la sociedad en su conjunto. Educar a niños y niñas en un ambiente de respeto,
conocimiento y bienestar es un pilar indispensable para un futuro sin violencia de género.

You might also like