Professional Documents
Culture Documents
(Este texto no fue publicado en el Diario Oficial “El Peruano”, su publicación ha sido
autorizada por el autor)
Quiero, en primer lugar, agradecer la invitación del Ministerio de Justicia a este evento y decir
que, al celebrarse los 25 años desde la dación de nuestro Código Civil vigente, lo primero que hay
que hacer es congratularnos por ello.
Muchas veces las nuevas generaciones pecamos de soberbia o mezquindad a la hora de analizar
el aporte de quienes nos antecedieron, como si con nosotros recién se empezara a escribir la
historia, y es por ello que debemos rendir aquí homenaje a los ilustres maestros que fueron los
artífices de este código, muchos de cuyos principales aportes se encuentran precisamente en el
tratamiento de las Personas Naturales, en el cual debe destacarse por encima de todo su profundo
espíritu humanista.
Es cierto que, como obra humana, tiene sus defectos, pero tan o más importante que analizar
las deudas de este código, es analizar las deudas que tenemos con él, a fin de poder desarrollar
mejor sus principios y su contenido, teniendo en cuenta la naturaleza evolutiva del derecho y el
desarrollo de las sociedades.
1. Bioética y genética
Para empezar, sigue pendiente la regulación de una serie de temas que tienen que ver con los
avances de la genética. Piénsese nomás que cuando se hizo el Código se creía todavía que
teníamos 100 000 genes y que la clonación de mamíferos era imposible. La primera bebé probeta -
Louse Brown- nació en 1978 en Inglaterra y a la fecha hay ya más de 3 millones de bebés probeta.
Hoy sabemos, además, que tenemos 30 000 genes, se han donado ya varias especies y hasta
hemos creado cabriovejas, pollos tratados genéticamente para nacer sin plumas, moscas sin alas,
cerdos luminosos o perros fosforescentes. Por otro lado, conocemos hoy nuestras estrechas
similitudes con otros seres y en algunas partes hasta se producen hoy en día “bebés a la carta”.
Ya en los 80 se hablaba de la genética, pero para analizar el tema, es hacia la bioética hacia
donde debemos mirar. Esta nueva disciplina aparece en los años 70, pero sobre todo en los últimos
tiempos ha tenido avances extraordinarios y hasta contamos desde el año 2007 con una Declaración
Universal de Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO.
En los últimos tiempos, el extraordinario desarrollo de la ecología, ha hecho que, a fin de proteger
mejor a los animales, haya una corriente cada vez más fuerte para reconocer derechos a los
animales. Sin embargo, vale precisar que no es necesario distorsionar el concepto de sujeto de
derecho para proteger a los animales, ni pretender -como dice el australiano Peter Singer- que un
animal es más persona que un niño recién nacido.
Los animales merecen respeto por lo que son, sin necesidad de tener que humanizarlos para
ello. Nadie puede atentar contra los bienes religiosos, los restos arqueológicos de Machu Picchu o
la bandera nacional sin que tengamos necesidad de considerarlos sujetos de derechos. Y es que
hay deberes que tenemos por nuestra propia condición de ser humanos, sin necesidad de que haya
al frente una persona de por medio.
3. Inicio de la vida
Los retos del Derecho de las Personas y de la Bioética comienzan con el tema de los derechos
del concebido. Algunos autores han pretendido en estos 25 años, hacer una forzada distinción entre
fecundación y concepción para pretender justificar la manipulación de embriones, distinción que es
completamente ajena al espíritu de los autores del Código Civil de 1984, la Constitución de 1979 y
la de 1993.
Muchas clínicas ofrecen hoy en día tratamientos frente a la infertilidad, pero nadie sabe de donde
se sacan los espermatozoides ni los óvulos que se vienen utilizando. Aquí vale la pena preguntarnos
qué medidas se están tomando para evitar que una misma persona vaya a uno y otro centro dejando
su semen, como una nueva y preocupante forma de ganarse la vida. ¿No debería haber acaso algún
tipo de registro para evitar que un hombre vaya dejando sembrados infinidad de hijos?. ¿Quién
controla los bancos de embriones?. ¿Cómo es posible que haya clínicas que hoy ofrecen
abiertamente la selección de sexo del hijo si la Constitución prohíbe la discriminación? Ello sin contar
con el problema actual del diagnóstico preimplantacional para desechar los embriones defectuosos,
considerando bárbaramente como tales a los que tienen síndrome de Down o autismo, privándoles
del derecho a la vida, restaurando viejos y condenados criterios eugenésicos.
Cuestión de menor importancia es aquello de que el concebido es sujeto de derecho para todo
cuanto le favorece, pues nos preguntamos si para algo no le favorecerá al concebido ser sujeto de
derecho, salvo que digamos que si un bebe está en gestación y necesitamos comprarle alguna
vitamina no estamos obligados a pagar el IGV. El concebido es sujeto de derecho y si bien la
atribución de derechos patrimoniales está condicionada a que nazca vivo, ella es una condición
resolutiva, y no suspensiva, como señalan diversos autores, debate que por razones de tiempo,
dejamos para otra ocasión.
Este punto nos lleva al tema de los retos que nos plantea el vertiginoso desarrollo de las nuevas
tecnologías en este último cuarto de ciclo: En la China y en la India se han tenido que prohibir las
ecografías porque mucha gente se aprovechaba de ellas para abortar a sus hijas mujeres, por
considerarlas menos útiles que los hombres. Por otro lado, en Egipto se han prohibido los celulares
en los gimnasios por cuanto había gente que se paseaba tomando fotos por los vestidores para
después venderlas y todo ello sin mencionar las agresiones a nuestra intimidad a través de los
satélites o de los simples lapiceros espías que a cualquiera de nosotros se los ofrecen barato en
Internet.
Dice el Código Civil que a falta de declaración hecha en vida, corresponde al cónyuge del difunto,
a sus descendientes, ascendientes o hermanos, excluyentemente, decidir sobre la necropsia, la
incineración y la sepultura. La pregunta es, ¿y que pasa si los cónyuges están separados desde
hace 10 años? ¿Adónde mandaría una esposa (o el marido) a enterrar al cónyuge infiel que la
abandonó?.
Dice el Código Civil que el hijo debe llevar el primer apellido del padre y el primero de la madre
y nos preguntamos porqué no más bien dejar abierta la posibilidad de invertirlos o de que el hijo al
alcanzar la mayoría de edad, como es en España, pueda decidir invertirlos.
En lo que sí hemos maltratado al código civil es en el cambio que se ha hecho respecto al nombre
del hijo extramatrimonial, pues con la modificación hecha mediante la ley 28720, en estos momentos
una persona puede ir al registro y decir que el padre de su hijo es Brad Pitt, Cristiano Ronaldo o
Barack Obama y el registrador tendría que anotarlo. Claro que la ley dice que hay que notificar al
supuesto padre, pero no dice como se paga ello y tenemos que hoy en día los registradores civiles
están publicando el aviso nada menos que en un panel en su misma oficina, o sea que si alguno de
los presentes quiere saber si a alguna persona se le ha ocurrido poner su nombre como supuesto
padre de su hijo, habrá que estarse recorriendo todos los días las municipalidades para ver si uno
se entera.
Un tema en donde existen vacíos interesantes, es en el caso del apellido de la mujer casada. Se
ha resaltado con razón que la mujer no tiene obligación de llevar el apellido del marido y, si lo hace,
no tiene porqué usar el posesivo y decimonónico “de”, pero también es verdad que el código dice
que la mujer tiene el derecho de llevar el apellido del marido sin precisar si es solo el primero o los
dos; dice que puede llevarlo agregado al suyo, pero no dice exactamente donde y, entonces,
tendríamos que si, por ejemplo, Sandra Muente Rodríguez se casara con Luis Suárez Vertiz, podría
usar los siguientes nombres:
En cuanto a este tema, para dar una idea del problema de la homonimia, debemos decir que en
el Perú oficialmente hay más de 110 Juan Mamani Mamani y para enfrentar esta situación hay
algunas medidas inmediatas que podría tomarse, como por ejemplo, que el RENIEC facilite un
acceso gratuito para que cada ciudadano sepa en el acto cuantos homónimos tiene, facultar al
RENIEC para dar el Certificado de Homonimia con valor legal (en vez del Poder Judicial); en el caso
de los ya inscritos menores de edad, informarles cuando saquen sus DNI cuantos homónimos
tienen; en el caso de los recién nacidos, establecer la obligatoriedad del registrador de informar a
los padres si el nombre con el que desea inscribir a sus hijos tiene ya homónimos; entre otras
medidas.
1.- Creo que le debemos al Código Civil una ley que regule algunos aspectos de la reproducción
asistida, evitando por ejemplo la absurda posibilidad de que una persona deje ordenado en su
testamento que se utilice su semen post mortem para atender el capricho post mortem de tener un
hijo, con total irresponsabilidad.
2.- Debemos dar una ley de protección de datos personales, respecto a lo cual existe ya un
proyecto en el Ministerio de Justicia presentado poco antes del inicio del presente gobierno.
4.- Estar prevenidos contra quienes quieren establecer la clonación terapéutica, la cual es
antijurídica no solo por ir contra la Ley General de Salud sino también contra los derechos
fundamentales del ser humano.
5.- Le debemos al Código Civil la regulación del testamento vital, para que pueda una persona,
estando en cabales condiciones, decir si quiere que le prolonguen artificialmente la vida o no, de
encontrarse en estado inconsciente producto de una enfermedad terminal.
6.- Prohibir el incremento de los bancos de embriones, estableciendo que se creen in vitro solo
los embriones que van a ser usados de inmediato por la madre.
9. Finalmente, aunque la norma pertenece al Derecho de Familia, tiene relación directa con el
derecho a la identidad: Habría que revisar la presunción pater ist, pues parecería no ajustarse a los
tiempos actuales, teniendo en cuenta la posibilidad de recurrir al ADN para determinar con certeza
la paternidad. Cabe decir aquí que algunos jueces están ya resolviendo obviando dicha principio,
pero ello resulta atentatorio del orden establecido que, al menos mientras no se cambie la norma,
debe respetarse.
Estas son solo algunas propuestas, de entre otras consideraciones que sería conveniente tomar
en cuenta.