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- Introducción
"La topofilia es el sentimiento que experimenta el hombre por un lugar. Los puntos a
estudiar por el autor en este capítulo de “Topofilia y entorno” se centrarán en los
modelos de respuesta de los hombres ante el entorno; la relación entre la
epistemología de la topofilia y aspectos humanos como su estado de salud, la
sanguinidad o los tiempos pretéritos, y por último el impacto de la metrópolis a la hora
de estimar y ensalzar los ambientes bucólicos. Este capítulo quiere hacer hincapié en
lo que va más allá de la diverso y la fuerza intrínseca que se experimenta con el
sentimiento topofílico por parte del ser humano. Podríamos comenzar a apuntar que
el sentir interno y el objeto amatorio son uno solo, más Yi Fu Tuan cree conveniente
separar la topofilia del entorno para facilitar la explicación.
8.2.- Topofilia
La topofilia en su definición más amplia se puede decir que son todos aquellos
sentimientos que siente el hombre por un lugar, un territorio, por algo tangible a sus
ojos y a su tacto. No obstante, ese sentir son diferentes en función de factores como
la intensidad y fuerza con la que se ame el lugar, la sutileza y la forma de expresar
dicho amor. El autor americano de origen chino cree que la topofilia no es la sensación
más fuerte que puede tener el hombre, empero, puntualiza que si llega a ese extremo
de ser un amor intenso, si llega a ser el clímax de su sentir, es porque ese lugar, ese
territorio está lleno de vivencias, vicisitudes que marcan emocionalmente al hombre y
que por tanto tiene un simbolismo afectivo muy fuerte.
8.7.- Patriotismo
El patriotismo como sentimiento no ha estado vinculado especialmente a una comarca
concreta, lo evoca el orgullo, poder y símbolos como las banderas. Según el autor, el
Estado actual es vasto como para inspirar el amor que nace de la experiencia de cada
persona y del conocimiento concreto de un lugar. Antaño el sentimiento patriótico era
algo local. Los griegos no sentían patriotismo hacia todo el Estado, sino sólo a algunos
núcleos poblacionales. Al Estado actual, al ser amplio y con límites, es complejo sentir
ese espacio. Yi Fu Tuan ejemplariza el caso de los campesinos de la Rusia zarista
del siglo XIX, quienes no sabían que pertenecían a la sociedad rusa, unidos por una
cultura común. Otros casos no mencionados en el texto pero con diferentes matices
son los pueblos del Cáucaso en Georgia, gran parte del año incomunicado que
pertenecen a la república georgiana pero que no comparten la cultura, ni el idioma de
tal Estado. Algo similar ocurre en las montañas del Alto Atlas marroquí que hablan
otros idiomas y tienen otra idiosincrasia y sienten el amor y sentimiento hacia su tierra
concreta, no hacia el conjunto de la nación.
Para el autor chino-americano hay dos tipos de patriotismo, el local y el imperial. El
primero se trata de una experiencia muy íntima de un lugar en la fragilidad de lo que
se considera bueno. El patriotismo imperial, por el contrario, es alimentado por el
egoísmo y el orgullo de colectivos. Este sentimiento no es algo que esté relacionado
con la Geografía. El nacionalismo no está vinculado a la topofilia. Se puede aceptar
a personas de fuera de ese entorno. El nacionalismo no es lo mismo que una nación,
el nacionalismo está dirigido políticamente por las personas que utilizan el concepto
de topofilia para tergiversarlo y utilizarlo a su antojo.
La topofilia no es tal en un territorio extenso, por el contrario, la topofilia necesita estar
encajada en un tamaño reducido por la capacidad del hombre de sentir ese amor a la
tierra a lo estrictamente conocido y experimentado, a lo vivido. Un pueblo tiene una
identidad geográfica si ésta constituye una unidad natural. El sentimiento de amor
hacia un lugar no se puede extender al vasto territorio de un Estado o un Imperio ya
que en muchas ocasiones ese Estado es un conglomerado de pueblos heterogéneos
forzados a estar unidos. El geógrafo se pregunta si el Imperio o el Estado son
demasiado grandes para sentir la topofilia, ¿no sería contradictorio que después de
todo sea el propio planeta el que inspire el lazo afectivo?
8.9.- El yermo
El campo es lo contrario a la ciudad, independientemente de las condiciones de vida
de ambos ambientes. Diversos expertos ven la dicotomía rural-urbano algo elemental.
El campo es un mundo intermedio ideal del ser humano que se enfrenta al extremo
opuesto de ciudad como algo yermo. Las sagradas escrituras hablan de yermo como
algo baldío, lo cual evoca imágenes paradójicas, por una parte un espacio desolado
y por otro como un lugar para refugiarse y contemplar.
El movimiento hacia la naturaleza no se extendió al ideal agrícola, los ideales son en
algunos aspectos incompatibles ya que es la expansión del mundo rural más que la
expansión de la urbe, lo que amenaza de forma más inminente a la naturaleza más
silvestre. Raro es la vez que las personas logran captar la inercia irónica de preservar
el espacio virgen. El yermo no puede conceptualizarse de forma neutral ya que es
una descripción de la misma naturaleza. Al hablar de preservar o proteger tierras
vírgenes, el concepto ya ha perdido su significado. Actualmente la “naturaleza
silvestre” es un emblema de la organización de la naturaleza. La verdad de la
naturaleza salvaje es que sólo se encuentra en las grandes metrópolis que
tienen un crecimiento descontrolado".