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Hace 100 años nacía la OIT y la Argentina fue parte de ese momento histórico.
Nuestro país lideró, junto a otras naciones, la transformación laboral hacia el
reconocimiento de derechos como la jornada de 8 horas, la prohibición del trabajo
infantil y las primeras normas sobre accidentes de trabajo.
En la primera mitad del siglo 20, en nuestro país los sindicatos, las empresas y el
Estado avanzaron en el diálogo tripartito como método permanente para generar
consensos y resolver diferencias y así creció la industria, el comercio y los servicios.
Ese diálogo hace décadas que dejó de ser constructivo y se detuvo el crecimiento
del país. Nuestra economía se estancó, sufrimos crisis cíclicas y las empresas, y sobre
todo, los trabajadores padecieron las consecuencias.
Desafíos simultáneos
● El desafío que viene del pasado es una enorme deuda: más de 4 millones de
trabajadores están en la informalidad, sin derechos. Es un tercio de nuestra
población activa. Son los olvidados del derecho laboral. Tienen que negociar paritaria
cada día, nunca pueden enfermarse, ni tomarse vacaciones, ni hacer aportes a la
seguridad social. Vamos a enfrentar ese desafío que lleva décadas con una Ley muy
amplia de blanqueo laboral que nos permita incluir a esas cuatro millones de
personas de manera plena en nuestra sociedad.
● El desafío del futuro es un puente: están cambiando de manera acelerada las formas
de producir y generar valor. La tecnología nos obliga a cambiar. Genera problemas y
oportunidades al mismo tiempo. Tenemos cinco “unicornios” nacidos en la
Argentina: empresas de más de u$1000 millones de base tecnológica que crean
trabajo y oportunidades. Acabamos de sancionar una Ley de Economía del
Conocimiento que nos va a permitir crecer en este sector en la próxima década.
Sin embargo,
o 75 millones de empleos pueden ser desplazados 3.
o Solo el 59% de los trabajadores de la región manifiesta tener el nivel de
calificación correcta para realizar su trabajo actual 4, y
o 6 de cada 10 firmas de la Argentina dicen tener dificultades para encontrar
trabajadores con las habilidades adecuadas5.
● Frente a eso, nuestro deber es impulsar la transición justa con consensos y políticas
activas.
● También sabemos que el siglo XXI será el siglo de las mujeres. Su incorporación
masiva al mercado de trabajo lo transformará cuantitativa y cualitativamente, y
profundizará la tendencia demográfica de familias más chicas y sociedades más
envejecidas.
● A la vez, América Latina debe aprovechar la oportunidad del boom demográfico para
integrar con nuevas condiciones y nuevas oportunidades a millones de jóvenes. El
entrenamiento masivo de estos jóvenes será una medida que favorezca tanto la
productividad económica como la cohesión social. Vamos a hacer que la fuerza y la
capacidad de esos jóvenes sean la energía de la transformación productiva que
necesitamos.
● Solo los tontos creen que haciendo las mismas cosas se pueden obtener resultados
distintos.
● Es muy importante la elección que haremos los argentinos en unos meses. Vamos a
elegir entre avanzar en democracia con el diálogo como herramienta o volver al
pasado de enfrentamiento y decisiones arbitrarias. Estoy convencido de que los
argentinos vamos a volver a confirmar el rumbo del cambio que nos permita crecer
de verdad.
● Como hace 100 años, la experiencia de la OIT nos impulsa a mejorar las condiciones
de trabajo y generar más oportunidades de crecimiento e igualdad.