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Toda esta diversidad de materiales recupera aspectos coneretos de la ensefianza y permite ahondar en las parti- cularidades de las précticas dulicas a lo largo de la historia, estableciendo relaciones con el contexto sociohistérico de una comunidad determinada. i, Valeria fia de lA Qnsemanza lenopa yla [Heratora victddes ruptoras. 5 del torzal 64 VALeua Sato CapituLo 3 Conflictos lingiiisticos y practicas de escritura en la ensefanza de la lengua Buenos Aires de entre siglos. Barrios periférico: gente que habla diversos dialectos. Gallego, nay por hacerse barcos, que ir. Hombres y mujeres que descienden de los ygentina para forjarse un futuro, La ciudad de Buenos Aires esté , La oligarquia esté temerosa de ceme perder su identidad. En algunos ba- rtios hay nifios y hombres que nombran a su caballo Gari- baldi y tienen su retrato en el comedor, que piensan en su bandera como la tricolor, que hablan una lengua extrafia, que comen polenta con pajaritos. Esos nifios van a la es- cuela argentina, Imaginemos a esos nifios y j6venes, que hablan una lengua extranjera en su vida cotidiana, en un aula de una escuela argentina donde la variedad lingiiistica prestigio- sa.es el castellano. La lengua castellana, cuya funci6n es unir a todos los pueblos hispanos, debe constitiirse en la Jengua nacional. Lengua que daré origen a la identidad argentina. En este estado de cosas, los nifios y j6venes in- ¢ estén atravesados por tensiones lingiisticas y 's.¥ la escuela se piensa como herramienta fun- a lograr la cohesién lingiifstioa nevesaria cultur: damental par 66 auena Sano Para homogeneizar a la poblacién y, de esta manera, con- Sigurar la identidad nacional. Como afirma Pablo Pizsur. Ro, “Guanto mejor se ensefia en la escuela nuestro idioma, més Vincularemos al nifio con su tierra”. La lengua va 4 Ser uno de los puntos en que la cuestiGn inmigratoria se va a hacer més evidente, junto con la cuestién obrera que inatiza el conflicto social.» En este sentido, la pregun. {a de Sarmiento y Rojas, “iqué es educar argentinarsen, te?”, cobra una fuerza inusual. Desde la clase dirigente se Plantes la necesidad de que los hijos de inmigrantes sean Gducados en la cultura argentina, y, para esto, la escuela es la tnica opci6n. La educacién, entonces, va a ser con {fal Para inculoar en los miembros de la comunidad la aft liaci6n a la naci6n y, por ende, a una cultura homogénea + debido a que en el circuito escolar se utiliza Y apela a sfmbolos que remiten al pattimonio cultural. La escuela, entonees, tendré la funcién de hacer argentinos « Sauellos que no To son. En consecuencia, una cuestién Gonflicto lingustico a través de la imposicién de use Xinica lengua correcta. al personal docente”, en EY Mons docente” ‘onitor de a ale 46, seie 2°, n° 46, Buenos Aires, junio 30 vislolame peronisa, Buenos Ries Eee hari. DeSemien a Bl Cielo por Asalto, 1994, : HISTORIA DE LA ENSERANZA DF LA LENGUA ¥ La UreRATURA, a Disputas lingiiisticas Con el arribo masivo de inmigrantes a las costa’ ar- gentinas, las prevenciones de 1a clase dirigente hacia los sectores populares se transforma en xenofobia y en defen- sa del idioma. Esto provoca la unin con Espafia y sus tra- diciones puras, sin contaminaciones espurias. Integrantes de esta clase representantes de 1a Hamada Generacién del “80- dan origen en 1910 a la creacién de Ia Academia Argentina de la Lengua y colaboran con la creacién de la cétedra de Literatura Argentina en la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires. De esta mane- ra, lo nacional est4 directamente emparentado con lo espa- fol, ya que las familias patricias eran en su mayorfa espa- fiolas 0 descendientes de espafioles -y tomaban a su variedad lingifstica como Ia variedad prestigiosa y, por ende, la lengua correcta. La lengua nacional era un artifi- cio, provenien.e de Espaiia, que permitfa distinguirse de lo inmigratorio y proteger a los argentinos de la “disoluci6n” que proventa de la inmigracién. La creencia de que los grupos inmigratorios pudieran disolver la identidad nacional se estenifica en lo que se ¢o- noce como la polémica sobre la lengua ~documentada ex- haustivamente por Alfredo Rubione en En torno al crio- Ilismo— que se produce a principios del siglo XX a rafz de Ia publicacién, en 1900, del libro de Luciano Abeille, Idio- ‘ma nacional de los argentinos, en el que este autor propo~ ‘migrante tiene cabida. De esta manera, este autor privilegiaba el uso a 1 norma y crefa firmementé en 68 Vater Sanoy ne Sr queza a Ie lengua. Uno de los criticos més acérrimos de la propuesta de Abeille es Miguel Cané, quien desde el diario 1a Nacién argumenta que ése es el camino para ir hacia la barbarie y afirma, igualando el buen hablar con la ci ci6n, que s6lo quienes tienen un buen idioma y una ier son izados y poseen cultura. "ara la misma €poca, el pedagogo-literato Quesada realiza un informe sobre el problema ‘cia nacional, titulado El problema del idioma naci que toma posicién’a favor de la unidad ling - |1y en contra de la fragmentacin a causa de los dialectos, Como resefia Rubione, Quesada consideraba que Espafia tenfa que reforzar su hegemonfa lingifstica y consideraba 11 compeién lingiistica de nuestro pais era producto de la educacién deficitaria y el cosmo, 0 reinante, MGs aun, otra de las causas era Ja difusién del dialecto gau. chesco 0, mejor dicho, de Ia imita chesco. Este tipo de expresién se conoe, a Mas alld de la pol tin de cudl es 1a Teng lengua que nos repres que se debe ensefiar 0 cual es la a a ser un tema muy discutido, Otto autor que a principios de siglo se pregunta averca de sl existe un idioma de los argentinos es Jusn Selva, en su texto El castellano en América. Su evolucion (1906), Este mior dit que el idioma de los argentinos es wy dialect, HISTOMA DE A tuseRana DE LA LINGUA ¥ LA UToATURA 69 que no es otra cosa que la decadencia de la raza. La tnica salida que encuentra Selva para combatir la corrupcién lin- aglifstica es reconciliamos con el habla culta y literaria que Tepresenta Ja Jengua nacional. Y, en este sentido, es la es- cuela la que debe ayudar a la purificacién del habla conta- minada. Otro autor qué coincide con Selva respecto del pe- ligro de Ja contaminacién lingtifstica es Arturo Costa Alvarez -periodista y traductor platense-, giien en 1923 publica Nuestra lengua, En este texto, el autor analiza la obra de algunos escritores argentinos que si bien eligen el castellano como lengua de expresién terminan cultivando el barbarismo, como por ejemplo Esteban Echeverria, José Maria Gutiérrez y Juan Bautista Alberdi. Ademés, analiza de Luciano Abeille y de la abla, En resumen, propone ‘de las impurezas con que lo afean en inmigracién cosmopolita y en la lengua culta la Jectura continua de libros extranjeros”. Inmigra- cién y literatura extranjeras, dos enemigos que hay que conjurar. Unos afios después, en 1934, Marcelino Menéndez y Pelayo en su Introduccién y programa de literatura espa- ola considera que el ideal de una nacionalidad est4 dado por la unidad en la lengua, ya que ésta es signo de taza y estilo, es Ta sustancia y la forma de lo nacional. Para este seguir para pensar la nacién y el genio nacional es el latin, La escuela se hizo eco de estas disputas y establecié la en un informe publ E i Comiin de 1909, que la recitacién y lectura. de “yma serie

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