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EL SIMBOLISMO DE LA NATURALEZA EN EL PENSAMIENTO

HUMANO

Por Lady Natalia Villota Bedoya 518548

La naturaleza ha sido utilizada e interpretada de diferentes maneras a


través de la historia, esto se refleja en diferentes obras de arte que nos
ilustran de qué manera van mostrándonos la naturaleza y el simbolismo
detrás de ella. Por ejemplo, nos remontamos a la época del
romanticismo en el siglo XVIII con la pintura de “el caminante sobre el
mar de nubes” por Caspar David Friedrich en donde vemos una
naturaleza con símbolo de terror, esto pues representa el miedo del
hombre hacia una oscuridad o una nevada solitaria.

En contraste tenemos que también se ha considerado a la naturaleza


como algo sublime en donde los artistas han tenido que estudiar la
naturaleza para así plasmarlo en sus pinturas y ya formar un paisaje;
por ejemplo la pintura de “La caída de Ícaro” por Pieter Brueghel el Viejo
donde podemos apreciar mejor el protagonismo de la naturaleza y lo
sublime de su paisaje, así bien Ícaro se tiene que buscar detalladamente
puesto que la pintura refleja varios puntos que llaman la atención a la
vista como la estética de la naturaleza.

Estos artistas comenzaron a estudiar la naturaleza y empezaron a


encontrar simbologías y metáforas que les dieron a las pinturas
significados profundos y reflexivos como el caso de los ríos, en donde
se toma como metáfora del tiempo, puesto que según su propiedad de
fluidez va cambiando, así como el ser humano a través del tiempo. Este
efecto nos da características del autor, lo que lo inspiró, la época en la
que realizó la obra, sus sentimientos y lo que quiere transmitir.
Así pues, surgió la necesidad de construir cuerpos que generan poder
para desafiar a la naturaleza, como por ejemplo la sombrilla que fue una
forma de estar por debajo del agua “Las vacaciones de Hegel” por René
Magritte y se empezó a dar la domesticación de la naturaleza por medio
de puentes, acueductos, fuentes, piscinas. Esto dio lugar la fabricación
de paisajes, pero de forma no natural.

Asi mismo se empezó a destruir la naturaleza; construyendo grandes


edificaciones, contaminación y trajo como consecuencia la aparición de
epidemias y pestes que acabaron con gran parte de la población.

Este pensamiento fue incrementando a través del tiempo, según


Spinoza creemos que “los dientes están hechos para mascar, las
hiervas y animales para servir de alimento y el sol está hecho para
alumbrar” ya no se consideraba a la naturaleza como algo que debía
ser idolatrado y respetado, sino que estaba a utilidad del hombre, se ve
reflejado entonces el antropocentrismo del hombre y su afán por sacarle
provecho a todo sin importar su real esencia.

El hombre todo lo va acomodando a su conveniencia cuando según


Spinoza “el hombre hace parte del mundo natural y no tiene ninguna
prerrogativa para establecer un “imperio” independiente” dando a
entender que el ser humano todo lo quiere conocer, poseer y dominar
cuando también somos simples mortales que hacen parte de lo natural.

Pero no todos los seres humanos presentan este pensamiento; hay


quienes si disfrutan de lo natural que les resulta erróneo ocupar todo el
tiempo del presente en vivir ajetreados con cosas que no le aportan a
su tranquilidad en donde eventualmente si miran al pasado llegan a
arrepentirse de lo que vivieron.
Este concepto aparece en “Sobre la brevedad de la vida” de Seneca.
Según este texto los que viven ajetreados con el afán de cumplir con
sus ambiciones no deberían ser criticados sino instruidos, para que
tengan una nueva oportunidad de dedicar el tiempo que pasa muy
rápido en recorrer todas las etapas de su propia vida.

Lo que debería definir al hombre es la razón y no las pasiones. Cuando


nos dejamos llevar por las pasiones estamos predispuestos a cometer
errores que nos llevan a arrepentimientos, como por ejemplo la
ambición por tener poder, el simbolismo de las cosas materiales que
representan éxito cuando este concepto trasciende a algo más
significativo y espiritual. Esto hace que el hombre crea que puede formar
“un imperio sobre otro imperio”

Poco a poco fueron surgiendo ideas como “pensamiento ambiental” que


se acercaron a conceptos que hoy en día están presentes en ciencias
como la Ecología. Esto se da en pensadores y filosófos que consideran
que la naturaleza debe ser respetada y no clasificada según su utilidad
para el hombre que no tiene ningún poder, ni es superior a lo que el
hombre llamó “cosas”.

Cabe resaltar las obras de arte que resultan asombrosas en donde


representan a la naturaleza en forma de paisajes, animales y otros
elementos que hicieron que ésta cobrara fuerza y recuperase
admiración y respeto a pesar de pensamientos humanos como los
ambiciosos, los atareados, los adictos a las pasiones y demás que
llevaron a la naturaleza a considerarse como un “recurso de cosas” que
puede ser utilizada y deshechada en cualquier circunstancia.

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