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Hans Robert Jauss Estética de la recepcion y comunicacion literaria La estética de la recepci6n, uno de cuyos tebricos més importantes es el aleman Hans Robert Jauss, no ha tenido adn en castellano una difusion equivalente ala que caracterizé hace décadas a la estilistica 0, en la actualidad, a la critica estructuralista y post-estructuralista francesa. Como el destino de ciertos textos parece sujeto a las inapelables decisiones editoriales Q al éxito de las modas literarias, Punto de Vista se propone abrir un lugar de difusion alternativa a ambas contingencias, conocida también como “Escuela de Constanza,’ se ha ido transforman- do, partir de 1966, en una teoria de 1a comunicacién literaria, El obje ‘to de sus investigaciones es la historia literaria_definida como un proceso que implica siempre tres. factores; el autor, la obra y ol piblico. Es decir, un proceso dialéctico, en el cual el movimiento entre produc: cién y recepcién pasa por la interme- diacién de la comunicacién literaria. De este modo, la nocién de recep- cién es entendida en el doble sen- tide de acogida (o apropiacion) e intercambio. Por lo demas, la mocién de estética no se refiere ya a una ciencia de lo Bello, ni a las viejas 1 Véanse los traboios incluidos en ta antotogia de A. Warning: Rezeptionsis- ‘thetik - Theorle und Praxis, Munich, Fink, 1975. Puede también consultarse fa edi: cién francesa de algunos de fos ensayos de Hans Robert Jauss: Pour une exthdtique de [a réceptiom, Paris, Gallimard, 1976, ¥ de Wolfgang Iser, The Act of Reading, Londires, Routledge & Kegan Poul, 1978 edicién original: Der Ake des Lesens, Munich, 1976). Poétique ha consagrado un nimero especial a ia estética de la recepeién: Podtique, N° 29, 34 Hoy traducimos el texto de Jauss, Ponencia presentada al noveno congreso de la Asociaci6én Internacional de Literatura comparada, realizado en Innsbruck en 1979 y publicado en 1980 Preguntas sobre la esencia del arte, sino a un problema descuidado durante mucho tiempo: demo aprender algo sobre el arte a través de la experiencia artistica misma, a través de la consideracin hist6- rica de la préctica estética que, con las actividades de produccién, re cepeién y comunicacion, esti en la base de todas las manifestaciones del arte? La palabra alemana Rezeption. sisthetk —desdichadamente sugiere ‘un malentendido fatal: en francés y en inglés, la palabra recepciéin per- tenece sdlo al Héxico de la hotele fa...Sin embargo, este neologismo se ha abierto ya camino en Ia teo: ria estética internacional y es pre iso ajustar su empleo: en tanto nocién estética, recepeién comporta un doble sentido, active y pasivo a la vez. Se define como un acto de doble faz que incluye el efecto pro- dueido por Is obra de arte y el modo en que su piblico la recibe (su “res- puesta”, si se quiere). El publico {el “destinatario") puede reaccionar de maneras muy diferentes: la obra puede ser simplemente consumida o, ademés, ser criticada, puede admi- rarsela o rechazdrsela, se puede gozar con su forma, interpretar sv conte- nido, suscribir una interpretaci6n. conocida o tentar una nueva. Incluso, el destinatario puede res ponder @ una obra produciendo una obra nueva, De este modo se cumple el circuito comunicativo: de la historia literaria: et productor es también un “receptor”, desde el momenta en que comienza a escri- bir, A través de todas estas activi- dades diferentes, el sentido de una obra sa constituye siempre de nuevo, como resultado de la coincidenci de dos factores: el horizonte de es- pectativa (0 cédigo primario) impli- cado en {a obre, y el horizonte de experiencia (o cédigo secundario) uplide por el receptor, El postulado metodolégico que la estética de la recepcién quiere intreducir en fe interpeatacisn cier tifica, distingue 10s dos horizontes del efecto implicado y de la recep. cién actualizada de una obra de arte. Es Indispensable practicar sta distinci6n si se quiere compren: der el engranaje de estructuras que condicionan el efecto de una obra Wiis vorties eceitices wellendas por sus intérpretes en el curso de a his- toria literaria. Encontrar nuevamente la comunicacién fiteraria, oculta por lo que suele Iamarse los “techos Ii ratios", es el objetivo de las nuevas Investigaciones que exigen una teorfa literaria capaz de tener en cuenta la interaccién entre produccién y recep: cién. A través de esta interaccién se realiza el intercambio continuo entre Autores, obras y piiblicos, entre la ex- periencia artistica presente y la pasada, Contraria a una tradicién de invest ‘aciones histéricas del tipo “la suerte de...”, la estética de la recepcién restituye el rol activo del lector en ta concretizacion sucesiva del sentido de las obras a través de la histo Por otra parte, la estética de la re. cepcién no debe ser confundida con Una sociologia hist6rica del publico, interesada s6lo en los cambios dle gus. to, de intereses 0 de ideologias. Opo- nidndose a ambos miétodor, que reducen la historia a casualidades uni laterales, 1a estética de la recepcién sostiene una concepcién dialéctica: desde su perspectiva, la historia de las interpretaciones de una obra de arte es un intercambio de experien- cias 0, si se quiere, un didlogo, un juego de preguntas y respuestas. 2. En ta década del sesenta, so intenté transformar la teorfa lite- raria en método descriptivo y for- malizante colocado “mas allé de la interpretaci6n’, segtin un modelo propio de las ciencias nomolégicas. En oposicién a esta tendencia, la es- ética de la recepcién hace profesion de fe hermenéutica y se situa en el campo de las ciencias del sentido. Pero, ef hecho de que vuelva a la interpretacién, no significa en abso: luto que esté dispuesta a abandonar las adquisiciones de la aproximacion estructural, 0 que se entreque al ideal de una exégesis inmanente, Para la que el simple acto de borrar- se a s{ misma aseguraria la obj dad. La interpretacin, segtin la es. tética de Ia recepcion, exige que el intérprete controle su aproximacion subjetiva, reconociendo el horizonte limitado de su posicién historica, Esta reflexion funda una hermenéu- tica que abre un didlogo entre el pre- sente y el pasado, y que integra la nueva interpretacién en la serie his- erica de las concretizaciones del sentido. A este fin, hoy es necesa- rio desarrollar una nueva hermenéu- tica literaria que, segtin los modelos de la teologia y de la jurisprudencia, tenga en cuenta las tres actividade: que constituyen el acto de compren- der; 1a comprensién propiamente dicha, Ia interpretacién y la a La teolog/a y ta jurisprudencia, proximas en el espacio de las cien textuales, han progresado tanto en la Feflexién hermengutica que acompafia su préctica cientifica, que el aporte de la hermenéutica literaria tradicio- nal al actual debate sobre la herme- ngutica general se reduce —como lo decfa ya Peter Szondi en 1970— al papel modesto del pariente po- bre. Sus problemas son evidentes cuando se le pide una teoria de la ‘eomprensi6n que convenga al carde- ter estético de los textos literarios. En a tradicién universitaria, sol resolverse esta cuestién remitiéndola ya a la retériea, cuyo espacio era el de los efectos del discurso literario, ya a Ia critica, que legistaba sabre los valores estéticos. Es indudable que esta cuestién fue planteada bajo otra forma desde el comienzo de nuestro siglo: piénsese en el pro- blema de la "literariedad’” suscitado por los formalistas rusos, o en una critica de la betleza, propuesta a la estilistica por Leo Spitzer.’ Pero ni os primeros ni este ditimo se propu- ieron justifiear sus métodos de inter: pretaci6n 2 través de una reflexion hermendutica, La ausencia de una teorfa de la comprension, ta toma de posicion contraria a toda herme- néutica, caracterizaron luego la nueva Poitica linglistica © semidtica, asi como las teorfas de la esoritura, del * En Einfohrung in die literarleche Her ‘meneutik, Franklurt, 1975, pig, 404, * La teoria implicit de ta préctica de la interpretacion de L. Spitzer superé ‘ie ojos sus reflexiones. marginales sobre fl cfrculo hermenéutico, Véase al respecto €l elogio: de Joan Starobinski: Loe! vivant 4 ~ lo relation critique, Paris, 1970. Hay raducci6n castollana: Le relecién critica: Psleoanélii: y iteratura, Taurus, 1974. juego textual y de la intertextualidad. Con el titulo sintomético de Contra 4a interpretacién (1966), Susan Sontag hizo fortuna, porque denunciaba 1a contradicci6n entre la literatura mo- derna y la interpretacién tradicional que, reduciendo el sentido plural de la obra abierta a una signific cién Gnica, pretendidamente obj tiva, pero oculta detrés del texto, no logra aferrar la estructura esté- tica que caracteriza a la mayorfa de las obras contempordneas,* Luego fue arraigéndose un prejuicio segin el cual 1a hermenéutica st una doctrina obsoleta, esotérica y tegida por el interés ideoldgico de reforzamiento de ta autoridad ejer- cida por la tradicién sobre el pre- sente, Susan Sontag olvidaba, sin em bargo, que su vivaz ataque contra las. simplificaciones de la interpre- taci6n positivista, ya habia ido mas lejos en el debate hermenéutico aleman. La estética de la recepcién retomé los argumentos de la filosa- fia hermenéutica de Hans-Georg Ga- damer® al cuestionar, desde 1966, el objetivismo de la exégesis impues- to en la ensefianza de la literatura. Denunciaba fas ilusiones del histori- cismo que, preconizando el “re- greso a las fuentes” y la “fidelidad al texto", es causa de que el in- térprete ignore los limites de su ho- rizonte histérico, desconozea lo que la fecepcién del texto debe a la histo- tia, sblo sefiale errores y malas lec turas en el trabajo de sus predece- sores, y Hlegue incluso a imaginarse en una relacién pura e inmediata con el texto, como poseedor Gnico de su verdadero sentido. La estética de la recepcién, por el contrario, al efinir el sentido de una obra por la secuencia histérica de sus concreti- zaciones, no tiene como objetivo fundamental la verificacion de las interpretaciones anteriores (0 su re futaci6n) sino, mas bien, el recon miento de la compatibilidad de inter- * Against interpretation essays, Nueva York, 1966, pg, 6, © verdad y métode, Satamanca, Edicio es Sigueme, 1977, and other 35 El principio hermenéutico, que exi- 9 reconocer la parcialidad inherente @ toda interpretacion, no es la Gnica herencia que la hermenéutica it raria debe a su hermana filosdfica. La hermenéutica de Gadamer la inci ta a desarrollar el acto de compren- der a través de tres momentos: Ia comprensién (Verstehen), 1a interpre- tacién (Auslegen) y Ia aplicacién (An. ‘weden}, Respecta de esta tarea, y com- Parada con las otras hermenéuticas, la hermenéutica literaria adotece de un retraso considerable, La teolo- gf@ y la jurisprudencia nunea han perdido de vista que “siempre se pro- duce, en el medio mismo de la com- Prension, algo parecido a una apli ecacién a 1a situacion presente del in- Urprete del texto”. Solamente la filologfa redujo, @ partir del his- ‘torleismo, su método a la interpre- ‘ucién; no intentd esclarecer 1a com- Prension estética y desprecié el pro- blema de la aplicacién, como si se ‘ratara de una ingenuidad didéctic Sin embargo, el acto de comprender culmina, para el tedlogo, con la pre- dicacién; para el jurisconsulto, con la sentencia, Un texto, legal o revelado, ‘demand algo mas que la simple com- Prensin historica: la significacion de tuna ley se concretiza en su aplicacién ‘@ cada nuevo caso; un texto religioso. debe ser comprendida, en tanto men- saje de salvacion, de manera nueva en cada situacién conereta,

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