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quinta edicion vr sisi y nee ROBERT H. FRANK PRIMERA PARTE Introduccion nomfa, En el Capftulo 1 aplicamos los principios del andlisis coste-beneficio a toda juna variedad de decisiones que nos resultan familiares por la experiencia. Su objetivo es, que el lector entienda intuitivamente lo que significa «pensar como un economista». En el Capitulo 2 desarrollamos el analisis basico de oferta y demanda, que es nuestro ins- trumento analitico para explicar los precios y las cantidades de bienes que se comercian en los mercados. Veremos que, aunque los mercados que no estin regulados pueden no generar siempre los resultados que nos gustaria, suelen producir los mejores resultados posibles en cada circunstancia y que los intentos de los podetes piblicos de ayudar a los pobres regulan- do los precios y las cantidades a menudo producen, por el contrario, efectos secundarios que no se deseaban. Veremos que es mejor ayudar a los pobres adoptando programas que aumen- ten su renta, E: Los dos primerus capftulos repasamos la materia del curso introductorio de microeco- CAPiTULO Pensar como un economista de escasez. Muchas personas, cuando oyen esta definicién por primera vez, reaccionan afirmando que esta disciplina es de escasa importancia para la mayoria de los ciudadanos de los paises desarrollados para quienes, después de todo, la escasez material es en buena me- dida una cosa del pasado. Sin embargo, esta reacciGn se debe a que se adopta una visiGn muy limitada de la escasez. Incluso cuando Ios recursos materiales son abundantes, es seguro que otros recursos importan- tes no lo son. Arist6teles Onassis tenfa varios miles de millones de délares cuando muri, Posefa ‘més dinero del que posiblemente podfa gastar y lo uilizaba para adquirir cosas como travesaffos de marfil de ballena finamente trabajados para los taburetes del bar de su yate. Y, sin embargo, tenfa un problema de escasez mucho mayor, en un importante sentido, que los que podamos te- ner alguna vez la mayorfa de nosotros. Onassis fue vietima de una miastenia grave, una enfer- medad neurol6gica degenerativa y progresiva. Para él, la escasez que contaba no era el dinero sino el tiempo, la energfa y la capacidad fisica necesaria para realizar las actividades ordinarias. El tiempo es un recurso escaso para todo el mundo, no sélo para los enfermos terminales. Por ejemplo, cuando vamos a ver una pelicula y hemos de elegir, no es el precio de las entradas cl que nos impone limitaciones a la mayorfa de nosotros, sino el tiempo. Si no disponemos més que de unas cuantas noches libres al mes, ira ver una pelicula significa no poder ir a ver otra 0 no poder cenar con los amigos. El tiempo yy el dinera no san Ios tinins recursas eseasas importantes, Pensemos en la deci- sién econémica que tenemos que tomar cuando un amigo nos invita a desayunar a un bufet. Se trata de comer todo lo que se quiera y hemos de elegir 1o que vamos a tomar. Incluso aunque no fuéramos ticos, el dinero no seria lo importante, pues se puede comer gratis todo lo que se quie~ ra. El tiempo tampoco es un obstéculo, ya que tenemos toda la tarde y preferimos pasarla en compaiiia de nuestro amigo que en cualquier otra parte. En este caso, el recurso escaso impor- tante es la capacidad de nuestro est6mago. Hay un montén de comidas favoritas ante nosotros y hemos de decidir qué vamos a comer y en qué cantidad, Comer otra «tostada» significa nece- sariamente tener menos sitio para tomar mas huevos revueltos. Aunque en este caso el dinero m0 cambie de manos, no por eso es menos econémica nuestra decisién. En foda decisiGn hay en mayor o menor medida un problema de escasez. Algunas veces 1a escasez de recursos monetarios es la ms importante, pero no lo es en muchas de las decisiones I A MICKUECONOMIA es el estudiv de la manera en. que eligen los individuos en condiciones 3

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