n Mary Doulas Capitulo 4
de relacién no verbal pero al que sélo se le ha provisto de palabras CUADRICULA Y GRUPO
y de desprecio por las formas rituales. Al negar el habla ritualizada,
nicga también su facultad de hacer retroceder el limite que existe
entte lo interior y Io exterior para poder incorporar en sf mismo
tun mundo social configurado de acuerdo a un esquema. Al mismo
tiempo minimiza su capacided de recibir mensajes inmediatos, con-
densados, que se transmiten por medio de canales no verbales.
Resulta iluminador considerar el ritual como un oédigo restricto,
MAR Y Dove LAs
Swhole vat, rele, pero el hacerlo plantes més problemas de los que puedo resolver.
Anguye Bernstein que dicho codigo presenta formas verses; cual
&p beus Us Ry quier grupo estructurado, es decir un grupo en cl sentido de que
‘sus miembros se conocen bien unos a otros, como ocurre por ejem-
b Blo en el teen lc, I deni 0 lee lo, geen
Co tuna forma especial de codificacidn que abrevia el sistema de comni-
Jwoe ic Alec 4 ‘condensando unidades de lenguaje en claves previamente esta:
) 1 FA blecidas, Este c6digo restricto permite imponer un sistema de valores
determinacos y resulta en la inteiorizacin por parte del individvo de
eth ad Mov, > In estructura y les normas del grupo a que pertenece en virtud del
, ATES proceso mismo de interzecidn. Muchos de los excitos 0 de los resi-
DAP ed. 5
COL
Gon un eédigo precstablecido de intersccién socal. Las adhesiones,
menes de reuniones de antropélogos o de cualquier otto tipo de espe-
- dependencias, patronazgos, clientelas, rebeliones contra la jerarquia,
Ned. <. Crackle] afirmaciones de Ja misma, etc., etc., se expresan oblicua y silencio.
cialistas deberian calificarse de ritualistas 0 de cédigo restricto en
len A tanto que Jas referencias a trabajos de campo, a los métodos (a veces
7 Te;
samente por canales paralelos a los explicitamente verbales. Si esto
es asl, Bemstein, con su esquema basado en la dicotomia de eédigos
imposible), as notas a pie de pagina, ete, etc, se dan de acuerdo
restrictosy elaborados, esté en el mismo estadio que Durkheim
cuando diferencisba le solidaridad mecinica de la orgénica, o de
Maine cuando distinguia. las sociedades.gobemnadas por contrato
B4 Mary Douglas
de las sociedades gobemadas por status. Como firma el mismo
Bernstein, [a distincién entre el c6digo restricto y el cédigo elabo-
rado ha de ser relativa dentro de las formas de Ienguaje de un grupo
dado, La cuestién de si existen culturas primitivas en las cuales todo
cl Ienguaje corresponde al cédigo restricto careceria pues de sentido
por dar un valor absoluto a la definicién. Supone Bernstein que en
cada grupo social tiene que haber zonas de Ia vida social responsa-
bles de tomar decisiones de tipo politico y por Jo tanto expuestas
aa Ta necesidad de comunicar con personas ajenas a la comunidad. En
todo sistema tribel deberd haber pues hombres que se han visto for
zados a fabricarse un cédigo elaborado de lengusje, oSdigo con arre-
‘alo al cual pueden hacerse explicitos Jos principios universales y pot
el que pueden extracr los conceptos de su contexio puramente local
Personalmente no estoy convencida de ello. Si las situaciones que
exigen Ia toma de resoluciones con respecto al gobierno del grupo
formaran parte de un ciclo repetitive, seria posible discutirlas en
términos de unidades preorganizadas de lenguaje. Sélo la necesidad
de innovacién haria necesario el esfuerzo enderezado a Ia creacién de
tun eédigo de lenguaje elaborado. La cuestién plantea interesantes
problemas de método para el etno-lingtista, pero no es bésica para
imi argumentacién. En este sentido, me interesa mucho més oémo
utilizar le idea del eédigo restricto para interpretar diferentes grados
de ritualizacin
Si tomamos el ritual como una manifestacién del céidigo restricto
y si consideramos que la condicién necesaria para que surja tal c&
ddigo es que los miembros del grupo determinado se conozcan tan
bien unos @ otros que compartan un acervo comin de supuestos que
nunca necesiten hacer explicitos, veremos que podemos clasificar las
tribus de acuerdo con esta base. Los pigmeos, por ejemplo, nunca
podrén leger a conocerse entre sf bien, Le interaccién social que
existe entre Jos miembros del grupo puede compararse en estructura
e intensidad a Ia que pueda darse entre los abastecedores de un
pueblo de verano francés que acuden a éste desde Paris a comienzos
del mes de junio para abrir sus tiendas y hoteles con vistas a la
estacién veraniega. Se conocen, indudablemente, comparten una base
de supuestos comunes, pero tienen también otros intereses. Emergerd
asi entre ellos un obdigo restricto sélo en lo relativo a los asuntos
locales. Del mismo modo, podemos suponer que tanto los grupos de
igmeos como de némadas persas que unen sus respectivos campa-
‘mentos durante una estacién, pero que no vuelven a reunirse nece-
sariamente al afto siguiente, utilizarin un eédigo restrieto para ex
Dresar sus preocupaciones comunes y formas variantes de ese c6digo
restricto para comunicarse con sus propias familias. En ambos c#s0s,
Simbolos naturales B
Ja comparacién con los ebdigos lingiisticos proporciona una buens
‘explicacién para la pobreza del ritual, explicacién que se ajusta a la
premisa durkheimiana segtin Ia cual Dios y Ia sociedad se corres-
ponden; cuanto més confuse sea la estructura de relaciones en la
sociedad, més inestable y pobre de contenido sera Ia idea de Dios.
El cédigo restricto se utilize para transmitir informacién y para
‘mantener una forma social determinada. Constituye tanto un sistema
de control como un sistema de comunicacién. De modo semejante,
cl ritual crea solidaridad y las ideas religiosas tienen implicaciones
punitivas. Esta iltima funcién perderé importancia conforme menor
sea cl valor que se otorgue a la coherencia social. No puede sorpren-
demos pues gue los pigmeos, que se contentan con ua nivel miaimo
dde organizacidn, desconozcan el aspecto punitivo de la religién. Surge
asi un nuevo punto de referencia que nos permitiré predecir Ta pre-
sencia o ausencia de ritualismo en el seno de las sociedades humanas.
Necesitamos un modo de comparar el valor que se otorga en los dife-
rentes grupos a la organizacién y al control social. Podria ilustrar
el tema hasta Ia saciedad con referencias a tribus exéticas, pero en
algiin momento habré que someter a control el problema de la com-
paracién, No s6lo es una préctica dudosa comparar predicadores con
bigmeos, Tan peligroso resula comparar tsbus de cazaores con
ttibus de pastores, 0 tribus de cazadores de Aftica con uibus de
cazedores de Australia. Trataré pues de resolver el problema de las
variaciones culturales tratando en lo posible de no trascender los
limites de una misma cultura, Pero, en primer lugar, trataré de
adaptar a mis propésitos el diagrama de Bernstein relativo a los
sistemas de control familiar. El diagrama iba ditigido originariamente
a reflejar le influencia creciente de la divisisn de trabajo en el seno
de la sociedad industrial sobre dos variables: cl habla y las técnicas
de control. El primer paso consistiré pues en climinar el efecto de
la divisién de trabajo eligiendo variables ligeramente distintas. Dado
que el trabajo de Bernstein atiende 2 la estructura de las familias
de Londres, se basa en relaciones directas y personales entre indi-
viduos y en consecuencia necesitaré de ajustes minimos en este sen-
tido pata adaptarlo @ la sociedad tribal. Las dos lineas del diagrama
miden diferentes aspectos de lo que Bernstein lama comportamiento
posicional dentro de la familia. Alli donde la divisién de trabejo
tiene menos efectos, cl cédigo lingtistico y el sistema de control
‘mantienen una estructura diferenciada de relaciones dentro del con-
texto familiar, Para seguir de cerca la teorfa de Bernstein habremos
de traicionar {a sutiidad de su penssmiento. En su diagrama (p. 49)
los cédigos lingiisticos responden a Ia presién que ejercen sobre la
sociedad industrial las capas superiores responsables de las decisio-% ‘Mary Douglas
nes politicas y administrativas en favor de una articulacién verbal
la vez mayor. Los sistemas de control familiar responden a ese
mismo tipo de presiones que exigen nuevas generaciones capaces de
dominar abstracciones intelectuales relativas a la conducta humana.
La finalidad del diagrama consiste en demostrar que las respuestas
@ esas presiones no se dan en la misma propotcién en todos los sec-
tores de la sociedad industrial. La zona de maxima estructuracién
de las relaciones sociales dentro del contexto familiar es la de la
izquierda; la zona de maxima apertura y libertad de estructuracién
es la de la derecha. En el extremo inferior derecho, el individuo
emerge de un sistema de controles disfrutando de la maxima libertad
poulble. El disgrema ihusira también ofno un tipo de presitin deter.
minada produce el paso de un sistema de control posicional a un
Siitesak de contac’ perscusl, Ya Tencatfertical tepwsstaita oe carcr
en el uso del habla. Muestra la posibilidad de que éste se utilice
para intensificar el control posicional y cimo dicha posibilidad dis.
minuye conforme aumenta la presidn en favor de la liberacién con
respecto a la estructura posicional local, una liberacién de tipo inte-
lectual, verbal y simbélica. Los que mas se han liberado del tipo de
relacones. personales estructuradas son también, precisamente, los
que mds experimentan la complejidad de la estractura industrial
aoa: peas ao de sen este at) para
adaptarlo a la sociedad tribal. En los pérrafos siguientes traba
frase pues, cul tm fmerpertarsal uertel.rilfeesstarsi/ee a sca
rel
‘Simplificaremos nuestra tarea si recordamos sucintamente qué es
Jo que Bernstein se propone. Deduce éste una cosmologia de los siste-
mas de control o, mejor dicho, demuestra que la cosmologia consti-
tuye parte integrante del vineulo social de acuerdo con los principios
siguientes. Primero, para presentat como razonable un sistema de con-
trol (es decir, para justificarlo, hacerlo valido 0, como dice Weber,
ara legitimarlo) se ha de apelar a principios dieimos telativos « ls
naturaleza del hombre y del universo, Este principio funciona incluso
a nivel familiar, Segundo, entre el sistema de control y los medios
de control (habla, ritual) existe una intereccién, Tercero, que existe
una cierta correlacién entre la codificacién del medio de control y el.
tipo de sistema de control que se utiliza. A la larga probablemente
se verd que, en realidad, se corresponden, pero a corto plazo el pro-
ceso de transicién puede oscurecer dicha paridad. Nuestra tarea ini-
St pues, en identificar los aspectos de control de la cos-
ologie,
En algén lugar, muy Jejos del nivel de la familia y el hogar inglés,
una méquina elabora un conjunto de presiones sociales. Al poder des-
a
is,
Simbolos netusler 7
aud se le viste con decencia y se le legtima. Sus exigencias de legi-
timacién Hegan hasta los niveles més intimos, incluso a la relaciéa
‘que la madre inglesa tiene con su hijo. La madre aprende a afirmar
su autoridad de ciertas formas y a jus
con.ciertos principios generales. El nifio es ast indoctrinado en los
supuestos de Ia sociedad en que vive. Se controla o aviva su cutiosi-
dad y se le impone una determinada funcién no por medio de doc-
trinas abiertamente expuestas, sino indirectamente, por lo ques
deja implicto, Revela Bernstein que en nuestros estilos de lenguaje
se hallan implicitas dos visiones del mundo generadas por dos siste-
mas de control petfectamente discernibles. Siguiendo un método se-
mejante estudiaremos los sistemas de control y los supuestos que los
Jegitiman. Por el momento no trataremos de las variaciones de los
medios de control. Eso quedaré para el préximo capitulo. Ast, pues,
dejando a un lado los cédizos lingiisticos, estableceré una compare.
‘in de sistemas de control contraponiendo una forma de relacién
enteramente personal no estructureda por principios fijos, @ un sis-
tema equivalente a la familia posicional de Bernstein. Nos centrare-
mos en la intetaccién de individuos en el contexto de dos dimensio-
nies, sociales. La primera serd el orden, la clasifiacién, el sistema
simbélico. La segunda serf la presién, la necesidad absoluta de ple
sgarse a exigencias externas. Consideremos en primer lugar el orden.
Las relaciones sociales exigen que se claifiquen categorias y se pro-
porcionen orientaciones. El orden es la exigencia bésica para la co-
municacién, Serfa posible comperar sistemas simbélicos atendiendo a
Ia clatidad de definicién de las categorfas que utilizan. En las primeras
pginas de De quelques formes primitives de classification hay un
atisbo de dicha posibilided:
De hecho, pa nosotroe claficarconsise en distibuir las costs 0, era
aor ti pera po, ew cy de arn. Enel fone
Fossa concepeign de categoria, ce hala la idea de cneonscrpcgn con limies
fics y bien ceiides. Cast gedrla afirmane que este concepto dela cast
qeisn comienss con Arisitles..No's6lo ene’ muestra sctsl accién de
laficacign ona historia, sino que es bistora plicn una consideobe. pee
historia. Serio imposible cragert cl estado de iadatincin ¢ pettir del coal
se Sl a mee banana, Any, ‘ng pace mo. cnisalede
fests Iterauta poplin, de tgcston mito de muestae celigione, se bate
une confi ndatenal de indgrae ides" Serendctoe a
fivel delat socedades menor cvoluconadse, aqsellas que ks alemanes dee
xlben con el vago apelative de Neturdlkey, balers una confusion mental
fin md gencralzada, (Durkeim y Maus, 1905: 56, tad inglen)
Los autores comparan después esta confusién de definiciones con
¢l desarrollo de la conciencia en el individuo desde 1a infancia hasta
In madurez. Cuando el nifio comienza a esteblecer distinciones, 1o