Los desalambradores
MAN. silos queria ver. Les dije
que si volvian a arrancar
las cercas lo iban a pagar
muy caro. No solamen-
te rompieron los alambres para que
‘sus vacas flacuchentas se tragaran.
mis mejores pastos, sino que
ahora a este lado de la hacienda
se han metido y han tenido la
desvergtienza de levantar unos
ranchos y empezar a esearbar
ten lo que no les pertenece.
Con este gobierno y conmi-
go no se juega. Preparense
y vayan rezando sus ora-
ciones José del Carmen
Cifuentes y Timoleén
Zapata y usted Carme-
lito Herrera que es
apenas un pelado
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ae ha convertido en todo un invasor,
fasta aqui llegaron. Esta vez la tropa y yo les
‘madrugamos. ae
Eso dijo usté don Isaias la tarde del 14
de marzo. Mire ahora todo el gentio que ha
invadido su hacienda. No se ponga de rodi-
tas. Levintese como un hombre porque lo
voy a matar.Fabula
los _satones
hicieron una
alianza y la
serpiente
de cascabel le puso el
cascabel al gato.
Castor Pélux
y Polux Castor
ran idénticos como dos gotas de
sudor, Cuando nacieron en la fria
casucha de latas, su madre pens6
que la maldicién biblica era cier-
ta, pues sintié que parir ese hijo le habia doli-
do como si fueran dos. Sélo minutos después,
vio sobre las pringosas frazadas los dos mon-
toncitos loriqueantes y mirando a la cara a su
marido, musité entre la ternura y el espanto:
Son gemelos.
Ni siquiera ella supo a ciencia cierta
quién era Juvenal y quién era Joaquin. Siem-
pre sospeché, que en aquella mafiana del
bautizo, el cura se habia
confundido y bautizd a
Joaquin como Juvenal y
a Juvenal como Joaquin,
Los afios pasaron
con caminadito de perro