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C.C.Pagiel Enseñanza para Grupos.

ALREDEDOR DE TU BARCA
INTRODUCCIÓN. Las barcas son uno de los medios de transporte más
antiguos que existen, pero también se utilizan para salir a pescar, ir en busca
de provisión. Es como el automovil, lo usas para pasear, pero un porcentaje
muy alto lo usamos para buscar la provisión, para llegar a tiempo a tu trabajo,
o para visitar a los clientes etc. Y en ese contexto podemos ver que en tiempo
de Jesús, las barcas eran para pescar, para buscar la provisión, y así mismo
nosotros en medio de buscar la provision, muchas cosas pueden pasar,
tormentas, perdidas de oportunidades, frustraciones, es más, ya en el tiempo
de los romanos, ya habian piratas que venian a robar las mercancias,
alrededor de esa barca, de ese transporte maritimo ocurrian muchas cosas.

En Lucas 5 leemos que Jesús se encontraba ante una multitud a orillas del
lago Genesaret cuando vio dos barcas y se subió a una de ellas.

Lucas 5:1-3: Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret,


el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos
barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores,
habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de
aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra
un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.

Hecho esto, notó la frustración de los pescadores porque no habían pescado


nada y, a pesar de que la multitud seguía allí, pasó a enfocarse en ellos. Él
mira nuestras pérdidas y frustraciones, nuestros temores y nuestros
lutos. Conoce nuestras necesidades y se enfoca en ellas. Siempre está
pendiente de los detalles y nos provee soluciones

Lucas 5:4-5: Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro,
y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo:
Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos
pescado; mas en tu palabra echaré la red.

Al enfocarse Jesús en Pedro, este confió e hizo lo que Él le dijo, y el resultado


fue una pesca tan grande que necesitaron ayuda de la otra barca, Lucas 5:6-
7: Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se
rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la
otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas
barcas, de tal manera que se hundían.

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1. Pasar de la frustracion de no tener nada a tenerlo todo. Pasaron de


la frustración de no tener nada a tenerlo todo. Fue entonces cuando el
pescador le dijo a Jesús que se apartara de él porque era pecador,
como si eso tuviera que ver con que Él quisiera bendecirlo con una gran
pesca

Lucas 5:8-11: Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús,
diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque
por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de
todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de
Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No
temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a
tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

En este capítulo podemos notar que hay muchas cosas que podrían
repararse: desde la barca que se hundía hasta las redes que se rompieron,
pero sobre todo era necesario “reparar” al pescador, pues, aunque es cierto
que la red no aguantó la pesca, el corazón de Pedro tampoco estaba listo
para una pesca tan grande.

Existe una conducta que algunos llaman «atención selectiva», la cual


considera el problema a resolver y no las emociones entorno a él. En los
deportes solemos ver las victorias y fracasos de los deportistas, pero pocas
veces vemos sus frustraciones. En las carreras de Fórmula 1, por ejemplo,
cuando un carro colisiona, ¿quién repara el auto? Los mecánicos. ¿Quién
repara los huesos del conductor? Un médico. Pero ¿quién repara al conductor
de su trauma? Muchos podrían decir que un psicólogo, pero no siempre es
así de fácil. ¿Qué pasará por la mente de un conductor de Fórmula 1 cuando
fracasa mientras manejaba uno de los automóviles más rápidos del mundo?
Ejemplos como este hay en todos los deportes y en todas las áreas de la vida.

Pedro era un buen pescador, pero no sabemos cuántas noches pasó sin
pescar antes de que Jesús hiciera el milagro. Acaso esas noches lo dejaron
marcado y muy dolido. Quizá lo único que te haga falta para levantarte del
suelo sea reparar un trauma, una herida, un pleito familiar, una discusión que
se quedó a medias y que no te permite ponerte de pie.

2. No te concentres en tus emociones porque pueden ser


destructivas. Más bien en las soluciones. siempre habrá un factor
externo y otro interno. Pedro sentía miedo y aunque podía reparar la
barca y la red (los factores externos), si no reparaba sus emociones (el

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factor interno), podría haber zarpado muchas veces e igual no pescaría


nada.

Cuando llevas heridas por dentro no importa quién te contrate, cuánto te


paguen, el aumento que te den en el trabajo, si el banco te dio el préstamo
o muchas otras cosas, porque tú mismo podrías estar boicoteando tu
felicidad sin darte cuenta. Felicidad y bienestar son dos cosas distintas.
Por eso olvídate de los factores y enfócate en la solución.

Más adelante Jesús se volvió a acercar a sus discípulos mientras


pescaban, pero tampoco habían pescado nada. En vez de criticarlos por
un segundo fracaso, el Señor los ayudó y luego pescaron tanto que hasta
sobreabundó

Juan 21:1-6: Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus


discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el
de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus
discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron:
Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y
aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba amaneciendo, se
presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era
Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron:
No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.
Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de
peces.

¿Quién necesita 153 peces para la cena de siete personas? Él conoce tu


necesidad, está enfocado en ti y quiere bendecirte con abundancia.
Esta vez pudimos notar que, a diferencia de la anterior, no solo la barca y
la red estaban mejoradas, sino que también el pescador estaba sano. Dios
puede restaurar algo que hayas perdido, pero primero quiere restaurarte
a ti. Porque si un corredor que vuelve al volante tiempo después de un
accidente y sin haber sanado por completo, aunque el automóvil y el clima
estén en óptimas condiciones, difícilmente pasará de la primera curva.

Conclusion. Jesús quiere sanarte y repararte. No olvides que las


personas de fe caminan por aguas donde otros solo pueden navegar.
Pídele al Señor que te ayude a reparar tu barca y tu red, pero también que
sane al pescador, y nuestro Padre hará cosas maravillosas en tu vida.

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