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Tratado de Economia Nacional por el P. Heinrich Pesch, S. J. PRIMERA PARTE FUNDAMENTOS Traducida del original aleman pore! P. José M. Liovera, C. C. rélogo del Excmo, Sr, D, Ra- fael Rodriguez de Cepeda, Se- nador del Reino y Catedratico de la Universidad de Valencia. TOMO TL A LA VENERABLE MEMORIA DEL KAVERENDISING si:8oR DR. PABLO LEOPOLDO HAFFNER SIFUNTO OBISPO DE MaGuNCIA PROLOGO DE LA EDICION ESPANOLA Nunca han desenidado los catdlicos ol estudio de ninguna humana disciplina, mucho menos si ésta se contaba entre las ciencias sociales, pues 4 ello los obligaba, no sdlo la ley del progreso intelectual que Dios ha impnesto al hombre, sino también la ley del amor, traducida en el orden préetico en todo cuanto se refiere al bienestar y perfeccionamiento de los hombres on la sociedad, objeto 4 que tionden las ciencias sociales. La gravedad que la cuestién social ha adquirido en los tiempos modernos ha obligado atin mas 4 los catdlicos & dedicarse al estudio de la Economia po- Kitiea, que tan intimamente enlazada se halla con esta cuestién, ya que los errores de estos estudios econémicos en el orden tedrico contribuyen pode- rosamente 4 producir en el orden prictico los males sociales que tan de cerca y tan terriblemente nos amenazan. De ahi, no sdlo la investigacién y exe- men profundo de las cuestiones econdmicas en sé lidas obras publicadas por los catélicos de todas las naciones, sino también la multitud de revi publicaciones periddicas dedicadas 4 estos asuntos, TRATADO DE ECONOMIA NACIONAL y la institucién de cursos especiales de ensetianza consagrados a estas ouestiones, como los conocidos con el nombre de Semanas sociales, que en breves afios se han difundido por las principales naciones de Europa. Pero entre los escritores catdlicos que se han entregado al estudio de las cuestiones econdmicas y sociales sobresale un grupo formado por ilus- tres religiosos de la Compaiiia de Jestis on Ale- mania. Expulsados estos religiosos del Imperio alemén hace ya muchos afios 4 consecuencia de las leyes del Kulturkampf, consagréronse al eultivo de las ciencias filosdficas y sociales y 4 la publicacién de excelantes obras cientificas, principalmente teold- gicas, filoséficas y de Derecho natural, en quo & los inmutables principios de la filosofia eristiana han agregado todos los legitimos adelantos de las ciencias sociales en nuestros dias, infiltrdndoles la savia cristiana é incorpordndolos 4 la sana ciencia. No se contentaron tampoco con los trabajos que ve- nian publicando en su edlebre revista Stimmen aus Maria Laach y en los follatos anejos & ella, sino que iniciaron la publicacién de una biblioteca que con el titulo Die soziale Frage (La cwestién social) se proponia estudiar y propagar los’ principios sovia- les catdlicos aplicados & la solucién de las enestio- ues sociales, Entre las obras publicadas en esta biblioteca, to- das ellas oportunas y Henas de sélida y excelente doctrina, como debidas & autores tan sabios como los Rvdos. PP. Meyer, Lehmkuhl, Cathrein y otros, PROLOGO DY LA EDIGLON EsPAROLA a sobresalia la titulada Liberalismus, Socialismus und christliche Gesellschaftsordnung, que revelaba en su autor, el Rvdo. P. Enrique Pesch, un estudio pro- fundo de Jas cuestiones sociales y econdmicas, y una crudicién vastisima en ol campo de estas cieu- cias y de todo su movimiento contempordneo. Esta obra, ya de por si tan excelente, era precur- sora de otra de mayor importancia que habia de venir & enriquecer la bibliografia de la ciencia ca- téliea, y que habia de prestar grandes servicios & ésta al incorporarle los excelentes trabajos y pro- gresos de la ciencia econdmica alemana y de sus grandas eseritores y e¢lebres profesores, como los Nasse y los Wagner, que si enriquecian por una parte 4 la ciencia catdlica, por otra recibian de ella mayor realee por los principios solidisimos que ve nian @ informartos. El libro & que nos referimos es el que se enca- beza con este prdlogo, y que con el titulo de Lehr- buch der Nationaldkonomie (1) empezd & publicar en el afio 1905 el P. Pesch, y del que han visto ya Ja lz el tomo primero, el citado wito de 1905, y el segundo, en el 1909 La empresa de cristianizar la ciencia econdmica, en que escritores tan doctos como Perin, Liera- tore, Hervé-Bazin, Devas, Costa-Rossetti, Toniolo, Antoine y otros muchos tanto han trabajado, ha re- ibido con la obra del P. Pesch un avance conside- rable. Cadl ha sido el concepto fundamental de ésta, Y; por tanto, cudles son sus ideas madres, lo ex- () B. Herder, editor en Br burg in Bresgua. 12 TRATADO DE ECONOMIA NACIONAL Pone con sobria elocuencia su autor en el prélogo, ¥ 80 deduce de la simple lectura del indice del pri- mer tomo, consagrado & lo que lama fundamento de la ciencia econdmica. Objeto serdn siompre de ésta los bienes materia- + y Ios catélicos no podran nunca variar este ob- jeto sin suprimir esa, clencia, Pero esos bieves ma- teriales, esa riqueza, esa prosporidad y abundan. a mica, son estudiados por los catdlicos de muy distinta manera que por los racionalistas, Estos ul. timos se dejan dominar por la idea de la mayor pro- duecién posible de bienes materia les, y 4 ello lo subordinan todo, incluso al mismo hombre, & quien demasiado 4 menudo consideran tan sdlo como un medio 6 instrumento de produecién, como una ma. quina de Ja fuerza de medio caballo poco més 6 menos, & la que basbaria alimentar con pan y carne en vez do hulla, segtin dijo un ilustre prelado fran- oés censurando este concepto racionalista del hom. bre como factor econéimico. Los catélicos, por el contrario, no pueden nunea olvidar las ensofianzas de la Revolacion y de la sana filosofia. Nos dice la ven ert ue el hombre fad creado & imagen y so- Mejanza de Dios, quien le constituyd rey de la Creaciéu y le ordend que dominase & todas las cria- tras ¥ sojuzgase & los elementos; lominio y con- quista que despnés del pecado original ha de rea- hiaar & costa de grandes trabajos y esfuerzos, La sen filosofia, al darnos 4 conocer la naturaleza de | . firmarnos las ensefianzas de la Revelacién, pues nos le muestra bien claramente cémo los seres ereados se hallan subordinados unos 4 otros, estando en la etispide de esta serie ol hombre como rey de la Creacién. Por eso el P. Pesch dice con gran elocuencia: «Tod nen precio; el hombre tiene dig- nidad. El es centro y dominador del mundo mate- rial, y por medio de su naturaleza sensible y racional tiene la facultad de ensanchar este sefiorio en pro- gresivo y laborioso desarrollo, y de perfeccionarlo y confirmarlo. Pertenece al orden econémico como sefior; no al orden de los bienes econdmicos. Nunca es objeto 6 instrumento; siempre, y sobre todo, su- jeto y fin de la Economia. ¥ esto se aplica al mas humilde trabajador, gue participa de la humana na- turaleza, y debe por ello también participar en el ejercicio y los frutos del sefiorio del hombre sobre el mundo externo material, sefiorfo basadn en la hu- mana natural en su destino.» ¥ si el hombre es el snjoto y el fin de la Eeono- mia, y si los bienes materiales han de subordinarse al hombre, y no éste 4 aquéllos, y si por razén de su dignidad y de su fin el hombre tiene derechos que le son esenciales y yue no pueden ser desconocidos, signese de aqui la importancia que la nocidn de la justicia tiene en el desarrollo de la ciencia eeondmi- ca, la cual debe inspirarse, no sélo eu la justicia individual, sine también en la social; esto es, en la que se refiere 4 cada organismo social, sea éste cual fuere: clase, regidn, Estado. Esta idea de la dignidad dol hombre, y la de la ijusticia, que con ella est intimamente relacionada, s las cosas tie z2. PRATADO Da BOONOMIA NACIONAL es la que informa la Keonomia oristiana y la que obliga 4 combatir ios sistemas individualista 8 cae pitalista y sovialista, y é defender como iuieo siste- ma aceptable el solidavismo, al que también llama el autor sistema social del trabajo, en el onal, sin caer ou los erroves del individnalisme ni del soviae lismo, se concilian los derechos del individno can los do la sociedad, y sin olvidar ta importancia del capital ui de los factores uatursles, se da toda la ave Ciena al trabajo humano, por el cual el hombre realiza ol seitorio que Dios le dié sobre la Naturale. va. Sistema, ademis, que tiene en cuenta los debe- Fes que unen entre sid los hombres y 4 éstos con 10s grnpos sociales, y que, ligando 4 los hombres en Sus relaciones econdmicas con los vinenlos de la Justicia, acaba esbrechandolas mas intimamente con los de Ia caridad. Sistema, por fin, qne on el orden de la distribuein de Ja rigneza eg el qne mejor se ajusta d los principios de In justicia, sin cuya obser- vancia ol hombre no puede ser feli2, puesto que, come dice Carlyle, citado por Pesch: «El seuti. iniento de la injustioia es lo mas insoportable & todo hombre. £1 negro mas inculio no sufre ser tratado injustaments. Ningitn hombre lo soporta, ni debe soportarto, Bn una ley ids profanda quizis que aingima, en una ley eserita inmediatamento por la mano de Dios en lo mas profundo de nuestro ser, se halla une eterna oposicién & la injusticia, ‘Talos sou las ideas capitales que iuspiran la obra del P. Pesch, y que, aplieadas 4 todos los progresos do la moderna ciencia econdmica, hacen de la Eco- vomia wna ciencia cristiana que trabaja seriamente PROLOGO DE LA wDICION ESPAROLA 15 en pro de la felicidad temporal do los pueblos segtin la idea cristiana de la civilizacién; esto es, aspirando 4 que llegue al mayor nitmero de hombres posible el mayor niimero de bienes también posi- ble, siempre bajo Ja guarda de Ja ley divina, tini- ca que puede conducir al hombre 4 su fin dltimo, Y; por tanto, de ese decélogo eterno ouya obser- vancia, segin Le Play, es el primer elemento de la constitucién esencial de la Humanidad. A la Biblioteca Ciencia y Accién, que se propo- ne dar A conocer las principales obras de ciencias sociales y econdmicas publicadas on ol extranjero, y Au director téenico, ol Sr. Aznar, hay que agra- decer que pongan al aleance de los espafioles la obra valiosisima del P. Pesch; y al P, Llovera, meriti simo socidlogo catdlico, que haya lMevado 4 cabo con especial competencia empresa tan dificil como la traduccién de un libro tan importante y escrito en lengua tan distinta de la nuestra, lo cual, aumen- tando las difieultades del trabajo, lo hace mucho mas meritorio. Premio ha de ser para 6) la satisfac- cidn del gran servicio que con ello hace a la ciencia ‘a patria. catélica en nues Raraei Ropriauez py Czrupa. PROLOGO DEL AUTOR Ala grata memoria del Dr. Pablo Leopoldo Haff- ner, vardn esclarecido, de gran inteligencia y acen- drada caridad, va dedicado el presente libto. Re- potidas veces este insigne sucesor del obispo Gui- Hermo Manuel de Ketteler en la Sede de Maguncia me animé y estimnlé con alentadoras palabras 4 emplear todas mis fuerzas, dentro de las condicio- nes, medios y posibilidades de mi vocaciéu, en la obra de la réforma social. Lia piedad y la gratitud me obligan, de consiguiente; & depositar sobre su tumba el fruto de mis trabajos. Sirva al propio tiempo la dedicatoria para testificar al venerable clero de la expresada didcesis, con quien tantos la~ zos de entratiable amistad me unen, mi constante adhesién y mi cordial afecto. | Rapasando en la memoria los nombres de aque- llos & quienes debo mi instruceién en la Filosofia, a Jurispradencia y la Econom{a nacional, siéntome dbligado 4 mencionar en primer término al fildso- fo jurista Teodoro Meyer, como quien mayor in- fluencia ha ejercido sobre el presente Trarano. Hay que agregarle, como economistas nacionales, Erwin Nasce, y de los profesores de ciencias sociales de la Universidad de Berlin en especial Adolfo Wag- er, el mas eminente, sin disputa, entre los tedri- ‘os 'contempordneos de la Economia nacional en Tomo L 2 Is ‘TRATADO DU KCONOMIA NAL Alemania. Sus explicaciones, lo propio que sus es critos, sordn acaso poco satisfactorios para la enrio- sidad, pero lo son en alto grado para la inteligen- cia; sus obras son producciones cientificas de pri- mer orden, Hamadas 4 conservar por largo tiempo un puesto de honor en la historia de la ciencia eeo- némico-nacional. Siento tambiéa en mi corazon una verdadera necesidad de dar piblicamente las gra- cias al vensrado maestro por la ingenua benevolen- cia con que siempre traté 4 los eclesidsticos cateli- cos qe tvicron la dicha de contarse on el mimero de sus alumnos. Por lo que concierne a Ja presente obra en si mi: ma, he dirigido mis esfuerzos 4 constrnir un siste- ma armonico de doctrina econdmico-nacioual cuya especialidad consiste en el consecnente desarrollo de la concopeién telealégica vy antropocéutrica (el hombre snjeto y finde la Economia), en la combina- cidu del estudio cansal y eb teleoldgico, en la acen- taacién del fin del Estado y de su importancia para el conocimiento de los fines de la economia nacio- nal, en el realee de! cardcter practico de nuestra ciencia, en el empleo combinado de la induceién y la deduceisn, de la andl y Ja sintesis. Et sistema entero hallase dominado por la idea de la justicia social, de la jusvicia uo sélo para tos iudividnos, sino también para el todo, para cada ma de Jas clases y estados sociales, El principio de Ia solida- ridad, en el sentido de postulado social de justicia, aparece agui como el primero y supremo principio de organizacidn de Ja economia nacional; el solida- rismo se presenta como un sistema intermedio en- tre el individualiymo y el socialismo. Los partiou- lares problemas de la reforma social que agitan 4 nuestra época son estudiados extansamente en su lugar oportuno. Mis doctrinas cvinciden en nn todo con las expuestas en el excelente Stwatslewikon der Gorres- Gesellschaft, como también con la autoriza- da politica del Centro aleman. Doy por de pronto 4 Ja publicidad, como primer tomo de mi Tearano, los principios fundamontales, on la esperanza de poder publicar, con la ayada de Dios, la Economia geno- ral antes de prineipios del ato proximo (1906), y la Economia especial durante el decurso del siguien- te (1907) (1), Aun los que profesen ereencias dis- tintas de las mias no han de encontrar en toda esta obra ni nua sola palabra que pueda ofenderlos, y si mucho que tal vez les sea de utilidad. Bien que nunea ui en ninguna parte disimulo mis convie. ciones religiosas, con todo, amoldindome a Ja ma- teria tratada, no apoyo mi razonaimienta sobre los puntos diferenciales ‘de la doctrina eatélica. sino que me mantengo siempre en Ja esfera de las con- sideravionos filosdteas, historicas, Juridicas y eco- némicas «En el telar del tiempo debemos eutretejer ama trama ¢n arimonia com nnesiras convicviones.» Con estas palabras sefialaba tan clara como acertada. mente el consejero Wuermeling en un diseurso pro- aunciado en el noveno Congreso de Caridad de Breslau (1904) of deber del catélico en las criticas cireunstancias actuales. La fe que profesames nos suministra el motivo. Misereor super iurbam, decia el divino Salvador. Movidos por esto mismo son- timiento omprendamos el trabajo; coadyuvemos en ja medida dé auestras fuerzay al bien de nuestro pueblo. Indelebiemente grabada en mi inemoria guardo ana hermosa frase del caro amigo de juven- tad y compatiero de estudios Leopoldo Wilhelm, presidente del Instituto imperial de Bstadistica, prematuramente difanto: «Nunea—decia—las dis. tinciones y los aonbramientos me han causado ver~ dadera satisfaceién y gozo més de un solo dia: lo que da paz 4 mi corazén os Ia concioncia de haber (2) Debido & unw grave enfermedad, no pado el P. Pesch coneluir {an pronto como esperaba su Prarano, aegiin ver’ el lector eat el pro. Jogo 'de la cogunda parse —( val 1) TRATADO DE KUONOMEA NACIONAL hecho algo en favor de los pobres y de los humil- des.» El trabajo social Hovado 4 cabo con espiritu de caridad cristiana: esto eg lo que nos comunica la paz y la bendicién del Cielo para el tiempo y para la eternidad. Heusaiou Pason, 8. J. Luxomburg-Stadt (Rellevu). § de Diciombue de 104, CAPITULO PRIMERO La Naturaleza y el hombre. 4. La Filosofia se ha definido como el conoci- miento cierto y natural de las cosas por sus causas Yiltimas, Con las debidas restricciones, esta defini- cidn es aplicable & toda ciencia, y, por lo tanto, también & la Economia nacional Las causas relativamente tiltimas que dentro de nuestra ciencia forman el objeto inmediato de in- vestigacidn son el hombre y. la Naturaleza exterior. Varias son las ciencias que se refieren al hom- bre y 4 la Natiiraleza, cada nna desde su punto de vista particular. Pronto se declarara cual es el pro- pio y caracteristico de nuestro estudio Por ahora contentémonos con observar anticipa- damente gue no todas las verdades y conceptos de que se vale la ciencia econdmica son invencién suya. Muchas ideas son corvientes y usuales en la vida cotidiaua antes que de elias s6 apodere la re- flexién vientifiea y las perfeccione mediante una concepeién mas clara y una més precisa determi- nacién. También no pocas verdades que el econo- mista nacional debe tener presentes como prinei- pios directivos de su estudio tienen su propia pa- tria dentro del campo de otras ciencias, 4 las enales incumbe la misién de formularlas, examinarlas y probarlas, Al mimero de estas verdades que la cien- a PAATALO DE HEONO UIA NAGINNAL cia scondmiea presupona, y en parte desarrolla mas ampliaments aplicdndolas al terrena acondinico, pectoneven viertas doctrinas coucernientes: «Ala posicién del huimbre con respecto a la Naturaleza exterior. 4) A la velasién de las bienas axteric hombre ¢) A la vida sovial Do allas tonemos que : 3 con el rabar ante tod Hl hombre, dueho del Universo por vointad dé Dios 1. . Heono y SexDaMNTO DE ESTE HoMInto. ——Ht Recho dei dominio del hombre sobre el mando es ine cuestionrbla: ex #1 enrsy de la Historia vada uuevo progreso realizado en el terreno de la enitura ma. terial le sirve de nueva coutirmacisn, En cuanbo a su fundamento, cousisie en la volun tad de Dios, que Mamé al progenitor del hamano linaje al sefiorfo de la ‘Tierra y did al hombre una naturaleza racional, y con ella wa elevavion esen. cial sobre la pura inateria. Si nose presupone esta iy Munuounaela Thood. Mewors Die Avbeitanrrage wav oie chreead athtachan Sostaiprencipien, 4. Aud doo), Wh ¢ denier eet Wanderanyen durch die Sooaitechafispoldik Ran Og aie cio hoe ns Siutarscreachifel. tutersucingen, 2 MUA aRe ae ee hgh Austen dew Volkowérescha/t, 1. Grundlagen der Natisualoeonarry, J And. 18945 3B. Aud [90 vravisada woe Pablinany Rene tee We noe Lai waif Heindiich der poletiochon Gokavomies Us Buniieyuay polit, Oskononie, S. Walbband, 2, Auf se) 1Sy siguionten Secu te Dus pesolischuftirche Suatene dor menachtichin Wistsce/e | ABB figMumios, —Seboiolloe: rundriss der allgemeruon Volkswire wens lelire, 1,41. Aufl. (Gut), 22 y signiauter, Conrad: Grundriss sum Ste dnmider velit, Ookononia, yd Mua. (OIG) zy slg Wientoe eee eee dar Nationsidkononie, T: Grundlegung W80) ay dgntentee eee Grundberirfe und Griuidsiice der Volkswertschapt aS) 1 yarn tes, Philinpovieb: Grundriga der polit. Oskouomie, 1.4, Ant Cami Sy sieniomtos “Neumann: Grundlagen der Volkswirtgchoftadstre 1 iso, My siguiontes.C. 8. Dovas: Groundworth of, Beowonlen toby de gulontes, U0 y sigticntes.~Maarive Block: Lea irogras de ta Mines Beonomaigus dispuss A. Smati TMK), S1 Y eipaiveuoe elevacidn, careve de explicacién satisfactoria y de significado practic el sefiorfo del hombre sobre el mundo exterior, lo mismo en sus comienzos que en sus ulteriores desarrollos. Resulian de aqui dos importantes corolarios: a) Los fundamentos del dominio que nos ocupa son inmutables; su forma particular y soncreta es variable. La naturaloza racional no es obra de Ja Historia, sino del Creador, Eu sus internos elementos esen- ciales, ya fisicos, ya metafisicos, se sustrae & toda vicisitud histérica, Siempre y en todas partes es el hombre un compuesto de cuerpo y aliua; siempre y eu todas partes os un ser sensitivo-racional. Cou todo, Ins propiedades y energias encerradas dentro de sw esencia son & manera de gérmenes suscepti- blas y necesitados de desarrollo. En su proceso de evolicidn y perfeccionamiento vienen snjetos 4 ja influencia de condiciones variables y del medio am- biento exterior, En particular, la actuacidn efec- tiva, la cousolidacién y el ensanchamiento, la forma especial y la configuracisn concreta del sefiorio del hombre sobre el mundo de la materia se realize en la Historia mediante un proceso lento y gradual- mente progresiva: desde el individual «. Segiin esto, subjetivamente considerada, la nece- sidad es el sentimiento y la couciencia de la falta de alguna cosa, juntamente con el ansia por adgui- wir aquello de que se carece, por alejar de si la in digencia que se experimenta. En sentido objetivo, la palabra «necesidad> sig- inifica también ja cosa misma cuya falta se expe- hrimenia. El conjnnto de cosas necesarias, en geueral 6 en un de- |terminado sentido, recibe el nombre de necesidades 6 menes- lteres. Asi se dice: necesidades 6 menesteres de la vida, Westido, alimentacidn, ete 26 PRATADO DE RCONOMIA WAL! Si, por una parte, las necesidades son sefial, y también causa, de una cierta depeudencia, por otra parte, su natnraleza y extensién esuin intimamente relacionadas cou el grado de perfeceidn especitice y de capacidad svolutiva del ser que las experimenta Cnanto mas elevada os la espavie d qua un sar vi- vieute pertenece, mds complicado es el desarrollo de su proceso vital, y, de cousigniente, mas varia~ das so sas necesidades. Bl hombre sieute nds ne- cesidades que el brato, y éste mas que la plane Una de las pruebas an favor de Ja elovacién esencial del hombre cou respecto al bruto cousiste en que con el prograso de la cultara aquél ensanchassus necesidades, las refinia,y se proporciona medios may apropiados para su satisfaceién. De esta suerte las necesidades vienen & sey un testimonio de la debili- dad y a la vez de Ja graudeza del ser humanv (1). No puede, por tanto, rechazarse sin mas ni mas el desurrollo y ensanchamiento de las necesidades, eomo cosa udciva ¢ reprobable. Por el contrario, en este hecho se revela un legitimo y aun necesario Progreso, que esponténeamente resulta del mismo adelanto eu la dominacion de la Naturaleza exterior y de la posibilidad de una més amplia satisfaceiou de las necesidades que con este adelanto llega 4 0b- ienerse. Por tratarse aqui de un desarrollo enlazado con la condicién de ser racional comin & todos los hom- bres, resulta por Iégica consecuencia que también todos ellos estan autorizados y llamados 4 partici- par de los progresos de 1a cultura material ea la forma debida, mediante una satisfaccién mas am- plia y mas porfecta de sus nevesidades at J.B, Says Cours complet d'Beonamia prutiyus, Uraduooidn whom na de'bf, Sinner, Taio), 8. —Vaane M_ HL Baudtesdlarl: Meet Be namie molitique, teveers edioign 48?2).23.—Kavl Manto: Untersechungen ber tic Organisation der Arbed? oder System der Weltskonomie,2. aad 188i), LL, O01, 457; ILI, Uy sigiontus.— Lohr Hockel: Griudbeyna/fe der Natidaciotonomce, 2 AGA. fal}, Sty siguivmtes: Hs HOMBRE at LA NATURALEZA ¥ 5. QCuasrercacion DE LAS NucEsiDADES.— En ar- monia con la natiraieza sousitivo-racional del hom- bre, yon atencién al elemento constitutive de su ser i que inmediatamente se atribuyen las necesi- dades, se dividen éstas en: a) | Materiuies & inmateriales, corpéreas y espiri- tuales, intelectuales y morales. Del mismo modo que el espiritu y ef citerpo pertenecen 4 dos grados de sex esencialmeute discintos, asi también las ne- cesidades materiales y las inmateriales forman dos esferas eseucialmento distintas de uecesidad, Y si el cuerpo no sdlo debe estar sabordinado al espiri- tu, sino que debe estarlo precisamente porque asi lo exige la futima condivion de sa naturaleza, otro tanto hay qne decir de la satisfaccién de Jas nece- sidados corporales con respexto 4 las de orden esp ritual, La subordinacién de Jo mataris! a lo inmaterial, que Ie Naturaleza y la razéu veclaman de coustno, daja incdlume et verdadero valor de Ja materia y de las necesidades mate yinlas. La experiencia nos enseha & diario que el ordeu en jas cosas matariales representa cx muchos seatidos ei pro- supuesto indispensable para el bienestar y desarrollo del espirita Dividense ademds las necesidades, por rai su origen y fandamento, en: db) fnnatas 6 ingénitas y adquiridas. Se fandan las primeras en Ja Naturaleza; las segundas, eu Je educacién, 6 eu un habito individual, 6 también en las exigencias del estado de enltura de la sociedad. El eulto earopeo tiene mds nevosidades que el sal- vaje africano, A tenor del tujo y swntuosidad con que so vive on la casa patorna, aumentan 6 dismi- nityen las necesidades de los nifios. El que so ha acostumbrado, por ejemplo, al uso del tabaco, con dificultad puede absienerse de él. nde Con esta division que acabamos de cxponer esti any rela- cionada la distincién entre necesidaies que existen siiaple- mente 4 causa de particulares cireunstancias y de vondicio~ 28 TRATADD De BCONOMIA NACIONAL, no NACIONS ree pugtéticas efectivas y concretns (eomo los usos y cos tumbres, la moda, la conveniencia del estado social det persona, y otras semejantes), y necesidades comauos 6 gene- rales en abstracto, enya satiafaccién es imprescindible para. Ja subsistencin, como el alimento, Ia habitacion. «] vestide, sin los cuales, por regla general! no se uuede pasar. En el Jenguaje nsual, ¥ también en el eientifico, tos ohjetos que sic, ven para satisfacer tas necesidades de esta itltima clase sue- Jen donominarse primeras necesidades, necesidudee mee pensables, 6 también necesidaies de la vida A poner de relieve el grado de urgencia de las necesidades va encaminada la distincién que de ellas se hace en ©) Necesidades de existencia y necesidades de cultura, 6 en nocesidades do decencia natural y novesidadles de Iujo. El solo nombre excusa de tod, declaraciéu acerca del significado y aleance de estos conceptos. De lo dicho antes sobre la legitimidad del on- Sancho de las necesidades se deduce que of propre. 80 histérieo antoriza y obliga 4 no dejar 2 nedio reducido de nna manéra permanente 6 incondicicn nal la satisfaccisn do las simples necesidades do existencia. De aqui que no earece de importancia Ja consideracién del respective momento ‘histéries para determinar acertadamente los conceptos de «sustentacidn> y «minimum de subsistencian, Por «minimum de subsistencia» (Eeistensmini- mum) se entiende la suma de bienes materiales qne Se Teputan necesarios en absoluto para la conser sa, cidn de la vida. Tratase, por tanto, puramente do las necesidades de existencin 3 uatnrales, cuyn satisfaccién queda asegurada por aquel minimus, No debe confundirse, sin embargo, con el eming mum de miserin 6 de necesidad> (Darbemini. i... UA NATURALHZA Y EL HOMBRE, 2 existencia en armonta con las cireunstancias y con la dignidad humana, variando sein el mayor 6 menor grado de cultura, puesto que las necesida- des naturales de alimento, vestido, habitacién y demds oxigen ser satisfechas de diferente mane- ra—aun para las posiciones mas humildes—en un estado de gran desarrollo cultural que en los principios de la civilizaciéu 6 en un grado inferior de ella. Por «sustentacién» (Lebenshaliung (1), standard of life, 6 Lebensmassstab, segiin la llama Adolfo Wagner) se entiende la satisfaccién de las necesi- dades en el grado y extensidn que determinan los usos y costumbres; el conjunto de cosas que, segin lo usual, se requieren para, satisfacer, no sdlo las necesidades puramente narurales, sino también las de lujo. Segtin Julio Lehr (2), la «sustentaciéns incluye todo aquello de que el hombre necesita para conservar el grado de edusacién, civilizacion y cul- tura que ha alcanzado. El concepto «sustentacidn> no es, segtin esto, un concepto puramente fisioldgi- co, sino an concepto cultmral y social. Envuelve una relacién’a bienes intelectaales y morales que es preciso tener en cuenta al determinar Ja canti- dad de bienes materiales indispensables para que quedo asegurado el tenor de vida, el standard of life. Y esta cantidad no puede cotizarse segtin un tipo fijo 6 invariable, sino qne varia segtin los tibmpos y Ingares, y aun, dentro de la misma socie- dad, segtin la clase 6 estado social («necesidades de cle, 'y segiin la diferente posicidn dentro de una isma clase. . Lebenthalting propinmente soxin stipa,é tower de vidas digiones de vida d oxiatencins. Nag hu pargcidn proterihle teadueirln Pop ssnstentaridne, entendionie exta patahca ou un sentido aniloze Alfgite tos juvistoe dan al terming salimentoss, Parceonns qe oualia anfjor com esta versisin lo que Inogo iiee ol aulor, @ saher: qus.el eon eahie Lebonehulting no exten gonvanta paramedite fisiologicas nian BE alenna de ing oteas sczsiones, no hpgroce tan clara la oyorty- nifiad do seaciante advecteneia.—{N- BY erundtiegriffe. 2 Atle 52 30 PRATADO Dit BEONOWA NAUIONAL Segtin qne el snjeto de la necesidad sea un indi- viduo 6 persona fisiea, 6 bien una eolectividad, so dividen las necesidades en a) Individuales § personales ¥ colectivas 6 co- mmnes. Asi como los individuos se distinguen eutre si y tienen distintas condiciones y aptitndes, asi también son muy distintas las necesidades indivi: duales. De aqui que aun cuando entre varios indivi. duos se distribuyesen una porcién de medios enan- titative y cualitativamente iguales, no por eso se conseguiria igual satisfaccién é ignal contentamien. to para todos ellos, y aun tal vez para algmno ni siquieva qaedaria real v efectivamente atendida la necesidad Gas nevasidades colectivas 6 eomanes son aque- llas euyo sujeto os una comunidad 6 colectividad (Hermann). Por la demas, no es del todo determinwio el uso de est palabras, Wagner .1), por ejemplo, Hama aecosidades ine Viduales & las «que vesultan dela natuvaleza paico-fisiea del individug en cuanto tals, y necesidades comanes 6 coleet: vas, S las aque sovreviowen al mdividue por pertanece wlguua colectividad humana, Segin esto, lus uecesidades eo. mines son Waa conseeuencia de la sociabilidad natural del hombre, Resaltan dol estaio de couvivencia humaoa bajo formas distintas, 4 tenor do los fines que persiguen lay eolec. tividades & que el individuo esti incarporado. Pp parte, aun cuando hacemos distincién entre ecesidados puraments individuales y las necesidades seoiules del individno, sin embargo, ias velimimos jantas bajo cl gtnpo do necesidades individuales de ima persona part. cular, en coutrapesicién al grupo de necesidades comunes de una nsoviacién, comunidad 6 persona eolectiva. Si las necesidades sou tnlos que el bionestar piblico recla- ma divectamente su eatisfaccién, como evande so trata, por siermplo, do lx exrstencia, fanciones ¥ préspero desenvol miento del Estado, Peovineia é Municipio, se Haman nece. Ho «ifrumileyang, 1, 8 y siguientes ~Vénse en conver & row: Wirtschartsforien seid Wirtschastaprinsipien (833 ol ac tienie Oe Beguortschaft, wn el Handwérterbueh der Sautewrssauschaften. $V fl. 185, LA NATURALEZA Y HL BOMBRE 81 sidades publicws. Al contrario, cuando su satisfaccién se encamina directamente slo al bien privado, se denominan nevesidades privadas. Reclama todavia consideracién especial la divi- sidn de las necesidades en e) Reales y apaventes, Corresponden Jas tltimas auna falta 6 carencia no verdadera, sino ficticia. En este caso puede exisiir subjetivamente el mismo deseo, y puede causar el logre de lo que se apetece igual satisfaccién que si se tratase de una necesi- dad real; pero objetivamente nunca podré admitirse que esta satisfacciéu sea el destino natural del do- minio del hombre sobre la Naturaleza, en partieu- lar si se trata de un deseo nocive 6 inmoral, 6 de un modo y manera de satisfacerlo opuestos, cuantita- tiva d cualitativamente, 4 la recia razén y dJa mo- ralidad. Todo el que apetece cosas inmorales 6 an- tirrecionales grava con una falta su conciencia, se perjadica a si mismo moralmente, y é menudo tam- bién intelectual y materialmente (1). 6, Liarrs MoraLes pg ta NEcEstpan.~-E]l eco- nomista nacional no puede pretender que se esta blezca como supremo principio regulador del pro- greso econdémico el aseetismo de las Ordenes reli- giosas. Pero, por otra parte, también debe oponerse resueltamente desde su punto de vista al desorden y 4 la intemperancia. «Lo que la economia reclaina y pretende—dice A. Schaffle (2)—no es el indefinido aumento y ve- riacién de las necesidades, sino su ensanche hasta el pnnto que exijan el desarrollo y la conservacién de una personalidad plenamente formada, pasando de las més importantes é las de importancia menor, Y_modificdudolas materialmente a medida que la Vida personal y moral va poco 4 poco transformén- U2 I de Laveloye: Wloments @eonomde politiques Paris, 1382; 28 1) Dag geaetischustiiche Syalem der menschlechen Wartechaft, 1, 3. AWA. (1879) 01, 82 TRATADO DB BCONOMEA NACIONAL dose y desarrolléndose. El modo mas cabal, econd- micamente hablando, de regular las necesidades consiste en habituarlas de la manera que mas fecun- da sea en frutos de verdadera civilizacidn. Nuestra “ciencia ha caido repetidas veces en la falta de aplau- dir cualquier nuevo aumonto de necesidades, cuan- do no le es licito aprobar en esta materia més que un tenor de costumbres que sea lo mas rico posible en prosperidad y cultura moral» (1). a El acrecentamiento de necesidades, comodidades y placeres no conduce por si solo & la felicidad. A pesar del gran desarrollo de Ia produccién, de la multiplicacion de las necesidades y del refinamien- to y generalizacién de la cultura, por todas partes se notan en el mundo moderno sintomas de inquie- tud y malestar. Es necesario el concurso de otro fac- tor para que el hombre sea feliz. Este otro factor es la religidn, wnica capaz de aquietar los anhelos del corazén humano, ensefidndole ademas 4 abne- garse siempre cuando la razén y la conciencia lo reclamen (2) El inqnieto prurito de placer es de por si insacia- ble, ¥, por tanto, con facilidad.se hace intemperan- te. Por otra parte, tampoco la posibilidad objetiva de dar logro 4 los deseos ofrece suficiento limite 4 la satisfaccién de la necesidad. Para que con téda se- guridad yaya ésta precedida de una justa eleccién y acompafiada de un justo modo, es indispensable recurrir 4 una norma superior, & la consideracién del fin supremo do la vida humana, 4 motivos de orden espiritual y moral. 1) Hay mas exnctitud de concepte que de palabra en eata ob servacidn de Pablo Canmés! =EL mil inovil resulta do la dicaceisn vi tora que damn= A naestens neensitades, y no do su oxtensidn, de at Variedd.» {Cured Beomumie pobitiqne, 1 (ES08), 347.1 2) Veano Alexander Baumpartnor, 8, J.: Reiebildar ane Schottland, Ani, (1508) 18 y sigision 33 Hl trabajo como medio de alcanzar el dominio sobre la Naturaleza (1), Dios ha concedido al hombre el derecho de domi nio sobre la Naturaloza. La actuacién practica de este derecho se realiza mediante el trabajo. 7. La LEY DEL trapaso es general para todos los hombres. Es una ley que se extiende tanto como la ley de la muerte. Todos los hombres tienen que tra~ bajar, y trabajar seriamente, hasta que vaelvan al jolvo del cual fueron sacados. ; Mas el trabajo no es tan sélo un deber para el hombre. Bs también su nobleza, su alegria. Por eso, aun cuando reclame duros sacrificios de esfuer zo personal, es la ds leve de cuantas cargas pne- den posar sobre él. : Faera un concepto parcial y equivocado y un desconocimiento de la naturaleza sensitivo-racional del hombre considerar tinicamente como trabajo la actividad material, los ejercieios & obras corpo- rales, También el espiritu ejecuta provechoso tra- bajo en todos los ramos de la actividad human cuando menos, 4 él inewmbe la direccién, siempre y cuando el hombre obra como hombre Coneibase, de consiguiente, el trabajo en sw mds amplio j 4 Binutocnarta.—a. M. Weiss: Sociale Frage and s allch syatitesionen tes Gesellachaftclshre, 4. Ant (190), 809 5 satan tos, By siguientes itlopp. Me seston Lekvan des Fratton Rast. von ejulediis Grandes’ fines Svuatlichn Geeellechaftsrnd Volkan sthaftsleire (19M), 66, 161, 109 y signientes, 178.—S. Weber: Evangelium thd Urvettpalagecsicne Bracdg upon aber dre winlechafttiohen Segtuongen der Lehre dey ao. Wagned: Grumdloqung, i’ Awa. t 40 y Siguier the “Setimoliee: Grinariss Lay siguientes, 40 siguientes, 1S a ghiontes.--Dietzel: Theoretische Soziataconomtk 1805), 158 y siguien tes.— Glolne! Cours @ifcononce roctele, Se sais. Wy He-d19-< Somback Rar moderne Kapitalionnoy ts Bie Genesis tes Raprtainmys (iN), 3c ghientes; Technik und Wirtschaft. Vortrag, gehalten eu Dresden im Auf. Ere aerate ug (co) “Monin @honsing Ly inaienton of! Meohe: Voltwltsehafisiahve GON, 12 y siguientes. ilocks Les agrees 8g niguiontes, Sly siguien tex le Ordnung Tomo 1. "ADO DE ECONOMIA NACIONAL sentido, en cuanto inclaye toda suerte posible de actividad personal ¥ consciente, uloral 6 fisiea, espinitual 6 corporal F aparecerd como wua ley, no silo de la Humanidad en con- Janto, sino como una ley individual que obliga 4 todos ¥ dada tno, exceptaado el caso de imposibilidad por razin de circunstancias particulares de edad, enfermedad. eve, Al consrario, si s¢ trata en particular del trabajo corporal, di- rigido al proveimiento de medios materiales para la satis faccidn de las necesidades, se tendra una ley de la Humani- dad, pero no Wau ley individual, No es preciso que todos manejen el azadén; pero tampoco debe vivirse & expensas dol trabajo ajeno, sin esforzarse on producir: slgima cosa Ati. Los «zéuganog» son producto de la historia, del extra- Yio personal 6 del movimiento evolativo de las sociedades, no de la Natavaleza ni del orden intentado por Dios. Tuas neeesidades se renuevan sin cesar. Es pre- cigo un eonsinno trabajo para arrancar 4 la Natu- raloza sus dones, para reemplazar con otros los ob- jetos gastados por el uso. Sin el trabajo persistente, tenaz y ordenado, no podria conservarse la Huma- nidad, ni sometar bajo su imperio & la Naturale- za, ni habria progreso ni desenvolvimiento posible para el individuo, para los pueblos, para la especie humana en general, ‘sto nos eondace & los conceptos de . 8. Boonomis (Wirtschaft).—Esta palabra ex- presa el conjunto de actos é instituciones humanas Que tienon por objeto proveer a una persona, 5 & tina comunidad de personas, de los medios materia- les convenientes para la satisfaccién de sus necesi- dades sogtin un orden constante, regular y estable, por lo menos durante un determinado espacio de tiempo (periodo econdmico). Mas brevemente y en términos mas generales, el cuidado metddico de la sustentacion (1), la provision. solicita de todos los piones necesarios para la conservacidn y perfeccio- namionto de uuestra existencia y de nuestras facul; tades en el orden material. 1) Véase W. Sombart: Dor moderne Kupitatismus, 1, 8. LA NATURALEZA Y BL HOMBRE 35 El cuidado do la propia sustentacidn se encuentra también entre los animales, que se guian sélo por el instinto. «Lo especifico del hombre es aqui la ra- cionalidad, como en todos los érdenes de la activi- dad humana. El hombre, como ser racional, cuida de su sustentacién, con la mira puesta en un fin y segiin un plan (preconcebido por é] mismo). La diferencia entre él y el bruto en este punto cou- siste, pues, on la concepcidn de un plan metédico. Muchisimos de nuestros alarifes no son capaces de Nevar 4 cabo construcciones tan perfectas como las do la abeja 6 del castor. Sin embargo, el mas torpe do ellos aventaja al mds habil de estos animales en que tiene de wntemano en la meute um plan, tal vez confuso, tal vezextravaganie y ridiculo, pero plan al fin, de la casa que se propone edificar» (1) 9. Segtn esto, La ACTIVIDAD ECONOMTCA es aquel ramo de la actividad humana que tiene por objeto prover al hombre de medios materiales para la sa- tisfaccién de sus necesidades. En su sentido mds restringido se Nama «actividad econdmica» en el Jenguajo moderno a Ja actividad encaminada 4 la obtencién de objetos que sirvan mediata 6 inmedia- tamente para el fin de satisfacor una necesidad. En cambio, ol empleo 6 aplicacién de estos mismos objetos’ suele referirse al concepto de economizar (en sentido de administrar: wirtschaften) (2). Asi, ceconomiza» 6 administra, por ejemplo, la mujer que en su propia casa dispone el uso 6 aplicacidn de los objetos para la inmediata satisfaccion de las ne- cosidades de la familia. Por el contravio, ejerce (2) Sombart: Tecknsk wud Wirtschaft, 6 y signientes. 1B) Pxcusndo es advertir que agi Gsta como otras vavias palabras alommnasne tienen on muasira lengua exncta correspondencia que paodeaiaptarae Coin Te vanieand de gensitante te To, hontdniea, ‘Sunes propurado 0 vstos ensos escogar la versién que & muestvo pare. Germadas acerca al original. Bueno sora gue el lector tenga en ewen- feenta ndvertencin, sobre todo cuando se trate de fijar los tiferentes {igihoados de alguna palabra, pues toda la explicacion mas bien <6 seep al tarmsingaleman que al eapafol. Y valga el aviso para todo elhure.—, del 7) enctividad econémiea» Ia que en calidad de ama de gobierno ejecuta el mismo trabajo en casa de otro & cambio de una retribucién, proporciondndose de este modo los medios necesarios para su propio sus- tento.

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