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10 tesis sobre el PAN

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TRANSICIÓN ECONOMÍA MERCADOS


08 / AGOSTO / 201808 / AGOSTO / 2018
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OPINIÓN NACIONAL TV ···

OPINIÓN

10 tesis sobre el PAN


4:50 ! " # $

1. El PAN debe ir a las urnas para


resolver la crisis estructural que
padece. No es a través de reflexiones
cupulares o de acuerdos que reparten
cargos para aparentar unidad. El
contraste plural de diagnósticos y
proyectos es la ruta para decidir el
rumbo. La competencia en buena lid
no divide: reúne, sana, pacifica.

2. El PAN dejó de ser un partido de


Roberto cuadros. En la aspiración por
Gil Zuarth democratizar las decisiones
Cronopio internas, nos convertimos en una
rgilzuarth "
mala copia de un partido de masas.
!
Hoy, ni lo uno ni lo otro. El partido es
!
ya adicto a todos los vicios del
clientelismo electoral. En la
falsificación de la democracia
interna, el poder del militante es
ficticio.

3. El círculo vicioso del conflicto nace


en la captura cupular del padrón:
quien controla el padrón, se hace de
las dirigencias; quien gobierna las
dirigencias, se hace de las
candidaturas; con las candidaturas,
llegan los privilegios del cargo
público y, desde ahí, el acoso
exterior a la organización. El control
cupular del padrón pervierte a la
democracia interna: hace ilegítimo e
inaceptable cualquier resultado.
Desplaza la soberanía del militante a
los feudos territoriales. Desde el
padrón se confecciona la mayoría
que se hace del control de todo: las
afiliaciones se abren a los aliados y
se niegan a los adversarios. No es
casualidad que la mitad de la
militancia reside en 6 estados. El
resultado de esta anomalía
institucional es que el poder se
concentra en pocas manos y se
resuelve en espacios paralelos al
partido. El caciquismo local ha
desplazado la pluralidad, los
equilibrios, el sano disenso.
4. El partido acentúo su
desinstitucionalización cuando
conoció el poder presidencial.
Fuimos oposición en el gobierno
federal, luego el gobierno federal
quiso ser partido y, al final,
pretendimos cogobernar en el Pacto
por México a costa de nuestra
autonomía política. Tenemos una
relación esquizofrénica con los
gobiernos. Rivalizamos a muerte por
la interlocución de la componenda,
pero poco nos importa influir
efectivamente en las políticas
públicas.

5. La imposición de la candidatura
presidencial y el Frente por México
son los aceleradores recientes de la
crisis interna. Perdimos árbitro,
tradición, ventaja, visibilidad, razón
de ser. El PAN no fue alternativa a
López Obrador, porque el
matrimonio por conveniencia le robó
la libertad de definirse claramente
en la otra esquina.

6. La crisis del PAN es, por tanto,


organizacional y programática. La
arquitectura institucional incita al
conflicto y a la división. Es
programática porque el partido
carece de una narrativa que guíe los
esfuerzos de todos. Procuramos el
poder, pero no sabemos cómo
organizarlo hacia adentro;
competimos por el poder sin tener
claro para qué.

7. El PAN debe reformar sus


estatutos para recuperar su
institucionalidad: padrón genuino
bajo vigilancia del INE;
proporcionalidad electoral en lugar
de mayorías absolutas; segunda
vuelta (no simultánea) para alentar
coaliciones y disminuir la
polarización; nunca más un
dirigente candidato; nadie repite en
las plurinominales; procesos
democráticos para elegir
candidaturas como regla
indeclinable; sanciones oportunas y
ejemplares a la corrupción.

8. El PAN debe ser una oposición


creativa, firme, invulnerable. Como
oposición, el PAN debe dialogar y
cooperar tanto como sea posible;
oponerse y resistir tanto como sea
necesario. Pero, también, debe
hacerse cargo de sus gobiernos. Para
evitar los vicios del conflicto de
interés o las interlocuciones
paralelas, la relación con el poder
debe comprender la realidad de que
también tenemos responsabilidades
de gobierno. Debemos superar el
falso dilema entre claudicar para
negociar o exigir y marginarnos. En
un Senado interno debemos reunir a
los gobiernos del PAN para decidir
las estrategias sobre la base del
mutuo interés, el de sus gobernados
y el del partido.

9. La afirmación de un programa es
la base de la unidad de toda
organización plural. El PAN debe ir a
una nueva proyección de principios
para renovar el relato de lo que
representa. Nuestro primer deber es
reanimar la legitimidad de la
democracia liberal, refundar los
medios para corregir la desigualdad,
crear las condiciones para que cada
uno tenga el poder, “sin miedo ni
favor”, de ser y de hacer. Repensar al
Estado, desde la centralidad de la
persona y la relevancia de sus lazos
sociales, para abrir las puertas de la
dignidad y la libertad a los olvidados.

10. Para emprender el camino de la


reconstrucción del PAN, debemos
empezar por una amnistía (Castillo
López dixit): un proceso restaurativo
para perdonarnos entre nosotros,
para superar las lastimaduras, para
reencontrarnos en lo que antes nos
unió. Deben volver los que se fueron
por exclusión, persecución o
desilusión. Deben tener un lugar los
que hoy están. Unos y otros debemos
reconocer nuestros fallos. Dejar
atrás las líneas rojas. Reconciliarnos
en el inmenso valle de nuestra falible
condición humana.

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