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Negociación en los
conflictos socio ambientales
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Universidad Nacional de San Agustín
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Ciencias de la comunicación
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UNIVERSIDAD NACIONAL de SAN AGUSTIN
- AREA DE SOCIALES –
Integrantes:
Aníbal Ventura Arocutipa
Karen Paucar Quispe
Kimberly Galdós Neyra
Dorlizka Ordóñez Taco
INDICE
2
Presentación ………………………………………………………………………... 4
Introducción ……………………………………………………………………...... 5
Ejemplos……………………………………………………………………….….…..26
Bibliografía……………………………………………………………………………42
Preguntas ……………………………………………………………………………..43
Presentación
3
América Latina se encuentra envuelta en una creciente conflictividad socio ambiental.
Mientras en Perú es noticia frecuente la movilización de comunidades campesinas e
indígenas en protesta por los impactos sociales y ambientales de la minería, en Bolivia
aún se escuchan los ecos de la llamada “Guerra del Agua”.
El cambio ambiental en nuestra región es tan o más acelerado que en el resto del
mundo, pero sus costos no son distribuidos en forma equitativa. La mayor parte de las
empresas que operan en la América Latina buscan maximizar ganancias sin incentivos,
positivos o negativos, para internalizar costos sociales y ambientales. Por lo general, los
principales afectados son los grupos más vulnerables que, en los últimos veinte años,
han iniciado procesos de reivindicación de sus derechos y han reclamado, en forma cada
vez más organizada, la atención del Estado en la esfera local y nacional. Sin embargo, la
Región no ha contado ni cuenta con el capital político-institucional necesario para
definir e implementar políticas públicas de desarrollo sostenible que puedan abordar
todos estos problemas.
Introducción
4
A lo largo de la historia, el acceso y el control de los recursos naturales han sido fuentes
de creación de riquezas, pero también de conflictos. En Latinoamérica, donde los
recursos naturales constituyen un alto porcentaje de los recursos estratégicos y fuente de
subsistencia, los conflictos socio ambientales emergen con cada vez más fuerza.
El potencial para el desarrollo de los conflictos es especialmente alto cuando se
están gestionando los recursos estratégicos de una Nación; como el petróleo, el gas, el
agua y los minerales.
Los conflictos socio ambientales son procesos interactivos entre actores sociales
movilizados por el interés compartido en torno a los recursos naturales, como tales: son
construcciones sociales, creaciones culturales, que pueden modificarse según cómo se
los aborde y se los conduzca, según cómo sean transformados y según cómo involucren
las actitudes e intereses de las partes en disputa
La disputa por el acceso, uso y conservación de los recursos naturales suele ser una de
las causas más importantes de este tipo de conflictos que están acompañados por
contextos de alta inestabilidad y turbulencia que presentan en la mayoría de los casos
bajos índices de desarrollo humano sostenible. El desarrollo humano sostenible es
un desarrollo que no sólo genera crecimiento, sino que distribuye sus beneficios
equitativamente; regenera el medio ambiente en vez de destruirlo; potencia a las
personas en vez de marginarlas; amplía las opciones y oportunidades de las personas y
les permite su participación en las decisiones que afectan sus vidas. El desarrollo
humano sostenible es un desarrollo que está a favor de los pobres, a favor de la
naturaleza, a favor del empleo y a favor de la mujer
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así que algunos de estos conflictos se vuelven intratables o ingobernables
involucrando actores desiguales en términos de poder e influencia a causa de
estructuras de relaciones históricamente injustas.
Los conflictos socio ambientales son parte clave de los procesos de desarrollo y
de rearticulación en la región, de la administración deberá marcar la diferencia
entre conflicto y violencia, comprendiendo que la manera en que
conceptualizamos los conflictos influye en la manera en que trabajamos por su
transformación.
Para ello, los latinoamericanos tenemos que estar preparados para encauzar la
energía del cambio hacia la generación de instituciones sólidas y democráticas
6
que puedan ser catalizadoras de esfuerzos conjuntos para trabajar las causas
estructurales que subyacen la conflictividad. Es así que el rol de la sociedad civil en la
construcción de paz aparece como una estrategia consistente y sostenible para la
transformación de conflictos.
Los conflictos socio ambientales tienen diversas aristas que requiere de intervenciones
y propuestas integrales, que puedan dar cuenta de la necesidad de articular a aquellos
que son parte del problema para que también sean parte de la solución.
. El aporte que los latinoamericanos podemos hacer a este análisis es muy valioso
ya que los conflictos tardan mucho tiempo en gestarse por lo tanto su transformación
requiere de plataformas y análisis creativos sostenibles en el tiempo que tomen en
cuenta las particularidades culturales y ambientales de todos las voces.
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A lo largo del siglo XX e inicios de XXI, se presentado múltiples conflictos que pueden
ser enmarcados en el área social y ambiental. Estos sucesos han sido estudiados y
analizados para saber cuáles son las causas y como se han logrado resolver como
también saber cuál es el papel de las instituciones y de la sociedad civil en los sucesos.
Iniciando el desarrollo del tema pasamos a definir el conflicto, tensión que un individuo
mantiene al estar sometido a dos o más fuerzas que se excluyen mutuamente. El
neurólogo Sigmund Freud y su compatriota austriaco, el fisiólogo Josef Breuer, fueron
los primeros en utilizar este concepto. Para Freud, el conflicto surge “cuando las
respuestas de comportamiento, necesarias para satisfacer una motivación, no son
compatibles con las requeridas para satisfacer otra”. Posteriormente, Freud llegaría a la
conclusión de que la represión de un conflicto, de forma parcial, puede ocasionar
ansiedad y desembocar en una neurosis.
El conflicto puede aparecer a distintos niveles: a nivel verbal (por ejemplo, un individuo
que desea decir la verdad pero tiene miedo de ofender); a nivel simbólico (cuando se
dan dos ideas contradictorias), o a nivel emotivo (una impresión fuerte causa reacciones
viscerales incompatibles con la digestión).
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(organismos vivos) que integran la delgada capa de la Tierra llamada biosfera, sustento
y hogar de los seres vivos.
Los conflictos socio ambientales, son aquellos producidos por la interacción de los seres
humanos con su ambiente y tienen que ver con el manejo de recursos escasos, como el
agua, el suelo, el aire, entre otros.
El conflicto surge, por ejemplo, cuando una población observa que actividades
extractivas como la minería afectan su calidad de vida y el medio ambiente en el que
habitan, y deciden organizarse para exigirles a los que lo ocasionan, que remedien la
situación.
El conflicto entonces es evidente: mientras que unos están interesados en la extracción
de minerales, otros están preocupados en la protección del medio ambiente. Hay que
reconocer que siempre se presentan. Por eso tenemos que crear condiciones para ver
cómo solucionamos nuestras diferencias, promoviendo el diálogo, no la agresión.
No necesariamente todos los problemas ambientales derivan en conflictos, pero si se da
el caso, la canalización de los mismos dependerá de la capacidad que tengan los actores
para organizarse y diseñar estrategias que les permitan neutralizar los problemas
ambientales en los que se sientan involucrados. Porqué dos partes, como mínimo, se
disputan el control de recursos que son escasos y que ya están siendo utilizados en otras
actividades económicas (agua, tierras cultivables, aire).
En ese escenario cada uno de los grupos o actores involucrados desarrollan acciones con
el fin de conseguir los recursos, o en su caso, protegerlos.
Por ejemplo, en mi caso necesito agua para sembrar, pero la minera también necesita
agua. Allí empiezan los problemas
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Según el esquema que te presentamos a continuación, vemos que en el tratamiento del
conflicto socio ambiental es necesario aclarar posiciones y pareceres, para que las
diferencias (a las que llamamos incompatibilidades) queden claramente expuestas. Para
ello es necesario analizar los intereses de los actores. Es preciso, además tener en cuenta
que en la resolución de un conflicto es importante, una reflexión sobre los elementos
subjetivos (sentimientos, opiniones, prejuicios,) que cada uno de los actores tienen y
que comúnmente dan lugar a enfrentamientos de posiciones que terminan dificultando
la posibilidad de encontrar
En conclusión, hay que reconocer que existe un conflicto. Luego, ver nuestros
sentimientos, intereses o prejuicios. Finalmente, encontrar condiciones que nos
permitirían dar salida “las dificultades empiezan cuando yo quiero lo que tú quieres “.
Frente a un recurso que es escaso, siempre habrán intereses distintos sobre cómo
manejarlos, a eso le llamamos “incompatibilidades”
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Evaluación del conflicto
Confrontan posiciones
- Manifiestan su público desacuerdo
- Desarrollan acciones de confrontación
- Se hacen mutuas denuncias
- Los que tienen más poder no reconocen a los otros actores.
- No aceptan que los otros tengan necesidades e intereses que satisfacer, etc.
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Estos son:
- Los Iniciadores.- Son los que se oponen al daño ambiental, y se organizan en grupos
de interés. Pueden ser los directamente afectados o declararse defensores del medio
ambiente. Entre estos encontramos a las comunidades locales y las ONG que prestan
servicios en la zona.
- Los generadores.- Son los causantes del daño ambiental. Podría ser una empresa que
hace uso de recursos naturales que son escasos, o cuando los contamina.
- Los reguladores.- Son las instituciones públicas, tales como los ministerios, las
oficinas de la Dirección General de Salud Ambiental, INRENA etc. cuya misión
consiste en prevenir, mitigar y/o remediar el daño ambiental.
- Los Afectados.- Son los que sufren las consecuencias del daño ambiental ya sea de
manera directa o indirecta.
- El Ambiente.- Es el bien público que es el sustento de la vida en la tierra. Las
instituciones públicas son las responsables de su protección y cuidado. El mundo andino
por su parte considera al ser humano parte del orden natural que lo sostiene y no como
quien tiene el derecho de dominarla y transforma sin pedirle permiso, pues como
consecuencia de un mal uso de la naturaleza, va a recibir castigos, por lo tanto, lo que
hay que hacer es conversar con ella.
Las ONG y del Estado
Por otro lado reconocer la asimetría como un hecho objetivo puede permitir que el
Estado replantee su papel en la minería. En ese sentido, podría adoptar un
comportamiento promotor y de fomento de las capacidades locales, aceptar la
intervención de los otros actores (ONG por ejemplo), recoger los aportes de todos y
facilitar salidas dialogadas a los conflictos socio ambientales. De esta manera, todos los
actores sentirían que se han beneficiado de la intervención de la actividad minera en la
zona.
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Las percepciones
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La evolución del conflicto
Las posiciones de los actores obedecen a intereses diferentes. Y ello se expresa en sus
planteamientos y actitudes, es decir, aquellos que se refieren a cómo deben utilizarse los
recursos naturales, cómo debe ser manejado el ambiente en el que habitan y sus
percepciones sobre los derechos de acceso a los recursos naturales. Se trata entonces de
identificar los intereses de fondo.
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Conducción racional del conflicto socio ambiental
La crisis ambiental es el síntoma –la marca en el ser, en el saber, en la tierra– del límite
de la racionalidad fundada en una creencia insustentable: la del entendimiento y
construcción del mundo llevado por la idea de totalidad, universalidad y objetividad del
conocimiento que condujo a la cosificación y economización del mundo.
El discurso del desarrollo sostenible se ha dado unos principios que deberían orientar las
acciones para alcanzar los fines de la sustentabilidad. Así llega a formularse la idea de
un “futuro común” como el “saber de fondo” en el que se inscriben los Principios de
Río, la Carta de la Tierra, la Agenda 21 y el más reciente Plan de Implementación de
Johannesburgo. Los documentos en los que se plasma este ideario –con problemas a
resolver, mecanismos a establecer y fines a alcanzar–, conforman una bitácora
programática de acciones a emprender, de políticas a desarrollar, de comportamientos a
modificar. Mas estos principios no alcanzan a constituir una ética, una deontología, una
racionalidad práctica o una ruta crítica para alcanzar fines de sustentabilidad.
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La sustentabilidad como marca de un límite de la racionalidad que organiza al planeta-
mundo y a los mundos de vida en la era de la globalización, es el horizonte que permite
trascender el cierre de la historia y reabrir el caso del punto final del estado del mundo
que, partiendo de la denominación de lo real llega al congelamiento de sus significados;
no tanto por un agotamiento de la significancia del lenguaje, sino por la codificación del
mundo bajo el signo omnipresente, omnipotente y ominoso de la ley económica. La
“logística” del desarrollo sostenible se viene aplicando como un ars combinatoria, en
un intento de reintegrar las partes disociadas y fragmentadas del todo social, sin un
fundamento teórico sobre las raíces ontológica, epistemológica y ética de esta crisis de
la humanidad. La construcción de un futuro sustentable implica pensar la apertura de la
historia, el de sujetamiento del orden cosificador y sobre economizador del mundo.
Apunta hacia la creatividad humana, el cambio social y la construcción de alternativas.
Es ello lo que lleva a pensar la apertura de lo mismo hacia lo otro.
Estos temas ponen de relieve el problema de la relación social a través del lenguaje y
del habla, de la comunicación intersubjetiva y de la relación de otredad, que llevan a
cuestionar y a des construir los preconceptos que fundan nuestra percepción del mundo
desde las entrañas de su racionalidad dominante. Para ello habremos de explorar dos
vías para abordar el encuentro de saberes y de racionalidades en la construcción del
desarrollo sostenible:
Estas vías serán contrastadas con el concepto de racionalidad ambiental y nos llevará a
desarrollar los principios de un diálogo de saberes en la construcción de sociedades
sustentables. Esta indagación habrá de problematizar el concepto mismo del saber
(ambiental) para pensar las relaciones de constitución entre el ser y el saber que permita
trascender las relaciones de conocimiento del mundo entre sujeto cognoscente y
realidad objetiva; de los límites de lo cognoscible y la apertura a lo Otro y lo Infinito
desde la perspectiva ética. La racionalidad ambiental emergerá como el concepto de una
razón razonable que trasciende a la racionalidad sujeta a la positividad de un presente
sin futuro, de una utilidad sin valores, de un mundo economizado sin sentidos.
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¿Qué hacer para gestionar el conflicto a favor de las comunidades?
Lo primero que debemos hacer es formular y aplicar estrategias que nos permita
manejar el conflicto a nuestro favor.
Por ejemplo debemos capacitarnos para conocer el problema más a fondo, saber
cuál es la estrategia que están empleando nuestros oponentes, descubrir cuáles son
nuestras potencialidades, cuáles nuestros puntos débiles, y hacer lo mismo con nuestros
oponentes.
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Identificar formas de resolver el conflicto generando escenarios de negociación,
lo importante es estar preparado para todo lo que suceda, y saber qué hacer en
cada caso.
Debemos prepararnos adecuadamente para el diálogo y la negociación.
Siguientes puntos:
Lo primero que habría que decir es que un plan debe ser el resultado del trabajo
de un equipo, es decir, debe ser el resultado de intercambio de ideas,
debates, acuerdos que se respetan, responsabilidades que se asumen, en fin
un trabajo bastante coordinado.
¡No valen los grupos de una sola persona!
Lo otro es que las acciones de incidencia deben ser el resultado de un trabajo
coordinado entre los involucrados en el conflicto, y quienes los apoyan desde
fuera.
Las Actividades.- Describimos las actividades centrales que se deben realizar
para alcanzar el objetivo.
La Justificación ¿Por qué lo hacemos?- Indicamos la razón de su realización.
Esto permitirá ver si ésta actividad es realmente importante para cumplir nuestro
objetivo.
Las tareas y responsabilidades ¿Cómo y Quién?- Precisamos los pasos que
haremos para realizar la actividad y designamos al responsable para llevarlas a
cabo.
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Los recursos.- Tanto los que tenemos como los que necesitamos. Señalamos
además qué recursos serán necesarios movilizar, tanto humanos como materiales
o de apoyo.
Los plazos para cada una de las acciones señaladas ¿Cuándo?- Necesitamos
tener fechas concretas para evaluar nuestro plan.
daño ambiental.
! Determinar plazos para la reducción del daños (el riesgo es que sea
21
Conflictos de Resolución Forzada
patentes, etc.
Concepto y Enfoque:
22
norteamericanas. En 1984, los mediadores y facilitadores habían sido empleados en 160
conflictos ambientales.
Ventajas:
Conflicto ambiental:
Conflicto es la relación entre dos o más personas o instituciones con metas o intereses
incompatibles o que alguno de ellos siente como incompatibles.
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La presencia de conflictos se ha transformado en una constante dentro de los procesos
de toma de decisiones que conciernen al ambiente. Tales conflictos derivan,
substancialmente, de dos tipos de circunstancias complejas:
Alternativas
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y una operación minera que está planteando que toda una población se reubique. El otro
caso es el de Moro cocha”.
En cuanto a las acciones que debería tomar el Gobierno, De Echave señala que “un tema
es la participación ciudadana, el acceso a la información, identificar las condiciones
mínimas que las empresas tienen que cumplir para que se plantee el tema de la
reubicación y finalmente el ordenamiento territorial”. Por otro lado, el experto opinó
que la designación de Velásquez Quesquén como primer ministro poco o nada ayudará
a solucionar estos conflictos ambientales.
¿Qué principios éticos atañen a estas disputas? ¿Cuáles son los conflictos morales?
¿Cómo piensa usted que habría que resolverlos? ¿Qué autoridades deberían
imponer los acuerdos?
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Todos somos conscientes de la diversidad de actividades que viene realizando el ser
humano en la superficie terrestre y cuyos resultados podrían poner en riesgo su
máxima existencia en el planeta tierra.
Ejemplos
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tratamiento, especialmente en los centros urbanos.
Mientras las ristras de mata nativa se restringen a los locales de difícil acceso. Todavía
no hay evidencias de cuidados generalizados con la mata ciliar y preservación o
recuperación de fuentes del agua.
La región sur del país ha sido alcanzada por sucesivos estiajes y en consecuencia la
escasez de agua para el desarrollo de las actividades productivas. Un abordaje de las
principales cuestiones ambientales referentes a la calidad y cantidad de los recursos
hídricos apunta a una situación diversificada y compleja, pero en significativo avance en
cuanto a los riesgos ambientales. La distribución en el territorio y el acceso al agua
potable condicen con ritmos de exclusión social o de integración social, bien como la
lucha por el acceso al agua potable en condiciones adecuadas se incluye en la
promoción de la ciudadanía.
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La crisis del agua en la agricultura familiar suma dos cuestiones correlativas: de un lado
emerge en la perspectiva de derramar conflictos ambientales inseridos en el meollo del
proceso social y, de otro, proyecta la oportunidad para el desarrollo del debate en torno
de las estrategias para la proposición de políticas públicas. En términos comparativos,
sin embargo poco similares, la crisis de agua en la producción agrícola irrigada puede
ser igualmente intensa y llena de conflictos.
El auxilio del agua para la agricultura familiar es de fundamental importancia para los
respectivos usos, transcurriendo de su auxilio el éxito económico en muchas
comunidades, municipios, regiones o países. Ríos y manantiales constituyen
importantes reservas y fuetes de abastecimiento para diversa finalidades. La
diversificación de los usos múltiples del agua potable igualmente desemboca en
variedad de impactos, incluyendo diferencias que por su vez requieren por consecuencia
una compleja evaluación teniendo en cuenta el monitoreo. O aún más, la suposición del
uso inteligente delante de la escasez (Rebouças, 2004), que para otros se traduce en un
uso racional del agua.
Están bien difundidas las cantidades voluminosas de agua necesaria para la producción
de alimentos, con la intensificación de las actividades y ocupación del suelo, con
diferentes recursos para la multiplicación de alimentos para suplir deficiencias de la
humanidad. La tradición del uso de las aguas de superficie o de pequeña hondura
(alcanzable sin el uso de equipos industriales) progresivamente viene alterándose en
función del aumento y prolongación del estiaje, de la disponibilidad de tecnologías y
empresas de exploración y de inversiones públicas.
A pesar de la abundancia con que fueron abiertos pozos artesianos, todavía con certeza,
en la mayor parte de la región, las reservas superficiales constituyen la principal fuente
de agua para el consumo humanó directo y para la utilización en las más diversas
finalidades agrícolas. La utilización de aguas subterráneas ha aumentado intensamente
en Brasil y también mismo en áreas rurales. Esta situación se debe a la ocupación de
áreas menos provistas de agua de superficie, la forma de lograrse agua mejor en
regiones con incidencia de polución, al enfrentamiento de estiajes periódicos o todavía
para viabilizar volúmenes mayores de agua para irrigación.
30
En este sentido, en las palabras de Pretella (2002, 70) hay urgencia para un manifiesto
colectivo en pro del agua, pues “la agricultura (principalmente la irrigación) absorbe
una media mundial del 70 % de las provisiones de agua, un porcentaje que aumenta para
80 a un 90 por ciento en los países subdesarrollados” (...), siendo que “sistemas de
irrigación agrícola pierden en media un 40 por ciento del agua que consumen”. Por
tanto, proponer aumento de la productividad mediante el uso regular de agua trae el
desafío de la recuperación y de la protección a las fuentes.
La visión de la disponibilidad permanente de las aguas, casi sin límites, súmase como
una fuerte razón para presionar su acceso. Las aguas subterráneas, como recurso natural,
ocurren en diverso niveles y extensiones en todas las regiones del planeta. Existen vasos
comunicantes entre los diversos niveles de agua, ocurriendo una gradual alimentación
mutua. Cabe alertar para el hecho de que en algunas áreas del sur del país las iniciativas
no lograron éxito para acceder al agua subterránea potable: rocas extensas y de difícil
perforación hasta medio kilómetro o aguas salobres impropias para el consumo.
Esas aguas frecuentemente son utilizadas para abastecimiento doméstico, para descanso
de animales y eventualmente para irrigación, siendo muy restricto el uso para recreación
y turismo. El recurso al uso de las aguas subterráneas sustituye la posibilidad de la
canalización de aguas fluviales y tratadas, por los desdoblamientos implicados en esta
alternativa (Tundisi, 2003). El uso, por lo tanto, se debe a su disponibilidad próxima al
local de utilización, mayor control por la población sobre la exploración, bajo costo para
la obtención, bien como debido a la creencia de su calidad con ausencia de
contaminación.
Los pozos perforados se presentan dentro de los padrones de potabilidad, sin embargo
no existe un proceso eficaz de monitorear, menos todavía un proceso de una discusión
social sobre la vulnerabilidad a la que están sometidas las iniciativas que implican en la
ocurrencia de riesgos de contaminación.
En la agricultura familiar rige la comprensión de que “los señores de la Tierra serán los
señores del agua” (Petrella, 2004, 29), que por su vez implica el dominio sobre todos los
recursos naturales dentro de una propiedad agrícola.
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La presión política y la urgencia bajo las cuales son efectuados los proyectos de pozos
artesianos, la distancia de objetivos con eficiencia y preservación, mientras tanto el bajo
costo es un elemento con presencia permanente. Los técnicos que manejan los
instrumentos de la perforación a menudo desconocen cuestiones básicas como el
análisis de los aspectos estructurales de la región, del tipo de rocas perforadas, de la
variación de la profundidad y volumen de agua bombeada, del tipo de acuífero, de las
características fisicoquímicas del agua (Tundisi, 2003). La contaminación de aguas
subterráneas es un hecho importante por el cual la reserva general de recursos hídricos
sufre deterioro.
Esto significa que, con frecuencia, el saber laico queda para este lado de la capacidad de
ponderar la gravedad de las circunstancias en las cuales los ciudadanos están inmersos.
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Las principales formas de contaminación de la región en examen ocurren por residuos
generales del uso de la tierra y en particular sucede de derrames de residuos resultantes
de la creación de animales de forma intensiva, del uso de productos químicos en la
producción agrícola, contaminación general del suelo, o disposición inadecuada de
residuos industriales, en fin la cloaca doméstica.
En principio, las aguas superficiales son más susceptibles de polución y las aguas
profundas de los acuíferos se encuentran más protegidas de la contaminación. En otros
términos es el reconocimiento de la influencia directa de las actividades agrícolas sobre
la calidad del agua. Este deterioro también ocurre cuando a través del agua de la lluvia o
de irrigación son acarreadas sustancias contaminantes a través de depósitos de agua. Los
micro nutrientes, en situaciones específicas de ciertas actividades agrícolas, se pueden
concentrar o acumular en el suelo y por las vías comunicantes eventualmente alcanzar al
agua, y algunas veces acarreados en probables procesos erosivos.
Mucho aunque no sea el único agente responsable por la pérdida de la calidad del agua,
la agricultura, directa o indirectamente, aporta para la degradación de las fuentes, según
afirma Resende (2006). Esto puede darse por medio de la contaminación de los cuerpos
del agua por sustancias orgánicas o inorgánicas, naturales o sintéticas y todavía por
agentes biológicos, afirma el autor. Ampliamente empleadas, muchas veces de forma
inadecuada, las aplicaciones de defensivos, de fertilizantes y de residuos derivados de la
creación intensiva de animales son tenidas como las principales actividades relacionadas
a la pérdida de la calidad del agua en las áreas rurales. Los usos actuales son también
nocivos como fuentes de polución y contaminación, no menos grave es la polución de
las aguas debido a los mega-creaciones de cerdos y pollos. Los ríos, los lagos, las
represas y los azudes pueden recibir grandes cantidades de nutrientes, principalmente en
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regiones de suelos desprotegidos.
Juntamente con las partículas arrastradas por el agua durante el escurridor superficial o
en otros procesos erosivos, los nutrientes presentes en la superficie del suelo son
perdidos de las áreas agrícolas y actuarán como contaminantes del agua.
La gravedad de los efectos de la degradación está relacionada tanto con los procesos,
cuanto con la contención, la intensidad, la persistencia y lo tóxico de las sustancias
bioquímicas. Los usos de aguas contaminadas poseen repercusiones distintas sobre la
salud del medio ambiente, y como consecuencia sobre la vida humana. Desde el punto
de vista de la salud, el enriquecimiento del agua en fósforo (de los fosfatos) no trae
mayores problemas, ya que se trata de un elemento en general requerido en cantidad por
los animales. Mientras, este enriquecimiento puede traer algunos problemas en términos
de desequilibrio de ecosistemas, con consecuencias para la biodiversidad. Ya el nitrato
es la principal forma de contaminación del agua por las actividades agropecuarias, pues
tiende a permanecer más en solución y como tal difundirse en el interior de la red
porosa del suelo. Como tal representa riesgo para la salud del organismo humano. En
este sentido, estamos en contacto con un gran desafío ambiental: compatibilizar en
términos innovación tecnológica para aumento de la eficiencia económica, mediante la
fertilización y la alteración de técnicas, y la concomitante reducción de riesgos para la
sustentabilidad de los procesos.
El riesgo del deterioro de la calidad del agua puede ser evitado o mismo reducido
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mediante algunas acciones gerenciales: monitoreo periódico e incluso exámenes de
laboratorio, entrenamiento de agentes ambientales entre los propios usuarios, educación
ambiental, monitorear el uso de productos químicos en las inmediaciones (pesticidas,
herbicidas, fertilizantes), monitorear los residuos de la creación de animales, cuidados
con la reflorestación a las márgenes de los ríos, prácticas agrícolas que reduzcan la
erosión y aumenten la absorción del agua de las lluvias por el suelo, plantío directo e
implementar curvas de nivel.
Éstas y otras medidas de precaución para mantener la potabilidad del agua requieren el
debate sobre el espacio correspondiente en el que posibles conflictos ganan resolución
adecuada. Delante de la proximidad de los riesgos de deterioro de un bien
imprescindible y en faz de la crisis del agua en un período reciente parece sin
fundamento consistente la resistencia al debate y al monitoreo periódico de pozos
artesianos. Además la difusión de la crisis del agua potable o su escasez producen un
nuevo horizonte para la comprensión mercantil de un recurso natural (Malta & Prestes,
1997). Por lo tanto, delante de la perspectiva de la valorización mercantil del agua
parece más que urgente el debate sobre la tipología de los usos a fin de favorecer la
gestación de políticas públicas, bien como definir la prioridad entre valor económico y
derecho de acceso universal.
Desde estas consideraciones cabe enfatizar el cuidado del agua desde una perspectiva
sociológica, esto es, el proceso de legitimación de las estrategias viendo la constitución
de políticas públicas.
Si hay el reconocimiento de que es posible diseñar los enredos de una crisis institucional
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y ambiental, parece bien menos evidente el translúcido en el conflicto de las
interpretaciones el reconocimiento de que estamos delante de una crisis de las
mediaciones, de una laguna entre el propósito y la efectividad.
Los problemas ambientales acontecen del uso general de la tierra y del uso diversificado
del agua todavía carecen de mediaciones adecuadas para la resolución de conflictos. Es
probable que la cuestión del acceso al agua, a pesar de un tema que inspira una urgencia
apremiante, también entre los agricultores familiares, por las razones arriba expuestas,
todavía no haya alcanzado espacio y legitimidad en la agenda de las luchas sociales del
campo. En este ínterin ganan relevancia los nuevos movimientos sociales en la lucha
por el agua como derecho humano universal (Ruscheinsky, 2004a), en una sociedad
donde la inclinación es la transmutación de todas las dimensiones en valor de mercado.
El proceso que enfatiza el agua como un derecho social y humano, arriba de los
intereses particulares, crea sucesivamente arenas específicas de conflicto entre actores
profundamente heterogéneos, como por ejemplo, sectores productivos con
premeditación para explorar otras formas de acceso al agua potable, órganos de
representación sectorial, movimientos sociales, agencias estatales y organizaciones no
gubernamentales. Sin embargo, están patentes también articulaciones y cambios que,
bajo la predominancia y el impacto de la globalización, implican en la fundación de
otros juegos de poder (Porto-Gonçalves, 2006). La complejidad apuntada suscita la
interrogación si la agricultura familiar podrá subsistir sin la adhesión a normas técnicas,
sin pasar por mantenimiento periódico y análisis de agua frecuente cuyas
determinaciones en gran parte están fuera de su alcance.
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La extensión de los actores sociales ambientales que integran instancias decisorias
poseen cierta flexibilidad, para incluir un vasto arsenal de movimientos sociales con
perfil de luchas socio ambientales, desde la actuación de Foros, Comités, consejos, sin
desconsiderar sectores alojados en el campo institucional. El éxito tiende a ser mayor en
la misma medida en la que estas instancias se definan desde su propia representatividad
social, por la característica de la deliberación y en la medida en la que crece su
legitimidad para tratar el asunto que la población considere relevante.
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_Las movilizaciones periódicas demandando auxilios financieros o subsidios
gubernamentales inmediatos para suplir cuestiones puntuales para la protección de la
ganancia generan una relación tensa con propuestas de medio o largo plazo que
implican otro posicionamiento frente a las consecuencias generadas por las cuestiones
ambientales.
_Una propuesta de educación ambiental puede generar una perspectiva de uso más
racional de los recursos hídricos: el agua potable es un recurso renovable, pero finito!
Por tanto, monitorear y perfeccionar la gestión son imprescindibles para una garantía de
acceso a un porvenir próximo.
_Algunos aspectos quedan por investigarse, teniendo entre ellos los cambios climáticos
y sus efectos y relaciones entre lo local y lo global, bien como la forma de las cuestiones
locales y las globales están conectadas en la agenda de los movimientos sociales.
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_ Las incertidumbres inherentes al desarrollo de la sociedad de consumo, la figura de
nuevos riesgos a la vida humana y las alteraciones periódicas en el paisaje pueden ser el
origen para propuestas por las cuales agricultores vengan a usufructuar otras fuentes de
acceso y calificar el agua para un uso más racional: dedicación de atención a la mata
ciliar, no polución, curvas de nivel, productos químicos, agro ecología, entre otros
aspectos.
Los conflictos socio ambientales, aunque no tengan un lugar destacado en las ciencias
sociales, son capaces de enunciar un alerta: si las voces de los bienes naturales
fundamentales a la vida no son oídas por la presente generación, si las prácticas sociales
antropocéntricas no son modificadas, esos clamores podrán desaparecer con mayor
rapidez de lo que imaginamos. Los ciudadanos optimistas podrán declinar de la suerte
consumista y de la sed infinita de deseos, bien como la historia puede dar razón a los
pesimistas que anuncian la catástrofe ambiental. Lo que está de hecho en juego en el
conflicto que envuelve el agua como un líquido finito y necesario, o la moneda del
futuro, va más allá del futuro político, económico, cultural de una nación o del
desarrollo regional. Se trata de escoger juntar el silencio del agua que crecientemente se
ve contaminada, silenciosa, degradada y aparentemente desesperanzadamente con la
osadía de forjar estrategias eficientes de políticas públicas. En la crisis del agua potable
se sintetiza la palabra de aquellos ambientalistas y otros sectores sociales que poseen la
conciencia de la urgencia de cambios que necesitan ser emprendidas a favor del agua y
de la naturaleza sedienta de afecto y de cuidados.
41
Bibliografía:
http://www.gizartenatura.org/Archivos/Documentos/Secciones/20_es-
ES_conflictosocioambientales.pdf
http://www.buenastareas.com/ensayos/Conflictos-Socioambientales-En-El-
Peru/598268.html
http://books.google.com.pe/books?
id=IFMyZwWbuPgC&pg=PA8&lpg=PA8&dq=negociacion+de+conflictos+socioa
mbientales&source=bl&ots=mu5Vvv4DIu&sig=gxt-
M70STDPjGTWlFwRQUYiFaes&hl=es&ei=WfjNTO2_IYaKlwec35CtBw&sa=X
&oi=book_result&ct=result&resnum=10&ved=0CDcQ6AEwCQ#v=onepage&q&f
=false
42
Preguntas
¿Cuál es el estado actual de la negociación o el nivel actual del compromiso del Perú
con las empresas y proyectos?
¿Que se tiene que hacer para obtener una negociación exitosa?
¿ Al negociar siempre es necesario que ambas partes que están negociando resulten
beneficiadas?
¿Qué es un conflicto?
¿Los conflicto socio ambientales han existido desde siempre, por qué ahora adquieren
tanta relevancia?
43
¿Cuál de todas las soluciones a los conflictos mencionadas se adecua a nuestra posibilidad?
¿Cuáles son las etapas en las que se desarrolla un conflicto ambiental?
¿la investigación ayuda a solucionar un conflicto?
¿Qué son los planes de incidencia y como se organiza?
LECTURA SUGERIDA
Con mi intervención aspiro aportar a este encuentro respondiendo como mínimo tres
cuestionamientos: ¿cuál es el estado actual de discusión sobre el tema: “el conflicto
ambiental”?, ¿cuáles son las características del conflicto ambiental en América Latina,
desde la investigación que vengo realizando? y ¿qué estrategias requiere su manejo?.
44
ambientales como asunto de atención pública mayor, debido a la agudización del
deterioro ambiental se puede explicar por la presencia de una mayor sensibilización
social sobre sus impactos, irritación social específica y a la exigencia social de
respuestas, con amplias presiones, como parte de ese conflicto.
45
Minamata en Japón, en donde la empresa Chisso Corp. Chemical, productora de
cloruro de vinilo y acetaldemical contaminó las aguas marinas durante varios años. La
empresa Chisso reconoció hasta 1968 su responsabilidad en el incidente.
Si bien es cierto que existen dos escuelas teóricas en el tema, una referida al conflicto
ambiental y otra al conflicto socioambiental. Mientras en la primera los países
industrializados hablan de las dificultades para que las externalidades ambientales
sean asumidas por quienes las generan, en la segunda las tensiones se suscitan por la
dificultad para definir la propiedad y distribución de los recursos. Situación ésta última
más presente en el caso latinoamericano. Al respecto algunos países que han
sistematizado tanto los rasgos de sus conflictos como las alternativas de resolución
asumidas, han sido principalmente México, Chile y Bolivia.
En México según Alfonso Martínez3 el conflicto ambiental apareció con toda claridad
en 1978, cuando la empresa Cromatos de México S.A., es obligada a cerrar sus puertas
y reubicarse fuera de la ciudad porque una coalición de estudiantes, médicos y
organizaciones comunitarias del norte del área metropolitana demostró que la
irresponsabilidad en el manejo de sus desechos tóxicos había dañado la salud de más
de 150.000 personas.
3
MARTINEZ GONZALEZ, Alfonso. Op.cit. Pág. 82
46
alta incidencia en contaminación de recursos acuíferos en actividad minera, afectó
directamente la calidad de vida de la población.
Estos problemas sobrepasan hoy la capacidad del Estado y del sector privado para
mitigarlos o prevenirlos. Situación que ha generado una creciente reacción ciudadana
en defensa de su calidad de vida, la protección de su salud, sus recursos y actividades
económicas, manifestándose una proliferación de conflictos socioambientales en el
país.
Según Cesar Padilla Ormeño y Pablo San Martín Saavedra 4 –investigadores del
observatorio latinoamericano de Conflictos ambientales- algunos sectores sociales en
chile, pretenden prevenir los conflictos ambientales sin tomar en consideración que la
incompatibilidad de intereses que estos manifiestan, a veces, es absoluta e
irreconciliable, tal como el derecho al resguardo de la salud de una comunidad por un
lado, y la mayor rentabilidad o la aceleración en la tasa de retorno de una inversión
por otro. Y que la expresión de estos conflictos es la única forma de poner en
evidencia ante la opinión pública y los organismos de decisión, el costo ilegítimo que
gran parte de los proyectos impone a las comunidades por no internalizar los costos
ambientales de las inversiones.
4
PADILLA ORMEÑO, César y SAN MARTIN SAAVEDRA, Pablo. Conflictos Ambientales. Una
Oportunidad para la Democracia. Observatorio de Conflictos Ambientales. Instituto de Ecología Política
–IEP-. Santiago, Chile. 2004. Pág. 3
5
CECEÑA, Ana Esther. La Guerra por el agua y por la vida. Cochabamba: una experiencia de
construcción comunitaria frente al neoliberalismo y al banco mundial. Cochabamba, Bolivia, 2004. Pág.
8.
47
La experiencia en Colombia no dista de las realidades planteadas para los países
latinoamericanos referidos. Según Gabriel Páramo Rocha6, actualmente se presentan
conflictos socioambientales en escenarios microsociales, entre habitantes de un
mismo territorio, las autoridades locales y ambientales, alrededor de problemas como
la tala de bosque, la disposición de basuras o la contaminación específica de un lugar;
pero a nivel macro los desacuerdos de carácter netamente estructural, entre el Estado,
las empresas privadas, los actores armados y la sociedad civil se convierten en la causa
principal de todos los conflictos, en razón al modelo de desarrollo imperante, la
pobreza y la adopción o no de determinadas políticas agrarias y ambientales. Además
el conflicto se ha hecho manifiesto, con altos niveles de violencia.
Para este mismo autor tres causas son las principales generadoras de conflicto en la
historia del país: 1) la distribución, apropiación y presión sobre la propiedad rural, con
los consecuentes cambios de vocación agropecuaria. 2) la colonización de zonas de
protección y 3) la economía subterránea del narcotráfico con sus consecuentes
problemas de violencia.
Los argumentos presentados por Gabriel Páramo contrastan con el análisis del
conflicto en Colombia realizado por Sabine Kurtenbach 7, quien argumenta que el
acceso desigual a la tierra y a otros recursos naturales es la causa fundamental del
conflicto socioambiental en Colombia. El conflicto agrario, no solucionado en toda la
historia colombiana, persistirá como un factor central mientras en el espacio urbano
6
PARAMO ROCHA, Gabriel E. Ecosistemas Naturales Colombianos en Conflicto. En: GONZALEZ,
Juan Manuel y otros. La Manzana de la Discordia. Debate sobre la naturaleza en Disputa. T.M.
Editores. Ecofondo. Segunda edición. Santafé de Bogotá,Octubre de 1998.
7
KURTENBACH, Sabine. Análisis del Conflicto en Colombia. FES. Bogotá, Colombia, 2005. Pág. 16.
48
tampoco haya perspectivas de vida para los migrantes del campo. Aunque los voceros
oficiales se refieren reiteradamente a que, con más del 75 por ciento de población
urbana Colombia es un país urbanizado, puede decirse que el gobierno se ocupa del
problema en la medida en que, por un parte, se está desarrollando un debate sobre la
expropiación de fincas adquiridas con dinero del narcotráfico y, por otra, se discuten
posibilidades de empleos para los desmovilizados en el sector de la explotación
forestal. La guerra que vive actualmente Colombia tiene, simultáneamente
repercusiones negativas en el espacio rural porque la violencia y la inseguridad
permanentes dificultan la búsqueda de alternativas de desarrollo sostenible.
49
organización social o institución), debido a que persiguen objetivos contrarios, lo que
los coloca en extremos antagónicos, en situación de enfrentamiento, confrontación y
lucha.
Por su parte, teniendo en cuenta que el término “ambiental” hace referencia a todo
proceso que expresa una relación entre la naturaleza y la cultura. El conflicto
ambiental se produce en el proceso humano de apropiación y transformación de la
naturaleza y los sistemas tecnológicos que sobre ella intervienen, de dos maneras:
Otra: como desacuerdo o disputa por la distribución y uso de los recursos naturales
entre los pobladores de un territorio determinado. Este tipo de conflictos
ambientales se dan alrededor de la propiedad o posesión sobre los recursos
naturales que necesitan las personas, comunidades y naciones para producir
bienes y servicios que satisfagan sus necesidades8.
Por tanto, no es lo mismo hablar de problema ecológico y/o daño ambiental que de
conflicto ambiental. Los dos primeros conceptos se refieren al deterioro de los
recursos naturales, es decir a la contaminación de las aguas, del aire, del suelo, del
bosque, fauna, a la erosión y congestión urbana, a la ocupación del espacio público o a
la contaminación visual, entre otros. En resumen el problema ecológico o daño
ambiental describe las situaciones de deterioro y/o agotamiento del medio natural,
mientras que cuando se habla de conflicto ambiental se hace referencia a procesos
sociales suscitados por el desacuerdo que genera la apropiación, distribución y
utilización de los recursos naturales y a la movilización y denuncia contra los causantes
de los daños ecológicos9.
8
CORANTIOQUIA. Manejo de Conflictos Ambientales. Primera edición. Medellín, Colombia.
2001. Págs.6-7
9
Ibid. Pág. 9
50
Por su parte, los que piensan la realidad de una manera más crítica definen el conflicto
como el resultado de la estructura económica y de poder de la sociedad capitalista,
que se resolverá con el cambio, transformación del modo de relación, participación de
los actores en la sociedad y fundamentalmente en la equidad y oportunidad para las
decisiones en el desarrollo.
Esta última corriente de pensamiento considera que los conflictos ambientales pueden
ser fuente creadora de nuevas opciones, sin que esto signifique la exaltación del
egoísmo, ni exclusivamente la supervivencia del más fuerte. Esta visión propone que
el modelo dominante actual de apropiación, construcción, control y utilización de la
naturaleza debe ser desafiado para evitar que el futuro de esta sociedad humana siga
enfatizando en sus peores aspectos, no sólo la destrucción del entorno natural, sino
también, la desigualdad social, la guerra, el empobrecimiento biológico y humano,
entre otros. (Representantes del pensamiento crítico: Murray Bookhim y Joan
Martínez Alíer) 10
Para el caso Latinoamericano hay diferencias, ya que tal como se detalló en los
antecedentes, los conflictos más que de orden solamente ambiental, referidos a los
problemas de afectación sobre los recursos naturales, son de orden socioambiental
porque se presentan relaciones de choque y confrontación por las dificultades en la
interacción social, la falta de diálogo, la escasa participación de la población local en la
decisiones públicas… es decir el conflicto es de orden más social y político que
exclusivamente técnico.
10
PALACIO, Germán y ULLOA, Astrid. Repensando la Naturaleza. Encuentros y Desencuentros
disciplinarios en torno a lo ambiental. Editorial Universidad Nacional de Colombia. ______. Pág. 197.
51
Bourdie como el lugar de las luchas entre agentes que detienen un tipo de capital
económico, cultural o político11.
Francisco Sabatini12, utiliza la categoría de conflicto ambiental para referirse a los que
se dan en torno a la distribución de las denominadas “externalidades” o “efectos
externos” derivados de los usos del suelo, es decir, de nuevas actividades que se
desarrollan en un lugar, y conflictos socioambientales a aquellas disputas causadas
por el acceso y control de los recursos del medio ambiente, especialmente de la tierra,
el agua, los minerales y otros.
Según este mismo autor, la fase actual de acumulación capitalista está significando una
agudización de las presiones sobre los recursos naturales, provocando degradación,
escasez y privaciones sociales, todos factores propicios para el desarrollo de conflictos.
La economía capitalista que emergió de la profunda y larga crisis que despuntara al
comienzo de los años setenta es más agresiva y flexible, significando entre otras la
penetración en nuevos sectores de actividad donde se pudiera valorizar el capital,
como el de servicios públicos en América Latina, entre otros.
Sin embargo, los conflictos socioambientales actuales son mucho más que meras
disputas por la propiedad de un recurso. En ellos se encuentran enfrentadas
cosmovisiones ambientales y de vida. Por un lado, el medio ambiente es visto como
un recurso económico, o sistema de recursos naturales; y por otro lado, el medio
ambiente se hace equivaler a “espacios o escenarios de vida”. El problema radica en
que el encuentro entre estas dos perspectivas se da bajo un contexto o lógica de
dominación.
11
FONTAINE, Guillaume. Enfoques Conceptuales y metodológicos para una sociología de los conflictos
ambientales. En: CARDENAS, Martha y RODRIGUEZ, Manuel. Guerra, Sociedad y Medio Ambiente.
Foro Nacional Ambiental. Bogotá, Mayo 2004. Pág. 506.
12
SABATINI, Francisco y SEPULVEDA L., Claudia. Conflictos Ambientales, entre la globalización y la
sociedad civil. Publicaciones CIPMA. Santiago de Chile, 2002. Págs. 50-54
52
- Son interdisciplinarios porque más que meras disputas por impactos
ambientales, son conflictos de carácter político, en los que su constitución y
resolución depende básicamente de la relación de fuerzas entre las partes o
actores involucrados, y no sólo de los factores técnicos o científicos presentes
en una situación determinada o requerida para solucionar un problema
ambiental13.
13
Ibid. Pág. 15.
14
ISAZA RAMOS, Marisol y otros. Medio Ambiente y Paz. Asociación Reserva Natural Suma-paz.
Corporación Ecofondo. Bogotá, 1998. Págs. 25-26
53
población y la continuidad de las economías territoriales y sistemas de vida tradicional.
Entre las causas más frecuentes se encuentran:
15
VINYAMATA CAMP, Eduard. Manual de Prevención y Resolución de Conflictos. Conciliación,
Mediación, Negociación. Editorial Ariel S.A., Barcelona, Febrero, 1999. Pág. 67-68.
54
concepto de “identidad” lejos de ser un componente secundario, es un factor
determinante del dominio del cambio social.
. Conflictos por problemas de datos: en los casos en los que falta la información
necesaria para la toma de decisión, cuando las personas están mal informadas, o
cuando está en discusión la relevancia de los datos con que se cuenta o su
interpretación. Hay conflictos que pueden en gran parte superarse con el suministro
de información adecuada y confiable. Sin embargo, es usual que la información sea
manipulada en función de los intereses de las partes en disputa, generando imágenes
públicas que después es muy difícil remover16.
Ejemplo: los conflictos suscitados por la falta de difusión, consulta y definición de los
términos de impacto ambiental generados por la construcción de una obra de
infraestructura sobre una zona protegida y generadora de agua para el abastecimiento
humano de la población más cercana.
16
MARTINEZ GONZALEZ, Alfonso. Métodos Alternativos en Manejo de Conflictos. Aplicaciones en
materia ambiental. México: SEMARNAP, PNUD. 1997. Pág. 17
55
es que la solución satisfaga una proporción suficiente de los intereses de todos los
participantes en estas tres áreas.
56
geográficas, falta de tiempo, pero también las estructuras de organización pueden
serlo, como por ejemplo el verticalismo jerárquico17.
17
CIDIAT-GTZ, Cooperación Técnica Venezolano-Alemana. Memorias del Curso regional sobre
manejo de conflictos ambientales. Mérida –Venezuela. 16 al 20 de Septiembre del 2002.
Pág.9-17.
18
COMITÉ POR LA DEFENSA DE LA VIDA Y EL AGUA. Volante Vínculate a la defensa del río
Otún. Pereira. Enero, 2005.
57
Ejemplo: el conflicto entre la Occidental de Colombia (OXY) 19 y la comunidad indígena
U´wa que ha puesto en el centro de la discusión aspectos como el respeto a la
integridad cultural, el carácter multiétnico y pluricultural de Colombia, el respeto a las
consultas sobre proyectos de desarrollo con las comunidades indígenas, los graves
impactos ambientales y sociales de la actividad petrolera, el enfrentamiento entre una
política neoliberal promovida por las multinacionales petroleras versus el respeto a las
culturas indígenas, su cosmovisión y el manejo del territorio…
Un conflicto aparece como una situación específica que pasa de una condición
armonizada a otra problemática, se manifiesta como conflicto, cuando el problema
19
NOVOA, José. U´wa/Oxy: el conflicto continúa. En: GONZALEZ, Juan Manuel y Otros. La
Manzana de la Discordia, debate sobre la naturaleza en disputa. Segunda edición. ECOFONDO,
Tercer mundo editores S.A. Santafé de Bogotá, Colombia. 1998. Págs. 221-223.
58
que genera el cambio de condición no puede ser resuelto por el diálogo directo, ni por
medios formales y convencionales.
En este sentido, las etapas en las que se desarrolla un conflicto ambiental son:
59
6. Crisis: el conflicto se ha agudizado de tal forma que se manifiesta en acciones
violentas. Cada actor utiliza la fuerza, la agresión verbal y física. La polarización
ha alcanzado tal nivel de reacción, que el odio se manifiesta hasta con la
entrega de la vida misma, en pro de la defensa de los intereses en disputa.
. Por otro lado mediante acciones emergentes (término utilizado por Gustavo Wilches)
en las que cada uno como ciudadano, funcionario o miembro de una institución social
específica (familia, organización social, etc.) contribuya a desarrollar acciones que den
cuenta del manejo y resolución pacífica de los conflictos, deslegitimando en todo
momento las acciones violentas como forma para dirimir los mismos.
20
CRESPO FLORES, Carlos. Poder, Dominación y Conflictos: Elementos para una crítica de los
enfoques de construcción de consensos. CESU UMSS. Cochabamba, Bolivia. 2005.
60
3.2. Esferas de intervención:
Cada nivel deberá contar con escenarios y acciones específicas de aporte, entre otras
de la siguiente manera:
61
Niveles superiores de liderazgo: encargados de representar las demandas
colectivas en negociaciones oficiales y de realizar el reconocimiento de
intereses legítimos. En escenarios como: negociaciones, procesos de
concertación, mediación, estrategias no violentas.
En tal sentido, cada nivel deberá transversalizar las decisiones y acciones en las escalas
de :
- La política
- La normatividad
- La planificación, y
- La ejecución de proyectos y programas concretos.
BIBLIOGRAFIA
62
CECEÑA, Ana Esther. La Guerra por el agua y por la vida. Cochabamba: una
experiencia de construcción comunitaria frente al neoliberalismo y al banco mundial.
Cochabamba, Bolivia, 2004.
COMITÉ POR LA DEFENSA DE LA VIDA Y EL AGUA. Volante vincúlate a la defensa del río
Otún. Pereira. Enero, 2005.
CRESPO FLORES, Carlos. Poder, Dominación y Conflictos: elementos para una crítica
de los enfoques de construcción de consensos. CESU UMSS. Cochabamba, Bolivia.
2005.
ISAZA RAMOS, Marisol y otros. Medio Ambiente y Paz. Asociación Reserva Natural
Suma-paz. Corporación Ecofondo. Bogotá, 1998.
NOVOA, José. U´wa/Oxy: el conflicto continúa. En: GONZALEZ, Juan Manuel y Otros.
La Manzana de la Discordia, debate sobre la naturaleza en disputa. Segunda edición.
ECOFONDO, Tercer mundo editores S.A. Santafé de Bogotá, Colombia. 1998.
63
PADILLA ORMEÑO, César y SAN MARTIN SAAVEDRA, Pablo. Conflictos
Ambientales. Una Oportunidad para la Democracia. Observatorio de Conflictos
Ambientales. Instituto de Ecología Política –IEP-. Santiago, Chile. 2004.
64