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MODALIDAD FAMILIAR
MUNICIPIO GRAMALOTE
Introducción………………………………………………………………………………….
Objetivo General…………………………………………………………………………….
Objetivos específicos……………………………………………………………………….
A quien va dirigido………………………………………………………………………….
Conclusion…………………………………………………………………………………...
Anexos……………………………………………………………………………………….
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INTRODUCCIÓN
De igual manera se les facilitó información acerca de La Línea 141, línea gratuita
nacional que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar pone a disposición de
todo adulto o niño que necesite reportar una emergencia, hacer una denuncia o
pedir orientación sobre casos de maltrato infantil, violencia sexual, acoso escolar,
trabajo infantil o consumo de sustancias psicoactivas, entre muchas otras
situaciones que amenacen o afecten la vida e integridad de un niño, niña o
adolescente, en la cual un calificado equipo de psicólogos, abogados, trabajadores
sociales y especialistas en derecho de familia, entre otras disciplinas, atenderán
las llamadas y brindarán respuesta oportuna a sus interlocutores, sin importar su
edad.
Además de activar el trabajo en red con las demás entidades del Sistema Nacional
de Bienestar Familiar, según el caso, y de coordinar con las autoridades
competentes el rescate de los niños, niñas y adolescentes en peligro inminente,
los especialistas de la línea 141 brindarán asesoría para que se pueda identificar
cualquier tipo de delito o forma de violencia contra la niñez y determinar qué
medidas tomar al respecto.
OBJETIVO GENERAL.
Fomentar en los niños, niñas, gestantes, padres de familia y talento humano del
Municipio de gramalote una manera eficaz de controlar la problemática y esta es
interviniendo directamente en las familias de los menores, no sólo para que
entiendan que para éstos es más importante la educación que el trabajo, sino para
busquen la manera de que las familias accedan a programas que mitiguen la
precariedad en la que viven.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Crear identidad entre los niños, niñas padres de familia.
Fomentar y recuperar tradiciones que unan a las familias por medio de actividades
A QUIEN VA DIRIGIDO
Este informe está dirigido a los niñas, niños, gestantes, madres y padres de familia,
beneficiarios del programa de Cero a Siempre, Modalidad Familiar del Municipio de
la Gramalote, Norte de Santander, y al talento humano con el propósito de dar a
conocer información valiosa acerca del no al trabajo infantil y así ayudar a formar
familias íntegras, que desarrollen capacidades, habilidades y destrezas partiendo
de sus necesidades e intereses, teniendo en cuenta el entorno.
Por lo que es importante que los padres de familia entiendan que los niños, niñas y
adolescentes no siempre trabajan por gusto o por solidaridad con sus familias.
Muchos son víctimas de explotación. Detrás de algunos niños trabajadores está el
negocio de un adulto, que muchas veces se queda con todo el dinero y los hace
trabajar en condiciones muy perjudiciales. Además, para muchos adultos los
menores son personas más ingenuas y dóciles, por lo que prefieren emplearlos
antes que a uno mayor de edad.
Pero, ¿quiénes son los principales empleadores de los niños y niñas? En algunos
casos son los mismos padres u otros familiares, quienes utilizan su trabajo para
incrementar los ingresos familiares. En otros casos son personas que aprovechan
la situación de abandono de los niños y niñas, bien porque desertan de la escuela
y no cuentan con la debida vigilancia de sus padres, o porque quieren trabajar para
ayuda a su familia.
No todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil
que se ha de eliminar. Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes
en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren
con su escolarización se considera positiva.
Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar,
la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario
escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo.
Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeños y el
bienestar de la familia; les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a
prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta.
El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños
de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico
y psicológico. Así pues, se alude al trabajo que:
En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a
situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y
enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades (con
frecuencia a una edad muy temprana). Cuando calificar o no de “trabajo infantil” a
una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo
en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza,
y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre
uno y otro sector.
El sector de los servicios comprende el comercio al por mayor y al por menor; los
restaurantes y hoteles; el transporte, almacenamiento y comunicaciones; sectores
de la finanza y los seguros; los servicios inmobiliarios, a empresas y comunidades;
así como los servicios sociales a las personas.
Niños, niñas y adolescentes que venden dulces, limpian carros, hacen malabares,
interpretan canciones, cocinan, lavan ropa, cargan agua, etc., etc., en el tiempo en
que deberían estar en la escuela, es algo tan común y cotidiano que la sociedad
parece ya haberse acostumbrado a verlo como un “mal inevitable” de los difíciles
tiempos que corren. Y no sólo en Colombia, pues es un flagelo mundial.
La Organización Internacional del Trabajo define el trabajo infantil como aquel que
“priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para
su desarrollo físico y psicológico”. Es decir, el fenómeno se presenta cuando las
actividades laborales de los niños y niñas perjudican su desarrollo físico y emocional
y los llevan a la desescolarización.
Según la OIT, no debe mirarse de forma negativa el hecho de que un niño o una
niña ayude a sus padres en algunas labores del hogar o en negocios familiares,
siempre y cuando no descuiden la escuela ni se le vulneren los derechos a la
recreación, la salud y el buen trato.
El problema del trabajo infantil también está marcado por la condición de género,
con implicaciones diferenciadas para niños y niñas. “Los niños, en un mayor
número, se dedican al trabajo de calle, mientras que las niñas se emplean más en
labores domésticas. Pero sea cual sea su oficio, los menores dedican la mayor parte
de su tiempo a actividades tan demandantes, que pierden todo espacio para la
educación y la recreación.
En un país como Colombia, una de las razones más comunes para que los niños y
niñas cambien la escuela por el trabajo, es el alto índice de pobreza y exclusión que
afecta a miles de familias.
Si bien muchos padres que viven en la pobreza consideran que el ingreso que
aporta el trabajo de sus hijos es crucial para la supervivencia del grupo familiar (ya
sea porque los adultos están desempleados o porque su remuneración es tan baja
que no alcanza a cubrir las necesidades mínimas de la familia), existe otro factor
que puede pasar desapercibido, pero que resulta significativo a la hora de analizar
el origen del trabajo infantil: el factor cultural.
A primera vista el principal efecto del trabajo infantil es la deserción escolar, lo que
perjudica no solo su nivel intelectual y su formación personal y académica, sino que
la aleja de espacios de socialización con otros niños. Lo que “limita las capacidades
comunicativas y fragmentan el pensamiento, debilitando las habilidades necesarias
para la inserción social.
Las secuelas físicas son otro efecto importante, porque los empleadores pocas
veces les brindan un trato digno. Debido a largas y extenuantes jornadas, posiciones
del cuerpo rígidas y monótonas, y mala alimentación, muchos niños y niñas sufren
deterioro en su salud. Su vulnerabilidad física es más alta porque todavía están en
etapa de crecimiento, su cuerpo no está completamente desarrollado. Aunque hay
algunas actividades más riesgosas que otras, todos los trabajos representan
peligros, relacionados no solo con el estado de salud sino con accidentes de todo
tipo.
Pero más allá de la salud física, existen riesgos de orden sicológico y moral. La calle
es altamente peligrosa para los menores, corren el riesgo de volverse resentidos y
de adquirir comportamientos inadecuados a la hora de resolver conflictos, porque
en la calle casi nunca se dialoga para arreglar dificultades. Además, se pueden
tornar irritables, por las pocas horas de sueño que muchos tienen.
A lo anterior se suma otro riesgo, especialmente para los niños y niñas que trabajan
en ambientes callejeros: el consumo de sustancias psicoactivas, consumo que en
muchas ocasiones es presionado. Además, pueden terminar en situación de
mendicidad o de explotación sexual, lo que agrava su situación.
¿Es posible disminuir los índices de trabajo infantil en un país que no tiene una
política pública en la materia y no hace el esfuerzo necesario para disminuirlo?
La tarea conjunta entre el Gobierno, el ICBF y las ONG que trabajan por la niñez es
clave para erradicar el trabajo infantil en todas sus formas. Sin embargo, pareciera
que las medidas tomadas no son suficientes y el problema no solo persiste, sino
que aumenta. Elsa Nidia Toro reconoce que “muchos de los proyectos
desarrollados han fracasado, por lo cual se deben emprender otros que no
propendan por la institucionalización de los menores sino por su reintegro a la vida
escolar y familiar”.
Con la socialización de esta información acerca del NO al trabajo infantil puesto que
representa una violación de los derechos humanos fundamentales, habiéndose
comprobado que entorpece el desarrollo de los niños, y que potencialmente les
produce daños físicos y psicológicos para toda la vida. Y puesto que se ha
demostrado que existe un fuerte vínculo entre la pobreza de los hogares y el trabajo
infantil, y que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones, dejando
a los hijos de los pobres fuera de la escuela y limitando sus posibilidades de
ascender en la escala social. Queremos crear conciencia social, desde nuestras
UDS para así ayudar a la formación de niños y niñas protagónicos, laboriosos,
productivos, crítico-constructivos, participativos, comprometidos con su comunidad
y con el progreso personal y social de su comunidad y del país.
ANEXOS