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Especial Profesión Docente

Hacia el aprendizaje colaborativo


en el propio ejercicio profesional

En el contexto actual de la sociedad de la información y el conocimiento, y el


ecosistema digital, el educador debe convertirse en diseñador de entornos, situaciones,
experiencias, proyectos y trayectos de aprendizaje. Y es en este contexto en el que cobra
fuerza el aprendizaje colaborativo del docente que, puede tener en el espacio de la
hiperaula y la docencia compartida del microequipo su principal escenario, pero que
no ha de verse restringido ni a ese espacio ni a ese grupo.
Mariano Fernández Enguita
Sociólogo, catedrático de la Universidad Complutense, coordinador del Doctorado en Educación
y docente del Máster de Profesorado de Secundaria

L
a constatación reiterada de la educación (sin otro que le guíe en ello),
amplia complejidad y la rápida pero la novedad es que, con la ubicuidad,
evolución de la función docente accesibilidad y casi gratuidad de la infor-
conduce de modo inevitable al mación y el conocimiento, ahora el hiato
problema de la formación, en un se expande de manera acelerada y no va
camino que típicamente se bifurca entre a dejar de hacerlo (1). Por si fuera poco,
la formación inicial, que es ya habitual la misma dinámica afecta a la distancia
juzgar insuficiente e inadecuada, y la entre educación y enseñanza, pues el
formación continua, siempre cuestionada nuevo entorno informacional multiplica las
en su oferta y casi siempre decepcionan- oportunidades de acceso a los expertos
te por sus resultados. No puede sorpren- (en línea, en comunidades de interés), a
dernos que sea difícil para la profesión los iguales que actúan ocasional o parcial-
docente, por su misma esencia, evitar la mente como tales (aprendices avanza-
identificación y confusión de aprendizaje, dos, mentores…) y a recursos pasivos
educación y enseñanza, reduciendo cada (vídeos, demostraciones, tutoriales…)
uno de ellos al siguiente, pues en eso o interactivos (software), es decir, a la
ha consistido históricamente la escola- educación al margen de la enseñanza y
rización, en la institucionalización de la de la escuela.
educación y del aprendizaje, y ese es,
por tanto, el suelo en el que ha crecido y
del que se alimenta el colectivo. Pero la Una formación más
sociedad de la información, y en particu- colaborativa
lar el despliegue del ecosistema digital,
ha venido ensanchando cada vez más Hoy y aquí no voy a ocuparme de los
la distancia entre aprendizaje, educa- alumnos sino de sus profesores; no de
ción y enseñanza. Siempre ha habido los trabajadores en general sino de la
aprendizaje (un sujeto que aprende) sin profesión docente en particular, para lo

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por otro(s) experto(s), apoyado con mecanis-


mos específicos para la reflexión (3) sobre su
progreso práctico (videograbación, microense-
ñanza, estudio de clase…) y que sea además
la etapa final de la selección inicial, es decir,
que haya que demostrar a lo largo del mismo,
y no solo en un ejercicio alejado del aula como
es el concurso oposición, la idoneidad para la
función docente.
También a la hora de la formación continua
habrá que tener en cuenta que el aprendizaje
del profesor se desenvuelve, en muchos
aspectos y ámbitos, mejor sobre el terreno
y en la acción que con el libro o en el pupitre
de alumno. Es razonable que el uso de una
hoja de cálculo para recopilar y analizar datos
del alumnado pueda aprenderse a través de
cual es igualmente cierto lo ya dicho. No sólo
un tutorial o en línea, o que una introducción
igual, sino más, dado que buena parte del sa-
al estado del arte en psicología cognitiva
ber y el saber hacer de los docentes son del
pueda organizarse como un curso académico
tipo que se ha llamado conocimiento tácito
en el estilo magistral más clásico, pero la
(M. Polanyi), conocimiento que no se vierte ni
configuración de un aula flexible, la gestión
formaliza en instrucciones, manuales, guías
de un proyecto STEAM, la puesta en marcha
o ensayos, quedando ahí y así al alcance de
de una clase invertida o el apoyo al trabajo de
otros, sino que se difunde, si es que lo hace,
los equipos de alumnos en que se divide un
esencialmente a través de procesos informa-
grupo se aprenden mejor —y tal vez única-
les y sólo en parte intencionales, como son
la imitación, la conversación, la colaboración mente– sobre el terreno y con un educador
o la mentorización. Paradójicamente, ese ya experto al costado, sea para observarlo,
aprendizaje se asemeja mucho menos al del imitarlo o ser aconsejado o corregido por él.
alumno en la escuela que al del aprendiz en la
práctica del oficio, pues no discurre como la
Aprender en el ejercicio
transmisión de una información a través de la
lección y el estudio sino como práctica forma- profesional
tiva, más o menos estructurada, compartida Pero lo esencial no es ya esto sino, sobre
en una comunidad profesional, como partici- todo, el trabajo cotidiano en el aula. Lo que
pación en una comunidad de práctica 2). distingue a un profesional (siempre que enten-
Esto tiene varias consecuencias sobre la damos el término profesión en sentido fuerte,
formación docente, sea esta inicial o ulterior, como una ocupación en la que el trabajador
propedéutica o en el trabajo, en el aula o fuera necesita un alto nivel de cualificación y dispone
de ella. En la inicial cabe distinguir la formación de un amplio grado de autonomía, como es
universitaria previa, de la no me voy a ocupar el caso del profesorado), de un operario (es
aquí aunque sí diré una palabra al final, y la ini- decir, de quien manipula o procesa algo, sea
ciación en el proceso de trabajo, llámese prác- material o inmaterial, como es la información,
ticas, prácticum, introducción, inducción, MIR siguiendo unas reglas claramente predefinidas)
docente o de cualquier otro modo. Lo esencial o de un peón o auxiliar (o sea, de quien realiza
a señalar es que debe diseñarse como un un trabajo lo bastante impreciso para que no
proceso más prolongado, en el que el profesor pueda ser encomendado a un automatismo
novel esté siempre acompañado en el aula pero lo bastante simple como para ser reali-

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zado con la capacidad general, no cualificada, incorporan de inmediato al diseño técnico de


que la persona típica siempre tiene), es que la las nuevas aeronaves (o incluso de las viejas)
impredecibilidad y la complicación o la com- o a las normas universales que se aplican a su
plejidad (que no son lo mismo (4) del trabajo operación. La versión extrema de esto, que no
cotidiano obligan constantemente a discernir, tardará en llegar al transporte aéreo, puede
decidir y, con ello, a aprender; pero a un verse ya en los automóviles autodirigidos, en
aprendizaje que requiere ya por sí mismo una los que la presencia del conductor es solo un
base de conocimiento avanzada, pues no se recurso de última instancia (quizá más útil a la
trata de aprender a no tropezar con la misma hora de legitimar las pruebas ante la opinión
piedra, cosa que ya sabemos que puede hacer pública que a la de mejorar la conducción o su
un burro, sino de interpretar situaciones no co- seguridad) y los resultados del aprendizaje (no
nocidas para extraer datos, patrones y reglas sólo los derivados de accidentes sino otros
aplicables a situaciones nuevas, etc.; no se muchos, de todos los días, que no llegan a
trata de aprender rutinas preexistentes ni de los medios) son inmediatamente incorporados
probar respuestas intuitivas, sino de elaborar al software y, así, generalizados a todos los
soluciones más o menos complejas a tareas vehículos (o al menos a los de una marca).
o problemas que antes, al menos desde la Compárense estas actividades con la docen-
perspectiva del implicado, no las tenían. Es el cia, donde todo el énfasis del mundo sobre
sentido que cabe dar al concepto algo bizarro las buenas prácticas, las prácticas de éxito, la
propuesto por Castells: trabajadores autopro- evidencia científica disponible, etc., conduce
gramables (5). una y otra vez a la decepción, pues la bondad
o el éxito en un contexto no garantizan en
Necesitamos ir todavía un paso más allá para
modo alguno su reproducibilidad en otro. No
comprender lo que significa el aprendizaje en
es que no se aprenda nada, sino que lo apren-
el ejercicio profesional del docente. Un piloto
dido nunca es suficiente por sí mismo porque
aéreo y un docente son ambos profesionales,
pero son bastante distintos. Un piloto necesita
ni los contextos son lo bastante parecidos El modelo
ni los procesos, sobre todo, son lo bastante
más tiempo y en todo caso más recursos para
normalizables; en otras palabras, porque es del
formarse, gana más, debe tomar decisiones
de efectos más inmediatos y tal vez irreversi-
un conocimiento difícilmente transferible entre profesor
personas y entre contextos.
bles, etc. Pero la realidad es que, en compa- aislado en
ración con un maestro en un día de clase, un Sin embargo, el modelo escolar dominante,
piloto tiene que tomar muchas menos decisio- que es el del profesor permanentemente su aula
nes (por eso existe el piloto pero no el maestro aislado en su aula y con su grupo (6), opera reduce al
automático), afronta menos imprevistos y va justo en sentido contrario, reduciendo al
a aprender bastante menos en una jornada docente a una soledad de ejercicio que solo docente
de vuelo. La diferencia consiste en que el lleva a no aprender, o hacerlo de manera a una
trabajo del piloto está ya muy normalizado y la muy limitada, y a perpetuarse en los mismos
recogida y el procesamiento de la información errores, o incluso a profundizarlos. Es la
soledad de
pertinente, así como su análisis y buena parte cara oscura de que cada maestrillo tenga su ejercicio
de las decisiones consiguientes, están ya librillo. Incluso en el marco de este modelo,
incorporados a los mecanismos automáticos o con mayor razón dentro del mismo, el
que le
de la aeronave, aun cuando el piloto pueda aprendizaje profesional requiere tiempos lleva a no
optar entre delegarlas o recuperarlas. No y espacios compartidos con otros miem-
faltan los imprevistos, ni por consiguiente los bros de la profesión: como poco, salas de
aprender
nuevos aprendizajes, pero el proceso está ya profesores o seminarios que se utilicen para o hacerlo
tan normalizado y es tan normalizable que,
de hecho, estos nuevos elementos, si tienen
algo más que el desayuno de media mañana
y la reunión ocasional del claustro y tiem-
de manera
cierta relevancia y una vez que se consideran pos de permanencia, fuera de los lectivos, limitada
adecuadamente identificados y formulados, se más allá de los necesarios para guardias y

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sustituciones, atención a servicios auxiliares otras palabras, hay que devolver el tiempo
y reuniones obligadas. En suma, espacios y de trabajo del profesor al centro. El patrón
tiempos informales en los que los profesores por el que el profesor viene al centro, da sus
puedan intercambiar información, comuni- clases, arregla cuatro papeles y se va a su
carse experiencias, compartir problemas y casa, cuanto antes mejor, a estudiar y hasta
soluciones, aprender juntos o simplemente la próxima, pudo tener sentido como parte
conversar. Por desgracia, la presión cons- del modelo del docente transmisor, el aula-
tante por la reducción de los horarios y el huevera y la enseñanza de talla única, pero lo
calendario lectivo y de permanencia, la ofen- ha perdido por completo en el contexto de la
siva interminable por una jornada matinal y la sociedad de la información y el conocimiento,
interesada confusión de los horarios docente el ecosistema digital y una prolongada esco-
y discente han tendido a hacer de los cen- larización universal que se quiere igualitaria,
tros, y en particular de los funcionarizados en los que el educador debe convertirse en
centros públicos, una especie de oficinas diseñador de entornos, situaciones, experien-
por horas en las que el profesorado sólo se cias, proyectos y trayectos de aprendizaje. El
encuentra lo imprescindible, inviabilizando el profesorado, aun con toda la libertad nece-
aprendizaje en colaboración o reduciéndolo, saria para desplegar su actividad no docente
como suele decirse, a voluntarismo. donde y cuando convenga, debe volver por
defecto al espacio y el horario escolares, si
bien es cierto que esto requeriría cambios
La pesada herencia del aula radicales en las condiciones de trabajo e
incentivos adecuados.
A esto debe añadirse que la mejora y la inno-
vación educativas se juegan hoy, ante todo, En el ecosistema digital de aprendizaje,
en el nivel meso, no tanto en las políticas la parafernalia pasiva y en serie formada
generales ni en la práctica individual, aunque por el libro, el cuaderno, la pizarra, etc.
nadie cuestiona su importancia, sino en los es sustituida por dispositivos y programas
proyectos de centro, los equipos docentes altamente interactivos y personalizables; la
y las redes trans-centros, que para existir colaboración entre iguales, que había sido
siquiera y para alcanzar alguna vigencia desdeñada o prohibida, resurge con fuerza
necesitan esos espacios (físicos, pero porque ya no depende de la copresencialidad
también virtuales) y tiempos (sincronizados, ni de la sincronía; la comunidad, que había
pero también asíncronos) compartidos. En sido contenida fuera de los muros del aula
y la escuela, está de nuevo al alcance sin
restricciones distales, temporales ni económi-
cas; en consecuencia el aprendizaje recupera
el terreno perdido frente a la enseñanza, así
como lo hace la actividad discente frente a la
transmisión docente, y el modelo broadcast,
o lectio, en el que un solo profesor enseñaba
a un grupo de alumnos en un aula, diseñada
físicamente como auditorio y organizativamen-
te como audiencia, pierde ya todo sentido.
La generalización de recursos materiales que
son activamente educativos y la recuperación
de los iguales como co-educandos y co-
educadores revaloriza el trabajo individual y el
pequeño grupo, mientras que las economías
de escala en las actividades de pura transmi-
sión, como la clase magistral, en la distribu-

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ción del espacio o en el equipamiento digital


empujan hacia la formación de grupos más
grandes: es el modelo de la hiperaula (7) que
se va asumiendo en buena parte de la inno-
vación educativa más reciente (aunque venga
de lejos), visible en la Escola da Ponte, el CFP
Padre Piquer, el proyecto Horitzó 2020, la red
Teach for One, los centros diseñados por el
estudio Fielding & Nair, etc., etc. En este mo-
delo, al grupo discente más amplio se asocia
un microequipo de docencia compartida (tres
o más educadores) que, además de ser más
flexible y eficaz y permitir mejores combina-
ciones de especialidades, facilita asimismo,
entre los docentes, la transmisión y comparti-
ción de técnicas, experiencias, habilidades…,
y en particular la iniciación de profesores los
noveles; en suma el aprendizaje colaborativo
en el ejercicio mismo de la profesión.

en particular las Facultades de Educación,


Y una coda sobre redes la que más se resiste a la transformación
y universidades de la estructura profunda del aprendizaje
y la enseñanza y, por tanto, el mayor o, al
Resta añadir que, aunque pueda tener en el menos, el primer obstáculo para su mejora.
espacio de la hiperaula y la docencia compar- Dados el elevado nivel tecnológico de las
tida del microequipo su principal escenario, universidades, la dimensión investigadora de
el aprendizaje colaborativo del docente no ha sus profesores y su invariable apuesta por la
de verse restringido ni a ese espacio ni a ese innovación, ahí tenemos justamente el mejor
grupo. En la profesión docente hay ya una indicio de que no se trata sólo de cambiar las
larga tradición de redes colaborativas y de mentalidades (que también), sino las estructu-
aprendizaje que, como los viejos movimientos ras en las que nos movemos y que nosotros
de renovación pedagógica o las nuevas co- mismos reproducimos.
munidades virtuales (y múltiples otras formas
mixtas o simplemente distintas), han servido
al trabajo conjunto de profesores que, sin
estar en un mismo centro, compartían proyec- Notas
tos de mejora o innovación, focos de interés
definidos por el contenido o el método, etc., (1) Fernández Enguita, M. (2016). (4) 4 Glouberman, S., & Zimmerman,
La educación en la encrucijada. B. (2002). Complicated and
atravesando distancias físicas, divisorias complex systems: what would suc-
Madrid, Fundación Santillana.
administrativas y, a menudo, demarcaciones cessful reform of Medicare look
(2) Lave, J., & Wenger, E. (1991).
disciplinares. Hoy esto resulta más practi- like? Romanow Papers, 2, 21-53.
Situated learning: Legitimate pe-
cable gracias a la superación de los límites (5) Castells, M. (1998). Globalización,
ripheral participation. Cambridge
espaciales y temporales que permite el nuevo tecnología, trabajo, empleo y
university press. empresa. La factoría, 7, 12.
entorno digital. (3) Schön, D. A. (1987). Educating (6) Véase Más escuela y menos aula. La
the reflective practitioner: Toward innovación educativa en un cambio
Permítaseme cerrar con unas pocas palabras
a new design for teaching and de época, Madrid, Morta, 2018
sobre lo que dije que no trataría en este tex- learning in the professions. (7) Véase http://www.enguita.info/
to, la formación universitaria, pero solo para Jossey-Bass. hiperaula)
señalar la triste paradoja de que sea ésta,

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