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‘SUBJETIVIDAD ¥ PROCESOS SOCIALES* Introduccion Betis Jomadas tienen un objetivo clentfen,’relacionado con’ el intareambio y la. produccién de’ conoeimiente, ‘Tienen a Ja ver, ¥ con intendidad somejante-une intenctonalidad social ‘poli, en términos de bésquoda de una inseripeén activa en la historia, Creeimoa' que ne own tiem de diaeaico¥ espera, de io podor en el sites omitanta, Perel triode lecrsis mundial, son 1 hechos us tos musttran que 9 gota uevaments Drofundos cambio, cue et pone y nectaro conoetos park oda transitrio con Drocagoniom 3 concen. oie ile macé con contociones rovolasionariaa en distintos ‘rdonts eta vide} Toga wr in tumullsosament, en criss y ver Tigcy cuatro ats an tris Jérnadas como éstas, plantegbamos esis para a décedaentoncetineiponta Déeuda marca dre T pyerice test JradipLatnoesinsan de Pilg Boll, do acetal Dr Bnsgne Pen- Bir mnlcedae “en Basa. Aw, ore doe. ‘aticamente per el fin de una etapa histérica y el inicio de otra. De entonees a hey hemos profundizade en tarno a lo que eran hi- pétesis provisorias acerca de la emorgensia de “an nuevo orden ‘mundial’, de la llamada “globalizacién”. Hemos investigado los procesos de ersis y cambio que atravesamos, los discursos domi ‘antes que legitiman ese orden y los modelos de pensamiento que ‘omenzaban a instalarse, Avanzamos también, por vivirlo en carne propia, y por trabajar en'su oonceptualizacin, lo que particulariza 1 cambio sustancial quo se ha dado en las relaciones de poder, y ‘que impregna tedos los érdenes de la vida socil gestande nuevas formas de cotidianidad, nuevos horizontes de experiencia, con particular impacto en la subjetividad. ‘Simultdneamente se realisa, en muastro pafs y en el mundo, desde la préctica y la teorfa, un balance ertic del modelo univer- ‘salizado, Ala ver que te inicia una resigiteacién de las formas de protagonismo social que los diseursos del “fin dela historia”, de la “utopia desarmada”, de la “era del vaco", del "nico mundo posible”, el “fin del trabajo” y el “horror econémieo” han declarado cadico Yy definitivamente perimidos. Despunta hoy una eritica prctica, ada en los hochos, dal neoliberalismo con su salvaje pottiea de cexpulsién, de dispersién social y fragmentasién subjetiva, con su fefecto vuloerabiieador, Eea ertia aleanza también al impotenti- zante escepticiamo de ln pormederaidad. ‘Esto acontocer social @ histrieo, aceleradamento cambiante y «sus comple relaciones con les procesos subjetives, nos provoca desde hace més de un cuarto de siglo— a indagarlo, en tanto ‘campo y objeto de la Psicologia Social. Indagacién que fue una pa- sidn compartida con B. Pichon-Rivigre (a quien hoy rendimos este hhomengje), y quien hizo, en toro a esta temdlia, aportes finda: cionales a'una concapeién de la Psicologia Social, El que la intima vineulacién entre el orden social e historico, sus vieisitudes y las formas y génesis,de la subjetividad sea hoy redimensionada como problemética desde distintas disciplinas y corrientes de pensamiento, nos estimula a continuar el intento de ‘avanzar en st comprensién. Esto requariré, accrde con Ia. com: plejidad del tome, definir con mayor precisién los rasgos del proceso facial. Y de la etapa que analizamos, buscar especificidades al tempo que, en tanto sa manifestacién lo haga posible, ahondar en los fenémenos subjetivos que en este orden emergen y le dan spoyarara, fnémenos que pueden aportar a su continuidad o trans formacisn. ‘A la vee. qubremos convocar las propuestas que en distintos fampes de la vida social se desarrollan como respuestas:a esta ‘problemiética. Beto implicata trabajar tanto éoncepeiones dal orden Sil, ¢ hipsess acerea de su movimiento y-au dieseidplidad -seomo concepciones de lo subjtivo, Bstos interrogantes nos instalan ehi la temética del orden simbélico, como instancia de artieulacién entre condiciones cbjeti- ‘yee y subjetividad. Lo que nos levara a recorrer, no sin polémica, Jas concepeiones del conocimiento, del lenguaje, asf come las ideo- logins, paradigmas y valores que se confrontan en Por tanto este 68 un encuentro en torno @ la Ja vida social y sus fundamentas. La situacién actual El hecho més significative, que otorga especificidad a esta otepa, histériea os —a nuestro entendor— la rounificacién del mercado ‘mundial, bajo el signe de la expansién universal del modelo capi- talists, Este proceso, de expansién, iniciado en el Renacimiento, y sos- tenido eintensiGicado desde hace un siglo, como internacionalizacion, creciente de la peanomia, bajo la forma del imperialismo, encuan- faa fines do la década del 80, nuovas posibilidades do avance. Esto se haco posible por otro hecho dafinitorio do esta etapa: Ia Aessparicién del campo socialist, cl derrumbe de la URSS. y el ingreso de China en In economia de mereado, Se produce entonces ‘un cambio sustaneial en las relaciones da poder. Cambio que s® ‘expresa come “quevo orden mundial” hegemonizado por les EEUU. ¥ mareado —cofno hemos dicho— por la unificacién de los merea dos y su contracara: la regionalizacin, la que sarge de la profunda Aisputa intorimperalista. Sobro Ia basp do estas condiciones cbjotivas y acompafiande su Aesarvllo, se dasplioga el discurso totalizante de la glabalizacén. ‘Como construgeién ideolégica esto discurso identifica la actual “mundializacién de la economia” con Ia desaparicion do diferencias xy fronterar, ocultando en la Sgura de una, supuesta homogenciza- ‘én. que pondie Gi a diversidados y antagonismos, tanto la im placable lucha por el-control de los mereades, come la intensific ‘iin do las eontradieeiones en las relaciones de poder. El diseurso de la elbalisaci6n anuneia y conveca a la unica. ‘ién de los piieblos sobre, el modelo del Primer Mundo, al tiempo ‘que estimated Ins desgarrantes desigualdades, la rigida estra facia que bajo multiples formas de opresién, exclusin y amenaza de indxistoncia, instala para sujetos y naciones ‘mundial, autodefinide como el “inico mando posible’ ‘Apelarido a Ia metéfora de la aldea, el diseurso de la globali- saacidn presenta a Ia nueva concintracién de riquezs y poder como ‘un irroversible corolario histérieo, emergenta tanto del desarrollo. teeneléico, como de la“eulminacién en le evolusién ideolégiea del ‘hombre, ya que se habrie eonstatads —en el hecho de su derro- ta— el cardcter utopica de otras formas de organiracién socal El hecho histérieo adquiere asf ol cardeter de un fenémeno astaral. Esta metamerfosis no surge sélo de Ia intencién encubri- ‘dora. de este discureo, Se asienta también en la carencia de un ‘andliss histérico riguroso, que Investigue las causas y las instan- ‘ins de hochos como la derrota de las reveluciones socalistas y la rostauracién del eapitalismo allf donde allas habian triunfado. Bs ‘ona douda que Ia vida y Ia prdetien de millonos de sores humanos que protagonizaron esos procesos reclaman.. ‘Otro acontecimiento que partieuariza esta etapa consiate en los profundos cambios experimentados en algunos campos de lei ia y Ia eniea, Las actaales transformaciones tomnolégicas so mani- ‘estan, en su magnitad y avsleracién, tanto en las procosgs macro sociales como en los hechos apireitemente més banales de nuestra vida, produciendo signifietivos'impatos en lo subjetivo, al modi- Beara por lena pot bra do mein lo region tempo yy espacio, stee son eeenciales-a In ordanizacisn de nusstra cot ‘ianidad, a Ta poreopelén de nosotros midinos y nudstro context. ‘Bn sintesis; x nuestra Wentided y'a la nodién We projimo, ala vez 1 Pranls Fleas fn de laine timo howd Bia S eben eee oe | comejante y otro. Rsta transformacién:incide on forma contradic. toria en los, procesos eomunicasionales ¢ identificatorie. ‘Baclorque hace a lo macrosocial,

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