You are on page 1of 6

Tomar Herzog

La administración como un fenómeno social:


La justicia penal de la ciudad de Quito (1650-1750)

[Colección: Historia de la Sociedad Política, Madrid, 1995; 352 págs.]

Y A desde su presentación el libro


de Tamar Herzog se anuncia
como una obra de interés, cuando
incluso, en ocasiones, cobrando enti-
dad propia, el decorado mismo. La
acción que desarrolla el hilo argu-
03
•o
o.

menos, por su novedad, puesto que, a mental se concreta fundamentalmen-


tenor de su título, se trata de un libro te a las relaciones que en las múltiples
V
de historia jurídica en cuanto al tema facetas de la cotidianeidad vecinal los
•TI
objeto de estudio —la administración diversos personajes establecen entre
de la justicia penal en unas coordena-
sí y expresan mediante su propia ¿>
das espacio-temporales determina-
actuación, el gesto, el adorno, el cere-
das—, y también de un libro de his-
monial, rara vez con la palabra. Esta "o.
toria social por su enfoque y (cabe
pertenece a la autora para comunicar, 0)
prever) por la metodología seguida en
describiéndolo e interpretándolo, el o
su elaboración. Combinación ésta,
hoy por hoy, apenas intentada en el
fruto de una ardua tarea de investiga- .i
ción que, tras su presentación como 2
entorno historiográfico más inmedia-
to. Tampoco tarda el lector en perci- tesis doctoral bajo la dirección del
bir que se trata de un bonito libro, de profesor Nathan Wachtel en la Ecole s
gran plasticidad, en el que desde sus
primera páginas se ve llevado de la
des Hautes Etudes en Sciences
Sociales de París, se da a conocer en
1
1)
mano de la autora a la representación su versión española. -8
de un espectáculo extremadamente El libro se inicia con un prólo- i
barroco en su esencia y estética. El go de la propia autora de carácter s
escenario: una ciudad colonial — introductorio, elaborado a partir del
quizá la más barroca del continen- análisis de varios casos susceptibles
te— en un período concreto del de actuaciones judiciales o guberna-
Antiguo Régimen; los personajes: las tivas a fin de destacar, elevándolos a
instituciones, el «público» (entendido categoría general, una serie de ele-
243
como «el común de la ciudad») e
mentos referenciales que evidencian
a la vez que justifican el «leit motiv» complejidad hablan por sí solos los
de su estudio: la comprensión de la varios gráficos insertos en este capí-
justicia —no sólo, pero sí también— tulo) para concluir destacando la
ío como materia social. notable y transcendental incidencia
T Doce densos capítulos constitu- de todo ello en su comportamiento
!2 yen el cuerpo de la obra, pero son los social y profesional. Bajo la rúbrica
~ nueve primeros los destinados a ofre- «Los edificios de la justicia» se pasa
cer una imagen global y completa de revista en el capítulo quinto al espa-
O
-o
la administración de la justicia penal cio de la actuación judicial, prestan-
"O
• en el espacio jurisdiccional de la ciu- do especial atención al de la
-o
3 dad de Quito, reconstruida sobre la Audiencia y a las cárceles, dada la
base del examen de cada uno de los mayor relevancia institucional y fun-
-o elementos que la integran y actúan: cional de los mismos. La descripción
"5 sus agentes, el espacio, y, por último, objetiva de estos edificios, especial-
c
0)
O. los modos y medios de actuación. El mente del primero (su localización,
o
'u primer capítulo se ocupa de los distribución funcional, ornamenta-

diversos tribunales y sus ministros y ción, estado de conservación, etc.)
3 oficiales vistos en su naturaleza insti- pero interpretada a la vez como evi-
^o tucional, competencia jurisdiccional dencia de unas determinadas concep-
o
e interrelación, siendo objeto del ciones y de la situación fáctica de la
o
c segundo el estudio de las formas de administración de la justicia, hace a
•o acceso a cada una de las magistratu- estas páginas, sin duda, no las más
c ras y oficios de acuerdo con las pau- importantes dentro del conjunto de
o tas legalmente establecidas y la prác- la obra, pero sí claramente sintomá-
8 tica de su aplicación en Quito. El ticas de la capacidad de la autora
o otro agente, el «público», es visto en para elevar a categoría general,
£ el tercer capítulo en relación con la mediante su adecuada apreciación,
fuerza pública y los mecanismos de unos datos concretos y en principio,
E
"O control en tanto que el cuarto apare- cabe sospechar, dada su procedencia
O
ce dedicado a establecer, con mayor documental, no de gran expresivi-
alcance que el de un análisis mera- dad. El relato de un incidente de
mente prosopográfico, la condición carácter protocolario entre el presi-
profesional y social de los ministros, dente de la Audiencia Quiteña,
O su capital simbólico cifrado en los Araujo y Río, y el teniente de navio,
títulos de distinción personal, la Antonio de Ulloa, abre el capítulo
naturaleza y alcance de sus relacio- sexto dedicado al examen del con-
ne
a*mm s mutuas y con el entorno vecinal junto de elementos del estricto cere-
por razón de parentesco, amistad, monial protocolario que, como parte
servicio e intereses diversos (de cuya integrante del sistema, envolvía a las
instituciones judiciales en general, agentes activo —las instituciones— y
pero de manera más particularizada pasivo (en estas manifestaciones) —
a sus magistrados en tanto deposita- el público— de la administración.
rios de la autoridad real. Siendo su Aunque en ningún momento el pano-
fin garantizar el orden jerárquico rama del sistema penal quiteño ofre-
concebido por la ley en función de la cido a lo largo de estos nueve capítu-
eficacia de la administración, estos los se muestra ajeno a la percepción
recursos, al menos en algunas de sus de la evolución del mismo en el perí-
manifestaciones, sirvieron asimismo odo estudiado, merece ser destacada
para confirmar los rangos sociales de la oportunidad de dedicar un último
la población local. Por otra parte, capítulo expositivo —el décimo— a
esta concepción de una justicia eficaz presentar una visión cronológica que ro
-o
permite apreciar en todo su alcance a.
no sólo respondía a la imagen busca-
da por el discurso oficial mediante tanto los cambios sufridos por el sis-
diferentes mecanismos sociales e ins- tema en sus contenidos como las cau-
titucionales de divulgación de la sas y circunstancias que los propicia-
misma, sino también a las expectati- ron. Sigue a éste el capítulo general
vas de un público atento a las demos- de conclusiones (otros varios contie-
traciones judiciales y con suficiente nen, asimismo, un epígrafe de esta
información para entender y valorar naturaleza) que se cifran en el enun- O)

el sistema, como bien expone la doc- ciado y comentario de los caracteres di

tora Herzog en el capítulo séptimo de la administración de la justicia en


del libro. Los octavo y noveno con- Quito derivados del estudio realiza-
templan desde la perspectiva de la do sobre su práctica: su naturaleza, g
tanto orgánica como funcional, de
práctica local los medios de actua-
«sistema abierto» —sin límites defi- .2
ción judicial y extrajudicial; en
nidos entre las instituciones y el
aquél, el proceso penal en cada uno
«público»— de gran dinamismo §
de sus elementos y fases, revelándo-
interno, dependiente de la comuni- 8
se, en palabras de la autora, como
dad local y garante de la paz social. a>
«un mecanismo sutil y flexible que
Se constata la ausencia en la práctica •o
permitía la adecuación del sistema y
e incluso en el discurso de una con-
de sus reglas a las circunstancias del
cepción objetiva y abstracta de la
momento, a los intereses públicos y -a
Justicia y su prevalencia como valor
privados y a las exigencias de la coe-
social e instrumental. En cuanto a su
xistencia social». En éste, la impor-
imagen, se destacan las connotacio-
tancia de la fama como medio de
nes de ignorancia de la referencia
control y la incidencia en el proceso americana, de ficticia neutralidad, su 245
del rumor o «voz común» en tanto carácter jerárquico y consensuado y
exponentes de la relación entre los
el acentuado desequilibrio entre las completa), sí facilitan una más rápi-
capacidades reales del sistema y su da localización, bien es cierto que, a
expresión simbólica. Por otra parte, mi entender, su utilidad hubiera sido
o estos resultados sobre la historia de mayor de haberse optado por un cri-
1
la justicia penal, por incidir en el terio de clasificación en función de
ó
-o conocimiento de otros temas de inte- la naturaleza y contenido del mate-
rés más amplio, tales como el de la rial utilizado y no del hecho mera-
3 relación entre la administración y el mente formal de su impresión. Sirva,
O Estado, o el de la construcción del como ejemplo de ello, la localización
-a
-a
o
imperio español en Indias, vienen a de determinadas fuentes legales
-a
aportar nuevos elementos de juicio y como la Copulata de las leyes de
posibilitar otras perspectivas al estu- Indias o las Ordenanzas de la
-o dio de los mismos. Así como tam- Audiencia de Quito entre la biblio-
"5 bién, a la luz de este estudio, cabe grafía, en el lugar correspondiente al
<D
Q.
entender el sistema penal como una nombre de la persona o entidad edi-
manifestación, entre otras, de las tora. Lo que sí, en cambio, se hace
contradicciones existentes en el seno imprescindible para la comprensión
de la administración del Antiguo de la obra es el capítulo de conteni-
O
Régimen, por lo general ignoradas en do metodológico ya que en él se pro-
o
aquel entonces por las instancias del porcionan, expuestas con claridad y
O) poder, en ocasiones también por el sencillez, las claves necesarias y sufi-
•o «público» y, con frecuencia, por los cientes para ello. De ahí la sorpresa
c
0)
historiadores. ante el hecho de la posición epilogal
o El libro finaliza con un último de lo que, es obvio, constituía un
o capítulo de carácter metodológico, capítulo preliminar en la versión ori-
u
c
•o
un exiguo apéndice cartográfico y el ginaria de la obra precisamente en
elenco documental y bibliográfico su presentación a un público (aquí,
del aparato crítico que sustenta la el lector hispanohablante, preferen-
"O labor de investigación. Así como el temente), sin duda, interesado, pero
o
apéndice es escasamente representa- quizá no siempre suficiente conoce-
tivo como tal, y en todo caso podría dor de una metodología que, por el
haberse incorporado en la obra momento, se prepara como novedo-
como ilustraciones, de haber sido sa en nuestro medio historiográfico,
o otra su estructuración, las relaciones excepcional en el ámbito de la
documental y bibliográfica resultan Historia del Derecho y (me atrevería
si no imprescindibles (puesto que las a afirmar, pues sólo algunos trabajos
referencias de este carácter a lo largo recientes de Charles Cutter ofrecen
246 de la obra, especialmente las biblio- algunas similitudes con éste) exclusi-
gráficas suelen hacerse de forma va en el del Derecho indiano. De las
posibilidades de la aplicación de parte, tratándose de un libro cons-
unos conceptos y métodos proceden- truido fundamentalmente sobre la
tes de un campo específico de la interpretación de una documenta-
sociología, el de la «sociología de ción en gran parte inédita, lo escue-
organizaciones», a estudios de to de las referencias archivísticas, sin
carácter histórico es prueba evidente ir acompañadas de reproducción
el libro de Tamar Herzog, pero tam- textual alguna, y la ausencia de un
bién su lectura no deja de provocar apéndice documental que, aunque
una cierta inquietud ante el riesgo necesariamente selectivo, permitiera
que encierra en sí la aplicación de en alguna medida el contraste de
toda dogmática retrospectiva, tanto pareceres, posiblemente pueda crear
más cuanto afecta a un ámbito tan en el lector una cierta sensación de O)
-o
o.
vulnerable al positivismo como el insatisfacción e inseguridad. Insegu-
jurídico. ridad que se ve acrecentada por
Por lo que se refiere al aparato algunas imprecisiones (así, la falta
crítico, más que completo parece de aclaración de la expresión -O

0>
exhaustivo, especialmente en lo que «núcleo duro» —originaria, según
se refiere a los documentos de apli- creo, de los medios financieros nor-
cación y obras de práctica jurídica, teamericanos, en contraste, por
0>
de tal manera que es muy probable ejemplo, con la que en página 183 se 'o.
O)
que cualquier ausencia que se pueda hace sobre la identidad de Juan y
señalar (se me ocurre, por ejemplo, Ulloa—) y cierta ambigüedad e ina-
las relaciones de los virreyes perua- decuación terminológica (así, en el 1
nos) esté plenamente justificada. Sin uso, de las palabras «legal», «pare- O

embargo, frente a la puntualidad y ja», «decreto presidencial» o «secre- g


frecuencia de las referencias a la tario» del monarca aplicado —pare- c
práctica jurídica (lo que en cualquier ce deducirse del contexto— al virrey, 8
caso constituye la base y objeto de etc.) de fácil explicación a partir de .2
este estudio) llama la atención unas las referencias cultural y lingüística 1
veces la falta y otras lo genérico de de la autora. -s
las remisiones a la legislación, espe- Posiblemente, tan sugerente
cialmente en algunos casos en que trabajo dará pie a comentarios más
ello vendría a aclarar algunas dudas amplios y particularizados y a plan- •o

que la narración puede llegar a sus- tear otras observaciones e interro-


citar (así, en relación con el nombra- gantes sobre los múltiples aspectos
miento de tenientes de corregidor que en él se tratan, pero lo que queda
—pág. 76—, o con la tardía apari- fuera de toda duda es que cualquiera
ción en Quito del colector de penas que éstas sean, así como las que aquí
247
de cámara —pág. 246—). Por otra se han venido destacando, en modo
alguno podrán servir de menoscabo ello— bonito libro, pleno de interés,
al loable esfuerzo, plasmado en tan cuya lectura invita a la reflexión e
positivo resultado, que supone la incita —es de esperar y desear— al
realización y presentación en lengua • debate,
española de éste —me reitero en Ana BARRERO

You might also like