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LA CESIÓN DE DERECHOS

El primer párrafo del artículo 1211 del Código Civil Peruano, determina

los elementos comprendidos dentro de la cesión de derechos, salvo que se pacte en contrario.
Estos son los siguientes:

a) Los privilegios, entendiéndose como tales las órdenes de prelación para el cobro de una
deuda o para la ejecución de alguna garantía.
b) Las garantías reales (prenda, anticresis o hipoteca).
c) Las garantías personales (fianzas).
d) Los derechos accesorios del derecho cedido, vale decir, todos aquellos que se hubiesen
constituido al amparo de aquel derecho.

Para el caso en que el derecho cedido estuviese garantizado por una prenda, de acuerdo con el
supuesto del segundo párrafo del artículo 1211, podríamos deducir hasta tres posibilidades:

a) Que el bien dado como garantía pignoraticia se encuentre en poder del acreedor, caso
en el cual éste deberá entregarlo al tercero-cesionario.
b) Que el bien dado como garantía pignoraticia se encuentre en poder de una persona
distinta del acreedor y del tercero-cesionario, vale decir, que se encuentre en poder de
otro tercero, caso en el cual dicho tercero no deberá entregarlo al cesionario, sino que
permanecerá como tenedor del mismo.
c) Que el bien dado como garantía pignoraticia se encuentre en poder del tercero-
cesionario, caso en el cual tampoco habrá necesidad de entrega alguna, pues lo vendría
poseyendo justamente quien lo requiere para asegurarse el cumplimiento de la
obligación del deudor-cedido.

SESIÓN CONTRACTUAL.

También para O’CALLAGHAN MUÑOZ8, tras admitirse la transmisión del lado pasivo de la
obligación, que es la asunción de deudas, y la del lado activo, que es la cesión de créditos, un
paso más lo constituye la cesión del contrato, que es figura moderna, aceptada por la práctica
negocial, reconocida por la jurisprudencia y admitida por la doctrina. Se trata de que se
transmite una relación contractual en su unidad, con el conjunto de derechos y obligaciones que
contiene, sin necesidad de realizar una serie de transmisiones separadas del lado pasivo
(asunciones de deuda) y del lado activo (cesiones de crédito). Más que un contrato cedido, se
trata de una cesión de los efectos contractuales de una de las partes.

Lo que constituye la esencia de la cesión del contrato es la sustitución de uno de los sujetos del
contrato y la permanencia objetiva de la relación contractual. Es hacer entrar a un extraño en el
rango de parte contratante en lugar de uno de los contratantes originarios.

En el mismo sentido que la jurisprudencia se ha declarado la doctrina civil, entre otros LASARTE
ALVAREZ13, que siguiendo a este autor, podrá existir la cesión de contrato si se dan los
siguientes presupuestos:
1. Debe darse el acuerdo unánime del cedente, cesionario y parte cedida, entendiendo este
acuerdo como un consentimiento de las partes que intervienen en dicha cesión.

En este punto pueden tratarse las siguientes cuestiones:

En cuanto al consentimiento del cesionario, es necesario que exista una tercera persona ajena
la contrato dispuesta a ocupar la posición del cedente, como elemento lógico para que se pueda
hablar de situación de cesión de contrato.

En cuanto al consentimiento de la parte cedida, éste es fundamental, en tanto que es el acreedor


de los derechos y obligaciones establecidos en el contrato, y pueden definirse las siguientes
cuestiones:

1º) En primer lugar la parte cedida no está obligada a consentir la cesión, a menos que esta, esté
prevista por Ley, como sería el caso de la cesión de derechos arrendaticios del art. 32 de la
vigente LAU (salvo cláusula expresa de prohibición). Parafraseando a LASARTE nadie está
obligado a mantener relaciones contractuales con una persona diferente a la que celebró el
contrato con él. Si los contratantes iniciales establecieron una cláusula por la cual se prohibía la
cesión o se establecían convenios “intuitu personae” desde luego la cesión, de no ser
consentida, sería nula, pudiéndose aplicar los arts. 1.256 CC “La validez y el cumplimiento de los
contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los contratantes.” o 1.091 CC “Las obligaciones
que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, y deben cumplirse
a tenor de los mismos”, o el primer párrafo del art. 1.258 CC “Los contratos se perfeccionan por
el mero consentimiento y desde entonces obligan no solo al cumplimiento de lo pactado....”. O,
dicho de otro modo, en virtud del principio “pacta sunt servanda” no podrá ser eficaz una cesión
no permitida en el contrato y menos sin el consentimiento del contratante cedido.

Pensemos en un contrato por el cual una persona se obliga a realizar determinadas prestaciones
o abonos pecuniarios, quizás el acreedor ha confiado en base a las características personales de
su contraparte que ese contrato se cumplirá, no podría dejarse al arbitrio, en este caso del
cedente, traspasar su posición contractual, dejando al acreedor sin posibilidad de cobro o de
satisfacción, ante la insolvencia del cesionario.

En el mismo sentido doctrinal autores como O’ CALLAGHAN14 sostienen que no es lo mismo


cesión de contrato que cesión de créditos o asunción de deudas, aunque aquélla comprende a
éstas e implica la transmisión de las mismas. No se identifica con la suma de ambas, pero sí exige
los requisitos de éstas. Por ello, la cesión del contrato requiere el consentimiento del cedido. La
cesión del contrato puede realizarse aisladamente o formando parte de un todo. El autor apunta
la diferenciación conceptual entre cesión de crédito y cesión de contrato, a la que añadiré
también la figura de la subrogación. En definitiva, hay que considerar que en la cesión de
contrato no sólo se cede la parte activa de una relación obligacional, sino igualmente la pasiva y
en definitiva se cede la posición contractual, con lo cual se le confiere al tercero los derechos de
todo contratante, por ejemplo, el de solicitar la resolución del contrato, lo que no ocurre en la
subrogación ni en la cesión de créditos. Imaginemos un crédito hipotecario, que es un contrato
de ejecución instantánea, que cuando su objeto es un cuerpo cierto será considerado como
concluido “intuitu personae”, deberá obtenerse la aceptación del contratante cedido, a
diferencia de lo que sucede en la subrogación que opera por ministerio de la ley y en la cesión
de créditos en donde la simple notificación del deudor la perfecciona frente a terceros.

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