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EL CONTRAPODER DEL PERIODISMO

El Periodista tiene una misión esencial aunque a los gobiernos y los políticos no les guste,
reseñar la verdad que se da en el acontecer de las estructuras económicas, jurídicas y políticas
del Estado y tiene que ver con los intereses colectivos de la sociedad y la la vigilancia de los
poderes públicos y privados; tiene una función de contrapoder.
ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ
Permítanme comenzar estas reflexiones citando a Friedrich Nietzsche en su libro Ecce Homo:
“Yo no refuto los ideales, ante ellos, simplemente, me pongo los guantes. Nitimur in ventitum
(nos lanzamos hacia lo prohibido): bajo este signo vencerá un día mi filosofía, pues hasta
ahora lo único que se ha prohibido siempre, por principio, ha sido la verdad.” (Pp. 20).
Esa verdad, es lo que hace muy difícil nuestra profesión. Si alguna carrera es espinosa de
ejercer es el periodismo, cuando realmente se tiene compromiso con la verdad y cuando esta
se tiene que descodificar por la situación geopolítica que en la actualidad se nos presenta y
más en un país que como el nuestro, que cuando se cuestiona la corrupción del gobierno y de
su oposición la persecución política no se hace esperar, el cierre de medios de comunicación
se efectúa fuera de la Ley, el narcotráfico amenaza de muerte, el contrabando se legitima y
donde sus principales actores son los mismos que administran el estado, inmediatamente el
periodista al reseñar éste tipo de informaciones se convierte en un obstáculo para tales
ejecutorias, allí comienza la amenaza, el despido, intimidación, el chantaje y la coacción,
incluso el ultimátum de muerte. Conclusión: los periodistas, en los países llámense
capitalistas o socialistas, tienen prohibido decir la verdad.
Estos escenarios, son los que obligan a los medios donde trabajan los periodistas, a que se
les despida, se les controle, se les amenace y se les condicione. Es una vieja y perversa
práctica de los gobiernos de turno, llámense como se quieran llamar, lo cierto de todo esto es
que el periodista se convierte implícitamente en objetivo militar y donde incluso se le llega
asesinar.
El periodismo es, por su naturaleza el medio que está destinado a investigar, conocer,
procesar, interpretar e informar a la comunidad, para que la misma se entere de los
acontecimientos más importantes de la región y del mundo, cuestión que le ayudara a
desentrañar y conocer su entorno para la comprensión del mismo. Es en esta actividad de
informar, donde entra a jugar papel importante la ética del periodista ya que la ética explica
de manera científica la conciencia y el sentido de la vida, así como el comportamiento moral
del periodista en sociedad y es allí donde reside su credibilidad.
El periodismo es una acentuada actividad sociocultural profundamente vinculada al
perfeccionamiento de la civilización, del entorno en que se vive. Además, la comunicación
es un factor imprescindible para la vida del ser humano, debido a que no se puede vivir sin
estar al corriente de lo que ocurre en su hábitat, pues necesita estar bien informado para que
le sirvan de referencia y pueda actuar. Por ello, los aportes del periodista en la sociedad es
esencial porque compensa la necesidad del ser humano de estar enterado de lo más
sobresaliente que ocurre en su entorno y el mundo. Los periodistas tenemos como objetivo
comunicar y situar a las personas acerca de los acontecimientos, exponiendo todos los
semblantes del suceso, de la noticia con la mayor objetividad posible.
Ser periodista es asumir compromiso con la verdad, con la justicia. Es rechazar el chantaje,
la manipulación, el palangre y evitar a toda costa que la información que se narra y se describe
se pueda convertir en una simple mercancía.
"La tarea primordial del periodista –señala la UNESCO- es la de servir el derecho a una
información verídica y auténtica por la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando
consciente los hechos en su contexto adecuado, manifestando sus relaciones esenciales sin
que ello entrañe distorsiones, empleando toda la capacidad creativa del profesional, a fin de
que el público reciba un material apropiado que le permita formarse una imagen precisa y
coherente del mundo, donde el origen, naturaleza y esencia de los acontecimientos sean
comprendidos de la manera más objetiva posible".
EL PERIODISMO NECESARIO
Entiendo que ejercer el periodismo requiere de un enorme compromiso consigo mismo, con
las verdades y las crudezas de una realidad que ahoga nuestros pueblos y esto es válido para
los intelectuales que se entremeten en el análisis de esas mismas realidades.
Ese compromiso consiste en no maquillar la información para estar bien con el opresor y
evitar de esta manera que lo toquen, ese compromiso se tiene que convertir en una praxis
para no ocultar tanta injusticia, tanta corrupción, tanta desigualdad, tanto abuso de poder,
tanto tráfico de influencia y suspendamos el contar.
La mayoría de los libros de periodismo y la propia teoría de la comunicación, establece un
gran contraste donde la verdad es lo que diferencia la información de la opinión, que una
noticia falsa nunca puede formar parte del ejercicio legítimo del derecho a informar.
Ejercer el periodismo con la intención de informar o comunicar por cualquier medio de
difusión lo que acontece, es asegurar nuestro derecho como periodistas a conocer y explicar
lo que sucede, ocurre o pasa, siempre y cuando se lleve la verdad por delante, con ética y
también es una garantía fundamental para la formación de la opinión pública, además de
contribuir a edificar una sociedad libre, plural y democrática. Por eso, informar e informarse
es un derecho esencial independiente y preponderante, de allí que el periodista es el
encargado de abrir la puerta de la verdad o las verdades.
Un colega periodista dijo por allí que “el periodismo es difundir aquello que alguien no quiere
que se sepa, el resto es propaganda”, pero lo lamentable de eso de que “alguien no quiere que
se sepa”, es parte de la política hoy día de los llamados medios de comunicación, de grupos
económicos, de los partidos políticos y de gobiernos cazados con el engaño, la mentira, la
demagogia, el crimen y la corrupción.
Periodista que se acomoda con el patrón o con el gobierno de turno en estos escenarios y que
por mantener el puesto oculta la realidad por seguir la línea editorial del medio para el cual
labora o por mantenerse bien con el gobierno con el cuento de que yo hago “periodismo
institucional”, se encuentra atrapado o se ha dejado atrapar muchas veces producto -en la
mayoría de los casos- de su situación socio-económica que el empleador utiliza para obligar
a que “informe” sobre sus “verdades”, verdades manipuladas y falaces, convirtiendo al
periodista en cómplice abierto de un teatro retorcido de intereses que ocultan la realidad.
UN PROBLEMA ÉTICO
En ese teatro de la complicidad, se deja de ser periodista para convertirse en mercenario de
la “comunicación”. Entiendo, como afirma Colombres acerca de los intelectuales tarifados,
cuya opinión es válida para los que ejercemos el periodismo “… si se tiene un hogar que
mantener, no es fácil ser un héroe. Pero tampoco se le pide un heroísmo que exceda la ética
más elemental. Romper lanzas no puede llegar a ser insensato y conllevar la ruina, pero el
temor a perder un trabajo nunca convalidará esos actos de congratulada sumisión frente al
poder político o económico que a menudo se observan, y menos aún el triste papel de algunos
intelectuales que se comportan como perros fieles, defendiendo con muchos ladridos los
intereses del amo y arrojándose ferozmente sobre los que tienen el coraje de decir toda la
verdad, sin molestarse siquiera en atemperar sus puntos de vista, como corresponde.”
(COLOMBRES, Adolfo (2004). América como civilización emergente. Editorial
Sudamericana. Buenos Aires. Pp. 188).
El Periodista tiene una misión esencial aunque a muchos políticos no les guste, se trata del
acontecer que se da en las estructuras jurídicas y políticas del Estado y tiene que ver con los
intereses colectivos de la sociedad y la la vigilancia de los poderes públicos y privados; tiene
una función de contrapoder. El debate de ideas, ofrecer voz a la disconformidad, a la
disidencia, a la denuncia y a posturas antagonistas es hacer Periodismo, y, por lo tanto, es
dignificar la democracia, democracia que como las nuestras se convierten en autocracias
soportadas por el militarismo, tomando el camino rumbo a la dictadura, el caso venezolano
es un claro ejemplo de estos escenarios, tanto en el ayer, como en el presente.
Un Periodismo libre es la clave para enaltecer y cimentar la democracia. Sólo así seremos
útiles. De ello pende un Periodismo con responsabilidad ética y social, por ende, la
característica principal y esencial de la democracia. Nuestra responsabilidad es enorme,
porque también lo es su misión.
A TODOS MIS COLEGAS, FELIZ DÍA DEL PERIODISTA.

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