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PResentacion Del Texo Job 9 Del Uno Al 35
PResentacion Del Texo Job 9 Del Uno Al 35
Traducción en Español
Ubicación de la unidad
Unidad anterior
Podemos contar, antes de la unidad a estudiar, las siguientes unidades anteriores
Prólogo (1,1—2,23)
Es la presentación literaria de Job, también de los personajes principales: Yahvé, el Satán, los hijos
de Dios y los amigos de Job, junto con los otros personajes que tendrán participación sobre todo
en el mismo prólogo. Job es un hombre rico del país de Us, cuya característica mas notoria es su
integridad. En este prólogo se muestra el prinicipop sobrenatural del sufirmiento que le ino a este
personae: una misteriosa deliberación entre YAhvé y el Satán, en la que se manifiesta el poder y la
concesión de Yahvé. Estos sufrimientos son en sus bienes y en su misma integridad física.
Diálogo (3,1—31,40b)
Es el género literario siguiente, del resto de la obra, que en realidad es una serie de discursos,
sucedidos uno tras otro. La Biblia de Jerusalén divide esta parte en tres ciclos de discursos.
Unidad a estudiar
La unidad a estudiar es uno de los discursos de Job. En realidad, terminaría en 10,22, pero puede
dividirse en dos, pues el discurso tiene dos partes bien diferenciadas: la primera, como una
respuesta personal de Job a los planteamientos anteriores, y la segunda, un discurso dirigido
directamente a Dios, que tocaremos más adelante.
Análisis narrativo
Verbos
respondió, Es, son, puede, ser, quiere, entablar, rebatirá, hizo, salió, desplaza, adviertan, vuelca,
sacude, hace, vacilar, ordena, resplandece,, cierra, despliega, aplasta, ha, hecho, , ha, hecho, pasa,
roza, sujeta, arrancará, puede, decirle, haces, renuncia, , postran, podré, rebuscar, teniendo,
discutiría,, tendría, suplicar, dignase, escuchase, aplastarme, multiplica, deja, tomar, tiene,
saciado, se, trata, gana, emplazará, teniendo, condenaría,, siendo, inocente, declararía, Soy, sé.,
Desprecio, , es, destruye, mata, ríe, Deja, tapa, hace, son, escapan, ver, deslizan, pretendo,
cambiar, asalta, sé, absolverás, soy, fatigarme, lavase, limpiase, restregarías, asqueara., es, decirle,
Comparezcamos, hay, ponga, aparte, espante, hablaría, temerle, soy
Personajes
En torno al discurso
Los amigos de Job: Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamat; especialmente
Bildad de Súaj, pues es el del último discurso.
Job, quien responde
El narrador, que se limita a decir: “Job respondió así”
Dentro del Discurso
El hombre, en general, que Job lo presenta como si hipotéticamente quisiera entablar un
pleito con Dios y todo lo que tendría para perder.
Dios, que es todopoderoso, creador y dominador de todo lo que existe, que no tendría
obligación de acudir al pleito, que hace devenir el bien y el mal tanto a inocentes como a
culpables, ante el que, ni Job ni nadie, puede ser declarado justo
El mismo Job, que expresa la imposibilidad de su defensa, por Dios no dignarse a
comparecer ante él, la posibilidad cierta que tiene de destruirlo y la certeza que tiene de
que no le va a absolver.
El árbitro: se trata del gran personaje ausente, “no hay un árbitro entre nosotros” (v. 33).
Al ser Dios tan grande, ¿Cómo puede someterse al fallo de un tercero?
Otros personajes fruto del estilo y la composición literaria:
o El sabio y fuerte que, enfrentado a Dios, haya salido indenme
o Los montes, la tierra y sus columnas, que a voluntad d eDios se desplazan,
sacuden y vacilan
o El sol y las estrellas que a su voluntad pueden no brillar, y los cielos, que sin ayuda
despliega
o El Mar, cuya espalda golpea
o La Osa, Orión, la Pléyades, las Cámaras del Sur, hechas por él
o La presa que sujeta Dios
o Quien ose arrancar la presa a Dios o decirle “¿qué haces?”
o Rahab y sus aliados
o El inocente y el culpable, igual destruidos (v.22)
o El malvado que se apodera de la tierra y los magistrados que Dios tapa sus ojos
(v.24)
o Las lanchas de junco, el águila y su presa (v. 26) para hablar de la rapidez de los
días de Job
Escenas y comentarios
Primera escena: presentación del problema (9,1-4)
Ante la afirmación que ha hecho Bildad de Súaj acerca de la justicia y el derecho de Dios (8,3) e
invitar a Job a comparecer ante él (8,5), Job responde acerca de la imposibilidad de eso, pues no
puede el hombre ser justo ante Dios. Job no busca pedir perdón ni reconocerse culpable, pues de
hecho su conciencia nada le reprocha, pero reconoce que reclamar a Dios una especie de
indemnización es imposible. Es la idea que luego desarrollará
Comentario General
Para comprender el texto puede ser útil acercarse a las palabras claves del mismo, las cuales en la
presentación del texto en español las hemos resaltado en negritas. No son palabras sino frases,
que, además de ser la idea principal de las escenas como las hemos dividido, son la condensación
del mensaje de este discurso.
El drama del discurso es la fatal respuesta a la pregunta: ¿Cómo puede ser justo el hombre ante
Dios? Y la respuesta es doble, según este discurso: Dios todopoderoso no va nunca a perder un
litigio con nadie y, aunque lo diga poco e implícitamente, la inocencia del ser humano puede ser
cuestionada siempre. Dios manifiesta su poder inmenso en la creación, dominando los elementos
y los míticos monstruos, como el Mar y Rahab. Si con ellos, tan grandes y poderosos, no renuncia a
su ira tampoco con quien sea que pretenda enfrentarlo en un pleito. Así, Job se experimenta
perdido y dice: “¡cuánto menos podré yo defenderme!” pues, además, su experiencia, la que
expresa en el discurso, es que la retribución, como la expresan sus amigos que hablaron
anteriormente, no siempre se cumple tan exacta y “matemáticamente”, pues a menudo hay
injusticias: los magistrados fallan en favor de los poderosos y los malvados desfavoreciendo a los
humildes e inocentes, ¡y eso lo atribuye directamente a Dios! Por eso afirma que Dios destruye
igual al inocente que al culpable, afirmando implícitamente que la buena o mala suerte que se
tenga en esta ida pareciera no provenir directamente de la bondad o la maldad de las propias
acciones. Precisamente por eso, y por el modo como experimenta ¿Qué se va desarrollando su
vida, sucediéndose los días con gran rapidez, y sin esperanza de cambio, llega a la fatal conclusión
de decirle a Dios “sé que no me absolverás” y que sus vida acabaran como en la plenitud de la
desgracia que en ese momento está viviendo, pues solo depende de él y, aunque le pareciera una
injusticia, no hay escapatoria, pues, para denunciar esta realidad, ¿a quién acude?, si “no hay
árbitro entre nosotros” es la frase con la que clausura la expresión de su pena. ¿Quién le va a
rebatir? ¿Quién le va a exigir? Sin embargo, si hubiera árbitro, Job alega tener cómo enfrentarse
(en el sentido de ponerse frente a) a Dios, pues dice: “no soy culpable a mis ojos.”
Job reconoce en Dios, en primer lugar, su omnipotencia, que es real y es efectiva. En vista de ello,
su queja consiste en la imposibilidad de verse favorecido por él, cuando parece haber
determinado su sufrimiento sin mayores argumentos, los cuales él no podrá rebatir, pues nadie
puede hacerle frente a Dios ni existe un árbitro entre ellos para que Dios cumpla un veredicto que
él mismo no haya establecido.