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Capitulo 4 Economia, politica y mundo indigena: el control sobre la explotacién de los recursos Poblaciones indigenas y explotaci6n de los recursos En las tiltimas décadas, la historiografia ha aceptado un modelo interpretativo de las relaciones econémicas entre Espafia y las colonias basado en el andlisis de Immanuel Wallerstein, que tiene el mérito de haber introducido la relaci6n entre Madrid y los territorios americanos dentro de un sistema mundial de la econo mia moderna més complejo! En el esquema interpretativo de Wallerstein conviven ambitos econémicos distin- tos que engendran microsistemas en el universo de la economia-mundo. Segin John Fisher, en el estudio de los aspectos econémicos ligados a la expansién espafiola en América, la atencién deberia centrarse en las capacidades reales de la Corona para determinar los desarrollos econémicos a largo plazo en la América espafola, mds que en el «sistema mundo»*. Un anilisis de la politica toledana parece demostrar la capacidad que tuvo la Corona de planificar intervenciones estructurales en la Madre Patria y ejecutarlas en los dominios americanos. 1 Cf. Heraclio Bont (ed.), El sistema colonial en la América espaola, Barcelona, 1991. 2 Sobre la cuestién, véase Fistier, The Economic Aspects of Spanish Imperialism in America, pp. 31-109. Gobernando los Andes De otra parte, como queda demostrado por los estudios especificos a partir de Ramén Carande, la Corona, preocupada por la dificil coyuntura financiera de los aftos 1555-1560°, seguia los acontecimientos del virreinato peruano con una mirada particularmente atenta. Una vez consolidadas las recientes conquistas y repartidos entre los conquistadores y la Corona el tesoro de los incas y las rique- zas fruto del saqueo, los territorios peruanos seguian ofreciendo todo tipo de recursos. En enero de 1560 el virrey Marqués de Cafiete escribia al rey: «Segiin se entiende, esta tierra paresce que andando el tiempo sera uno de los principa- les Reinos y més provechosos de cuantos V.M. tiene»‘. En el momento en que Ja Corona tuvo plena conciencia de la falta de fiabilidad y de la peligrosidad de la elite espafiola residente en los dominios de allende el océano, especialmente en Nueva Castilla, entendié que tenia que centrarse en fortalecer su sistema insti- tucional y confiar en la creacién de un dificil equilibrio entre los distintos actores, para poder mantener el control del vitreinato y acrecentar su rentabilidad desde el punto de vista financiero. El eje de cualquier futura evolucién del virreinato estribaba en la politica indigena, una politica que, en la dptica de la Monarquia, iba cargada de un doble significado: por un lado, su mirada estaba pendiente de los progresos de la evangelizacién de los nativos, por ser esta la justificacién ideo- légica y juridica de los dominios americanos y el principal objetivo de la Corona: Lo cierto es, que considerando Los Sefiores Reyes Catélicos, y los dems, que les han sucedido, que estos Indios les fueron principalmente dados, y encomenda- dos, para que por barbaros que fuesen, lo procurasen ensefiar, e industriar, y atraer de paz 4 la vida politica, y Ley Evangélica, como consta de la Bula de Alexandro VI , ¥ que esto no se consigue bien por via de dureza 6 esclavidud, sino por la de amor, suavidad, tolerancia y perseverancia, y mirando y deseando mas la comodidad, y aprovechamiento de los que pretendemos reducit y convertir, 3 Caranpe, Carlo V, cit., p. 148 y ss.; Maria José Ropricuez Saucano, Un Imperio en transicion: Carlos V, Felipe II y su mundo, 1551-1559, Barcelona, 1992, pp. 183-195. La importancia de las Indias en el equilibrio financiero de la Monarquia es evidente para los contemporineos; célebre es el testimonio de Francisco Lérez pe Gomara, Historia general de las Indias {1552}, Il, Madrid, 1922, p. 166, Para disfrutar plenamente de las potencialidades de las remesas indianas se estudia- ron diferentes medidas, véase SANCHEZ BELLA «El Consejo de las Indias y la Hacienda indiana», en Ramos Pérez et al., El Consejo de las Indias en el siglo XVI, cit., pp. 139-172, en particular pp. 150-152; en 1556-57 se quité la competencia sobre las remesas de las Indias al Consejo de Indias y se atribuyé a la Contadurfa Mayor de Castilla, del Consejo de Hacienda, con la siguiente motivacién: «para el aumento, conservacién y buena administracién y gobierno de la dicha nues- tra Hacienda es necesario que toda esté Junta y unida, y trate por unos ministros y personas». La medida serd transitoria y sera revocada a instancias del Consejo de Indias en 1562, cf, SANCHEZ Betta, «El Gobierno del Pertin, cit. pp. 407-524. 4 Carta del virrey Marqués de Cafete al rey, de 28 de enero de 1560, GP, I, p. 351. 238 ia, politica y mundo indigena 6 tenemos ya reducidos, y convertidos que la propria nuestra, segun la doctrina de San Agustin, Santo Tomis, y de todos los que bien sienten»°. Por otro lado, era evidente que sin la mano de obra de los indios no se habrfan podido explotar plenamente las inmensas riquezas que podia ofrecer el virreinato recientemente conquistado, y que tanto esfuerzo habia costado someter®, En este sentido se entiende la relacién tan fundamental para la Corona, que veia estrechamente vinculadas la cuestién del tributo indigena y —previa a esta— la de una organizacién de la sociedad de los nativos. Sin embargo, la necesidad de fortalecer su dominio en el virreinato y de consolidar su control efectivo, impuls6 a la Corona a tomar decisiones estratégicas diferentes respecto de las que fueron adoptadas para el virreinato mexicano, aunque también en este caso persiguiera el objetivo de aumentar los ingresos de la Hacienda Real. Los estu- dios realizados por Margarita Menegus, a partir de los aftos 1550 y 1560, revelan que las politicas que llevé a cabo la Corona en Nueva Espafia se articularon en tres fases: hasta los aftos cincuenta se intenté conservar el «sefiorio» indigena mediante una alianza con la nobleza indiana, contrariando el proyecto «seftorialy de los encomenderos. A partir de 1550 («eyes sobre la tierra»), y en particular hacia 1560, se promovieron otras vias para favorecer la formacién «de la consti- tucién de los indios en republicas»; esta fase coincidié con el reinado de Felipe II y las medidas que este promovié para aumentar los ingresos de la Hacienda Real, la Corona apoyé al «comtin de naturales» creando un nuevo régimen tributario: en detrimento de la elite indigena. Por tiltimo, se favorecié la disgregacién del sefiorio indigena y el establecimiento de la repuiblica de indios, ya que también era necesario incluir en la lista de los tributarios a las franjas de poblacién exclui- das por el modelo azteca’. La situa set inmensamente més prometedores respecto de la recaudacién directa entre nen Nueva Castilla era distinta. Los recursos peruanos parecian las poblaciones indigenas. Una politica ind{gena apropiada debfa aprovechar la mano de obra de los indios, ya que, por un lado, la cantidad de espafoles en el virreinaro era muy exigua, insuficiente para suministrar la mano de obra Sou6azano Pereira, Politica indiana, cit, lib. Il, cap. I, p. 133. Es interesante poner de relieve esta posicién de Solérzano, refinado jurista, que conocia bien los ataques a la Corona de Castilla, en cuanto a la legitimidad de los dominios de ultramar. Su postura no es meramente oficial, sino el fruto de una personal elaboracién por el estudio de un recorrido histérico y juri © Varcas Ucarre, Historia General del Peri, cit., Il, pp. 11-52. 7 Margarita Menecus, «La destruccién del sefiorio indigena y la formacién de la repiblica de indios en la Nueva Espafia», en Bonilla (ed.), Elsistema colonial en la América esparola,cit.,pp. 18-49. 239

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