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TEXTOS SELECTOS Nº 01:

Curso: Historia de la Filosofía


Tema: Mito y Asombro filosófico
Profesor: Manuel Antonio Requena Arriola
Año: 2019

En torno al «mito»

“La palabra mythos es una palabra griega. En el antiguo uso lingüístico homérico no quiere
decir otra cosa que «discurso», «proclamación», «notificación», «dar a conocer una
noticia». En el uso lingüístico nada indica que ese discurso llamado mythos fuese acaso
particularmente poco fiable o que fuese mentira o pura invención, pero mucho menos que
tuviese algo que ver con lo divino”.1

“En griego mythos designa un discurso formulado, ya se trate de un relato, un diálogo o


la enunciación de un proyecto. El mythos pertenece, pues, al orden del legein, como
indican los compuestos mytholegein, mythologia, y no contrasta, en principio, con los
logoi, término de valores semánticos vecinos que se refieren a las diversas formas de lo que
es dicho”.2

“Moyers: ¿Los mitos son pistas?


Campbell: Los mitos son pistas de las potencialidades espirituales de la vida humana.
Moyers: ¿De lo que somos capaces de conocer y experimentar en nuestro interior?
Campbell: Sí”.3

En relación al «asombro filosófico»

“Según los antiguos, la admiración es el principio de la filosofía…” 4

“La admiración propiamente dicha pone en funcionamiento todas las potencias necesarias
para responder a la pregunta suscitada por la sorpresa o, cuando menos, para aclarar su
naturaleza o significado… Por medio de la admiración se descubre, o puede descubrirse,
lo que son las cosas como tales, independientemente de su utilidad, y también de lo que
objetivamente valen”.5

1
Gadamer, Hans. G. (1997). Mito y razón. Ediciones Paidós Ibérica S. A.: Barcelona. p. 25.
2
Vernant, Jean. P. (2003). Mito y sociedad en la Grecia antigua. Siglo XXI Editores S. A.: Madrid. p. 171.
3
Campbell, Joseph. (1991). El poder del mito. Emecé Editores.: Barcelona. p. 31.
4
Abbagnano, Nicola. (2000). Diccionario de filosofía. Editorial Fondo de Cultura Económica, México. p. 23.
5
Ferrater Mora, José. (2004). Diccionario de filosofía. Editorial Ariel S.A, Barcelona. p. 66.
1
“Tenemos, pues, como raíz más concreta del filosofar una actitud humana que es el
asombro. El hombre se extraña de las cosas cercanas, y luego de la totalidad de cuanto
hay…”6

“Según Platón y Aristóteles la filosofía comienza con la extrañeza ante las cosas del mundo
que ordinariamente parecen normales”.7

“Sócrates: Mi buen amigo, parece que Teodoro sospecha bien cuál es tu naturaleza. En
efecto, este estado, el asombrarse, es de quien ama mucho la sabiduría, pues no hay otro
comienzo de la filosofía que este,…”8

“Todos los hombres desean por naturaleza saber…”9

“…los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración;


al principio, admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego, avanzando
poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los
relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un
problema o se admira, reconoce su ignorancia”.10

“Pero –podrá observar alguien- ¿no implica la filosofía un puerilizarse?, ¿no se ha dicho
desde antiguo que el filosofar comienza con la admiración, con el asombro ante las cosas
del mundo?, ¿no significa esto romper con las ideas anteriores y quedar librado a la
espontaneidad del propio pensar?... Pero no debe olvidarse que hay admiraciones y
admiraciones. Hay la admiración de cualquiera y la otra, la contraria, como dice
Aristóteles es la filosófica. Un espíritu simplón puede pasarse la vida extrañándose de las
cosas más banales y corrientes sin llegar nunca a filosofar…La admiración de que se nutre
la filosofía es, pues, una manera de ver y pensar aprendida en la escuela de los
filósofos…” 11

6
Marías, Julián. (1999). Historia de la filosofía. Editorial Alco, Barcelona. p. 4.
7
Salazar Bondy, Augusto. (2000). Iniciacion filosófica. Editorial Mantaro, Lima. p. 260.
8
Platón. (2007). Teeteto. Editorial UNAM, México. p. 24.
9
Aristóteles. (1987). Metafísica. Editorial Gredos, S.A. Madrid. p. 2.
10
Aristóteles. Metafísica. p. 14.
11
Salazar, Augusto. (2000). Iniciacion filosófica. pp. 22-23.
2

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