You are on page 1of 33
174 Martin Gardner sicional, Cada término estarfa representado por una rue- da que girase en un cierto sentido si el término fuese cierto, y en sentido contratio, si falso. La relacién de equivalencia seria implantada ‘en la méquina mediante engranajes tales que si se hiciese girar una cualquiera de dos ruedas, Ia otra tendria que girar en el mismo sentido. «A implica By exigiria que cuando la rueda A girase en sentido verdadero, B girase en el mismo sen- tido; y que cuando B girase «en falso», otro tanto A. En los demés casos, ninguna de ambes’deberia influir sobre la otra. Andlogamente, las otras relaciones binarias podrian ser expresadas mediante sistemas de engranajes apropiados. Si una tal méquina fuera alimentada con tun juego de premisas coherentes, las ruedas deberfan girar en sentidos que indicasen la veracidad 0 falsedad de los diversos términos. Los términos indeterminados quedarian reflejados en ruedas estacionarias. Las contra- dicciones tendrian por efecto el bloqueo de ruedas; los teoremas quedarfan manifiestos porque las ruedas_ gira. rian todas en una misma direccién —la conven mente verdadera que se hiciera girar. Ha habido sencillas méquinas de cdlculo aritmético basadas en discos giratorios (entre ellas, una inventada por Lord Stanhope), pero la cues- tién de si este enfoque produciria una méquina légica Jo bastante eficiente como para ser interesante es cues- tidn abierta, Todos los ingenios mecénicos hasta aqui considera- dos, incluida la méquina de Jevons, son decididamente inferiores en potencia y velocidad a las méquinas eléc- tricas construidas estos tltimos afios. Pero antes de di- rigir nuestra mirada hacia esta fase, la més apasionan- te y Gltima de nuestra historia, tenemos que ojear bre- ‘vemente un principio de enrejado, mediante el cual pue- den superponerse tarjetas que permiten Iegar a la so- lucién de problemas ldgicos elementals. 7. Tarjetas con ventanas ‘Tanto el demostrador de Stanhope como la méquina de Pastore funcionan por principios mecénicos en cier- to modo andlogos a la estructura formal de la inferen- cia silog{stica. Pero no estando interesados en una ana. logfa tal, si queremos tan sélo un artilugio capaz de exhibir la relacién requerida a partir de dos premisas cualesquiera, resulta posible inventar amplia diversidad de ingenios sencillos con tal propésito. Tal vez el. més teacllo sea tn juego de tarjeta, una para cade posible premisa, con aberturas o ventanas recortadas en ellas, de modo tal que cuando coloquemos unas tarjetas sobre ‘otras, las conclusiones vilidas, de haber alguna, queden reveladas a través de alguna de las ventanas. Cuando yo disefié un juego de tales tarjetas para mi articulo sobre méquinas légicas (Scientific American, marzo de 1952), estaba convencido de ser la primera’ persona que per. dia su tempo en tan cuioso proyecto. Posteriormente descubri que la idea tenfa, cuando menos, jsetenta afios! Jevons, en sus Studies in’ Deductive Logic, Capitulo XI, describe un juego de tarjetas similares, inventadas con 15 176 Martin Gardner TARIETAS SILOGISTICAS DE CUNYNGHAME Co Lo [ee oy Co io Fi, 87-—Tarjetas para andlisis de silogismos. (Tomadas de Studies 1m Deductive Logic, 1884, por William S. Jevons.) Méquinas y diagramas Iigicos 7 el fin de estudiar silogismos por un tal Mr. Henry Cunynghame. En la Figura 87 vemos una reproduccién de estas tarjetas. El funcionamiento de las tarjetas de Cunynghame se explica sin dificultad. Las premisas figuran en lo alto de cada tarjeta. Ocho de ellas estin encabezadas por premisas mayores (en Idgica clésica, la premisa mayor relaciona el término medio con el predicado P de la conclusién), las ocho restantes estén encabezadas por premists menores (que relacionan el témino medio, M, con el sujeto, 5, de la conclusién). Si tomamos una tar jeta ‘mayor’ cualquiera, y sobre ella colocamos una tarjeta ‘menor’, podremos ver a través de la ventana, 0 ventana, de la tarjeta superior todas las conclusiones vilidas (si hay alguna). Cunynghame aplicé el mismo Principio a un dispositivo de metal, consistente en un cilindro hueco, con ventanas, que se podia hacer girar en torno a un cilindro interior macizo. Jevons lo des- cribe sucintamenie en el capitulo recién citado. Un tercer dispositivo, fundado en el mismo principio, fue ofrecido por Cunynghame al Science Museum, en South Kensington, Londres, en 1885; pero hace muchos aos que no es exhibido allf. Se trata, sencillamente, de una Proyeccién plana del modelo cilindrico; ‘una especie de regla de célculo circular. Un disco de cartén, con ven- tanas ranuradas, gira sobre otro disco de cartén més grande. Las premisas mayores figuras sobre Ia circun- ferencia del circulo mayor; las premisas menores, so- bre la circunferencia del pequeio. Al conjuntar las dos premisas, les conclusiones, de haber alguna, aparecen en las aberruras que hay debajo de Ia premisa menor. Es, en cierto sentido, un artificio luliano, pues los circu: los proporcionan todas las combinaciones de premisas, con la peculiaridad adicional de sefialar qué combine. ciones producen conclusiones vilidas, y cuéles son esas, + Probablemente fuera un artilugio circular de este tipo. el construido algin tiempo antes de 1935 por el conocido pricé 178 Martin Gardner | Mésuinas y diagrams 1icos 179 Ninguna de estas variantes, empero, muestra en su rc construccidn 0 en su fundamento nada’ que las asemeje a la estructura formal de la légica de clases. Si arbitra- riamente se admite que ciertos silogismos invalidos sean vilidos, y que otros vélidos dejen de serlo, bastan unas cuantas modificaciones en las tarjetas para obtener las nuevas respuestas tan répidamente como las antiguas. 5 ss Por esta razén, su interés légico es inferior al de otros Ji NEN ingenios tal vez més engorrosos de utilizar, pero que :/|NS: funcionan por principios andlogos a la estructura para NS: aE ‘euyo estudio fueron proyectados. SSE 3 En la Figura 88 se reproduce el juego de tarjetas que yo preparé para mi articulo de Scientific American. En algunos aspectos son més sencillas que las de Cunyn- ghame, y en otros, mas elaboradas. Dado que el enun- ido es lo mismo que «Algiin B es A», combiné en una mis- mma tarjeta estos enunciados equivalentes. (Como es ob- vio, Cunynghame pudo hacer otro tanto, y reducir ast a doce sus dieciséis tarjetas), Afiadiendo una tarjeta més, Ja de «conclusién», con cuatro ventanas correspondien- tes a las cuatro posibles conclusiones, pude preparar las tarjetas de las premisas de modo que fuera indife- rente cudl es superpuesta a cuél, Sencillamente, se ado- san las tarjetas, se superpone a ellas la de conclusién, y en cada ventana que muestre negro tendremos una conclusién vélida Hein ro oF Fic, 88.—Tarjetas para andlsis de silogitmos, Las zonas sombrea ides con lineas al bier ban de ser recortadas, para abrir ventanas (Tomadas de Scientific American, marzo de 1952.) {ogo americano Clark L, Hull, En su artculo «The Mechanism hits aac of Delmiur Spent in Noel ombains Suitsble for Problem Solutions, oybologic! ‘Review, Vol. 42, tie 1935, p. 219, Hull escribe que én cietta ccwscn cone: truyé un mecaiamo’ sencilo, formado por segments cies | | [ lates desizantes, que reoivia awtomitieamente, en dec, exhibia Jas conclusiones que emanan légicamente de todos los silogis- ‘mos conocides, y que deectabs sutomaticamente. Ia totaligad at fc formal Hl aad gue bu pba oda la ninguna, dest artogio. Por miparte, n0 he te ido ito en mis intentos de saber més acerca de’ sa cons truce, a 0

You might also like