You are on page 1of 4

MONOGRÁFICO

Alfabetización inicial:
aportes y limitaciones
La investigación actual en alfabetización inicial se desarrolla
desde tres perspectivas teóricas: la cognitiva, la constructivista
y la socioconstructivista. Mientras la primera se basa en una
metodología experimental y cuantitativa, las dos restantes
tienen un cariz más cualitativo y encaran el proceso a partir del
punto de vista del niño y de su ámbito sociocultural.

Ana Teberosky*

Por ejemplo, para estudiar el aprendizaje de la lec-


tura desde el punto de vista psicológico se diferencia
entre “leer” como reconocimiento de palabras escri-
tas y “leer” como comprensión del texto; entre “escri-
bir” como manejar el sistema de escritura y “escribir”
como conocer el lenguaje en su forma escrita textual.
Se pueden analizar cada uno de estos componentes
en términos de los factores cognitivos y lingüísticos
que intervienen en el proceso. Ésta es la opción más
difundida entre los autores de la psicología cognitiva
actual, que estudian fundamentalmente la lectura
como una actividad cognitiva compleja, describiendo
esos factores como conocimientos y habilidades
(Treiman, 1993).
Una segunda aproximación consiste en mirar la
primera alfabetización desde la perspectiva del niño
que aprende y estudiar los modos de construcción,
comprensión y empleo del sistema de escritura. La
perspectiva constructivista (Ferreiro y Teberosky,
1979) ha identificado las fases principales de este pro-
ceso de construcción desde el punto de vista evoluti-
vo: analiza cómo los niños elaboran hipótesis sobre el
tcha.

funcionamiento de la escritura a partir de la informa-


ción que obtienen del ambiente. En este caso, el
aprendizaje de la lectura y la escritura es considerado
como un proceso de construcción de hipótesis.
Una tercera perspectiva, que fue inaugurada por
Al comenzar el aprendizaje de la lectura y la escri- Brice-Head en 1983, es de tipo etnográfico y consi-
tura, los niños pequeños lo encaran de forma global dera el aprendizaje de la lectura y la escritura como
a partir de su participación en actividades de lectura una práctica social, donde la relación con el libro y
y de la posibilidad de realizar producciones escritas. la lectura se remonta al ambiente familiar de la pri-
Para estudiar ese aprendizaje desde el punto de vista mera infancia. Desde esta perspectiva, que podemos
psicológico es posible aislar sus componentes y esta- denominar constructivismo social, se tiene en cuen-
blecer las interacciones entre ellos. Así para enseñar ta la contribución del contexto (por ejemplo, de la
se necesita analizar también esos componentes y familia) como primer ambiente del desarrollo lin-
organizarlos de forma secuencial y diferenciada. güístico, cognitivo y social y sus implicaciones en el

42 | CUADERNOS DE PEDAGOGÍA MONOGRÁFICO N.º 330 N.º IDENTIFICADOR: 330.007


MONOGRÁFICO

aprendizaje escolar, en particular en la alfabetización. El segundo subproceso que interviene es el de reco-


Estos estudios establecen relaciones entre el ambien- nocimiento de las palabras y se refiere a la habilidad
te familiar y el resultado escolar obtenido con rela- de los lectores para procesar la información gráfica,
ción a conocimientos sobre lo impreso, habilidades sean letras o patrones ortográficos, para reconocer las
fonéticas, familiaridad con el lenguaje escrito y acti- palabras escritas. Desde esta perspectiva se sostiene
tudes positivas hacia la escritura, de modo que, co- que los lectores eficientes distribuyen su atención
mo dice Gordon Wells, el acercamiento al lenguaje entre varios subprocesos que incluyen procesos per-
escrito y el gusto por la lectura se aprenden “en los ceptivos (identificación de letras, conexión con los
brazos del padre”. sonidos, identificación de patrones ortográficos, etc.)
Si tomamos en cuenta las tradiciones de investiga- y procesos de atribución de significado en la com-
ción, hay grandes diferencias entre una metodología prensión (como, por ejemplo, el acceso al vocabulario
más experimental y cuantitativa (propia de la pers- mental para identificar el significado de las palabras).
pectiva cognitiva) y otra más cualitativa (propia de las Para que la lectura sea eficaz, es muy importante que,
perspectivas constructivista y socioconstructivista; al comienzo del aprendizaje, se facilite el procesa-
véase Whitehurst y Lonigan, 1998). La primera dife- miento automático.
rencia y cataloga los componentes de la alfabetización, Dentro de esta perspectiva se propone también una
los define como habilidades que se desarrollan e in- teoría evolutiva del aprendizaje; así sucede, por ejem-
formación que se aprende, y analiza cuáles tienen plo, en Frith (1985) y Ehri (1991; 1992). A pesar de
mayor correlación con la lectura y la escritura conven- algunas diferencias entre ellas, estas autoras sostie-
cionales y con los resultados escolares. La segunda nen que las habilidades se desarrollan por etapas
estudia los aspectos que intervienen en la alfabeti- sucesivas. En cada etapa, los niños usan estrategias
zación, los define como conocimientos y como prác- diferentes para interpretar lo escrito y para otorgarle
ticas que ocurren en ambientes sociales y encara la significado. Pero coinciden en describir el inicio del
explicación del proceso teniendo en cuenta el punto proceso como pre-letrado o prelingüístico. En esta
de vista del que aprende y los ámbitos culturales etapa, denominada logográfica (Frith, 1985), el niño
donde tienen lugar. selecciona rasgos de la palabra impresa que le resul-
Si consideramos las prácticas educativas que se tan distintivos (el color del logotipo, la forma de la
pueden identificar con estas tradiciones de investiga- letra inicial, etc.). Por ejemplo, en el caso de la escri-
ción, las diferencias, en cambio, suelen ser menores. tura, las primeras producciones infantiles se inter-
Aunque todos los aspectos que aportan las tres apro- pretan como líneas de letras al azar, a menudo mez-
ximaciones forman parte del proceso de alfabetiza- cla de letras con números u otras marcas gráficas. En
ción, algunos de los resultados obtenidos en estos la lectura habría una etapa de reconocimiento global
estudios hallan su expresión en una práctica que y selectivo de las palabras impresas que no implica
no presenta conflictos; en tanto que otros resultan análisis de los componentes gráficos o sonoros ni se
contradictorios. La primera aproximación trata de as- generaliza a todas las palabras. Se trata de una confi-
pectos relacionados con los procesos cognitivos de guración visual no analizada, de un reconocimiento
toma de conciencia y de memoria; la segunda, del global y selectivo de las palabras impresas muy influi-
desarrollo de ideas propias de los niños que orien- do por el contexto de presentación, y que no implica
tan sus interacciones con el sistema de escritura; y análisis de los componentes gráficos o sonoros, ni se
la tercera, de frecuentación de los textos y de activi- generaliza a todas las palabras. Así, por ejemplo, el
dades lingüísticas relacionadas con ellos. Analizare- logo de McDonald’s es reconocido por su letra M
mos algunas de estas aportaciones presentando un dorada y con forma de arco. Según las autoras, este
breve resumen del estado de la investigación actual período se caracteriza por la arbitrariedad de los índi-
en alfabetización inicial; posteriormente, haremos ces usados para el reconocimiento: esos índices se ol-
una reflexión sobre las limitaciones de su aplicación vidan si no se encuentran habitualmente y, como no
a la práctica educativa. se relacionan con la pronunciación de las palabras,
pueden dar lugar a sinónimos del nombre y no al
nombre literal (por ejemplo, reconocer “yogur” en
La perspectiva cognitiva una etiqueta de Danone).
El segundo momento comienza con una paulatina
La perspectiva cognitiva sostiene que, en el apren- toma de conciencia de las letras individuales, a partir
dizaje inicial, intervienen dos subprocesos que impli- de lo cual se cambia de estrategia: de los índices
can un procesamiento del lenguaje: el procesamiento visuales a una relación entre la letra y su valor sono-
fonológico y el reconocimiento de las palabras. La ro. Esta relación no es inicialmente sistemática, sino
necesidad de procesamiento fonológico se explica por parcial, inconsistente e incompleta. Los investigado-
el carácter alfabético de la escritura, que es interpre- res cognitivistas denominan semifonético a este
tada como un código de transcripción de los fonemas momento. Una vez que el niño puede representar la
del lenguaje. estructura sonora de la palabra se considera que está
El procesamiento fonológico implica la “conciencia en un estadio denominado fonético (Ehri, 1992), o
fonológica”, concepto que se refiere a la capacidad de alfabético (Frith, 1985). La etapa alfabética se da cuan-
analizar y de segmentar las palabras en unidades do el niño ya ha aprendido la forma y el nombre de
mínimas, sean sílabas o fonemas, con independencia las letras y ha comenzado a adquirir una conciencia
de su correspondencia con las letras (Defior, 1998). fonémica de los sonidos iniciales y finales de la pala-

N.º 330 MONOGRÁFICO CUADERNOS DE PEDAGOGÍA | 43


MONOGRÁFICO

bra. Durante este período suelen usar el nombre de atribuir intencionalidad a lo escrito, en pensar que en
la letra para inferir su sonido. El análisis de los cons- los textos hay algo escrito, que “dicen algo”. En segun-
tituyentes sonoros no es exhaustivo: unas veces se do lugar, los niños interpretan esos textos orientados
individualizan sílabas; otras, fonemas. En esta segun- por una hipótesis propia: lo que está escrito son los
da fase, el reconocimiento de palabras ya no es arbi- nombres de los objetos, los nombres como prototipo
trario; las letras son usadas como índices para esta- de lo “escribible” (Teberosky, 2002).
blecer conexiones con el sonido y su pronunciación Por lo tanto, desde el punto de vista del niño no
en la palabra. se trata de identificar palabras escritas de no importa
La tercera es la fase ortográfica y se define por la qué categoría gramatical, sino de atribuir nombres
asociación sistemática entre la secuencia de letras y porque lo escrito “dice” lo que es el objeto, dice su
los constituyentes fonológicos de la palabra. En esta nombre. Dos informaciones orientan, entonces, estas
fase, la conciencia es fonológica, porque el aprendiz interpretaciones iniciales: una externa, que proviene
reconoce la naturaleza abstracta de los sonidos y ana- del contexto en que aparecen los textos, y otra interna
liza la palabra de acuerdo con categorías convencio- elaborada por el niño a partir de la hipótesis de que lo
nales de correspondencia fonográfica y no con crite- escrito representa el nombre propio o el nombre de
rios propios, como en la primera fase. las cosas.
Este modelo se apoya en una diferenciación res- Otra diferencia respecto a los psicólogos cognitivos
pecto a las maneras o vías para leer las palabras: una es que, para los constructivistas, la lectura, la escritu-
vía fonológica, que consiste tanto en la translación de ra y el lenguaje oral no se desarrollan por separado,
las letras en sonidos, gracias a la aplicación de las sino de manera interdependiente, desde la más tem-
reglas de correspondencia fonográfica, como en la prana edad.
pronunciación de palabras en el proceso de reconoci- ¿Por qué estos desacuerdos? Porque la perspectiva
miento; y una vía de captación directa a partir de las constructivista estudia la escritura desde el punto de
formas visuales de las palabras impresas y su signifi- vista del niño que aprende, averigua cómo el niño asi-
cado almacenado en la memoria. mila las informaciones y desarrolla los conocimien-
tos sobre los textos, cómo resuelve problemas, en fin,
cómo construye su conocimiento en el dominio del
La perspectiva constructivista lenguaje escrito. Se trata de conocimientos que el
niño desarrolla de forma interrelacionada sobre los
A pesar de adoptar una perspectiva evolutiva, la diversos e importantes aspectos de lo escrito, entre
descripción por etapas ofrecida por los cognitivos los que podemos señalar los siguientes: los princi-
continúa aceptando una demarcación clara entre lec- pios de organización de lo gráfico, la función de los
tor y no lector. En contraste, la perspectiva construc- nombres y del nombre propio en el conocimiento de
tivista no ve el aprendizaje como una cuestión de lo escrito, el hecho de que lo escrito tiene un signifi-
todo o nada y sostiene que la separación en dos cado, la forma en que la escritura representa el len-
momentos entre lector y no lector sólo es aceptable guaje, la relación entre escritura y lectura, los usos de
para quienes tienen una mirada normativa y esperan ambas, el conocimiento metalingüístico y la concep-
que todos los aprendizajes sean verdaderos, es decir, tualización sobre unidades del lenguaje, tales como
convencionales. Desde el punto de vista constructi- texto, palabra o frase, que están implicadas en la
vista, los aprendizajes que ocurren entre los 3 y los escritura.
5 años no son previos por ser noconvencionales, sino
que forman parte, por derecho propio, del proceso de
alfabetización. La perspectiva socioconstructivista
Una segunda distinción que aporta esta perspecti-
va respecto a la anterior es que no considera el inicio La aportación de esta perspectiva hace referencia al
como etapa prelingüística. Por ejemplo, los niños hecho de que la alfabetización no puede encararse
preescolares de 5 años, que escriben con algunas fuera de los contextos culturales, históricos y sociales
letras con valor sonoro convencional (ATAA, para en que tiene lugar.
“araña”), tienden a leer su propia escritura con una Para el socioconstructivismo, el aprendizaje tiene
estrategia silábica, y en ese caso borran una letra por- una base de interacción social. Las interacciones so-
que “sobra”. Esta estrategia muestra que a los 5 años ciales relacionadas con lo escrito son numerosas, por
pueden haber llegado a comprender la relación de la ejemplo, las interacciones tempranas con textos den-
escritura con la forma fonológica de la palabra. Es tro de la familia que permiten al niño la participa-
decir, usan una estrategia que no se puede definir ción en “prácticas letradas”. Esas prácticas consisten
como logográfica y que no es todavía totalmente al- en actividades compartidas entre adulto y niño, donde
fabética. Así, Ferreiro (1997) interpreta las respuestas el adulto asume la función de agente mediador entre
anteriormente citadas bajo la etapa logográfica (por el texto y el niño, que todavía no es lector ni escritor
ejemplo, interpretación de un cartel publicitario), autónomo. Algunos ejemplos son: leer cuentos en
pero de manera radicalmente distinta: no se trata voz alta, hablar acerca de los textos impresos que hay
de identificar palabras, sino de una interpretación de en nuestro entorno, escribir listas de la compra, mar-
textos comerciales. ¿Cuál es la diferencia? La inter- car con el nombre las pertenencias del niño, etc. La
pretación de textos (libros, carteles, envases, etc.) ocu- interacción social y la ayuda del adulto facilitan el
rre antes de que los niños sepan leer y consiste en acercamiento del niño al mundo de la cultura letrada;

44 | CUADERNOS DE PEDAGOGÍA MONOGRÁFICO N.º 330


MONOGRÁFICO

compartir con él el lenguaje de los textos escritos es cativa. Es que las propuestas teóricas, por más acer-
un ejemplo de los principios del constructivismo so- tadas que sean, no hablan “de” la práctica ni se diri-
cial. En efecto, esos principios pueden resumirse en: gen “a” la práctica escolar.
a) las funciones mentales (leer, escribir) derivan de
la vida social, b) las actividades humanas están me-
diatizadas por los símbolos, en particular por el len- Para saber más
guaje, y c) los miembros mayores de una cultura ayu-
dan a los más jóvenes en su aprendizaje (Hiebert y
Raphael, 1996). Brice-Head, S. (1983): Ways with words: Language, life, and
Cuando se realizan prácticas letradas, los niños work in communities and classrooms, Cambridge: Cam-
participan y aprenden a familiarizarse con la estruc- bridge University Press.
tura de los cuentos, de los periódicos, de la publici- Clay, M. (1991): Becoming literate, Portsmouth. NH: Heine-
dad... ¿Qué aprenden los niños gracias a la participa- mann.
ción en esas prácticas? Numerosos estudios han Defior, S. (1996): “Una clasificación de las tareas utilizadas
mostrado que las prácticas letradas no sólo crean una en la evaluación de las habilidades fonológicas y algunas
actividad placentera, sino que también inician al ideas para su mejora”, Infancia y Aprendizaje, 7, pp. 49-63.
niño en el proceso de alfabetización (Leseman y Jong, Ehri, L. (1991): “Development of the ability to read words”, en
1998; Purcell-Gates, 2003). En las familias donde se Barr, R., Kamil, M., Mosenthal, P.B. y Pearson, P.D. (eds.):
realizan lecturas en voz alta se contribuye al desarro- Handbook of Reading Research .Vol. 2, Nueva York: Long-
llo del lenguaje: los niños aprenden que el lenguaje man, pp. 383-417.
de los libros tiene sus propias convenciones y que las Ehri, L. (1992): “Reconceptualizing the development of
palabras pueden crear mundos imaginarios más allá sight word reading and its relationship to recoding”, en
del aquí y ahora. Al participar en las lecturas en voz Gough, P., Ehri, L. y Treiman, R. (eds.): Reading Acquisi-
alta, los pequeños aprenden a realizar intercambios tion, Hillsdale, New Jersey: L. Erlbaum, pp. 107-144.
verbales en una situación diferente a la situación Ferreiro, E. y Teberosky, A. (1979): Los sistemas de escritura
cotidiana de conversación cara a cara: escuchan, en el desarrollo del niño, México: Siglo XXI.
miran el libro, preguntan y responden a las pregun- Ferreiro, E. (1997): Alfabetización. Teoría y práctica, México:
tas como medio para entender las funciones del len- Siglo XXI.
guaje escrito y para captar el significado del texto... Frith, U. (1985): “Beneath the surface of developmental dys-
En resumen, la lectura en voz alta puede convertirse lexia”, en Patterson, K.E., Marshall, J.C. y Coltheart, M.
en el puente entre el lenguaje escrito y el lenguaje (eds.): Surface dyslexia. Neuropsychological and cognitive
oral de conversación. studies of phonological reading, Hillsdale, New Jersey: L.
La participación en lecturas compartidas también Erlbaum, pp. 301-330.
tiene efectos sobre la información acerca de lo escrito, Hiebert, E.H. y Raphael, T.E. (1996): “Psychological pers-
sobre tipos de soportes escritos, acciones adecuadas a pectives on literacy and extensions to educational practice”,
esos soportes, sus funciones, convenciones y concep- en Berliner, D.C. y Calfee, R.C. (eds.): Handbook of Educa-
tos, así como sobre las motivaciones para aprender a tional Psychology, Nueva York: Macmillan, pp. 550-602.
leer y escribir. Y cuando los niños memorizan los Leseman, P. y Jong, P. (1998): “Home literacy: Opportu-
cuentos y los repiten acompañándose de una simula- nity, instruction, cooperation and social-emotional quality
ción del acto de lectura, pueden llegar a desarrollar predicting early reading achievement”, Reading Research
conceptos sobre lo escrito, a preguntar y aprender le- Quarterly, 33, pp. 294-318.
tras, nombres de letras, palabras, marcas de puntua- Solé, I. y Teberosky, A. (2001): “La enseñanza y el aprendiza-
ción, la dirección de la escritura, etc. (Clay, 1991). je de la alfabetización. Una perspectiva psicológica”, en Coll,
C., Palacios, J. y Marchesi, A. (comps.): Psicología de la Edu-
cación Escolar, Madrid: Alianza Editorial (cap. 18, vol. 2, pp.
Limitaciones respecto a la práctica 461- 486).
Teberosky, A. y Colomer, T. (2001): Proposta constructivista
A pesar de la importancia de estas aportaciones se per aprendre a llegir i a escriure, Barcelona: Vicens Vives.
deben señalar algunas limitaciones, sobre todo cuan- Treiman, R. (1993): Beginning to spell: A study of first-grade
do se intenta pasar directamente de los resultados de children, Nueva York: Oxford University Press.
la investigación sobre el aprendizaje a la práctica de Watson, R. (1996): “Rethinking Readiness for Learning”, en
la enseñanza en la clase. En efecto, las teorías diseña- Olson, D.R. y Torrance, N. (eds.): The Handbook of Educa-
das para investigar el conocimiento, como muchas tion and Human Development, Oxford: Basil Blackwell, pp.
teorías científicas, pueden no ser adecuadas para im- 148-172.
partir dicho conocimiento (Watson, 1996). Por ello, Whitehurst, G. y Lonigan, C. (1998): “Child development
muchas veces, desde el punto de vista de la práctica y and emergent literacy”, Child Development, 69 (3), pp. 848-
aunque sean muy diferentes las teorías, se convierten 872.
en prácticas similares. Con frecuencia se proyectan a
la clase los resultados de la situación experimental
sin adaptaciones, modificaciones y pruebas. No se
trata de variar los referentes teóricos, porque locali- * Ana Teberosky es profesora de la Universitat de Barcelona.
zar las diferencias en las perspectivas teóricas no da Correo-e: anatebe@psi.ub.es
cuenta de los modos de traducción en la práctica edu-

N.º 330 MONOGRÁFICO CUADERNOS DE PEDAGOGÍA | 45

You might also like