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INDICE

Pág.

,1752'8&&,21«««««««««««««««««««..7

CAPITULO I.

La imagen pública del juez«««««««....................«.«.«

1. Estado de derecho y poder jurisdiccional«««««««««10


2. La imagen pública del juez en nuHVWURVRUtJHQHVQDFLRQDOHV«2
3. Una nueva perspectiva de la función jurisdiccional«««««.14
4. La ética como elemento unificador para una debida aplicación de
OD/H\«««««««««««««««««««««««5

CAPITULO II

Determinación conceptual y evolución de la Argumentación...«

1. $UJXPHQWR\$UJXPHQWDFLyQ«««««««««««..«18

2. Interpretación Jurídica y Argumentación«««««..«««20

3. La Importancia de UHDOL]DU$UJXPHQWRV«««««««««.21

4. El Fundamento de la LógiFDSDUDOD$UJXPHQWDFLyQ«««.«..22

5. Que es la ArguPHQWDFLyQ-XUtGLFD««««««««.«««

6. Evolución Histórica de la Argumentación JurídiFD«««««25

1
6.1. Estado Autoritario o Absolutista««««««...««««.25

6.2. Estado Democrático Representativo«««««««««6

6.3. EstDGR&RQVWLWXFLRQDO««««««««««««««««26

6(VWDGR6RFLDO«««««««««««««««««««..27

7. Evolución DoctrinaULD««««««««««««««««

7.1. La teoría de 7KHRGRU9LHKZHJ««««««««««««9

7.2. La retórica de ChaiP3HUHOPDQ«««««««««««

7.3. Jurgen Habermas el principal motivador en la creación de la


teoría de la argumentación jurídica««««««««««««««

8. La determinación de la validH]\VXSRVLEOHFRUUHFFLyQ««««

CAPITULO III

Tipología de argumentos«««««««««««««««

1. Reglas básicas para DUJXPHQWDU««««««««««««

2. Estructura Básica de lD$UJXPHQWDFLyQ«««««««««

3. Tipos de argumentos según la esWUXFWXUDGHODDUJXPHQWDFLyQ«7

a) Argumentos según su FDSDFLGDGSHUVXDVLYD««««««««8

b) Argumentos seJ~QVXIXQFLyQ«««««««««««««8

c) Argumentos seg~QVXFRQWHQLGR««««««««««««8

d) Argumentos VHJ~QVXILQDOLGDG««««««««««««
2
4. Elementos GeneraOHVGHXQD$UJXPHQWDFLyQ«««««.««99

5. Análisis del párrafo, con injerencia en la redacción y la


DUJXPHQWDFLyQ««««..«««««««««««««««
a) TipoloJtDGH3iUUDIRV««««««««««««««««

6. Argumentos Deductivos y No DHGXFWLYRV««««««..«..102

7. Criterios de IQWHUSUHWDFLyQ«««««««««««..«««.104

7.1. El criterLRGHLQWHUSUHWDFLyQJUDPDWLFDO«.«««««««8

7.2. (ODUJXPHQWRVHPiQWLFR«««««.«««««..««...«8

7.3. El argumento A contrario«..««««««««««..«.«110

7.4. El criterio VLVWHPiWLFRGHLQWHUSUHWDFLyQ««.«««««.«111

7.4.1. El argumento A sedes materiae««««««««..«««112

7.4.1. El argumento A rúbrica««.««««««««««3

8. El argumento SistemátLFRHQVHQWLGRHVWULFWR«««««««114

8.1. El argumento A cohaerentia«««««««««««.«115

8.2. El DUJXPHQWRGHOD1RUHGXQGDQFLD«««...««««.««.116

8.3. El criteriRIXQFLRQDOGHLQWHUSUHWDFLyQ«««««««.«..119

8.3.1. (ODUJXPHQWR7HOHROyJLFR«««««...««««.««.«120

8.3.2. El arJXPHQWR+LVWyULFR«««««««««««««.....123

8.3.3. EODUJXPHQWR3VLFROyJLFR«««««««««««««128

3
8.3.4. EODUJXPHQWR3UDJPiWLFR«««««««««««.«29

8.3.5. El argumento $SDUWLUGHSULQFLSLRV««««««..........«131

8.3.6. El argumento por reducción al absurdo o Apagógico.......«132

8.3.7. El argumHQWRGHDXWRULGDG«««..««««...«««6

CAPITULO IV.

Las falacias como vicios en la argumentación«««««««...140

&RQFHSWR««««««««««««««««««.«««0

2. Tipología de Falacias««««««««««««««««141

3. FalaciDVIRUPDOHV««««««««««««««««..«144

3.1. AfirmaciyQGHOFRQVHFXHQWH««««««««««««..146

3.2. NegaciyQGHODQWHFHGHQWH«««««««««««««.«147

4. FalaFLDVLQIRUPDOHV««««««««««««««««.«8

4.1. Falacias informales de irrelHYDQFLD«««««««««8

4.1.1. TranVIHUHQFLDGHSURSLHGDGHV««««««««««..«148

$SHODFLyQDORVVHQWLPLHQWRV««««««««.««..«152

4.1.3. 5HIHUHQFLDLQVXILFLHQWH««««««««««««...«158

4.1.4. Conclusión irrelevante (ignorantio elenchi ««««««1

4.1.5. FDOVDFDXVD«««««««««««««««««..«162

4
)DODFLDVLQIRUPDOHVGHDPELJHGDG«««««««.«2

4.2.(TXtYRFR VHPiQWLFD ««««««««««««««2

4.2.2. AQILERORJtD VLQWiFWLFD ««««««««««««...«163

eQIDVLVRDFHQWR IRQpWLFD «««««««««««..«164

CAPITULO V.

La Argumentación en materia de hechos«........................«...169

1. ConcHSWR«««««««««««««««««««69

(OREMHWRGHODDUJXPHQWDFLyQHQPDWHULDGHKHFKRV««««..170

2.1. AdmisLELOLGDGGHODSUXHED«««««««««««.....«70

2.2. ForPDFLyQGHODSUXHED«««««««««««««..«170

9DORUDFLyQGHODSUXHEDSURGXFLGD««««««««««..171

$OFDQFHGHODSUXHED««««««««««««««.«171

2.5. La exposición en el fallo de los hechos que fueron demostrados


en el procesR«««««««««««««««««««««««171

3. Aplicación de la argumentación en materia de hechos«««...174

3.1. Justificación Interna \([WHUQD««««««««««««.175

3.2. Requisitos de Fondo de las 6HQWHQFLDVGH$PSDUR««««.176

4. Argumentación del juzgador«««««««««««««

4.1. Estructura lógica de la sentencia en su parte considerativa«.195


5
5. Jurisprudencia de la SCJN relativa a la fundamentación y
motivación en la causa de pedir y en la causa de pedir motivada...197

&RQFOXVLRQHV««««««««««««««««««...«4

Bibliografía«««««««««««««««««.«6

6
INTRODUCCION

Hoy día es innegable, que las dos herramientas fundamentales con


las que debe de contar un jurista, es por un lado la expresión formal o
escrita y por el otro la expresión oral, la cual se encuentra plagada de
teorías que determinan la forma en la cual, se puede o se debe de utilizar la
retorica, en la búsqueda de argumentos racionales universales que tengan la
capacidad de poder convencer a un conjunto de personas o a la sociedad
misma. El órgano jurisdiccional, enfrenta al menos dos circunstancias, por
un lado, el poder convencer a las partes que se enfrentan en un litigio, con
argumentos racionalmente lógicos de que empleó la justicia con igualdad,
legalidad y legitimidad. Por otro lado lograr la aceptación de la sociedad de
que esa fue la mejor manera de aplicar la ley de una manera imparcial. La
Argumentación Jurídica, es la actividad que es primordial de los juristas; y
que recientemente es un tema, que ha provocando un creciente interés tanto
en académicos como en operadores del sistema jurídico, entre los cuales los
jueces cumplen un rol de singular trascendencia.

A mediados del siglo pasado revive el interés de los analistas del


derecho por la argumentación jurídica pero además es considerado como
un ingrediente importante para la experiencia judicial, la cual va cada vez
más en aumento. Como se ha mencionado a partir de los años 50 florece la
aplicación de la lógica jurídica y con esto determina el surgimiento de
nuevas herramientas para el análisis del lenguaje que aporta la ³QXHYD´
lógica matemática debido a que en 1951 se publica la obra lógica jurídica
del autor Ulrich Klug, a la par de las aportaciones de Von Wrigth en el área
de la lógica deontológica de las normas.

7
A esta revolución se unen la retorica de Perelman, la teoría de
Viehweig y la lógica operativa o también llamada informal de Viehweig,
los cuales dan sustento a una nueva perspectiva de la argumentación como
una teoría jurídica y son reconocidos como precursores de la teoría del
derecho como argumentación. Por tal motivo hoy día al hablar de
argumentación jurídica, nos referimos a una forma de investigación que
conjuga la utilización o en otras ocasiones la oposición a la lógica formal.

Posteriormente, a partir de los 70, algunos autores europeos


desarrollan la teoría estándar de la argumentación jurídica, tales como Neil
MacCormik, Arnio, Robert Alexy, y Perzenik, la cual ha tenido gran
difusión en el mundo de habla hispana por el maestro de origen español
Manuel Atienza de la Universidad de Alicante. Mismo reconocimiento
guardan autores latinoamericanos, como Alchourrón, Bulygin, Carrio, entre
otros los cuales desarrollan la lógica proposicional y de los predicados y le
han hecho frente a la exigencia actual a temas como la fundamentación del
garantismo de Luigui Ferragoli y la creación del Estado constitucional del
derecho.

Pese al gran auge en el reciente surgimiento de este tema, no puede


explicarse que aun no se haya introducido como cátedra en las distintas
facultades del país, pese a que forma parte de las herramientas
importantísimas para el desarrollo del profesional del derecho, en cualquier
ámbito de su profesión, ya sea, como operador legal o investigador. La
presente obra sobre la fundamentación de las sentencias, incluye temas
relativos a las fuentes del derecho, de lógica jurídica, concepciones del
derecho y la argumentación jurídica, el razonamiento fáctico y la correcta
interpretación de las sentencias, derecho y argumentación. Iniciaremos con
los elementos fundamentales e históricos de las dos grandes partes de esta
obra, el juez y la argumentación para pasar a lo que podría decirse la parte
8
practica en la cual analizaremos diferentes puntos de argumentos, así como
lo vicios de la argumentación y concluiremos con la argumentación en
materia de hechos, que es el objetivo de la presente obra, sin mas
preámbulo pasemos a los siguientes capítulos.

9
CAPITULO I

LA IMAGEN PÚBLICA DEL JUEZ

1. ESTADO DE DERECHO Y PODER JURISDICCIONAL

Al no darse en Europa el desarrollo de la idea de Constitución como


elemento que permita jurídicamente la vinculación y a la vez delimitación
de los poderes para evitar el potencial abuso de cualquiera de ellos. La
sumisión del poder a derecho se construye sobre la concepción unitaria de
la soberanía como poder legibus solutus, de manera que la ley, expresión
de esa soberanía, queda al margen de cualquier límite o control. Pero
además la ley que encumbra al Estado de derecho no es cualquier ley sino
una norma caracterizada por la generalidad y la abstracción, rasgos
formales que garantizan su onticidad y eficacia.

En este imperio de la ley, las constituciones terminaron por convertirse en


meros escritos políticos carentes de obligatoriedad, a no ser que solo por el
reconocimiento de la ley se reconocieran los derechos políticos, dotándolos
de eficacia pero dentro de los límites del marco jurídico.

Por otro lado la propuesta de división de poderes de Charles Louis de


Secondat Barón de Montesquieu, no ha sido en nuestro sistema
presidencialista, un sistema de frenos y contrapesos, sino un centralismo en
el que los poderes Legislativo y Judicial, se someten a la voluntad y
decisión del poder Ejecutivo. Sin embargo no debemos de olvidar que en
Europa, se predomina al sistema parlamentario, en el que se da la sumisión
de la Administración y del Juez a la ley, que como norma abstracta y
emanada de la voluntad general, busca también la garantía de justicia. La
Administración del Estado, solo puede actuar previa autorización
legislativa, pero la sumisión solo se consigue plenamente, con la
10
instauración de un control judicial, que actúa sobre los actos
administrativos.

No debemos de olvidar, que la legitimidad de ambos poderes, es distinta,


ya que el legislador posee una legitimidad de origen o también llamada
política por la manera en que es elegido, mientras el juez posee una
legitimidad por su oficio o bien técnica, al interpretar y aplicar la norma
abstracta al caso concreto en ese tan llamado derecho vivo, de ahí la
importancia de que el juez, pueda convencer a la sociedad por medio de la
argumentación, al recurrir a enunciados racionales, que conformen sus
sentencias. Un ejemplo muy claro, de que el juez debe de apegarse a esa
legitimación, lo podemos tener en el principio de casación, que tiene por
finalidad, evitar la manipulación judicial por medio de la revisión, que
hacen los magistrados de segunda instancia y que en sus orígenes buscaba
garantizar la primacía del legislador sobre el juez. Para que se de un
verdadero Estado Derecho, debe de garantizarse la independencia judicial,
con el que los jueces podrán actuar libremente, sin injerencias por parte de
los otros poderes del Estado y se sustenta en la libertad de interpretación,
que el órgano jurisdiccional pueda hacer de la ley, la cual no debe de estar
influida por injerencias externas al propio juzgador. Además el Estado debe
de garantizar la independencia, para así evitar que el poder judicial se vea
inmiscuido en la política. Se trata de obtener un juez neutral, apolítico, es la
voz que dice el derecho (juris-dicere). Como lo describiría célebremente le
barón de Montesquieu, un juez sin sentimientos y sin pasiones cuyo
objetivo fundamental sea garantizar la legalidad. Por medio de ese apego
del juez a la Ley se busca la implementación de la legalidad y legitimidad,
principios consagrados en nuestros artículos 14 y 16 de nuestra Carta
Magna, que derivan en valores irrenunciables como la certeza de las
decisiones jurisdiccionales, la igualdad en la aplicación de la ley y la

11
conformación uniforme de la jurisprudencia. En conclusión la
independencia del juez y la vinculación a la ley son el anverso y el reverso
de una misma moneda, pues si la vinculación a la ley requiere que los
jueces sean independientes, también queda claro que la mayor
independencia se obtiene por la exacta aplicación de la ley, por lo que
puede decirse, que los principios de vinculación a la ley e independencia
judicial, demandan el ejercicio de la función jurisdiccional se lleve a cabo
en apego a ciertos parámetros jurídicos, que han sido pre construidos, o por
la ausencia de razones extrajurídicas que dan sustento a sus decisiones.

2. LA IMAGEN PÚBLICA DEL JUEZ EN NUESTROS


ORÍGENES NACIONALES.

En este apartado sin intentar excluir a las tribus del norte de México, a los
que denominamos comúnmente bajo un solo genero que es el de
Chichimecas, tratare de narrar la imagen que poseían los jueces que vivían
en el valle de Anáhuac, es decir las imágenes judiciales que tenían los
mexicas y los texcocanos, por ser estas las dos ultimas culturas autóctonas
de la historia de Mesoamérica y de México, que no se mezclaron con la
jurisdicción de los conquistadores. Tales tribus fueron las que mas
conservaron un modo de justicia puramente indiano que no se unió con la
cultura hispánica, mas adelante durante la época independentista. Antes de
la incorporación de los señoríos indígenas a la Corona de Castilla, la
practica procesal se basaba en normas de carácter penal y por algunos
procesos de gran influencia tolteca, los jueces ejercen justicia gracias al
poder que les es delegado por el soberano, según las imágenes de los
códices, en lasa que se les representa con una diadema real o copilli y el
equipal que les sirve de sitial. Como lo han comprobado algunos
arqueólogos la tradición oral se llevaba en los juicios acompañada
generalmente por algunos símbolos gestuales, como ejemplo el autor Josef
12
.RKOHU HQ VX REUD ³(l Derecho de los Aztecas. Introducción a la historia
GHO SHQVDPLHQWR MXUtGLFR´ GHVFULEH ³HO MXUDPHQWR GH ORV WHVWLJRV´ TXH
consistía en poner el dedo sobre la tierra y llevárselo a la boca. No debemos
olvidar que una de las partes mas importantes en la acción de impartir
justicia es su legitimidad, la cual solo se consigue buscando la publicidad
de las resoluciones del juez, por tal motivo los pueblos autóctonos,
procuraron también, al igual que otros pueblos la codificación de sus
procesos, los cuales se desarrollaban a cargo del amatlacuilo o escribano el
cual entregaba al telpoyotl o anunciador que era el encargado de darlas a
conocer a los demás habitantes, también acompañaba a cada juez, un pintor
al que se le encomendaba el plasmar jeroglíficos, sobre el desarrollo del
juicio y la sentencia aplicada, las cuales, todavía en la actualidad podemos
observar, a los jueces en plena aplicación de la norma abstracta al caso
concreto. Así mismo en el Códice de la colección Mendoza, del siglo XVI,
que se conserva en la biblioteca Bodleiana de la universidad de Oxford, se
puede hacer alusión a la dignidad de los jueces, ya que ahí se plasma, la
imagen del juzgador, en el recinto sagrado de la justicia, el cual se
integraba de dos pisos, enlazados por una escalera, el primer piso se
ubicaba una gran entrada, al subir al segundo piso se encontraba con la
³*UDQ 6DOD GHO FRQVHMR GH 0RFWH]XPD´ GRQGH VH OH UHSUHVHQWDED FRQ Vus
insignias reales, esta por demás decir que era el máximo juez, era la
divinidad encarnada, aplicaba su poder a través del Juez Mayor, al que se
subordinaba el juez ordinario, el cual podía ser auxiliado por dos asesores,
todos ellos eran elegidos de entre los hombres mas distinguidos por sus
caracteres morales, independientemente de ser plebeyo o noble. Esos eran
los valores que se buscaban y de los que gozaban los impartidores de
justicia de los pueblos mesoamericanos, como el autor de la época colonial
fray Juan de Torquemada, DFHUWDGDPHQWH GHVWDFD HQ VX REUD ³0RQDUTXtD
,QGLDQD´ con valores como el carácter ético, lealtad al emperador,
13
honestidad, educación buena y recta, valentía, madurez, respeto público y
veracidad en los juicios que eran los elementos que integraban su imagen
publica.

3. UNA NUEVA PERSPECTIVA DE LA FUNCIÓN


JURISDICCIONAL.

Como hemos visto, la interpretación y aplicación de la norma en


nuestro país, se ha dado de manera muy peculiar, si en algunas
circunstancias coincidimos con los tribunales europeos, en otras la región
ha marcado características en nuestro órgano jurisdiccional muy propias.
En la actualidad la función jurisdiccional, se ha visto influenciada por la
tendencia del Estado Constitucional, como ejemplo tenemos la reciente
propuesta de reforma a nuestra Ley de Amparo, en la que se busca integrar
como factores mas relevantes, el interés legitimo y el tribunal de derechos
fundamentales, línea que se ve influenciada por los orígenes de la actuación
judicial en el modelo garantista del autor, Liugi Ferragoli.

Esta nueva perspectiva, tiene como fundamento el principio de


legalidad, como condición sine qua non, porque el poder jurisdiccional solo
puede ser garante de los derechos de condición si se le otorga ese poder
para poder desarrollarlo, de cierta manera prescrito, ya que en nuestro país
al memos hasta la reforma de 1994 el poder judicial se encontraba
subordinado a los otros dos poderes o como en el caso del legislativo
realizaba funciones que le competían al poder judicial, como la
controversias constitucionales por ejemplo. No debemos de olvidar, que
por un lado el sistema garantista establece que el órgano jurisdiccional debe
de ser regulado por el principio de estricta legalidad, que determina el uso
de un lenguaje normativo riguroso, debido a que ya todos los términos
interpretados se encuentran definidos y también por la tesis factual en la

14
que indica que sólo debe aplicar términos referenciales y no valorativos.
Sin embargo, paradójicamente, el propio garantismo termina otorgándole al
juez un gran poder. Y ello como consecuencia de los atributos planteados
por el Estado constitucional.

A diferencia de un Estado con predominio legislativo, en el Estado


constitucional, la Carta Magna establece límites y vínculos a la producción
jurídica de dos maneras: primeramente, los que determinan la legitimidad
formal de las normas y actos de poder, estableciendo que órganos gozarán
de competencia normativa y la manera en la que llevaran a cabo su
ejercicio. En segundo lugar los condicionan su legitimidad sustancial,
estableciendo el modelo axiológico (el catálogo de derechos y valores de
justicia) que debe informar la legislación.

Esto quiere decir que las normas jurídicas y particularmente las


leyes, ya no sólo deberán respetar los requisitos formales que condicionan
VX ³YLJHQFLD´ VLQR TXH KDEUin de condicionar también su validez al ser
congruentes con los principios y valores constitucionales que son morales y
jurídicos.

De lo anterior podemos establecer importantísimas características


para el modelo de juez y de jurista: como seria una función crítica y
valorativa en dependencia con la ley a fin de evitar una eficacia precaria en
el ordenamiento. La judialización de una ética que se establece como
criterio de validez reclama del juez una actitud crítica hacia la ley.

4. LA ÉTICA COMO ELEMENTO UNIFICADOR PARA


UNA DEBIDA APLICACIÓN DE LA LEY.

Como vimos en los apartados anteriores, la función jurisdiccional


debe de seguir conservando elementos relevantes para el desarrollo de un
15
debido proceso legal, si escudriñamos en la jurisdicción anglosajona
podemos tomar de ejemplo el due process of Law que establece las
características para una adecuada función de interpretación y de aplicación
de la norma abstracta al caso completo en la garantía de razonabilidad,
proporcionalidad, sustento fáctico suficiente, justicia y equidad, como
valores supra legales, eficacia y eficiencia. Todos esos elementos,
derivados obviamente de la moral son principios eternos e inmutables, a los
que todo modelo ideal de justicia aspira y que solo por medio del estudio
de la moral, a través de la ética podemos adentrarnos a comprender. Por tal
motivo veamos la evolución y concepto de la ética. En la antigua Grecia, la
ética se encuentra supeditada a la política, el hombre griego apreciaba a la
polis radicada en la naturaleza. Por ejemplo para Aristóteles, la moral es
un elemento de la ciencia de la política, ya que el desarrollo de la vida
personal, sólo puede efectuarse dentro de la polis la cual es elevada a
elemento divino. En la doctrina aristotélica el objetivo de la ética y de la
política es el mismo la búsqueda de la felicidad, que al ser un ³ELHQ
DXWRVXILFLHQWH´no requiere ser un bien más entre otros, tampoco como un
elemento de algún estado de cosas, sino como la principal justificación de
la vida del hombre.

Por su parte Platón establecía que la polis era la detentadora de la


moral ya que el individuo no puede alcanzarla y es el Estado por medio de
la persuasión quien orienta al ser humano hacia la virtud. Por otro lado
Immanuel Kant al contrario de los griegos establece que la ética solo es
alcanzable por medio de un deber de perfección propio, es decir, a través de
un individualismo radical. Para Hegel la vinculación individual a la moral
de Estado se lleva a cabo en tres esferas: Derecho, cuando se logra una
libertad externa; moralidad, debido a que el bien se aplica al mundo; y la
eticidad, que se consuma a su vez en tres ámbitos: familia, sociedad y

16
Estado, siendo este último, el ente principal de la eticidad. En conclusión,
pese a los intentos de subordinación de la ética social a la individual,
siempre la social estará por sobre la individual ya que la ética individual se
subordinará a la ética social porque la fundamenta. Por tal motivo el órgano
jurisdiccional, también estará sujeto además de su ética individual a la ética
social. Doble tarea le espera al juez, convencer a las partes por un lado y a
la sociedad en su conjunto por el otro.

17
CAPITULO II

DETERMINACIÓN CONCEPTUAL Y EVOLUCIÓN DE LA


ARGUMENTACIÓN

1. ARGUMENTO Y ARGUMENTACIÓN

Con el objetivo de tener una visión más amplia de la Teoría de la


Argumentación Jurídica, debemos realizar un desarrollo, por medio del
conocimiento conceptual, para poder determinar la percepción de
argumento, su desarrollo, la diferenciación entre polemizar y argumentar, y
la delimitación con la interpretación jurídica.

Buscando la definición de argumento, podemos decir, que ³significa


ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión.´1
El argumento no solo es la afirmación de ciertas opiniones, no forma parte
de una disputa o polémica, sino que se trata de un intento de apoyar
determinada opinión mediante el uso de diversas razones. El argumento
forma parte de la argumentación y sirve tanto para indagar, como para
explicar y defender las conclusiones propias.

Por otra parte existe una diferencia entre polemizar y argumentar


radica precisamente en que al polemizar se llega al terreno de la disputa o
la discusión por la discusión, sin la vista en un objetivo determinado. El
derecho se compone de argumentaciones, de ahí la trascendencia de
comprender qué son los conceptos que conforman las sentencias, así como
los juicios y los raciocinios, que también forman parte de la argumentación.
Con la aprehensión, se conciben las nociones o conceptos. Mediante el

1 Weston Anthony, Las claves de la argumentación, Editorial Ariel,

18
juicio, se fusionan unos conceptos con otros. La lógica del juicio se
denomina también de la atribución o la predicación. Con el raciocinio se
combinan los juicios producto de los conceptos y se obtienen nuevas
verdades. Se conocen los distintos modos de razonar, entre ellos, el
silogismo. Concepto, juicio y raciocinio son elementos importantes para la
construcción del razonamiento jurídico. Es muy importante tomar en
consideración que existe una distinción entre interpretación y
argumentación, conceptos que en ocasiones, se han tomado como voces
sinónimas sin serlo, lo que sólo puede ocasionar confusión y una falta de
claridad conceptual.

El que de toda tarea interpretativa lleve siempre aparejada una


argumentación no se sigue el que, necesariamente, sean lo mismo, son dos
actos intelectuales distintos, si bien relacionados íntimamente, pues bien
puede existir una interpretación que no se use para dar una razón o
argumento que esté orientado a la defensa de una tesis determinada. Esto
es, referida la interpretación a un paso posterior que pudiera ser el formar
parte de un argumento en concreto.

En conclusión, interpretar es, en sentido amplio, dotar de significado


a un determinado enunciado, en cambio, argumentar es dar una o varias
razones a fin de sostener una tesis u opinión. Son dos actos del intelecto
completamente distintos, incluso en el ámbito más común del lenguaje
ordinario y coloquial.

'DQLHO0HQGRQFDHQVXREUD³/DVFODYHVGHOGHUHFKR´QRVGLFH

³/D H[SUHVLyQ ³GDU XQ DUJXPHQWR´ VLJQLILFD RIUHFHU XQD UD]yQ R


conjunto de razones en apoyo de cierta conclusión. Los argumentos son,
así, intentos de apoyar ciertas afirmaciones o decisiones con razones. De
este modo, argumentar tiene una importancia especial porque constituye
19
una manera de informarse acerca de qué afirmaciones o decisiones son
mejores que otras; así como algunas conclusiones pueden apoyarse en
buenas razones, otras tienen un sustento mucho más débil. Desde luego,
debemos dar argumentos a favor de las diferentes conclusiones y luego
valorarlos para considerar cuan fuertes son realmente. En este sentido, los
argumentos tienen una relevancia especial en la actividad interpretativa,
pues el discurso del intérprete se halla comúnmente constituido por un
enunciado interpretativo (informativo o estipulativo) y por uno o más
DUJXPHQWRVRIUHFLGRVSDUDDSR\DURUHVSDOGDUODLQWHUSUHWDFLyQSURSXHVWD´2

2. INTERPRETACIÓN JURÍDICA Y
ARGUMENTACIÓN

La aplicación de la Ley es un proceso alterno que combina los


hechos con las normas jurídicas posiblemente aplicables. Mediante la
interpretación, el intérprete comprende el sentido de un texto que se le ha
convertido en problemático. El texto de la norma es problemático para
quien lo aplica, atendiendo a la aplicabilidad de la norma a un hecho
concreto.

Tal problemática se basa en la posibilidad que tiene la ley para,


ampliar su espectro discursivo, utilizando el lenguaje usual, hasta medios
mas flexibles, adaptables a circunstancias por demás distintas y diversas.
Caso contrario del lenguaje empleado por la ciencia y de la Lógica hoy día
en conjunción con las matemáticas que conciben, conceptos de ámbitos
perfectamente definibles. Con un campo de acción demasiado definido.
Basta recordar artículo de Félix Cohen, HQODFROXPQD³/DZ5HYLHZEDMRHO
WtWXOR ³7UDVFHQGHQWDO 1RQVHQVH DQG WKH )XQFLRQDO $SSURDFK´ TXH VH
publicó más tarde, en el año de 1962, en español bajo el título "El método

2 0HQGRQFD'DQLHO³/$6&/$9(6'(/'(5(&+2´*HGLVD%DUFHORQD

20
funcional del derecho" en el que hace referencia al sueño de Jhering, para
poder tener al calce una prueba irrefutable de la verborragia legal. La ley
solo tiene respuestas para quien conoce algo sobre su contenido y que se
encuentra planteado en su texto, solo contestara a quien le consulte de
manera honesta.

Para poder formular la pregunta de una manera adecuada, se requiere


estar empapado del lenguaje legal, pero además la condición en la que se
encuentra la norma regulando una determinada acción, dependiendo de la
manera y el momento se determinaran las posibles respuestas.
Generalmente la función de la interpretación se distribuye entre el órgano
jurisdiccional y la evidencia que queda manifiesta en la jurisprudencia, por
otro lado, la interacción entre el aspecto formal y la praxis es la prueba
máxima a la que se somete a dicha interpretación ya que por medio de ella
se debe de dar respuesta a la problemática planteada por el caso concreto.
No debemos olvidar que la interpretación jamás será definitiva, debido a
que los cambios que se dan por las relación interpersonales, ocasionan que
las condiciones sean variables e incluso en ocasiones totalmente opuestas.
Después de todo el ser humano es un ente impredecible, en lo que respecta
a sus relaciones sociales.

3. LA IMPORTANCIA DE REALIZAR
ARGUMENTOS

Hay quien considera, que argumentar, significa solamente exponer


de una manera distinta sus prejuicios. Creyendo que los argumentos son
desagradables e incluso inútiles. La confusión inicia desde la determinación
FRQFHSWXDO\DTXHVHJ~QHOGLFFLRQDULR³DUJXPHQWR´SXHGHGHILnirse como
³GLVSXWD´ algunas personas piensan que argumentar es, simplemente,
exponer sus prejuicios bajo una nueva forma. Por ello, muchas personas

21
también piensan que los argumentos son desagradables e inútiles. Es
común que en ocasiones, cuando dos personas tienen una discusión verbal
se diga que están desarrollando cada una su argumento. Sin embargo el
argumentar está muy lejos de ser lo que se describe en líneas anteriores en
realidad ofrecer un argumento es dar un conjunto de pruebas o razones para
apoyar una conclusión. Por tanto son realmente esenciales.

Un argumento es esencial, en primer término, porque trata de


determinar que opiniones son más acertadas que otras. Cabe mencionar que
el factor subjetivo permea en este punto ya que generalmente nos
encontramos ante una diversidad de opiniones. Ciertas conclusiones poseen
una base solida en buenas razones otras en cambio son débiles, pero
generalmente se desconoce cuál es cuál. Debemos ofrecer argumentos a las
distintas conclusiones para poder valorar su fortaleza, en este sentido se
determina que el argumento es una herramienta que nos permite indagar.

En segundo lugar, argumentar resulta relevante, ya que al


determinar una conclusión solida, nos permite explicarla, sustentarla o
defenderla por medio de argumentos. Un buen argumento no es una réplica
de las conclusiones, en vez de eso se ofrecen pruebas o razones, para que
las demás personas formen sus propias opiniones de ellas mismas. Como
conclusión podemos determinar que el argumentar posee una relevancia
esencial e incluso obligatoria.

4. EL FUNDAMENTO DE LA LÓGICA PARA LA


ARGUMENTACIÓN.

/D SDODEUD OyJLFD SXHGH GHILQLUVH FRPR ³OD FLHQFLD GHO


razonamiento que nos permite distinguir cuando éste es correcto o
LQFRUUHFWR´Al implementarse en Francia el código de Napoleón, surgieron
en Europa tres teorías relativas al razonamiento judicial:
22
x La concepción teológica, funcional y sociológica, plantea que
el Derecho es un medio del que el legislador se sirve para
alcanzar unos fines y promover determinados valores.

x La segunda concepción, denominada, concepción tópica del


razonamiento jurídico, según la cual, se resalta la importancia
de los principios generales del Derecho. En ella, el
razonamiento jurídico, es la búsqueda de una síntesis en la que
se tenga en cuenta a la vez el valor de la solución y su
conformidad con el derecho.

x La escuela de la exégesis, se caracteriza por su concepción del


derecho como un sistema deductivo y por la configuración que
hace del razonamiento judicial, según la conocida teoría del
silogismo.

5. QUE ES LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

En este apartado analizaremos la teoría de la argumentación jurídica,


en su definición como en su evolución doctrinaria e histórica.
Primeramente podemos decir que la teoría de la argumentación jurídica,
representa un discurso que justifica el acto de decisión que posee el órgano
jurisdiccional al decir el derecho, es decir, que son un conjunto de razones
que sustentan las decisiones del juzgador en la aplicación de la norma
abstracta al caso concreto. Con esto no debemos entender que la teoría de
la argumentación jurídica es la explicación del desarrollo de los procesos
para la toma las decisiones, que pueden ser influenciados por aspectos
ético, político, ético y sociológico. La finalidad de la argumentación
jurídica, es dar cumplimiento a dos principios:

23
a) Someterse a la obligación de motivar y fundar las
medidas jurisdiccionales;
b) Legitimar las decisiones ante las partes de forma directa
y de forma indirecta ante la sociedad en su conjunto.

Este principio llamado FRPR ³motivación de las decisiones


jurisdiccionales´ consiste en el sometimiento que tienen los jueces a la
constitución y a las leyes que de ella emanen. Veamos los siguientes
fundamentos Constitucionales en los que se encuentra fundamentado el
principio de motivación:

Artículo 133

³(VWD&RQVWLWXFLyQODVOH\HVGHO&RQJUHVRGHOD8QLyQTXHHPDQHQ
de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados
y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del
Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado
se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las
disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de
ORV(VWDGRV´3

Artículo 97, sexto y séptimo párrafo.

³&DGDPLQLVWURGHOD6XSUHPD&RUWHGH-XVWLFLDDOHQWUDUDHMHUFHUVX
encargo, protestará ante el Senado de la siguiente forma:

Presidente: ¿Protestáis desempeñar leal y patrióticamente el cargo de


Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se os ha
conferido y guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados

3 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

24
Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, mirando en todo por el
ELHQ\SURVSHULGDGGHOD8QLyQ"´4

Artículo 128

³7RGR IXQFLRQDULR S~EOLFR VLQ excepción alguna, antes de tomar


posesión de su encargo, prestará la protesta de guardar la Constitución y las
leyes que de ella emanen´5

Artículo 16, primer párrafo, Constitucional:

Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles


o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
FRPSHWHQWHTXHIXQGH\PRWLYHODFDXVDOHJDOGHOSURFHGLPLHQWR´6

6. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ARGUMENTACIÓN


JURÍDICA

La argumentación jurídica en su evolución, adquiere una


certificación en el ámbito individual y en el colectivo, para lo cual pasa por
los momentos históricos que a continuación se describen.

6.1. Estado Autoritario o Absolutista

Antes del siglo XIX, en los sistemas monárquicos, la figura del juez
no motivaba es decir no externaba las razones de sus decisiones
jurisdiccionales, ya que actuaba en nombre del rey, el cual ostentaba en si
mismo el poder terreno y el poder divino. Por tal motivo era innecesario, la
legitimación de los fallos por parte del órgano jurisdiccional.

4 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


5 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
6 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

25
6.2 Estado Democrático Representativo

Gracias a las revoluciones surgidas en Francia cuando es tomado el


palacio de los azulejos y en Inglaterra la encabezada por Oliver Crowell, se
da el inicio de la transformación de un Estado Autoritario a un estado de
representación popular, dichos movimientos son coronados por la
declaración de independencia de las colonias americanas y la promulgación
de su constitución de 1881. Debido a lo anterior el termino de estado de
Derecho empieza a proliferar, y con él el sistema democrático
contraponiéndose a los postulados del Estado Autoritario, en este sistema
los jueces son limitados a convertirse en meros aplicadores de la ley,
realizando solo interpretaciones gramaticales, es decir solo en cuanto al
texto ya que su legitimación se derivaba de la posibilidad de poder
ajustarse a norma o no, dejándolos en la libertad de no tener que motivar
sino solamente aplicar la norma, esto derivo en la llamada era de la
Codificación.7

6.3 Estado Constitucional

Desde el surgimiento de la Constitución de Weilmer en el periodo de


entre guerras en los años veinte, ha existido una evolución de los sistemas
constitucionales, una primera conclusión a la que se llego fue que la
literalidad de la ley no podía resolver todos los casos, de manera
sistemática, para resolver problemas de jerarquía normativa, lagunas y
antinomias, bajo los postulados de la teoría piramidal normativa de Kelsen
y las aportaciones de Max Weber.

7 Nieto Santiago, Interpretación y argumentación jurídicas en materia electoral, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2003.

26
6.4 Estado Social

A partir de los juicios relacionados con la segunda guerra mundial


(juicios de Nurember 1945) en el denominado Estado Social del Derecho,
entró en una crisis del sistema de interpretación gramatical y sistemático
vigentes, puesto que bajo estos postulados los crímenes de guerra habían
sido llevados a cabo en cumplimiento a las normas de un país, por lo que se
optó por agregar un sistema de interpretación funcional, bajo el cual la ley
se interpretaría teleológicamente es decir de acuerdo a sus fines, contexto
histórico en que se dio, intención del legislador, por sus consecuencias,
entre otros, de modo que la legitimación de los jueces dependería de su
argumentación al resolver los juicios.

7. EVOLUCIÓN DOCTRINARIA

En el presente apartado analizaremos los preceptos filosóficos del


derecho, de los cuales se entiende, un conjunto de respuestas con cierto
grado de articulación a una serie de cuestiones básicas en relación con el
derecho.

&RPRELHQDILUPD7ULDV0RQJH³7odo juez podrá o no preocuparse


por los problemas de la teoría del derecho, pero quiera o no, tendrá
consciente o inconscientemente, su propia filosofía jurídica que
irremediablemente intervendrá en la emisión de sus fallos; jueces de
filiación teórica distinta adoptarán usualmente ante la misma hipótesis
fáctica decisiones diferentes, o al menos sus razonamientos no serán
idénticos. Es deseable que el juez sea consciente de su teoría personal del
derecho, mientras más consciente sea del proceso adjudicativo, como de los
distintos modos de adjudicar controversias, mientras más conozca de sus
propias inclinaciones y se preocupe por su legitimidad, mayor será la

27
adecuación de sus fallos. El juez sonámbulo camina por terrenos
PLQDGRV´8

Si nos basamos en el principio de igualdad, que nos determina que


todos somos iguales ante la ley, apoyado además por el principio de
legalidad, en el que el ejercicio jurisdiccional puede ser invocado, por
cualquier persona ante los tribunales, cabe preguntarnos, que si gozamos de
esas dos garantías constitucionales, entonces, que es lo que sucede en
nuestra práctica jurídica, ¿Por qué hay jueces buenos y jueces malos?, ¿Que
elementos podemos atribuirle a un buen juez y que a uno malo?, ¿Cómo
podríamos diferenciarlos?

Una primera diferencia, podíamos plantearla en la capacidad que


tiene el buen juez para argumentar, por medio de la cual ofrece buenas
razones en la forma en la que ejerce el derecho.

La disciplina que se va a ocupar de despejar nuestras dudas, es la


teoría de la argumentación jurídica, la cual podemos concebir como un
análisis teórico de los procesos de argumentación que se dan en el derecho.

Como sabemos, han existido varias teorías sobre la argumentación.


Unas de ellas, llamadas formalistas, determinan que las decisiones
jurisdiccionales, son fríos silogismos, los jueces no son más que máquinas
de aplicación del derecho. Por otro lado las tesis realistas han criticado que
el razonamiento jurídico no tiene ninguna relación con la lógica, porque se
relaciona con los presentimientos, las emociones o la ideología. Algunos
otros se han remontado a la antigüedad para recuperar el carácter clásico
que posee la retórica, desde la óptica de determinar al razonamiento

8 Trias Monge, José. Teoría de Adjudicación. Primera Edición. San Juan: Universidad de Puerto Rico. 2000.

28
jurídico como una simple y vulgar técnica de persuasión o de invención a
partir de lugares comunes.

Incluso hay autores que han tratado de conjugar un orden moral


objetivo con el derecho como es el caso de Dworkin, pero, no dejemos de
lado que hace poco, el influyente filósofo alemán Jürgen Habermas ha
manifestado su adhesión a esta postura en su propia incursión ius filosófica,
gracias a su REUD³)DFWLFLGDG\9DOLGH]´

En ese orden de ideas surgen en el año de 1978, las dos obras


esenciales de la teoría de la argumentación jurídica continental, es decir, la
teoría de la argumentación jurídica de Robert Alexy, y la angloamericana,
del legal reasoning and legal theory, de Neil MacCormic, destacando
ambas por encima del grupo de teorías anteriores y que se formaron desde
los años 50 y que permitieron influir enérgicamente los trabajos posteriores
de autores como Atienza, Peczenik o Aarnio, entre algunos otros.

Dichas teorías han puesto en evidencia constantemente las carencias


que ostentan, por un lado el pensamiento meramente formal del
razonamiento jurídico, la cual, reduce la aplicación del derecho a un mero
silogismo, como una noción irracionalista que limita el ejercicio del
derecho a simples expresiones de emociones.

La teoría de la argumentación persigue ubicarse en un sitio


intermedio, que parte de la posibilidad de establecer un estudio racional de
los procesos de argumentación. Pero además de reconocer las restricciones
que este razonamiento representa en el mundo jurídico. En base a lo
anterior pareciese incuestionable que la racionalidad de las decisiones
jurisdiccionales y su justificación son un punto de toque al estructurar todo
discurso practico, como fundamenta el autor Stephen Toulmin, que en su
obra Introducción al Razonamiento señala: ³6i no hay un debate racional,
29
se pasa a un debate de quién a quién. Si no fuera posible discutir sobre
cuestiones jurídicas racionalmente, entonces nos hallamos en el mundo del
capricho de las preferencias puramente personales y sobre gustos no se
argumenta, que se puede objetar contra alguien que me diga que prefiere
los helados de chocolate a los de vainilla´9

Por tal motivo, en el área particularmente jurídica y política, cuando


no se causa una lesión por la insuficiencia de justificación o por la carestía
de la misma, pone en riesgo cualquier estado de derecho, es decir, la teoría
de la argumentación jurídica es una pieza fundamental para la teoría del
Estado y la teoría del derecho.

Pero no debemos de olvidar la aportación que algunos autores han


denominado los paradigmas modernos del análisis del derecho, que son un
intento del estudio multidisciplinar al que hoy en día se adecua el derecho
en la búsqueda de un modelo, multidimensional el cual, inicia
generalmente, los tres criterios para valorar a una norma jurídica y que el
autor Eduardo García Máynez determinaría como el derecho formalmente
valido intrínsecamente valido y el derecho positivo o eficaz, así es se trata
del problema deontológico, ontológico y fenomenológico del derecho es
decir comprobar si la norma:

1. Si es justa o injusta.

2. Si es válida o inválida.

3. Si es eficaz o ineficaz.

Estas tres pruebas han determinado el surgimiento de teorías que hoy


día son consideradas como escuelas del pensamiento jurídico y que

9 Toulmin Stephen, Introducción al Razonamiento, 1984, Macmillan Publishing Company, EE. UU.

30
dependiendo de la valoración que se adopte será el análisis de esa escuela
entre ellas tenemos, la iusnaturalista, la positivista, la realista, la
sociológica y la histórica o historicista, así como las corrientes
tridimencionales.

En su libro Teoría General del Derecho, el autor italiano Norberto


Bobbio determina que ante el análisis de cualquier norma jurídica debemos
plantearnos el análisis de las normas desde tres paradigmas diferentes, se
trata del problema deontológico del derecho es decir de la justicia, del
problema ontológico ósea de la validez y por último el fenomenológico o
de la eficacia, también conocidos como los paradigmas del derecho
moderno.

a) El Problema Deontológico del Derecho (La Justicia)

El problema de la justicia es el problema de la correspondencia o no


de los valores superiores o finales que inspiran un determinado orden
jurídico. Todo ordenamiento jurídico persigue fines que representan valores
partiendo de la premisa de que si una norma es justa o injusta, si es apta
para realizar esos valores, por lo que sí es apta o no apta deviene en
precisar la oposición entre lo que es el mundo real y el mundo ideal, de allí
que el problema de la justicia deriva o se conoce como el problema
deontológico del derecho, y la justicia se resuelve en base juicios de
valores.

En el plano del derecho, el valor solo se reduce a lo que prescribe


una norma jurídica, es decir lo que obliga, prohíbe, permite o autoriza una
determinada acción y nada más, con independencia del mérito o demérito
que se tenga sobre ella, puesto que lo debido no se confunde con el deber
ser, así como tampoco el ser se confunde con el deber ser. El valor para el
derecho es entendido en sentido objetivo, esto es, valor en relación de una
31
conducta con una norma objetiva válida y no la relación de un objeto en el
deseo o voluntad de un hombre, pues ello equivale al valor en sentido
objetivo. Bobbio y Kelsen sostienen que una norma puede ser valida y sin
embargo puede ser injusta o reprochable desde el punto de vista moral

Pero también en el caso de quien no crea en valores absolutos, el


problema de la justicia de una norma tiene un sentido: equivale a
preguntarse si esa norma es apta para realizar los valores históricos que
inspiran ese ordenamiento jurídico, concreta e históricamente determinado.
El problema de si una norma es o no justa es un aspecto de la oposición
entre mundo ideal y mundo real, entre lo que debe ser y lo que es: norma
justa es lo que debe ser; norma injusta es lo que no debería ser. Plantear el
problema de la justicia de una norma equivale a plantear el problema de la
correspondencia entre lo que es real y lo que es ideal.

b) El Problema Ontológico del Derecho (La Validez)

Sobre la validez de una norma, no se sigue que ella sea justa o injusta
viceversa. Hay normas jurídicas que no son efectivamente aplicables, pero
no por ello se puede afirmar que su ineficacia derive en invalidez. Por
tanto, validez y eficacia son nociones conceptuales separadas; así también
la eficacia y la justicia, puesto que todo lo eficaz no es derecho y todo lo
que es derecho, no siempre resulta ser eficaz. En consecuencia la noción de
justicia, validez y eficacia comprende cada uno un orden propio que puede
ser estudiado analíticamente por separado y distinguido del resto. No
coinciden. Por eso se dice, una norma es obedecida cuando cumple los
requisitos de validez, justicia y eficacia. El problema de la validez es el
problema de la existencia de la regla en cuanto a tal, independientemente
del juicio de valor sobre su contenido de justicia. Mientras el problema de
ésta se resuelve con un juicio de existencia o de hecho. Esto es, se trata de

32
comprobar si una regla jurídica existe o no, o mejor su aquella determinada
regla, así como es, es una regla jurídica.

Validez jurídica de una norma equivale a existencia de esa norma


como norma jurídica. Mientras que para juzgar la justicia de una norma es
necesario medirla según un valor ideal, para juzgar su validez se requiere
realizar investigaciones de carácter empírico-racional, investigaciones que
se hacen cuando se trata de establecer la entidad y la dimensión de un
suceso. El problema de la validez de una norma se resuelve con un juicio
de existencia o de hecho de la norma y para ello se determina en base a tres
juicios:

x Determinar si la autoridad que la promulgó tenía poder


legitimo para expedir normas jurídicas, es decir normas vinculantes
en ese determinado ordenamiento jurídico, para ello hay que
remontarse a la norma fundamental que es la base de la validez de
todas las normas de determinado sistema.
x Comprobar si la norma no ha sido derogada para que
tenga su validez- Como quiera que una norma puede haber sido
valida, en el sentido de haber sido promulgada por un poder
autorizado para hacerlo, pero esto no quiere decir que lo sea para
toda la vida y; sucede cuando una norma posterior en el tiempo lo ha
derogado expresamente o ha regulado la misma materia.
x Comprobar que no sea incompatible con otras normas
del sistema, lo que se llamada derogación implícita, particularmente
con una norma jerárquicamente superior (una norma Constitucional
es superior a una ley ordinaria en una Constitución rígida).

33
El problema de la validez jurídica presupone que se haya dado
respuesta a la pregunta ¿Qué se entiende por derecho? Responde al
problema ontológico del derecho.

c) El Problema Fenomenológico del Derecho (La Eficacia)

Para determinar la eficacia o ineficacia de una norma se recurre al


estudio histórico social, surgiendo el problema fenomenológico del
derecho. ¿Es cumplida la norma jurídica por las personas a quienes se
dirige? los llamados destinatarios de la norma y en caso de ser violada, que
se la haga valer con medios coercitivos por la autoridad que la ha impuesto.
Que, una norma exista en cuanto a norma jurídica, no significa que también
sea constantemente cumplida. Hay normas que se cumplen universalmente
de manera espontánea y son las más eficaces que otras que se cumplen por
lo general solo cuando van acompañadas de coacción, y las hay que se
violan sin que ni siquiera se aplique la coacción, son las más ineficaces. La
investigación para determinar la eficacia o ineficacia de una norma es de
carácter histórico- social como problema fenomenológico del derecho.

La eficacia se refiere al seguimiento o acatamiento de la norma. Una


norma es eficaz si la población la cumple con independencia de si la
percibe como justa o valida e ineficaz si es ampliamente desobedecida
Ejemplo la prohibición de aparcar en zona prohibida, suele ser percibida
como algo justo, es una prohibición valida, pero se refiere al cumplimiento
o no de los fines que la sociedad considera como buenos. Una norma es
injusta si la población considera mayoritariamente que no se atiene a los
objetivos colectivos de esa misma sociedad o injusta si ocurre lo contrarió,
con independencia si se considera válida o no. Pagar por estacionarse, es
desobedecida por los conductores

34
Así mismo, en sus criterios de valoración de una norma, nos
determina la interrelación entre los tres problemas y su estudio comprende
seis proposiciones:

1. Una norma puede ser justa sin ser válida

2. Una norma puede ser válida sin ser justa.

3. Una norma puede ser válida sin ser eficaz.

4. Una norma puede ser eficaz sin ser válida.

5. Una norma puede ser justa sin ser eficaz.

6. Una norma puede ser eficaz sin ser justa.

1. Que la norma puede ser justa sin ser valida.

Su validez se da en la medida que sean acogidas en un sistema de


derecho positivo, quien formulaba estas normas las consideraba justas
porque las reputaban coherentes con principios universales de justicia.
Normas que quedaban escritas en un tratado derecho natural, no eran
validas. Adquirían validez, solo en la medida en que fueran acogidas en un
sistema de derecho positivo. El derecho natural puede ser considerado
derecho justo; pero por el solo hecho de ser justo, no es también valido.

2. Que, una norma puede ser valida sin ser justa.

Ningún ordenamiento jurídico es perfecto. Entre el ideal de la


justicia y la realidad del derecho siempre hay un vacío más o menos grande
según lo regímenes Por ejemplo aceptar el esclavismo (no es justo) pero no
por eso deja de ser valido.- Las normas racistas (no son justas) pero eran
válidas.- Para un pensador socialista no es justo la propiedad privada.-Para
35
un reaccionario no es justo la huelga.- Por lo que se concluye en decir que
tanto el socialista como el reaccionario no dudaran del hecho. De que en un
ordenamiento positivo, tanto las normas que regulan la propiedad privada
como las que reconocen el derecho de huelga, son validas.

3. Que, una norma puede ser valida sin ser eficaz.

Cuando se dictan normas jurídicas que prohíben el consumo de


alcohol y tabaco, son leyes validas pero no son eficaces.- Algunos artículos
de la constitución del Perú referidos a la salud, significa que aun siendo
validas, esto es, existen como normas pero no son eficaces.

4. Que una norma puede ser eficaz sin ser válida.

Hay muchas normas sociales que se cumplen espontánea o


habitualmente, vale decir son eficaces en algunos círculos sociales (reglas
de buena educación) y que por el solo hecho de ser cumplidas no
pertenecen a un sistema jurídico, esto es, no adquieren validez jurídica,
vale decir que ninguna costumbre se vuelve jurídica por medio de su uso.
Una norma consuetudinaria, mientras sea eficaz, no por eso se convierte en
norma jurídica. Se vuelve jurídica cuando los órganos del poder le
atribuyen validez también una norma jurídica puede continuar siendo eficaz
sin que por ello llegue a ser jurídica

5. Que una norma jurídica puede ser justa sin ser eficaz.

Si una norma jurídica es justa sin ser válida, se infiere también que
una norma puede ser justa sin ser eficaz, de allí que se diga en el argot
popular ¿No hay Justicia en este mundo? se refiere al hecho de que aunque
son muchos quienes teóricamente exaltan la justicia, pocos son quienes
teóricamente exaltan la justicia, pocos son quienes la practican. Por tanto

36
una norma es eficaz cuando es válida en consecuencia hay muchas normas
jurídicas que no son validas, con mayor razón no son eficaces.

6. Que una norma jurídica puede ser eficaz sin ser justa.

La justicia es independiente de la validez, pero también es


independiente de la eficacia. Por ejemplo, la esclavitud practicada en los
pueblos civilizados de la antigüedad no significa que sea una institución
conforme a la justicia.

Analicemos ahora la situación actual que guarda la Teoría del


Derecho, en la conjugación con la retorica para determinar sus alcances y
poder profundizar en el presente análisis de la Teoría de la Argumentación
Jurídica. Ya hemos manifestado en otros trabajos la importancia que guarda
la retorica y como los juristas medievales le otorgan un gran valor en la
posición de sus teorías ya sea desde el punto de vista del método del
derecho o bien como una determinación en la solución de controversias al
determinar la solución en la aplicación de la norma abstracta la caso
concreto, posteriormente a la llegada de la modernidad y la implementación
de un incipiente racionalismo entran en crisis dichas posturas en donde el
antiguo arte de la cordura es sucedido por la pretensión de dotar al
razonamiento jurídico y al moral de un grado de certeza y coherencia que
solo se ve sustentada por la comparación con las que hasta entonces eran
consideradas como ciencias, las exactas como la matemática o la física y
las biológicas como las ciencias naturales. Basta recordar el categórico
embate de Immanuel Kant a la retórica. El iusnaturalismo racionalista
intenta crear y desarrollar sistemas integrados de derecho natural, que en
base al grado de generalidad se ordenan jerárquicamente por medio de una
relación deductiva.

37
La razón es el principal medio para poder comprender la realidad de
la propia naturaleza humana y poder codificarlas en normas. Tal Derecho
Natural por así llamarlo moderno trata de crear un Derecho de la razón que
tenga la capacidad de dar respuestas indubitables, al legislador y a la ley
positiva que en todo caso deben de concretar y adecuar a las particulares
circunstancias sociales esos mandato supremos racionales. La certeza en el
conocimiento y la aplicación del razonamiento práctico principalmente
valorado y predeterminado en su desarrollo no permiten la discusión de lo
estrictamente debatible. El conocer sustituye el decidir y la ciencia a la
retórica o a la prudencia.

Como varias ocasiones se ha manifestado, la tendencia compiladora


que se desarrolla desde fines del siglo XVIII determina la transformación
de esos esquemas y pretensiones a la esfera del Derecho positivo, es decir
del derecho formal, el Derecho legislado. Aplica el famoso mito del
legislador racional y en los códigos legales se ve plasmado, bajo la forma
de ley positiva, tradicionalmente escrita, de una universalidad del legislador
que le permite pensar y conocer de las necesidades sociales y elegir la
mejor solución, y de una supremacía que le permite la imposición de ese
conocimiento como verdadero a modo de un mandato incuestionable. Se
erradica la discusión, el artificio retórico y el debate sobre lo dudoso del
sistema. El sistema jurídico, ya puramente positivo, se determina como
coherente, es decir, sin antinomias, y completo, no tienen, cabida las
lagunas. El juez encuentra en la ley perfectamente prefijada y
predeterminada la solución a cualquier cuestión de litigio que tenga que
resolver, su papel se limita al de mero heraldo de lo que pronuncia el
contenido del texto legal. Por otro lado, el razonamiento jurídico, el
razonamiento del aplicador del Derecho, se explica como un puro
silogismo, en el que la ley forma la premisa mayor, los hechos que se

38
juzgan la premisa menor y la sentencia se sigue con necesitada lógica como
pura conclusión.

Se le nombra a tal enfoque como teoría de la subsunción, ya que el


órgano jurisdiccional se limita a subsumir el hecho concreto en
conjugación con el carácter abstracto de la norma, aplicando la
consecuencia en ésta prevista cuando se adecue lo concreto a lo abstracto
acontecido. Y se originan conflictos con el uso del lenguaje y su
interpretación. Como en los primeros códigos europeos, que a finales del
XVIII, contemplaban normas de carácter prohibitivo en cuanto a su
interpretación, con la seguridad de que los términos del legislador eran
completamente claros y precisos, y con la desconfianza plena de la posible
manipulación que el órgano jurisdiccional pudiera hacer de la norma al
interpretarla. Sin embargo tal mito sobre la claridad de la ley rápidamente
mostro su imperfección, sin embargo, la teoría del Derecho disponía de los
medios necesarios para sortear tal problema sin que la interpretación
perdiera su legitimidad, por lo menos de forma aparentemente. Gracias al
juego de la verborragia en la elasticidad proporcionada por los cánones de
la interpretación, que ya Carl Von Savigny presentara por así llamarla en su
manera ³FDQyQLFD´ en las primeras décadas del XIX. Como recordaremos
esos cánones eran cuatro: el gramatical, el lógico, el histórico y por último
el sistemático.

Savigny creía que al utilizar conjuntamente los cuatro elementos,


facultaría al intérprete, ha encontrar la idea inherente de la ley y poder
desentrañar la intención y el pensamiento del legislador. Indiscutiblemente
la necesidad de la interpretación se impone pero además gracias a ese
método permite y garantiza que el órgano jurisdiccional lo haga de manera
objetiva y con certeza, ya que no da pie a que surjan sus valoraciones
personales y con eso caiga en la arbitrariedad. Surge el elemento que
39
permite convertir el significado dudoso en significado cierto. Claros
ejemplos de este razonamiento jurídico los tenemos en Alemania y en
Francia, países con sistemas jurídicos completamente diferentes, pero con
similitudes en lo formal. En Francia se proclama en 1804 el Código Civil,
conocido como Código de Napoleón, el cual rige durante todo lo largo del
siglo XIX y que da origen a la tan famosa Escuela de la Exégesis. En tal
código adoptado por nuestro país, contendría todas las respuestas, y tanto el
órgano jurisdiccional como el jurista, se sujetaran a la actividad puramente
exegética, es decir, apegados a la letra, cumpliendo plenamente con el
sentido de la ley, la cual por ser perfecta era clara, y precisa en sus
preceptos. En el remoto caso que existiera alguna duda sobre la
interpretación de la ley se impondrá la averiguación de la autentica
voluntad del legislador. Detrás de la letra de la ley existe un espíritu que la
reluce sin ceder terreno para la incertidumbre. En Alemania se determina el
ontologismo que no es más que ese positivismo estatista y lógico, aquí no
disponemos de un código civil ya que debemos recordar que el BGB,
Código Civil Alemán entrara en vigor hasta en 1900, el derecho aplicable
es el Derecho extraído del Pandectas, es decir el derecho civil romano,
conjuntado con elementos de Derecho común y con una dinámica huella de
reelaboración doctrinal. Como veremos la posición que en Francia tiene el
razonamiento jurídico de la ley positiva pura, en Alemania los elementos
que permean son los conceptos jurídicos. La doctrina absolutamente
predominante se determina con el titulo de Jurisprudencia de Conceptos.
Detrás de las normas jurídicas habrá un complejo entramado sistemático de
conceptos que son la representación de un tipo de razón jurídica universal,
que tenía su mejor representación y justificación en el Derecho romano.

Términos como testamento, negocio jurídico, compraventa, contrato,


préstamo, etc., no serían solo calificativos circunstanciales, invenciones de

40
algún legislador, sino realidades ontológicas poco menos que intemporales,
pero además con su legalidad inmanente y con una capacidad para
armonizarse y reproducirse solucionando cualquier conflicto. La
subsunción aquí es inmediatamente subsunción regulada por la norma, pero
colateralmente y en última instancia subsunción por conceptos. Todo ese
conjunto de concepciones forman un minucioso sistema que tiene como
fundamento y como elemento principal a la autonomía de la voluntad.
Buscando no el análisis de las clases lingüísticas, sino la búsqueda de la
esencia de las palabras. La interpretación jurídica, transita entre la
dogmática y una filosofía que busca ser positiva a raíz de un razonamiento
ontológico que ve realidades completas en esencias ideales. Sin embargo al
acabar el siglo toda esta postura entra en un periodo de crisis. Jhering en
Alemania, cambia su postura y pasa de ser un defensor radical de la
Jurisprudencia de Conceptos, a determinar que el derecho no es un puro
sistema de conceptos, sino la vida social e histórica ya que sólo desde las
necesidades sociales puede entenderse y aplicarse, porque se busca
entender por medio del fin al que la norma sirve, el interpretarla y aplicarla
correctamente. Por otro lado en Francia, Geny diferencia entre lo
proporcionado y lo construido en el Derecho, haciendo especial hincapié en
que la norma jurídica no concluye el Derecho ni resuelve enteramente la
sentencia, por lo que subsiste siempre un vasto sitio para la valoración. La
intención del presente libro no es la de realizar un análisis profundo sobre
las teorías y su modificación de los autores del siglo XIX pero lo que si
deseo reiterar y establecer marcadamente es lo relevante que fueron las
primeras décadas del siglo XX ya que se encuentra determinada por un
cambio de paradigma en cuanto a la teoría y metodología jurídicas. Hoy día
podrían denominárseles como incuestionables pero es interesante
determinar su origen ya que representan una ruptura con el pensamiento
anterior, en el que podemos llegar a la conclusión de que el ordenamiento
41
jurídico positivo tiene antinomias y, sobre todo, se encuentra plagado de
lagunas.

El mito del legislador omnipresente se pone al descubierto y se


determina que no pudo preverlo y regularlo todo, pero además nace la
teoría del cambio social y por tanto al surgimiento de nuevas necesidades y
situaciones, a lo que la ley no tiene respuesta y por lo tanto surgen las
lagunas de la ley y da paso al uso de la interpretación y de la analogía
poniendo en evidencia que no siempre la utilización de la ley al pie de la
letra no resuelve la totalidad de la problemática legal. Todavía aun más
evidente es el hecho de la implementación de los cuatro cánones de la
interpretación ya mencionados líneas arriba sobre la pluralidad y diversidad
de criterio teleológico los que no nos conducen a una interpretación única,
Sino mas bien sirven para justificar interpretaciones y, por consiguiente,
decisiones diversas e incluso contrapuestas. Sobre esta óptica, el interpretar
ya no significa conocer o averiguar, cuanto valorar y decidir. El carácter de
la sentencia correcta ya no es atribuido a un método de interpretación, sino
que tal elemento se busca, en criterios sociológicos o de justicia.

Bajo un intento de determinación podemos clasificar a estas


doctrinas de principios de siglo en racionalistas e irracionalistas. Serian
Irracionalistas aquellas que son escépticas acerca de la implementación o
utilización de un método o procedimiento que permita conferir a la decisión
jurídica, garantías de racionalidad, las cuales serían antes que cualquier
cosa una decisión guiada por las valoraciones e inclinaciones del juez. A
esta revolución del pensamiento jurídico podríamos sumar al movimiento
de Derecho Libre, al realismo jurídico o la teoría normativa de carácter
científico de Hans Kelsen. Por parte del movimiento de Derecho Libre,
plantea como elemento primordial el ³sentimiento jurídico´ (Rechtsgefühl)
como una clave para la decisión del órgano jurisdiccional si bien
42
incontrolable es posible que sea doctrinable, los principales representantes
Fuchs, Eugen Ehrlich o Herman Kantorowicz. Recomiendan el abandono
de la hipocresía de la teoría que trata de establecer que el juez es un puro
autómata perfectamente objetivo, develando con ello la irresponsabilidad
en se cae, por decisiones que tienen un altísimo componente personal,
Creen en la formación integral del órgano jurisdiccional en los planos,
económico, sociológico y ético, que le permita tener una percepción más
amplia y real de los conflictos que dirime y poner sus valoraciones en
sintonía con lo que la sociedad demanda. Plantean un lenguaje jurídico que
haga a un lado los tecnicismos y las especulaciones conceptualistas, que
permita una entera comprensión de las normas y su sentido, sin ceder el
menor espacio para el surgimiento de subterfugios interpretativos que
encubren la pura aplicación de decisiones.

Por parte del realismo jurídico tiene sus orígenes en un positivismo


empirista que lleva a ver en el Derecho como un mero fenómeno
sociológico y psicológico eliminando cualquier existencia de las
valoraciones subjetivas a que toda interpretación y decisión en Derecho se
consignan. Lo que provoca que autores como Alf Ross desechen por
inadecuada toda metodología jurídica normativa y busquen la unificación
de una metodología jurídica descriptiva útil. La cual analizaría la manera
en que los jueces deciden sobre los casos, cuales son los criterios
interpretativos que generalmente usan, que ideología se refleja en sus
decisiones, como motivan sus sentencias, y todo ello con el único objetivo
de hacer previsibles, hasta donde sea posible, sus decisiones en casos
futuros, ve al derecho como un conjunto de predicciones jurisdiccionales.
Para el realismo no hay más Derecho que el Derecho que emana del órgano
jurisdiccional y la ley sólo tiene validez en la medida en que el juez
determine que debe aplicarla y como fundamente los hechos de sus

43
sentencias. La teoría principal de los realistas es que el juez en primer lugar
decide y posteriormente motiva, ya que con lo que la motivación expresa
de la sentencia no es más que el caparazón con el que la pura decisión se
encubre de objetividad. Casualmente, se resurge un análisis de la clave
retórica que los realistas no se percataron.

Por su parte el jurista de origen vienes Hans Kelsen, seguramente el


más influyente jurista del siglo pasado, es escéptico como los autores
realistas de la racionalidad de las decisiones, pero intenta rescatar la
posibilidad de una ciencia jurídica, que no sería, una ciencia basada en el
empirismo, sino una ciencia con carácter normativo. Separa y dimensiona
entre el ser del deber ser, Sein y Sollen, pero además le agrega el carácter
de la coercibilidad a las normas para poder determinarlas como jurídicas,
ya que además del puro mandato, o el acto de voluntad que la genera o el
sentimiento psicológico que en sus destinatarios suscita, existe algo más,
XQSDUWLFXODU³elemento´XQDseñal que va a derivar en lo que se designa
como ³YDOLGH]´ /D YDOLGH] GH XQD QRUPD MXUtGLFD emana siempre, a
palabras de Kelsen, no de un hecho, sino de otra norma, concretamente de
que cada norma válida lo sea porque ha sido creada en base a una
legitimación y un procedimiento establecidos por una norma superior del
mismo sistema. Kelsen marca la distinción entre norma jurídica
(Rechtsnorm) y proposición jurídica (Rechtssatz). El análisis de las normas
sobre todo las jurídicas no versa, en consideraciones sobre falsedad o
verdad o si se consideran a las normas como falsas o verdaderas, sino que
va a girar en torno a la validez o invalidez, no así las proposiciones
jurídicas las cuales sí pueden calificarse en términos de verdad o falsedad.
La ciencia jurídica efectúa aseveraciones acerca de normas y sobre sus
posibles interpretaciones, puramente es descriptiva y sólo será considerada
como ciencia siempre y cuando solo describa sin valorar. Cuando el

44
científico del Derecho realiza la interpretación de una norma solo se limita
a poner de manifiesto los potenciales significados, pero jamás elegirá
alguno de ellos como el mejor o más conveniente. En cambio, el juez está
obligado a dar ese paso, ya que tiene que decidir en todo caso, otorgara su
valoración que establece la opción de una interpretación y de una sentencia,
por tal motivo el trabajo jurídico práctico no puede tener carácter científico.

Indiscutiblemente de que se busque o no la implementación de una


lógica jurídica, con su doble dimensión la de lógica de las normas y la de
lógica del razonamiento jurídico. El ver a las normas como enunciados o
como mandatos, establecer si pueden o no ser aplicables las cualidades de
verdadero o falso, vinculadas a la posibilidad de construir o no una lógica
jurídica y que se sustente en la utilización de la lógica proposicional o
tenga que elaborarse una lógica deóntica específica. Así mismo rediseñar
una posible clasificación sobre las características de las normas
fundamentas mayormente en la sintáctica, semántica o pragmática del
lenguaje o discurso jurídico. Como muestra basta un botón solo al recordar
toda la gama de posibilidades que de las normas nos plantean los autores
Alchourron y Bulygin y la concepción expresiva, que se basa en el
resultado del uso prescriptivo del lenguaje; la concepción hilética, según la
cual las normas son la representación de enunciados normativos.

En la metodología jurídica del siglo pasado, las corrientes


racionalistas, son las que conservan a la ortodoxia como característica, y
teniendo a la libertad decisoria en la praxis jurídica, como elemento
principal, creen que es posible ofrecerle al juez modelos metódicos que le
permitan que su interpretación de los términos legales sea de manera
objetiva y correcta. La evolución sobre la interpretación se desarrolla desde
la jurisprudencia teleológica, que da prioridad al fin como elemento de la
interpretación y aplicación del derecho, posteriormente se pasa a la
45
jurisprudencia de intereses, que determina que el fin de cualquier norma
jurídica es solucionar un conflicto de intereses y que el intérprete debe de
conocer a fondo los elementos de ese conflicto, pero además de adecuar al
conjunto de intereses con el significado de la norma y aplicarla de forma
adecuada, aplicando a cada caso el contenido de fondo que el legislador
planeo para la solución de ese conflicto. Para concluir con la jurisprudencia
de valoraciones la cual devela que solución del legislador corresponde a un
sistema de valores que queda plasmado en el ordenamiento jurídico y que
el juez debe de basarse para sustentar su decisión conforme a los
parámetros del contenido del ordenamiento y no sus opiniones meramente
personales.

En base a esta postura, al leer la ley se hace bajo las más estrictas
reglas hermenéuticas con esto se convierte en una lectura por así decirlo
guiada que persigue la claridad. Se elimina la retorica y el malabarismo
legal. Cabe mencionar que es la escuela realista o irracionalista la que
plantea el uso de la retorica por parte de los juristas y plantea una nueva
metodología diferente a la postura racionalista que analizamos líneas
arriba. Gracias a la evolución que hemos visto podemos realizar una
diferenciación, hasta llegar a la actual teoría de la argumentación jurídica,
en la que sus elementos y metodologías se sustentan sobre el análisis del
discurso jurídico, el cual se debe de formar por un conjunto de reglas
racionales y de criterios retóricos que buscan que la retorica se erija como
una actividad jurídica, viéndola desde el aspecto de su instrumentación a la
que se le pueda agregar el carácter de racionalidad.

Cabe mencionar, que varios de los autores que hoy día son los más
influyentes precursores en la teoría de la argumentación y motivadores de
los elementos retóricos y tópicos iniciaron sus investigaciones en el ámbito
de la lógica jurídica formal, buscando y tratando de establecer una lógica
46
del razonamiento jurídico. Por ejemplo Chaim Perelman y Theodor
Viehweg. Perelman, al frente de las teorías de la argumentación jurídica,
buscara mediar entre el optimismo cientificista y el irracionalismo
metodológico.10

A partir de los años cincuenta, debido a la crisis metodológica


jurídica, se investigan un conjunto de respuestas que buscan implementar
una idea principal, la prueba empírica y la demostración por medios
solamente lógicos no corresponden al trabajo de valoración del Derecho,
más sin embargo, esto no quiere decir que la actividad del derecho se
reduzca a un trabajo aleatorio y arbitrario, ya que tiene su propia
racionalidad. Tal racionalidad, compartida con otras disciplinas de la razón
práctica y de la acción, se denominaría racionalidad práctica, anticipándose
a lo que más adelante se anunciaría en el campo de la filosofía como
³rehaELOLWDFLyQ GH OD UD]yQ SUiFWLFD´. Esos años son representación de la
fertilidad con la que surgían tales teorías. Perelman hará renacer la retórica
aristotélica dando a conocer la racionalidad argumentativa del
razonamiento jurídico y gracias a ello elabora su teoría de la
argumentación; Viehweg también retoma lo tradicional para hacer resurgir
la tópica y exponer el carácter tópico que posee el razonamiento
encaminado a la justificación de la acción; En América por su parte Luis
Recaséns Siches elaborará el concepto de ³ORJRV GH OR UD]RQDEOH´ para
determinar la tipología de la racionalidad que rige esos ámbitos; Toulmin
por su parte se adentra en el vasto campo de la filosofía, con una visión
prototípica del derecho, y comprobara que se encuentran integrados
fundamentos en el razonamiento práctico, pero además, el razonamiento
empírico o analítico se encuentra impedido en algún punto del vínculo del
10 Basta recordar que Ulfrid Neumann plantea que la teoría de la argumentación jurídica representa un tercer camino entre determinismo y
decisionismo jurídico, Sobre la idea de que la aplicación de la norma se encuentra determinada por la libertad de decisión que tiene el órgano
jurisdiccional, la cual se encuentra plenamente fundamentada por el ordenamiento jurídico. (Neumann, U., Juristische Argumentationslehre,
Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1986, p. 2).

47
conjunto de justificaciones o explicaciones sobre las premisas, por lo que
se desvanece la diferencia radical imperante en la racionalidad de ambos
razonamientos.

Se erigen con esto, las columnas o el punto medular, de lo que en un


intento se llamará teorías de la argumentación jurídica, que buscan
establecer un nuevo enfoque de la filosofía y metodología jurídica en
general. Lo cual no quiere decir que tales teorías sean iguales en sus
propósitos y en sus planteamientos. Como vemos por cuanto Perelman
consagra su obra principal a la determinación de la tipología de recursos
argumentativos utilizables para lograr con ellos una adhesión de un
auditorio determinado, Toulmin por su parte desarrolla el diseño formal de
la argumentación, y Viehweg trata de mostrar la técnica para el
descubrimiento de argumentos. Se inaugura un cambio de paradigma que
obtiene su consolidación en la última etapa del siglo pasado, el poder
comprender al razonamiento jurídico como monológico y verlo
completamente dialógico. Por lo que no es extraño que cambie el uso del
término ³UD]RQDPLHQWRMXUtGLFR´ por el de ³DUJXPHQWDFLyQMXUtGLFD´. Ahora
la el ejercicio de la praxis de decisión no tiene por finalidad sustentarse en
un razonar subjetivo, sino por un argumentar intersubjetivo. Ahora lo que
vale no es la razón individual la interpretación subjetiva del órgano
jurisdiccional, sino el conjunto de razones que se dirigen a las partes como
una justificación de las decisiones y opciones. Pero además del
reconocimiento social le otorga al órgano jurisdiccional al haber sustentado
racionalmente y con fundamento en las pautas de la misma sociedad el
buen desempeño de la tarea decisiva.

48
7.1La teoría de Theodor Viehweg.

La postura de Viehweg y sus seguidores es hacer de lado la


racionalidad de los argumentos y adentrarse a investigar como la sociedad
legitima y crea una pluralidad de argumentos utilizables y considerados
como igualmente válidos en cuanto ofrezcan propuestas que den solución
para el mismo. Así Ballweg discípulo de Viehweg, sostendría que
aplicación en el ámbito jurídico de la racionalidad será de carácter
funcional o sistémico y no normativo como nos quieren hacer creer las
teorías de la argumentación, por lo que la el objetivo real es el de servir de
modelo analítico para la obtención y descripción de un posible consenso,
subordinado a todo tipo de condicionamientos contextuales11 y no buscar
un consenso en torno a su doctrina o de índole racional. Según Viehweg,
aun cuando los ordenamientos jurídicos busquen lograr un orden
sistemático, sus contenidos no responderán a una utilidad originaria que
atienda una necesidad lógica, sino de posible relación que surja entre
premisas posibles, pero además, de la aplicación e interpretación de tales
contenidos que una vez que han sido elevados al carácter de normas,
surgirán un conjunto de decisiones u opciones, gracias a lo prolífico de las
diversas interpretaciones a las que se encuentra sometida la ley, carece en
gran medida de conseguir ser considerada como un lenguaje formal e
inequívoco, recordemos que además, existen lagunas. En resumen bajo la
tópica de Viehweg el trabajo de todo jurista se encontraría antepuesto por
lo que él denomina la ³DSRUtD IXQGDPHQWDO´ que consiste en la
correspondencia de lo que es lo justo para cada momento y para cada
caso.12 %DViQGRVH\WHQLHQGRFRPRSULQFLSDOKHUUDPLHQWDDOD³técnica del

11 Ballweg, O., "Phronetik, Semiotik und Rhetorik", en Rhetorische Rechtstheorie: zum 75. Geburtstag von Theodor Viehweg, Freiburg
i.Br./München, Alber, 1982, p. 44-45; "La rationalité prudentielle", en Archives de Philosophie du Droit, 23, 1978, p. 260.
12 Viehweg, Th., Topik und Jurisprudenz, München, Beck, 5. ed., 1974, p. 96. Hay traducción castellana de la segunda edición, Tópica y
jurisprudencia, Madrid, Taurus, 1964. Para un estudio en detalle de la obra de Viehweg puede verse García Amado, J.A., Teorías de la tópica jurídica,

49
pensamiento de problemas.´13 El tema a desarrollar sería la disciplina que
provee los argumentos de que el jurista o cada sujeto procesal, pueden
recurrir para justificar la decisión tomada o propuesta. Los argumentos se
convertirían en posibles premisas válidas para el razonamiento jurídico
pero además, aplicables a cada caso práctico. Ante cada caso concreto se
podrá justificar cada decisión, gracias a un conjunto de argumentos
admisibles pero además aceptables entre los juristas y sustentados en
Derecho. Tales argumentos serían de tipo muy diverso pasando por los
principios generales, axiomas, dichos jurídicos, postulados de justicia,
precedentes, evidencias sociales compartidas o incluso las propias normas
jurídicas.14 Lo más relevante de la teoría de Viehweg es que hace hincapié
en la relación que existe entre la inventio definida como el hallazgo de los
argumentos o deducciones del razonamiento jurídico, ante el acto
puramente formal de la conclusio es decir, la deducción de la decisión a
partir de esas deducciones establecidas previamente. Y la persepción sería
ars inveniendi, como la técnica de pensamiento que enseña a encontrar esos
argumentos que son de gran utilidad, para obtener la justificación de las
decisiones debido a que goza de la legitimación social por consenso, o por
la comunidad de juristas. Cabe señalar que Viehweg no plantea el consenso
como criterio legitimador o como garante de la decisión jurídica, ni
siquiera un consenso ideal como un referente o patrón último. El consenso
se encontrará en el inicio de la argumentación, dando sustento a los
posibles argumentos que se puedan utilizar. La justificación versara

Madrid, Civitas, 1988, donde se analiza también la contemporánea rehabilitación de la tópica en otras disciplinas y se repasa brevemente su significado
en la Antigüedad.
13 Ibid., p. 31. Por "problema" entiende Viehweg "toda cuestión que aparentemente admite más de una respuesta y que necesariamente presupone una
comprensión provisional, a partir de la cual aparece como cuestión a considerar seriamente y para la que se busca precisamente una respuesta como
solución" (ibid., p. 32).
14 Como ejemplos de tópicos jurídicos actuales cita Viehweg únicamente la buena fe, el interés, la protección de la confianza y los conceptos jurídicos
en general (Viehweg, Th., Topik und Jurisprudenz, cit., p. 95). La más amplia enumeración de tópicos jurídicos se contiene en Struck, G., Topische
Jurisprudenz, Frankfurt M.,
Athenäum, 1971, pp. 20-34. Esos mismos tópicos son sistematizados en Perelman, Ch., La lógica jurídica y la nueva retórica, Madrid, Civitas, 1979,
pp. 120-128.

50
dependiendo del consenso que le otorguen en la elección la mayoría o los
más doctos. Sin embargo gracias a la pluralidad de los argumentos que
dirimen ante cada problema planteado, la elección por consenso sobre la
preferencia de unos u otros, ya no son teorizados en la racionalidad de la
decisión final que plantea la tópica jurídica. La tópica como método no
ofrecería un criterio para la elección entre los tópicos invocados en la
discusión.15 En la tópica jurídica el componente descriptivo o analítico
prevalecería más claramente sobre el componente normativo, haciendo a un
lado el idealismo y buscando más la vinculación a las características de la
práctica real. De ahí que se haya podido decir también que la tópica
jurídica no constituye una auténtica o suficiente teoría de la argumentación
jurídica,16 especialmente si por tal entendemos la teoría normativa de la
argumentación. Se quedaría en el primer momento, y describiría
únicamente los primeros pasos del proceso argumentativo que concluye en
la decisión. Sería, como nos dice Mengoni, un medio de selección de
³hipótesis de solución,´17 y no un medio de justificación de la opción final,
serán pertinentes en cada caso aquellos que trasciendan como adecuados y
admisibles en relación con el asunto de que se trate, sin que medie la
jerarquización entre ellos, para su elección. Con tal análisis llegamos a uno
de los principales problemas que las teorías de la argumentación tratan de
responder, como se llevara a cabo la elección final, que de preferencia a
unos o a otros de los tipos de argumentos, de los que se dispone y con eso
decir el posible cause que se le dé a la solución del posible caso que se ha
presentado, cabe cuestionarse, es susceptible de control racional; se trata de
averiguar si podemos definir algún criterio para elegir dentro de las
soluciones posibles, cuál de los argumentos se apega más a lo racional o
por el contrario el carácter subjetivo del órgano jurisdiccional es el que va
15 Alexy, R., Theorie der juristischen Argumentation, Frankfurt M., Suhrkamp, 1978, p. 42.
16 Hassemer, W., "Juristische Argumentationstheorie und juristische Didaktik", en Jahrbuch für Rechtssoziologie und Rechtstheorie, 2, 1972, p. 47.
17 Mengoni, L., Diritto e valori, Bolonia, Il Mulino, 1985, p. 42.

51
permear en la posible solución. Viehweg se anticipa, y expone la idea de
que es en la trama de cada situación donde por medio del intercambio de
razones se crean las bases para que la decisión obtenga la aceptación social,
ya sea que tal aceptación derive prácticamente del consenso que sustenta a
los argumentos en representación y no del procedimiento para su manejo.

7.2 La retórica de Chaim Perelman.

Al comenzar con sus investigaciones, Perelman nota la conjunción


que el derecho o lo plasmado en el ordenamiento jurídico, tiene con las
consideraciones de justicia, como sustento en la determinación de las
valoraciones, durante el ejercicio del derecho. Sin embargo en su fase
inicial, que logra plasmar como máxima expresión en su obra ³'H OD
Justice´, de 1945, la cual la plasma como una clave de epistemología
positivista, en cual al determinar sobre valoraciones o la utilización de
sistemas de valores no entra ningún modelo objetivo de racionalidad, por
tal motivo todos serán elemental manifestación de la subjetividad de quien
los declare. Basándonos en PHUHOPDQ ³no hay valor que no sea
lógicamente arbitrario,´18 SHUR DGHPiV ³puesto que no hay reglas
susceptibles de proporcionar una solución definitiva al problema de la
buena elección, cada elección constituye un riesgo, una opción que afecta a
la responsabilidad del hombre que ha optado.´19 Sin embargo, mas adelante
Perelman busca en una segunda etapa traspasar las fronteras de esa postura
relativista, debido a la indudable existencia de ese elemento decisorio, en la
cual tratada de crear una justificación racional a los sistemas de valores que
se enfrentan unos con otros.

Como primera conclusión pareciera que no es posible encontrar para


WDOILQSULQFLSLRVLQFRQWHVWDEOHV3HURODILQDOLGDGHVEXVFDU³XQDOyJLFDGH
18 Perelman, Ch., Justice et raison, Bruselas, Presses Universitaires, 1963, p. 75.
19 Perelman, Ch., Rhétorique et philosophie, París, Presses Universitaires de France, 1952, p. 160.

52
los juicios de valor a partir de un examen detallado de la manera como los
hombres razonan efectivamente sobre los valores´20. El elemento
fundamental de la doctrina de Perelman, se sustenta en los conceptos de
³decisión y juicio de valor´21, y a la retórica le corresponde tomar ese lugar
GH³OyJLFDGHORVMXLFLRVGHYDORU´. Sin embargo lo que pone de manifiesto
con insistencia es que las decisiones valorativas no se dan en base a una
regla o patrón racional. Con tales afirmaciones marcaria su especial
particularidad en su teoría, la cual es considerada como distinta pero no por
debajo de la que plantea los razonamientos puramente lógicos. Como
DILUPD H[SUHVDPHQWH ³en Derecho ningún poder se puede ejercer de
manera arbitraria, es decir, no razonable.´22

Para todo lo demás, existe una distinción conceptual que aplica el


término de racional a las conclusiones que ofrece la ciencia empírica o la
lógica, los cuales se pueden evaluar sobre parámetros absolutos de verdad o
falsedad, sin que conlleven a esa racionalidad la irracionalidad, sino a un
paradigma especial de ejercicio racional que Perelman denomina
³UD]RQDELOLGDG´3RUORWDQWR³Oo razonable está ligado al sentido común, a
lo que es aceptable en una comunidad dada, no a la idea de verdad, por lo
que mientras en ciencia sólo una de las tesis en litigio para explicar un
fenómeno puede ser verdadera, en materias como el Derecho varias
propuestas de solución valorativa pueden aparecer como igualmente
razonables.´23 Solamente no entra dentro de la categoría de no razonable
³lo que es inadmisible en una comunidad en un momento dado,´24 o en
RWUDVSDODEUDV³lo que la opinión común no puede aceptar, lo que percibe
como manifiestamente inadecuado a la situación o contrario a la

20 Perelman, Ch., Droit, morale et philosophie, Paris, LGDJ, 2 ed., 1976, p. 48.
21 Perelman, Ch., Rhétorique et philosophie, cit., pp. 12ss.
22 Perelman, Ch., Ethique et Droit, Bruxelles, Editions de L´Université de Bruxelles, 1990, p. 674.
23 Perelman, Ch., Ethique et Droit, cit., p. 292.
24 Ibid, p. 516.

53
equidad.´25 A lo que Perelman DJUHJDTXH³en filosofía el irracionalismo
se explica fundamentalmente por el desconocimiento de la racionalidad de
los procesos de justificación.´26

Con esto Perelman atacaDO³DEVROXWLVPRGHODUD]yQ´ implementado


por el iusnaturalismo o también determinado, en la famosa teoría del
legislador racional, precisamente como lo plantea la metodología jurídica
tradicional, ³Vin que con ello se quiera dar la declaración del
irracionalismo´27. Es pertinente una inspección y una crítica de las
decisiones jurídicas, así como el registro de las valoraciones que les son
propias en términos de razón, precisamente ese control lo ejerce el órgano
jurisdiccional. Los jueces y magistrados son ³los comprometidos en
determinar la evidencia que les permita demostrar que sus fallos no son
producto solamente del libre arbitrio, sino que se les pueden otorgar el
carácter de razonables siempre y cuando sean concordantes a la
compatibilidad que la sociedad estime con la razón´.28

Para Perelman, razonamiento SUiFWLFR HV ³aquel que justifica una


GHFLVLyQ´ y el mejor ejemplo que puede ser considerado como un modelo
en esta clase de razonamiento sería ³el de la motivación de las sentencias
por el juez´.29 Pero más allá de este HMHPSORFRQFUHWR³la argumentación
interviene en todos los casos en que las personas deben tomar decisiones,
realizar elecciones reflexivas, cada vez que tienen que deliberar o discutir,
criticar o justificar.´30 Y al establecer la importancia de la justificación
intersubjetiva en las decisiones que deben de ser razonables, aflora la
relevancia de la retórica en la teoría de Perelman. Ahora bien si no aparece

25 Ibid., p. 675.
26 Ibid., p. 327.
27 Ibid., pp. 431ss, 520-521.
28 Ibid., p. 545, 672.
29 Ibid., p. 333-334.
30 Perelman, Ch., Logique et argumentation, cit., pp. 84-85

54
de forma necesaria o evidente, la razonabilidad de la decisión, entonces
será necesario recurrir al fundamento de ODUHWyULFD³La retórica, tal como
la concebimos -dice Perelman- consistirá en un estudio de los medios de
argumentación que permiten obtener o acrecentar la adhesión de los
espíritus a las tesis que se someten a su asentimiento´31 Por tal motivo,
realmente nos menciona 3HUHOPDQ TXH ³motivar un juicio, es decir,
justificarlo, no es fundamentarlo de modo impersonal y, por así decir,
demostrativo, mas bien es persuadir a un auditorio, al que se ha de conocer,
de que la decisión está de acuerdo con sus exigencias, para lo cual la
motivación se adaptará al tipo de auditorio al que se pretende persuadir,´32
debido a que ³toda argumentación se desarrolla en función de un
DXGLWRULR´33 Sin embargo gracias a lo anterior se devela uno de las grandes
disyuntivas de la teoría de Perelman, la oposición entre eficacia y
racionalidad de la justificación.

LD ³QXHYD UHWyULFD´ de 3HUHOPDQ HVWXGLD ³los medios discursivos


para obtener la adhesión de los espíritus´34 pero además tal adhesión se
encuentra determinada por la forma en la cual se opere a la retorica, para
poder justificar una resolución. Entre más tengamos la creencia de que ese
consenso ha sido manipulado o que se ha inducido a la sociedad para
producirlo, no se podrá presentar al consenso como un indicador de la
racionalidad de la decisión. Perelman por su parte intenta sortear tal
disyuntiva utilizando su conocida distinción entre convencer y persuadir,
por una parte, y por la otra la distinción entre auditorio particular y
auditorio universal. Categórica HV OD DUJXPHQWDFLyQ TXH ³sólo pretende
valer para un auditorio particular, mientras que es convincente aquella que

31 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Rhétorique et Philosophie. Pág. 125.


32 Perelman, Ch., Ethique et Droit, Pág. 679.
33 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Traité de l'Argumentation. La Nouvelle Rhétorique, Bruxelles,
Editions de l'Université de Bruxelles, 3ra ed., 1970, Pág. 8
34 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Traité de l'Argumentation. Pág. 10.

55
se pretende apta para obtener la adhesión de todo ser de razón´35 esto es,
GHO ³DXGLWRULR XQLYHUVDO´ Solo la argumentación que busca obtener la
convicción del auditorio universal podrá considerarse como racional. La
otra tendrá un valor solamente instrumental, y se empleara para la defensa
de ideologías o intereses particulares. Nos dice Perelman ³El discurso
dirigido a un auditorio particular tiende a persuadir, mientras que el que se
dirige al auditorio universal tiende a convencer. Un discurso convincente es
aquel en el que las premisas y los argumentos son universales, es decir,
aceptables, en principio, para todos los miembros del auditorio universal.´36

Esencialmente la aplicación del elemento de la racionalidad en la


argumentación no se sustenta por el simple hecho de que se alcance ese
consenso, sino porque ³es producto de la apelación a la razón como factor
común entre las personas y no a elementos irracionales´.37 El modelo de
argumentación racional se sustenta en la argumentación filosófica, la cual
persigue la justificación de las tesis que pueden ser aceptables para todo
ser racional. Perelman propone su doctrina, como la teoría de la
argumentación o también llamada la nueva retórica, y que comprende por
igual a ³todo el campo de la argumentación tendiente a convencer o a
persuadir, cualquiera que sea el auditorio al que se dirija y cualquiera que
sea la PDWHULDGHODTXHVHWUDWH´, pero además determinando a la lógica no
desde su aspecto formal sino como un tipo de pensamiento racional, y ³no
serían sino aplicaciones particulares de la nueva retórica al Derecho y a la
filosofía.´38

En ese sentido, cabria hacernos la siguiente pregunta ¿De qué tipo


sería la argumentación jurídica, propuesta por decir, en la motivación de

35 Ibid., Pág. 22.


36Perelman, Ch., L'empire rhétorique. Rhétorique et argumentation, Paris, J.Vrin, 1977, p. 31.
37 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Rhétorique et Philosophie, Pág. 110.
38 Perelman, Ch., L'empire rhétorique, cit., p. 19.

56
una sentencia judicial? El mismo Perelman admite que la argumentación
jurídica difiere, gracias las condiciones prácticas a las que se encuentra
sometida, principalmente por la forma de argumentación racional revestida
por la filosofía. La argumentación jurídica incluso se puede plantear como
³XQejemplo de justificación encauzada al convencimiento de un auditorio
particular´.39 Por tal motivo el Derecho y su posible racionalidad surjan en
la teoría de Perelman en expresiones un tanto equívocas, ³el Derecho es
simultáneamente acto de autoridad y obra de razón y de persuasión.´40 El
elemento instrumental o retórico, capaz de condicionar la adhesión de
cualquier auditorio de que se trate, se encontraría interrelacionando por un
lado a la argumentación jurídica en tensión con el elemento de
racionalidad, que se surgiría únicamente si se argumentara con la intención
de obtener un acuerdo hipotético de todos fundamentado sobre la base de
la ponderación no manipulada de los argumentos.

Con esto surge el dilema de que si en la aplicación del derecho o al


justificar las decisiones del órgano jurisdiccional, es más importante el
fundamento de la eficacia o el manejo de la razón. El mismo Perelman
determina a la ³argumentación eficaz como la que logra del auditorio una
adhesión completamente intensa que le permita dirigir a la acción en el
sentido deseado´.41 Claro que esta que la argumentación jurídica, que se
encuentra ligada a una serie de consecuencias prácticas, no puede dejar de
lado esa dimensión de eficacia practica, por lo cual posera un inevitable
HOHPHQWR SHUVXDVLYR HO FXDO MXJDUD HO SDSHO GH FRPSRQHQWH ³LUUDFLRQDO´
Por lo que Perelman se pregunta, sobre cuál podrá ser el criterio que le
permita medir la gradación de la racionalidad de esa argumentación, la cual
tiene la pretensión de ser eficaz y no simplemente racional, para lo cual

39 Perelman, Ch., La lógica jurídica y la nueva retórica, Madrid, Civitas, 1979 (trad. de L. Díez-Picazo), Pág. 162.
40 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Rhétorique et Philosophie, Pág. 130.
41 Perelman, Ch., Ethique et Droit, Pág. 679.

57
contestará que ³los propios planteamientos y la forma en que se argumente,
ya sea en persuadir a un auditorio particular o en buscar obtener la
convicción de un auditorio universal, será lo que nos permitirá determinar
el grado de racionalidad´.42

Sin embargo, con esa respuesta solo le damos la vuelta a la pregunta


inicial de cómo se mide la racionalidad de una argumentación, y sobre todo
si es la jurídica, que tiende a la persuasión, de un auditorio particular por
medio de imperativos prácticos. Al referirse solo a intenciones, no se
responde al cuestionamiento como vemos en la respuesta de Perelman al
afirmar que ³la orientación al auditorio universal es proporcionada por los
espíritus más racionalistas y honestos´,43 o que la clave está en ³SUHWHQGHU
que las premisas sean universales´,44 pero además en intentar justificar
premisas de las que ya se sabe no son universales e interesadas; o cuando
expone su teoría de que ³el phronimos o prudent representa al
argumentador que posee la capacidad de poder dilucidar lo universal en lo
particular´.45 Por otra parte, no especifica en qué consiste la naturaleza del
auditorio universal. 6HUDDFDVRVRORXQD³ficción´46 que quien argumenta se
reviste y representa a todos los seres racionales y por medio de la
universalidad se puede evaluar al argumento extrayéndolo de cualquier
consenso afectivo o empírico.

No debemos de asombrarnos que Perelman al final demuestre la


empatía que posee su modelo de argumentación orientada al auditorio
universal con el concepto kantiano de imperativo categórico. Como se
demuestra en la siguiente cita ³Es evidente que este auditorio universal al
que cada pensador racional se dirige no es más que una creación de su
42 Ibid, p. 38-39.
43 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Traité de l' Argumentation, cit., p. 59.
44 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Rhétorique et Philosophie, cit., p. 34.
45 Ibid., p. 39.
46 Ibid., p. 119.

58
espíritu: es función de este último, de su información, de la concepción que
posea acerca de los valores que se denominan universales, está
históricamente y socialmente determinado y está situado en el contexto de
una cultura y varía con esta última.´47

A esto debemos agregar la ³Xnanimidad que el orador se representa,


del acuerdo de un auditorio que debería ser universal´48 Como podemos
apreciar el legitimar el argumento por medio del auditorio universal no
puede determinarse como un fundamento constatable y forme, sino que
debemos verlo como un modelo ideal, con una intención de regular y a la
que gradualmente se le adherirán determinadas elaboraciones
argumentativas dependiendo del grado de generalidad, con las que se
expresen sus premisas, pero además sin que el metafórico acuerdo
universal en el que se encontrarían inmersas pueda exteriorizarse sin
necesidad de un consenso efectivamente mensurable, ya que ³el acuerdo
de un auditorio universal no es una cuestión de hecho, sino de Derecho´49

Como podemos constatar, Perelman determina el elemento


predominantemente retórico de la argumentación jurídica, sin embargo no
acepta que este se encuentre al servicio de las eventualidades de la práctica
y de los intereses que se dirimen en el litigio, no reconoce que la
racionalidad de esa argumentación sea simplemente instrumental o
funcional. Por tal motivo la distintiva dualidad de la teoría de Perelman, en
la que por un lado se determinan con gran rigor y acierto la manera en la
que se emplearán los recursos retóricos y, por el otro lado y al mismo
tiempo, se establece que una argumentación que haga uso de tales

47 ibid., p. 120
48 Haarscher, G., "Après Perelman", in Justice et Argumentation, Bruxelles, Etidions de l'Université de Bruxelles, 1986, Pág. 224.
49 Perelman, Ch., Olbrechts-Tyteca, L., Rhétorique et Philosophie, Pág. 39.

59
herramientas retoricas, para conmover a un auditorio, será considerada
principalmente como irracional.

7.3. Jurgen Habermas el principal motivador en la creación de la


teoría de la argumentación jurídica.

Podemos decir, que la argumentación racional es la que utiliza


argumentos que poseen la capacidad de convencimiento de cualquier
interlocutor racional que participe en una discusión. Al igual que la teoría
de Perelman si empatamos el fundamento de la universalidad al imperativo
categórico kantiano, posee con Habermas un futuro soporte. Al combinar
por un lado a la argumentación racional, y por el otro al principio de
universalidad, serian las columnas básicas de toda argumentación, pero
además de otorgarle una dirección al lenguaje. Al realizar un argumento
que tiene por finalidad el obtener el libre consenso de todo ser racional,
logrando lo que Perelman denominaba convencer y no solamente persuadir,
se deja atrás el axioma moral emanado de la conciencia individual tampoco
es una mera recomendación práctica para una mejor convivencia, sino que
se ha legitimado como un postulado que consideramos como válido y fijo
al comunicarnos, por tal motivo aquel que se valga de la argumentación
para buscar la manipulación, o la obtención egoísta de intereses particulares
y no el libre acuerdo que se deriven a la defensa de intereses colectivos,
incurriría en una contradicción pragmática ya que iría en contra de los
presupuestos de su actividad argumentativa. Para Habermas, es solo a
través del uso del lenguaje lo que garantiza la existencia de la sociedad.

Ya que al hacer uso el lenguaje, el individuo necesariamente se


involucra en la perspectiva social, brota ³de la lógica egocéntrica.´50 El
objetivo de la comunicación lingüística es lograr el entendimiento con los

50 HABERMAS JURGEN, Pensamiento postmetafísico, Madrid, Taurus, 1990, Pág. 85.

60
demás, por lo que él que se comunica no puede dejar de lado las
condiciones de racionalidad inherentes a la actividad comunicativa. Toda
actividad lingüística es noblemente XQD³acción orientada al entendimiento
y quien interactúa dentro de una sociedad y se comunica, no puede pasar
por alto los postulados de dicha comunicación, por el carácter inexcusable
de aquellos presupuestos universales que condicionan siempre nuestra
práctica comunicativa cotidiana y que no podemos elegir.´51

Ya que ³toda comunicación busca el entendimiento como su


principal objetivo, por tal motivo, toda comunicación busca en última
instancia el acuerdo´ 52 Quien habla trata de conseguir la validez general a
su argumentación, busca que todas las personas que son consideradas como
interlocutores válidos, admitan su argumento como adecuado. Por tal
motivo, el lenguaje, se convierte en un medio de orden social, la opción
frente a la sola violencia de seres asociales. Quiere decir, que toda emisión
comunicativa lleva contenida una pretensión de validez intersubjetiva, que
³al lenguaje le es inmanente la dimensión de la validez, la orientación a
pretensiones de validez pertenece a las condiciones pragmáticas de
posibilidad del entendimiento´53 Quien hace una argumentación, ofrece a
sus interlocutores, la posibilidad del entendimiento sobre algún elemento
del mundo objetivo, persigue la pretensión de ser aceptada, y de generar un
acuerdo sobre su posible corrección a la luz del mundo objetivo, ya sea
dentro de la sociedad o de la personalidad del propio sujeto. Pero además,
el interlocutor ante tal oferta, se encuentra racionalmente obligado a elegir
una postura, ya sea en sentido afirmativo o negativo, aceptando la validez o
cuestionándola. Si existiera un desacuerdo inicial sobre la validez del
discurso, los interlocutores se encontrarían obligados, por la propia

51 HABERMAS JURGEN, Moralbewusstsein und kommunikatives Handeln, Frankfurt M. Suhrkamp, 1983, p.141.
52 HABERMAS JURGEN, El discurso filosófico de la modernidad, Madrid, Taurus, 1989, Pág. 369.
53 HABERMAS JURGEN, "Entgegnung", en A. Honneth y H. Joas (ed.) Kommunikatives Handeln. , Frankfurt M., Suhrkamp, 1988, Pág. 360.

61
racionalidad inherente a la comunicación, a buscar un restablecimiento de
un acuerdo por medio de la aportación de argumentos que permitan un
nuevo consenso en torno a mejores razones. O como dice +DEHUPDV³con
una pretensión de validez un interlocutor apela a un potencial de razones
que, llegado el caso, podría sacar a la palestra en favor de esa preWHQVLyQ´54
Por tal motivo, al hablar se hace un compromiso de generar expectativas,
al poder lograr el entendimiento, significa compartir expectativas, las
cuales siendo compartidas, hacen posible la coordinación social. Pero
además, Habermas revela lo que él OODPD³el fundamento normativo de la
comunicación lingüística, determinando que aquella persona que entable un
discurso da por hecho al menos implícitamente, determinados
presupuestos, que son los únicos que permiten el acuerdo: así, los
presupuestos de que las proposiciones verdaderas son preferibles a las
falsas y que las normas justas son preferibles a las injustas´55

En comparación con el ideal de Perelman que es el auditorio


universal, emerge en Habermas la ³FRPXQLGDG LGHDO GH GLiORJR.´ Pero
mucho más elaborada, la comunidad ideal de diálogo ya no es como en
Perelman, la simple congregación imaginaria de todos los seres
considerados como racionales, sino la circunstancia ideal en la cual se
consumaran absolutamente los presupuestos y las reglas contenidos en la
comunicación, en el que el procedimiento argumentativo racional se llevara
a cabo perfectamente. Suprimiendo cualquier traba, coacción o
manipulación de los sujetos aptos en el lenguaje, que no les permitiera
conseguir su interés y poder ponerse de acuerdo y consentir todos los
demás que por igual integrarían las decisiones conforme al interés general.
En la teoría de Perelman la intersubjetividad es la clave de la racionalidad,
la cual es un fundamento de la cognición individual, un imperativo de
54 HABERMAS JURGEN, Pensamiento postmetafísico, Pág. 84.
55 HABERMAS JURGEN, La reconstrucción del materialismo histórico, Madrid, Taurus, 1981, Pag. 179.

62
conciencia; mientras que en la teoría de Habermas la racionalidad se basa
en la orientación para obtener el consenso intersubjetivo el cual es el
elemento fundamental de la praxis lingüística, condición de posibilidad del
lenguaje.

Como podemos apreciar, la evolución de Perelman a Habermas


determina la justificación del principio de universalización, como eje
central de la racionalidad práctica, ya que una proposición de la conciencia
individual se encuentra legitimada principalmente por la comunicación
intersubjetiva, al lenguaje.

Con el camino hasta ahora recorrido, es pertinente realizar la


siguiente pregunta ¿Cuál es la relación que mantiene el Derecho con la
retorica? Como se menciono anteriormente, la teoría de la argumentación
jurídica plantea que por medio de cierta praxis retórica se puede determinar
la legitimación y al elemento esencial del Derecho, pero además delimita la
racionalidad en la utilización de los recursos retóricos. En un intento de
regulación Robert Alexy enumera el conjunto de sus reglas de
argumentación. Gracias a esto la teoría de la argumentación se determina
como una teoría de índole procedimental y formal de la racionalidad
jurídica. En este sentido podemos determinar a la argumentación jurídica
racional como aquella que por medio de un conjunto reglas ordenadoras del
discurso alcanza su desarrollo, las cuales idealmente aseguran el
consentimiento del interlocutor imparcial del resultado final, ya que
comprende la integración del interés general y no una actitud meramente
individual o egoísta. Por medio de la tópica y la retorica se ha evolucionado
hacia una doctrina por llamarle así, mas filosófica, ya que en la actualidad
es común determinar a los recursos metodológicos tradicionales como
argumentos, utilizándolos para obtener la convicción o la persuasión.

63
Cabe mencionar que en las teorías de Habermas, como en otros
teóricos recientes, tienden a la multidiciplinariedad, ya que se
interrelacionan la filosofía con la investigación social e histórica, en ese
sentido si los aspectos filosóficos inciden en la sociedad podemos hacer la
siguiente pregunta ¿Cómo se puede conseguir el orden social? y Habermas
QRVUHVSRQGHEDViQGRVHHQHO³JLUROLQJtVWLFR´TXHHOSULQFLSDOHOHPHQWR
explicativo del orden social lo encontraremos en el lenguaje, es decir en el
uso de la comunicación lingüística, pero principalmente, en los principios
inevitables y universales de esta. Pero además gracias a este elemento
podremos determinar el sustento de la ética discursiva, y también la clave
del concepto epistemológico de racionalidad y la justificación de la
hipótesis explicativa de la evolución social. Gracias a que los seres
humanos se comunican, se crean las relaciones intersubjetivas que permiten
la creación de la sociedad. Al manifestarse, a cada sujeto le queda vedada
la posibilidad de pensar sólo en sí mismo, ya que como nos dice Habermas
ODV³restricciones estructurales que impone un lenguaje intersubjetivamente
compartido, lo obligan a salir de la lógica egocéntrica´56 del fomento de su
solo interés individual, y a sujetarse a las subordinaciones de la prioridad
del entendimiento. El objetivo de la comunicación será el entendimiento lo
cual trae aparejado, el cumplimiento de las precisiones que hacen que el
entendimiento sea posible y le dan sentido.

En ese sentido entonces, la integración social va a ser posible por


medio de la vía del lenguaje, lo que equivale a GHFLUTXH³la integración de
los miembros de la sociedad se efectúa a través de procesos de
entendimiento,´57 y TXH ³el entendimiento funciona como mecanismo

56 HABERMAS JURGEN. Pensamiento postmetafísico, Ed. Taurus, Madrid, 1990 (trad. de M. Jiménez Redondo), Pág. 85.
57 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. Vol. I Pág. 507

64
coordinador de la acción,´58 pero además, ³el entendimiento lingüístico es
sólo el mecanismo de coordinación de la acción, que ajusta los planes de
acción y las actividades teleológicas de los participantes para que puedan
constituLU XQD LQWHUDFFLyQ´59 Por tal motivo al realizar una actividad
comunicativa, buscando lograr la más alta racionalidad que sea posible,
significa hacer lo que Habermas llama la ³DFFLyQ FRPXQLFDWLYD´ R la
³acFLyQ RULHQWDGD DO HQWHQGLPLHQWR´, la cual consiste en que ³la
coordinación de la acción ha de satisfacer la condición de un entendimiento
comunicativRSHUVHJXLGRVLQUHVWULFFLRQHV´60

Quien vive en sociedad y, tiene la necesidad de comunicarse, debe de


sujetarse a cumplir los principios de tal comunicación, gracias DO³carácter
inexcusable de aquellos presupuestos universales que condicionan siempre
nuestra práctica comunicativa cotidiana y que no podemos elegir.´61 Ya
que ³la comunicación lingüística tiene inscrito el entendimiento como
finalidad inherente, pues sin él carecería de razón de ser, y si entenderse
viene a ser tanto como alcanzar una forma de acuerdo, de consenso, vale
igual decir que es inherente a todo acto de habla ODILQDOLGDGGHODFXHUGR´62
Pero además, ³el orden social ha de poder establecerse a través de procesos
de formación de consenso´63 Por tal motivo es solo que gracias a la
existencia del lenguaje en uso es posible la existencia de la sociedad, y
también de la coordinación social, y son las ³estructuras lingüísticas
interVXEMHWLYDV´ las cuales revelan cómo se hace posible el nacimiento del
orden social y cómo se determinan los lazos de las relaciones entre los
individuos y la sociedad.
58 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa: Complementos y estudios previos, Ed. Cátedra. Madrid, 1989: (trad. de M. Jiménez
Redondo). Pág. 493
59 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. Vol. I Pág. 138
60+$%(50$6 -85*(1 ³(QWJHJQXQJ´ HQ .RPPXQLNDWLYHV +DQGHOQ (G GH $ +RQQHWK \ + -RDV )UDQNIXUW0 6XKUNDPS  HG  ed.
1986).
61 HABERMAS JURGEN. Conciencia moral y acción comunicativa, Ed. Península Barcelona, 1985. (trad. de R. García Cotarelo). Pág. 154.
62 HABERMAS JURGEN. Teoría y praxis. Estudios de filosofía social, Ed. Tecnos Madrid, 1987: (trad. de S. Mas Torres y C. Moya). Pág. 27.
63 HABERMAS JURGEN. Pensamiento postmetafísico, Ed. Taurus Madrid, 1990: (trad. de M. Jiménez Redondo). Pág. 87

65
Los individuos inmersos en una sociedad al comunicarse buscan
entenderse, lograr ponerse de acuerdo sobre algo, cualquiera que sea su
origen ya sea subjetivo, objetivo o social, ya que es la única forma de
lograr una acción conjunta. Entonces si toda comunicación buscar lograr el
entendimiento y, obtener un acuerdo. Surge en Habermas el concepto de
³YDOLGH]´. Nos dice que ³al lenguaje le es inmanente la dimensión de la
validez, y la orientación a pretensiones de validez pertenece a las
condiciones pragmáticas dHSRVLELOLGDGGHOHQWHQGLPLHQWR´64 Con esto nos
quiere dar a entender que en cuanto se realiza una manifestación
lingüística, una acción de habla, se hace una oferta de entendimiento a
quien la escuchan sobre un elemento del ámbito de la sociedad, en si
mismo u objetivo, tal oferta conlleva inherentemente una pretensión de
validez, es decir, busca lograr el acuerdo, la aceptación o su corrección a la
luz del ámbito de social, objetivo o sobre la personalidad del sujeto. Pero
además aquel que acepta el ofrecimiento, y se relaciona en ese vínculo
comunicativo, tiene la obligación de manifestar su postura ya sea de
manera expresa o tacita, admitiéndola y, con ello aceptando y reconociendo
la validez de lo manifestado, o en el otro extremo rechazándola. Conforme
una parte y la otra busquen conseguir el acuerdo y establezcan su
pretensión y esta sea cuestionada por la otra parte, tienen la posibilidad de
acudir a su defensa por medio de argumentos y razones que al final
permitirá un posible acuerdo racional que se sustente en la pretensión
validada por los más sobresalientes argumentos, o por las más
sobresalientes razones ³Con una pretensión de validez manifestada se
apela a un potencial de razones que, llegado el caso, podría sacar el
combate en favor de esa pretensión´65

64 +$%(50$6 -85*(1 ³(QWJHJQXQJ´ HQ .RPPXQLNDWLYHV +DQGHOQ (G GH $ +RQQHWK \ + -RDV )UDQNIXUW0 6XKUNDPS  HG  ed.
1986). Pág. 360
65 HABERMAS JURGEN. Pensamiento postmetafísico, Ed. Taurus Madrid, 1990: (trad. de M. Jiménez Redondo). Pág. 84.

66
No solo eso, sino DGHPiV ³que el entendimiento funcione como
mecanismo coordinador de la acción sólo puede significar que los
participantes en la interacción se ponen de acuerdo acerca de la validez que
pretenden para sus emisiones o manifestaciones, es decir, que reconocen
intersubjetivamente las pretensiones de validez con que se presentan unos
IUHQWHDRWURV´66

De esta manera Habermas nos diferencia entre lo que se entiende por


comunicarse y entenderse, ya que con comunicarse hace referencia, al
conjunto de pretensiones reciprocas de validez, que buscan ennoblecerse
por medio de una depuración. Mientras que entenderse, es conseguir el
acuerdo, gracias a la comprensión de las pretensiones de validez, que ya se
han depurado, al fijar la postura sobre ellas, obteniendo una convicción
compartida de la validez de tales argumentos, que de manera coordinada se
llevaran consecuentemente a cabo ³Todo consenso descansa en un
reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez susceptibles de
FUtWLFD´67 Pero además, Habermas nos aporta un conjunto de conceptos
³Entendimiento (Verständigung) que quiere decir que se ha logrado
establecer un acuerdo (Einigung) que este acuerdo surte sus efectos ante los
participantes de la comunicación sobre la validez de una manifestación;
acuerdo (Einverständnis), es el reconocimiento intersubjetivo sobre la
pretensión de validez que el emisor logra relacionar con HOOD´68

Quien afirma algo y, por tanto, formula una pretensión de validez


para su manifestación, se encuentra comprometido a demostrar con
razones, o en un determinado caso, por medio de la actuación buscando la
justificación de su aseveración, dando cumplimiento a la expectativa, que
se ha generado sobre los demás sujetos, acerca de la forma en que él
66 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. I Pág. 143
67 Ídem. Vol. I. Pág. 168.
68 Ídem. Vol. II. Pág. 171

67
entiende los estados de las cosas, la sociedad o a sí mismo. Eso mismo le
sucede a quien toma partido ante la manifestación, ya sea aceptándola o
brindando razones alternativas. Entre mejores sean las razones que
garantizan una pretensión, será más fundamentado el acuerdo, y por tanto
habrá mayor certeza, en el cumplimiento de las expectativas de conducta.
Toda pretensión posee lo que Habermas conceptualiza como un ³PRPHQWR
GHLQFRQGLFLRQDOLGDG´, ya que lo que se busca es el pleno entendimiento en
base a un acuerdo universal. Como nos menciona el propio +DEHUPDV³en
tanto que pretensiones, éstas trascienden todas las limitaciones espaciales y
temporales, todas las limitaciones provinciales del contexto de cada
FDVR´69

Por otra parte, las características de cualquier pretensión, pueden ser


como ya se menciono sobre la manifestación del emisor de tres clases de
ámbitos:

a) Sobre el ámbito subjetivo, es decir sobre su propia


persona hace referencia a sentimientos, cualidades, actitudes, etc.
b) Sobre el ámbito objetivo, hace referencia a sucesos, a
hechos, a objetos o al estado que guardan las cosas;
c) Sobre el ámbito social, es decir, al conjunto de normas
que determinan el desarrollo de la vida social;

En el primer caso, la pretensión de validez que se realiza conlleva


una pretensión de veracidad; en el segundo una pretensión de verdad; y en
el tercero, de rectitud, de corrección normativa, o en la búsqueda de la
justicia. Y porque son pretensiones de validez, pero pretensiones de
ámbitos diferentes, en caso de ser se debatidas o resulten inaceptadas y su
emisor tenga la necesidad de hacerle frente a la inevitable obligación

69 Ídem. Vol. II. Pág. 566

68
inherente e implícita de preservarlas con razones, tales razones serán de
diferente índole, para cada uno de los tres casos. Por ejemplo, si lo que se
debate y habrá de defender es un enunciado subjetivo, entonces la
sinceridad del emisor habrá de acreditarse con argumentos referentes a las
manifestaciones de su personalidad que son conocidas; pero si la veracidad
de una manifestación es objetiva, se argumentará basándose en los
modelos de experiencia, al conocimiento compartido del mundo de las
cosas y los objetos; si, finalmente, es la rectitud de una manifestación
normativa, de deber o de valoración, lo que se encuentra en duda, se deberá
de invocar con argumentos a los órdenes de legitimidad o de justicia de los
valores o de las normas. Al realizar una pretensión de validez y esta se
dirime, se desarrolla un grupo de ideas, compartidas socialmente y que
fundamentan el procedimiento de la posible pretensión. ³7RGR proceso de
entendimiento tiene lugar sobre el trasfondo de una pre comprensión
LPEXLGDFXOWXUDOPHQWH´70 De esa manera, las pretensiones de verdad serán
sustentadas por un saber compartido o de cultura; las pretensiones de
rectitud en el elemento normativo de la sociedad; y las pretensiones de
veracidad en la personalidad socializada en un modo determinado. Todo
este proyecto de pensamiento de Habermas se sustenta en la idea de
obligación. La cual se desarrolla en el inter vaivén de subjetividades que
nacen gracias a los lazos de los sujetos en sociedad y que se hacen posibles
por medio de la comunicación. Se establece un compromiso general con los
presupuestos que hacen posible el entendimiento y el establecimiento de un
elemento análogo a la participación de todo individuo social de las
obligaciones derivadas. Si todos emplean la comunicación lingüística para
poder vivir en sociedad, a nadie se le sustrae del cumplimiento de las
condiciones o de las reglas o de perjudicar el entendimiento buscando

70 Ídem. Vol. Pág. 145.

69
imponer sus condiciones, por lo que se puede determinar cómo obligación
de compromiso de las manifestaciones lingüísticas.

Con tales prácticas se desenmascara al simulador o al mentiroso


gratuito. Quien manifiesta algo a los demás plantea una forma de llevar a
cabo una comunicación a la que se sujetaran tanto uno como el otro. Existe
uQD³fuerza de YtQFXOR´ que hace que el emisor y el receptor deban ceñirse
únicamente para conseguir el convenio por OD ³fuerza racionalmente
incentivadora´ de los argumentos. El emisor asume con su manifestación, y
con la consecuente pretensión de validez, la garantía de proporcionar
argumentos en lo sucesivo, a favor de su postura, en caso de que el
interlocutor no cumpla con dicha pretensión; y el receptor ³se ve desafiado
a tomar una SRVWXUD UDFLRQDOPHQWH PRWLYDGD´ sobre tal pretensión.
Solamente por la inexistencia de la validez puede el receptor rechazar la
manifestación del emisor, pero esa negativa no se hace de manera
arbitraria, sino fundamentada en razones.

Pero para complementar aun más su teoría, Habermas desarrolla un


QXHYRFRQFHSWRHOGH³GLVFXUVR´. Una vez que se hacen argumentos para el
logro de una determinada pretensión de validez tornándose problemática,
cuando se fija la discusión de las razones en pro y en contra, es lo que
Habermas denomina discurso. Pero, ese intercambio de razones, ese
discurso sólo podrá ser considerado como racional y podrá sustentar un
acuerdo que alcance dicho calificativo cuando contenga ciertas reglas, de
acuerdo a los principios estructurales que posibilitan la comunicación.

Precisamente de esas reglas se ocupa la teoría de la argumentación.


³(QORVGLVFXUVRVQR intercambiamos informaciones, sino argumentos que
sirven para razonar o rechazar pretensiones de validez problematizadas.
Los discursos exigen en primer lugar una suspensión de las coacciones de

70
la acción, que ha de conducir a que pueda quedar neutralizada cualquier
otra motivación que no sea la de una disponibilidad cooperativa a
entenderse. Esta forma de comunicación liberada de la presión de la
experiencia y de las coacciones de la acción posibilita en situaciones de
interacción perturbada restablecer un entendimiento sobre pretensiones de
validez que se han vuelto problemáticas, las alternativas son, o bien el paso
al comportamiento estratégico, o la ruptura de la comunicación´71

Con este avance, preguntémonos lo siguiente ¿Cuál es el concepto de


argumentación y cuáles son sus normas? Habermas define a la
argumentación como ³el tipo de habla en que los participantes tematizan
las pretensiones de validez que se han vuelto dudosas y tratan de
desempeñarlas o de recusarlas por medio de argumentos. Una
argumentación contiene razones que están conectadas de forma sistemática
con la pretensión de validez de la manifestación o emisión problematizada.
La fuerza de una argumentación se mide en un contexto dado por la
pertinencia de las razones. Ésta se pone de manifiesto, entre otras cosas, en
si la argumentación es capaz de convencer a los participantes en un
discurso, esto es, en si es capaz de motivarlos a la aceptación de la
pretensión de validez en litigio.´72

Entonces en la argumentación, o con otras palabras en el desarrollo


práctico del discurso, se utilizan razones, las que en la comunicación, o
como un elemento de entendimiento intersubjetivo, sólo pueden declararse
FRPRDUJXPHQWRV³Un argumento es la razón que nos motiva a reconocer
la pretensión de validez de una afirmacLyQRGHXQDQRUPDRYDORUDFLyQ´73
Al final el acuerdo obtenido por la argumentación, y considerado como
71 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa: Complementos y estudios previos, Ed. Cátedra. Madrid, 1989: (trad. de M. Jiménez
Redondo). Pág. 116.
72 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. I. Pág. 37.
73HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa: Complementos y estudios previos, Ed. Cátedra. Madrid, 1989: (trad. de M. Jiménez
Redondo). Pág. 141.

71
válido, se sustentara racional gracias a que contiene, las razones evaluadas
en la discusión, los únicos elementos categóricos, de tal manera que sean
las más sobresalientes razones, los argumentos dominantes, los que puedan
estipular. La utilización de las normas de la argumentación racional es lo
que hace que esto sea posible. Gracias a esas reglas se garantiza la
aprobación imparcial de las razones, pero además que la resolución final se
encuentre constreñida por la racionalidad. El objeto de la teoría de la
argumentación, es el análisis de esas normas. Entonces le corresponde, ³la
tarea de reconstruir las presuposiciones y condiciones pragmático-formales
del comportDPLHQWRH[SOtFLWDPHQWHUDFLRQDO´74

A la teoría de la argumentación, le corresponde establecer, cuales son


las condiciones o normas ideales, por medio de las cuales, se pueda
determinar la racionalidad en una actividad discursiva real, ya que el
cumplimiento de tales normas establece la congruencia con los principios
estructurales de la comunicación, y su violación por medio de una de la
partes emisoras, se considera como una contradicción pragmática al atentar
en contra del sistema de reglas fundamentales a una práctica comunicativa
que de forma manifiesta ha aceptado el usarla. Si todos actuaran, violando
las normas de la argumentación racional, la comunicación ya no sería
posible, por tal motivo hasta quien infringe las normas tiene que seguir
reconociéndolas al emplear la comunicación. Debido a que no son únicas
de cada discurso, sino de la generalidad de discursos posibles, tales normas
como ya mencionamos determinan el nivel de racionalidad que puedan
tener los discursos reales.

El emisor que argumenta racionalmente se mantiene fuera de


cualquier FRDFFLyQ ³que no sea la norma GHO PHMRU DUJXPHQWR´, ya que

74 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Pág. 16.

72
para que se dé la argumentación racional deben de existir ciertas
condiciones de igualdad en los derechos de todos y cada uno de los
participantes ya sean potenciales o reales. Eso es lo que Habermas
denomina como ³VLWXDFLyQ LGHDO GH KDEOD´. Y nos menciona que al
³explicar los presupuestos comunicativos generales de la argumentación"
equivale a determinar ³XQD VLWXDFLyQ LGHDO GH KDEOD´ Denomina ³ideal a
una situación de habla en que las comunicaciones no solamente no vienen
impedidas por influjos externos contingentes, sino tampoco por las
coacciones que se siguen de la propia estructura de la comunicación, y
añade que la estructura de la comunicación deja de generar coacciones sólo
si para todos los participantes en el discurso está dada una distribución
simétrica de las oportunidades de elegir y ejecutar actos de habla.´75

¿Cómo se puede crear normas al respecto? Habermas transcribe los


ejemplos de las reglas de Alexy relacionándolas con algunas de sus propias
obras anteriores y crea las siguientes normas:

³1. Ninguna persona que hable debe contradecirse.

2. Todo persona que hable aplica el predicado F a un objeto


³D´ debe estar dispuesto a aplicar el predicado F a todo objeto que
VHSDUH]FDD³D´HQWRGRVORVDVSHFWRVLPSRUWDQWHV

3. Diversas personas que hablan no pueden emplear la misma


expresión con significados distintos.

2.1. Cada persona que hable sólo puede afirmar aquello en lo


que verdaderamente cree.

75 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa: Complementos y estudios previos, Ed. Cátedra. Madrid, 1989: (trad. de M. Jiménez
Redondo). Pág. 153.

73
2.2. Quien introduce un enunciado o norma que no es objeto
de discusión debe dar una razón de ello.

3.1. Todo sujeto capaz de hablar y de actuar puede participar


en la discusión.

3.2. a) Todos pueden cuestionar cualquier afirmación.

b) Todos pueden introducir cualquier afirmación en el


discurso.

c) Todos pueden manifestar sus posiciones, deseos y


necesidades.

3.3. A ninguna persona que hable puede impedírsele el uso de


sus derechos reconocidos en (3.1) y (3.2) por medios coactivos
originados en el exterior o en el interior del discurso.

En una argumentación perfecta entre sujetos orientados únicamente a


entenderse, es decir, en la situación ideal de habla, estas reglas que emanan
de los presupuestos mismos de la comunicación se respetarían por entero, y
se alcanzarían acuerdos perfectamente racionales sobre las pretensiones de
validez. A falta de semejante perfección, queda al menos el criterio para
medir la racionalidad de los acuerdos que efectivamente alcancemos en
nuestras limitadas argumentaciones, pues un consenso racional sólo puede
distinguirse, en última instancia, de un consenso engañoso por referencia a
una situación ideal de habla´76

De nueva cuenta se encuentran aparejados el ideal y la realidad. Las


restricciones de la realidad no impiden la marcha del ideal incrustado en las

76 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa: Complementos y estudios previos, Ed. Cátedra. Madrid, 1989: (trad. de M. Jiménez
Redondo). Pág. 154.

74
estructuras comunicativas, ya que al comunicarse se está desarrollando ese
conocimiento intuitivo sobre la posibilidad de las condiciones de la
argumentación, una de las cuales sería la disposición al acuerdo racional.

³Los emisores competentes saben que todo consenso obtenido


fácticamente puede ser engañoso; pero en la raíz del concepto de consenso
engañoso o meramente forzado deben haber puesto ya el concepto de
consenso racional. Acuerdo es un concepto normativo; todo aquel que
habla una lengua natural lo conoce intuitivamente y se cree capaz de
distinguir en lo esencial un consenso verdadero de uno IDOVR´77

El consenso que se obtenga del discurso, deberá ser forzosamente


libre de cualquier coacción y buscando la igualdad de los derechos de los
participantes, para que pueda considerársele como racional y valido. Para
lo cual, según Habermas, es obvio que ³Si una de las partes hiciera uso de
su acceso privilegiado a las armas, a la riqueza o al prestigio, para arrancar
a la otra un asentimiento, bien sea amenazándola con sanciones o
prometiéndole recompensas, ninguno de los participantes tendría la menor
duda de que se han dejado de cumplir las condiciones de una
DUJXPHQWDFLyQ´78 Esto no quiere decir, que se les requiera a los sujetos,
una perspectiva completamente sabia, justa y certera, emancipada de las
dependencias de su sociedad concreta. Por tal motivo es suficiente el creer
que se cumple con la ética subjetiva discursiva en las condiciones de la
argumentación racional. Y que el consenso obtenga un margen de
fiabilidad en su desarrollo. Pero que la conclusión de una discusión sobre
las pretensiones validas termine en un consenso, no garantiza que ese
resultado sea apegado a una verdad eternamente incontestable, ya que si de
pretensiones de verdad se trata, o en un definitivo criterio material de
77 HABERMAS JURGEN. Teoría y praxis. Estudios de filosofía social, Ed. Tecnos Madrid, 1987: (trad. de S. Mas Torres y C. Moya). Pág. 28.
78 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa: Complementos y estudios previos, Ed. Cátedra. Madrid, 1989: (trad. de M. Jiménez
Redondo). Pág. 464.

75
justicia, o si eran pretensiones de rectitud el objeto de discusión. La manera
racional de solucionar la argumentación es el acuerdo libre de coacción.

Serán sólo alcanzables las posibles certezas en la sociedad en el


momento histórico en que se hagan. Lo trascendente de la vinculación
contextual es el ³momento de LQFRQGLFLRQDOLGDG´ del momento en la
argumentación, pero no se garantiza para siempre la verdad de tales
contenidos, pero sí una validez intemporal derivada del argumento racional.
Eso no impide que se logre el consenso, fiable al respeto de las normas de
la argumentación racional, la cual se busca sea universal, válida, eterna e
inmutable.

Por tal motivo, Habermas determina que la situación ideal del habla
y las normas de la argumentación no aportan lo que adecuadamente podría
ser un criterio de verdad material, sino solamente un procedimiento que es
útil para obtener un acuerdo racionalmente para cada momento puede ser
determinado en ese momento por recto o verdadero. Recordemos que
criterios materiales cambian debido al tiempo y a las culturas. Solo perdura
el procedimiento racional de desenvolvimiento discursivo sobre
pretensiones de validez, en busca del consenso no coaccionado, y se erige
como pauta racional desde que existe comunicación lingüística.

En sus últimas obras Habermas intenta preservar su teoría consensual


y dialógica de la verdad frente a las objeciones provenientes de posturas
relativistas, contextualistas u holistas. Para lo cual invoca que puede ser
considerado verdadero solamente al juicio que versa sobre los estados de
cosas en el mundo que no sustenta en un consenso fáctico de un grupo,
cultura o teoría, ³YHUGDGHURHVORTXHVHUtDDFHSWDGRFRPRMXVWLILFDGR bajo
condiciones epistémicas ideales (Putnam) o en una comunidad ideal de
comunicación (Apel) o en una situación ideal de habla (Habermas). El

76
momento de incondicionalidad que intuitivamente asociamos a las
pretensiones de verdad se interpreta aquí en el sentido de un ir más allá de
contextos locales. Una afirmación que según nuestros estándares está
justificada se diferencia de una afirmación verdadera del mismo modo que
una afirmación justificada en el respectivo contexto se diferencia de una
que podría ser justificada en todos los contextos posibles.´79

Desde ese momento establece su noción de verdad, una afirmación


es verdadera, en el momento en que bajo las más estrictas circunstancias
comunicativas, subsiste ante todo intento de atacarla. De este modo la
racionalidad comunicativa y la ética discursiva en Habermas, toman un
nuevo giro el principio supremo de universalización. El acuerdo que se
obtiene por medio del discurso racional pronunciará contenidos de los que
todos estarán de acuerdo, es decir, contenidos universales. Una vez que
todos los interlocutores, buscan conseguir el entendimiento y no el logro de
sus fines egoístas, se podrán poner de acuerdo acerca de la justicia de una
norma o la verdad de un enunciado, conseguirán una validez universal. El
principio de universalización surge, en palabras de Habermas, ³en el
contenido de los presupuestos pragmáticos de la argumentación en general
en conexión con la explicación del sentido de las pretensiones normativas
de validez´80

Por tal motivo, al comunicar buscando la racionalidad de nuestros


argumentos, con la aceptación de todos los demás, se reconoce la
universalidad de los contenidos los cuales son legitimados como validos y
racionales, avalados por una evaluación libre, objetiva e imparcial. Pese a
que los participantes se encuentren influenciados por una cultura particular
se fundamenta al principio universal HQ ³la prueba pragmático-

79 HABERMAS JURGEN. Wahrheit und Rechtfertigung. Philosophische Ansätze, Frankfurt M., Suhrkamp. 1999. Págs. 288-289.
80 HABERMAS JURGEN. Conciencia moral y acción comunicativa, Ed. Península Barcelona, 1985. (trad. de R. García Cotarelo). Pág. 137.

77
transcendental de presupuestos generales y necesarios de la
81
DUJXPHQWDFLyQ´ Pero además, ³en la fundamentación de la universalidad
se trata, esencialmente, de la identificación de presupuestos pragmáticos,
sin los cuales no puede funcionar el proceso de argumentación. Todo aquel
que participa en la praxis de la argumentación tiene que haber aceptado ya
estas condiciones de contenido normativo para las que no existe alternativa
alguna. Por el hecho de intervenir en la argumentación los participantes
están obligados a reconocer este hecho.´82

Por otro lado, Habermas hace una diferencia entre los actos del habla
constatativos y actos del habla regulativos. Los actos del habla
constatativos, son aquellos por medio de los cuales, se trata de demostrar
la existencia de algo en el mundo objetivo; mientras que, los actos del
habla regulativos, son aquellos a través de los que pretendemos regular o
calificar acciones por referencia a normas o valores. Ambos casos, son
susceptibles de ser calificados en la pretensión de rectitud o verdad de lo
que respectivamente quieren demostrar. Pero además, en los dos se
encuentra implícita, la posibilidad del uso del lenguaje, para poder superar
alguna divergencia en su legitimación, por medio de un acuerdo final
basada en la mejor razón. En un argumento obtendremos un discurso
teórico; en el otro, un discurso práctico. Éste ostenta una doble dimensión,
ya que en pO ³los participantes pueden examinar, tanto la rectitud de una
determinada acción en relación con una norma dada, como también, en un
segundo paso, la rectitud de esa norma misma; pero en cualquier caso, lo
que en el discurso práctico se dirime es la aceptabilidad de acciones o de
normas de acción´83 Decir que una norma alcanzaría UHFRQRFLPLHQWR³QR
se apoya en una coincidencia objetivamente comprobable con intereses

81 ÍDEM Pág. 137.


82 ÍDEM. Pág. 143.
83 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. I. Págs. 65, 427.

78
preestablecidos, sino que depende de una interpretación y valoración de los
intereses llevadas a cabo por los partícipes desde la perspectiva de la
primera persona del plural, bajo los presupuestos de la argumentación
racional.´84

Para evitar que surja la desintegración social, que se derive en un


proceso de enfrentamientos y rupturas, que de por terminada la convivencia
organizada, entran en escena la moral y el Derecho, como referencias
admitidas, reconocidas y establecidas, en cuyo amparo es posible concluir
el conflicto, lograr un acuerdo para la pretensión de rectitud que se dirime,
nos dice Habermas ³La moral y el Derecho, tienen la función de encauzar
de tal suerte los conflictos abiertos, que no sufra quebranto el fundamento
de la acción orientada al entendimiento, y con ello la integración social del
mundo de la vida. Garantizan un ulterior nivel de consenso, al que se puede
recurrir cuando el mecanismo del entendimiento ha fracasado en el ámbito
de la regulación normativa de la comunicación cotidiana, cuando, en
consecuencia, la coordinación de las acciones prevista para el caso normal
no se produce y se torna actual la alternativa de un enfrentamiento violento.
Las normas morales y jurídicas ±concluye son, pues, normas de acción de
segundo orden.´85 Mientras que el Derecho y moral se legitiman en el
reconocimiento social de sus normas, ³sirven a la regulación consensual de
conflictos de acción y, con ello, al mantenimiento de una amenazada
intersubjetividad del entendimiento entre sujetos capaces de lenguaje y
acción´86

Habermas comprende, que el discurso práctico atenderá, en último


lugar la validez de las normas. En ese supuesto, el discurso versará sobre la

84 HABERMAS JURGEN. Wahrheit und Rechtfertigung. Philosophische Ansätze, Frankfurt M., Suhrkamp. 1999. Pág. 310.
85 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. II. Pág. 245.
86 HABERMAS JURGEN. La reconstrucción del materialismo histórico, Ed. Taurus. Madrid. 1981: (trad. de J. Nicolás Muñiz y R. García Cotarelo).
Pág. 31.

79
justicia de las normas que se diriman. Dando lugar a un enjuiciamiento
objetivo sobre la rectitud de las acciones, enjuiciamiento que busca adecuar
a tales acciones con las normas correspondientes. Una vez, que tales
normas se deliberan, surge el acuerdo conteniendo las más sobresalientes
razones en pro o en contra de su validez, es decir, de su justicia. Para que
pudiera surgir el acuerdo sobre tales normas, deberá de sustentar el interés
de todos, a lo que Habermas nos dice ³una norma sólo posee validez en la
medida en que, en relación con la materia necesitada de regulación de que
en cada sazón se trate, tenga en cuenta los intereses de todos los afectados y
encarne la voluntad que todos, cada cual en su propio interés, podrían
formar en común, sustentando al discurso por medio de razones debido a
que los discursos prácticos versan sobre la universabilidad de intereses."87
Aprobándolo cada uno de los interesados, sin coacción alguna, ya que se
sustenta en sus intereses y en los efectos secundarios que tal acuerdo pueda
derivar, al cumplirse cabalmente la norma.

Con tales elementos Habermas, puede construir la base de la validez


normativa, sustentada en la concepción de la voluntad general, ³en la
validez del deber ser se manifiesta la autoridad de una voluntad general
compartida por todos los afectados, que prescinde de toda cualidad
imperativa, ya que se remite a un interés general determinable
discursivamente, inteligible cognitivamente, y visible desde la perspectiva
GH ORV SDUWLFLSDQWHV´88 No debemos olvidar, las limitaciones que se
establecen en el mundo del ser, en el que, los individuos poseen ciertas
limitaciones que reducen su aspecto a determinadas posibilidades de
conocimiento o de acción. Habermas se da cuenta de lo anterior, y
determina que el funcionamiento efectivo del criterio de validez solo puede
desarrollarse en la época moderna, gracias a una diferenciación de las
87 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. II. Pág. 213.
88 ÍDEM. Pág. 221.

80
estructuras de su entorno y una modificación del pensamiento
tradicionalista de las normas. ³Sólo cuando el poder de la tradición ha
quedado quebrado hasta el punto de que la legitimidad de los órdenes
vigentes puede ser considerada a la luz de alternativas hipotéticas pueden
preguntarse los miembros de un grupo que, como grupo, dependen de la
cooperación, es decir, del esfuerzo común para la consecución de fines
colectivos, si las normas en cuestión regulan de tal modo el arbitrio de los
afectados, que cada uno de ellos pueGHYHUVDOYDJXDUGDGRVXLQWHUpV´89 En
la sociedad moderna, la ética discursiva tiene un funcionamiento efectivo,
pero además representa la única alternativa para una legitimación
normativa. Fuera de esos límites solo existe la barbarie de una integración
sistémica, la destrucción de los presupuestos de la comunicación y de la
legitimidad solo por medio de la lógica del poder o del dinero, a las que
poco interesa la legitimidad social. También Habermas establece su manera
procedimental y formal de su ética, ³El principio básico de la ética
discursiva toma pie en un procedimiento, esto es, la comprobación
discursiva de las pretensiones normativas de validez. A este respecto cabe
calificar con razón la ética discursiva de formal. Ésta no ofrece orientación
de contenido alguno, sino un procedimiento: el discurso práctico, y dicho
procedimiento tiene su sentido en garantizar la imparcialidad en la
formación del juicio.´90

El objeto que comparten el derecho y la moral, es poder lograr la


integración social y su sostenimiento, el derecho es el soporte en las
cuestiones en las que se determine que la validez de las normas no es
suficiente para mover las conductas de todos, para certificar la generalidad
de las expectativas de comportamiento en la sociedad. El propio derecho la
justificación moral de su existencia ya que sustenta ³una compensación de
89 ÍDEM. Pág. 236.
90 HABERMAS JURGEN. Conciencia moral y acción comunicativa, Ed. Península. Barcelona, 1985. (trad. de R. García Cotarelo). Págs. 128, 143.

81
las debilidades de la moral autónoma.´ Una vez que se transforman las
estructuras tradicionales dogmatizadas, surge el individuo transformado en
juez supremo de la calidad moral con respecto a sus actos, no quiere decir
con esto que se logre el cumplimiento de sus preceptos y para obtener la
certeza sobre ³normas moralmente válidas que habrán de ser transformadas
en normas legalmente vinculantes.´91 Por otra parte es pertinente una buena
administración por parte de un poder político, que pueda desarrollar el
instrumento jurídico, tal poder será legitimo cuando sus actuaciones se
encuentren reguladas por ordenamiento que sea reflejo de la voluntad
popular. Nos dice Habermas ³Así, la necesidad funcional de Derecho y
política puede ser explicada en términos de condiciones necesarias para una
formación racional de una voluntad colectiva que sea a la vez imputable y
efectiva´92

Con la llegada de la modernidad, las normas jurídicas carecen del


sustento de la tradición y requiriendo crear nuevas formas por las que se
obtenga la legitimación, aparatos de incitación a la obediencia, de
aceptación, incluido el reconocimiento de su potencial coactivo. Es el
momento perfecto para que los aparatos de la ética discursiva, se
desarrollen y se obtengan los procesos garantizadores de una elaboración
normativa imparcial que tutele todo el cumulo de intereses generales. Solo
por medio de la lógica de la legitimación normativa es como se consigue la
unificación de las estructuras de la conciencia moral. En el moderno Estado
de Derecho, solo se puede justificar la obediencia racional al Derecho,
gracias al convencimiento motivado de los ciudadanos de estar
obedeciendo a sus intereses propios. Pese a que ese Derecho moderno sea
positivo, no puede crearse solo por aparición, ni tampoco puede contener
91 ÍDEM. Pag. 133
92+$%(50$6 -85*(1 ³7RZDUGV D &RPPXQLFDWLRQ-Concept of Rational Collective Will-Formation. A Thought-([SHULPHQW´ HQ 5DWLR ,XULV 
1989. 144-154.

82
normas que vayan en contra del interés general, ya que es por medio de la
producción legislativa como se tutela tal interés colectivo.

Pero como hemos visto, hoy día la validez del Derecho moderno,
bien se puede dividir en dos partes interdependientes, por un lado la
facticidad de la imposición estatal, el monopolio coactivo, que poseen las
normas jurídicas y por el otro la búsqueda incansable de la legitimidad,
sustentada por el proceso racional de creación de las QRUPDV³/DVQRUPDV
jurídicas deben estar constituidas de tal manera que simultáneamente
puedan ser contempladas como normas coactivas y como leyes de la
libertad. Tiene que ser posible al menos seguir las normas jurídicas no sólo
porque fuerzan a la obediencia, sino porque son legítimas. La validez de
una norma jurídica significa que el poder estatal garantiza al mismo tiempo
producción legítima del Derecho e imposición fáctica del mismo. El Estado
debe asegurar ambas cosas, por un lado la legalidad de los
comportamientos, en el sentido de que por regla general sean seguidas, en
caso necesario con el forzamiento mediante sanciones, y, por otro lado, la
legitimidad de las reglas, que asegure que el seguimiento de una norma
puede llevarse a cabo por respeto a la ley misma.´93

Los elementos que forman parte de las características del Derecho


moderno Habermas los clasifica del modo siguiente³(O'HUHFKRPRGHUQR
es formal porque se basa en la premisa de que todo lo que no está
explícitamente prohibido, está permitido. Es individualista porque hace de
la persona individual el portador de derechos subjetivos. Es un Derecho
coactivo porque está sancionado estatalmente y se extiende solamente a
conductas legales o conformes a reglas: por ejemplo, puede dejar al arbitrio
de cada uno la práctica de una religión, pero no puede prescribir convicción
alguna. Es un Derecho positivo porque se basa en las decisiones -
93 HABERMAS JURGEN. Die postnationale Konstellation. Politische Essays, Frankfurt M., Suhrkamp. 1998. Págs. 172.173

83
modificables- de un legislador político; y, en resumen, es un Derecho
establecido procedimentalmente porque se legitima mediante un
procedimiento democrático. Si bien el Derecho positivo exige sólo una
conducta legal, debe ser no obstante legítimo: aunque deja al arbitrio de
cada uno los motivos de la obediencia del Derecho, éste debe estar creado
de tal manera que en todo tiempo pueda ser obedecido por los destinatarios
también por respeto a la ley. Un ordenamiento jurídico es, pues, legítimo si
asegura de modo equitativo la autonomía de todos los ciudadanos. Éstos
son autónomos sólo si los destinatarios del Derecho pueden entenderse a sí
mismos simultáneamente como sus autores.´94

Se pone de manifiesto con esto la relación peculiar que tiene el


Derecho con la moral, que es una de las características de la modernidad.
Por mucho que el derecho se encuentre impregnado del método positivista,
no puede perder sus vínculos con la moral, y con esto Habermas termina
con la utopía del escepticismo ético y lo va a diferenciar de las posturas del
positivismo jurídico de Austin o de Kelsen. Con esto no se quiere decir que
el vinculo que posee el Derecho con la moral no sustenta la validez de las
normas particulares, como es fundamento del iusnaturalismo, solo por
medio del conjunto del ordenamiento, es como se da la vinculación con la
moral por medio de los procesos de la ética comunicativa. En las
sociedades actuales y con el sustento de un pensamiento post-convencional,
el Derecho y la moral se han separado la moral es ubicada solo dentro del
campo privado, y de manejos internos, mientras que el Derecho, es
detentado por el área pública, es por medio del Estado como se ejerce ese
monopolio ³se convierte en una institución desconectada de los motivos
éticos de aquellos para quienes ULJH HO VLVWHPD MXUtGLFR´95 Las normas

94 HABERMAS JURGEN. La inclusión del otro. Estudios de teoría política, Barcelona, Paidós (trad. de J.C. Velasco Arroyo y G.Vilar Roca). Pág.
202.
95 HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. II. Pág. 246.

84
jurídicas desechan cualquier indicio de moral en sus contenidos, mucho
menos sujetan su vigencia al sustento de algún principio moral material.
Muy distinto es que se dé la adhesión espontánea de los individuos al
conjunto del ordenamiento, lo cual facilita que si al exigirse el
cumplimiento de las normas y el individuo pueda manifestar que son
contrarias a sus convicciones morales pueda invocar a una legitimidad
global de ese ordenamiento.

Al adoptarse el método positivista en el Derecho moderno, la forma


de determinar la validez, se modifica y se implementa a la validez como
legalidad, ahora, la validez de las normas se determina solo por el conjunto
del ordenamiento jurídico pero además vigente, estableciendo una relación
de las normas con el ordenamiento del que forman parte, lo que se
determina como la validez positiva de las normas. Es decir por medio de la
pretensión se garantiza la validez de las normas, ya que, un acto se puede
determinar cómo jurídicamente válido si guarda una relación con una
norma jurídica que lo rige. Una vez que la validez de esa norma es
cuestionada, se comprobara no su justicia, ni su validez racional, sino su
legalidad, es decir su validez positiva, la cual se comprueba si esa norma es
parte válida del ordenamiento legal.

Por otro lado al modificarse las estructuras de fundamentación, surge


lo que Habermas denomina como un desplazamiento de la fundamentación,
es decir, ahora no se busca la fundamentación racional de las normas, sino
³las bases del sistema jurídico. El efecto específico de la positivación del
orden jurídico consiste en un desplazamiento de los problemas de la
fundamentación, es decir, en que el manejo técnico del Derecho queda
descargado, durante largos tramos, de problemas de fundamentación; pero
no en la eliminación de esa problemática. Muy al contrario, precisamente la

85
estructura pos-tradicional de la conciencia jurídica agudiza la problemática
de justificación convirtiéndola en una cuestión de principios, que
ciertamente queda desplazada a la base, pero que no por HOORGHVDSDUHFH´96

En tal sentido, lo que se busca justificar en el procedimiento


discursivo del Derecho no son las propias normas, sino el procedimiento
por medio del cual se crearon, es decir un procedimiento de producción
normativa, el cual en el siguiente paso, al justificar al ordenamiento en su
base, se eleva al rango de normas con carácter constitucional. Habermas va
más allá y plantea que la validez racional del Derecho proporciona un
criterio por el que se puede dirimir la validez incluso de las Constituciones
positivas. La Constitución que no contemple ese procedimiento de creación
racional de normas jurídicas, le hará falta la validez racional, de
legitimidad, y lo mismo ocurrirá, en la jerarquización, con las normas que
se encuentran subordinadas, independientemente de que sean positivamente
válidas.

Desde ese punto de vista, el elemento legitimador del Derecho se


desarrollara de forma procedimental, con apego a la característica también
procedimental de la ética discursiva, con apoyo de la fundamentación
racional. Se podrá considerar como válido, en la posibilidad de lograr el
consentimiento, de cualquier sujeto racional participante en el discurso con
el que discute la validez, el ordenamiento que constituya determinados
procedimientos de creación y aplicación de normas, los cuales deben de
avalar la imparcialidad de las deducciones. Para ser considerado como
racional, el Derecho debe de institucionalizar las pretensiones de la
fundamentación discursiva y la forma de su resolución argumentativa. Esto
quiere decir que si el Derecho institucionaliza los procedimientos de

96HABERMAS JURGEN. Teoría de la acción comunicativa, 2 vols., Ed. Taurus Madrid 1987. (trad. de M. Jiménez Redondo). Vol. II. Pág. 338.

86
decisión del discurso moral, más valido, más justo puede ser considerado.
Precisamente es lo que concretamente une al Derecho con la moral, es el
³contenido moral implícito en las cualidades formales del Derecho.´ Por lo
tanto se manifestara solo en el nivel de normas particulares, no del
ordenamiento jurídico en su conjunto, ya que este necesita el fundamento
moral, coincidente con los elementos de la ética discursiva. De esta forma,
VH FUHD DO LQWHULRU GHO 'HUHFKR SRVLWLYR ³SXQWR GH YLVWD PRUDO´ que avala
una estructuración imparcial de la voluntad. La moral no es ese conjunto de
normas supra-legales, VLQR TXH ³se retrotrae a procedimientos que se
interpenetran con el Derecho positivo; la moral ya no flota por encima del
Derecho, emigra al interior del Derecho pRVLWLYRSHURVLQDJRWDUVHHQpO´97
Gracias a esta acción, el derecho ya no es solo el instrumento del poder,
que tradicionalmente ligaba a la validez con el fundamento trascendente y
que hoy día, al modificarse el carácter convencional de las sociedades trata
de vincular a la validez con la ética discursiva.

Sin embargo, existen contenidos sin los que el procedimiento de


creación normativa, no es racional ya que no asegura la aceptación del
efecto y su concurrencia con el interés general, Habermas los establece en
dos casos particulares, los derechos humanos y la soberanía popular. Solo
en esos supuestos y mediante la utilización de los controles procesales
adecuados, podría determinarse el procedimiento democrático, sobre el que
Habermas nos dice ³El catálogo de derechos fundamentales que contienen
las Constituciones burguesas cuando están fijadas por escrito, junto con el
principio de la soberanía popular, el cual vincula la facultad de legislar a
una comprensión democrática de la toma de decisiones colectivas, es

97 +$%(50$6-85*(1³:LHLVW/HJLWLPLWlWGXUFK/HJDOLWlWP|JOLFK"´HQ.ULWLVFKH-XVWL]3iJV-16.

87
expresión de esa justificación que ahora se torna estructuralmente necesaria
a raíz de la positivación del Derecho.´98

Atinadamente en su obra Facticidad y validez, describe


extensivamente la aplicación de los postulados a la filosofía jurídica,
principalmente clasifica en cinco grupos a estos derechos y ³TXH los
ciudadanos han de reconocerse mutuamente si quieren regular
legítimamente su convivencia con los medios del derecho positivo´ Pero
además deben de ser constitucionalizados y tutelados por el Estado de
Derecho, por ser estos los derechos necesarios para hacer posible la
realización del fundamento discursivo, el cual es el sustento del
procedimiento democrático y así mismo de la legitimidad, validez racional
de las normas creadas.

Tal clasificación se establece de la siguiente manera primeramente se


encuentran ORV ³GHUHFKRV IXQGDPHQWDOHV TXH UHVXOWDQ del desarrollo y
configuración políticamente autónomos del derecho al mayor grado posible
de iguales libertades subjetivas de acción.´99 Le siguen en segundo lugar
ORV ³GHUHFKRV IXQGDPHQWDOHV TXH resultan del desarrollo y configuración
políticamente autónomos del status de miembro de la asociación voluntaria
que es la comunidad jurídica.´100 En la tercera posición tenemos a los
³GHUHFKRVIXQGDPHQWDOHV que resultan directamente de la accionabilidad de
los derechos, es decir, de la posibilidad de reclamar judicialmente su
cumplimiento, y del desarrollo y configuración políticamente autónomos de
la protección de los derechos individuales.´101 En el cuarto sitio los
³GHUHFKRV fundamentales a participar con igualdad de oportunidades en
procesos de formación de la opinión y la voluntad comunes, en los que los

98 +$%(50$6-85*(1³:LHLVW/HJLWLPLWlWGXUFK/HJDOLWlWP|JOLFK"´HQ.ULWLVFKH-XVWL]3iJV-16.
99 HABERMAS JURGEN. Ensayos políticos, Editorial, Península. Barcelona, 1988: (trad. de R. García Cotarelo).
100 Íbid
101 Íbid

88
ciudadanos ejerzan su autonomía política y mediante los que establezcan
derecho legítimo.´102 Y, por ultimo en el quinto sitial ORV ³GHUHFKRV
fundamentales a que se garanticen condiciones de vida que vengan social,
técnica y ecológicamente aseguradas en la medida en que ello fuere
menester en cada caso para un disfrute en términos de igualdad de
oportunidades de los derechos civiles mencionados.´103 Como vemos
quedan contemplados dentro de la legitimidad del sistema jurídico político,
los derechos de ciudadanía, el derecho de libertad, los derechos de la
nacionalidad, los derechos del principio de legalidad el de legitimidad, los
derechos sociales principales y los derechos políticos.

La autonomía privada y la S~EOLFD ³VH SUHVXSRQHQ PXWXDPHQWH /D


interna interrelación entre democracia y Estado de Derecho consiste en que,
por un lado, los ciudadanos sólo pueden hacer un adecuado uso de su
autonomía pública si son suficientemente independientes, sobre la base de
una autonomía privada asegurada de modo igualitario. Pero, por otro lado,
sólo pueden alcanzar un grado igual de disfrute de la autonomía privada si,
en cuanto a que son ciudadanos, hacen un adecuado uso de su autonomía
política. Por todo esto los derechos fundamentales liberales y políticos son
inseparables y tienen un carácter igualmente originario. El derecho legítimo
cierra el círculo entre la autonomía privada de sus destinatarios, que son
objeto de un trato igual, por un lado, y, por otro lado, la autonomía pública
de los ciudadanos que, en tanto que autores del orden jurídico, dotados de
unos mismos derechos, tienen que ponerse de acuerdo acerca de los
criterios de trato igual.´104

102 Íbid
103 Íbid
104 HABERMAS JURGEN. Ensayos políticos, Editorial, Península. Barcelona, 1988: (trad. de R. García Cotarelo).

89
En este grado la sola vigencia fáctica no es suficiente para legitimar
la eficacia de la norma. No puede garantizarse que por ser derecho positivo
establezca el cumplimento del ordenamiento jurídico, ya que este debe de
contener los ya mencionados principios básicos que tutelen a la justicia, la
racionalidad comunicativa de sus normas, su eficacia en el cumplimiento es
contraria a la racionalidad que manifiestamente acepta todo interlocutor. Se
requiere en el Estado de Derecho XQD ³HILFDFLD FXDOLILFDGD´ GHULYDGD GHO
reconocimiento de las normas una vez que se determine la legitimidad del
ordenamiento no solo su juridicidad o facticidad. Como nos comenta ³La
vigencia social de las normas en vigor ya no es coincidente con la validez
de las normas justificadas, el respeto a la ley ya no cuenta como un motivo
ético per se. A la heteronomía, esto es, a la dependencia de las normas
vigentes, se contrapone el hecho de que el actor ya no recurre a la vigencia
social de una norma como determinación de su acción, sino a su
YDOLGH]´105

Con tales postulados, podemos además tener un parámetro para


determinar la obtención de la legitimidad de los sistemas políticos. El
poder político del Estado y el Derecho se encuentran interrelacionados en
nuestra sociedad moderna. El Derecho es creado por el poder del Estado,
pero para que este pueda lograr la legitimación, es necesaria la mediación
en la aplicación del Derecho ³La autorización del poder por el Derecho y
la sanción del Derecho por el poder tienen que acaecer un acto, no se
explica lo uno sin lo otro y viceversa.´106

Recordemos que el positivismo en su versión ideológica, trata de


legitimar a cualquier Estado que tenga la fuerza necesaria para hacerse
respetar, independientemente si ese Estado es un tirano, sin embargo para

105 HABERMAS JURGEN. Conciencia moral y acción comunicativa, Ed. Península. Barcelona, 1985. (trad. de R. García Cotarelo). Págs. 190-191
106 Íbid

90
Habermas esta paradoja no encuentra mas solución que determinar, que
mientras se quiera mantener la racionalidad y legitimidad del Derecho, éste
no puede ver antepuesta ninguna finalidad que la de ser el instrumento de
la justicia. Debido a las manipulaciones del poder sobre la validez del
Derecho, no hay garantías efectivas que la eviten. El único refugio es la
constatación teórica de que tal poder podrá ser legal, pero no es legítimo y
por tanto ineficaz en su cumplimiento. Se ve truncado el vínculo entre
legalidad y legitimidad, entre Derecho y Política, pero se determina que al
derecho le es inherente un grado de moralidad la cual prevalece aun en
contra de las contingencias de cualquier poder pero además posee la
facultad de condicionar su legitimidad. La ineficacia del Derecho por
atribuciones morales, no estaría condicionada a efectuarse por medio de
valores totalmente personales incapaces de fundamento racional, como
alguna vez mencionaran Max Weber o Hans Kelsen. Por tal motivo, la
discursiva se erige como una ética cognitivista que puede determinar la
posibilidad de los juicios morales racionales y con la garantía del vínculo
de los presupuestos de la comunicación.

Solo por medio de los procedimientos democráticos es que se logra


el establecimiento de la validez racional de las normas jurídicas y la
legitimidad del poder que las establece. La democracia es la expresión del
acuerdo público libre e ilustrado. Como nos GLFH +DEHUPDV ³los
procedimientos democráticos del Estado de Derecho tienen el sentido de
institucionalizar las formas de comunicación necesaria para una formación
racional de la voluntad.´107

Como nos menciona Habermas, lo contrario a todo estado legitimo


es un ³legalismo autoritario´ que limita a la sociedad de su evolución
hacia formas mas superiores de convivencia y construcción de los
107 +$%(50$6-85*(1³/DVREHUDQtDSRSXODUFRPRSURFHGLPLHQWR´HQ/HWUDLQWHUQDFLRQDO-16: Págs. 45-50.

91
principios de universalización, ³cuando se comprueba cómo las
generaciones pasadas han venido engañándose siempre nadie puede estar
seguro, a la vista del horizonte de su tiempo, de que se haya realizado por
completo el proyecto del Estado de Derecho y que lo único que precisa es
administrar el bien heredado con conciencia de felices herederos. Ningún
Derecho positivo puede defenderse como si fuera la encarnación definitiva
del orden más racional, es preciso reconocer la desobediencia civil como
parte componente de la cultura política de una comunidad democrática,
como contrapeso de la falibilidad que aparece en el proceso histórico de
realización de principiRVFRQVWLWXFLRQDOHVXQLYHUVDOHV´108

La existencia de la democracia se condiciona a la apertura


permanente a la discusión de sus propios principios. La desobediencia civil
tiene su justificación para todos ORVTXH³se propugne una idea del Estado
de Derecho orientado hacia su propia realización y no se tome como único
criterio el Derecho SRVLWLYR´109 Por encontrarnos ante ³XQD FRPSUHQVLyQ
dinámica de la Constitución como un proyHFWR LQDFDEDGR´ Ya que ³el
Estado Democrático de Derecho no sería congruente consigo mismo si no
diera a entender que admite que el que quebranta hoy una norma puede ser
un protecWRUSRWHQFLDOGHVXOHJLWLPLGDG´110

8. LA DETERMINACIÓN DE LA VALIDEZ Y SU POSIBLE


CORRECCIÓN.

Un argumento lógicamente válido es aquel cuya conclusión se


infiere necesariamente de las premisas; pues, la información de la
conclusión está ya incluida en las premisas. Tenemos una implicación o
una inferencia lógica o una argumentación válida (deductivamente), cuando

108 HABERMAS JURGEN. Ensayos políticos, Editorial, Península. Barcelona, 1988: (trad. de R. García Cotarelo). Pág. 85.
109 HABERMAS JURGEN. Ensayos políticos, Editorial, Península. Barcelona, 1988: (trad. de R. García Cotarelo). Pág. 86.
110 Ibíd. Pág. 86.

92
la conclusión necesariamente es verdadera si las premisas son verdaderas.
Lo único que determina una regla de inferencia es que si las premisas son
verdaderas, entonces también tienen que serlo necesariamente la
conclusión. Por el contrario, los razonamientos serán inválidos lógicamente
cuando no exista ninguna regla de inferencia lógica que autorice efectuar el
paso que en ellos se da.

Por su parte, la corrección formal, se refiere al silogismo


deductivo, que en aplicación al campo del Derecho, y de conformidad con
la escuela de la exégesis, implica que el Juez se convierta en un autómata
de la ley, el cual debe aplicar en forma estricta, precisamente formando un
silogismo, el contenido de la ley. Por esta razón, autores como Manuel
Atienza, consideran que, en el caso del Derecho, la corrección formal debe
acotarse con sumo cuidado y referirla con exclusividad a su ámbito propio
de competencia técnica. Por lo cual, estamos en presencia a de una lógica
dialéctica, es decir, el juez, debe interpretar la ley de modo que lleve a la
conclusión más justa para resolver el problema que se le ha planteado a su
consideración.

93
CAPITULO III

TIPOLOGIA DE ARGUMENTOS

1. REGLAS BÁSICAS PARA ARGUMENTAR.

Un buen abogado, y sobre todo un juzgador, sabe en que momento


es apropiado o incluso necesario ofrecer razones para soportar sus
argumentos, como debe de construirlas y evaluarlas. Para lograrlo según
el autor Gerardo Dehesa111 se logra por medio de los siguientes
elementos fundamentales:

a) Conocimiento
b) Disposición
c) Habilidad

Al obtener estos 3 elementos, nos permitirá al emitir un argumento las


siguientes funciones:

x Establecer una discusión


x Fundamentar con razones
x Establecer cuándo y qué preguntar
x Desentrañar el discurso
x Identificar el contexto de la discusión
x Determinar la estructura de un argumento
x Comprobar el momento en que la evidencia es insuficiente
x Examinar alternativas

Al argumentar, debemos saber diferenciar entre las diferentes


funciones que puede tener el habla, los cuales pueden manifestarse de

111
DEHESA Dávila Gerardo, Introducción a la Retórica y la Argumentación, tercera edición,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, México D.F. Mayo 2006, Pág. 189
94
forma verbal o escrita los más comunes pueden ser según el mismo autor
Gerardo Dehesa, los siguientes:

x ORACIONES
x PROPOSICIONES
x ASEVERACIONES
x ENUNCIADOS

También nos indica el autor mencionado que el lenguaje puede tener


diferentes formas de uso como serían:

x ³Informativo: su finalidad básica es comunicar


información, lo que en general, se logra mediante la formulación
o afirmación de proposiciones.
x Directivo: cuando intenta ocasionar o evitar que se
realicen ciertas acciones. El lenguaje intenta, en estos casos,
obtener resultados. Los ejemplos más comunes son las órdenes y
las peticiones.
x Expresivo: es el lenguaje que se emplea para expresar
sentimientos, emociones y actitudes.
x Descriptivo: es una variante del lenguaje informativo,
sin embargo, tiene un grado mayor de especialización en cuanto
al tratamiento de la información y del tipo de información que
pretende transmitir.
x Eufemístico: es un recurso del lenguaje que se emplea
con frecuencia para suavizar expresiones que se consideran
demasiado duras y directas, o bien para eliminar palabras
malsonantes.

95
x Metafórico: consiste en trasladar el sentido recto de los
vocablos a otro figurado.´112

2. ESTRUCTURA BÁSICA DE LA ARGUMENTACIÓN.

Generalmente en todo discurso argumentativo, se conforma de dos


elementos estructurales la tesis y el cuerpo argumentativo:

La tesis etimológicamente tiene sus orígenes en el latín thesis que,


significa poner, colocar, sostener y que a su vez, emana de una dicción
griega. Es pues una proposición o conclusión que se sostiene con
razonamientos. La tesis es una aseveración de una realidad argumentada o
justificada cuya legitimación depende de cada momento o cada lugar. Esto
quiere decir que no es lo mismo una tesis individual sobre cualquier tema
que una tesis científica por ejemplo.

El cuerpo argumentativo se define como el conjunto de razones por


medio de las cuales el emisor del argumento convence al o a los
destinatarios del discurso, también se les denomina argumentos. Los
elementos que conforman el cuerpo argumentativo se designan como
pruebas, inferencias o argumentos y tienen la función de apoyar la tesis o
también en su caso refutarla. Dependiendo de la situación comunicativa, en
la que nos encontremos, se puede distinguir entre:

Estructura monologada: Solo la voz de un solo sujeto es capaz de


organizar la totalidad del texto argumentativo. Por ejemplo el caso del
investigador que hace especial hincapié en el éxito de un descubrimiento al
impartir una conferencia.

112
DEHESA Dávila Gerardo, Introducción a la Retórica y la Argumentación, tercera edición, Suprema Corte de Justicia
de la Nación, México D.F. Mayo 2006, Págs. 190 y 191
96
Estructura dialogada: La formulación del planteamiento, la
refutación o la justificación y la conclusión se desarrollan por medio de un
proceso de a lo largo de réplicas sucesivas. El mejor ejemplo lo tenemos en
los debates en los que es factible que surjan controversias, la emisión de
juicios pasionales, las descalificaciones o las ironías.

En base al orden de los componentes, se distinguen varios modos de


razonamiento:

La deducción (o estructura analítica) se inicia con la tesis y acaba en


la conclusión.

La inducción (o estructura sintética) posee un procedimiento inverso,


a la deducción es decir, la tesis se expone al final, después de los
argumentos.

En base a lo anterior las formas básicas de estructuras, pueden ser de


dos tipos:

Estructura de argumentación inductiva.- La investigación inicia en


los hechos concretos para poder constituir una idea general que los
confirme, la tesis aparece en la última etapa y sirve como conclusión.

Estructura de argumentación deductiva.- Inicia con una idea general


o tesis inicial, para conseguir una conclusión concreta.

3. TIPOS DE ARGUMENTOS SEGÚN LA ESTRUCTURA DE LA


ARGUMENTACIÓN.

En un primer acercamiento a la tipología de argumentos podemos hacer


una primera clasificación de argumentos, teniendo en cuenta la estructura
básica de la argumentación y serían los siguientes:

97
a) Argumentos según su capacidad persuasiva.
Los tipos de argumentos según su capacidad pueden ser de tres tipos
Pertinentes, Validos y con fuerza argumentativa, poseen pertinencia,
aquellos argumentos que se encuentran concernidos con la tesis o bien la
refuerzan. Así mismo decimos que un argumento es valido si logra
concretar los objetivos que se refieren a la conclusión, sino solamente son
falacias como veremos mas adelante y por ultimo un argumento tiene
fuerza argumentativa si tiene la capacidad de ser debatido con otros
argumentos mas fuertes o mas débiles sino solo será un argumento
irrefutable.
b) Argumentos según su función.
Según su función los argumentos pueden fortalecer la tesis propia, otorgar
concesiones a la tesis contraria o defenderse con refutaciones que aborden
partes o la totalidad de la tesis contraria o con contrargumentos que buscan
invalidar los argumentos contrarios, o las aprobaciones admitidas por la
contraparte previamente.

c) Argumentos según su contenido

El contenido de los argumentos posee un sin numero de temáticas,


que hacen referencia a los distintos valores que pueden ser el fundamento
de un argumento para constituir su fuerza argumentativa, son muy
variados, por ejemplo; Lo bello siempre será preferible a lo feo, la calidad
es mejor que la cantidad, Lo agradable se prefiere a lo desagradable.

98
d) Argumentos según su finalidad.

La finalidad de todo argumento es; demostrar y persuadir, por lo


tanto se clasifican en:

x Los argumentos racionales son los que


demuestran, se basan en la lógica, en la causa efecto, en la
condición y el resultado.
x Los argumentos afectivos, no científicos son los
que persuaden, buscan valores expresivos, estilísticos,
útiles en literatura no en escritos jurídicos, científicos.

4. ELEMENTOS GENERALES DE UNA ARGUMENTACIÓN.


Generalmente los argumentos que posee una argumentación son los
siguientes:

x El objeto.
x La tesis.
x El argumento en sí.

El objeto de la argumentación: se integra por la cuestión sobre la cual


se va realizar la argumentación.

La Tesis: como vimos anteriormente, será la posición que el


argumentador adoptara para su defensa, con relación al tema que será el
objeto de la argumentación.

Los argumentos: son el conjunto de razones que integran el


fundamento de la posición que adoptara el argumentador ante el tema
objeto de la argumentación.

99
5. ANÁLISIS DEL PÁRRAFO, CON INJERENCIA EN LA
REDACCIÓN Y LA ARGUMENTACIÓN.

El párrafo desde el punto de vista argumentativo tiene una


importancia superior a la simplemente gramatical, es incluso más
importante que la misma puntuación. El uso correcto del párrafo, mejora
nuestra argumentación jurídica, en concordancia con el buen uso de los
conectores lógicos del lenguaje.

Definición,- es cada trozo de un discurso o de un escrito que se


considera como unidad y suficientemente diferenciado del resto para
separarlo con una pausa notable o, en la escritura con un punto y aparte.

Finalidad.- La finalidad esencial del párrafo se orienta a estructurar


el contenido de un texto y para mostrar, de una forma grafico y formal la
organización del mismo.

El párrafo como unidad coherente del texto, debe:

x Desarrollar una información.


x Desarrollar una idea,
x Tener coherencia interna.
x Coherencia con el resto del texto.
x Manejar una cantidad de información equitativa.

Para estructurar un trabajo de redacción es preciso tener un esquema


previo de información a desarrollar para seleccionar la cantidad de
información que contendrá cada párrafo. (Número de agravios hechos
valer, y elementos de convicción). Se debe de tener también presente el
tipo de párrafos a utilizar.

100
a) Tipología de Párrafos.

x ENUMERACIÓN
x EXPOSITIVOS
x ARGUMENTATIVOS
x CONTRAARGUMENTATIVOS.
x DELIMITADORES DE TEXTO.

Párrafos de enumeración.- Serie de ideas dispuestas una tras otra y


organizada en una idea central, puede ser enumerativa, utilizar incisos, o
bien comas. Lo importante es que las ideas no están dispuestas en modo
aleatorio sino que cada una conforma una progresión argumentativa que
adiciona un nuevo elemento.

Párrafos expositivos.- La elaboración de los párrafos expositivos


exige enunciar de manera explícita una idea central y después desarrollarla
mediante un conjunto de frases que explican, aclara, amplían y concretan el
sentido de aquella, en donde los conectores lógicos del lenguaje facilitan la
lectura y comprensión.

Párrafos argumentativos.- Su carácter es justificativo,


probatorio, y con frecuencia éstos contienen conectores de naturaleza
causal como: pues, puesto que, porque, ya que, dado que, toda vez que.

Párrafos contra-argumentativos.- Su finalidad está basada en la


presentación de argumentos que en apariencia ponen en entre dicho la tesis
central, finalmente se descartan por ser considerados insuficientes para
invalidarla y por el contrario demuestran la validez de ésta.

101
Párrafos delimitadores de texto.- No constituyen una modalidad
diferente a los tipos de párrafos anteriores, son una introducción o
conclusión y pueden ser de cualquier tipo; argumentativos, expositivos, etc.

Párrafo introducción.- Es más que una simple presentación del tema


central, dado que, de algún modo, condiciona el resto del texto. Da buena o
mala presentación y puede determinar su éxito o fracaso.

Párrafo de conclusión. La conclusión, tiene quH ³FHUUDU´ HO DFWR


informativo, por lo que su redacción debe hacerse pensando en que este
párrafo o párrafos o bien han de sintetizar el contenido expuesto
previamente u ofrecer la solución de un problema que el texto hayan
planteado.

Para poder determinar la extensión de un párrafo debemos de


contemplar las siguientes consideraciones.

-Para determinar el tamaño de un párrafo no hay directrices


absolutas, varia por el tipo de letra, el tamaño, etc.

- Se aconsejan de amaño tal que inviten a su lectura, presenten una


buena imagen.

- Hay quien sugiere de tres a ocho párrafos por cuartilla. O bien de


tres a cuatro frase por párrafo, pero: ¿Cómo reducir en formula tal una
sentencia jurisdiccional?

6. ARGUMENTOS DEDUCTIVOS Y NO DEDUCTIVOS.

Como hemos visto, una primera manera, en la que podemos


clasificar a los argumentos seria en argumentos deductivos y no deductivos.
Los argumentos deductivos correctamente formulados, son aquellos en los

102
cuales la verdad de sus premisas garantiza la verdad de sus conclusiones.
De ahí que, los argumentos deductivos ofrecen certeza, sólo cuando sus
premisas son ciertas. Por lo tanto, si utilizamos premisas fuertes, los
argumentos deductivos, son sumamente útiles. Los argumentos deductivos
presentan seis formas comunes que son:

x Modus Ponens (Modo de poner). Consiste en afirmar la


condición o el antecedente en la premisa menor y lo
condicionado o el consiguiente en la conclusión.

x Modus Tollens (modo de quitar). Consiste en negar lo


condicionado o el consiguiente en la menor y en la conclusión
o el antecedente en la conclusión.

x Silogismo hipotético. Es aquel cuya premisa mayor es una


proposición hipotética. Así, para que se dé lo condicionado, se
requiere que se cumpla la hipótesis o condición.

x Silogismo disyuntivo. Es aquel cuya premisa mayor es un


juicio disyuntivo y la conclusión se infiere bajo el principio de
tercio excluso. Es decir, se establecen varios predicados
diversos, y uno de ellos conviene con el sujeto, sin precisar
cuál es.

x Dilema. Es un argumento con forma de silogismo en el que se


presenta una disyunción en la que se afirman sus dos
miembros GHQRPLQDGRV ³FXHUQRV GHO GLOHPD´, y del que se
sigue una conclusión que puede resultar paradójica.

103
x Reductio ad absurdum. Establecen sus conclusiones mostrando
que la negación de la conclusión conduce al absurdo. Por lo
cual, no se puede hacer otra cosa que aceptar la conclusión.

Por su parte, a los argumentos en los que el paso de las


premisas a la conclusión no se produce necesariamente, se les llama
argumentos inductivos o no deductivos. Aquí, pese a que el paso de las
premisas a la conclusión no es necesario, sí es altamente probable. Si se
acepta la verdad de las premisas, entonces hay una razón sólida para
aceptar también la conclusión aunque, desde luego, no puede haber una
certeza absoluta.

7. CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN

Los criterios de interpretación son métodos, pautas, principios,


objetivos o guías que deben tenerse en cuenta al interpretar, lo cual debe de
efectuarse teniendo en cuenta una de estas directrices:

El lenguaje empleado El contexto normativo La voluntad del


por el legislador en el que se encuentra legislador, fines y
inserto el enunciado valores

CRITERIO CRITERIO CRITERIO

GRAMATICAL SISTEMÁTICO FUNCIONAL

Cada una de esas directrices de interpretación se implementa


mediante diversos tipos de argumentos, como se advierte en la siguiente
tabla:
104
Criterios Gramatical Sistemático Funcional
Argumentos Sistemático A Sedes Materiae Teleológico
A contrario A Rubrica
Histórico
Sistemático en sentido
estricto Psicológico
No redundancia
Pragmático

Principios

Reducción al
absurdo

De Autoridad

Al realizar la interpretación de la norma, deberá tenerse en cuenta la


existencia de tres criterios o pautas a seguir, que corresponden a cada uno
de los tres últimos periodos de la evolución de la argumentación jurídica.
Así el criterio gramatical surgió durante el llamado Estado de derecho en el
que como podemos recordar, a los jueces se les consideraba como meros
indicadores de la ley; el criterio sistemático corresponde al Estado
constitucional de derecho en el que la ley se interpreta como sistema; y el
criterio funcional surgió en el Estado social de derecho que tiene como
base, ya no sólo la letra de la ley ni su análisis integral, sino además sus
fines y la intención del legislador. Lo cual es importante tener presente para
entender cada una de las tres directrices con base en el contexto histórico
105
en que surgieron. Debido a esto es por lo que la argumentación puede
llevarse a cabo a través de algunos de los siguientes puntos:

a) Gramatical

Si se toma como base el lenguaje utilizado por el legislador, es


decir, la letra de la ley cuando esta dudosa por indeterminaciones
lingüísticas. La decisión jurisdiccional en este caso será justificable por
medio de dos opciones:

1) Semántico. Desentrañando el significado de las palabras


del legislador
2) A contrario. Si se considera como norma sólo lo que se
dispuso expresamente.

b) Sistemático.

Si se parte del contexto normativo en el que se encuentra el


enunciado jurídico, es decir, se analizará todo el orden legal como un
sistema que se presupone coherente y ordenado, de modo que el estudio
comparativo de unos enunciados normativos con otros dará claridad a cada
norma, pues un precepto no debe de tomarse en cuanta en forma aislada. La
decisión judicial se desarrollará a partir de cinco clases de argumentos:

1) A sedes materiae. Se aplica si se parte de la base de la


situación física de la norma jurídica a interpretar ya que contempla la
localización topográfica del enunciado.
2) A rubrica. Si se considera el titulo o rúbrica que
encabeza al grupo de artículos, o bien se tomarán en cuenta las
relaciones jerárquicas o lógicas con el resto de las normas, mediante
un argumento.

106
3) Sistemático en sentido estricto,
4) A cohaerentia, debido a que no puede haber normas
incompatibles por lo que ante dos significados se opta por el que sea
acorde con otra norma,
5) No redundancia, considerando que el legislador no
regula dos veces la misma hipótesis.

c) Funcional.

Si se atiende a los fines de la norma, más allá de su literalidad o su


sistematicidad. La decisión jurisdiccional se justificará considerando siete
tipos de argumentos:

1) Teleológico, si se considera la finalidad de la ley;

2) Histórico, tomando como base lo que otros legisladores


dispusieron sobre la misma hipótesis o analizando leyes previas;

3) Psicológico, si se busca la voluntad del legislador histórico


concreto de la norma a interpretar;

4) Pragmático, por las consecuencias favorables o desfavorables que


arrojaría un tipo de interpretación;

5) A partir de principios jurídicos, que se obtengan de otras


disposiciones o del mismo enunciado a interpretar;

6) Por reducción al absurdo, si una forma de entender el texto legal


implica una consecuencia irracional; y

7) De autoridad, atendiendo a la doctrina, la jurisprudencia o al


derecho comparado.

107
Finalmente, es importante precisar que los criterios de interpretación
y sus diversos tipos de argumentos que los complementan no
necesariamente se aplican de manera independiente, sino que incluso, una
de las interpretaciones que puede ser más acertada es tomar como base los
tres criterios y aplicar, en lo conducente, la mayoría de sus argumentos,
para obtener distintos enfoques del texto legal, a fin de aplicar en una
decisión jurisdiccional el que resulte más acorde a todo el panorama
interpretativo y teniendo como fin último satisfacer las exigencias actuales
de la situación concreta materia del juicio.

7.1. El criterio de interpretación gramatical

Si el significado de la ley es claro, la actividad judicial se realiza


conforme a su letra, pero si el significado es dudoso, se utiliza el criterio de
interpretación gramatical para aclarar dicho significado, utilizando los
Argumentos Semántico o A contrario.

7.2. El argumento semántico

Este argumento se emplea, cuando existe una duda por


indeterminaciones lingüísticas del legislador, como vaguedad o
ambigüedad semántica (significado de las palabras) o sintáctica (servicio
que una palabra desempeña en relación a otras). Ahora bien, la forma de
resolver la duda lingüística es: a) acudiendo al uso del lenguaje ordinario, o
bien al lenguaje técnico jurídico o tecnificado en el contexto jurídico; o b)
acudiendo a las reglas gramaticales del lenguaje, como son antecedentes,
conjunciones, disyunciones, pronombre.

Ejemplo:

108
Interpretación del artículo 100 del Código Fiscal de la Federación.
³/DDFFLyQSHQDOHQORVGHOLWRVILVFales perseguibles por querella, por
declaratoria y por declaratoria de perjuicio de la Secretaria de Hacienda y
Crédito Público, prescribirá en tres años contados a partir del día en que
dicha secretaria tenga conocimiento del delito y del delincuente; y si no
tiene conocimiento, en cinco años que se computaran a partir de la fecha
de la comisión del delito. En los demás casos, se estará a las reglas del
Código 3HQDODSOLFDEOHHQPDWHULDIHGHUDO´

Datos del caso:

En abril de 2001 se comete un delito fiscal; en agosto de 2001 un


verificador de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público hizo constar
que el domicilio no existía (lo que implica conocimiento del delito); y en
diciembre de 2005 el agente del Ministerio Público ejerció acción penal.

Ahora bien, de tal disposición y con dichos datos del caso, la materia
a interpretar sería: ¿Prescribió el delito? Para responder a esa interrogante
es necesario realizar una interpretación gramatical, apoyada en un
argumento semántico, acudiendo al lenguaje tecnificado en el contexto
MXUtGLFR TXH VH HQWLHQGH SRU ³GLFKD 6HFUHWDUtD´ SDUD efectos de la
prescripción del delito, no en el sentido de que se refiere a la Secretaría de
Hacienda o Crédito Público, porque el reenvío dentro del mismo artículo es
claro, sino más bien si el conocimiento del delito por parte del verificador
aludido significa que dicha Secretaría tuvo conocimiento del delito y, por
ende, que a partir de entonces inició el cómputo para la prescripción, en
cuyo caso en diciembre de 2005 ya estaría prescrito el delito.

Al respecto, es claro que la Secretaría es una persona jurídica


(ficción legal) por lo que necesariamente se enterará por conducto de
personas físicas, pero quién: ¿un funcionario de la dependencia autorizado
109
para actuar?, ¿el legitimado para interponer la querella? o ¿cualquier
funcionario de la dependencia? Pues bien, acudiendo al lenguaje
tecnificado en el contexto jurídico, se advierte que el artículo 42 del mismo
Código Fiscal de la Federación, señala que las autoridades fiscales, a fin de
comprobar la comisión de delitos fiscales, podrán (fracción VIII) allegarse
de pruebas necesarias para formular denuncia o querella durante la práctica
de una visita domiciliaria;113 de lo que se obtiene que en el caso en estudio
si un visitador fue quien se enteró de la comisión del delito, a partir de
entonces se entiende enterada la Secretaría de Hacienda para efectos de la
prescripción del ilícito.

7.3. El argumento A contrario

El argumento A contrario se utiliza, según lo explica el autor


Ezquiaga Ganuzas, ³para rechazar cualquier otra hipótesis distinta a la
expresamente contemplada por el legislador.´114

Ejemplo:

³(O LQFLVR F  GHO DUWtFXOR HQ FLWD SURSRUFLRQD XQ HOHPHQWR


significativo que pone de manifiesto, que al hacerse la asignación no
necesariamente debe quedar colmado el tope de regidurías previsto, pues
establece que una vez que se han repartido regidurías por el principio de
representación mínima y se ha descontado de la votación de los partidos
políticos el valor de la regiduría asignada, y queden todavía regidurías
pendientes de asignar, se otorgarán al partido o coalición con mayor
número de votos sobrantes, siempre y cuando este resto equivalga al 1.5%

113 El artículo 42, fracción V,,,GHO&yGLJR)LVFDOGHOD)HGHUDFLyQHVWDEOHFH³/DVDXWRULGDGHVILVFDOHVDILQGHFRPSUREDU>«@ODFRPLVLyQGH


GHOLWRV ILVFDOHV \SDUDSURSRUFLRQDU LQIRUPDFLyQDRWUDVDXWRULGDGHV ILVFDOHVHVWDUiQ IDFXOWDGDVSDUD>«@9,,,$OOHJDUVH ODs pruebas necesarias para
formular la denuncia, querella o declaratoria al ministerio publico para que ejercite la acción penal por la posible comisión de delitos fiscales. Las
actuaciones que practiquen las autoridades fiscales tendrán el mismo valor probatorio que lDOH\UHODWLYDFRQFHGHDODVDFWDVGHODSROLFtDMXGLFLDO´
114 (=48,$*$*$18=$6)5$1&,6&2-$9,(5³/DDUJXPHQWDFLyQHQODMXVWLFLD&RQVWLWXFLRQDO\RWURVSUREOHPDVGHDSOLFDFLyQGHO'HUHFKR´
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2006, p. 158.

110
de la votación válida, disposición que aplicada a contrario sensu implica
que cuando el resto de votos no equivalga al 1.5% de la votación válida,
QRVHKDUiODDVLJQDFLyQGHODVUHJLGXUtDVUHVWDQWHV´ 115

Como se advierte del ejemplo, se rechaza interpretar la norma más


allá de lo dispuesto expresamente por el legislador, en tanto que se
interpreta que sólo en el caso de que exista dicho porcentaje de votación
válida (y no menos) se hará la asignación que como consecuencia se previó
en la ley.

7.4. El criterio sistemático de interpretación

(O SODQWHDPLHQWR TXH SUHYDOHFH HV HO GH ³considerar que toda
interpretación debe ser sistemática ya que para poder entender
correctamente un precepto es necesario relacionarlo con todos los demás
del ordenamiento, puesto que una norma aislada no es más que un elemento
del sistema del que forma parte, de tal modo que es el ordenamiento el que
hace a la norma y no éstas las que componen aquél.´116

Por tanto, dicho criterio de interpretación parte de la base de que el


ordenamiento jurídico es un sistema coherente y ordenado, es decir, no
pueden existir normas incompatibles. Pero surge un problema ¿Cuál es el
contexto que debe tomarse en consideración?, dado que esa elección puede
condicionar el significado obtenido. Así, se considera que se debe ponderar
el contexto normativo en este orden: enunciado jurídico, artículo, capítulo,
título, ley, rama del derecho y finalmente, todo el sistema jurídico.

Ahora bien, el criterio sistemático como pauta interpretativa tiene


dos formas:

115 Extracto de un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tesis S3ELJ 48/2002).
116 EZQUIAGA GANUZAS FRANCISCO JAVIER, OP. CIT. p. 69

111
D 7RPDUHQFXHQWDODVLWXDFLyQ³ItVLFD´GHXQHQXQFLDGRHQHOWH[WR
legal por medio de dos argumentos:

1. A sedes materiae.

2. A rubrica.

b) Atender a las relaciones jerárquicas o lógicas de un enunciado con


el resto del sistema jurídico, utilizando tres argumentos:

1. Sistemático en sentido estricto.

2. A cohaerentia.

3. No redundancia.

7.4.1 El argumento A sedes materiae

El argumento A sedes materiae VHSXHGHGHWHUPLQDUFRPR³aquel por


el que la atribución del significado se realiza a partir del lugar que la
disposición ocupa en el contexto normativo del que forma parte, ya que se
piensa que la localización topográfica proporciona información sobre su
contenido por ser fruto de un plan del legislador y, por tanto, manifiesta su
voluntad.´117

Ejemplo:

³Al situarse el artículo 45, párrafo 1, inciso b), fracción II, de la


invocada ley procesal electoral en el capítulo relativo a la legitimación y
personería, su alcance jurídico debe circunscribirse propiamente a la
capacidad ad causam y ad procesum de los sujetos para presentar el medio

117 Ibídem, p. 100.

112
respectivo, mas no para determinar cuáles son los supuestos de
procedencLDHVSHFtILFRV\DTXHpVWRVHVWiQHQXQFDStWXORGLVWLQWR´ 118

Véase que el artículo se interpreta desde un criterio sistemático, a


partir de su ubicación en un capítulo determinado (por su ubicación
topográfica) y a la vez se rechaza otro tipo de interpretación que abarque
supuestos regulados en otro capítulo.

7.4.2 El argumento A rúbrica

El argumento A rúbrica ³implica que la atribución de significado se


lleva a cabo a partir del título o rúbrica que encabeza al grupo de artículos
en el que encuentra ubicado el enunciado, pues se considera que los títulos
proporcionan información sobre el contenido regulado bajo los mismos,
por no ser casuales, sino fruto de un plan del legislador y, por tanto,
también manifiestan su voluntad.´119

Ejemplo de a rubrica y sedes materiae:

³GHVGH XQD SHUVSHFWLYD sistemática, debe tenerse presente que el


referido artículo 16 del Código Electoral del Estado de México forma
parte del Capítulo Primero, denominado: De los Requisitos de
Elegibilidad, correspondiente al Título Tercero del Libro Primero del
propio código electoral local, lo cual indica que el mencionado requisito
de: contar con la credencial para votar respectiva constituye un requisito
GHHOHJLELOLGDG´120

Es claro en el ejemplo cómo el título o rúbrica que encabeza los


artículos entre los que se encuentra el enunciado a interpretar, así como la

118 Extracto de un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tesis S3ELJ 10/2003).
119 EZQUIAGA GANUZAS FRANCISCO JAVIER, OP.CIT. p. 100.
120 Extracto de un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tesis S3ELJ 05/2003)

113
ubicación topográfica de éste último, se toma como base para obtener su
significado y alcance.

8. El argumento Sistemático en sentido estricto

El argumento sistemático en sentido estricto reside ³en que para la


atribución de significado a una disposición se tiene en cuenta el contenido
de otras normas, su contexto jurídico, se justifica su uso en la idea de que
las normas forman un sistema que obtiene su coherencia del diseño racional
realizado por el legislador.´121

Ejemplo:

³$O WLSR GH ILQDQFLDPLHQWR SUHYLVWR SRU HO DUWtFXOR  IUDFFLyQ ,,
inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no
tienen derecho todos los partidos políticos nacionales por el solo hecho de
contar con registro, sino que tal beneficio es exclusivo de aquellos que
contendieron en los últimos comicios y obtuvieron por lo menos el dos por
ciento de la votación en alguna de las elecciones federales ordinarias para
diputados, senadores o Presidente de la República, y que de esa manera
lograron conservar su registro; habida cuenta que la disposición contenida
en el citado inciso a), no debe interpretarse en forma aislada, sino en su
contexto, esto es, integrada con el segundo párrafo de la referida fracción
II, que precisamente se refiere a los partidos políticos que hayan logrado
PDQWHQHUVXUHJLVWURGHVSXpVGHFDGDHOHFFLyQ´ 122

Véase como un enunciado normativo es interpretado a partir de lo


que se dispone en uno diverso, de manera que analizados de manera
conjunta se concluye cuál debe ser su significado.

121 EZQUIAGA GANUZAS, FRANCISCO JAVIER, OP.CIT., p. 113.


122 Extracto de un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tesis S3ELJ 13/2001).

114
8.1 El argumento A cohaerentia

El argumento A coharentia posee como premisa que ³dos


disposiciones no pueden expresar dos normas incompatibles entre ellas, lo
cual se fundamenta en el principio de conservación de las normas y en la
coherencia del sistema jurídico.´123

Ejemplo:

³(VWDH[SUHVLyQpartido mayoritario, admite varias interpretaciones


para su aplicación en este contexto, a saber: a) El partido político o
coalición que obtenga mayor número de curules de mayoría relativa, b) El
que haya obtenido el mayor número de votos, y c) El que haya obtenido,
por lo menos, la mayoría absoluta de la integración total de la legislatura,
sólo con sus triunfos de mayoría relativa. Para resolver cuál de esas
interpretaciones debe prevalecer, resulta adecuado el método de la
interpretación conforme, el cual favorece a la última posibilidad
mencionada, en vista de que la primera interpretación llevaría a un
resultado contrario a los principios de la proporción, pues el partido
considerado como mayoritario se vería considerablemente
sobrepresentado en relación con alguno de los minoritarios, es decir, se
propiciaría excesiva sobrerepresentación de éstos, y a la misma situación
sustancial conduciría la segunda; por lo tanto, ninguna de estas dos
interpretaciones se orientan hacia la proporcionalidad prevista
constitucionalmente, por lo que no se deben adoptar como contenido y
significado de la expresión partido mayoritario; en cambio, la tercera
forma de interpretación resulta más acorde con los principios de
proporcionalidad en la representación, pues en cualquier hipótesis
produce resultados en mayor consonancia con la votación obtenida por

123 EZQUIAGA GANUZAS, FRANCISCO JAVIER, OP.CIT. p 77.

115
cada uno de los contendientes y su representación en el órgano
legislativR´124

Como podemos ver en el ejemplo, se toma como base el principio de


conservación de las normas y coherencia del sistema jurídico para
interpretar la norma, de manera que se excluyen dos interpretaciones
diversas argumentando precisamente que no serían compatibles con el
contexto jurídico del que forman parte. En este caso, un precepto de la
legislación electoral, se interpreta de forma tal, para que armonice con un
principio contenido en un precepto constitucional.

8.2 El argumento de la No redundancia

Este argumento, se basa en apelar al criterio de la no redundancia o


la no pleonasticidad del discurso legislativo, por lo que queda exenta ³la
atribución a un enunciado normativo de un significado que haya sido
atribuido a otro enunciado normativo preexistente, jerárquicamente
superior o más general al primero, de modo que cada disposición legal
deberá tener una incidencia autónoma, un particular significado y no
constituir una mera repetición de otras disposiciones legales.´125

El origen del argumento se encuentra en la idea de un legislador no


redundante que al elaborar el Derecho tiene en cuenta todo el ordenamiento
jurídico en vigor y sigue criterios de economía y no repetición.

Ejemplo:

³$3(/$&,Ï1 )8(5$ '( 352&(62 (/(&725$/ (/ 3/$=2


PARA SU INTERPOSICIÓN SE INTEGRA CON DÍAS HÁBILES

124 Extracto de un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tesis S3EL
016/2005).
125 EZQUIAGA GANUZAS, FRANCISCO JAVIER, OP.CIT. pp. 229 y 230.

116
(Legislación de Yucatán). De la interpretación de los artículos 138, 314 y
332 del Código Electoral del Estado de Yucatán se desprende que el plazo
para interponer el recurso de apelación es en días hábiles. Lo anterior se
puede concluir si se atiende a que en el precepto 332 antes citado no se
precisa si los tres días, en los cuales debe ser interpuesto el recurso de
apelación, deben ser hábiles o incluir a los inhábiles, pero esa incógnita se
despeja recurriendo a lo que ordinariamente ocurre en la normatividad
que otorga un plazo para hacer valer un medio de defensa. Esta regla
general consiste en que los plazos se componen de días hábiles
exclusivamente, porque el propósito de su otorgamiento es que el
interesado disponga del tiempo y las condiciones necesarias para preparar
adecuadamente su defensa, de modo que pueda aprovechar óptimamente
cada uno de los días de que se compone el plazo, ya que debe atenderse al
criterio de que en caso de duda, la interpretación de disposiciones
relacionadas con el ejercicio de una garantía fundamental, como el acceso
efectivo a la justicia, debe optarse por la que optimice ese derecho y no por
la que lo limite. Lo anterior se robustece si se acude a lo preceptuado en el
artículo 138 el cual establece que: cada consejo determinará su horario de
labores, teniendo en cuenta que en materia electoral todos los días son
hábiles. El problema del anterior precepto radica en dilucidar qué se debe
entender, dentro de su contexto, por la expresión materia electoral, es
decir, si se está empleando en un sentido formal, para referirse a todas las
actividades de las autoridades electorales, o en sentido material, caso en
el cual se referiría exclusivamente a las actividades de las autoridades
electorales desarrolladas durante un proceso electoral. Si se adopta el
primero, conduce a concluir que los trescientos sesenta y cinco días del
año son hábiles para cualquier actividad, correspondan o no a un proceso
electoral; en cambio la segunda acepción lleva a estimar que la
disposición sólo comprende las del proceso electoral. En efecto, como se
117
advierte, el precepto contiene un mandato claro y directo, en el sentido de
facultar a los consejos electorales locales para fijar su horario de labores
y sólo de manera secundaria e incidental, a modo de directriz para el
ejercicio de esa facultad, establece que debe tomarse en cuenta que en
materia electoral todos los días son hábiles, disposición a la cual no puede
dársele el alcance de un imperativo, pues no goza de autonomía propia, al
tratarse de un recordatorio para la autoridad electoral encaminado a
evidenciar la existencia de etapas en las cuales todos los días son hábiles,
conforme a lo dispuesto en el artículo 314 citado. Además, en caso de
acoger una interpretación en sentido formal, ya no sería necesaria la
existencia de otra disposición, en la cual se precisara que durante el
proceso electoral, todos los días son hábiles, pues el artículo 138 ya
contemplaría esa posibilidad al establecer como hábiles todos los días del
año. En todo caso, el artículo 314 de la legislación electoral local dispone
clara y directamente que durante el proceso electoral todos los días son
hábiles, precepto que interpretado a contrario sensu, significa que fuera
del proceso electoral, no todos los días son hábiles. Interpretar la primera
de las normas conforme al criterio formal resultaría una redundancia,
pues daría lugar a una repetición en la que dos disposiciones con distintas
palabras establecen la misma norma, en el sentido de que durante el
proceso electoral todos los días son hábiles; en cambio, si se acoge el
criterio material, ambas normas tendrían coherencia, pues el artículo 314
resultaría aplicable en sus términos en tanto que el 138 constituiría una
directriz que los consejos electorales locales deben tomar en cuenta, para
HMHUFHUODIDFXOWDGGHILMDUORVKRUDULRVGHVXVDFWLYLGDGHV´126

Como podemos ver, se rechaza que puedan existir dos normas con un
mismo significado, por lo que se busca interpretarlas de manera tal que

126 Tesis del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (S3EL 017/2004).

118
cada una tenga autonomía en las reglas que establecen y, en esa medida,
ambas disposiciones resulten congruentes.

8.3. El criterio funcional de interpretación

El criterio funcional de interpretación tiene como base, ya no la


literalidad ni la sistematicidad de la ley, sino sus fines, el contexto histórico
en el que se produjo, la intención del legislador, sus consecuencias
prácticas y normativas, así como los principios que la rigen.

Dicho de otra manera, mientras que los criterios de interpretación


previos: gramatical y sistemático, se limitaban al texto de la ley o a lo
mucho entendiéndola como un sistema normativo, bajo el criterio funcional
su interpretación va más allá de esos parámetros hasta lograr que se cumpla
con su función primordial en un ámbito de Estado social y democrático de
derecho. Ahora bien, el criterio funcional como pauta interpretativa tiene
siete argumentos:

1. Teleológico;

2. Histórico;

3. Psicológico;

4. Pragmático;

5. A partir de principios;

6. Por reducción al absurdo o Apagógico; y,

7. De autoridad.

119
8.3.1. El argumento Teleológico

El argumento teleológico consiste en ³interpretar un enunciado de


acuerdo con su finalidad, tiene por fundamento la idea de que el legislador
está provisto de fines de los que la norma es un medio, por lo que la norma
debe interpretarse atendiendo a esos fines.´127

Ejemplo 1:

Interpretación del artículo 363 del Código Federal de Procedimiento


Penales.

³Articulo 363. El recurso de apelación tiene por objeto examinar si


en la resolución recurrida no se aplicó la ley correspondiente o se aplicó
ésta inexactamente, si se violaron los principios reguladores de la
valoración de la prueba, si se alteraron los hechos o no se fundó o motivó
FRUUHFWDPHQWH´

Como se advierte de esa norma, el fin concreto de todo el capítulo


que regula el recurso de apelación es claramente determinado por el
legislador, de modo que cualquier interpretación que se haga de sus
diversas disposiciones debe realizarse tomando como base esos fines,
utilizando el argumento Teleológico.

Un caso de aplicación de esa interpretación sería, si se plantea que en


segunda instancia no pueden analizarse los hechos sino solo el derecho
aplicable, la respuesta sería que el alegato es infundado porque ese es
precisamente uno de los fines de la apelación, examinar si se alteraron los

127 EZQUIAGA GANUZAS FRANCISCO JAVIER, La argumentación en la justicia Constitucional y otros problemas de aplicación del Derecho,
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2006, pp. 395 y 398.

120
hechos materia del juicio, conforme a una interpretación funcional
aplicando un argumento teleológico.

Ejemplo 2:

Interpretación del artículo 411, primer párrafo, del Código Federal de


Procedimientos Penales.

³Artículo 411. Al notificarse al inculpado el auto que le concede la


libertad caucional, se le hará saber que contrae la siguientes obligaciones:
presentarse ante el tribunal que conozca de su caso los día fijos que se
estime conveniente señalarse y cuantas veces sea citado o requerido para
ello; comunicar al mismo tribunal los cambios de domicilio que tuviere, y
no ausentarse del lugar sin permiso del citado tribunal, el que no se lo
podrá conceder por WLHPSRPD\RUGHXQPHV´

Pues bien, dado que esa disposición regula la institución de la


libertad provisional bajo caución, su interpretación debe hacerse atendiendo
a los fines generales de esta materia, a saber:

a) que no se interrumpa el proceso por la ausencia del procesado; y

b) que el procesado esté localizado y localizable para ejecutar una


eventual condena.

Por tanto, el tribunal no podrá fijarle como obligación al inculpado


que se presente exactamente cuántas veces lo considere (como se obtendría
de una interpretación gramatical), como por ejemplo todos los días de la
semana, ya que una interpretación en ese sentido rebasa los fines de la
norma, pues para que no se interrumpa el proceso no es necesario que
acuda día tras día al tribunal, sino que basta con que lo haga semanalmente

121
(como generalmente ocurre en la práctica judicial), lo que se obtiene de una
interpretación funcional aplicando a un argumento teleológico.

En otro caso, si el inculpado no acude a firmar uno de los días que se


le fijó como obligación, no será suficiente para ordenar su reaprehensión
(como se hace en muchas ocasiones en los tribunales), porque una sola
inasistencia de la que no se conozca su causa, no es suficiente para
considerar que se ha evadido y por consecuencia que el proceso se
interrumpirá, o bien que ya no estará localizable para ejecutar una eventual
condena, sino que habrá que esperar a conocer sus razones y a partir de ello
tomar una decisión judicial, lo que se obtiene también de una interpretación
funcional mediante un argumento teleológico del precepto.

Ejemplo 3:

Interpretación de los artículos 104 y 105 del Código Federal de


Procedimientos Penales.

³ /DV UHVROXFLRQHV FRQWUD ODV FXDOHV SURFHGD HO UHFXUVR GH
apelación, se notificarán personalmente a las partes por conducto del
secretario o actuario del tribunal. Las demás resoluciones -con excepción
de los autos que ordenen aprehensiones, cateos, providencias precautorias,
aseguramientos y otras diligencias análogas respecto de las cuales el
tribunal estime que deba guardarse sigilo para el éxito de la investigación-
se notificarán al detenido o al procesado personalmente, y a los otros
interesados en la forma VHxDODGDHQHODUWtFXORGHHVWH&yGLJR´

³- En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo


anterior, las resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se
notificarán al Ministerio Público. En las demás no será necesaria la

122
notificación personal al inculpado, cuando éste haya autorizado a algún
GHIHQVRUSDUDTXHUHFLEDODVQRWLILFDFLRQHVTXHGHEDQKDFpUVHOH´

Ahora bien, de dichas disposiciones puede plantearse este caso:


¿puede notificarse personalmente al ofendido una orden de aprehensión
librada contra el inculpado? Una interpretación gramatical respondería que
si de la lectura de ambas normas se obtiene que estemos ante una
resolución de la que debe guardarse sigilo, sólo se debe notificar al
Ministerio Público, y a nadie más.

Sin embargo, si se realiza una interpretación funcional con un


argumento teleológico, se advertirá que el fin de guardar sigilo es para que
la investigación tenga éxito, de modo que en el caso de una orden de
aprehensión lo que se pretende es que se ejecute, es decir, que el inculpado
no tenga conocimiento de su existencia y pretenda evadirse de la acción de
la justicia, pero precisamente por ello, notificar al ofendido en nada
interrumpiría tal fin, porque incluso es el más interesado en que se cumpla
con el mandato de captura; además, los argumentos pragmático e histórico
confirman esta interpretación funcional, como se verá al examinar dichos
argumentos, en donde se retomará este caso.

8.3.2. El argumento Histórico

El argumento histórico HV DTXHO TXH VH XWLOL]D ³para otorgar a un


documento que plantea dudas interpretativas un significado que sea acorde
con la forma en que los distintos legisladores a lo largo de la historia han
regulado la institución jurídica que el documento actual regula. Debe
distinguirse al argumento histórico del argumento psicológico, en tanto que
el primero tiene como fundamento la existencia de un legislador
conservador que conlleva a una continuidad en la legislación, mientras que

123
el segundo pretende dar con la voluntad de legislador, pero del legislador
histórico concreto que elaboró el documento objeto de interpretación.´128

Ejemplo 1:

Interpretación de los artículos 104 y 105 del Código Federal de


Procedimientos Penales.

³104. Las resoluciones contra las cuales proceda el recurso de


apelación, se notificarán personalmente a las partes por conducto del
secretario o actuario del tribunal. Las demás resoluciones -con excepción
de los autos que ordenen aprehensiones, cateos, providencias precautorias,
aseguramientos y otras diligencias análogas respecto de las cuales el
tribunal estime que deba guardarse sigilo para el éxito de la investigación-
se notificarán al detenido o al procesado personalmente, y a los otros
interesados en la forma señalada en el artículo 107 de este Código.´

³105.- En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo


anterior, las resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se
notificarán al Ministerio Público. En las demás no será necesaria la
notificación personal al inculpado, cuando éste haya autorizado a algún
defensor para que reciba las notificaciones que deban hacérsele.´

Se retoma este caso visto para el argumento teleológico, en el que se


plantea:

¿Puede notificarse personalmente al ofendido una orden de


aprehensión librada contra el inculpado? Y se interpretó en el sentido de
que partiendo del fin del precepto de guardar sigilo para que la
investigación tenga éxito, en nada se interrumpe ese fin si se le notifica al

128 EZQUIAGA GANUZAS, FRANCISCO JAVIER, Op.cit., p. 358.

124
ofendido, lo cual se confirma con un argumento histórico, en tanto que los
derechos del ofendido, entre ellos ser informado del proceso, surgieron a
raíz de la reforma del año dos mil al artículo 20 Constitucional, en la que se
creó el apartado B, lo que se vio reflejado en el artículo 141 del Código
Federal de Procedimientos Penales, en cuyas disposiciones se indica tal
derecho del ofendido, de manera que una interpretación histórica arrojaría
que en el artículo 105 el legislador no se refirió al ofendido porque en el
momento en que se creó dicha disposición no se habían establecido aún sus
derechos.

Ejemplo 2:

Interpretación del artículo 367, fracción IV, del Código Federal de


Procedimientos Penales.

6RQDSHODEOHVHQHOHIHFWRGHYROXWLYR>«@

IV.- /RV DXWRV >«] que resuelvan situaciones concernientes a la


SUXHED>«@

Una interpretación funcional bajo un argumento teleológico, a partir


de la disposición actual del precepto podría considerar que la materia del
recurso de apelación tiene mayor relevancia que la del recurso de
revocación, es decir, que los autos contra los que procede uno u otro
recurso se definirán por su importancia en el proceso, por lo que ante la
interrogante ¿si se admite una prueba, pero se ordena su desahogo en
términos distintos a su ofrecimiento, que recurso procede?, se respondería
que procede revocación atendiendo a esa diferencia entre los fines de ese
recurso comparado con la apelación.

125
No obstante, una interpretación funcional pero apoyada en un
argumento histórico arrojará que la evolución de dicho precepto ha sido la
siguiente:

Mediante reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el


veinticuatro de diciembre de mil novecientos ochenta y cuatro se estableció
en la fracción IV lo siguiente:

³/RVDXWRVque admitan o desechen el ofrecimiento de una prueba, y


aquellos en el que el Juez disponga, sin que medie solicitud de parte, el
GHVDKRJRGHDOJXQDSUXHED´

Dicha disposición, se amplió aún más mediante diversa reforma


publicada en el Diario Oficial de la Federación el diez de enero de mil
novecientos ochenta y seis, actualmente en vigor y antes transcrita. Por
tanto, se advierte que históricamente el legislador disponía una limitante
para la procedencia del recurso de apelación al tratarse de ofrecimiento de
pruebas, pues antes sólo procedía este medio de impugnación cuando se
admitía o desechaba la prueba, pero ahora se eliminó esa restricción, por lo
que debe interpretarse desde un punto de vista funcional bajo un criterio
histórico, que actualmente el recurso también procede cuando se admite la
prueba pero se ordena su desahogo en forma distinta a la que se pidió en el
ofrecimiento de las partes. Un argumento psicológico confirma esta
interpretación, como se verá al analizarlo en líneas siguientes.

Ejemplo 3:

Tesis 2ª./J. 39/95.

126
³683/(1&,$ '( /$ 48(-$ (1 0$7(5,$ /$%25$/ $ )$925
DEL TRABAJADOR. OPERA AUN ANTE LA AUSENCIA TOTAL DE
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS.

La Jurisprudencia 47/94 de la entonces Cuarta Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, que lleva por rubro: "SUPLENCIA DE LA
QUEJA EN MATERIA LABORAL TRATÁNDOSE DEL TRABAJADOR.
CASO EN QUE NO OPERA", establece que para la operancia de la
suplencia de la queja en materia laboral a favor del trabajador es
necesario que se expresen conceptos de violación o agravios deficientes en
relación con el tema del asunto a tratar, criterio que responde a una
interpretación rigurosamente literal del artículo 76 bis de la Ley de
Amparo para negar al amparo promovido por el trabajador el mismo
tratamiento que la norma establece para el amparo penal, a través de
comparar palabra a palabra la redacción de las fracciones II y IV de dicho
numeral, cuando que la evolución legislativa y jurisprudencial de la
suplencia de la queja en el juicio de garantías lleva a concluir que la
diversa redacción de una y otra fracciones obedeció sencillamente a una
cuestión de técnica jurídica para recoger y convertir en texto positivo la
jurisprudencia reiterada tratándose del reo, lo que no se hizo en otras
materias quizá por no existir una jurisprudencia tan clara y reiterada
como aquélla, pero de ello no se sigue que la intención del legislador haya
sido la de establecer principios diferentes para uno y otro caso. Por ello,
se estima que debe interrumpirse la jurisprudencia de referencia para
determinar que la suplencia de la queja a favor del trabajador en la
materia laboral opera aun ante la ausencia total de conceptos de violación
o agravios, criterio que abandona las formalidades y tecnicismos
contrarios a la administración de justicia para garantizar a los
trabajadores el acceso real y efectivo a la Justicia Federal, considerando

127
no sólo los valores cuya integridad y prevalencia pueden estar en juego en
los juicios en que participan, que no son menos importantes que la vida y
la libertad, pues conciernen a la subsistencia de los obreros y a los
recursos que les hacen posible conservar la vida y vivir en libertad, sino
también su posición debilitada y manifiestamente inferior a la que gozan
ORVSDWURQHV´129

Véase cómo se invoca el contexto histórico en que se dio la norma


para interpretarla (aunque también se utilizan otros argumentos para
justificar esa conclusión).

8.3.3. El argumento Psicológico

El argumento psicológico es aquel ³por el que se atribuye a una regla


el significado que se corresponda con la voluntad del legislador histórico
concreto que la redactó,´130 claro está que dicha voluntad debe buscarse en
su manifestación externa o documental, que se identifica con el proceso
legislativo de la norma (entiéndase la exposición de motivos de la
iniciativa, así como las discusiones y dictámenes de cada una de las
cámaras y la correspondiente minuta).

Ejemplo:

Interpretación del artículo 367, fracción IV, del Código Federal de


Procedimientos Penales.

³6RQDSHODEOHVHQ HO HIHFWRGHYROXWLYR>«@ IV.- /RV DXWRV«


TXHUHVXHOYDQVLWXDFLRQHVFRQFHUQLHQWHVDODSUXHED>«@´

129 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, Septiembre 1995, tesis 2ª./J. 39/95, emitida por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, p. 333 [Registro IUS 200,727].
130 EZQUIAGA GANUZAS, FRANCISCO JAVIER, Op.cit. pp. 177.

128
Como antes se vio al estudiar el argumento histórico, ante el
planteamiento ¿si se admite una prueba, pero se ordena su desahogo en
términos distintos a su ofrecimiento, que recurso procede?, se respondería
que procede el recurso de apelación, si se toma en cuenta que inicialmente
se disponía lo siguiente:

³/RVDXWRV«TXHDGPLWDQRGHVHFKHQHORIUHFLPLHQWRGHXQDSUXHED
y aquellos en el que el Juez disponga, sin que medie solicitud de parte, el
GHVDKRJRGHDOJXQDSUXHED´

Pero además, si se analiza el proceso legislativo, en sustento de un


argumento psicológico, se advertirá que en el dictamen de la Cámara de
Senadores ± cámara de origen± sobre tal reforma se indicó:

³7RGRV ORV DXWRV UHODFLRQDGRV FRQ OD SUXHED WLHQHQ WUDVFHQGHQWDO


importancia, por lo que GHEHQVHUUHFXUULEOHVHQDSHODFLyQ´

Lo cual confirma la interpretación funcional planteada bajo el


argumento histórico que se confirma con un argumento psicológico, pues
de este último se obtiene claramente que la intención del legislador era que
todos los autos concernientes a la prueba, sin excepción alguna, era
importantes y, por consecuencia, debía proceder el recurso de apelación, no
el de revocación en caso alguno relativo a pruebas, es decir, aun cuando se
admitiera la prueba y se ordenara su desahogo en forma distinta al
ofrecimiento, procedería apelación, no revocación.

8.3.4. El argumento Pragmático

Es un argumento TXH VH FRPSRQH ³a partir de las consecuencias


favorables o desfavorables que deriven de un determinado tipo de

129
interpretación, las cuales pueden ser de cualquier tipo: sociales,
económicas, morales, entre otras.´131

Ejemplo:

Interpretación de los artículos 104 y 105 del Código Federal de


Procedimientos Penales.

³ /DV UHVROXFLRQHV FRQWUD ODV FXDOHV SURFHGD HO UHFXUVR GH
apelación, se notificarán personalmente a las partes por conducto del
secretario o actuario del tribunal. Las demás resoluciones -con excepción
de los autos que ordenen aprehensiones, cateos, providencias precautorias,
aseguramientos y otras diligencias análogas respecto de las cuales el
tribunal estime que deba guardarse sigilo para el éxito de la investigación-
se notificarán al detenido o al procesado personalmente, y a los otros
interesados en la forma VHxDODGDHQHODUWtFXORGHHVWH&yGLJR´

³- En los casos a que se refiere la segunda parte del artículo


anterior, las resoluciones que deban guardarse en sigilo, solamente se
notificarán al Ministerio Público. En las demás no será necesaria la
notificación personal al inculpado, cuando éste haya autorizado a algún
GHIHQVRUSDUDTXHUHFLEDODVQRWLILFDFLRQHVTXHGHEDQKDFpUVHOH´

Se retoma este caso visto para los argumentos teleológico e histórico,


en el que se planteó: ¿puede notificarse personalmente al ofendido una
orden de aprehensión librada contra el inculpado? Y se interpretó en el
sentido teleológico de que partiendo del fin del precepto de guardar sigilo
para que la investigación tenga éxito, en nada se interrumpe ese fin si se le
notifica al ofendido, lo cual se confirma con un argumento histórico, en
tanto que los derechos del ofendido, entre ellos ser informado del proceso,

131 Ibídem, p.286.

130
surgieron después de dicha disposición, a lo que puede agregarse un
argumento pragmático, en tanto que, evidentemente, el ofendido, si es
enterado de la resolución, no le avisará al inculpado de la orden de captura,
pues ello interrumpiría incluso su objetivo como parte en el proceso, que es
precisamente que aquél sea traído a juicio y probar su pretensión para que
se le repare el daño y se castigue al infractor.

8.3.5. El argumento A partir de principios

El argumento A partir de principios TXLHUHGHFLUTXHVHYDD³realizar


una interpretación tomando como base un principio jurídico, que puede
obtenerse de:

a) Un artículo de la Constitución que se considera que posee un


carácter fundamental;

b) De un artículo de la Constitución se deduce o presupone un


principio;

c) Los rasgos fundamentales de una regulación, de una ley o de un


sector de la legislación; y

d) Los principios generales del derecho.´132

Véase el ejemplo 3 del argumento histórico, en el que se examina


una tesis referente a la suplencia de la queja a favor del trabajador, a partir
de un argumento a partir de los principios que ahí se precisan (por ejemplo,
preservar el principio de la posición de la parte más débil en la relación
jurídica laboral); así como el ejemplo 2 del argumento apagógico, en el que
se analiza el delito de peculado, y se utiliza un argumento a partir de

132 Ibídem, p.48.

131
principios para determinar en qué casos se configura el delito (atendiendo a
un principio de política criminal que consiste en evitar la impunidad).

8.3.6. El argumento por reducción al absurdo o Apagógico

El argumento Por reducción al absurdo o Apagógico es DTXHO ³que


permite rechazar una interpretación de un documento normativo de entre
las teóricamente posibles, por las consecuencias absurdas a las que
conduce.´133

Ejemplo 1:

Tesis VI.2º.44 L.

³5(181&,$'(/75$%$-$'2512&2167,78<(9,2/$&,Ï1
DE DERECHOS INALIENABLES. De la interpretación sistemática de los
artículos 123, apartado "A", fracción XXVII constitucional, 5o., fracción
XIII, 33 y 35 de la Ley Federal del Trabajo, se deduce que los derechos
establecidos en favor de los trabajadores son irrenunciables; sin embargo,
esto no significa que el trabajador carezca de la facultad de dar por
terminada la relación laboral y por ende de renunciar al trabajo, pues de
sostener lo contrario aduciendo que es un derecho irrenunciable se daría
lugar al absurdo de obligar al trabajador a prestar sus servicios sin su
pleno consentimiento contraviniendo de esta manera ostensiblemente lo
preceptuado en el artículo 5o. constitucional, que en su párrafo tercero
textualmente señala: "Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos
personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento, salvo el

133 Ibídem, p. 249.

132
trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual se ajustará a
lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.´134

Como se advierte de esa interpretación de un Tribunal Colegiado,


primero se utilizó un argumento sistemático en sentido estricto para
concluir que los derechos de los trabajadores son irrenunciables, pero se
agregó un argumento apagógico para precisar que el derecho mismo a
laborar o a no laborar es irrenunciable, porque sería absurdo obligarlo a
trabajar, de manera que se hizo una diferenciación entre la naturaleza de
dos derechos, el de laborar y los que surgen con motivo de la relación
laboral, además de que se agregó un argumento a partir de principios, pues
se citó el derecho fundamental que establece el artículo 5º Constitucional
como justificación de la interpretación adoptada.

Ejemplo 2:

Interpretación del artículo 223, fracción I, del Código Penal Federal,


que tipifica el delito de peculado.

³&omete el delito de peculado:

I. Todo servidor público que para usos propios o ajenos distraiga de


su objeto dinero, valores, fincas o cualquier otra cosa perteneciente al
Estado, al organismo descentralizado o a un particular, si por razón de su
cargo los hubiere recibido en administración, en depósito o por otra
FDXVD´

Ante esa disposición surge esta interrogante: ¿para la configuración


del delito, respecto al elemento normativo distracción, es necesario conocer

134 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IV, Agosto 1996, tesis VI.2o.44 L, emitida por el Segundo Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito, p. 724 [Registro IUS 201,786].

133
una norma que determine el objeto de los bienes o puede obtenerse a partir
de una conducta que esté fuera de toda norma racional? Una interpretación
ante esa cuestión, apoyada en la necesidad de un argumento gramatical,
podría ser de un Tribunal Colegiado que al conceder el amparo
determinara:

³4Xe para poder afirmar que hubo distracción del numerario era
indispensable conocer el marco normativo que regía el manejo de los
recursos presupuestales, para saber qué tipo de prohibiciones, limitaciones
y controles había, porque solamente atendiendo al régimen legal se podría
pensar conforme a un elemental orden lógico que sería posible determinar y
en su caso probar que algún bien o recurso fue desviado o distraído de su
objeto o finalidad, ya sea durante su obtención, administración,
autorización de su destino, manejo o aplicación final, pero de no contarse
con ese contexto normativo no podrá conjeturarse sobre posible
GHVYLDFLRQHV´

No obstante, una diversa interpretación, en el sentido de que un


argumento apagógico, sumado a un argumento a partir de principios,
supera la necesidad de uno gramatical, podría ser la respuesta indirecta de
un juzgador, que en el mismo juicio, ante otro inculpado, ya con el
antecedente del amparo antes citado, resolviera:

³(VWH MX]JDGRU GHO SURFHVR UHVSHWXRVDPHQWH GLVLHQWH GH tal


apreciación, porque la ausencia de normatividad (o la ignorancia de ella) no
impide demostrar que si el dinero público se transfirió a cuentas bancarias
privadas, diversas a la del servidor público responsable, y no precisamente
a través de procedimientos transparentes sino incluso mediante artificios
financieros (como la falsedad del nombre del beneficiario) y la ausencia de

134
prueba alguna de que fue para cubrir un gasto contingente de la Presidencia
de la República, la distracción se ha cometido.

Esa normatividad podría ser útil en el camino del esclarecimiento de


la distracción, pero en las condiciones dadas, no podría ser útil para
justificarlo, so pena de suponer que de existir tales normas (que el propio
tribunal de amparo no afirma que existan) estarían diseñadas de tal manera
que permitieran canalizar recursos públicos hacia beneficios personales,
aún con uso de artificios para evitar el rastreo de esa aplicación y, todavía
más, para autorizar que no se conservara documentación alguna de su
aplicación, lo cual es evidentemente inaceptable.

Así, en este caso es clara la distracción del numerario, habida cuenta


que el mismo día en que fue recibido se depositó a otra cuenta de terceros.
Tal acontecimiento resulta inexplicable y hasta este momento no se ha
justificado de alguna manera, por lo tanto, es inevitable que por simple
sentido común este juzgador deba determinar que esa maniobra de
depositar, luego retirar y depositar nuevamente pero en diversa cuenta de
terceros es de suyo suficiente para afirmar que hubo distracción de su
objeto del dinero recibido, con independencia de cuál haya sido, en su caso,
la normatividad imperante en la época de los hechos para el manejo de los
recursos presupuestales, adoptar ese criterio en este caso concreto no hace
más que generar impunidad, ante la conducta palpable de desvío de
recursos HMHFXWDGDSRUHODFWLYR´

En la decisión del juez, el argumento apagógico se identifica porque


se señala que es inaceptable suponer que exista una norma que avale
hechos fuera de toda racionalidad, como lo son las maniobras aludidas con
los recursos, mientras que el argumento a partir de principios se advierte

135
cuando afirma que una interpretación contraria generaría impunidad ante
una conducta palpable de desvío de recursos.

8.3.7. El argumento de autoridad

El argumento de autoridad es aquel por ³el que a un enunciado


normativo se le} atribuye un significado que ya le había sido atribuido, es
decir, se utiliza la opinión de otra persona a favor de una tesis propia, por lo
que es relevante la función del prestigio que se le reconozca a la autoridad
invocada sobre ese tema en particular.´135

En el ámbito jurídico se recurre a la jurisprudencia, tesis aisladas, a


la doctrina o a la comparación de ordenamientos jurídicos de distintas
latitudes. Un ejemplo sería invocar la interpretación judicial de distintos
países en torno a un tema y aplicarla como sustento de una interpretación
propia con base en la legislación interna, justificando la posibilidad de
realizar esa interpretación con base en la similitud de las normas en examen
o la evolución de la institución jurídica que regulan.

EJERCICIOS Y PREGUNTAS 1:

1. Una tribu tiene un único código de conducta escrito desde tiempos


inmemoriales sobre un papiro y en el que figuran una norma y dos
definiciones excepcionales, de modo que el sistema normativo de
nuestra tribu (NsT) está formado por la norma N1 Y las definiciones
D1 y D2:

NI: «Debes amar a tu prójimo»

D1: «Amar» es ayudar y no agredir

135 EZQUIAGA GANUZAS FRANCISCO JAVIER, Op.cit. pp. 325-326.

136
D2: «Tu prójimo» es tu familia y tu vecino

Con los elementos antes descritos configure una base axiomática para un
código de conducta nuevo de nuestra tribu.136

2. ¿Qué es la argumentación jurídica?


3. ¿Cómo se denomina al argumento que se utiliza para rechazar
cualquier otra hipótesis distinta a la expresamente contemplada por
el legislador?
4. ¿En qué casos se utiliza el argumento semántico para desentrañar el
significado de una norma?
5. ¿Cómo se denomina al criterio de interpretación de la norma, que
establece que para entender correctamente un precepto es necesario
relacionarlo con todos los demás del ordenamiento al que pertenece?
6. ¿En qué consiste el argumento a sedes materiae?
7. ¿Cómo se denomina al argumento que establece que la atribución del
significado de una norma se lleva a cabo a partir del título que
encabeza el grupo de artículos en el que se encuentra ubicado el
enunciado?
8. ¿En qué consiste el argumento de la no redundancia?
9. El criterio funcional como pauta interpretativa posee siete
argumentos, señale cuáles son éstos.
10.¿En qué consiste el argumento teleológico?
11.Uno de los argumentos que utiliza el criterio funcional de
interpretación para desentrañar el sentido de una norma, es el
denominado argumento histórico, señale para qué nos sirve dicho
argumento.
136 RESPUESTA: NI, D1 y D2 configuran la base axiomática del sistema normativo de nuestra tribu imaginaria (NsT), las normas derivadas
OyJLFDPHQWHGHHVWDVQRUPDVFRGLILFDGDVVHUiQ1³'HEHVD\XGDUDWXIDPLOLD´1³'HEHVD\XGDUDWXYHFLQR´1³1RGHEHV DJUHGLUDWXIDPLOLD´
N5³1RGHEHVDJUHGLUDWXYHFLQR´

137
12. Suponga que en una resolución se señala lo siguiente: ³ « $O
situarse el artículo 45, párrafo 1, inciso b), fracción II, de la invocada
ley procesal [LGSMIME[ en el capítulo relativo a la legitimación y
personería, su alcance jurídico debe circunscribirse propiamente a la
capacidad ad causam y ad procesum de los sujetos para presentar el
medio respectivo, mas no para determinar cuáles son los supuestos
de procedencia específicos, ya que éstos están en un capítulo
GLVWLQWR´$KRUDELHQVHxDOHTXpDUJXPHQWRGHOFULWHULRVLVWHPiWLFR
de interpretación se utilizó en el texto que acaba de leer. Justifique su
respuesta.
13.¿Cómo se denomina al argumento que consiste en la interpretación
de la norma a partir de las consecuencias favorables o desfavorables
que deriven de un determinado tipo de interpretación, las cuales
pueden ser de cualquier tipo: sociales, económicas, morales,
etcétera?
14.¿Cómo se denomina al criterio de interpretación que tiene como base
la finalidad de la ley, el contexto histórico en el que se produjo, la
intención del legislador, sus consecuencias prácticas y normativas,
así como los principios que la rigen?
15.El argumento a partir de principios, consiste en realizar una
interpretación tomando como base un principio jurídico. Ahora bien,
señale cómo puede obtenerse dicho principio jurídico para realizar la
citada interpretación.
16.¿Cómo se denomina al argumento que consiste en atribuir a un
enunciado normativo un significado que ya le había sido asignado, es
decir, se utiliza la opinión de otra persona a favor de una tesis propia,
por lo que es relevante la función del prestigio que se le reconozca a
la autoridad invocada sobre ese tema en particular?

138
17.¿Cómo se denomina al razonamiento incorrecto o inválido, pero
psicológicamente persuasivo, cuyo fin es provocar actitudes de
aceptación en lugar de brindar razones, ya que tiene apariencia de
razonamiento correcto pero en realidad es erróneo o engañoso?
18.6XSRQJDTXHHQXQHVFULWRVHOHHORVLJXLHQWH³(ORIHQGLGRGLFHTXH
fue abusado sexualmente por el acusado. Lo anterior no es creíble,
pues sucede que el ofendido fue condenado hace muchos años por
YLRODFLyQ´$KRUDELHQHQHVWHFDVRVHFRQVLGHUDTXHVHHVWi
utilizando una falacia, precise cuál es ésta. Justifique su respuesta.
19.¿En qué consiste la falacia de composición?
20.¿En qué casos se incurre en la falacia de apelación a la ignorancia (ad
ignorantiam)?
21.¿Cómo se denomina al argumento que consiste en asumir como
premisa a la conclusión a la que se quiere llegar, es decir, que toma
como premisa de una demostración precisamente lo que se pretende
demostrar.
22.¿En qué consiste la argumentación en materia de hechos?
23.¿En qué falacia se incurre, cuando al formular un argumento se
recurre a la admiración hacía un personaje famoso para tratar de
obtener sostén para una afirmación?
24.¿En qué consiste la falacia denominada Ad baculum?
25.El argumento psicológico es aquel por el que se atribuye a una regla
el significado que se corresponda con la voluntad del legislador
histórico concreto que la redactó. En ese tenor, diga en dónde debe
buscarse esa voluntad del legislador para efectos del referido
argumento.
26.¿En qué consiste el argumento por reducción al absurdo?

139
CAPITULO IV

LAS FALACIAS COMO VICIOS EN LA ARGUMENTACIÓN

En el siguiente apartado, se tiene la finalidad de exponer los distintos


tipos de falacias en las que comúnmente se suele caer, se presentan algunos
ejemplos con el objetivo, de que de una manera explicativa se comprenda
mejor el uso de las falacias, iniciaremos analizando el concepto para pasar
después a la tipología.

1. CONCEPTO

Una falacia se puede definir cRPR ³un razonamiento incorrecto o


inválido, pero psicológicamente persuasivo, cuyo fin es provocar actitudes
de aceptación en lugar de brindar razones, ya que tiene apariencia de
razonamiento correcto pero en realidad es erróneo o engañoso (falaz). Al
respecto Atienza reitera las características de una falacia como argumento
que carece de validez, pero que muchas veces logra persuadir.´137 De igual
forma, Herrera y Torres señalan:

³(Q SULPHU OXJDU HTXLYDOH D XQ UD]RQDPLHQWR LQFRUUHFWR, estará


compuesta de premisas y conclusión; y en segundo lugar, se trataría de
persuadirnos de que ésta, la conclusión, está justificada en las premisas,
cuando en realidad no es así: es decir, no hay conexión correcta entre unas
y otra; es más, según lo expuesto, las premisas ni siquiera podrían
considerarse razones favorables a la verdad de la conclusión, sino una
especie de trampas psicológicas que nos inclinan a la aceptación de ésta
última, sea -no importa- YHUGDGHUDRIDOVD´138

137 ATIENZA MANUEL, LA GUERRA DE LAS FALACIAS. Cajica, México, 2004.


138 HERRERA IBÁÑEZ ALEJANDRO Y TORRES JOSÉ ALFREDO. Falacias, Torres Asociados, México, 1994, pp. 15-16.

140
Asimismo, Gerardo Dehesa indica que ³una falacia es un argumento
incorrecto, dotado sin embargo de fuerza persuasiva y apariencia de ser un
buen argumento.´139

2. TIPOLOGÍA DE FALACIAS.

Una primera clasificación de las falacias, seria la que se


distinguen, en dos grandes grupos: las falacias formales y falacias
informales o por razón de su contenido.

Las falacias formales son argumentos incorrectos por razón de su


forma o estructura, si bien, debido también a su misma forma tienen una
cierta apariencia de validez. O como mencionan los autores Alejandro
Herrera y José Alfredo Torres ³SXHGHQ H[SUHVDUVH PHGLDQWH VtPERORV
lógicos, distinguiendo con precisión las partes que las componen, son
argumentos incorrectos por razón de su forma; las segundas no pueden
formalizarse y solo se describen de una manera general sus elementos
mediante el lenguaje natural, son argumentos incorrectos por razón de su
contenido, ya que la conclusión no se justifica en las premisas aportadas,
pero se pretende persuadir mediante elementos intrascendentes o
FRQIXVRV´140

En cuanto a las falacias informales o materiales, se dice que éstas son


argumentos incorrectos, no por razón de su forma o estructura, sino porque
debido a una cierta aptitud psicológica para persuadir indebidamente,
parecen argumenWDFLRQHV ³Se clasifican en falacias de irrelevancia y
falacias de ambigüedad, las primeras se agrupan en transferencia de
propiedades, apelación a los sentimientos, referencia insuficiente,

139 DEHESA DÁVILA GERARDO, Introducción a la retórica y a la argumentación, 3ª ed., Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, 2006,
p.336.
140 HERRERA IBÁÑEZ ALEJANDRO Y TORRES JOSÉ ALFREDO. Falacias, Torres Asociados, México, 1994, pp. 16-17.

141
conclusión irrelevante y causa falsa, mientras que las segundas se
distinguen en casos de semántica, sintáctica, fonética y
141
GHVFRQWH[WXDOL]DFLyQ´

Podemos determinar como aspectos irrelevantes de las falacias


LQIRUPDOHVFXDQGR³VHVHxDODQFXDOLGDGHVLQWUDVFHQGHQWHVSHUWHQHFLHQWHVD
personas u otras entidades, como son: mencionar aspectos de la persona
que no vienen al caso para el análisis de un determinado razonamiento,
expuesto por tal persona; mencionar circunstancias personales irrelevantes
para el análisis de un razonamiento determinado, expuesto por alguien que
ha vivido esas circunstancias; aludir a los rasgos de una autoridad
intrascendentes para el examen de un argumento planteado por aquél;
mencionar aspectos de un conjunto de elementos que tampoco vienen al
caso para describir las características de alguno de esos elementos en
particular, o viceversa, mencionar aspectos de cierto elemento en particular
que no vienen al caso para describir las características del conjunto al que
SHUWHQHFH´142

Particularmente las falacias de ambigüedad son argumentaciones que


recurren, precisamente, a la ambigüedad, esto es, a términos o enunciados,
cuyos significados cambian en el curso del argumento.

Las principales de ambigüedad son:

x La anfibología. Cuando la ambigüedad depende del significado


confuso de la frase entera o, en el caso de un razonamiento, de la
ambigüedad de las premisas cuyas formulaciones son ambiguas a

141 IBÍDEM, pp. 18-19.


142 Ibídem, p. 25.

142
causa de su construcción gramatical. Es decir, puede ser verdadero
bajo una interpretación y falso bajo otra.

x El énfasis o acento. Cuando la ambigüedad depende del tono que se


da a una frase o a un término de la misma.

x El equívoco. Cuando la ambigüedad proviene de confundir los


diversos sentidos que puede tener una misma palabra.

x La composición. La ambigüedad proviene de atribuir al todo o al


grupo lo que conviene a la parte o al miembro del grupo, como si lo
que conviene a la parte debiera convenir igualmente al todo.

x La división. La ambigüedad proviene de suponer que lo que


conviene al todo, o al grupo, conviene también a la parte, o al
miembro del grupo, como si lo verdadero respecto del todo se
dividiera en partes.

Las falacias de atingencia o de relevancia son argumentaciones en


las que las premisas no tienen relevancia lógica respecto de la
conclusión.

Las principales falacias de atingencia son:

x Argumentum ad baculum (o apelación a la fuerza).


Cuando la fuerza persuasiva de la argumentación reside
únicamente en la fuerza que posee quien propone el argumento, o
la fuerza de tipo externo que se nombra o personifica en el
argumento.

143
x Argumentum ad hominen (argumento contra el hombre).
Puede ser ofensivo, o argumento de réplica, que no se preocupa
por referirse a la verdad de los argumentos, las razones o las tesis
del adversario, sino que pone en cuestión o critica a la persona
que los propone.
x Argumentum ad ignorantiam (apelación a la ignorancia).
Es la falacia que consiste en creer que algo está demostrado
precisamente porque no hay argumentos en contra o bien su
falsedad no ha sido probada todavía.
x Argumentum ad populum (apelación a los sentimientos).
Cuando se recurre a una terminología emotiva para provocar los
sentimientos de la gente.
x Ignoratio elenchi (tesis o conclusión irrelevante).
Cuando se manifiesta ignorancia respecto de lo que se discute.
Las premisas son pertinentes respecto de la conclusión, pero ésta
no tiene nada que ver con lo que está en cuestión.

Veamos de forma ejemplificativa, la utilización y desarrollo de las


falacias agrupándolas conforme a las clasificaciones antes citadas.

3. FALACIAS FORMALES

1) Afirmación del consecuente

2) Negación del antecedente

4. FALACIAS INFORMALES DE IRRELEVANCIA

b1) Transferencia de propiedades

1) Hacia el hombre (Ad hominem)

144
2) Apelación a la autoridad (Ad verecundiam)

3) De División

4) De Composición

b2) Apelación a los sentimientos

1) Apelación a la fuerza o al temor (Ad baculum)

2) Apelación a la piedad (Ad misericordiam)

3) Apelación a la ignorancia (Ad ignorantiam)

4) Dirigido al pueblo o la masa provocando emociones (Ad populum)

b3) Referencia insuficiente

1) Generalización amplia o de accidente

2) Generalización precipitada o de accidente inverso

3) Petición de principio o de circularidad

4) Bifurcación

b4) Conclusión irrelevante (ignorantio elenchi)

b5) Causa falsa (Non causa pro causa, cum hoc ergo propter hoc /
post hoc ergo propter hoc)

5. DE AMBIGÜEDAD

1) Equívoco (semántica)

2) Anfibología (sintáctica)
145
3) Énfasis o acento (fonética)

3. FALACIAS FORMALES

Tal como antes se indicó, las falacias formales pueden expresarse


mediante símbolos lógicos, diferenciando claramente su contenido, son
argumentos incorrectos por su forma. Su identificación presupone
conocimientos previos en lógica formal, pero para identificarla basta con
examinar su contenido y advertir la finalidad de persuadir a partir de
conclusiones que claramente no se sustentan en las premisas. Enseguida se
analizan algunas de ellas:

3.1. Afirmación del consecuente

Esta falacia es un argumento similar a una aplicación del modus


ponens (de lógica formal), pero con la afirmación del consecuente como
premisa en vez de la afirmación del antecedente.

³6L XQ WHVWLJR VH FRQGXFH FRQ IDOVHGDG HQ XQa diligencia judicial
(antecedente) su dicho no tendrá valor probatorio en el proceso
(consecuente)´143.

Ejemplo:

El testimonio de Pedro no tiene valor probatorio (consecuente), por


tanto, Pedro se condujo con falsedad en una diligencia (antecedente).

Como se puede apreciar en el ejemplo, la conclusión final del


argumento es el antecedente a partir de la afirmación del consecuente, sin
embargo, de acuerdo con la lógica formal la conclusión necesariamente
debe ser el consecuente a partir de la afirmación del antecedente. Dicho en

143 Véase el artículo 289, fracción IV, del Código Federal de Procedimientos Penales.

146
otras palabras, es válido afirmar una consecuencia a partir de un
antecedente que la determina, pero no es válido llegar a una conclusión en
sentido inverso, porque es la causa lo que determina el efecto y no a la
inversa, de manera que el hecho de que un testigo se conduzca con falsedad
en una diligencia judicial, es lo que determinaría que su dicho no tenga
valor probatorio en el proceso, pero no puede afirmarse que por el solo
hecho de que su declaración no tenga valor probatorio haya narrado hechos
falsos, porque la falta de valor probatorio puede deberse a otras causas,
como por ejemplo que se trate de un testimonio de oídas (que no le conste
directamente el hecho narrado, sino que lo haya conocido por referencias
de otra persona).144

Esta falacia es lo contrario a la falacia de Negación del antecedente.

3.2. Negación del antecedente

Esta falacia es un argumento que simula una aplicación del modus


tollens (de lógica formal), pero con la negación del antecedente en vez de la
negación del consecuente.

Ejemplo:

"Si el acusado confiesa haber cometido el delito y su declaración es


verosímil (antecedente), debe dictársele sentencia condenatoria en un
proceso penal federal (consecuente). La confesión del acusado es
inverosímil (negación del antecedente), por lo que debe ser absuelto
QHJDFLyQGHOFRQVHFXHQWH ´ 145

Como se advierte del ejemplo, lo correcto sería afirmar que el


acusado debe ser absuelto (negación del consecuente) porque su confesión

144 Véase el artículo 289, fracción III, del Código Federal de Procedimientos Penales.
145 Véase el artículo 287, fracción IV, del Código Federal de Procedimientos Penales.

147
es inverosímil (negación del antecedente), pero no a la inversa como se
pretende persuadir, ya que la confesión puede ser verosímil, pero es posible
que haya otras pruebas en su contra, ante lo cual de igual manera
procedería condenarlo. Esta falacia es lo contrario a la falacia de
Afirmación de lo consecuente.

4. FALACIAS INFORMALES

A diferencia de las anteriores (falacias formales), las informales no


son simbolizables en lógica formal, o al menos no es fácil hacerlo, aunque
algunas como las falacias de composición y división sí se podrían
simbolizar; esa dificultad estriba en que su incorrección va estrechamente
ligada a las circunstancias en las cuales tiene lugar su enunciación, por el
hecho de ir asociadas a errores semánticos o sintácticos, o ambos.146

En otras palabras, son razonamientos en los cuales lo que aportan las


premisas no es adecuado para justificar la conclusión a la que se quiere
llegar. Se quiere convencer no aportando buenas razones sino apelando a
elementos no pertinentes o, incluso, irracionales.

4.1. Falacias informales de irrelevancia

4.1.1. Transferencia de propiedades

Es un planteamiento no pertinente de rasgos distintivos, es decir


equívoca transferencia de propiedades del sujeto, al objeto de la
argumentación.147

Ƈ Hacia el hombre (Ad hominem)

146 HERRERA IBÁÑEZ, ALEJANDRO Y TORRES, JOSÉ ALFREDO, FALACIAS, Torres Asociados, México, 1994, pp. 17-18.
147 Ibídem, p. 25.

148
Significa literalmente "argumento dirigido al hombre". Existen dos
variedades. La primera es la forma abusiva u ofensiva. Si se rehúsa a
aceptar una afirmación, y justifica su rechazo criticando a la persona que
hizo tal afirmación, entonces en realidad se trata de un argumentum ad
hominem abusivo.

Ejemplo:

³El ofendido dice que fue abusado sexualmente por el acusado. Sin
embargo, sucede que el ofendido fue condenado hace muchos años por
violación.´ 148

Esto es una falacia porque la verdad de una aserción no depende de


las virtudes de la persona que la afirma, de modo que en el ejemplo, el
hecho previo de que el ofendido haya sido condenado por violación, no
significa que no haya podido ser la víctima en otra ocasión, ya que no hay
ninguna relación que vincule en ese sentido un hecho al otro.

Una forma menos obvia del argumentum ad hominem es la de


rechazar una proposición basándose en el hecho de que también fue
afirmada por alguna otra personalidad fácilmente criticable.

Ejemplo:

³&yPRHVSRVLEOHTXHVHPHFRQGHQHVLWRGDODFRPXQLGDGTXHPH
apoya y que está afuera del juzgado en una manifestación, grita
LQFDVDEOHPHQWHTXHVR\LQRFHQWH´149

Véase cómo se pretende apoyar la conclusión en lo que un grupo de


personas afirma sobre un hecho, lo cual es fácilmente criticable si no se

148 0DWKHZ³/yJLFD\)DODFLDV´(ODWHLVPRHQODUHGWUDGSRU6HUJLRIHFKDGHDFWXDOL]DFLyQIHEUHURGH
149 Ibídem.

149
aportan evidencias para demostrarlo. Una segunda forma de argumentum
ad hominem es tratar de persuadir a alguien de aceptar una afirmación que
usted hizo, refiriéndose a las circunstancias particulares de esa persona.

Ejemplo:

³No puedo creer que me dicte sentencia condenatoria por el delito


de piratería de literatura, Señor Juez, si veo que Usted tiene varias copias
GHOLEURVDTXtPLVPRHQVXRILFLQD´150

No siempre es inválido referirse a las circunstancias de un individuo


que hace una declaración. Si una persona es un conocido mentiroso o
perjurador, este hecho le restará credibilidad como testigo. No probará sin
embargo, que su testimonio sea falso en este caso. Tampoco alterará la
confiabilidad de cualquier razonamiento lógico que haga.

Finalmente, la atribución de contradicción (Tu quoque), es la famosa


falacia GH ³W~ WDPELpQ´. Ocurre cuando uno argumenta que una acción es
aceptable por que su oponente también la hizo.

Por ejemplo:

- ³Señor Juez mi esposo me golpea todos los días, por favor


concédame el divorcio para que ya no me maltrate.

- ¿Y qué? Contesta el marido en la diligencia judicial, tu siempre


UHSULPHVDQXHVWURVKLMRV´151

Esto es un ataque personal, y por lo tanto, un caso especial de


Argumentum ad hominem. Se obtiene del ejemplo que en lugar de refutar la

150 Ibídem.
151 Ibídem.

150
imputación directa, se ataca a la persona que la formula, revirtiendo la
acusación.

Ƈ Apelación a la autoridad (Ad verecundiam)

El recurso a la autoridad usa la admiración hacia un personaje


famoso para tratar de obtener sostén para una afirmación.

Ejemplo:

³Pedro Martínez [quien se considera una eminencia en derecho


penal] dice que mi caso no era una prestación de servicios independientes,
sino una verdadera prestación de un servicio personal subordinado
>GHUHFKRODERUDO@´152

Este tipo de argumento no siempre es incorrecto, puesto que puede


ser relevante apoyarse a una autoridad respetada en alguna materia, si se
está discutiendo ese tema, pero en el ejemplo se apela a la autoridad de un
doctrinario en una materia que no es la suya.

Ƈ De división

Es la falacia opuesta a la de la composición. Consiste en asumir que


la propiedad de algo debe aplicarse a sus partes, o que la propiedad de una
colección de entes es compartida por cada integrante.

³Tú estabas en el lugar del crimen, cuando Pedro lo cometió. Por


tanto, debes haber partLFLSDGRFRQpOHQHOKRPLFLGLR´153

En el ejemplo se advierte que por el sólo hecho de que una persona


se encontrara en el lugar del crimen (que cometió otro sujeto) se le atribuye

152 Ibídem.
153 Ibídem.

151
coparticipación, sin embargo, ello pudo haber sido circunstancial, de
manera que su sola presencia no lo hace copartícipe.

Ƈ De composición

Las falacias de composición consisten en concluir que una propiedad


compartida por un número de cosas en particular, también es compartida
por la suma de esos entes; o que la propiedad de las partes de un objeto
debe ser también una propiedad del objeto entero.

Ejemplos:

³Todos los que hayan vivido en esta casa tienen derecho a una
acción civil para que se les UHFRQR]FDFRPRVLIXHUDSURSLD´154

Se advierte que es una falacia porque la estancia temporal en una


vivienda de una persona no demuestra el derecho aludido, por ejemplo que
haya pasado unos días de vacaciones y en ese sentido se tome como si
hubiera vivido en el domicilio; pues se requiere un comportamiento como
dueño de buena fe y demás requisitos para ese caso en materia civil, que sí
pudo haber desarrollado otra persona que vivió en el lugar muchos años,
realizaba los pagos de servicios y demás actividades que harían procedente
la acción.

4.1.2. Apelación a los sentimientos

Se trata de conmover en lugar de convencer, y puede lograrse


apelando a los sentimientos del interlocutor, los cuales carecen de
relevancia para demostrar la verdad o falsedad de la conclusión.

Ƈ Apelación a la fuerza o al temor (Ad baculum)

154 Ibídem.

152
Esta falacia se presenta cuando alguien apela a la fuerza o al temor (o
la amenaza de ella) para presionar y hacer aceptar una conclusión. Es
comúnmente usada por políticos y puede ser fácilmente resumida comR³HO
SRGHUKDFHTXHVHDFRUUHFWR´

La amenaza no tiene que venir necesariamente de la persona con


quien se discute.

Ejemplo:

³Yo soy un funcionario federal muy importante [y además muestra


que trae una pistola fajada a la cintura], de manera que ya sabrá Usted
señor Magistrado si me concede o no el amparo, el asunto está muy claro,
¢RQR"´155

Es claro como se pretende intimidar en lugar de aportar razones (y


pruebas) para obtener la pretensión jurídica.

Ƈ Apelación a la piedad (Ad misericordiam)

Este es el recurso a la piedad, también conocido como súplica


especial. Esta falacia se comete cuando alguien apela a la piedad para que
se acepte una conclusión.

Ejemplo:

³Yo no maté a mis padres con un hacha. Por favor no me condenen;


ya estoy sufriendo PXFKRVLHQGRXQKXpUIDQR´156

155 Ibídem.
156 Ibídem.

153
Véase que se pretende apelar a la piedad en lugar de probar que la
imputación no es verdadera, con lo que se busca persuadir en lugar de
convencer.

Ƈ Apelación a la ignorancia (Ad ignorantiam)

Argumentum ad ignorantiam significa "argumento desde la


ignorancia". La falacia ocurre cuando se dice que algo debe ser cierto
simplemente porque no se ha probado su falsedad. O, equivalentemente,
cuando se dice que algo es falso porque no se ha probado su veracidad.

Nótese que esto no es lo mismo que asumir que algo es falso hasta
que se demuestre que es cierto. En la ley, por ejemplo, se asume la
inocencia de alguien hasta que se demuestra su culpabilidad.

³Por supuesto que el testigo dijo mentiras, nadie más vino a apoyar
su declaración en este SURFHVR´157

Se aprecia en el ejemplo que se busca persuadir de la falsedad del


testimonio, no aportando diversas pruebas que lo controviertan, sino
alegando que no es necesario probar la afirmación, sino que quien la niegue
debe demostrar lo contrario, lo cual no es acorde al principio de teoría
general del proceso que determina que quien afirma un hecho es quien debe
probarlo, no quien lo niegue, a menos que la negativa implique una
afirmación.

Un caso especial de esta falacia de Argumentum ad ignorantiam, es


la de poner el peso de la prueba sobre la persona que niega o cuestiona la
afirmación es decir, trasladar el peso de la prueba ya que esa carga siempre

157 Ibídem.

154
la tiene la persona que afirma algo. La fuente de la falacia es la suposición
de que algo es verdad a no ser que se pruebe lo contrario.

³Bueno, yo acuso definidamente a esta persona de haber cometido el


delito y pido que se le condene [postura del Ministerio Público en un juicio
penal], o acaso demostró VXLQRFHQFLD´158

En relación a dicho ejemplo, recuérdese que en materia penal impera


el principio de presunción de inocencia, de manera que la carga de probar
el delito y la culpabilidad del acusado es para el fiscal, al grado que si no lo
hace, aquél se presume inocente.

Ƈ Dirigido al pueblo o la masa provocando emociones (Ad


populum)

También conocido como recurso al pueblo. Se comete esta falacia si


se intenta ganar aceptación de una afirmación apelando a un grupo grande
de gente. Frecuentemente este tipo de falacia se caracteriza por usar un
lenguaje emotivo. Al mismo ejemplo visto en la falacia Ad hominem se le
agrega lo siguiente:

³&yPRHVSRVLEOHTXHVHPHFRQGHQHVLWRGDODFRPXQLGDGTXHPH
apoya y que está afuera del juzgado en una manifestación, grita
incasablemente que soy inocente, [a lo que se agrega] es evidente que
WDQWDJHQWHQRSXHGHHVWDUHTXLYRFDGD´159

Véase como la intención del argumento es persuadir que un grupo de


personas no pueden estar equivocadas, sencillamente porque es la opinión
del pueblo (entendida la expresión en un sentido de cantidad).

158 Ibídem.
159 Ibídem.

155
La forma más típica de esta falacia es la Ad-Numerum en todo tipo
de discurso, que consiste en decir que cuanto más gente sostenga o crea en
una proposición, más posibilidades de ser cierta tiene.

Ejemplo:

"Yo aporte siete testigos para demostrar que mi acción es


procedente, en cambio el demandado sólo trajo a dos testigos para probar
sus excepciones, por lo que es obvio que se me deben satisfacer mis
pretensiones señor Juez.

La gran mayoría de la gente en este país cree que la pena capital


tiene un notable efecto de prevenir e impedir delitos. Sugerir que no es así
ante tanta evidencia es ridículo."160

Los ejemplos se explican por sí mismos, pues apelan de igual manera


a la voz popular para pretender sustentar un hecho, en lugar de aportar
pruebas.

Otra variante es Argumentum ad-antiquitate que declara que algo es


correcto o bueno simplemente porque es antiguo, o porque "siempre ha
sido así".

³(QPXFKDVRFDVLRQHVKHOOHYDGRGLOLJHQFLDVHQHVWRVWpUPLQRVSRU
lo que ahora no se me puede exigir que cumpla con la ley, si nunca se ha
acatado esa disposición [afirma una de las partes durante una diligencia
MXGLFLDO@´161

160 Ibídem.
161 Ibídem.

156
Éste último es lo opuesto al Argumentum ad novitatem que sostiene
la corrección de lo novedoso, pues se afirma que algo es mejor o más
correcto simplemente porque es más nuevo.

³El Código Penal del Distrito Federal es mucho mejor que el


Código Punitivo Federal, ya que es más nuevo, por lo que seguramente
acogió las doctrinas dominantes actuales en la materia´162

Otro supuesto es el Argumentum ad crumenam: Es la falacia de creer


que el dinero es un criterio de corrección. Aquellos con más dinero son más
proclives a tener razón.

³Es imposible que yo haya robado como se me acusa, que necesidad


tendría si soy multiPLOORQDULR´163

Véase cómo se pretende contrarrestar un cargo de un delito contra el


patrimonio, apelando a que sería innecesario si se tiene solvencia
económica.

De igual forma, pertenece a esta clasificación el Argumentum ad


Lazarum; Es la falacia de asumir que los pobres son mas íntegros
(humildes o sencillos) y virtuosos que los que tienen más dinero y poder.

³Yo soy pobre pero honrado, siempre he vivido en una choza y me


alimento de lo que la tierra me proporciona, como es posible que crean
que me robé el maíz que yo mismo HVWDEDHQFDUJDGRGHVHPEUDU´164

Es claro en el ejemplo, como se apela a la falta de recursos como


fundamento para demostrar integridad y refutar una acusación de un delito
precisamente de contenido patrimonial.
162 Ibídem.
163 Ibídem.
164 Ibídem.

157
Finalmente, también se identifica el Argumentum ad nauseam, que es
la creencia incorrecta de que es más posible que una afirmación sea cierta o
aceptada como cierta cuanto más veces se escuche. De tal manera, el
argumentum ad nauseam es el que emplea la repetición constante, diciendo
la misma cosa una y otra vez hasta que uno se enferme de escucharlo.

³7RGRPXQGRVDEHSXHVVHDILUPDFRQVWDQWHPHQWHTXHORVMXHFHVQR
VRQLPSDUFLDOHV´165

Se observa en el ejemplo que el sustento del argumento es la


repetición de que ocurrió un hecho, en lugar de aportar evidencia que lo
demuestre.

4.1.3. Referencia insuficiente

Se trata de llegar a conclusiones omitiendo lo que puedan aportar


otros datos en contra de lo que se afirma, mediante generalizaciones sobre
personas u objetos, por falta de elementos de juicio para desplegar
planteamientos diferentes que fundamenten la idea general, entre otros
casos.

Ƈ Generalización amplia o de accidente

Una generalización amplia ocurre cuando una regla general es


aplicada a una situación en particular, pero las características de esa
situación en particular hacen que la regla no sea aplicable al caso. Es el
error que se comete cuando se va de lo general a lo específico.

³A todos los procesados generalmente los condenan, de modo que


seguramente ese será HOYHUHGLFWRHQPLFDVR´166

165 Ibídem.

158
Se observa en el ejemplo que la estadística de mayor probabilidad de
personas que son condenados, la cual es menor para los que son absueltos,
no determina que en un caso particular sea imposible una absolución.

Ƈ Generalización precipitada o de accidente inverso

Esta falacia es la contraria a la falacia de generalización amplia.


Ocurre cuando se forma una regla general examinando solo unos pocos
casos específicos que no son representativos de todos los casos posibles.
Por ejemplo:

³A mis compañeros de celda les negaron el derecho a tener visitas


familiares, por lo que no tiene caso que yo lo solicite, seguramente también
me será negado, pues así ocurrirá en WRGRVODVSHWLFLRQHV´167

Ƈ Petición de principio (Petitio principi) o Circularidad (Circulus


in demonstrando)

La Petición de principio ocurre cuando las premisas son por lo


menos tan cuestionables como la conclusión alcanzada.

Ejemplo:

³Todos los días se cometen delitos relacionados con la compra-


venta de drogas. El gobierno debe saber lo que sucede. Luego, el gobierno
está confabulado con los QDUFRWUDILFDQWHV´168

La versión negativa de esta falacia es identificada como Pregunta


compleja, falacia de la interrogación o falacia de la presuposición. Un
ejemplo es la clásica pregunta capciosa:

166 Ibídem.
167 Ibídem.
168 Ibídem.

159
³¿Ha dejado ya de agredir a su esposa, o quiere que obtenga el
GLYRUFLRGH8VWHG"´169

La pregunta presupone una respuesta exacta a otra cosa que nunca


fue preguntada. Esta trampa es generalmente usada por los abogados en los
interrogatorios, cuando hacen preguntas como las siguientes:

³¿DónGHHVFRQGLyHOGLQHURTXHUREy"´170

Y la falacia de la Circularidad (Circulus in demonstrando) ocurre si


se asume como premisa la conclusión a la que se quiere llegar.
Generalmente la proposición es reformulada para que la falacia aparente ser
un razonamiento válido.

Ejemplo:

³Los homosexuales no deben ejercer cargos públicos. Por lo tanto


cualquier funcionario público que se revele como homosexual perderá su
trabajo. Luego, los homosexuales harán cualquier cosa para esconder su
secreto, y serán susceptibles de chantaje. En consecuencia, los
homosexuales no GHEHQHMHUFHUFDUJRVS~EOLFRV´171

Nótese que el razonamiento es enteramente circular, la premisa es la


misma que la conclusión. Un argumento como el de arriba ha sido usado
como razón por la cual el Servicio Secreto Británico ha prohibido
oficialmente a los homosexuales en sus filas.

Los argumentos circulares son sorprendentemente comunes. Si se ha


llegado a una conclusión, es fácil hacerla una aserción al explicar su
razonamiento a otra persona.
169 Ibídem.
170 Ibídem.
171 Ibídem.

160
Ƈ Bifurcación

7DPELpQOODPDGDODIDODFLD³EODQFRRQHJUR´. La bifurcación ocurre


al presentar una situación como si tuviera solamente dos alternativas,
cuando en realidad otras alternativas existen o pueden existir.

Ejemplo:

³Si el ofendido vivía en el departamento con dos compañeros de


trabajo, uno de éstos últimos debió haberlo matado, porque generalmente
no recibían visitas y casi siempre HVWDEDQVRORV´172

Se advierte del ejemplo que se limitan las posibilidades para


descartar una de ellas y hacer creer que sólo resta la no excluida, pero en
realidad se oculta la posibilidad de diversas causas del hecho.

4.1.4. Conclusión irrelevante (ignorantio elenchi)

Esta falacia implica salirse del tema y llegar a una conclusión muy
diferente de la que se pretendía defender, pues se afirma que un
razonamiento sostiene una conclusión en particular cuando en verdad
lógicamente no tiene nada que ver con tal conclusión.

Por ejemplo, un abogado de una persona acusada de un delito, la cual


pertenece a un grupo indígena, puede comenzar explicando las costumbres
de esa población en relación con el hecho que se le imputa. Si luego
argumenta que tales indígenas han sobrevivido a lo largo de la historia, no
importa que tan bien demuestre este hecho, no demostrará el primer punto.

172 Ibídem.

161
4.1.5. Falsa causa

La falacia Non causa pro causa ocurre cuando algo se identifica


como la causa de un evento pero realmente no ha sido demostrada como
causa del mismo.

Ejemplo:

³Escuché un disparo, luego observé que salió una persona, por


tanto, dicho sujeto debe ser HODXWRUGHOKRPLFLGLR´173

Véase como la conclusión se pretende edificar sobre un hecho


aislado, sin aportar mayores fuentes de convicción.

4.2. Falacias informales de ambigüedad

El carácter polivalente de una gran cantidad de signos, es terreno


fértil para cometer errores en la interpretación de su sentido, lo cual es
relevante en un diálogo cuyo objetivo es ser precisos en donde resulta
crucial un intento por unificar el sentido de las palabras, enunciados y
razonamientos, de manera que los interlocutores puedan llegar a un
acuerdo.

Las siguientes falacias se presentan precisamente por cambios en el


significado original que desvirtúan el mensaje.

4.2.1. Equívoco (semántica)

La equivocación ocurre cuando una palabra clave es usada con uno o


más significados en el mismo razonamiento.

173 Ibídem.

162
³La cópula es un elemento del delito de violación, y el hecho se
realizó precisamente en la cópula del buque, de manera que evidentemente
VHFRPHWLyHOXOWUDMHVH[XDO´174

Se advierte en el ejemplo como a la palabra cópula se le utiliza con


dos significados distintos, uno de ellos irrelevante en el contexto normativo
del tipo penal, pues el delito se refiere a un acto de índole sexual como
circunstancia de modo,175 no a una parte del buque como circunstancia de
lugar.

4.2.2. Anfibología (sintáctica)

La anfibología ocurre cuando las premisas usadas en un


razonamiento son ambiguas debido a una formulación descuidada o
gramaticalmente incorrecta. A diferencia del Equívoco, el cambio de
significado de la oración no depende del cambio de significado de alguno
de sus términos, sino de que la oración, en su totalidad, tiene significados
diferentes. Por ejemplo:

³Todos tienen una madre. Una mujer es madre de todos. Luego


dicha persona es mi madre y tiene obligación de proporcionarme
alimentos o de lo contrario se los exigiré en un juicio IDPLOLDU´176

Se obtiene del ejemplo que se pretende envolver al lector en juego de


palabras, pues los enunciados completos nada demuestran sobre la
conclusión.

174 Ibídem.
175 Consulte el artículo 265, segundo párrafo, del Código Penal Federal.
176 Ibídem.

163
4.2.3. Énfasis o acento (fonética)

El énfasis (oral o escrito) en una palabra o en una frase puede


propiciar que se les asigne equivocadamente una significación. De hecho,
pronunciarlas utilizando un acento inadecuado, conduce frecuentemente a
errores en la interpretación del sentido.

El primer supuesto de este tipo de falacias es la ambigüedad fonética,


que tiene lugar cuando se oculta la estructura sintáctica que daría como
resultado el significado de una oración.

Ejemplo:

³No debemos revelar nuestro veredicto en el caso, aunque ya


estamos seguiros de cuál será; y,

No, debemos revelar nuestro veredicto en el caso, aunque ya


estamos seguros de cuál VHUi´.177

Otro caso de esta falacia es el de Descontextualización, en el que se


utilizan palabras, oraciones o párrafos enteros que se citan fuera de
contexto, lo que trae como consecuencia darles una significación que nunca
pretendió que tuvieran.

Ejemplo:

³/D SUHYHQFLyQ FRQWUD HO 6,'$ VH EDVD HQ ODV VLJXLHQWHV
precauciones:

1. Abstinencia sexual;

177 Ibídem.

164
2. Sexo seguro en una pareja monogámica con certificado de salud
de ambos;

3. Las más básica y general es el uso del condón o preservativo;

4. Todas las personas deberán hacerse la prueba de la que inmunidad,


con especial énfasis las mujeres y hombres que desean procrear; y,

5. Que toda transfusión de sangre o uso de aguja hipodérmica se


realice con la seguridad que dé TXHVRQLQVWUXPHQWRVGHIXHQWHVHJXUD´178

Y a partir de esa información afirmar:

Acabo de leer un artículo donde se habla que para prevenir el SIDA


hay que tomar la precaución de la abstinencia sexual. ¡Así que ya saben,
pueden cometer el delito de peligro de contagio!179

Véase cómo se menciona sólo una de las formas de prevenir dicha


enfermedad, sacando de contexto las otras, de manera que pareciera que la
abstinencia sexual es la única forma de prevenirla, y a partir de ello se
pretende persuadir agregando que pudiera cometerse un delito.

PREGUNTAS 2:

1. Son las dos principales razones por las que surge el interés sobre la
argumentación jurídica. _____

A) Fundar y motivar, así como legitimar sus decisiones


jurisdiccionales

B) Legitimar sus decisiones jurisdiccionales y evitar revocaciones

178 Ibídem.
179 El delito de peligro de contagio se previene en el artículo 199 Bis del Código Penal Federal.

165
C) Fundar y motivar, así como dar certeza jurídica

2. En el, el juez debía interpretar el ordenamiento jurídico


gramatical y sistemáticamente para resolver los problemas de jerarquía
normativa, lagunas y antinomias. _____

A) Estado absolutista

B) Estado de Derecho

C) Estado Constitucional de Derecho

3. Artículo de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos que establece la obligación de fundar y motivar los actos de
autoridad. ______

A) 17

B) 19

C) 16

4. Si el juzgador interpreta una norma en atención al significado de


las palabras utilizadas por el legislador, ¿cuál argumento emplea? _____

A) Semántico

B) A contrario

C) Pausado

5. Este criterio considera que para poder entender correctamente un


precepto es necesario relacionarlo con todos los demás del ordenamiento.
_____

166
A) Gramatical

B) Sistemático

C) Funcional

6. Según este argumento, la atribución del significado se realiza a


partir del lugar que la disposición ocupa en el contexto normativo del que
forma parte._____

A) A sedes materiae

B) A rubrica

C) Sistemático en sentido estricto

7. Este argumento tiene como base que dos disposiciones no pueden


expresar dos normas incompatibles entre ellas. _____

A) A cohaerentia

B) Psicológico

C) De la no redundancia

8. La jurisprudencia, la doctrina y el derecho comparado son


ejemplos del argumento: ______

A) Teleológico

B) Histórico

C) De autoridad

167
9. Es la falacia donde se trata de conmover en lugar de convencer.
_____

A) De composición

B) Apelación a los sentimientos

C) Apelación a la autoridad

10. En esta perspectiva, se analizan los diversos medios de


convicción que fueron ofrecidos por las partes y cuáles de ellos fueron
admitidos, a fin de verificar si tal decisión judicial se apegó a las reglas de
relevancia._____

A) Admisibilidad de la prueba

B) Formación de la prueba

C) Valoración de la prueba producida

168
CAPITULO IV

LA ARGUMENTACIÓN EN MATERIA DE HECHOS

La argumentación en materia de hechos, hace referencia a la


fundamentación que por medio de los argumentos, hace el órgano
jurisdiccional al emitir sus sentencias. Analizaremos primero su concepto y
sus elementos, posteriormente se hace un análisis de un caso para apreciar
la manera en la que se sustenta el fallo, así como los argumentos utilizados.

1. CONCEPTO

La argumentación en materia de hechos ³es un tema que no ha sido


analizado a profundidad, la mayoría de los autores se han enfocado a la
argumentación jurídica que tiene como objeto el estudio de los enunciados
normativos´180 Pero no debe perderse de vista que en la función
jurisdiccional es sumamente relevante el examen de los hechos del caso, a
partir de lo cual se analiza la norma y se resuelve el juicio.

Es decir, si la función jurisdiccional se asemeja a un silogismo, la


premisa mayor sería la norma a aplicar, cuya interpretación es objeto de
estudio de la argumentación jurídica, pero la premisa menor serían los
hechos del caso, de lo que se ocupa precisamente la argumentación en
materia de hechos, y la conclusión es la decisión judicial en sí misma, la
cual que resuelve el juicio en virtud de la subsunción de los hechos en la
norma y la determinación de la consecuencia jurídica de esos hechos para
la norma elegida.

Por tanto la argumentación en materia de hechos se ocupa de la


valoración razonada de las pruebas, es decir, del examen de lo acontecido a

180 Ezquiaga Ganuzas, Francisco Javier, La argumentación en la justicia Constitucional y otros problemas de aplicación del Derecho, Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2006, p. 502.

169
la luz de la información que se aporta al juzgador, quien deberá argumentar
para sostener su conclusión sobre qué hechos considera acreditados con
base al material probatorio que se le allegue y las reglas para su análisis.

2. EL OBJETO DE LA ARGUMENTACIÓN EN MATERIA DE


HECHOS

La exposición de argumentos en relación a los hechos, se realiza por


el juzgador desde cinco perspectivas: admisibilidad, formación, valoración
y alcance demostrativo de la prueba, así como la exposición en el fallo de
los hechos que fueron demostrados en el proceso.

2.1. Admisibilidad de la prueba

Se analizan los diversos medios de convicción que fueron ofrecidos


por las partes y cuáles de ellos fueron admitidos, a fin de verificar si tal
decisión judicial se apegó a las reglas de relevancia.181 Así, por ejemplo, si
el hecho a demostrar es la posesión de un inmueble, en un juicio civil, y se
ofrece el testimonio de los vecinos, el juzgador no podría haberse negado a
admitirla, porque constituía un dato conducente a los fines de ese proceso,
y menos podría argumentar en la sentencia que los hechos que sustentarían
la pretensión de esa parte no fueron probados, porque se le negó
precisamente su derecho a demostrarlos.

2.2. Formación de la prueba

Se examina el desahogo de las pruebas admitidas, de manera que se


verifica si se cumplieron con las reglas que rigen para cada caso. Por
ejemplo, si ante dos pruebas periciales discordantes sobre un punto esencial
181 En materia penal federal, por ejemplo, el parámetro de relevancia para admitir una prueba se determina en términos de los artículos 20, apartado A,
fracción V, Constitucional y 206 del Código Federal de Procedimientos Penales, pues si bien el primero determina que se admitirán las pruebas que se
ofrezcan, el segundo especifica que deben ser conducentes y que no sean contra derecho.

170
del proceso, como podría ser en materia de medicina forense en el que se
determinaran distintas causas de la muerte de una persona, en un juicio
sobre el delito de homicidio, tendría que haberse ordenado una junta de
peritos e incluso, si subsistiera la discrepancia, llamar a un perito tercero en
discordia; y sin estos elementos el juez no podría justificar, es decir motivar
la causa de muerte ni decidir con base a hechos que no fueron aclarados.

2.3. Valoración de la prueba producida

Se estudia el caudal probatorio para asignarle valor a cada uno de los


medios de convicción desahogados, de acuerdo al sistema de valoración
libre, tasada o mixta que aplique para cada caso.

2.4. Alcance de la prueba

Debe distinguirse entre el valor probatorio de cada prueba con base


al sistema de valoración que corresponda, del alcance demostrativo que
tengan, puesto que un documento público, por ejemplo, tendrá valor
probatorio pleno como tal, pero su alcance demostrativo dependerá de cada
hecho a demostrar, una licencia de conducir tiene tal valor probatorio pleno
pero no demuestra que una persona está legitimada para ejercer
determinada profesión, como lo haría la correspondiente cédula
profesional.

2.5. La exposición en el fallo de los hechos que fueron


demostrados en el proceso

Se realiza un examen del alcance probatorio de cada medio de


convicción para motivar (dar razones) sobre qué hechos se consideran
demostrados y a raíz de ello verificar si se subsumen en la hipótesis
prevista en la norma.

171
Ejemplo:

Interpretación en materia de hechos sobre un caso respecto al delito


de falsificación de documentos.

Planteamiento. El delito de falsificación de documentos se comete


cuando, entre otros supuestos, en un documento se asientan como ciertos
hechos falsos, si el documento en se asientan se extendiere para hacerlos
constar como prueba de ellos.182

Hechos. La inculpada como elemento de la Agencia Federal de


Investigación realizó un informe el 25/03/02 (relativo a la identidad del
propietario de un vehículo) en una averiguación previa en el que afirmó
TXH³«SRUORTXHGLFKRVGDWRVVHFRQVXOWDURQHQODV diferentes fuentes de
información a las que tenemos acceso con el objetivo de obtener el nombre
del propietario de dicho vehículo, obteniendo resultados negativos ya que
no se encuentra registro alguno del mismo.´

El fiscal al ejercer acción penal podría sostener:

³/DLQFXOSDGDQRFRQVXOWyDODVGLIHUHQWHVIXHQWHVGHLQIRUPDFLyQD
las que tenían acceso con el objeto de buscar el nombre del propietario del
vehículo. De haberlo hecho le hubieran proporcionado la información que
se le dio al diverso elemento de la Agencia Federal de Investigación, el
12/09/02 en el archivo de la Procuraduría General de Justicia del Distrito
)HGHUDOFRQVLVWHQWHHQTXHHOSURSLHWDULRGHHVHYHKtFXORHV³[´3RUWDQWR
la inculpada cometió el delito porque no consultó las fuentes de
información a las que tenía DFFHVR´

182 El artículo  IUDFFLyQ 9,, GHO &yGLJR 3HQDO )HGHUDO HVWDEOHFH ³ (O GHOLWR GH IDOVLILFDFLyQ GH GRFXPHQWRV VH FRPHWH SRU DOJXQR Ge los
PHGLRVVLJXLHQWHV«9,,«DVHQWDQGRFRPRFLHUWRVKHFKRVIDOVRV«VLHOGRFXPHQWRHQTXHVHDVLHQWDQVHH[WHQGLHUHSDUDKDFerlos constar y como
SUXHEDGHHOORV«´

172
El juez al resolver sobre la orden de aprehensión solicitada por el
fiscal, puede argumentar lo siguiente:

Los requisitos para librar una orden de aprehensión son: que se


demuestre el cuerpo del delito y la probable responsabilidad (16
Constitucional); la prueba fue admitida y desahogada correctamente; no
obstante, en el caso no está demostrado el delito porque ese informe de
policía sólo tiene valor de indicio y no hay diversas pruebas que lo
complementen (artículo 285 del Código Federal de Procedimientos
Penales), además de que su alcance probatorio no es suficiente para
acreditar que en el documento se afirmaron hechos falsos.183

Es así porque se pretende demostrar que en el documento se


afirmaron hechos falsos, con el resultado del posterior informe policial
rendido por diverso agente, de acuerdo con el cual, al consultar la fuente de
información a la que se tiene acceso, obtuvo los datos que la primera
supuestamente no consiguió, sin embargo, esa prueba no basta para
demostrar ese hecho, por las siguientes razones:

1) En el primer informe no se dice cuáles fueron las fuentes


consultadas, de modo que no es posible aseverar que entre esas esté
la sí consultada por el segundo agente, a saber la base de datos de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal;
2) En el supuesto de que se llegara a demostrar que ésta
fuente sí está entre las que consultó la inculpada, tampoco ello basta
para aseverar que lo que ella afirmó sea falso, o sea que no había
registro alguno del automotor en cuestión, toda vez que basta hacer
una comparación entre las fechas en que se llevaron a cabo ambas
investigaciones para advertir que fue con un intervalo de poco menos
183 Véase que la argumentación se realiza respecto al cuarto punto del objeto de la argumentación en materia de hechos, es decir, el alcance de la
prueba.

173
de seis meses, lo que genera la posibilidad de que cuando ella
consultó esa fuente en efecto se carecía de la información buscada;
así, es posible que ambas afirmaciones sean verdaderas: que en
marzo de 2002 no se tenía esa información en tal base de datos y que
en septiembre de ese propio año sí; y,
3) Aún en el diverso supuesto de que estuviera demostrado
que sí consultó esa fuente y que en la fecha en la que la consultó sí se
tuviera esa información, tampoco así se demuestra que ella se
condujo con mendacidad, en razón de que cabe la posibilidad
racional de que a ella se le dijo que no se tenía tal información, dicho
de otra manera, sólo sería factible demostrar que mintió al rendir su
informe policial si estuviera demostrado que en esa fuente de
información sí se le proporcionó a ella la información buscada, y
que, teniéndola haya dicho al Ministerio Público que no se le
proporcionó. Finalmente, como no está demostrado ese elemento no
hay delito, si no hay delito, se QLHJDODRUGHQGHDSUHKHQVLyQ´

Como se aprecia de este caso, la argumentación en materia de hechos


es de suma importancia, porque no todas las controversias judiciales se
resuelven con base a la interpretación de la norma, sino que en muchas
ocasiones la solución del caso se limita al examen razonado de los hechos
demostrados en el juicio.

3. APLICACIÓN DE LA ARGUMENTACIÓN EN MATERIA


DE HECHOS.

Explicar y justificar son actividades diferentes al descubrimiento. En


filosofía y en la ciencia en general se distingue entre el contexto de
descubrimiento y el de justificación. Contexto de descubrimiento.- Cuando
uno quiere argumentar para uno mismo. La actividad consistente en

174
descubrir o enunciar una teoría, con frecuencia no es susceptible de un
análisis lógico. Lo único que cabe es mostrar cómo se genera y desarrolla
el conocimiento científico.

El procedimiento consistente en justificar o validar la teoría, se


traduce en confrontarla con los hechos a fin de mostrar su validez. Requiere
de un análisis de tipo lógico y está regida por las reglas del método
científico.

Una cosa es el procedimiento mediante el que llega a establecerse


una premisa o conclusión y otra cosa es el procedimiento consistente en
justificar dicha premisa o conclusión.

Es el proceso por el que uno pretende evidenciar para otros, las


razones que tuvo para llegar a algo que está considerado como verdad en el
proceso de descubrimiento.

3.1. Justificación Interna y Externa

Entendemos por justificación el proceso mediante el que se


evidencian o se pretende evidenciar la veracidad, la validez ola legitimidad
de las premisas.

1.- La interna es el proceso de establecimiento de premisas fácticas o


normativas conforme a las reglas de validez formal. Es la adecuación del
proceso de creación de premisas a las reglas de la lógica formal deductiva.

2.- La justificación externa es el proceso tendente a evidenciar la


validez, la verdad o legitimidad de las premisas a través de pruebas. Se
estableció un silogismo adecuado, pero no se llegó al descubrimiento de la
verdad por un proceso deductivo, lo armé, pero ahora debo de decir porqué
son correctas las premisas; debe generarse un discurso que al ser leído por
175
otro, se cree convicción de que es jurídicamente correcto. Aquí el juez lo
que hace es estar validando sus premisas.

3.2. Requisitos de fondo de las sentencias de amparo.

1.- El requisito de congruencia.

La extinta tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


en tesis sostuvo:

El principio de congruencia de las sentencias, estriba en que estas


deben dictarse en concordancia con la demanda y con la contestación
formuladas por las partes, y en que no contengan resoluciones ni
afirmaciones que se contradigan entre sí. El primer aspecto constituye la
congruencia externa y el segundo la interna.

El autor Pedro Aragoneses Alonso en su obra ³6HQWHQFLDV


&RQJUXHQWHV´ entiende que por congruencia ha de entenderse aquel
principio normativo dirigido a delimitar las facultades resolutorias del
órgano jurisdiccional, por el cual debe existir identidad entre lo resuelto y
lo controvertido, oportunamente por los litigantes, y en relación a los
poderes atribuidos en cada caso al órgano jurisdiccional por el
ordenamiento jurídico.

Congruencia en sentencia definitiva cuando el tribunal resuelva la


cuestión efectivamente planteada, sin comprender más cuestiones que las
propuestas en la demanda.

a) Incongruencia por ultra petitia

176
³En este supuesto la parte dispositiva excede la pretensión,
concediendo o negando lo que nadie ha pedido.´184

b) Incongruencia por extra petitia

³El ámbito de este supuesto es, el de que alguna de las pretensiones


sea substituida por otra que las partes no formularon produciendo
incongruencia mixta, puesto que se omite uno de los puntos necesarios y se
añade indebidamente otro.´185

c) Incongruencia por citra petitia o inobservancia del principio de


exhaustividad.

Cuando la sentencia omite decidir sobre alguna de las pretensiones


formuladas, el artículo 351 del Código Federal de Procedimientos Civiles
supletorio en materiD GH DPSDUR VHxDOD ³VDOYR HO FDVR GHO DUWtFXOR  QR
podrán los Tribunales, bajo ningún pretexto, aplazar, dilatar, omitir ni
QHJDUODUHVROXFLyQGHODVFXHVWLRQHVTXHKD\DQVLGRGLVFXWLGDVHQHO-XLFLR´
HO DUWtFXOR  GHO PLVPR RUGHQDPLHQWR HVWDWX\H ³&Xando hayan sido
varios los puntos litigiosos, se hará con la debida separación, la declaración
FRUUHVSRQGLHQWHDFDGDXQRGHHOORV´

d) Vicios no relevantes:

Para tener una idea más clara al respecto, analicemos las siguientes
del Tesis, tomadas del Semanario Judicial de la Federación:

Registro No. 241990

Localización:

184 $UDJRQHVHV$ORQVR3HGUR³6HQWHQFLDV&RQJUXHQWHV´(GLWRULDO Aguilar. Madrid 1957.


185 Aragoneses Alonso Pedro. OP CIT.

177
Séptima Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
46 Cuarta Parte
Página: 77
Tesis Aislada
Materia(s): Común

Rubro: SENTENCIAS DICTADAS EN MACHOTES.

Texto: ³El establecimiento de cartabones o machotes para


dictar una sentencia constituyen fórmulas tradicionales que en el
derecho mexicano han sido superadas y desplazadas por los graves
inconvenientes que encierran, ya que frecuentemente se incurre en
incongruencia con los puntos litigiosos.´

Precedentes: Amparo directo 5382/70. Federico Gutiérrez


Chávez. 9 de octubre de 1972. Unanimidad de cuatro votos.
Ponente: Enrique Martínez Ulloa.
Registro No. 242114

Localización:
Séptima Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
35 Cuarta Parte
Página: 64
Tesis Aislada
Materia(s): Civil

178
Rubro: EMPLAZAMIENTO HECHO EN MACHOTES.

Texto: ³El hecho de haber usado para el emplazamiento un


documento impreso de los llamados vulgarmente ³machotes´, no
viola ninguna garantía del quejoso, ni le puede causar agravio,
porque su uso no está prohibido por la ley, ni existe precepto
alguno que estipule una forma especial por escrito, ya sea
manuscrita, a máquina, o impresa en parte, y manuscrita en otra
parte, según se desprende de lo dispuesto en los artículos 110 y 111
del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito y Territorios
Federales y del 1396 del Código de Comercio.´

Precedentes: Amparo directo 5165/69. Homero Bustamante


Carmelo. 17 de noviembre de 1971. Cinco votos. Ponente: Mariano
Azuela.
Registro No. 270013

Localización:
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Cuarta Parte, XCVII
Página: 80
Tesis Aislada
Materia(s): Civil, laboral

Rubro: MACHOTES, CONTRATOS EN.

Texto: La circunstancia de que el contrato se contenga en un


machote de los que generalmente se usan para tal efecto, no es

179
óbice para que se estimen válidas las estipulaciones en él
contenidas, puesto que no hay disposición legal que prohíba
redactar en esa forma su documento.

Precedentes: Amparo directo 7253/63. Antonio Martínez


Olivella. 23 de julio de 1965. Cinco votos. Ponente: José Castro
Estrada.
Sexta Época, Cuarta Parte:
Volumen LXVI, página 60. Amparo directo 58/61. Salvador de la
Mora. 8 de junio de 1962. Unanimidad de cuatro votos. Ponente:
José Castro Estrada.

Volumen XLV, página 75. Amparo directo 485/59. Cooperativa de


Autotransportes "Díaz Ordaz", S. C .L. 17 de marzo de 1961. Cinco
votos. Ponente: José Castro Estrada.
Registro No. 316724

Localización:
Quinta Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
CXXV
Página: 940
Tesis Aislada
Materia(s): Administrativa

Rubro: MULTAS FISCALES IMPROCEDENTES


(MACHOTES DEFECTUOSOS IMPRESOS POR LAS
AUTORIDADES).

180
Texto: Si el error consistente en omitir un dato en unas
remisiones forestales se debió a que las formas de tales remisiones,
proporcionadas a la agraviada por las responsables, no contenía
renglón alguno destinado para anotar el dato de referencia, es claro
que el error proviene de las autoridades que imprimieron los
machotes que después fueron repartidos a los particulares; por lo
cual dicho error no es imputable a la quejosa, sino a las autoridades
que indujeron a la misma al proporcionarle unas remisiones
forestales incompletas, por lo que sería injusto que las propias
responsables del error sancionaran con una multa a la quejosa.

Precedentes: Amparo administrativo en revisión 3372/54.


American Smelting and Refining Co., Unidad de Angangueo. 1o.
de agosto de 1955. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Franco
Carreño. Ponente: José Rivera Pérez Campos.

Registro No. 176515

Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXII, Diciembre de 2005
Página: 367
Tesis: 2a./J. 140/2005
Jurisprudencia
Materia(s): Administrativa

181
Rubro: NOTIFICACIONES PERSONALES DE
CRÉDITOS FISCALES PRACTICADAS CON FORMATOS
PREIMPRESOS. SON VÁLIDAS AUN CUANDO LO QUE SE
HAGA CONSTAR EN ELLOS SEA LO RELATIVO AL
REQUERIMIENTO DE LA PRESENCIA DEL INTERESADO O
DE SU REPRESENTANTE.

Texto: Aun cuando el artículo 137 del Código Fiscal de la


Federación establece el procedimiento para la práctica de
notificaciones personales y no prohíbe la utilización de formatos
pre impresos, subsiste la obligación del notificador de asentar el
lugar en que se esté llevando a cabo la diligencia y los datos que
justifiquen por qué se realiza con persona distinta del interesado;
de ahí que no es factible alegar que sólo tiene validez una
notificación donde se asienten todos los datos manuscritos, y que
la ilegalidad del acto se genera por la mera circunstancia de que el
acta sea un formato pre impreso donde conste que se requirió la
presencia del interesado o de su representante y no se encontró,
porque la única finalidad de esos formatos es agilizar la diligencia,
sin que por ello se provoque inseguridad jurídica al gobernado,
pues si se emplean formatos o "machotes" en el levantamiento de
la diligencia, y consta pre impreso que se requirió la presencia del
interesado, esto no implica que el acta no esté debidamente
circunstanciada, en virtud de que lo que importa es lograr que el
destinatario tenga conocimiento del acto.

Precedentes: Contradicción de tesis 151/2005-SS. Entre las


sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Cuarto Circuito y el Primer Tribunal Colegiado

182
en Materia Administrativa del Sexto Circuito. 14 de octubre de
2005. Cinco votos. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Secretaria: Claudia Mendoza Polanco.

Tesis de jurisprudencia 140/2005. Aprobada por la Segunda Sala


de este Alto Tribunal, en sesión privada del treinta y uno de
octubre de dos mil cinco.
Registro No. 193028

Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
X, Octubre de 1999
Página: 372
Tesis: 2a./J. 119/99
Jurisprudencia
Materia(s): Administrativa

Rubro: POLICÍAS DE LA SECRETARÍA DE


SEGURIDAD PÚBLICA DEL DISTRITO FEDERAL. LA
PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL POR UNA VIOLACIÓN
DE CARÁCTER FORMAL, RESPECTO DE LA RESOLUCIÓN
EMITIDA POR EL SECRETARIO DE TAL DEPENDENCIA AL
CONOCER DEL RECURSO ADMINISTRATIVO DE
REVISIÓN, INTERPUESTO CONTRA UNA DIVERSA DEL
CONSEJO DE HONOR Y JUSTICIA, SÓLO OBLIGA A
DICTAR NUEVA RESOLUCIÓN SI LOS VICIOS
CENSURADOS NO TRASCIENDEN A ESTA ÚLTIMA NI,

183
POR TANTO, A SUS EFECTOS.

Texto: Cuando se otorga la protección constitucional


respecto de la resolución emitida por el secretario de Seguridad
Pública del Distrito Federal, al conocer del recurso administrativo
de revisión interpuesto por un miembro de tal dependencia contra
la diversa emitida por el Consejo de Honor y Justicia de la propia
secretaría, considerando que en aquélla o en el procedimiento de
alzada tuvo lugar una violación de carácter formal, por no seguirse
las formalidades esenciales conducentes, por carecer de
fundamentación o motivación o, por emitirse aquélla en forma
incompleta o incongruente, debe concluirse que los efectos
anulatorios del amparo concedido únicamente comprenderán a los
que hayan derivado de la resolución del referido secretario, por lo
que todas las consecuencias cuyo origen se encuentre en la diversa
emitida por el Consejo de Honor y Justicia, como puede ser la
destitución en el cargo de policía, quedarán intocadas, por no ser
jurídicamente válido que la protección de la Justicia de la Unión se
extienda a actos cuyo apego al marco constitucional no ha sido
examinado por el órgano de control competente; lo anterior, con
independencia de que el secretario de Seguridad Pública deba, en
acatamiento al fallo protector, declarar insubsistente la resolución
recaída en el recurso administrativo de "revisión", subsanar la
violación formal advertida y dictar una nueva resolución.

Precedentes: Incidente de inejecución 125/97. Sergio


Ramírez Lozano. 10 de julio de 1998. Unanimidad de cuatro votos.
Ausente: Genaro David Góngora Pimentel. Ponente: Guillermo I.
Ortiz Mayagoitia. Secretario: Rafael Coello Cetina.

184
Incidente de inejecución 430/98. Dionicio Fernández Hernández. 6
de noviembre de 1998. Cinco votos. Ponente: Sergio Salvador
Aguirre Anguiano. Secretaria: Alejandra de León González.

Incidente de inejecución 497/98. Adán Ruiz Velázquez. 16 de abril


de 1999. Cinco votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario:
Jesús Guadalupe Luna Altamirano.

Incidente de inejecución 147/98. Eloy Ramírez Balderas. 12 de


mayo de 1999. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José Vicente
Aguinaco Alemán. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
Secretario: Jesús Guadalupe Luna Altamirano.

Incidente de inejecución 528/98. Alfredo Ambriz Ramírez. 28 de


mayo de 1999. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Mariano
Azuela Güitrón. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Jesús
Guadalupe Luna Altamirano.

Tesis de jurisprudencia 119/99. Aprobada por la Segunda Sala de


este Alto Tribunal, en sesión privada del primero de octubre de mil
novecientos noventa y nueve.

Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena


Época, Tomo IX, abril de 1999, página 191, tesis 2a./J. 33/99, de
rubro: "SENTENCIAS DE AMPARO. ALCANCE DE SUS
EFECTOS ANULATORIOS CUANDO SE OTORGA LA
PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL, POR UNA VIOLACIÓN

185
DE CARÁCTER FORMAL, RESPECTO DE LA RESOLUCIÓN
DE UN RECURSO ADMINISTRATIVO.".

EJECUTORIA:

1.- Registro No. 5939


Asunto: INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 528/98.
Promovente: ALFREDO AMBRIZ RAMÍREZ.
Localización: 9a. Época; 2a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; X, Octubre de 1999;
Pág. 373;

Registro No. 193263

Localización:
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
X, Septiembre de 1999
Página: 706
Tesis: P./J. 99/99
Jurisprudencia
Materia(s): Constitucional

Rubro: CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL. LA FALTA


DE ESTUDIO DE PRUEBAS EN UN PROCEDIMIENTO DE
NATURALEZA JURISDICCIONAL, ENTRE ENTIDADES U
ÓRGANOS DE PODER, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LOS
ARTÍCULOS 14 Y 16 DE LA CONSTITUCIÓN.

186
Texto: La omisión de examen así como la falta de expresión de
las razones por las cuales se otorga convicción al material probatorio
por la autoridad que resuelve un procedimiento de carácter
contencioso entre entidades u órganos de poder, cuya resolución, por
tanto, es de naturaleza jurisdiccional, constituyen vicios que se
traducen en violación a los artículos 14 y 16 constitucionales, por
transgresión a las formalidades esenciales del procedimiento y
legalidad, dada la falta de exhaustividad y motivación de la resolución
correspondiente, dado que todo el material probatorio aportado por las
partes debe ser valorado de manera razonada en la solución a este tipo
de conflictos.

Precedentes: Controversia constitucional 31/97. Ayuntamiento


de Temixco, Morelos. 9 de agosto de 1999. Mayoría de ocho votos.
Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Disidentes: José de Jesús
Gudiño Pelayo y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Mariano
Azuela Güitrón. Secretario: Humberto Suárez Camacho.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el siete de


septiembre del año en curso, aprobó, con el número 99/1999, la tesis
jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a siete de
septiembre de mil novecientos noventa y nueve.

EJECUTORIA:

1.- Registro No. 6215


Asunto: CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL 31/97.
Promovente: AYUNTAMIENTO DEL MUNICIPIO DE TEMIXCO,
MORELOS.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XI, Enero de 2000;
187
Pág. 665;

VOTO PARTICULAR:

1.- Registro No. 1167


Asunto: CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL 31/97.
Promovente: AYUNTAMIENTO DEL MUNICIPIO DE TEMIXCO,
MORELOS.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XI, Enero de 2000;
Pág. 738;

Registro No. 195134

Localización:
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
VIII, Noviembre de 1998
Página: 55
Tesis: 2a. CXXXV/98
Tesis Aislada
Materia(s): Común

Rubro: SENTENCIA QUE AMPARA POR INCORRECTA


MOTIVACIÓN SUS EFECTOS CUANDO EL ACTO
RECLAMADO CONSISTE EN LA RESOLUCIÓN RECAÍDA A
UNA SOLICITUD, INSTANCIA, RECURSO, JUICIO O
PETICIÓN DE CUALQUIER ESPECIE.

188
Texto: Conforme a la jurisprudencia de este Alto Tribunal,
los actos de autoridad se encuentran debidamente motivados
cuando en ellos se señalan con precisión las circunstancias
especiales, las razones particulares, o las causas inmediatas que al
tomarse en consideración para emitir el acto, se adecuan a las
hipótesis normativas que le sirvan de fundamento. De ahí que para
el cabal cumplimiento del fallo protector que nulifica la resolución
recaída a una petición de cualquier especie elevada ante una
autoridad, debido a que en aquélla se adujeron en forma deficiente
las situaciones o hechos que le sirven de sustento, por haberse
realizado una interpretación errónea de las disposiciones legales
aplicables, sin vincular a la autoridad responsable para resolver
sobre el fondo de lo pedido en un determinado sentido, no bastará
que dicha autoridad deje insubsistente el acto reclamado y dicte uno
nuevo, sino que, para respetar el principio de cosa juzgada y la
vinculación del fallo constitucional, será necesario que en el nuevo
acto que emita se purguen los vicios de interpretación de la ley, en
los términos que expresa o implícitamente se hayan señalado en la
sentencia concesoria, con independencia de que para resolver sobre
lo pretendido pueda ejercer, con plenitud de jurisdicción, el cúmulo
de sus facultades legales.

Precedentes: Inconformidad 42/98. Gilberto Báez Lugo. 14


de agosto de 1998. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Genaro
David Góngora Pimentel. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
Secretario: Rafael Coello Cetina.
Registro No. 200030

Localización:

189
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
IV, Octubre de 1996
Página: 74
Tesis: P./J. 59/96
Jurisprudencia
Materia(s): Penal

Rubro: ORDEN DE APREHENSION Y AUTO DE


FORMAL PRISION. EFECTOS DEL AMPARO QUE SE
CONCEDE POR FALTA O DEFICIENCIA DE
FUNDAMENTACION Y MOTIVACION DE ESAS
RESOLUCIONES.

Texto: Tratándose de órdenes de aprehensión y de autos de


formal prisión, el amparo que se concede por las indicadas
irregularidades formales, no produce el efecto de dejar en libertad
al probable responsable, ni tampoco el de anular actuaciones
posteriores, sino que en estos casos, el efecto del amparo consiste
en que la autoridad responsable deje insubsistente el acto
reclamado y con plenitud de jurisdicción dicte una nueva
resolución, la cual podrá ser en el mismo sentido de la anterior,
purgando los vicios formales que la afectaban, o en sentido diverso,
con lo cual queda cumplido el amparo. De ahí que en la primera de
esas hipótesis las irregularidades formales pueden purgarse sin
restituir en su libertad al quejoso y sin demérito de las actuaciones
posteriores, porque no estando afectado el fondo de la orden de
aprehensión o de la formal prisión, deben producir todos los efectos

190
y consecuencias jurídicas a que están destinadas.

Precedentes: Contradicción de tesis 20/95. Entre las


sustentadas por el Primero y el Segundo Tribunales Colegiados del
Noveno Circuito. 10 de octubre de 1996. Unanimidad de once
votos. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretarios: Manuel
Rojas Fonseca y Angelina Hernández Hernández.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el catorce de


octubre en curso, aprobó, con el número 59/1996, la tesis de
jurisprudencia que antecede. México, Distrito Federal, a catorce de
octubre de mil novecientos noventa y seis.

EJECUTORIA:

1.- Registro No. 3863


Asunto: CONTRADICCION DE TESIS 20/95.
Promovente: ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL PRIMERO Y EL
SEGUNDO TRIBUNALES COLEGIADOS DEL NOVENO CIRCUITO.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; IV, Octubre de 1996;
Pág. 32;

Registro No. 265282

Localización:
Sexta Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tercera Parte, CXXIV

191
Página: 109
Tesis Aislada
Materia(s): Común

Rubro: SENTENCIA, CONSIDERANDOS DE LA, QUE LA


MOTIVAN.

Texto: La extensión de lo decidido y la eficacia obligatoria del


fallo se contienen en los puntos resolutivos del mismo, a condición de
que sean suficientemente precisos. Si el punto resolutivo es ambiguo o
dudoso en sus alcances, debe recurrirse a la parte considerativa de la
sentencia, pero cuando tal punto remite específicamente, de modo
expreso y concreto, a un determinado párrafo de los considerandos, y
este último es suficientemente claro, no debe invocarse, además de ese
párrafo, ningún otro de los razonamientos que se aducen en la
motivación del fallo.

Precedentes: Queja 58/67. Secretaría de Industria y Comercio.


4 de octubre de 1967. Cinco votos. Ponente: José Rivera Pérez
Campos.

Véase Semanario Judicial de la Federación, Sexta Época, Volumen


CXXVI, Tercera Parte, página 44, tesis de rubro "SENTENCIA,
CUANDO SE DEBEN TOMAR EN CUENTA LOS
CONSIDERANDOS PARA CONCRETAR EL SENTIDO Y
ALCANCE DE LA.".

Registro No. 198920

192
Localización:
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
V, Abril de 1997
Página: 21
Tesis: 1a./J. 14/97
Jurisprudencia
Materia(s): Común

Rubro: AGRAVIOS INOPERANTES. INNECESARIO SU


ANÁLISIS CUANDO EXISTE JURISPRUDENCIA.

Texto: Resulta innecesario realizar las consideraciones que


sustenten la inoperancia de los agravios hechos valer, si existe
jurisprudencia aplicable, ya que, en todo caso, con la aplicación de
dicha tesis se da respuesta en forma integral al tema de fondo
planteado.

Precedentes: Amparo en revisión 31/96. Yock Portillo Fausto.


12 de junio de 1996. Cinco votos. Ponente: Humberto Román
Palacios. Secretario: Álvaro Tovilla León.

Amparo en revisión 333/96. Auto-Transportes Águila de México, S.A.


de C.V. 8 de enero de 1997. Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretaria: María Edith Ramírez de Vidal.

Amparo en revisión 2112/96. Alba Inmuebles, S.A. de C.V. 26 de


febrero de 1997. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo.
Secretario: Mario Flores García.
193
Amparo en revisión 1964/96. Bodegas, S.A. de C.V. 2 de abril de
1997. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Juventino V. Castro y
Castro, previo aviso a la Presidencia. Ponente: Olga Sánchez Cordero
de García Villegas. Secretario: Marco Antonio Rodríguez Barajas.

Amparo en revisión 2117/96. Lila Isabel Treviño Garza y otros. 2 de


abril de 1997. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Juventino V.
Castro y Castro, previo aviso a la Presidencia. Ponente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Secretaria: Norma Lucia Piña Hernández.

Tesis de jurisprudencia 14/97. Aprobada por la Primera Sala de este


alto tribunal, en sesión de dieciséis de abril de mil novecientos
noventa y siete, por unanimidad de cinco votos de los Ministros
presidente Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios,
José de Jesús Gudiño Pelayo, Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez
Cordero de García Villegas.

4. ARGUMENTACIÓN DEL JUZGADOR

x Como relator y como resolutor


x La estructura lógica de las sentencias de amparo

Las sentencias están formadas por argumentos que justifican la


decisión previa del juzgador.

El trabajo de redacción ± por lo que con concierne a la parte


considerativa del fallo- consiste en poner por escrito los motivos que
justifiquen la decisión tomada por el juzgador.

194
4.1. Estructura lógica de la sentencia en su parte considerativa

A. Tipos de argumentos que contiene toda sentencia

B. Estructura lógica de las sentencias de las sentencias que ponen fin


a los juicios de amparo directo.

A. Tipos de argumentos

En un fallo no existe un único modelo jurídico producto de un


razonamiento, que siga un mismo proceso intelectual y que obedezca a
unas leyes únicas de inferencia.

Una sentencia es posible distinguir tres tipos de argumentos: Lógicos


en sentido estricto, Dialectico y Retóricos o Persuasivos.

1. Argumentos Lógicos en Sentido Estricto.

Para que existan es menester que las proposiciones utilizadas posean


todas ellas idéntica naturaleza.

Se trata básicamente de argumentos demostrativos y de argumentos


probatorios.

a) Demostrativos. En general se llama demostración todo


razonamiento que se funda sobre principios ciertos y conduce a una
conclusión cierta.

Mans Puigarnau dice: la demostración consiste en la manifestación


de la verdad, o en su caso de la falsedad, de una proposición abstracta,
partiendo de otra proposición previamente admitida como verdadera y
cierta de manera que racionalmente resulte evidenciada la conformidad, o
HQ VX FDVR OD FRQWUDGLFFLyQ GH OD VHJXQGD SURSRVLFLyQ FRQ OD SULPHUD´
195
explica que la demostración en su aspecto positivo, se basa en el principio
de que lo verdadero no contiene mas que lo verdadero.

b) Argumento Probatorio: se sujeta a las reglas del razonamiento


inductivo, procediendo de lo particular a lo particular (inducción
reconstructiva), en este caso el razonamiento parte de proporciones fácticas
de la que infiere una proposición fáctica diversa.

2. Argumentos de Carácter Dialectico

El razonamiento es dialéctico en todos aquellos casos en que las


proposiciones utilizadas en el mismo no aparecen como lógicamente
constituidas, sino que se legitiman por su verosimilitud o por la general
aceptación que reciben. Dentro de un razonamiento dialéctico pueden
introducirse proposiciones de naturaleza diversa, siempre que todas ellas
queden justificadas por la general aceptación.

Para poder realizar una explicación más explícita es completamente


necesaria, la explicación del Método Tópico, la tópica es una técnica
intelectual o un método de pensamiento, que tuvo un gran relieve en la
edad antigua y en la edad media. La tópica pertenece al terreno de lo
puramente dialéctico, es una técnica intelectual desarrollada por la retórica
como medio de obtener unos instrumentos con los cuales sea posible
argumentar y sacar conclusiones respecto de cualesquiera problemas que se
puedan plantear.

El razonamiento dialéctico tiene como punto de partida unas


premisas que no son estrictamente hablando verdaderas, sino simplemente
verosímiles es decir probables y acreditadas por una general aceptación.

196
En el método tópico, la investigación sobre los problemas, conduce
al hallazgo de determinados puntos de vista directivos, los que deben
complementarse con repertorios de puntos de vista ya preparados de
antemano.

Los llamados tópicos son producto de la interpretación o de la


integración de la norma.

El juzgador goza de cierta libertad para interpretar o para integrar las


normas conforme a las cuales deba resolverse en un asunto específico,
puede valerse de los tópicos y los razonamientos que formule tendrán
carácter dialéctico.

3. - Argumentos Retóricos o Persuasivos.

Se trata de razonamientos que no siguen necesariamente las leyes de


inferencias de la lógica estricta. Las proposiciones utilizadas tienen
fundamentos puramente intuitivos, carácter emotivo o valor sentimental.

B. Estructura de los argumentos que integran una sentencia.

El argumento es la forma como se expresa el raciocinio. En este


sentido la sentencia contiene argumentos que son el resultado de los
razonamientos del juzgador.

En cualquier sentencia pueden contenerse argumentos lógicos en


sentido estricto, dialéctico y retórico.

5. JURISPRUDENCIA DE LA SCJN RELATIVA A LA


FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN EN LA CAUSA DE
PEDIR Y EN LA CAUSA DE PEDIR MOTIVADA.

197
Como síntesis habremos de precisar que la exigencia que establece el
artículo 16 Constitucional en el sentido de que las autoridades funden y
motiven sus actos queda satisfecha desde el punto de vista formal cuando
expresan las normas aplicables, así como los razonamientos tendientes a
adecuar al caso concreto esta hipótesis normativa.

Ahora bien, tratándose de la debida motivación basta que la


autoridad exprese los razonamientos sustanciales al respecto sin que pueda
exigirse que abunde más allá de lo estrictamente necesario para que se
comprenda el razonamiento expresado. En ese sentido solo podrá estimarse
que se transgrede la garantía de motivación cuando dichos razonamientos
sean tan imprecisos que no proporcionen datos al gobernado para defender
sus derechos, o bien impugnar aquellos.

Para agotar este punto, habremos de dejar claro que la


fundamentación y motivación es una exigencia obligatoria para las
autoridades, sin embargo, para encausar o provocar una fundamentación y
motivación adecuada, debe partirse necesariamente de la causa de pedir,
que en su caso será la obligación de las partes de mostrar lo mas claro
posible el problema a dilucidar.

La causa de pedir en términos generales consiste en el


señalamiento de la lesión o perjuicio que una situación de hecho o de
derecho provoca.

Es así que al momento de interponer una demanda, dice el


artículo 14 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, que todas las
acciones proceden en juicio, siempre y cuando se detalle con claridad la
clase de prestación que se exija y el título o casa de la acción.

198
La causa de pedir para los efectos del amparo consiste en que
en los conceptos de violación debe expresarse con claridad cual es la lesión
o el agravio que el provocan las respectivas consideraciones, así como los
motivos que generan esa afectación.

Al respecto la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió


el siguiente criterio:

"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE ESTUDIEN,


BASTA CON EXPRESAR CLARAMENTE EN LA DEMANDA DE
GARANTÍAS LA CAUSA DE PEDIR." (No. de registro 191384). Novena
Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XII,
Agosto de 2000, Tesis P./J. 68/2000, Página 38.

No. Registro: 186,809

Jurisprudencia

Materia(s): Civil

Novena Época

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo: XV, Junio de 2002

Tesis: XVII.5o. J/2

Página: 446

CAUSA DE PEDIR EN LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.


ALCANCES DE LA JURISPRUDENCIA DE LA SEGUNDA SALA DE
199
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (APÉNDICE
1917-2000, TOMO VI, MATERIA COMÚN, TESIS 109, PÁGINA 86).

Del texto de la jurisprudencia número 109, de rubro: "CONCEPTOS


DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE ESTUDIEN, BASTA CON
EXPRESAR CLARAMENTE EN LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA
CAUSA DE PEDIR.", sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación y publicada en la página 86 del Tomo VI, Materia
Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000,
así como de las diversas opiniones doctrinarias, se entiende que la causa
petendi es lo que Carnelutti llama "motivo o título de la demanda", lo que
si bien es fácil determinar al inicio de las controversias judiciales ante las
responsables, no lo es tanto en el juicio de amparo por la diversidad de
agravios que aducen los quejosos. Ahora bien, la tesis de jurisprudencia
señalada precisa la necesaria concurrencia de dos elementos para la
integración de la causa petendi en el juicio de amparo: uno consistente en el
agravio o lesión que se reclame del acto que se combate y otro derivado de
los motivos que lo originen. Así, la causa de pedir requiere que el
inconforme precise el agravio o lesión que le cause el acto reclamado, es
decir, el razonamiento u omisión en que incurre la responsable que lesiona
un derecho jurídicamente tutelado del gobernado. Sin embargo, la causa
petendi en el juicio de amparo no se agota ahí, sino que es necesaria la
concurrencia de otro requisito, que es el motivo o motivos que originan ese
agravio y que en el amparo constituyen el argumento jurídico que apoya la
afirmación de la lesión. Por ejemplo, si en un juicio civil, ante el tribunal de
segunda instancia, la parte demandada cuestiona la valoración de la prueba
testimonial que hizo el Juez de primera instancia, porque sostiene que fue
indebida, lo cual le irroga agravio y para tal efecto aduce como motivos
que hubo contradicción en el dicho de los testigos, que le demerita valor a

200
su testimonio, pero si al analizar y desestimar este agravio, la responsable
sostiene que fue correcta la valoración de primera instancia, dicha
determinación se convertirá en el agravio que le cause al quejoso el acto
reclamado si insiste en su argumento y controvierte la respuesta del tribunal
de alzada. Sin embargo, los motivos para ello deberán ir de acuerdo con los
antecedentes del caso y deberá evidenciar con la prueba correspondiente
que la responsable apreció indebidamente ese medio de convicción, lo que
originó la incorrecta valoración y, en tal tesitura, acreditar sus motivos. Sin
embargo, no constituirá el mismo motivo y, por ende, se cambiaría la causa
de pedir, si en lugar de aducir el quejoso en amparo, como motivo de la
lesión o agravio, la contradicción entre el dicho de los testigos que sostuvo
ante la responsable, en cambio, que la indebida valoración de la prueba
testimonial se debe (motivo) a que los atestes se contradijeron con su
oferente, ya que en este último supuesto existe un cambio en uno de los
elementos de la causa de pedir que origina que se declare inatendible el
concepto de violación, por no haberse formulado en esos términos ante la
responsable.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SÉPTIMO


CIRCUITO.

Amparo directo 5/2002. Luis Raúl Aragón Arvizo. 15 de febrero de


2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández Simental.
Secretario: Cuauhtémoc Cuéllar de Luna.

Amparo directo 53/2002. Banco Nacional de México, S.A. 15 de


febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Martín Hernández
Simental. Secretaria: Estéfana Sánchez Haro.

201
Amparo directo 4/2002. Manuel Octavio Puente Escárcega y otro. 28
de febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José de Jesús González
Ruiz. Secretaria: María Guadalupe Gutiérrez Pessina.

Amparo directo 211/2002. Guadalupe Elmer Trevizo Balderrama. 22


de marzo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Ramiro Rodríguez
Pérez. Secretario: Enedino Sánchez Zepeda.

Amparo directo 312/2002. Rosa Isela Miramontes Escárcega. 3 de


mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Ramiro Rodríguez Pérez.
Secretario: Enedino Sánchez Zepeda.

No. Registro: 193,690

Tesis aislada

Materia(s): Laboral

Novena Época

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo: X, Julio de 1999

Tesis: I.6o.T.60 L

Página: 861

EXCEPCIÓN DE OSCURIDAD Y DEFECTO LEGAL DE LA


DEMANDA. ES PROCEDENTE CUANDO EL ACTOR NO PRECISA
CON CLARIDAD LA CAUSA DE PEDIR AL RECLAMAR PAGO DE
DIFERENCIAS.
202
Si bien la demanda laboral no requiere forma determinada, acorde
con el espíritu legal consignado por el artículo 872 de la Ley Federal del
Trabajo, cuando se reclama el pago de determinada cantidad de dinero, en
concepto de diferencias adeudadas por el demandado, el actor se encuentra
obligado a expresar con precisión y claridad suficientes, los hechos de su
demanda pormenorizadamente, esto es, con todo detalle, sin omitir ninguna
circunstancia de lugar, tiempo y modo o circunstancias que dan lugar al
ejercicio de su acción, puesto que la reclamación líquida del pago de
prestaciones, presupone la existencia de la causa de pedir, que está
conformada por los motivos por los cuales se ocurre a demandar el
cumplimiento del derecho ejercitado, ya que de omitirse esa narración,
impide, por una parte, que la demandada esté en aptitud de desvirtuarlos, a
través de la preparación debida de su defensa y, luego, que la Junta del
conocimiento pueda delimitar la litis y resolver en conciencia, a verdad
sabida y buena fe guardada y, sobre todo, lógica y jurídicamente con base
en autos, porque la simple previsión del derecho a determinada prestación
contenida en la ley o en el contrato colectivo de trabajo no puede fundar,
por sí misma, la procedencia de una prestación no apoyada en hechos, de
ahí que deba estimarse acreditada la excepción de oscuridad y defecto legal
de la demanda, ante la imprecisión de la causa de pedir.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO


DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 2366/99. Ferrocarriles Nacionales de México. 8 de


abril de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Hugo Arturo Baizábal
Maldonado. Secretario: Jorge Sebastián Martínez García.

203
CONCLUCIONES

Hasta aquí concluye nuestro recorrido por los aspectos mas


relevantes de la Argumentación Jurídica como fundamento para las
acciones legales, hemos desarrollado los elementos principales de esta obra
con respecto a la utilización de la argumentación, tanto por parte de los
juristas comomporparte del órgano jurisdiccional para fundamentar
racionalmente sus tesis y poder convencer por medio de los argumentos.
Nos adentramos al análisis teórico y evolutivo de la Argumentación
Jurídica, así como de los elementos que debe poseer la imagen del
juzgador, comprendimos la tipología de los argumentos y la forma en la
cual se utilizan, determinamos las formas en las que comúnmente se
aplican las falacias para forzar una convicción y por ultimo determinamos
la forma en la que el órganos jurisdiccional sustenta racionalmente sus
sentencias gracias a la Teoría de la Argumentación en Materia de Hechos.
Con el análisis teórico y practico anterior, podemos deducir que la Teoría
de la Argumentación Jurídica, cobra una gran relevancia en la formación de
todo abogado, independientemente de si se dedica al ejercicio de la
profesión o bien si es quien imparte justicia o si su actividad principal es el
carácter teórico y el desarrollo de la investigación jurídica.

Desde las mas profundas raíces, las dos columnas que sirven de
semiento a la formación de los estudiantes de derecho son por un lado el
desarrollo del habla por medio de la retorica para llegar a estructurar
argumentos racionales y por el otro la utilización de la redacción jurídica
que será motivo de obras sucesivas. Sin embargo, es menester el
cuestionarnos, que si la argumentación jurídica es tan relevante, en
ocasiones se le deja de lado, para muestra podemos afirmar que al día de

204
hoy son muy pocas las facultades de derecho de nuestro país las que
contemplan dentro de su plan de estudios el desarrollo de la Teoría
Argumentativa.

Solo a través de la conjugación de la teoría y filosofía jurídica por un


lado y de la axiomática por el otro es como podemos alcanzar una
formación plana de las futuras generaciones de abogados, gracias a la
utilización adecuada del lenguaje y con el abandono de la verborragia
jurídica, es como podemos capacitar a las futuras generaciones y guiarles
en un mundo mas competitivo, pero además sustentado en el quehacer
científico, haciendo a su actividad mas profesional y evocada a la
vanguardia. Agradezco el apoyo incondicional y ejemplo brindado por mis
padres, así como la solidaridad y amor de mi esposa al transitar a la
conclusión de esta obra, así como estimulo y cariño a mis hijos y a los
demás integrantes de mi familia. Valga pues la presente obra para aportar
un poco a la formación progresista de las futuras generaciones.

205
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x Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Novena época.

212
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