1. EQUE Es EL AMOR?
Decfamos que el corazén es centro y rafz del
binomio amor-dolor, dos términos inseparables
como puede comprobarse experiencialmente,
Por consiguiente, la educacién del corazén in-
cluye la educacién del amor, en el amor y para el
amor. Y la educacién para el dolor.
Podrfamos tratar del amor a partir del bino-
mio libertad-amor, Libertad es, fundamentalmen-
te, capacidad de querer. El amor es el «regalo
esencial», y por tanto, es Ia «tarea esencial» de
los seres libres. No es posible amor sin libertad.
Por otra parte, el amor es el «para qué» de la
libertad. «El amor compromete a la libertad y la
colma de todo lo que nacuralmente acrae a la vo-
luntad: el bien, La voluntad tiende al bien y la
libertad est hecha para el amor; gracias a ella
sobre todo, el hombre participa del bien (...).
El hombre desea el amor més que la libertad: la
libertad es un medio, el amor es un fin» (Woj-
tiyla, 1978, p. 148),
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Si la libertad esté hecha para el amor, y el
amor, en el ser humano, es «la primera reaccién
de su sentimiento y de su voluntad que se com-
placen en el bien» (Hervada, 1987, p. 23), se
le entender mejor la relacién de la libertad y
1 bien (la libertad como autodeterminacién para
hacer el bien).
‘También es cierto que un mejor conocimien-
to de lo que es el amor facilita un conocimiento
as profundo de lo que es la libertad humana,
puesto que son términos inseparables de un bi-
nomio,
El amor, «en su sentido mis riguroso, hace
referencia a un movimiento unitivo que surge de
la intimidad misma del ser personal y pone en
acci6n las potencias més especificas de lo que lla-
mamos “petsona”» (Viladrich, 197, p. 51). El
amor finaliza en las personas. Y es tan misterio-
0 como la persona, Amor y persona se nos mani-
fiestan a través de sus obras. El saber popular y la
Titeratura nos muestran cémo el amor se capta a
través de sus obras.
El amor alude a la persona y al bien. Bl sujeto
del amor es la persona. «El objeto del amor, el
amado, lo es por ser un bien. Persona y bien, su-
jeto y objeto, son los términos entre los que “sal-
ta” el amor... Persona y bien son los términos del
amor. ¥ el amor es el movimiento unitivo radi-
cal entre dichos términos» (ibidem, p. 53).
Luego, habré tantos verdaderos amores como
verdaderos bienes para un ser personal. Y tantos
75‘falsos amores como falsos bienes (aquellos que una
persona capta como bienes sin serlo), Y habré
luna ordenacién 0 jerarquia ce amores como hay
tuna jerarqufa de bienes o valores.
En rigor, la palabra amor deberia reservarse
para las personas. Las cosas nos gustan, las que-
remos en cuanto son un bien para nosotros mis-
‘mos 0 para otras personas a quienes amamos.
Pero s6lo quien, como nosotros, sea también un
ser personal puede corresponder a nuestro amor,
desde su intimidad,
¢Quiere esto decir que no es posible el amor
sin correspondencia? Al menos, es lo que espera-
‘mos. Si esto es asf, en el amor no hay s6lo dar y
darse, sino también recibir, esperanza de recibir.
Por consiguiente, el desarrollo de la capaci
dad de amar implica el desarrollo de la capaci
dad de dar y la capacidad de recibis, Dar y recibir
como términos inseparables de un binomio, y
por este mismo orden: primero, dar, y después,
esperar recibir, Recibir para dar més.
EL amor es afirmativo, Amar es aprobar.
Amar a alguna persona significa dar por «bue-
no», llamar «bueno» a ese alguien. «Ponerse de
cara a él y decitle: “Es bueno que existas, es bue-
‘no que estés en el mundo» (Pieper, 1976, p.
436). Bs estar de acuerdo, asentis, conceder de
buen grado, ensalzar el hecho, alabar, glorificar,
segtin la diversidad de existencias queridas.
El amor es, al mismo tiempo, intimidad y
apertura, Por eso es tan importante la educacién
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de la intimidad y la educacién del respeto —dos
aspectos centrales de la realizacién personal—,
porque «no hay amor sin respeto»: la apercura,
«el éxtasis no se mantendria si se daiara al otro
(0 8¢ le considerara como mero instrument» (Al-
vira, 1975, p. 112). Y, sin embargo, zno somos
todos més 0 menos conscientes de una serie de
condicionamientos sociales que dafian o deterio-
ran por igual intimidad y respeto?
Solo pueden amar las personas, porque es
propio de ellas tener intimidad, ser suyo, auto-
poseerse. Cuanto mds intimidad y més apertura,
més capacidad de amar, porque el amor ¢s «el
més profundo abrirse y converger de yn ser per~
sonal a la entrega y a la posesi6n del bien apete-
cido» (Viladrich, 1977, p. 37).
”