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RESUMEN
SUMARY
This article presents a set of thoughts about the way was made an intervention
with indigenous community-Mocagua, referit to impulse the Plan Integral de Vida.
E
l Trabajo Social como profesión que procura la justicia social para
garantizar la dignidad humana, ha concentrado su quehacer en relación
con los problemas sociales, frente a los que el Trabajo Social se ve abocado
a intervenir guiado por un sentido ético que aboga por la construcción de la
condición humana dignac. Sin embargo es de admitir que esta intervención sobre
la realidad social ha estado permeada por proyectos ideológicos y de sociedad,
que de manera conciente o no han promovido modelos ideales sobre cómo ser
individuo, cómo debe ser la familia y qué debe ser una comunidad. Dichos
modelos se relacionan con arquetipos europeos o andinocéntricosd, algunos de
los cuales buscan normalizar conductas y formas de vida consideradas atípicas
comparadas con la imagen de la nación mestiza, de familia nuclear, religión
católica, lengua castellana, entre otros modelos ideales hegemónicos. Desde una
mirada crítica al Trabajo Social hegemónico, se puede afirmar que éste ha hecho
eco a los modelos ya enunciados. Sin embargo un Trabajo Social que se ubique al
lado de los grupos y comunidades que se alejan de estos ideales hace que emerjan
una serie de cuestionamientos a las prácticas y discursos profesionales desde
intervenciones que buscan comprender la diversidad étnica. Para emprender
este camino se necesita adentrarse en el Trabajo Social intercultural.
No. 8 Agosto/2007 201
La reflexión intercultural llega a nuestra disciplina para entender aquellos
procesos que al no encajar en la tipificación de los problemas sociales “clásicos”,
deben atenderse como variaciones del proceso de intervención profesional. Mary
Richmond, aunque desde la corriente positivista, es quien inicialmente considera
la importancia de la variable cultural en la atención a familias de inmigrantes;
sugiriendo además que al enfrentar este tipo de realidad el/la profesional debe
“aprender que no puede ignorar las características nacionales de los inmigrantes
por completo; esto para no caer en el error de considerarlos como miembros de
una colonia o de una nacionalidad, con unas características fijas; y tampoco en
el error de ignorar sus peculiaridades nacionales raciales y tratar de aplicarles
los mismos criterios que aplicaría a sus compatriotas”e.
Adicionalmente, citando a Esteban Ruiz, se podría considerar que para que estas
comprensiones o competencias básicas de la intervención intercultural emerjan
debe existir una propuesta no hegemónica del sujeto profesional respecto al
sistema de poder en el que se inscribe. En una propuesta no hegemónica de
intervención surgen representaciones plurales del Otro y su situación, como
imágenes que buscan empoderar y reconocer a los Otros como sujetos y no sólo como
entes receptores de la acción. Lo que implica, según Esteban Ruiz “la construcción colectiva
de una representación propia que se entiende como motor de una transformación de
las relaciones de poder dentro de la intervención social, habilitando a los usuarios como
sujetos y no ya como meros objetos del proceso” j. Esta imagen plural abre el camino
a una intervención participativa, que gestiona el empoderamiento, al estar basada en la
Se resaltaron en particular estos dos textos debido a que ilustran el interés por
reflexionar sobre la intervención en contextos que convocan atención especial
a sujetos étnico-racialmente diversos. En seguida presentaré una propuesta
de comprensión respecto del Trabajo Social Intercultural, a propósito de la
experiencia interventiva con una comunidad indígena del Trapecio Amazónico
Colombianot.
En el campo fue en donde pudimos acercarnos a ese Otro indígena que inicialmente
nos desencantó al no coincidir con la figura del “buen salvaje”, pero que después
aprendimos a reconocer y valorar como un sujeto, un Otro cultural étnico, más
próximo sin que por ello perdiéramos de vista su diferencia. En la convivencia
El Plan Integral de Vida fue la otra noción que desmitificamos. Inicialmente para
nosotras era la panacea de la participación, el mecanismo para poner en diálogo
a comunidades y Estado, que además debía surgir de toda la comunidad, pues
representaba el proyecto de la vida de una etnia. Lo primero que encontramos fue
que el tema no era de interés de todas las comunidades y que quienes abanderaban
el proceso eran las organizaciones, ya que son quienes están más relacionadas
con el lenguaje abstracto del reconocimiento, de la diversidad y el respeto a la
diferencia, así como con las obligaciones y compromisos del Estado al respecto.
Fue entonces cuando cuestionamos nuestro papel como promotoras de un
discurso de la democracia participativa, dirigida desde afuera no por indígenas,
basada en una idea de comunidad indígena como grupo compacto, altamente
organizado y jerarquizado, en torno a la causa indígena reivindicativa, sin tener
en cuenta que en la realidad es imposible encontrar un colectivo humano que
funcione como un todo orgánico.
La cuestión era que estábamos en una comunidad que en su interior albergaba otra
diversidad (tikunas, cocamas, yaguas, huitotos y mestizos), con aproximadamente
430 habitantes; en donde sólo se hablaba en lengua materna (indígena) en el
espacio familiar, ya que el español había sido el idioma para poner a dialogar a
sus habitantes; una comunidad que a pesar de su diversidad interna tenía una
conciencia étnica clara hacia el exterior con la que negociaba e interactuaba,
partiendo de su condición de indígenas, y desde la cual postulaban sus demandas
de derechos frente a otros actores estatales y de la sociedad civil.
La consideración de lo ético y lo
político en la intervención también
nos permite tener la posibilidad de
tomar distancia de la cultura del
Otro (por ejemplo,. en relación con la
Foto: Julia León, Indígena Ticuna. poca valoración que existe respecto
de la posición de las mujeres, niños y niñas frente a las problemáticas internas),
ya que como proponíamos en el apartado sobre la dimensión conceptual, entender
no significa compartir y aceptar situaciones en las que existe un desentendimiento
de la opinión de un conjunto importante de la comunidad.
En última instancia, hacemos un llamado de atención para que en la intervención
se tenga en cuenta que el sujeto étnico al cual nos acercamos como profesionales
nunca va a ser un sujeto prístino que algunos quieren retratar y conservar,
sino que se trata de un sujeto étnico e histórico particular cuya identidad es
Conclusión
BIBLIOGRAFIA
MALAGÓN BELLO, Edgar (2000). “Las relaciones de Bienestar social y los campos
de intervención del Trabajo Social” En Revista del departamento de Trabajo Social,
BIOGRAFIA
a Sin intención de restar importancia política a los pueblos indígenas en el presente artículo
me referiré a las comunidades indígenas para denominar a los resguardos que se asientan en
esta zona del país. La denominación “comunidad” da cuenta de la manera en que los mismos
miembros de los resguardos denominan a sus asentamientos (Resguardos).
c MALAGÓN BELLO, Edgar (2003), “Trabajo Social: Ética y Ciencia.” En Revista del departamento
de Trabajo Social, Bogotá, No. 5 p.12-22
d El maestro Jaime Arocha y Lina del Mar Moreno denominan andinocentrismo al “modelo de
nación que ideó la élite del siglo XIX a partir de la idea de que el ámbito de la civilización se daba
en las zonas temperadas de los Andes, desde donde bajaba a las fronteras tórridas y salvajes”.
Ver AROCHA RODRÍGUEZ, Jaime y MORENO TOVAR, Lina del Mar, (2007) “Andinocentrismo,
salvajismo y afro-reparaciones”, “en” MOSQUERA ROSERO-LABBÉ, Claudia y BARCELOS, Luiz
Claudio (2007). Afro-reparaciones: Memorias de la Esclavitud y Justicia Reparativa para negros,
afrocolombianos y raizales, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia-FCH-CES-GEA, p. 587
e RICHMOND, Mary (2005). Diagnóstico Social. Madrid: Siglo XXI, p. 449. El resaltado en
cursiva es de la autora.
g MALAGÓN BELLO, Edgar (2000). “Las relaciones de Bienestar social y los campos de
intervención del Trabajo Social” En Revista del departamento de Trabajo Social, Bogotá, No. 2 (p.15-
23)
j RUÍZ BALLESTEROS, 2006, 148 (La cita debe ser completa como se ha realizado antes)
n CASTILLEJO CUELLAR, Alejandro. Poética del Otro: para una antropología de la guerra, la
soledad y el exilio interno en Colombia. Bogotá: ICANH-COLCIENCIAS, 2000.
o Lo étnico-racial se considera como una condición cultural que marca diferencias entre
los sujetos que interactúan en un entorno social. Aunque se considera que científicamente
están superados los discursos sobre razas, hoy más que nunca la “raza” se constituye “en una
poderosa ficción reguladora mediante la que determinadas diferencias pasan a ser significadas en
determinados contextos, estabilizando jerarquías y confiriendo ciertas características encarnadas
como legitimadoras de opresiones y exclusiones, privilegios y dominaciones”. ROMERO BACHILLER,
Carmen (2003) “Los desplazamientos de la “raza”: de una invención política y la materialidad
p ANGÉL, Rocío, PEREZ, Gilma, RICO, Martha, SANDOVAL, Rosa y VARGAS, Cecilia (1974).
Acción de Trabajo Social en el campo indígena. Guapi-Cauca: Universidad Social Católica de La Salle,
Prefectura Apostólica de Guapi,p.15
t Entre julio de 2005 y abril de 2006 gracias al apoyo financiero de la ONG Tropenbos y el
apoyo académico en campo de la profesora Luz Marina Donato, junto con mi colega Nini J.
Cortez Perdomo se desarrolló el proyecto “Impulso a la formulación del Plan Integral de Vida
de la comunidad indígena de Mocagua en el Trapecio Amazónico Colombiano”. Posteriormente
en el trabajo de análisis y reflexión sobre el Trabajo Social Intercultural a partir de la experiencia
práctica de trabajo con una comunidad indígena la profesora Claudia Mosquera Rosero-Labbé
guió el proceso de reflexión y escritura de mi trabajo de monografía “Propuesta para la compresión
del Trabajo Social Intercultural: Reflexiones sobre el Traba Social en una comunidad indígena del
Trapecio Amazónico Colombiano. Trabajo de monografía para optar al título de trabajadora social.
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2006
v El acento sobre el carácter colectivo de esta experiencia parte del supuesto de que toda aprehensión de
la realidad es un producto social aunque pase por una interpretación subjetiva individual. Es en el espacio
de la intervención en donde se ponen en juego la razón y la emoción; y en donde surgen –a diferencia del
conocimiento científico universal e irrefutable-, los saberes como “epistemes locales (…) altamente variables y
no universales; entretejidos con prácticas dinámicas; que involucran una negociación o conversación continua
con una situación que se desea modificar”. Wynne en MOSQUERA, op.cit, p.266.
Desde la noción de saberes el presente trabajo se inscribe como una co-producción (Mosquera 2006), más que
como una creación netamente individual, por tanto, las reflexiones expresadas en este documento se plantean
en co-autoría: con algunos miembros de las comunidades que nos acogieron y compartieron con nosotras sus
reflexiones; con las ONGs que como organizaciones locales e internacionales brindaron orientación y apoyo;
con los conocimientos académicos y profesionales adquiridos en la Universidad; por su puesto con mi colega
y amiga Nini Cortez Perdomo en los meses de estadía en este lugar geográfico y también de vuelta en la ciudad
de Bogotá. Y con la profesora Claudia Mosquera Rosero-Labbé quien acompañó y guió una parte importante
de mi reflexión sobre el Trabajo Social Intercultural a partir de la experiencia que viví en el Resguardo Indígena
de Mocagua. Por eso se busca no hacer uso del impersonal como estilo de escritura, sino la primera persona
del plural.
y SERJE, Margarita (2005). El revés de la Nación: territorios salvajes, fronteras y tierras de nadie.
Bogotá: Universidad de los Andes, p. 114
aa Cristian Gros critica esta noción, a la que denomina de carácter “ligero”, considerando que así se reduce
la autonomía a “un reconocimiento y una institucionalización de formas de organización social, económica y
La reflexión sobre el derecho a la autonomía nos permite afirmar también que los PLAN INTEGRAL DE
VIDA desde el Estado, se convierten en un mecanismo que permite a las comunidades indígenas de manera
“ligeramente autónoma”, traducir sus demandas en proyectos para acceder a los recursos, en la retórica del “…
mejoramiento de las condiciones de vida, de trabajo y del nivel de salud y educación de los pueblos interesados,
con su participación y cooperación… OIT. Convenio 169, 1989: articulo 7.
ac ROZAS PAGAZA, Margarita (2001). La Intervención Profesional en relación con la cuestión social:
El caso del Trabajo Social. Buenos aires: Espacio.
af Anotamos que es posible relacionar las tareas prácticas que propone Belén Lorente con las
competencias culturales sobre la intervención intercultural, propuestas por Octavio Vázquez
(2002). Esto sugiere la existencia de una coherencia en la reflexión sobre la intervención en tanto
objeto de conocimiento y como mecanismo puntual de la acción. LORENTE MOLINA op.cit,
p.245
ag Ibid,, p. 246
ah Ibid, p. 83
ai Ibid, p. 194
aj Se han producido una serie de documentos que pretenden dar luces a las comunidades
indígenas respecto de la forma de formular y poner en práctica los PIV. Son tres las metodologías
que más circulan propuestas por la Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC, la
Dirección General de Asuntos Indígenas-DGAI y la Defensoría del Pueblo. Todas se plantean como
una guía flexible, elaborada con participación de algunos líderes indígenas en unas de manera
más amplia y constante que otras..
al SERJE,op.cit.
am GROS, op.cit.