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Una manera de terminar con la impunidad de que gozan miles de delincuentes en este país, es
hacerlos pagar su deuda a la sociedad con trabajo comunitario. Esta medida correctiva se
practica en países tan avanzados como Finlandia, donde los que cometen faltas como manejo
desordenado bajo la influencia de intoxicantes pueden ser condenados a pagar la mitad de su
sentencia realizando servicios comunitarios (en hospitales, escuelas y parques), y la otra mitad,
asistiendo a grupos de auto-ayuda como Alcohólicos Anónimos. Los así sentenciados que están
empleados deben llevar a cabo las faenas comunitarias durante sus horas de asueto, después
de cumplir con su horario laboral. De esta manera, el infractor mantiene su trabajo, continúa
viviendo en su casa con su familia y paga su deuda con la sociedad. En el estado de Nueva York
el trabajo comunitario ha sido ordenado por jueces para personajes famosos que tal vez no
sobrevivirían en una cárcel. Hace unas semanas los neoyorquinos pudieron observar durante
cinco días al cantante Boy George, vestido de sobretodo anaranjado, barriendo las calles de la
Gran Manzana. Su condena es por posesión de substancias ilícitas.
En Panamá, un país en desarrollo donde hay escuelas con techos de paja, ríos con cauces
llenos de basura, hospitales públicos con paredes descascarilladas, tenemos numerosas
oportunidades para que los delincuentes no violentos paguen por sus faltas a las normas de
nuestra la sociedad. A esos conductores que tienen multas con desacatos que ascienden a
miles de balboas, se les debe dar un tiempo perentorio para que paguen.
Como sociedad debemos desarrollar, aunque sea poco a poco, un mecanismo para terminar
con la impunidad para los que cometen delitos menores como infracciones de tránsito, hurto,
posesión de substancias ilícitas. Si la señora está muy débil para ir a la cárcel de mujeres,
entonces que ayude a las voluntarias del Hospital del Niño. ¿Que el ex funcionario del banco
está muy mayor para ir a prisión? Que vaya todas las tardes al Hogar Bolívar a leerle a los
ancianos. Son formas mediante las cuales los delincuentes no violentos pagan por sus faltas,
restauran los daños cometidos y contribuyen al bienestar del país. ¡No más casa por cárcel