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El ratoncito valiente
Érase una vez un gato muy pero muy grande, que tenía como pasatiempos cazar ratoncitos. Un día,
atrapo uno y cuando estaba a punto de comérselo, el ratoncito suplicó:
- Por favor, gatito, ¡no me comas! Apenas soy un bocadito. Si me dejas ir ahora, seguro que
algún día podré devolverte el favor ayudándote cuando lo necesites.
- ¿Ayudarme a mí, una cosita tan débil y pequeña como tú? Me das tanta risa que por esta vez
no te comeré.
Pasó el tiempo y un día, mientras el gatito paseaba por la calle, cayó en una trampa que le habían
tendido unos hombres para capturarlo. Tiraron sobre él una red gruesa y allí quedó atrapado.
El gatito maúllo lo más alto que pudo para que alguno de sus amigos viniera a rescatarlo.
Para su sorpresa, apareció el ratoncito, que mordisqueó, masticó y tironeó hasta que la cuerda se
rompió.
Y así el gatito pudo liberarse de la trampa y ambos corrieron hacía un lugar más tranquilo y seguro. Ese
día el gatito aprendió que hasta los más débiles y pequeñitos pueden ayudarnos.
Moraleja: No juzgues a las personas por su apariencia. A veces quien menos imaginas es quien puede
ayudarte.
a) Comen ratones.
b) Hablan.
c) Son pequeños
2.- ¿Cómo era la actitud del gato al inicio y al final de la historia?
Al inicio: _________________________________________________________
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Al final: __________________________________________________________
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