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los teléfonos celulares: según el gerente, cada uno debía hacerse cargo de las líneas de
su familia. En la lista propuesta por el nuevo gerente figuraban internet, los gastos de
los autos, los seguros, los honorarios de los contadores a la hora de hacer la
declaración anual para el fisco…. “Ya no se trata de lo que cobra el gerente, sino lo que
nos quiere quitar de lo que retira cada uno de nosotros”, se queja Emilio. “Y mi carga de
familia, con cinco hijos, es mucho mayor que la tuya, que tienes sólo uno”, replica Alcira.
“Además”, protesta Elena, “no tenemos quién se haga cargo de esto; ¿qué pretende, que
contratemos un administrativo cada uno?” Para mañana, día de la reunión entre los
hermanos y el nuevo gerente general, se pronostican nubarrones y tormentas…
1 Introducción
El objetivo de esta nota es repasar los flujos económicos que circulan y atraviesan las
familias empresarias y su correlato, las empresas familiares.
Al repasar, podremos ir diferenciando entre:
retiro, sueldo, dividendo, ayuda familiar,
ayudar, dar trabajo, dar empleo,
beneficios empresariales y beneficios familiares,
necesidades y expectativas,
diferentes momentos vitales.
Como todo flujo, los flujos económicos se vuelven más complejos a medida que las
familias y sus empresas crecen, y esa complejidad no crece linealmente, sino de manera
exponencial, en tanto sigue el número de relaciones que se establecen entre los
miembros de las familias. De generación en generación, sólo pensemos la diferencia
entre los criterios que tiene un fundador respecto de sus hijos, y las políticas que deben
establecerse entre linajes de primos para sostener una empresa familiar de tercera
generación.
2 Situaciones comunes
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Ofrecer una compensación atractiva para reclutar o retener a un miembro de la
familia altamente calificado o con experiencia fuera del negocio, compensación que
rompe con la equidad salarial interna.
Continuar pagando un sueldo al propietario del negocio ya retirado.
Percibir a la empresa familiar como una fuente de ingresos personales asegurados y
demandar empleo de ella, aunque no haya trabajo disponible adecuado a las
capacidades de la persona.
Mantener opacas las compensaciones entre los miembros de la familia, lo que lleva
a despertar percepciones erróneas o sospechar de la existencia de prácticas no
equitativas, privilegios, preferencias.
Apelar a beneficios inusuales como forma de compensar inequidades salariales
entre familiares.
Pagar una compensación a familiares con los que se siente en deuda, afectiva o de
otro orden.
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Los beneficios que percibe un empleado se dividen en beneficios cuantificables y
beneficios no cuantificables, siendo los primeros los traducibles a un monto de dinero. El
pago de un sistema de seguro médico es un beneficio cuantificable; el poder no
trabajar el día de cumpleaños es un beneficio no cuantificable.
La compensación es la suma de la remuneración fija, la remuneración variable, y los
beneficios cuantificables.
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3.5 La financiación a emprendedores o a estudiantes
Muchos roles en la vida actual requieren erogar un dinero del cual es posible no
disponer: emprender, o estudiar por ejemplo. La familia puede colaborar como inversor
en el emprendimiento de un joven integrante que por diversas razones no participa del
negocio familiar, o prestando a estudiantes para que lleven adelante sus estudios.
4 Políticas y prácticas
Vistos los flujos económicos que circulan en este sistema, veamos en esta parte las
diferentes políticas y prácticas que suelen darse en relación con su manejo. Algunas de
las prácticas que presentamos son excluyentes entre sí, y representan formas
diferentes de resolver un mismo problema.
Uno de los problemas más frecuentes a la hora de que los familiares trabajen en la
empresa es la distorsión respecto de sus remuneraciones.
La política de pagar al trabajador según el valor de mercado es el criterio más racional:
se paga al trabajador según la valuación de mercado del puesto que ocupa. Sin
embargo, esta política asume cierto grado de formalidad o madurez en la organización,
y demanda descripciones de puesto, organigramas hechos y estabilizados, y
comparaciones con otras empresas de la competencia.
El valor de mercado se hace más difícil conforme las responsabilidades del empleado
son más difusas. y ésta es la regla en las primeras etapas de la empresa, cuando un
empleado realiza múltiples tareas no del todo especificadas previamente, y se
manifiesta más fuertemente cuantas más responsabilidades tiene la persona.
Además, en estas situaciones, el seguimiento por confianza suple al control por
indicadores, y en ese caso la compensación de la persona confiable, especialmente si se
trata de un familiar que sigue la lógica de la lealtad, no podrá ser medida contra valores
de mercado.
Una nueva política de compensación basada en valores de mercado podrá ir siendo
implementada a medida que ingrese una nueva generación, por ejemplo. Típicamente
esto será posible a partir del ingreso de la tercera generación. La segunda, usualmente
ubicada en la cima de la organización, tenderá a ser pagada aun en base al criterio de
nivel de vida equivalente, que es independiente del valor del puesto ocupado, y que
vemos a continuación.
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4.2 Compensación equivalente para los hijos
Pagar al trabajador según el valor de mercado requiere como vimos tener un grado
mínimo de formalización, de manera de poder compararse contra mercado a ver
cuánto se paga por puestos similares.
Muchas veces esta situación no existe, porque la empresa se halla en un estadio
informal, y se debe apelar a otras políticas de compensación, tal como la de pagar la
misma remuneración a los hijos.
Independientemente del rol que ocupan en la organización se asume que, más allá de
las propias capacidades y responsabilidades, muchas de ellas aun en potencia, los hijos
tienen un grado similar de compromiso con la empresa familiar, y en base a este
criterio es que se remuneración es la misma.
Cuando cada hermano cumple los roles necesarios para transitar la sucesión, el sistema
de compensación equivalente se torna una práctica sencilla, que evita un esfuerzo de
formalización demasiado anticipado en el tiempo a la madurez que vendrá con el
desarrollo de la empresa.
Esta práctica consiste en colaborar con cada grupo familiar de convivencia para
sostener un nivel mínimo de ingreso que sea adecuado al nivel y estilo de vida deseado.
Esta colaboración es definida desde la familia, y apela a los recursos del patrimonio no
operativo, es decir, aquellos no vinculados a la empresa familiar. Se puede definir un
nivel mínimo de ingresos aceptable para cada grupo familiar de convivencia, y
complementar los ingresos si sus ocupantes no lo obtienen mediante su trabajo.
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vida seguro e independiente desde el punto de vista financiero, una vez se haya
retirado?
Esta cuestión determina como parte de la agenda de la familia la realización de un plan
financiero y patrimonial personal para el predecesor y su cónyuge.
Este plan puede significar un esfuerzo especial en términos de costos laborales para la
empresa durante la transición.
Si esta cuestión no es atendida a tiempo, se corre el riesgo de verse llevado a mantener
la remuneración de la persona una vez dejado el puesto, recargando así el costo
laboral, deformando los indicadores, etc. Si es necesaria la ayuda desde la familia (una
vez descontados los montos jubilatorios provistos desde el Estado), que sea en lo
posible desde el patrimonio no operativo.
El predecesor puede desempeñarse durante algún tiempo como director no ejecutivo, o
como consultor externo, y percibir honorarios por ello.
Otra posibilidad es que el predecesor venda su participación en la empresa a lo largo
de un tiempo determinado, teniendo el debido cuidado de que la participación
permanezca en la familia.
Esta situación se repetirá conforme los hijos se vayan retirando, por lo que previsionar
esta situación anticipadamente mantendrá saludable el sistema.
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En todo caso, la empresa debe quedar liberada de realizar actividades que se
encuentran fuera de la órbita del negocio para poder concentrarse en él, y así su
performance puede ser medida sin distorsiones.
5 Conclusiones
Como hemos visto, las tres instituciones –familia, empresa y patrimonio- son
atravesadas por varios flujos de dinero que circulan entre ellas, dentro de ellas, y con el
entorno.
Su complejidad crece conforme crecen las familias, los negocios y el patrimonio.
Así, prevenir, comunicar y acordar políticas suelen ser los mejores instrumentos para
gestionar las diferencias y dar continuidad.
Prevenir: a medida que una empresa pasa de la etapa fundador, a la de hermanos, y
luego a la de primos; que el patrimonio se diversifica y comienza a haber operativo, no
operativo e inmovilizado; que la familia nuclear va dando paso a los linajes, es
aconsejable prever los temas que irán surgiendo, y preferible encararlos antes que el
hecho de haberlos evitado a tiempo cause heridas costosas de sanar.
Comunicar: la políticas y prácticas relativas a los flujos económicos deben ser
adecuadamente conocidas por los miembros de la familia, cuestión que se vuelve más
crítica conforme las familias crecen, se suman parientes políticos, se generan linajes.
Como en toda institución que se va complejizando, la formalización es inevitable, y
surgen así consejos de familia, family offices, etc. La transición desde un modo informal
y centralizado en el fundador a un modo formalizado debe obedecer a un compás lento
pero sostenido, en el cual la comunicación de los fundamentos de las decisiones es
central, y puede comprender acciones de formación y capacitación en los conceptos
que se manejan, estado del arte en otros empresas, etc. Al igual que en otros aspectos
de esta transición, es esperable que sean las nuevas generaciones quienes tomen a su
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cargo esta tarea, para elevar propuestas a ser validadas por la familia en su conjunto en
sus diferentes instancias de gobierno.
Acordar políticas: a través de procesos de acuerdo por consenso, se va llegando a
elaborar documentos tales como el protocolo familiar, que enuncian las prácticas a
sostener, las políticas a seguir, las normas a obedecer, y los propios instrumentos de
gestión necesarios a tal fin.
Diego Bercovich