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Desconcentración productiva y población como

imperactivo para alcanzar el equilibrio geo-economico de


la nacion:

Dependiendo de la conformación del territorio nacional,


un país se desarrollará más o menos en ciertas regiones
geográficas, por el crecimiento demográfico
desproporcionado.

Hay que considerar que las poblaciones prefieren


naturalmente vivir en las costas marítimas o riberas de los
ríos por la accesibilidad que esto supone en el comercio,
también es habitual que las poblaciones prefieran los
centros de poder, sin importar su ubicación, creciendo
alrededor de éstos la población más que en la periferia.

Una medida para homogeneizar la demografía en un país y


alcanzar el desarrollo integral geoeconómico, sería
establecer múltiples centros de poder; como ocurre, por
ejemplo, en EEUU, en relación a la existencia de centros
de poder en la región de los lagos, en la costa este y en la
costa oeste; esta fórmula podría hacer más fácil una
distribución proporcionada de la población, incidiendo en
un desarrollo regional más armónico.

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Causas, consecuencias e
impacto de una guerra
económica
 INVESTIGACIÓN

 LÍNEA GLOBAL
noviembre 3, 2017 at 11:37 am
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AUTOR: PRENSA LATINA

A pesar de la riqueza petrolera y mineral


que posee, Venezuela vive una profunda
crisis económica. El motivo no es su
modelo económico, sino la manipulación
externa de los mercados de bienes
esenciales, los ataques a su moneda y un
embargo comercial encubierto, advierte
experta
Livia Rodríguez Delis/Prensa Latina

Caracas, Venezuela. Este país es víctima de una guerra


económica a pesar de su diversidad envidiable de
recursos naturales y minerales, un alto potencial
agrícola, una riqueza industrial, una gran experiencia
en el comercio privado y a su imponente industria
petrolífera.

Posee variedad de yacimientos como aluminio


(Bauxita), cobre, níquel, hierro, oro, plata, plomo, zinc,
mercurio, calcio, magnesio, manganeso, diamante,
caolín, fosfato, sal, yeso, torio, coltan y talco, entre
otros.

Según la página oficial de la estadunidense Agencia


Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés), en
2015 el país suramericano contaba con la mayor
cantidad de reservas de petróleo comprobadas en el
mundo y ocupaba el octavo lugar en existencias de gas
natural.

De la acumulación gasífera, las probadas a principios de


2016 eran de 5 mil 617 trillones de metros cúbicos y su
producción era de 21 mil 88 billones de metros cúbicos,
por lo cual ocupaba el lugar 33 de la producción
mundial, notificó la agencia estadunidense de
inteligencia.

Sin contar, que cerca de 1 mil ríos y saltos alimentan


los 1 mil 320 kilómetros cúbicos de reservas de agua
dulce de Venezuela; el Orinoco es el principal río de ese
país y el tercero más grande de América Latina.

Sin embargo, aún con esos tesoros, el país enfrenta


una difícil crisis económica, que la prensa internacional
presenta como una derivación de la caída brusca de los
precios de los hidrocarburos.
Desde 2013, como consecuencia de las agresiones
económicas dirigidas por los grandes capitales, el
pueblo venezolano enfrenta una guerra directa contra
sus necesidades que tiene como propósito generar
malestar en la población y una desestabilización social
para incidir sobre las preferencias políticas y socavar el
apoyo popular a la Revolución Bolivariana.

En declaraciones a Prensa Latina, la doctora Pascualina


Curcio, máster en políticas públicas, explicó que los
condimentos de esta agresión son la manipulación de
los mercados de bienes esenciales, los ataques al
bolívar (la moneda nacional) y un embargo comercial
encubierto.

Además incide un bloqueo financiero que fue develado


el 25 de agosto cuando el presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, formalizó las sanciones de ese
tipo contra Venezuela.

—¿Cómo entra la disminución en los precios del crudo


en este escenario?

—La caída de los precios del petróleo, consecuencia


también de manipulaciones de estos mercados por
parte de los grandes capitales, ha incidido sobre los
niveles de producción de nuestra economía.

“En Venezuela, históricamente, la producción nacional


está determinada por los precios del petróleo debido a
que el 95 por ciento de los ingresos de divisas
corresponden a la exportación estatal de este
hidrocarburo. La empresa privada, escasamente genera
el uno por ciento de las divisas por concepto de
exportación.

“Sin embargo, y a pesar de la baja en el valor del


crudo, el promedio producto interno bruto per cápita de
los últimos cuatro años se encuentra nueve por ciento
por encima del registrado los últimos 30 años.

“Es decir, ciertamente ha caído la producción, pero


nunca en niveles que pudiesen justificar el discurso
presentado por [Donald] Trump y por algunos
representantes de los factores políticos de oposición
acerca de que Venezuela se encentra en la peor crisis
económica de su historia y además en una crisis
humanitaria.”

—Entonces, ¿qué sensibilizó la economía nacional ante


la guerra económica?

—Más que la caída de los precios del petróleo, o de la


dependencia del petróleo, lo que realmente nos ha
hecho vulnerables ante esta situación, es la
subordinación a los grandes capitales nacionales y
transnacionales que se constituyen en grandes
monopolios y que son responsables de la producción,
importación y distribución de los bienes esenciales, de
muy alto consumo.

“De aquellos bienes que todos los hogares venezolanos


requieren diariamente y que son precisamente los que
han estado escaseando de manera selectiva y
programada, generando a su vez un gran malestar a la
población venezolana.

“Nos referimos a los alimentos (no todos, solo aquellos


que son producidos por estas grandes empresas, no así
las frutas, verduras y hortalizas producidas por
pequeños pero muchos productores del campo, incluso
con baja capacidad financiera), medicamentos,
productos de higienes y repuestos.

“La carestía de estos bienes, que han generado colas y


la proliferación de mercados ilegales ha sido selectiva y
programada. Son solo algunos que además reducen con
mayor intensidad en vísperas de procesos electorales o
de alta conflictividad política, cuando los factores de
oposición hacen llamados a la violencia en las calles o
promueven prácticas anti democráticas, no establecidas
en la Constitución, para “acabar” con la Revolución
Bolivariana.

“Esta escasez, no se debe a la disminución de la


producción o de la importación de estos bienes, de lo
contrario, no se hallarían en los mercados ilegales.

“El mecanismo de guerra que han utilizado, tal como lo


hicieron en países como por ejemplo Chile, entre 1970
y 1973, o en Nicaragua a finales de la década de 1980,
ha sido la alteración de los canales de distribución
impidiendo que estos productos, muy necesarios para
la vida y la salud, lleguen de manera oportuna y
suficiente a los anaqueles, tal como ocurría antes de
2013.
“En tal sentido, no son los controles de precios ni
cambiarios, tal como han querido mostrar los factores
de la oposición, las causas de este desabastecimiento,
se trata de un alto precio político a pagar día a día por
el pueblo venezolano ante su decisión de defender un
proyecto social contrario a los intereses imperiales.”

La derecha venezolana, apoyada en los grandes medios


de comunicación internacional, difunde la teoría de que
la crisis en Venezuela se debe al modelo económico y
social bolivariano, avalado en la Constitución de 1999,
que instauró el comandante Hugo Chávez.

Este sistema, de marcado carácter humanista, centra


su atención en el beneficio de los venezolanos y en ese
sentido el gobierno destina gran cantidad de recursos
para el perfeccionamiento de las denominadas misiones
y grandes misiones en sectores de la salud, la vivienda,
la educación, entre otras áreas.

En congruencia con esa política, el presidente Nicolás


Maduro anunció recientemente que más del 70 por
ciento del presupuesto nacional para 2018 está
destinado para el fortalecimiento de todos los
programas gubernamentales con vista a proteger al
pueblo venezolano de lo que consideran una
“guarimba” económica montada por los dueños de las
empresas privadas que radican en el país
suramericano.

De acuerdo con la opinión de la experta Pascualina


Curcio, el modelo de justicia social ha sido lo que ha
permitido contrarrestar las acciones de guerra
económica e impedir que éstas tuviesen mayores
efectos sobre el pueblo venezolano.
“Están tratando de justificar, mediáticamente, que la
causa de la situación actual se debe al mal manejo
macroeconómico, a una supuesta indisciplina monetaria
y fiscal”, denunció en declaraciones a Prensa Latina la
máster en políticas públicas.

—¿Cómo sustenta la derecha ese argumento fallido


sobre la actual situación de Venezuela?

—Los factores políticos locales de la oposición expresan


que, por ejemplo, la inflación, es consecuencia de la
expansión monetaria, es decir, plantean que el
gobierno está imprimiendo una gran cantidad de dinero
para realizar sus gastos sociales.

“Esta afirmación carece de toda rigurosidad por varias


razones. En primer lugar, ciertamente la cantidad de
dinero que circula en la economía ha aumentado, pero
no es la causa de la inflación, es la consecuencia.

“La inflación se está explicando en otro ámbito, lo


ocasiona la manipulación arbitraria y desproporcionada
del valor de la moneda en los mercados ilegales, lo
hacen a través de la publicación diaria en portales web,
de este supuesto valor.

“Entonces, el gobierno, pensando en el pueblo, en el


salario real y el poder adquisitivo de la clase
trabajadora y para garantizar el cumplimiento de sus
metas en lo que a inversión social y pública en general
se refiere, amplía la liquidez monetaria para cumplir
tales compromisos incluyendo los incrementos de
salarios.”

—¿Existen otras armas de manipulación financiera que


inciden negativamente en la crisis venezolana?
—También ha estado siendo inducida mediante la
manipulación del tipo de cambio ilegal. Una de las
principales y más potentes armas de guerra económica,
por sus efectos masivos, y ya fue probada en Chile y
Nicaragua.

“El mecanismo es el siguiente, una variación del uno


por ciento del tipo de cambio en el mercado ilegal, el
cual no responde a las condiciones económicas, ni a la
economía real, ni a los niveles de reservas
internacionales, es totalmente arbitrario, y genera un
aumento en la misma proporción del nivel de precios.

“Se alteran todas las estructuras de costos desde la


importación en la medida en que quienes importan, a
pesar de recibir las divisas de parte del Estado a tasa
preferencial utilizan el mayor tipo de cambio que es el
del mercado ilegal.

“De esa manera afectan todas las estructuras de


costos, inciden sobre éstos y por la vía de un shock de
oferta inducen la inflación.”

—¿Cuáles son los tentáculos de esta agresión contra


Venezuela?

—Además del desabastecimiento programado y


selectivo mediante la alteración de los canales de
distribución y la inflación a través de la manipulación
del tipo de cambio en el mercado ilegal, está el bloqueo
financiero internacional caracterizado por la
manipulación del índice de riesgo financiero.

“Las calificadoras de riesgos, también dueñas de los


grandes capitales financieros, incluyendo la Reserva
Federal de Estados Unidos, le dan a Venezuela una
puntuación de tres mil para frenar los intereses de
inversionistas en colaborar con el país suramericano.
“Nos califican como el país más riesgoso del mundo, a
pesar de que Venezuela cumple de manera puntual y
completa con sus compromisos financieros a nivel
internacional, y cuenta con la mayor reserva de
petróleo del mundo, la segunda de gas, tenemos un sin
fin de recursos naturales.

“Otra modalidad de esta tercera arma de guerra son las


trabas impuestas para realizar transacciones
financieras, que demora o cierra las cuentas bancarias.
Así sucedió en agosto del año pasado, cuando Citibank
de manera repentina cerró todas las cuentas del
gobierno a través de las cuales se pagaba a los
proveedores para la importación de medicamentos y
alimentos.

“Todas estas prácticas de la guerra económica han sido


encubiertas, es decir, no ha habido declaraciones sino
hasta el 25 de agosto de este año cuando Donald
Trump develó y formalizó tales acciones mediante la
firma de una orden ejecutiva en la que establece
sanciones financieras al pueblo venezolano.”

En su afán por destruir la Revolución Bolivariana,


Estados Unidos se apoya, además de la colaboración
con la extrema derecha para la ejecución de actos
terroristas, en sanciones financieras que impactan en
Petróleos de Venezuela, SA (Pdvsa), la principal
industria estatal del país.

La formalización de estas sanciones, que ya ejecutaban


de manera encubierta desde hace más de cuatro años,
afectan directamente al pueblo venezolano, pues tienen
como objetivo asfixiarlo económicamente para provocar
un ambiente de caos y desestabilización en el país y así
justificar una invasión extranjera.

De acuerdo con la experta Pascualina Curcio, máster en


Políticas Públicas, impiden la realización de
transacciones financieras para pagar a los proveedores
internacionales de alimentos y medicamentos lo que a
su vez formaliza el embargo comercial, que hasta ahora
había sido también clandestino.

—¿Cómo se traducen esas medidas coercitivas a lo


interno de la principal locomotora del país suramericano
y cuáles son sus ramificaciones fuera de las fronteras
venezolanas?

—Venezuela exporta el 33 por ciento de petróleo a


Estados Unidos, lo que sin duda afecta en dicha
proporción nuestros ingresos.

“Sin embargo, debemos recordar varios aspectos. Uno


de ellos es que Venezuela es el tercer proveedor de
petróleo de Estados Unidos, por lo que las sanciones
también afectan al pueblo estadunidense.
“Por otra parte, se trata de un bien que puede ser
colocado en otros mercados. Cuando inició la
Revolución Bolivariana, Venezuela no exportaba
petróleo a Asia y el 58 por ciento de la producción se
destinaba al país norteño.

“Con la política de multipolaridad desarrollada durante


estos años, el petróleo venezolano se destina
actualmente en un 33 por ciento a Estados Unidos y 45
por ciento a Asia, principalmente a la India y luego a
China.”

—Entonces, ¿el efecto de estas medidas hubiese sido


mayor de no haberse desarrollado una política con una
perspectiva multipolar desde 1999?

—Por supuesto, gracias a la visión del comandante


Hugo Chávez. De la misma manera ocurre con las
importaciones, si bien dependemos en 24 por ciento de
los bienes que provienen de Estados Unidos; antes de
1999, esta era del 33 por ciento.

“Actualmente, importamos de China el 15 por ciento del


total, pero antes de la Revolución bolivariana solo
llegaba el 2 por ciento.

“En este sentido, son ambos pueblos los que se ven


afectados por las sanciones de Trump, tanto el
venezolano como el estadunidense.”

—Recientemente el presidente Nicolás Maduro presentó


ante la Asamblea Nacional Constituyente, un programa
con ocho propuestas para no solo aminorar los efectos
negativos de la crisis económica sino impulsar un
proyecto de desarrollo con vista a reemplazar el
rentismo petrolero.
—En primer lugar, Venezuela no es un país mono
productor que solo produce petróleo e importa todo lo
que consume. Del total de la producción nacional,
históricamente, el 15 por ciento corresponde a la
producción petrolera, el resto, el 85 por ciento se
refiere a otros sectores.

“En cuanto a las exportaciones, sí somos un país mono


exportador, el 95 por ciento corresponde a petróleo, el
cuatro a otros minerales, y solo el uno por ciento del
sector privado.

“En otras palabras, el Estado genera los ingresos de


divisas por la exportación de petróleo (lo que se conoce
como renta petrolera), las cuales han sido transferidas
y a tasa preferencial a la industria privada, para que
ésta a su vez realice las importaciones de bienes finales
o de insumos para la producción.

“Desde que se nacionalizó el petróleo en 1976,


alrededor de 700 mil millones de dólares fueron
asignados al sector privado, lo que corresponden al 60
por ciento de los ingresos petroleros, que a su vez son
de todos los venezolanos.

“Es decir, quienes se apropiaron de la renta petrolera


fue el sector privado, y en retribución se limitó a
producir lo mínimo necesario para abastecer el mercado
nacional.

“Este sector no se ha visto en la necesidad de producir


una unidad más para dedicarla a la exportación y de
esa manera proveerse de las divisas que requiere
debido a que el Estado se las facilita a menor precio.”

—Sin embargo, después del año 2003, en el que se


establece el control cambiario, el sector privado se ha
apropiado, en términos relativos, de una menor
proporción de la renta petrolera. ¿Cómo se perciben los
ingresos que llegan al estado en la economía
venezolana?

—Aquella parte de la renta que no fue apropiada por el


sector privado, ha sido invertida por el sector público
tanto en el área social como en capital para
infraestructura.

“Desde 1999, la inversión social aumentó más del 90


por ciento y la inversión de capital fijo más del 70 por
ciento. A través de la inversión pública y el uso estatal
de la renta petrolera, la economía venezolana, se
reactivó, hubo una reducción de la deuda social, y la
pobreza disminuyó en un 50 por ciento desde 1999.

“Entonces, superar el modelo rentista petrolero pasa


necesariamente por no seguir transfiriendo esos
recursos a las grandes empresas privadas nacionales y
transnacionales, que solo representan el uno coma tres
por ciento de la población venezolana, pues se han
beneficiado y apropiado de esa renta.

“Esta debe ser permeada a la economía a través del


sector público de manera que llegue a todos los modos
de propiedad de los medios de producción, incluyendo
la social. Las grandes empresas privadas, en lugar de
recibir las divisas del Estado, deben traer sus propios
capitales.”

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