You are on page 1of 5

Conciliando | Los acuerdos

patológicos en la conciliación

extrajudicial
Existe un viejo refrán que reza “más vale un mal acuerdo que un buen pleito”,
que significa que más conviene llegar a un acuerdo, aunque no sea muy
ventajoso para los conciliantes. Esto no es del todo cierto, en aquellos acuerdos
que se materializan en un centro de conciliación extrajudicial. El presente
artículo pretende descubrir la realidad y las consecuencias de un “mal acuerdo”.

Recordemos que de conformidad con el artículo 18º de la Ley de Conciliación


26872, modificado por el Decreto Legislativo 1070, el acta de conciliación
extrajudicial con acuerdo total, expedida por un centro de conciliación autorizado
por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, constituye un título ejecutivo,
es decir, existirá certeza irrefutable e incuestionable de las obligaciones de dar,
hacer y no hacer, acordadas por los conciliantes y que por sí sola, acredita
fehaciente e indubitablemente su existencia, por lo que se ejecuta sin problema
alguno, a través de un proceso ejecutivo.
El acta de conciliación con acuerdo total contiene requisitos de forma y fondo
cuya carencia genera consecuencias jurídicas trascendentes para los conciliantes.
Los requisitos de forma son aquellos extrínsecos y no esenciales para la
existencia del acta como título ejecutivo, por cuanto, no obstante, su ausencia,
mantiene su efectividad como título ejecutivo, dado que su omisión no genera la
nulidad documental del acta y pueden ser ejecutadas coactivamente por el órgano
jurisdiccional competente, sin problema alguno.

Por el contrario, los requisitos de fondo son aquellos esenciales e


imprescindibles para que exista como título ejecutivo, y su omisión acarrea la
nulidad documental del acta por acuerdo total, la perdida de la calidad de título
de ejecutivo e imposibilita ejecutar el acta de conciliación por la vía judicial.

El “acuerdo” es uno de los requisitos de fondo del acta. Es el acto jurídico que
crea, modifica o extingue obligaciones ciertas, expresas y exigibles de los
conciliantes, sobre materias conciliables trabajadas en audiencia de conciliación
efectiva, en un centro de conciliación.

Son ciertas, las obligaciones acordadas por las partes perfectamente establecidas
en el acta de conciliación. Son expresas, aquellas obligaciones acordadas por las
partes que figuran por escrito en el acta de conciliación. Son exigibles, los
acuerdos que precisan el día, mes y año, a partir del cual una de las partes puede
solicitar a la otra parte, el cumplimiento de la obligación acordada.

Por tanto, “acuerdo válido” es aquel que contiene obligaciones ciertas, expresas
y exigibles de las partes del procedimiento conciliatorio, debido a lo cual produce
un acta de conciliación con acuerdo total que presta mérito ejecutivo.

Tabla de requisitos del acta de conciliación con acuerdo total

REQUISITOS DE FORMA REQUISITOS DE FONDO

Denominación, autorización y dirección del


Lugar y fecha en que se suscribe el acta
centro de conciliación
Nombre, DNI y domicilio de las partes o
Número de expediente representantes legales y testigos a ruegos, de
ser el caso

Numero correlativo Nombre y DNI del conciliador

Registro del conciliador Hechos

Huella digital del conciliador, partes o


Controversia
representantes legales, de ser el caso.

Nombre, registro de colegiatura, firma y huella


del abogado verificador de la legalidad de Acuerdo
acuerdos

Huella digital del conciliador partes o de sus



representantes legales, de ser el caso

El lado oscuro de la conciliación extrajudicial se expresa en las actas de


conciliación con acuerdo total que no se pueden ejecutar en un proceso judicial
de ejecución, por poseer “malos acuerdos” o “acuerdos patológicos”, situación
que no solo ocasiona un perjuicio económico a las partes del procedimiento
conciliatorio, porque, les genera más conflictos, mayor gasto económico y de
tiempo, afecta al Poder Judicial porque incrementa innecesariamente la carga
procesal de los juzgados, y lo más perjudicial, es que afecta negativamente al
sistema conciliatorio, contribuyendo a su descrédito y desconfianza y deslegitima
al conciliador, por haber ayudado a construir un “mal acuerdo”.

Lo contrario a un “acuerdo válido” es un acuerdo patológico, “aquel que contiene


obligaciones inciertas, no expresas e inexigibles, motivo por el cual, el acta de
conciliación por acuerdo total carece de la calidad de título ejecutivo, no
produciendo efectos jurídicos entre los conciliantes y generando la
improcedencia de la demanda”[1].

Una obligación es incierta, en caso de que no establezca con certeza las partes
del procedimiento conciliatorio o las prestaciones dar, hacer o no hacer, sino de
forma confusa o dudosa. No es expresa, cuando una o ambas partes de la
conciliación o las prestaciones no aparecen descritas en el acta de conciliación.
Es inexigible, aquella que no señala el día, mes y año en que debe exigirse el
cumplimiento de la prestación objeto de las obligaciones acordadas.

Los acuerdos patológicos impiden ejecutar el acuerdo en la vía judicial, por la


carencia de los requisitos de fondo del acta, lo cual determina que el acreedor no
pueda cobrar sus deudas, el arrendador no pueda desalojar a su arrendatario o la
madre no pueda cobrar la pensión de alimentos de sus hijos, no obstante haber
alcanzado un acuerdo total en un centro de conciliación.

Los casos más comunes de acuerdos patológicos son los siguientes:

 Acuerdo condicionado a otro hecho incierto.


 Acuerdo sin precisar monto cierto o plazo de pago.
 Acuerdo de pensión de alimentos sin precisar monto cierto.
 Acuerdo pago de pensiones alimentarias devengadas.
 Acuerdo de régimen de visitas amplio y libre.
 Acuerdo de desalojo sin precisar inmueble o persona a quien se entrega el
inmueble o plazo de entrega del inmueble.
 Acuerdo de indemnización sin precisar el monto indemnizatorio o
beneficiario.
 Acuerdo de otorgamiento de escritura pública, sin precisar el inmueble.
 Acuerdo de donación, compraventa, arrendamiento o de levantamiento de
hipoteca.
 Acuerdo para autorizar viaje de hijo menor de edad.
 Acuerdo de renuncia a iniciar procesos judiciales posteriores.
 Acuerdos declarativos de deudas, herencia, posesión o copropiedad,
convivencia o separación.
 Acuerdo de desalojo respecto de un inmueble de menor de edad.
 Acuerdo que resuelve un contrato sin existir incumplimiento.
 Acuerdo de anticipo de herencia.

Finalmente, debemos tener claro que un acta de conciliación con acuerdo total,
que contiene un “mal acuerdo”, no resulta beneficiosa para los conciliantes, por
lo que hemos de cambiar el chip de “un mal acuerdo es mejor que un buen
juicio”, por otro, “un buen acuerdo, es mejor que una mala sentencia”.
[1] Medina Rospigliosi, Rafael. Manual de redacción en conciliación
extrajudicial, Lima, Limamarc, 2019, p. 237.

You might also like