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Árabe

Se refiere a un grupo etnolingüística cuyo origen procedió de la península árabe, pero a


día de hoy se extiende por todo el Oriente Medio y África del Norte. Según la clasificación
lingüística, el árabe pertenece a la familia semita y es un pariente cercano de hebreo.

Los “árabes” engloban a todos los pueblos cuya lengua se deriva del árabe clásico, que
incluyen a la mayoría de los países de la península árabe (Arabia Saudita, Yemen, Oman,
Emiratos Árabes), el Oriente Medio (Irak, Jordania, Siria, Líbano) y el norte de África
(Egipto, Libia) y un importante segmento de la población de Túnez, Marruecos, Argelia y
Mauritania. La expansión árabe por el norte de África se realizó durante la conquista de
Islam en el siglo VII y la posterior asimilación de las poblaciones autóctonas a su cultura.

Religiosamente, La mayoría de los árabes son musulmanes, pero también hay una
importante minoría de cristianos, sobre todo en Egipto (15% de la población), Siria (10%) y
Líbano (40%).

Países como Turquía, Irán y Afganistán, a pesar de estar situado en el Oriente Medio con
mayoría musulmana, NO SON ÁRABES porque no comparten el idioma. En Túnez, Argelia,
y Marruecos, la población es una mezcla entre árabes y bereberes. Estos últimos tampoco
son árabes.

Moro

Esta palabra vino de la época romana en referencia a la población del norte de África
(excluyendo Egipto), que los romanos llamaban Mauretania.

Los moros incluían a poblaciones de origen bereber (que no tienen nada que ver con
árabes) y colonos fenicios y griegos. Mauretania era una de las regiones más romanizadas
del imperio. De hecho, el emperador Séptimo Severo, que gobernó a finales del siglo II,
era de origen “moro”.

Caracalla, hijo de Séptimo Severo, que construyó los famosos baños, era de origen “moro”

En el siglo VII, cuando los árabes sometieron al norte de África, muchos moros se
convirtieron a Islam, y como la mayoría de los musulmanes que conquistaron Hispania
eran nativos del norte de África, en español la palabra moro empezó a referirse a
cualquier musulmán, sea de origen árabe, bereber o muladí (hispanos convertidos al
Islam). Hasta el siglo XVI, cuando los españoles colonizaron las Filipinas, llamaron a los
musulmanes locales moros, aunque no tenían nada que ver con el norte de África.
A día de hoy, coloquialmente la palabra moro puede tener 2 significados:

• Un nativo del Magreb

• Cualquier musulmán, normalmente en tono despectivo

Muchos “moros” son de origen bereber, no árabe, como esta familia marroquí

Musulmán

Se refiere a creyentes de la religión de Islam, independiente de nacionalidad o origen


étnico.

El Islam era una religión fundada por los árabes, pero luego se difundió por el resto del
mundo. A día de hoy, hay casi 1600 millones de musulmanes en el mundo, pero solo 20%
son árabes. Los países con mayor población musulmana son Indonesia (casi 200 millones),
Pakistán, India y Bangladesh.

Los musulmanes también se dividen en 2 principales ramas religiosas: suníes y chiitas,


ambos creen en el profeta Mahoma, pero los segundos consideran su yerno Ali como el
legítimo sucesor.

Grado de religiosidad entre musulmanes

Aunque los occidentales solemos asociar el Islam con mujeres veladas, una estricta
separación de sexos, un rígido patriarcado, la abstención de cerdo y alcohol y rezar 5
veces al día, en realidad, el grado de religiosidad varía de forma enorme de país a país,
individuo a individuo. En general, se puede clasificar por las siguientes tendencias:

• No-creyentes: gente que se identifica con la religión solo por herencia familiar, pero no
practica casi nada las costumbres religiosas.

• Creyentes abiertos: gente que practica la religión pero con costumbres modernas. Las
mujeres no llevan velo y los dos sexos suelen socializarse juntos. Pero a pesar de adoptar
muchas costumbre occidentales como beber alcohol y bailar en discotecas, la mayoría
reza con regularidad a Alá, practica el ramadán y se abstiene de comer cerdo.

• Creyentes conservadores: gente que sigue las normas religiosas en su conducta


cotidiana. Mantiene una estricta separación de sexos donde las mujeres siempre van
tapadas. En algunos casos, los matrimonios son concertados.

• Radicales, que practican los mandamientos del Corán a pie de la letra, como aplicar el
código penal de Sharia para los delitos religiosos. Por supuesto, la interpretación del Corán
es muy subjetiva, y la mayoría de los grupos que llamamos “fundamentalistas” hacen que
su manera particular sea la única verdadera, calificando todo el resto de “herejes”.

La mayoría de las poblaciones musulmanas tienen una mezcla de las 4 tendencias. Pero en
general, en los Balcanes, Rusia y las ex repúblicas soviéticas predominan las primeras 2, y
en países como Pakistán, Arabia Saudita, Bangladesh y Jordania y predominan las últimas
2.

Los musulmanes radicales que pretenden establecer un estado confesional con un código
civil y penal basado en el Corán se llaman islamistas.

A día de hoy, en varios países musulmanes hay una profunda división entre islamistas y
laicos, que se ha radicalizado después de la Primavera Árabe, pero eso ya es otro tema de
que hablaré en otro post.

Los medios de comunicación a menudo llaman “islamista” a cualquier musulmán, que no


sólo es una terminología errónea, sino también crea una confusión potencialmente
peligrosa.
Influencia
El español actual es en esencia el resultado de la evolución histórica del latín en una parte
de la península Ibérica, por lo que la gran mayoría de sus rasgos característicos proceden
de la lengua que trajeron los romanos. Pero a lo largo del tiempo, y con la expansión
habida, se han ido incorporando además elementos de origen distinto que, aunque tienen
un carácter minoritario, no dejan de ser significativos.

El Imperio Romano llegó a tener una vasta extensión territorial y el latín acompañó a la
administración y a las legiones romanas en su expansión, por lo que en un período de
tiempo relativamente breve esta lengua, hablada inicialmente solo en el Latium (pequeña
región de la zona central de la península Italiana), se impuso sobre casi todas las demás a
lo largo y ancho de los dominios del Imperio. Ahora bien, el latín hablado en las distintas
regiones no era exactamente el mismo. Entre las causas de las lógicas diferencias
dialectales cabe citar el hecho de que la conquista de cada una de ellas tuvo lugar en
época distinta, a lo que hay que añadir la incidencia del origen geográfico y social de los
conquistadores, la influencia ejercida sobre el latín por la lengua que hablaban las nativos
del territorio y otras vicisitudes históricas. Por estas y otras razones, con la disgregación
del Imperio y la incomunicación que ello conllevó entre los nuevos entes políticos
surgidos, se fueron desarrollando paulatinamente formas dialectales cada vez más
alejadas del latín clásico, al tiempo que también diferían más entre sí, hasta el punto de
que ya no era posible la mutua comprensión entre personas que empleaban variedades
distintas. De este modo fueron haciendo su aparición las llamadas lenguas románicas,
hijas todas ellas del latín. Tienen, por tanto, como hermanas que son, numerosos
elementos lingüísticos comunes y bastantes similitudes en todos los aspectos, pero
cuentan también con diferencias suficientemente significativas como para que se
consideren lenguas distintas.

En el caso del español ha recibido a lo largo de su historia, especialmente en el léxico,


diversas influencias, que se ponen de manifiesto en la presencia de palabras de origen
prerromano, árabe, griego, germánico o de otras lenguas románicas (sobre todos del
francés, occitano, catalán, italiano y portugués), entre otras

El elemento árabe es precisamente un rasgo que singulariza al español (junto con las
demás lenguas romances hispánicas y con algunos dialectos del sur de Italia), del resto de
los idiomas, románicos o no, de Europa occidental. Resumiendo mucho, se puede decir
que el influjo ejercido en cuestiones fonéticas, morfológicas y sintácticas es más bien
escaso y no siempre aceptado como tal por todos los especialistas en el tema, pues a
veces surgen opiniones discrepantes, que se apoyan en argumentos que, si bien no son
concluyentes, al menos generan dudas razonables.

En cambio, existe una coincidencia generalizada en cuanto al léxico. Autores cualificados


señalan que procede del árabe en torno al 8 % del vocabulario español, es decir unos
novecientos términos primitivos que, con sus correspondientes derivados, pueden incluso
superar las cuatro mil palabras.

Alhambra-de-Granada.

Las palabras de origen árabe constituyen así la aportación más importante al léxico
español después de la latina. Esta presencia está tan diversificada que se puede afirmar
que para referirse a aspectos de casi todos los ámbitos de la actividad humana cuenta el
español con arabismos, en mayor o menor medida. El avance de los árabes por diversas
tierras les proporcionó conocimientos adquiridos de diferentes culturas, razón por la que
alcanzaron una manifiesta superioridad en el terreno científico durante la Edad Media. De
ahí que sea destacable el número de voces aportadas al vocabulario en este campo. Eso
explica, por un lado, que no pocos términos pasaran también a varios idiomas europeos y,
por otro, que una parte de los arabismos tengan su origen primitivo en lenguas diferentes,
pues el árabe en estos casos solo fue intermediario y transmisor de cultura ajena.

Resultaría prolijo hacer aquí una referencia amplia a los arabismos del léxico español, pero
a modo ejemplo he aquí una muestra representativa extraída de varios campos referidos a
algunas de las actividades humanas más comunes.
Historia del idioma árabe: expansión desde su nacimiento hasta nuestros
días
El árabe cuenta con más de 300 millones de hablantes, lo que lo convierte en el quinto
idioma más hablado del mundo. Además, es la lengua oficial de al menos veinte países,
cooficial en media docena más y, por supuesto, una de las seis lenguas utilizadas en
Naciones Unidas. A lo largo de su historia, el idioma árabe ha pasado de ser distintivo de
un conjunto de pequeñas tribus de la península arábiga al vehículo de comunicación en
más de treinta naciones modernas. ¿Pero cómo ha podido producirse semejante
transformación?

El árabe pertenece a la rama semítica de las lenguas afroasiáticas, al igual que el hebreo o
el maltés. Su literatura y cultura jugaron un papel destacado a la hora de beneficiar la
expansión territorial: este proceso se conoce como arabización, y a menudo se dio en
paralelo, aunque de forma totalmente independiente, al de islamización. De acuerdo con
este y otros factores, podemos dividir la historia de la lengua árabe en tres etapas
diferenciadas: el periodo preclásico, el clásico y el posclásico.

 Árabe preclásico

El denominado periodo preclásico hace referencia a la etapa previa a la existencia del


Islam. Siglos antes del surgimiento de esta religión, algunas tribus nómadas originarias de
la península arábiga ya habían emigrado hacia las regiones de Palestina o Mesopotamia.
Muchas de ellas se instalaron en la actual Jordania, convirtiendo la ciudad de Petra en su
capital cultural y comercial, desde donde comenzó la expansión de su lengua.

 Árabe clásico

Con la popularización de la religión islámica a partir del siglo VII, el denominado árabe
clásico (en el que están escritos tanto el Corán como la poesía arcaica) comenzó un
rutilante ascenso que habría de convertirlo en la lengua franca de toda la cuenca
mediterránea. En esta época, el árabe se transformó en la lengua litúrgica musulmana.
Muchos pueblos de etnia no árabe se decidieron a compartir las nuevas creencias, y con
ellas, la lengua, aunque esto no sucedió en todos los casos: algunas naciones prefirieron
conservar su propia tradición lingüística, aceptando únicamente el credo musulmán pero
no la totalidad de su trasfondo cultural. Este sería el caso de pueblos como el turco, el
iraní y algunos pueblos de Asia Central.arquitectura musulmana alcazaba de málaga

El árabe fue adoptado como el idioma de la educación y la administración civil en la


mayoría de sus territorios pero su institucionalización formal no ocurrió hasta bien
entrado el siglo VIII, cuando se desarrollaron las normas gramaticales; con ella, se produjo
también la normalización del árabe clásico. Había nacido una nueva lengua culta. Como
resultado, las clases aristocráticas y privilegiadas musulmanas la adoptaron poco a poco,
siendo imitadas por las minorías cristianas y judías.

Árabe posclásico

Aunque el árabe clásico se mantuvo como lengua de la poesía y la religión, a lo largo de


los siglos XIX y XX se vino a constituir el denominado árabe moderno normativo. Esta
nueva variante (más moderna y adaptada a las necesidades del habla cotidiana) ha tenido
gran aceptación y difusión gracias, en parte, a la labor de los medios de comunicación, que
lo adoptaron enseguida. Consecuentemente, se trata ya de la lengua oficial en todos los
países de identidad cultural árabe. Existen, no obstante, diferencias regionales en el
vocabulario como fruto de los dialectos locales y la influencia lingüística de los
extranjerismos.

Una de las particularidades más sobresalientes de la lengua árabe es que, en los territorios
donde se habla, suele producirse el fenómeno de diglosia. ¿Pero de qué se trata,
exactamente? La diglosia se produce cuando una lengua tiene dos variedades
diferenciadas con funciones diferentes en un mismo territorio. En este caso concreto, el
árabe coloquial se emplea en la vida cotidiana y familiar, mientras que la variante
moderna normativa se utiliza en ambientes más formales, como la educación, los medios
de comunicación o el ámbito profesional o político.

Por su amplia expansión territorial, hoy en día es hablado por aproximadamente 280
millones de personas como primera lengua, y alrededor de otros 250 millones como
segunda opción. Debido a este florecimiento geográfico, son muchos los préstamos
lingüísticos que ha hecho a otros idiomas. Sin ir más lejos, encontramos muchas palabras
árabes en español, gracias a la herencia cultural del reino de Al-Ándalus en la península.
Entre ellas contamos con las que contienen los prefijos al-, as- y ar- (almohada, azúcar o
albaricoque, por ejemplo), otras sin el artículo árabe (como ojalá o ajedrez) y muchos
topónimos (Alcázar, Sevilla, Badajoz).

En cuanto a su forma literaria (llamada al-luga al-fuṣḥà o “lengua más elocuente”) esta
incluye el árabe preclásico de la poesía arcaica, el clásico (utilizado en el Corán y la
literatura clásica) y también el moderno estándar empleado en la literatura
contemporánea.

Esta amplia riqueza cultural y lingüística, junto a su gran presencia hoy en día, producen
una fuente inagotable de traducciones de árabe al español y otras lenguas.
Los primeros árabes llegaron a Gibraltar en 711 y ocuparon toda la Península Ibérica,
excepto la región montañosa de Cantabria en el Norte.

Los moros, árabes del norte de Africa, que vivieron principalmente en el sur de España por
unos ocho siglos (711-1492), fueron otra influencia importante en España. Llevaron a
España el concepto del "cero", el álgebra y su idioma, el árabe, que también influyó en el
español. Esta influencia se ve en palabras como álgebra, alcohol, y algodón. Los moros
fundaron ciudades pintorescas como Granada y Córdoba, en que instalaron la primera
escuela de científicos donde se hizo cirugía cerebral. Además, los moros dejaron en
España el aspecto físico que tienen muchos españoles, en especial los que viven en el sur
(morenos, bajos, de pelo negro).

La historia linguística y social de la Península fue cambiada mucho en el año 711. Miles de
árabes, o sea los musulmanes, invadieron casi todo la península, porque tenía tan
influencia religiosa. Introdujeron una lengua árabe a la península hispanorromana. Esta
lengua tenía el prestigo comparable al del latín clásico. Además, el árabe fue una lengua
de mucha importancia en la Península durante casi toda la Edad Media; es decir, los
árabes controlaron la Península más de 700 años.

Mucho de la gente de la península que vivían bajo los musulmanos, seguían hablando el
latín en el período árabe. Era muy diferente del tipo que había hablado en el tiempo del
Imperio Romano. La resulta de eso fue que las dos lenguas (el latín y el árabe) influyeron
cada uno en sus desarollos. Por eso, la evolución de la lengua española fue acelerada. El
dialecto de español que fue hablado antes del siglo doce fue llamado Mozárabe. Además,
esta lengua es conocida por sus refranes que se llaman 'Kharjahs' en los poemas árabes y
hebreos en el siglo once.

La lengua oficial de la España musulmana fue el árabe clásico. Pero en la vida diaria se
hablaba un arabe con muchos elementos de los dialectos romances usados antes de las
invasiones árabes. Esto fue lo que causó la formación de un dialecto vulgar del árabe. Así
es que los Musulmanes españoles tenían una lengua literaria y otra vulgar, como entre los
Mozárabes se usaba el latín y el árabe.

Las invasiones árabes influyeron casi toda la península. Sin embargo, había una parte
pequeña en el centro norte que nunca fue conquistado por los árabes. Este evento
minísculo tuvo muchas consecuencias para la historia y desarollo de España y su lengua.
La gente de esta área empezaron a organizar la famosa reconquista.
CULTURA ÁRABE » Rasgos de un pueblo heterogéneo de gran riqueza

Son tan valiosos los aportes que le ha dado la cultura árabe a la humanidad, que gracias a
ello, Cristóbal Colón descubrió América.

se trata de una cultura que contiene una gran riqueza de tradiciones y costumbres muy
arraigadas. Estando presente en todo el mundo a través de sus expresiones culturales
como su danza, música, literatura y gastronomía.

Igualmente se ha destacado por tener personalidades como Jaber íbn Hayyan, Amr Diab,
Yasser Arafat, Ibn Sina, Al-Mamúm, y Mahoma.

Otros rasgos de esta cultura se muestran en ciudades como El Cairo, Abu Dhabi, Jiddah,
Dubái, Marrakech, Luxor y Medina.

Qué es la cultura árabe.

La cultura árabe se originó en la Península Arábiga, extendiéndose geográficamente por el


norte de África y Medio Oriente. Se conoce como mundo árabe al conjunto de países que
hablan la lengua arábiga y que conforman la Liga Árabe.

Por ello es importante señalar, que la valoración de la cultura árabe, aunque tenga
vínculos históricos con el Islam, es exclusivamente lingüística, tanto que muchos
musulmanes no hablan árabe y un grupo de árabes profesan otras religiones. Bajo esta
premisa:

El nacionalismo árabe procura la alianza de prácticamente todo el mundo árabe como


una sola nación.

Políticos: si vive en un país miembro de la Liga Árabe, definición que cubre a más de 300
millones de personas.

Lingüísticos: si el idioma materno es el árabe, un concepto que abarca más de 200


millones de personas.

Genealógicos: si tiene ascendencia de originarios de la Península Arábiga.

Cuando fue fundada la Liga Árabe se estableció que: “árabe es una persona que hable
árabe, viva en un país de lengua árabe, y simpatice con las aspiraciones de los pueblos
árabes”.

Historia de la cultura árabe.


Se pueden distinguir dos grandes períodos históricos de la cultura árabe, que sirvieron la
culturizar a Europa.

Preislámico.

Esta etapa estuvo formada por los pueblos semitas que emigraron de la Península Arábiga,
caracterizados por tener un idioma parecido. Así, los babilonios, caldeos, asirios, egipcios,
arameos, fenicios, nabateos, sabaneses, himaritas fueron la base de la cultura árabe.

De estos pueblos que actualmente conforman el mundo árabe, sobre todo Egipto, los
griegos adquirieron muchos de sus conocimientos.

Islámico.

Durante este período aparece el islamismo, los pueblos de origen semita se unen en torno
a las prédicas de Mahoma, constituyendo una civilización árabe musulmana. Con la
muerte del predicador Mahoma, empieza la expansión del islamismo y una serie de
disputas por el poder político-religioso.

En este sentido, los sucesores de Mahoma fueron sus discípulos, llamados califas, que
instauraron los siguientes califatos:

cultura arabe califatos

Ortodoxo (632 -660 D.C.).

Fue el único califato elegido y reconocido por los musulmanes suníes y chiíes. Estuvo
distinguido por cuatro califas: Abu Beker, Omar, Otman y Alí, quienes implantaron la
Guerra Santa contra los infieles. Conquistaron Palestina, Siria, Armenia, Bizancio,
Mesopotamia, Persia y Egipto, y establecieron la capital en Medina.

Omeya (660 – 750 D.C.).

Constituye el primer califato hereditario de orientación musulmana sunita. Instauraron la


capital en Damasco, e iniciaron nuevas conquistas como Beluchistán, Afganistán,
Turquestán, norte de África y España.

Abasida (750 – 1242 D.C.)

Fue un califato impuesto por Abu Abbas, luego de asesinar a la familia de los Omeyas,
trasladando la capital a Bagdad y posteriormente a El Cairo.
El islamismo se expandió hasta las fronteras con la India, pero una cantidad de vaivenes y
diferencias generaron su división en tres califatos. De esta manera la civilización árabe
musulmana quedó separada en: Califato de Bagdad, Califato de Córdoba, y Califato de El
Cairo.

Escritura:

Se puede afirmar que la escritura árabe es el principal arte islámico, ya que está basada en
veintiocho letras del alfabeto árabe que se unen entre sí, formando las palabras mediante
ligeros trazos de caligrafía cursiva llamados ductus, que poseen una gran flexibilidad y
elegancia, a la vez que permiten alargar o compactar palabras.

La religión de la cultura árabe

Antes de la llegada del Islam, la mayoría de los árabes rendían culto a varios dioses como
Hubal, Wadd, Al-Lat, Manat y Uzza. En ese entonces, algunos pueblos profesaban el
cristianismo, otros el judaísmo y un grupo muy reducido, los hanif, rechazaban el
politeísmo.

Con la expansión del islamismo la mayoría de los árabes se convirtieron en musulmanes,


desapareciendo las tradiciones politeístas.

Las principales corrientes de la religión islámica son:

Sunitas, constituyen la rama más grande del Islam, y profesan los preceptos establecidos
en las enseñanzas de Mahoma.

Los sunitas dominan la mayoría del territorio del mundo árabe, especialmente al norte de
África.

Chiitas, son los seguidores del yerno de Mahoma, llamado Ali Shi, al cual consideran su
sucesor legítimo.

Predominan en Bahréin, sur de Irak, adyacencias de Arabia Saudita, sur de Líbano, algunas
partes de Siria, norte de Yemen, sur de Irán, y en las costas de Omán.

Otras corrientes son el sufismo, el jariyismo y yihadismo.


Dentro de la religión de la cultura árabe, los cristianos siguen a las iglesias maronitas,
coptas, siriacas y griegas ortodoxas, en cambio los judíos no son considerados árabes.

También existe una pequeña comunidad drusa, una rama minoritaria del Islam, que se
encuentra principalmente en Siria, Líbano y Jordania.

Organización geopolítica del mundo árabe

En la organización geopolítica del mundo árabe, adicional a la Liga Árabe, el territorio se


divide de la siguiente forma:

Magreb, son los países que se encuentran al occidente de Egipto, como Mauritania,
Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Estas naciones conforman la Unión del Magreb Árabe o
UMA.

Mashrek, está conformado por el resto de las naciones que se ubican al oriente del mundo
árabe, incluyendo Egipto. La única organización existente en esta área es el Consejo de
Cooperación para Estados Árabes del Golfo, integrado por Bahréin, Kuwait, Omán, Catar,
Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Entre otros organismos políticos dedicados a incentivar el desarrollo económico, político y


hermandad entre los árabes, se encuentran:

Para la organización de la economía árabe, tenemos el Fondo Monetario Árabe, Consejo


de Cooperación Árabe, Consejo Económico de Unidad Árabe, Organización de los Países
Árabes Exportadores de Petróleo.

Costumbres y tradiciones de la cultura árabe

En la cultura árabe existen diferentes tipos de símbolos y costumbres de acuerdo a cada


región, pero hay algunas que generalmente son una constante, veamos:

Existe una tendencia a ser conservadores en la vestimenta, y en muchas ocasiones difieren


de la forma de vestir occidental. Por ejemplo, las mujeres en Egipto usan un pañuelo para
cubrir su cabeza llamado hijab, mientras que en Arabia Saudita se cubren la mitad inferior
de la cara con un niqab, contrariamente, en Líbano el estilo es más occidental. Los
hombres se visten con túnicas y camisas largas u otros usan trajes o jeans con una
camiseta.
Para los árabes los valores como la lealtad y el honor son importantes en las relaciones
para establecer la confianza. El sentido de la amistad, en esta cultura, es tomado muy en
serio, por ello son muy selectivos.

Ello incide en la interacción masculina, por ejemplo, cuando dos amigos se encuentran, se
abrazan, se intercambian besos en la mejilla o se cogen de la mano si van caminando, no
indicando esta conducta una preferencia sexual. Usualmente los hombres cuando
conversan con una mujer no mantienen un contacto visual, y menos le estrechan la mano.

También, las leyes del matrimonio en el mundo árabe, le permiten al hombre tener hasta
cuatro esposas al mismo tiempo.

Está considerado como un insulto para los árabes, compararlos con personas de países
como Irán o Afganistán.

Otra característica de la cultura árabe es la arguila, una pipa de agua que se suele fumar
entre varias personas.

Una frase muy frecuente en la cultura árabe es inshallah, que quiere decir si es lo que Dios
quiere.

Aportes de la cultura árabe

El legado que le ha dado la cultura árabe a la humanidad aparte de inmenso, ha sido muy
valioso.

Medicina.

En la antigua cultura árabe se descubrió la circulación de la sangre, se realizaban


operaciones con anestesia y amplia tecnología.

Farmacia.

Los árabes fueron excelente alquimistas, descubriendo fórmulas químicas que se usan
actualmente en muchas medicinas.

Química.

Lograron la extracción de minerales y metales, la mezcla de colores, el curtido del cuero y


otras técnicas que surgieron de los procesos de investigación de sustancias químicas.
Fueron los pioneros en elaborar el papel de algodón, que sirvió posteriormente para que
los europeos desarrollaran la imprenta.

Geografía.

No solamente en la cultura árabe se perfeccionó la brújula, debido al gran conocimiento


astronómico, sino que también, elaboraron la cartografía que posteriormente utilizó
Colón para descubrir América.

Arquitectura.

Sobresalieron en la construcción de muchas mezquitas con unos diseños propios y


decorados en marfil, madera, yeso esculpido, mosaicos.

El árabe es una lengua semítica hablada en varios países de Oriente Medio. Al igual que el
hebreo, se escribe y se lee de derecha a izquierda.

Es la lengua religiosa del Islam, y el Corán está escrito en este idioma (de hecho, el Corán
es uno de los primeros libros que se escribieron en árabe).

Es hablada principalmente en el norte de África y en el Medio Oriente en


aproximadamente 26 países. Existen en el mundo, aproximadamente, 530 millones de
personas que hablan árabe. De estos, 280 millones lo tienen como idioma nativo.

Forma, por lo tanto, grupo con lenguas como el arameo, el hebreo, el acadio, el maltés y
otras. El nombre en árabe es [al-luga] al-`arabiyya (la [lengua] árabe).

El árabe es una lengua viva, que hablan y escriben alrededor de 300 millones de personas
en el mundo. Además, también supone una lengua sagrada para más de mil millones de
musulmanes.

En la actualidad, el árabe es lengua oficial en 22 países y ha seguido creciendo tanto en el


ámbito oral como en el escrito a lo largo de su historia. De hecho, en su momento fue el
idioma de la poesía de las tribus de la Arabia anteislámica y se impuso por la revelación
coránica que le confirió su estatus de lengua sagrada.

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