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LA MATEMÁTICAS EN SU FORMACIÓN
Las matemáticas han sido y serán muy importantes a nivel mundial ya que intervienen en
todos los campos de la vida cotidiana de cada persona y las utilizamos casi inconscientemente
en todo. La matemática es la ciencia que estudia los números y la relación entre ellos. Sin ella
no tendríamos muchas cosas con las que contamos hoy, desde sus inicios a sido fundamental
para la evolución de la humanidad teniendo grandes alcance tecnológico. Es inevitable tenerla
en cuenta hasta para una simple suma y tan compleja para entenderla en su totalidad. Se
divide en varias ramas las cuales son: aritméticas (el estudio de los números), algebra (el
estudio de las estructuras), geometría (el estudio de las medidas de una figura), estadística y
probabilidad (el análisis de datos recolectados).
Con el estudio de las matemáticas nos damos cuenta que está en todo lo que hacemos y de su
importancia en cada área profesional.
Travers (1991) sintetiza estos planteamientos, afirmando que: “Las competencias matemáticas
son un requisito esencial en la preparación, tanto de un ciudadano informado como en la de
personal calificado requerido por la industria, la ciencia y la tecnología” (p. 825).
Particularmente influyentes han resultado los argumentos y las propuestas emanadas de dos
informes internacionales en el área: El “Informe Cockcroft: Las matemáticas sí cuentan”
realizado en Inglaterra y “Los Estándares Curriculares y de Evaluación” del NCTM en los
Estados Unidos.
En este contexto, es importante analizar en profundidad los argumentos y las razones que se
han dado, y que se dan, para enseñar matemática. Este análisis nos permitirá juzgar en forma
más objetiva el rol preponderante que han adquirido y nos ayudará a extraer ciertos
argumentos y principios que permitan mejorar o -al menos justificar de manera más
fundamentada- su enseñanza.
A continuación se analizan los principales argumentos que respaldan el por qué enseñar
matemática y por qué la disciplina ocupa un lugar de preferencia en el currículo escolar. En
particular, al sintetizar las razones detectadas en la literatura y en el discurso de los
especialistas y docentes, fue posible clasificarlos en las siguientes categorías: a) argumentos de
la utilidad, b) del valor cultural, c) de la comprensión del entorno, d) la comprensión de otras
áreas del conocimiento, e) el valor formativo de la matemática, f) los que se desprenden de la
disciplina misma y g) se agregó uno generalmente no expresado, pero presente en la actuación
de los docentes, los apoderados y del sistema educativo mismo, el de la selección de los
individuos. La discusión sobre la validez relativa de cada argumento escapa a los objetivos de
este trabajo.
El argumento de la utilidad
Se piensa que un cierto conocimiento de los modelos matemáticos básicos y cierta experiencia
con el razonamiento matemático son indispensables para todos. El argumento se relaciona
tanto con el desempeño del ciudadano en la vida cotidiana, como con su incorporación al
campo laboral (Travers, 1991; National Research Council, 1990).
En la actividad diaria se hace uso de un cierto número de conceptos matemáticos que han
pasado a ser parte del lenguaje. Es más, a ciertos conceptos matemáticos se los encuentra en
la cultura de los pueblos más diversos. El manejo de cantidades y de formas espaciales es una
necesidad frecuente. Tomar contacto con esos conceptos en una forma más o menos
sistemática se supone que ayuda al desenvolvimiento efectivo de la persona en su actividad
habitual. Desde el uso eficiente de un sistema de clasificación decimal, a las tasas de interés,
los indicadores económicos o la interpretación de un mapa, se facilitan al ser comprendidos
con una cierta formación matemática.
Desde un punto de vista algo diferente, se puede también argumentar que diversas
manifestaciones culturales quedan incompletas o contienen elementos no comprensibles si no
son interpretados haciendo uso de modelos matemáticos. La arquitectura, la música, la
pintura, la escultura, para nombrar algunas, tienen dimensiones en las que la cantidad, la
proporción, el espacio, la forma y las diversas relaciones entre esos elementos tienen una
fuerte connotación matemática. Esto, para no nombrar la filosofía, la economía y las ciencias
naturales, a las que nos referiremos más adelante.
También se enseñan los modelos matemáticos porque ayudan a la comprensión del mundo
que rodea al hombre. La visión que posee una persona del entorno físico natural o del
simbólico cultural, que conoce conceptos, procedimientos y estructuras matemáticas, es
diferente a la que tiene una persona que las ignora.
Sea que se trate de interpretar información como los milímetros de agua caída, diversos
indicadores, los impuestos, los índices de la inflación, la tasa de natalidad, la velocidad, los
planos de una casa, un presupuesto, la latitud y la longitud o se trate de comprender el
movimiento de un planeta en torno al sol, la oscilación de una hoja, una onda
electromagnética, las funciones de la capa de ozono que cubre o cubre parcialmente la
atmósfera, las causas del arcoíris o la mecánica de un viaje espacial, los modelos matemáticos
de estar disponibles en la mente del observador le permiten una mirada más penetrante
acerca del mundo natural y del entorno creado por la mano del ser humano.
Es más, no sólo ese espacio simbólico crece en tamaño y en importancia para cada persona en
particular, sino también aumenta el nivel de abstracción del mismo. En efecto, el mundo
creado por el ser humano refleja las estructuras que manejan las mentes de sus creadores.
Muchas de esas estructuras tienen carácter matemático. Es cosa de mirar alrededor y observar
la profusión de figuras geométricas simples que usa nuestra arquitectura, y en general el
diseño humano, en comparación con las que muestra el entorno natural. En el primero
predominan los rectángulos al menos los ángulos rectos los círculos, los triángulos, los
paralelepípedos, los cilindros y, en general, formas regulares; en el entorno natural, las formas
son más variadas e irregulares.
La matemática es, en efecto, un instrumento que usan diversas disciplinas para expresar
relaciones, leyes, modelos, realizar los análisis de experimentos, entre otras aplicaciones.
Esta relación de la matemática con otras áreas del conocimiento tiene implicaciones
importantes para la formulación del currículo, apelando a la integración horizontal de las
asignaturas.
En todo caso parece una hipótesis de trabajo plausible: la formación en matemática contribuye
al desarrollo de la capacidad intelectual y por esa razón se la incluye en los sistemas formales
de educación.
Es interesante recordar aquí que la inclusión del latín en los currículos, durante años fue
justificado sobre esta misma base: “el latín sirve para formar el pensamiento”. También la
enseñanza de lenguajes de computación encuentra una justificación semejante: “es una forma
de pensar”, “ordena el pensamiento”.
En realidad, la mayor parte de los temas propuestos se justifican porque permiten aprender
otros. Si usted es un profesor de matemática o un matemático estará de acuerdo que cuando
se trata de justificar un tópico particular quedan dos caminos: o se dice que es importante por
sí mismo y luego se dan sus aplicaciones o efectos en el conocimiento que este tópico tiene o
se afirma que es necesario para llegar a otro conocimiento del que se afirma lo primero.
En este mismo orden de ideas podemos decir que la matemática se enseña para que un grupo
necesariamente reducido se prepare para cultivar la matemática misma. Esto es, para que
algunos piensen matemáticamente, lleguen a los límites del conocimiento conocido y
deseablemente continúen el desarrollo de la disciplina.
Observando la forma en que operan los sistemas educativos formales, podemos agregar otra
razón por la cual se enseña matemática. Se enseña matemática porque sirve para seleccionar
gente. En efecto, en las pruebas de nivel, en las pruebas de admisión, para dejar continuar
determinados programas notoriamente los de ingeniería- se usa la matemática como un
criterio de selección. Los alumnos y los padres lo saben. Los alumnos terminan siendo
seleccionados por su capacidad para responder pruebas y test con un alto contenido
matemático. Para ilustrar este argumento, basta observar el SIMCE y la Prueba de Aptitud
Académica.
Sin embargo, más allá de esta valoración y de las intenciones de los sistemas y de los
educadores, existen estudiantes que demuestran poseer una cierta inclinación y facilidad hacia
su aprendizaje, así como una gran cantidad que demuestra exactamente lo contrario. Ahora
bien, ¿qué razones dice tener la gente que aprende matemática, o que la usa o la ha hecho su
profesión? Formulada la pregunta a muchos, jóvenes, adultos, estudiantes y profesores
relacionados con la matemática, las respuestas apuntan hacia las siguientes motivaciones.
Las respuestas reflejan el atractivo que provoca la abstracción, las construcciones armoniosas,
complejas y con un alto grado de certeza.
CALCULO: Aunque no se te pedirá dominar todos los niveles de cálculo, de acuerdo con
GoAccountingSchool.com, estarás expuesto al cálculo a lo largo del camino hacía obtener un
título de contabilidad. Estarás expuesto a temas como derivadas, que te ayudarán a encontrar
la tasa de cambio entre una cosa y otra, al igual que las integrales, lo opuesto de las derivadas,
que te ayudarán a encontrar la relación original entre dos cantidades u objetos.