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La Cuenca de Chañarcillo (Cretácico Inferior, 26-30ºS): Bioestratigrafía,

estratigrafía secuencial y tectónica sinsedimentaria

Conference Paper · November 2009

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F. Amaro Mourgues Etienne Jaillard

Terra Ignota, Santiago, Chile Université Grenoble Alpes
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Carlos Arevalo Luc Bulot

AMEC Aix-Marseille Université
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XII Congreso Geológico Chileno
Santiago, 22-26 Noviembre, 2009
S10_025

La Cuenca de Chañarcillo (Cretácico Inferior, 26-30ºS):

Bioestratigrafía, estratigrafía secuencial y tectónica
sinsedimentaria

Mourgues, F.A.1, Jaillard, E.2, Arévalo, C.1, Bulot, L.3

(1) Servicio Nacional de Geología y Minería, Tiltil 1993, Ñuñoa, Santiago, Chile.
(2) IRD – LGCA, Maison des Géosciences, BP 53, 38041 Grenoble Cedex 9, France.
(3) FRE CNRS 2761, Centre de Sédimentologie-Paléontologie, Université de Provence,
13331 Marseille Cedex 05, France.

amourgues@sernageomin.cl

Los depósitos carbonatados del Cretácico Inferior de la región de Copiapó – Vallenar

(Grupo Chañarcillo [1]) forman una franja continua de afloramientos desde los 27º20’S
hasta los 29º15’S. A la latitud de Copiapó, un sistema estructural al oeste habría estado
activo al momento de la depositación, actuando como borde de una cuenca abierta hacia
el sur, la que definimos aquí como Cuenca de Chañarcillo, conocida informalmente en la
literatura previa como Cuenca de Atacama [2,3]. Su relleno sedimentario corresponde al
Grupo Chañarcillo, el que comprende las Formaciones Abundancia, Nantoco, Totoralillo
y Pabellón [4], registrando una depositación continua desde el Valanginiano inferior
hasta el Albiano inferior (Fig. 1). Su basamento está constituido por rocas volcánicas de
la Formación Punta del Cobre [5]. El borde occidental de la cuenca coincidiría con el
Sistema de Falla Chivato [6] y más al sur con la Zona de Cizalle Ojancos – Florida [7].
Bruscos cambios de facies y de espesor entre los depósitos sincrónicos a ambos lados del
sistema estructural documentarían su actividad durante el Cretácico Temprano. Hacia el
este, el límite de la cuenca no está bien definido, sin embargo, dramáticos cambios de
facies entre sedimentos marinos (e.g. Estratos de Cerro El Águila [8]) y sedimentos
continentales (e.g. Formación Quebrada Monardes [9]) al oeste y este de la falla
Domeyko, respectivamente, sugieren que esta estructura (proto falla Domeyko) habría
actuado como el borde oriental de la cuenca. Más al sur, a la latitud de Vallenar, la
ausencia de Cretácico Inferior en el registro geológico hacia el este, insinúa la existencia
de un alto topográfico que marcaría el límite de la cuenca en esa dirección. Las series
carbonatadas cretácicas de la Alta Cordillera de Ovalle (Formación Río Tascadero [10])
sugieren una comunicación de la Cuenca de Chañarcillo con las series marinas de Chile
Central, Mendoza y Neuquén, aunque sólo hasta el Hauteriviano superior – Barremiano.

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De acuerdo a una sección estratigráfica en Quebrada de Meléndez, la evolución de la
cuenca comprende tres megasecuencias. (i) La primera se inicia con volcarenitas y calizas
transgresivas (Formación Abundancia, Valanginiano superior) depositadas en onlap sobre
el basamento volcánico del Jurásico Superior – Berriasiano? (Formación Punta del
Cobre) las que pasan rápidamente a una serie de calizas hemipelágicas alternadas con
margas, y culmina con una secuencia regresiva de calizas mareales, evaporitas y calizas
de plataforma somera, deformadas y afectadas por la excavación de profundas cavidades
kársticas rellenas por brechas calcáreas con clastos deformados (Formación Nantoco,
Hauteriviano). La formación de karsts indicaría la emersión de la plataforma. (ii) La
segunda megasecuencia comienza con la depositación de margas y calizas hemipelágicas
(Formación Totoralillo, Barremiano), mostrando una tendencia general transgresiva, y
continúa con la depositación de calizas silíceas y margas con intercalaciones delgadas de
volcarenitas (mitad inferior de la Formación Pabellón, Barremiano superior – Aptiano
inferior). Estas últimas rocas están afectadas por slumps métricos que indican una
incipiente actividad tectónica. Hacia arriba tanto los slumps como la volcarenitas
aumentan en espesor y abundancia. Este ciclo culmina con la depositación de calizas
oolíticas con estratificación cruzada. (iii) La tercera megasecuencia comienza con una
sucesión de depósitos volcanoclásticos (~70 m) que infrayace a una delgada secuencia de
calizas y margas (~30 m) con amonites del Aptiano inferior. Por encima, nuevos
depósitos volcanoclásticos (~130 m) pasan a otra delgada secuencia de calizas
hemipelágicas (~30 m). Esta última está cubierta por una potente (~300 m) serie de
andesitas porfídicas (ocoítas). En el norte (Quebrada de Meléndez) las ocoítas infrayacen
en discordancia de erosión a las series detríticas continentales adscritas al Albiano (?) –
Turoniano (Formación Cerrillos [1]), mientras que hacia el sur (Quebrada Carrizalillo)
fueron cubiertas, en contacto depositacional, por nuevas secuencias de plataforma con
corales y briozoos. En Quebrada Carrizalillo, estos depósitos carbonatados (sobre la
ocoíta) registran fallan normales (‘grabens’) selladas por la sedimentación, mientras que
más al sur (Quebrada El Molle) registran basculamientos de la plataforma así como la
generación de un olistostromo (~60 m). En Quebrada Carrizalillo, los depósitos
carbonatados fueron cubiertos por una serie de conglomerados (~50 m) que infrayacen a
calizas con rudistes, que interpretamos como un ‘fan-delta’. En Quebrada El Molle,
dichos conglomerados tendrían sus equivalentes en una sucesión de conglomerados finos
y bien seleccionados, que interpretamos como flujos de detritos retrabajados por acción
de las olas. Estas últimas secuencias de plataforma, con amonites del Albiano inferior,
fueron cubiertas finalmente por series detríticas continentales (Formación Cerrillos)
indicando la emersión de la cuenca.

Este trabajo es una contribución al programa de geología básica del Servicio Nacional de
Geología y Minería y cuenta con el patrocinio de la Subdirección Nacional de Geología.

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Referencias

[1] Segerstrom, K., Parker, R.L. (1959) Cuadrángulo Cerrillos, Provincia de Atacama.
Instituto de Investigaciones Geológicas, Carta Geológica de Chile, vol. 1 (2), 33 p.
[2] Cisternas, M.E., Díaz, L.L. (1990) Geologic evolution of the Atacama Basin during
the Lower Cretaceous. In Stratabound Ore Deposits in the Andes (Fontboté, L.; Amstutz,
G.C.; Cardozo, M.; Cedillo, E.; Frutos, J.; editors). Society for Geology Applied to
Mineral Deposits, Special Publications, vol. 8, 495-504.
[3] Mourgues, F.A. (2004) Advances in Ammonite Biostratigraphy of the Marine
Atacama Basin (Lower Cretaceous), Northern Chile, and its Relationship with the
Neuquén Basin, Argentina. Journal of South American Earth Sciences, vol. 17, 3-10.
[4] Biese in Hoffstetter, R., Fuenzalida, H., Cecioni, G. (1957) Lexique Stratigraphique
International, Amérique Latine, Chile, vol. 5 (7), 444 p.
[5] Segerstrom, K., Ruiz, C. (1962) Cuadrángulo Copiapó, Provincia de Atacama.
Instituto de Investigaciones Geológicas, Carta Geológica de Chile, vol. 3 (1), 115 p.
[6] Lara, L., Godoy, E. (1998) Mapa Geológico de la Hoja Quebrada Salitrosa, Región de
Atacama. Servicio Nacional de Geología y Minería, Mapas Geológicos, vol. 4. Santiago.
[7] Arévalo, C., Grocott, J., Martin, W., Pringle, M., Taylor, G. (2006) Structural setting
of the Candelaria Fe Oxide Cu-Au deposit, Chilean Andes (27°30’S). Economic Geology,
vol. 101 (4), 819-841.
[8] Sepúlveda, P., Naranjo, J.A. (1982) Hoja Carrera Pinto (Región de Atacama). Servicio
Nacional de Geología y Minería, Carta Geológica de Chile, vol. 53, 60 p.
[9] Mercado, M. (1982) Hoja Laguna del Negro Francisco, Escala 1:100.000, Región de
Atacama. Servicio Nacional de Geología y Minería, Carta Geológica de Chile, vol. 56.
[10] Rivano, S. (1980) Cuadrángulos D-86, Las Ramadas, Carrizal y Paso Río Negro,
Región de Coquimbo. Instituto de Investigaciones Geológicas, Carta Geológica de Chile,
vol. 41-44, 68 p.
[11] Aguirre-Urreta, M.B., Mourgues, F.A., Rawson, P.F., Bulot, L.G., Jaillard, E. (2007)
The Lower Cretaceous Chañarcillo and Neuquén Andean basins: ammonoid
biostratigraphy and correlations. Geological Journal, vol. 42, 143-173.

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Figura 1. Cuadro bioestratigráfico con las zonas de amonites establecidas en la cuenca de

Chañarcillo [11] y columna estratigráfica esquemática de los depósitos en la parte norte
de la cuenca (Quebradas de Meléndez y El Molle).

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