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FLORES Y ALGORITMOS
Acercamientos a la obra de
Paúl Puma
la célula invisible: poética de la confluencia
La escritura es un manifiesto del contacto profundo que tenemos con lo que nos circunda.
Lo que afuera está cambiando constantemente también nos afecta. Y todo eso, cada parte,
tiene un origen. Acaso la célula a la que tenemos que agradecer. Paúl Puma y Ernesto Carrión
–que desde mi punto de vista son vitales dentro de la poesía contemporánea del Ecuador—
han escrito este libro desde una idea antiególatra, compartiendo lenguajes y sentires, para
dejarnos ver un retrato de dicha célula.
En el epígrafe de Novela de Dios (2013)1 Elías Canetti dice que “Las intuiciones de los
escritores son las aventuras olvidadas de Dios”; altero la frase y digo que las intuiciones de
los lectores son las aventuras olvidadas del poeta. Y claro, esto se aplica plenamente a un libro
como La célula invisible. Un libro, un poema, un poemario, un poema-río que en su fluir y
también en su desborde, nos lleva-nos sumerge en aguas provenientes de espacios que son
filamentos. En estas aguas todo puede aparecer y desaparecer. Es por esta razón, que lo que
aquí presento es un simple recorrer; una lectura que definitivamente no tiene nada que ver
con lo absoluto, sino con sencilla apreciación y agradecimiento. No ofrezco una abstracción
teórica, y debe quedar claro.
Entonces, antes de comenzar la travesía celular, pasaré brevemente por el lugar 2 de los
autores. Una antesala que me parece necesaria. La idea es darle al lector algo parecido a
entender qué elementos se están fusiona al hacer un compuesto. Así, sin más.
La primera vez que me crucé con P, fue al hallar uno de sus textos en una feria autogestiva
a la que solía asistir una vez al mes en la casa de la cultura. Me refiero a PI (2010). Lo compré
porque me había enterado que P sería mi profesor en la universidad. Este libro, a decir
verdad, me descolocó en el sentido de que mi lectura no fue la que hubiese querido. Tal vez,
pensé, porque mi afinidad con Guayasamín era un roce, y apenas ahí supe de la existencia
de Stornaiolo: a estos dos pintores P hace un homenaje lírico.
Por otro lado, tuve la oportunidad de leer su antología personal 3, tiempo después de mi
experiencia con Pi. La primera puerta en ella es la de Los versos animales (1995), que
precisamente me llevó a una experiencia, un recorrer animal desde el primer verso: “Han
cerrado, de los ecos, las mordidas asesinas” (p.13). Claro, ya antes de Pi, P hizo un “homenaje”,
aquí para Rimbaud y Verlaine. Es una escritura en la que me gusta reconocer cómo el poeta
se encarna en ella. Por ejemplo al usar la voz, la mirada de Rimbaud: “¡ah tu sed mi gran
anfibio saturniano!/ y cómo no tu gran disfraz o tu manera de no ser lenguaje/ humano/ sino
un sánscrito/animal” (p.16-17). El derroche de energía y el riesgo de decir poema se
evidencian, y también contagian, cuestión esencial en la poética de P: “¿Cómo quieres mi ira?
¿En una copa de sangre o en versos empotrados?” (p.18). Además se lo puede tomar como
una suerte de capacidad para el desdoblamiento poético.
Una segunda puerta me llevó a los parajes de Eloy Alfaro Híper Star (2001) y Felipe
Guamán Poma de Ayala (Premio Aurelio Espinosa Pólit, 2002). Un tinte Histórico –más bien
¿Antihistórico?— late dentro de estos libros y claramente es indeleble. No obstante, P no
trata de hacer un tratado patriótico o algo por el estilo, sino que se dedica a su poesía.
Prefiere centrarse en desarmar/rearmar la historia con el lenguaje, y como siempre con
mucha vitalidad. “…esta línea de tinieblas que yo labro/ con lápiz electrónico/ para ti/ esta
fábula sangrienta/ el cerebro del verbo de lo infecto/ la sinestesia del olvido/ hoz” (p.50-51).
En este fragmento se puede atisbar lo que P hará a lo largo de Eloy Alfaro… advertencias,
reclamos, reivindicaciones. La voz poética grita al viejo liberador “¡ya no serás la ilustración
de una estampilla transnacional!/ ¡ya no serás el busto el amuleto de un libro caduco el
cromo!/ serás el ohm del aire/ el if/ compasión/ la delicia de la mirra y del incienso de los
cuerpos quemados” (p.61-62). En Felipe Guamán… estos atisbos también son evidentes.
Particularmente, en este libro, según la poeta y periodista Gabriela Ruiz, el autor
3
Puma, P. (2011). Antología Personal. Manabí-Ecuador: Editorial Mar Abierto.
la colonización. Había tantos archivos que escudriñar, tantas crónicas que leer y
deconstruir. Era un mundo desconocido, una historia prehispánica deformada, y
negada por la textualidad hispana.4
Para finalizar con el lugar de este autor, cabe mencionar que para mí hay una tercera
puerta. Después de atravesarla me encontré con Mischa (2012) y B2 (2016). Nuevamente
libros que se direccionan a un personaje. En cuanto al primero, debo decir que en realidad
no lo leí, sino que lo escuché. Sí, en YouTube5, aún mejor. P recita muy bien sus poemas. Al
optar por este modo ¿acaso nos deja la misma sensación de haberlo leído en físico, como se
suele decir? Así comienza Øh/ Mischa/ MISCHita/ MISCHilla/ MISCHiñha/ MISCHÍPOLIS/Æh
Mischa/ Aquí estoy/Sin nombre/ Dando vuelta a las páginas vacías. El poema atraviesa
reflexiones sobre el amor, sus esperanzas y desesperanzas, implicando las formas que toma
en la modernidad. Un canto que conmueve y que también es un sacasonrisas. B2 6 con su
personaje doble, Bettina, empieza con un ritmo algo parecido: Bettina/¡Be Be Be…Be!/ BBB/
Negra/ chi chichichi chi/ […] bett bett bett bett/ Ya soy un paria sin tu amor/ Ya soy un paria
sin vos (p.19). Este libro se construye desde el perdón, de pedirlo y de ejercerlo, porque el
perdón no es más que otra de las formas del amor. Perdonarse a uno mismo. Confrontar lo
que se debe. Desapegarse de lo vano. Incluso, llegando a representar el amor de una forma
abstracta, desde lo matemático, desde la probabilidad. Acerca de este libro –en el prólogo—
José Kozer, dice que el poeta
contrae la mano que escribe para que de ésta no sólo fluya un registro poético,
sino varios y numerosos registros que comunican conocimiento científico,
matemático, informático, poético, de relación amorosa doméstica, implicando
[…] una vida cotidiana, unos muebles, unos espacios donde todos,
indefectiblemente, estamos ubicados (p.10).
2. carri∅n
El encuentro con E no se dio precisamente con un libro de poesía, sino con una novela.
Ciudad Pretexto (Cactus Pink, 2016). Recuerdo que en la feria del libro de aquel año la
4 Recuperado de https://madameho.wordpress.com/2018/06/04/la-celula-invisible/
5
https://www.youtube.com/watch?v=R2ZSPVif_S0&t=290s
6
Puma, P. (2016). B2. Arequipa-Perú: Editorial Cascahuesos.
escritora Sandra Araya –en el stand de las editoriales independientes— me había
conversado acerca de E, de su importancia en la poesía ecuatoriana, e introduciéndome
acerca de cómo E se volvía un narrador, prolífico, al igual que en su dedicación a la poesía.
nada hay más hermoso que un hombre muerto. / retocando su rostro verdadero,
bajo el inmenso árbol de la sangre. Y nada hay/ más honesto que un hombre
muerto; callado por su condición de muerto, y/ no callado por temor al abandono
(p.136).
Siendo sincero, no leí el tercer libro-pieza. Por ahí, versos al azar, tal vez. Esto significa,
claro, que me salté a La bestia vencida. En su primer poema, Desembarco en el país salvaje,
en el acto heroico de querer develar retazos de existencia, la derrota parece tomar su papel
y manipular una condición que no sabemos si es merecida, pero el poeta resiste y nos deja
un mantra: Y así,/ yo me propongo a escribir/ yo me decido a escribir/ para mentirme que
parto/―cuando no es cierto—/ para escupir este sueño/ de haber vivido. En el comentario
crítico que acompaña esta edición de La muerte de Caín, Héctor Hernández Montecinos,
después de acercarnos al panorama de la generación en la que a E se lo inmerge , dice acerca
de él que es “uno de los poetas jóvenes más penetrante en cuanto a la configuración de nuevas
mitologías para después de la catástrofe” (p.300).
Segundo. Novela de Dios (La caída, 2013) 9. Era el único libro de E en una pequeña
biblioteca en el parque del Ejido. Con este libro, me pasó algo parecido a lo que sucedió con
PI, de Puma. En pocas, la lectura no fluyó. Y cuando algo no fluye es mejor apartarse. Al
menos por un tiempo. Sin embargo, este libro –que solo con su título a uno le ayuda a darse
cuenta de la ambición creativa del poeta— me dejó pasajes memorables como “Hoy haré que
todos los desastres del mundo estén creando un rostro sobre un campo cubierto de camas
ardidas. Y esto no es una amenaza, pero sí un firmamento” (p.29). O
Así E. Un poeta que no le teme al temblor. Alguien que sabe su sentido de escribir.
3. célula10
hombrente
“Un hombre se sienta sobre la célula invisible de un poema” (p. 7). Así comienza el poema-río.
En contra de toda duda. Este hombre al que se refiere el verso, podría tratarse del ente que
8
Carrión, E. (2001). Los diarios sumergidos de Calibán. Quito-Ecuador: editorial DobleRostro.
9
Carrión, E. (2013). Novela de Dios. Quito-Ecuador: editorial La Caída.
10
Puma, P. & Carrión, E. (2018). La célula invisible. Arequipa-Perú: Editorial Cascachuesos.
ha nacido cuando, en primer lugar, la figura del autor ha tenido que adoptar el proceso
inverso a la disociación, es decir caminar hacia la unión. Y esta caminata indudablemente ha
sido para P y E una depuración, totalmente necesaria para una escritura por la que no todos
los poetas se atreven a transcurrir (me refiero al ejercicio de cuatro manos). Renovarse
siempre es necesario.
Por otro lado, ¿qué les pudo exigir la escritura a cuatro manos, tanto a P como a E? Disipar
el ego, despegarse de su nombre, olvidar que hay individualidad, conectarse, fluir. Y se abren
interrogantes ¿se complica la escritura, es fácil asumir lo mencionado? E, en un audio en
YouTube11 acerca de esta escritura dijo que
Entonces, no hay por dónde perderse, la idea es nítida: escribir sin pensar en sí mismos,
sino en el poema. Sentarse en la célula y escribir-escribir-escribir con la fuerza que se
requiere. Que además, puedo decir que es una virtud de ambas poéticas, la de P y la de E. Y
en ellos se puede notar el hermanarse para seguir, para ayudarse, para recordar que el
poema, la poesía no tiene límites; cosa que tal vez entre otros dos autores simplemente
podría no funcionar. Y digo esto dado que uno como lector, podría dejarse llevar por la
trampa, esa falsa seducción de pensar en el hecho de la pertenencia de cada verso, cada
párrafo a su posible autor. Una posibilidad del 50/50, y por lo tanto un ejercicio innecesario
el de tratar de adivinar. Esto significa que el lector también tiene que dejarse llevar, austero
ante esta especie de tentación. Flu...ir.
destello
La escritura de este poema-largo-poema nació igual que el bing bang. ¡Bang! Un destello,
que parece sutil, pero en realidad se trata de una potente explosión de la que nacen ápices
hermosos y también terroríficos. Después del primer verso -que ya fue citado- hay un
apunte clave: “El poema es un brazo de otro tiempo en otro espacio” (p.7). Un brazo que
funciona como una palanca directriz del universo. Más adelante se escribe Si los brazos
hablaran…, este brazo diría: “Vos no construyes el poema, él te construye a ti” (p.8). Aquí,
aclarar que existe una suerte de conciencia que toma el poema; podría decirse que es tanta,
11
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=sLqzrL2hqas
que por eso los autores se anulan, es más grande que ellos. Así, ellos prefieren dejarse llevar.
Dejarse llevar suena demasiado bien/ jugar al azar/ nunca saber donde puede terminar o
empezar… canta Vetusta Morla12.
azar
Generalmente se espera que un poemario tenga algo que lo predomine: un tema, un estilo.
No estamos acostumbrados a la desfiguración, a que nos desfiguren, tenemos miedo, no
vemos que en eso también hay belleza. La célula invisible es un poema que justamente nos
presenta este reto, porque se trata de una escriturazarosa, en el sentido en que la
construcción del poema es así porque el mundo también lo es. Cuando los poetas lo
contemplan, generalmente le quieren dar una forma, pero terminan escribiendo estructuras
más que poemas. Aquí se le da vuelta a todo eso.
P y E son poetas que constantemente surcan lo que no suele ser explorado. Le temen a la
palabra, pero temerle no significa derrota necesariamente; es algo más guiado hacia la
veneración, sin exageraciones. Entender que el lenguaje nos condiciona es obtener una llave
hacia alguna parte de la locura. Queremos escapar, nos da miedo poner los pies en terrenos
sospechosos. Sin embargo, germina de forma casi imperceptible una luz que nos hace saber
que hay que arriesgarnos. Así la escritura de este río, vertiente de cuatro manos que quieren
ser bañadas con esa luz. Se escribe: “Yo creo en ese hombre que tuvo un poema antes de tener
un apellido. Y que hasta el día de hoy duerme en la cáscara de la célula que es un asteroide
ignorado por un caníbal divino y creador” (p. 8). La poesía está ante todo nombre. En el
principio no era el verbo. ¿Acaso un manifiesto poético? Tener un poema, como una daga
que lo atraviese todo. Que corte los puntos de la realidad donde se pueda atisbar un mínimo
y bello secreto. Que parta los nombres para sembrar otros más.
un libro humano
¿Qué es lo humano? ¿Cuándo eres más humano que tu prójimo? Todo aquello que se podría
considerar dentro de esta categoría es arrastrado en ese ríopoema. Porque el amor nos hace
humanos, el pensar nuestro lenguaje, el escribir poesía, el leer poesía, la desgracia social,
nuestra inteligencia para crear inteligencias, nuestra creatividad, entre muchas otras
cuestiones. En el libro dice: “Dejad que acaricie el ERROR o el ABSURDO o aquello que nos
hace tan humanos. No vaya a ser que alguien más nos escriba” (p. 26).
12
En Copenhague, https://www.youtube.com/watch?v=Mw2cy_7rWF0
autor vs. lector
La cuestión con la que quiero empezar es la contradicción del autor frente al lector y
viceversa. Para muchos, este debate está desgastado. Pero trato de hacerlo resurgir porque
precisamente se trata de hacer una lectura que más bien enfrenta una dialéctica de no-autor
frente al lector - ente vs lector. Y hay un fragmento que se expresa de manera muy curiosa:
Tal cual. Considero que un lector siempre tiene que abrir su corazón cuando va a girar la
cubierta de un libro. No se trata de una búsqueda en la que el objetivo sea empatar con el
libro –a la manera romántica a la que estamos acostumbrados—, pero abrir el corazón deja
abiertas más posibilidades de lectura. En el caso de este libro, tal vez la premisa que hay que
seguir es que hay que lanzarnos a nadar, sin esperar que la temperatura del agua esté al
nivel que siempre esperamos.
crear
¿Un artista es también un dios porque crea? ¿Cada pintura, cada libro, cada canción es un
universo? ¿Es que hay dioses regados? ¿No había hablado ya Nietzsche sobre el ocaso de
ellos? Dicen que un dios tiene que ser perfecto. Probablemente esta clase de dioses solo son
seres histéricos en busca de la belleza. Por supuesto, son inconformes. El ente que escribe,
dice: “Querría escribir el poema perfecto, ferpecto, terpecfo, solo para borrarlo y volverlo a
crear” (p. 12). La creación es depuración y reconstrucción. Cosas del cosmos, es decir, del
caos. De saber que cuando uno toca un pétalo, este deja de ser solo un pétalo.
jugar
Esta palabra se la suele atribuir a los niños. El poema se convierte en niño y la palabra se
vuelve una burbuja que nace de su soplo:
Una palabra niña por siempre, inventada por un niño que ha estado tomándole
el pelo a todo el mundo, descreído de la fiebre de los adultos, manipulativo con
los ojos llenos de huellas, revolviendo los significados del planeta desde el día
primero (p. 23).
En sí, La célula invisible, es un libro que apuesta por lo lúdico. Juega con las palabras
“(ENERGÍA/ EN-ORGÍA sempiterna del cosmos)” (p. 13). Inserta imágenes, íconos. Se mofa –
hace bromitas—de algunos elementos de la realidad. Tacha. Grita (con la alegría y
desesperación respectivas). En conversación con P, supo decirme que la escritura aquí se
vuelve ecléctica, iconoclasta; busca despejar el absurdo desde lo lúdico, porque el juego
distrae, el juego libera, el juego activa, la contemplación del mundo también funciona desde
ahí. Sin embargo, no todo es inocencia en la escritura. Aparente inocencia. Pero si la vemos
con ojos de niño, nuestra adrenalina tétrica se puede calmar y reordenar los factores.
Entrando al juego frío de escribir un poema con el cuerpo partido frente al charco
tántrico de la realidad donde se dictan fines y fines.
El juego de escribir un cuerpo con un poema donde hay muletas para un cuerpo.
El cuerpo de re-escribir un juego con unas muletas que sostienen ALGO que
semeja, muy desde lejos, un poema (p. 15).
En este fragmento, al jugar con la sintaxis, hay una reflexión meta sobre juego-escritura-
poema. Caos de palabras nacen de caos de palabras, y es hermoso. Es la evidencia de que
hay una célula de la que todo se desprende: un juego frío, el juego de escribir, el cuerpo que
deviene en juego, la escritura del juego; es decir, la poesía misma –mientras escribo esto
siento a la célula pasearse en los campos donde yo solía jugar—.
literatura
La lengua está antes que la literatura. Esta no es más que el intento de dominarla, adornarla
y hasta volverla artificial, porque son muchas las posibilidades de contemplar, de narrar, de
expresar. Pero antes de lanzarse a escribir, hay que conocer lo que nuestra lengua puede
bordear, no como un límite, sino como un acto de prevención a que lo que queremos decir
se diga con cierto sentido.
Aquí no hay miedo a la lengua, sino a lo que le puede hacer a nuestro cerebrito. Más
adelante se presenta que “La lengua es universal y libérrima, pero basta un solo gesto de ella,
de la carne de uno de sus pozos gustativos, para devastar al cosmos” (p.20). Muchos podrían
tomarse esto como una amenaza; es decir, se quedarían plasmados, sin saber qué hacer con
ella, entonces mejor no hacer nada. No obstante, en la célula invisible es algo a lo que
también se la da la vuelta. El poema arremete como la misma célula al devastar el cosmos.
El canon no es más que un péndulo que se mueve entre puntos infinitos de lo que se puede
nombrar como literario o qué literatura es mejor que otra. En la célula invisible, en primera
instancia, se recorre por los parajes de varios personajes estrella de la literatura conocida.
Por ejemplo, dice “¡Emulad al Conde de Lautréamont y luego a Issidore Ducasse […] ¡Explorad
en los intestinos (dulces y tan repletos del mal) de Antonin Artaud” (p.16-17). Pero no solo se
trata de una exploración o un retrato, sino que también llega a cuestionarlos, y la pregunta
apunta a querer descubrir la pluralidad de la célula reflejándose en estos cuerpos y mentes.
¿Qué era la poesía en manos de Pessoa, de Blake, de Hölderlin, de Leopoldo María Panero,
de Plath, de T.S. Eliot, de Pound? Cito:
¿Qué pensaba la célula de Vicente Lluy cuando se lanzó de ese séptimo piso luego
de ser odiado por todos y salvado por todos sus amig@s de sus impolutas
tentativas de suicidio? ¿Qué pensaba Vicente Luy cuando buscó el instante
precioso en que todos los hombre de este HIJUEPUCTA mundo pueden
convertirse en un pájaro y volar, ciegamente, hacia un jardín de girasoles
alumbrados por un océano estrellado y tartamudo? (p. 32-33).
Así las variaciones en torno a los mencionados. Entonces, en esta pluralidad, según el
poema, la célula hace viajes y en ellos se desgasta, se renueva, se reinventa, se reorigina. “¿Y
qué pasaría si la célula no se lastimara en cada uno de sus viajes?” (p.35). En este moverse
por recovecos del universo, la célula atisba dolor, en cosas como la pedofilia, la enfermedad,
pero también atisba amor y belleza. “Si no se lastimara, si la célula invisible no se lastimara,
desaparecería su luz de dolor, que es la luz del mundo” (p.36). Dado que se ha dicho esto,
entonces es ineludible aceptar que hay personas que llegan a ser un faro que ilumina el
mundo, y precisamente no está mal nutrirnos de sus enseñanzas, de lo que nos puedan
mostrar o proponer. Lo que está mal es quedarse embobados como si pasáramos por un
alucinamiento cúbico. Y aquí aparece alguna forma de parricidio, y en el poema aparece
Quentin Tarantino como metáfora de lo violento; una violencia armónica, precisa, la
violencia con la que se debe arrasar a lo que se establece y no quiere ceder a la libertad, las
nuevas o más bien otras formas de crear:
En los ojos de Quentin Tarantino se cortan las cabezas (entre sí, casi al mismo
tiempo, puede decirse que en cámara lenta) todas las literaturas canónicas y
prestigiosas del mundo y sus géneros y sus congéneres. […] Aparecen, entonces,
las literaturas de ornitorrincos delirantes en sus rituales indígenas dejándose
mojar por la lluvia ácida (p.38-39).
Son estas últimas literaturas las que se encargan de subvertir el mundo. Los ornitorrincos
a los que se alude pueden ser también gatos, camaleones, ranas, delfines, salamandras, etc.
El punto es demostrar que siempre hay algo que aportar al arte. Y de hecho la célula invisible
es un ejemplo de renovación, como se había mencionado ya. Traspasar la puerta y
transgredir, eso es lo que alguien que se quiere dedicar a escribir debería tener en cuenta,
claro, sin dejar de tomar en cuenta que nada es nuevo, pero sí que todo se puede
transformar.
cyberpunklove
Esencialmente la pregunta nos remite a posiciones como las del amor líquido, de
Zygmunt Bauman, que como se sabe trata constitutivamente acerca de la fragilidad del amor
en la sociedad. ¿Cómo hacer que el amor reviva? ¿Se deja de amar? Si nos proyectamos en
el año 2100 que propone la cita, ¿qué pensamos acerca de todo esto? Tal vez hasta el amor
se llegue a construir en base a algoritmos. ¿Nos da-rá igual?
Miss Eria
Sintetizo la anterior idea para volver a ella y desprender otra cuestión: el mundo se devasta
sin amor. Y de esta gran-gran-gran-(¿infinita?)-depresión nos ha sido complicado
levantarnos. Todo es más pesado, y aun así caemos en la ilusión de creer que somos livianos.
Pseudofilosofía de lo volátil. Contemplando esto, “la célula invisible escribe un poema
parecido al grito de la MISERIA de este mundo” (p.42). Y la miseria regada en todas partes y
aún así imperceptible para la artificialidad que nos bebemos. Y cuando volteamos a verla, a
veces ni la poesía nos salva de un impacto funesto. “Un poema parecido a ese niño que se
muere de hambre en Niger ahora mismo (o en Haití o en Venezuela), mientras se escriben estas
palabras inútiles […] el HAMBRE de ese dios que rezas por las noches o las madrugadas o
cuando la sangre borbotea sobre tus manos” (p. 42-43).
Podría decir que además aquí se hace una exhortación a aquellas personas que creen
caminar por un sedero de beatitud, pero que lo que realmente hacen es taparse los sentidos
para no sentirse peor con ellos mismo. Pero es posible cambiar. Puede que el arte no prevea
ciertos daños a los que se expone el mundo, el ser humano, sin embargo nos regala su
esencia para resistir ante eso: no hay poema fuera del mundo, y ese es el gran dolor del
poeta. “Y el cuerpo de un poeta es soberano en su enfermedad” (p.45). Esta actitud del poeta,
tranquilamente puede ser adoptada por quienes no lo son (¿qué es un poeta?), porque a la
final lo que se sabe es que un poeta es primero un humano; ergo, de él es posible aprender.
A decir, por ejemplo:
despedida
Al leer La célula invisible uno no está seguro de pertenecer a su explosión o si solo se la está
contemplando. La célula es un árbol a la que le crecen ramas incesantemente, con cada
nuevo guiño, cada relectura. El silencio, la energía, el amor, el miedo, la belleza, el dolor, la
tecnología, la duda, la creación, el juego… componentes, partículas nadando, dirigiéndose a
nuestros cerebros, siguen formando caos y cosmos. Es decir, siguen abriendo caminos,
posibilidades para el arte.
Ante este terrible panorama el libro La célula invisible, escrito a cuatro manos por Paúl
Puma y Ernesto Carrión, se nos presenta no solo como una excepción, sino como una
excepción transgresora que rompe con los paradigmas y la porfía de una literatura
dogmática. Las voces poéticas de estos dos escritores se combinan hasta llegar a ser una
sola para renovar y transformar a la literatura con vitalidad y fuerza, a través de una
insumisión comparable a la de Kerouac en Desolation blues y otros poemas.
13 Puma, P., & Carrión, E. (2018). La célula invisible. Arequipa: Cacahuesos Editores. (p. 8)
Hace poco alguien dijo que la poesía era un hombre sórdido estrellándose
contra la pared y luego, separándose de ella, para observar las
constelaciones de su sangre pulverizada (la distancia, lo dijo, la distancia
marcada por unas rubias estrellas de desolación)14.
14 Puma, P., & Carrión, E. (2018). La célula invisible. Arequipa: Cacahuesos Editores. (p. 15)
CONJUNCIÓN PERFECTA ENTRE LA NADA Y EL TODO
El presente ensayo recoge las impresiones de las que fui partícipe en el lanzamiento del
libro “La célula invisible” escrito a cuatro manos por Paul Puma y Ernesto Carrión. Las
perspectivas muy particulares de su construcción nacen de las siguientes vertientes: El
evento del lanzamiento del libro en sí y los discursos respectivos de sus autores. La idea del
poema-río como el proceso de creación de la obra literaria. El encadenamiento de poesía
donde se pierde la idea del autor. Las percepciones de este trabajo son apenas una visión
muy endeble que se puede llegar a reflejar del ingenio presente en las páginas de “La célula
invisible” y vivenciado en el auditorio en la presentación del libro.
La vida brinda contados momentos en los que el ser humano se transporta lejos de sí,
hacía un territorio inexplorable e irreconocible que puede hallarse en el sitio menos
esperado. La casa cultural Benjamín Carrión fungió en tal necesidad como escenario para
descubrir un universo que valiéndose de la poesía como vehículo, y de la reflexión, la
divagación y la anécdota visibilizó ante todos esa partícula elemental de vida, tan olvidada
y tan necesaria. La célula, que aunque no se ve, a través de la palabra se puede concebir
mediante las formas exangües que apenas se alcanzan a imaginar. Sin embargo, gracias a
una visión propicia por parte del catedrático Paúl Puma, además de un comentario y una
lectura de fragmentos de la obra por el escritor Ernesto Carrión en formato de video se pudo
dar con su célula, la célula invisible que a manera de libro y valiéndose de la estética lírica
versa sobre la humanidad, la tecnología, el amor la conciencia creativa, la economía, en fin
condensa un universo con grafías de tinta. La presentación del libro fue un ejercicio
dinámico en la que aunque de antemano algunas personas leyeron fragmentos de la obra,
otras se levantaron espontáneamente para valerse por un instante breve de este cosmos
literario. La música como toda manifestación que acompaña a cualquier arte también se hizo
presente con armónicas piezas de Jazz, mientras la divagación de lo descubierto esa noche
hacia mella en las pláticas de los espectadores. Una velada excepcional en la que destaca el
estilo único del Magister Paúl Puma, en su disertación, muy bien complementada con el
editor del libro y su entrevistador.
Este es un poemario que fluye con la fuerza de un caudal que se estructura ya desde el
proceso de escritura como un episodio fantástico literario donde las distancias no significan
sino un elemento renovador para que la escritura venza los husos horarios de patrias tan
distantes como lo son España y Ecuador a través de misivas virtuales en las que Paúl como
Ernesto se despojan de su identidad, llegando a escribir en olas de fuerza argumental que
cuando estaban por descender eran continuadas por su par; el poema fue tomando formas
insospechadas, la idea de hacer un poema con alguien más destruye incluso el temor al
anonimato lo único que importa es el recorrido de la poesía. Quizá la escritura en
hermandad al fin permita que el paso del pensamiento a lo escrito llegue en su totalidad,
dispersando ese sin sabor de boca de haber escrito algo, sin llegar a ser en realidad aquello
que se quiso expresar. Podría ser que el cúmulo de voces en la escritura aluda al regreso de
la entidad a una totalidad. Y en realidad este es un ejercicio complejo y atrevido porque no
es una antología en la que se cuida de definir límites entre los poetas, o un ring de boxeo
poético, es simplemente un cuerpo construido por dos poetas.
En conclusión la maestría de los autores Puma y Carrión se ven reflejados en una obra
impersonal, que recoge su talento y hace que despunte aún más si es posible, esta
experimentación de escritura invita a repensar el texto a definir nuevos parámetros para
trabajar más allá del canon, de los géneros literarios, transformando el poema en la realidad,
o la realidad en el poema, invita a creer en la literatura nacional, a participar de la vida activa
literaria como espectadores de un despliegue maravilloso de una obra, o impulsar en uno
mismo la profesión literaria, en la escritura.
La distopía y la deshumanización en Mickey Mouse a Gogo
La obra Mickey Mouse a Gogo del MSc. Paúl Puma nos expone, mediante una representación
teatral de ciencia ficción, una comparación de la distopía futurista y la modernidad actual;
es una metaforización que evidencia un mundo devastado por animales tecnológicos, en
donde los seres humanos son como aquellos androides sin sentimientos ni atisbos de
humanidad. En ese mundo, nos hemos convertido en la proyección de androides en todo
aspecto; en comportamiento y pensamiento, nos manejamos sistemáticamente y nos hemos
olvidado buscar la felicidad en la minoridad de los actos propiamente humanos.
La felicidad es imposible, pues ya no queda nadie que le instale los clones o arquetipos
un «Programa de felicidad» o un «Microchip de 😊». La obra actúa como un intento
impulsador de la ausencia de felicidad en los humanos, a la vez que decae la esperanza de
encontrarla; en este espacio, los humanos hemos dejado que la materialización actúe como
principal impulsador de ella; conectándonos con la tecnología y alejándonos de la
eudaimonia que debería primar como esencia vital humana.
La distopía futurista, es, más que la idea de oposición o enfrentamiento con la concepción
actual tecnológica, una meritoria advertencia sobre el uso de la tecnología, la
deshumanización y el vano resplandor del dominio tecnológico. Nos encontramos sumidos
en el olvido cuando todo rasgo humano se ha perdido en el vacío, divisándonos en un ideal
postapocalíptico del entorno que nos rodea y lo único que disfraza este día a día es una
manta de la falsedad que cubre el desastre en el que nos hemos convertido, lo que somos.
Referencias bibliográficas
En contraposición a esta realidad B2 actúa como una luz instantánea y creciente, entre
muchas de sus dimensiones el escribir desde un contexto cotidiano singular y denunciante,
humanizar las facciones rechazadas de la realidad desestabilizando los elementos
racionales a un nivel artístico, campos que comparte con la ideología del underground, se
analizaran en los siguientes párrafos.
Esta característica en relación con la filosofía que envuelven a los movimientos under es
de precisa asociación con sus referentes, pues desde su gestación en el romanticismo,
figuras como Shelley o Blake, apuntaban a una revolución cultural, al ser el espejo que
mostraba una sombra futura y la lámpara que desvelaba la sombra presente, en su contexto:
la industrialización y el racionalismo. En cambio Paúl Puma, en B2, sabe que la revolución
está muy lejos, pero, apunta a un cambio más subjetivo, más personal, pues en la era digital
y normalizadora, la de los espejos vivos alumbrados por lámparas y sabanas /Espejos de
espejos. Donde todos se recubren de una hojarasca de pixeles, es preciso girar la vista a
aquellos lugares olvidados llenos de símbolos para anticipar la corriente invisible de la
sociedad antes descrita. Entonces la figura poética de B2 pulula entre la asiduidad y el
desengaño; entre la ciencia y el amor; entre la astronomía del lenguaje y el vacío de la web;
entre sus yoes. Pero todos marginados de la generación underground, los excluidos en el
cauce normal de la sociedad de consumo.
Filosofía poética que en la obra de Paúl Puma se renueva y busca el punto original, el
vértice humano, al presentarnos la poética de la matemática en una de sus caras más
complejas: el cálculo infinitesimal en el cambio y constancia humana. Al mostrar relación
constante de la humanidad y los símbolos que lo rodean, pretende un replanteamiento
conceptual que actúa de forma subjetiva.
Título:
“[Poesía # b]
##
te esparces pura
[b+1]
[1-b]
[b+1-b+1] = a 1 ó a 2”
¿A los dos?”
Borboteo
Metáfora de un grito
[ecuación x o z o w sin respuesta]
[definición de copular]
[de tocar fondo]
[de emerger] (Puma,2016, p. 50).
B2 actúa como un sacudón al universo automático al cual se adecua la sin mente, que no
tiene principio, final, arriba ni abajo. Un universo que sugiere resignación, y aceptación de
lo que es, apoyo de lo predecible, miedo a lo imprevisible, impotencia: el universo limitado,
y por lo mismo, limitando la creación (Racionero, 1977, p.32). Al mismo tiempo que recae
en la forma de que un individuo se piense al mismo, ya no desde la forma helenística o
cristiana de concebirnos como una bipartición neurótica cuerpo y cabeza; emociones y
razón; cuerpo y espíritu. Denominando al humano como animal racional que vaga
ocasionando despropósitos (Ib., 1977). En dicho problema el poema parte al ser, primero
desde su cuerpo “que necesitamos para temer pies manos o cabeza” hasta la infinidad de sus
palabras o su silencio.
En una textualidad bipartita B2 muestra en la convergencia del espacio real y el espacio
que se puede crear , está ahí en la entropía física, informática, humana, al pensar todo lo que
rodea a un átomo o a todo como átomos, a continuación se encuentra una neblina o caos
listo para desmenuzarse sin perder la esencia de donde se extrajo, “todas las cosas
transitorias son símbolos” , dice Goethe, y Paracelso habla de las formas como rúbricas de
las cosas, enigmas a descifrar propuestos por la esfinge de la naturaleza. La clave para
descifrar estas rúbricas son las imágenes poéticas. (Racionero, 1977, p.35). Y la obra de
Paúl Puma se descifra relaciones posibles que apelan a un sentido común tradicional para
despertar la curiosidad por aquello que se olvida o que se ignora, aquellos elementos que
los movimientos underground encuentran y recuperan su modo, a su silencio sin trofeos,
solo creación consecuente.
Simpatizar con un personaje al que en la vida real se repele por sus condiciones es un
acto netamente del empoderamiento underground la aceptación por lo que es al mismo
tiempo de la extensión de las maneras de creación es una de las características que posee
B2 de Paúl Puma, un libro que en su lectura recupera la lógica perdida en el fárrago digital
enajenador de los días para luego sumergirse en el lenguaje en deconstrucción de su poesía.
De esta manera acometer contra la persona que cree que un hombre es un hombre, un árbol
un árbol, el cielo azul y la hierba verde, un metro cien centímetro, y un minuto sesenta
segundos, que se puede conocer la esencia de las cosas pensándolas, midiéndolas; para
quien es absurda la afirmación de Hesíodo de que la mitad es mayor que el todo: en
resumen, el hombre pragmático de sentido común para quien las cosas son lo que parecen,
está en un estado de " visión singular" o un sueño de Newton, en la prisión de sus sentidos
de su razón, ¿o de ambos?.
Referencias: