You are on page 1of 10

UN ACERCAMIENTO A LAS POSICIONES CRISTIANAS SOBRE LA

COMPOSICIÓN DEL HOMBRE

DANIEL FULA

PROFESOR: Dr. Jim Bearss

SEMINARIO REFORMADO LATINOAMERICANO

ANTROPOLOGÍA

Bogotá, 12 de mayo de 2019


Tabla de contenido
1. Bosquejo ........................................................................................................... 3

2. Introducción ...................................................................................................... 3

3. Conformación de la naturaleza humana ........................................................... 3

4. Dicotomismo .................................................................................................... 5

5. Tricotomismo ................................................................................................... 6

6. El monismo y la multicotomia ......................................................................... 7

7. Conclusión ........................................................................................................ 9

8. Bibliografía ..................................................................................................... 10
1. Bosquejo
La siguiente es la estructura temática del ensayo.

1. Introducción
2. Conformación de la naturaleza humana
3. Dicotomismo
4. Tricotomismo
5. El monismo y la multicotomia
6. Conclusión

2. Introducción
A lo largo de la historia ha habido inquietud por determinar la conformación del ser
humano, qué partes lo componen, de dónde proviene y qué sucede después de que fallece.
Tenemos desde posiciones materialistas insípidas expuestas desde muchos años antes de
Cristo en la cultura griega en india, por ejemplo, y también el materialismo histórico
moderno, hasta el idealismo en todas sus ramas. Particularmente estoy casi seguro de que
el pensamiento individual que se tiene acerca de la conformación del hombre, se construye
a partir de las enseñanzas a las que se ha sido expuesto; depende de la iglesia local, en mi
caso, siempre con una posición tricotomista, pero siempre teniendo en cuenta la generalidad
de que el hombre está compuesto por una parte material y otra inmaterial. En este ensayo
vamos a exponer algunas posiciones cristianas con respecto a la conformación del hombre.

3. Conformación de la naturaleza humana


Primero, vamos a explorar lo que dice la biblia con respecto a la conformación del
hombre, en lo que cualquier persona puede observar en una lectura sencilla pero
concienzuda de los textos. En el Antiguo Testamento encontramos muchas referencia al
alma y corazón del hombre, por ejemplo en Deuteronomio en los versículos 4:29, 6:5,
10:12, 11:13, 13:3, 26:16, 30:2, 30:6 y 30:10, donde en el primero de los versículos se cita
“Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo
encontrarás” (Dios) y así es el caso de todos los versículos listados. Y encontramos
muchos más casos en los libros siguientes en donde se hace referencia a la composición del
hombre con las palabras “con todo tu corazón y toda tu alma”. Claramente estos dos
términos (corazón y alma) se refieren a la parte inmaterial del hombre, que obviamente
habita en el cuerpo formado por Dios. En los salmos encontramos varias referencias al alma
del hombre la cual es elevada ante Dios (Salmos 25, 1), tiene angustias (Salmos 31,7), se
alegra (Salmos 35.9), y alaba (Salmos 103,1).

Ya en el nuevo testamento encontramos al mismo Jesús hablando acerca de la


composición del hombre en Mateo 10:28: “No teman a los que matan el cuerpo, pero no
pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.”
(Dios) Aquí se expone claramente la realidad de una parte material y otra inmaterial que
componen al hombre.

También Él mismo afirma en Marcos 12:30 “Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Dios). ¿Quiere decir
este último versículo que el corazón, el alma y la mente son partes separadas de la porción
inmaterial del hombre? O ¿acaso sugiere que el hombre consta de más de dos partes en su
conformación?

Luego en el cántico de María en Lucas 1:46 tenemos que “Entonces María


dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”
(Dios). Acaso de acuerdo al paralelismo de la literatura judía, ¿alma y espíritu son
sinónimos y términos intercambiables?

En 1 Tesalonicenses 5:23, escrita por el apóstol Pablo, tenemos el principal


versículo de defensa de la tricotomía de la composición del hombre “Que Dios mismo, el
Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y
cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (Dios). En Hebreos
4:12 hablando de la palabra de Dios que “y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
(Dios). Aparentemente aquí se expone un muy buen argumento a favor del tricotomismo.

Finalmente en Apocalipsis (capítulos 6 y 20) encontramos referencias a la realidad


del alma después de la muerte, es decir la parte inmaterial que perdura, aunque es
susceptible de ser destruida por Dios, quien es su creador.
Después de este rápido recorrido, vamos a acercarnos a las principales posiciones
cristianas con respecto a la composición del hombre.

4. Dicotomismo
Esta posición afirma que el hombre es un ser conformado por un cuerpo (parte
material) y “por un elemento inmaterial llamado “alma” o “espíritu” (Macarthur, 2018).
Esto hace referencia a una dualidad, no a un dualismo, pues las teorías dualísticas ven al
cuerpo y el alma como sustancias incompatibles, en donde el primero es inherentemente
corrupto y el fin del alma pura, por ejemplo en el caso de los griegos, es liberarse de aquel
maligno cuerpo. Esto es contrario a la evidencia bíblica pues sabemos que Dios creó un
cuerpo humano bueno y que después de la caída tanto nuestro cuerpo como nuestra alma
son corruptos por causa del pecado. (Sproul, 2017).

Es interesante que esta posición se opone a los principios idealistas y materialistas,


pues “ni el cuerpo es un precipitado de la mente, ni la mente es una sublimación de la
materia” (Hodge, 1991).

La posición dicotomista se sustenta en lo expuesto en Génesis (2,7), en donde se


aprecia que Dios creó al hombre (su cuerpo, parte material) y después le infundió aliento de
vida (parte inmaterial); también como se expuso en el apartado anterior tenemos la
declaración hecha por Jesús en Mateo 10, 28.

Con respecto a los versículos que parecen apoyar la posición tricotomista, por
ejemplo 1 Tesalonicences 5,23 y Hebreos 4,12 muchos autores aseguran que las palabras
“alma” y “espíritu” se usan indistintamente en las escrituras, por tanto no se pueden referir
a dos sustancias diferentes. Sobre el segundo versículo en referencia, Hodge en su
Teología sistemática hace la observación de que si se habla de alma y espíritu, pero también
de coyunturas y tuétanos, el hecho de que se haga una división en el texto no implica que se
hable de sustancias diferentes; las coyunturas y los tuétanos son formas diferentes de la
misma sustancia igualmente que” alma y espíritu son una y la misma sustancia bajo
diferentes aspectos o relaciones. Podemos decir que la palabra de Dios alcanza no solo a
los sentimientos, sino también a la conciencia, sin asumir que el corazón y la conciencia
sean entidades diferentes” (Hodge, 1991).

5. Tricotomismo
Esta posición afirma que la composición humana tiene dos sustancias, una material
y otra inmaterial, de la mima forma que lo afirma la posición dicotomista, sin embargo, la
diferencia entre estas dos posiciones se encuentra en la parte inmaterial. La posición
tricotomista defiende que la parte inmaterial se subdivide en dos partes, el alma y el
espíritu, divididos claramente con funciones distintas. Dado esto, define que el hombre
tiene tres partes, cuerpo, alma y espíritu, de ahí el nombre del término “tri” tres y cortar,
tricotomía, cortado en tres.

Define que la función del alma es la personalidad, sentimiento y pensamiento, esta


sustancia está en un plano “horizontal” por lo que se encarga del relacionamiento con el
mundo material y otros hombres. La función del espíritu humano es la relación con Dios,
en un plano “vertical”. Esta división llevó a algunos a indicar que la parte espiritual del
hombre no está “viva” sino “muerta” en la naturaleza pecaminosa del hombre y es
restablecida en la redención en Cristo. Como lo recoge Hoekema sobre Irineo “Uno de los
primero proponentes de la tricotomía… fue Irineo, quien enseñó que mientras que los no
creyentes tienen solo almas y cuerpos, los creyentes tienen además espíritus, que han sido
creados por el Espíritu Santo.” (Hoekema, 1986) En esta posición encontramos a varios
padres de la iglesia como Clemente de Alejandría y Orígenes.

Esta postura está sustentada tradicionalmente en Tesalonicenses 5:23 “Y el mismo


Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (Dios) Donde se
nombra por separado los tres componentes cuerpo, alma y espíritu en un contexto donde se
da a entender que son partes separadas. También encontramos apoyo en Hebreos 4:12
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y
penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón.” (Dios) En este último pasaje da entender que
hay una división entre alma y espíritu en lo inmaterial como lo hay en las coyunturas y los
tuétanos en lo material, que es un paralelismo a la primera oración.

6. El monismo y la multicotomia
Como hemos visto hasta aquí, vemos que las posiciones mayoritarias son que el
hombre tiene entre dos o tres partes, sin embargo hay más posiciones que estas. Están las
personas que tienen una posición de una composición única, de hombre total, sin partes, la
llamaremos monismo cristiano. Otra posición, opuesta a esta, es que el hombre tiene
múltiples partes, en todo caso más de tres, y cada una con una función diferente, la
llamaremos multicotomia.

Sobre la posición de la conformación del hombre por una sola parte, monismo,
encontramos escritores como G. Ladd que afirma en su Teología del Nuevo Testamento
que las diferentes palabras a las que se refieren la Palabra como “cuerpo”, “alma” o
“espíritu lo siguiente “la erudición reciente ha reconocido que términos como cuerpo, alma
y espíritu no son facultades diferentes, separables, del ser humano sino formas diferentes de
ver al hombre en su totalidad” (Ladd, 1974).

A menudo los que defienden esta posición están en contra del dualismo griego,
donde se identifica que el cuerpo es malo y el espíritu es bueno. En este pensamiento el
cuerpo viene a ser una prisión malvada del alma. Sin embargo hay defensores donde unen
la parte física y no física del hombre en un todo indivisible y en armonía, como lo recoge
Anthony Hoekema al indicar que “mi preferencia, sin embargo, es hablar del ser humano
como una unidad psicosomática. La ventaja de esta expresión es que respeta los dos lados
del ser humano, y al mismo tiempo subraya la unidad del mismo. Podemos ilustrarlo
mediante el análisis de la relación entre la mente y el cerebro. Reconociendo que debería
pensar en el ser humano como una unidad con muchos aspectos que conforman un todo
indivisible.” (Hoekema, 1986).

Sobre este símil de la relación entre la mente y el cerebro, Hoekema recoge la


relación entre el cuerpo y el alma como un todo, como partes de un mismo organismo único
e indica sobre el pensamiento y comportamiento humano que “cuando algo le va mal, a
veces necesita cirigía, pero otras veces puede necesitar consejo” (Hoekema, 1986).

Un comentario importante sobre esta compleja relación la da Donald M. Mackay


“no debemos imaginar la “mente” y el “cerebro” como dos clases de “sustancias” que
interactúan. No tenemos por qué pensar en eventos mentales y evento cerebrales como dos
conjuntos diferentes de eventos… Me parece suficiente más bien describir los eventos
mentales y sus eventos cerebrales correspondientes como los aspectos “interno” y
“externo” de una única secuencia de eventos, que en naturaleza total son más abundantes,
hay más contenido en ellos, que lo que se puede expresar en solo categorías mentales o
físicas solas.“ (MacKay, 1980).

En la posición opuesta está el multicotomismo, en que expone que la parte


inmaterial del hombre posee distintas porciones, cada una con su propia y definida función,
tal caso soportado en diferentes porciones de la Palabra como el versículo Deuteronomio
6:5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas.” (Dios). Como esta porción hay otras donde se desglosan distintas partes del
hombre, los que defienden esta posición indican que cual sería la razón de diferenciar estas
partes sino fuera porque son diferentes y tienen su propia función.

Sobre estas distintas posiciones encontramos una reflexión Jhon Macarthur en su


Teología sistemática que dice lo siguiente:

“En Lucas 10:27, por ejemplo, Jesús menciona amar a Dios con todos el “corazón”,
el “alma”, las “fuerzas”, y la “mente”. Usa cuatro términos y ni siquiera menciona al
“espíritu”. ¿Deberíamos llegar entonces a la conclusión de que existe cuatro o cinco o
incluso más partes en la persona humana? No, la parte inmaterial de la persona puede
llamarse “alma”, “espíritu”, o “mente”, pero en ocasiones estas designaciones pueden
referirse a toda la persona. Así pues, estos conceptos se solapan, no son partes distinguibles.
Por tanto, la posición del dicotomismo tiene la base escritural más sólida. ¿Hay, sin
embargo, una designación mejor para el dicotomismo? Como las escrituras presentan a la
persona como un ser unificado pero complejo, se prefiere la designación “unidad
compleja”. (Macarthur, 2018)
7. Conclusión
Hemos hecho un pequeño repaso por cuatro de las principales posiciones sobre lo
composición del hombre, dado lo anterior, podemos encontrar un soporte bíblico casi
inequívoco sobre la existencias de dos naturalezas, una física y otra no física, como lo
vemos en Génesis 2:7 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Dios). Esto y las
múltiples referencias a la vida del alma después de la muerte como en mateo 10:28 dan
muestras de esto, por lo que la posición monista pierde sustento. Por otra parte encontramos
que términos como “corazón” y “mente” hacen referencia a la parte inmaterial del hombre
y no constituyen partes nuevas con su propia sustancia, por lo que la posición
multicotomista no tiene un sentido o practica sustentable claramente en la Palabra.

Lo anterior nos deja entre las posiciones mayoritarias, que son el dicotomismo y el
tricotomismo. Pero claramente en este texto no vamos a determinar inequívocamente cuál
de las dos es la correcta. Personalmente me inclino a decir que el hombre tiene dos partes,
una material y otra inmaterial. Y como sucede con la parte material del hombre, el cuerpo,
la parte inmaterial de hombre tiene diferentes “órganos” que cumplen distintas funciones
del ser inmaterial. Una de estas funciones es la relación con Dios, que claramente está
atrofiado en el hombre natural, por causa del pecado, y por ende es incapaz de hallar a Dios
por sí mismo, aunque quedan algunos vestigios de este funcionamiento en el instinto
natural de percibir en la creación que hay un Creador y quien conduce según su voluntad
los designios de la vida. Este “órgano” espiritual es restaurado por medio de la redención en
Cristo y por esto, desde ese momento, podemos tener una relación personal con Dios.
8. Bibliografía
Dios. (s.f.). La Bibllia Reina-Valera 1960 (RVR1960). Sociedades Bíblicas en América
Latina.

Hodge, C. (1991). Teologia Sistematica, edición en castellano. Barcelona: CLIE.

Hoekema, A. (1986). Creados a imagen de Dios. Grand Rapids: Libros Desafío.

Ladd, G. (1974). Teología del nuevo testamento. Grand Rapids: CLIE.

Macarthur, J. (2018). Teología sistemática, un estudio profundo de la doctrina bíblica.


Editorial Portavoz.

MacKay, D. M. (1980). Cerebros, maquinas y personas. Grand Rapids: Eerdmans.

Sproul, R. C. (2017). Los Seres Humanos Como Cuerpo Y Alma. semperreformandaperu.

You might also like