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DONS Titulo original: 426 Cultural Materialism La traducci6n al castellano de esta obra ha sido publicada por acuerdo de Random House, Inc. ECA CESTR, aoN. ¢ Ab © 199) by Navn Hari 1 Ba, ext Alena Eon, Ay Modi 19 lilin, “8, @ 2000045 we Ns seaiec245 Deptt lea Compute Imnprs 0 HRS OR Wakay http://etnohistoriaenah. blogspot.com. INDICE Reconocimientos we oe os oe» Prefacio Primera parte: El materialismo cultural como estrategis de investigaciéa. Inteoduccién a la primera parte - Se ‘L. Las estrategias de investigacién y la escructurs de la ciencia 2 La epistemologia del materilismo cultural... 3 4 Bator tgogcoe dl mein cultural Eyeilae eles wcras materials caltorsis Seginds parte: Las alternativas ncoduccién 4 Ja segunda parte 10, i Billiogratia EL mater El extructuralisto vecobolola ye redecorisno ‘igs Hl uteri Saeco Ef mandimo estructural EL Halim paeefyicn ¥ cognition El eclecticism. El escurantismo uw ” LER S ws 7 39 183 24 oa 3d 38 am Capitulo 2 LA EPISTEMOLOGIA DE! CA erst 14 DEL MATERIALISMO __ La ciencia empitica es, pues, el fundament cimiento materialista cultural. Sin embargo, in ness ene que nuestra estrategia debe tratar de satisfacer los criterios del co- ‘ocimiento cientiico no nos explica la forma de adguitir dicho co. necimienio en el campo de invesgacién sociocultural. Cuando el : eto de estudio es el ser humano el presunto cientifico se ve en- frcaae lo a un singular dilema. De todas Jas cosas y organismos es- los. Por Ja ciencia, tinicamente el «objeto» humano es asimis- mo sujeto; los objeros» tienen ideas muy desarrolladas acerca de 8 props modes de pensit y comportarse, asf como de les modos sa seo hhacen otras gentes. Ademés, gracias a la traducibilidad smote de ‘todos los lenguajes humanes, nos es posible conccer lo que - seates piensan acerca de sus pensamientos y conducta mediante es eguntas y reaps eCémo Tass un bathonga a su madre? «Ms- ani.» ¢Cisindo sacrifcan sus cerdos los maring? «Cuando t! Ter‘ Gh eee cca tra? «Para vengarnos de los que nos han robado las mujeres.» Por qué repars 408 mantas el jefe kwakiut? Para humor aus te ae Ringin “ 9 de luna escrategia de investigacién Ja caracteriza Ck mods eis decsivo que la manera en que aborda la relacién tre To aye Li gente dicen pensin como aufetosy Ip que tc Pi y hacen como objetos de la investigacion cieatifice, . “4 2, La epistemologia del materialismo cultural 46 Les dilemas epistemolégicos de Marx y Engels En Le ideologia alemana, Marx y Engels se propusieron ende- rezar el estudio de los fendmenos socioculturales centréndose en las condiciones materiales que determinan la existencia humana. Uno 22 los objetivos fundamentales de su estrategia consistia en des- rustificar Ia vida social mediante la destruccién de las ilusiones de crigen social que falsean la conciencia humana: por ejemplo, la iasién de que es la compra y Ia venta, en lugar del trabajo, lo que cet In tiqueza, Describiendo Ia vida social como si brotara cons uotemente de la vida cotidiana de la gente comén, nos hablaror de Ia necesidad de identificar a los individuos «no como puedar esentarse ante la imaginacién propia o ajena, sino tal y como real: mente son...» ‘Tocalmente al contrario de lo que ocurre en Ia filosofia alemana, que desciends Ext ciclo sobre la tierra, gut se asciende de la tierra al cielo. Es decit, no fare de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco de sabre predicado, pensado, representado o imaginado, para cya, arrancand fame ¥ hueso; se parte del hombre real que acta Ge vista, se parte de Ia conciencia considerada como € viente; desde el segundo... del propio individu vivo (Marx y Engels, 1976 [1846]: 3637.) Pero, equé se entiende por «individuos como realmente son» ‘chombre real que acta» ¢ «individuo vivo y real»? @Cuil es la di Jerencia entre personas reales ¢ irreales? ¢Son acaso todos los per tsmientos irreales, 0 sélo algunos? Y en tal caso, goémo se distir sn unos de otros? Es imposible resolver mediante el concepto de «realidad» lo cuestiones epistemoldgicas que Marx y Engels tretaron de form: far. Para los materialisias cientifices, el problema de Jo que es re: 6 irreal queda englobado por entero en las genetalidades del métod Sentifico. Si alguien asegure que los chamanes vuelan, solicitamc pruebas conttastables. Pero nuestra estrategia rechaza la implic Sin de que el pensamiento en si sea «irresl». La materia no es 1 this ni menos tecl que los pensamientos. Decidir si son las ide as entidades materiales las que constituyen Ia base de ta realide 19 es, en rigor, una cuestién de indole epistemoldgica. Se trata « tna euestiOn ontolégica (y estéril, para mas sefias). Los materialist: silo necesitan tealear que Tes eatidades materiales tienen una tencia propia separada de la de las ideas, que los pensamientos ace Sr de Las cosas. y los acontecimientos son separables de ésies. ‘blema epistemolégico central que hay que sclucionar a continv 46 EL materialismo culturs como esteategy se investigaciSn cin consiste en emo obtenct un conocimiento cientifico vélido de ambos dominios sin entremezclarlos. Silos materialistas desean te, solver este problema, sugiero que abandonen la distincisn entre lo greals y lo sirrealy y adopten, en cambio, dos conjuntos diferentes ch distinciones: ‘en primer lugar, la cistincién entre asoatecindeas ve mentales y conductuales; en segundo lugar, la distincién entre scontecimientos de tipo emi y de tipo etic, Empecemos por la pet ‘mera, ‘Los campos mental y conduetual EI estudio cientifico de Ia vida social debe interesarse indistin- tamente por dos clases de fendmenos radicalmente diferentes. De, luna parte estén las actividades que conforman el flujo conductual hur mano: el conjunto de los movimientos sorporales de todos los sence Fhumanos del presente y del pasado y ss efectos ambientales, gran des © pequefios, producidos por tales 1 ovimientos. De otta, todes| los pensamientos y sentimientos que lo. seres bumanos experimen!» famos mentalmente. La peculiaridad de ambos dominios queda de, mostrada por Ja necesidad de recurrir 1 operaciones diferentes al abjeto, de formular afirmaciones cientifiamente verosimiles acerca de cada uno de ellos. Para desctibir el yniverso de las expericncioe mentales, debemos emplear operaciones wapaces de desentratiar lee Pensamientos @ Ia gente. En cambio, pa: describir los movimientos corporales y su fectos externos no hace calta descubris en qué pice. san. quienes los cealizan (no es necesario, al menos, si se adopta la osicién epistemol6gica del materialismo cultural). Con todo, la distincién entre acontecimientos mentales y con- ductuales nos deja sélo a medio camino en lo que ataie a le sole. cign del dilema de Marx y Engels, Resta el heebo de que los pense. mientos y Ia conducta de los patticipantes pueden re desde dos perspectivas distintas: desde la de los propios panicipantss y desde Ia de los observadores. Es posible, cn ambos cason, la des ripciéa cientifica —esto es, objetive— ce Ins campos mental y Genductual. Pero en el primero, los ccnceptos y cistinciones emplea, os por ios observadores son ‘sigificeivos y zpropiades. para los Barticipantes; mientras que en el segundo, lo som para los observa, lores. Siempre que se dé satisfacciéa 2 las exigencias de contraste bilidad y duplicabilided empiricas, cualquiera de les dos perspectivas odré conducit @ un conocimiento «reals y no imaginasio de acew tecimientos mentales.y conductueles, un cuand difietan ‘las en, stipciones resultantes. 2. La epistemologia cel materialismo cultural a7 Emie y etic Dado que cabe presentar, objetiva y subjetivamente, tanto el punto de vista del observador como el de Jos participantes, segiin las operaciones empiricas empleadas por el observador, no podemos utilizar los términos «objetivon y «subjetivos sin ocasionar gran confusién, Para evitar tal riesgo, muchos antropélogos han adoptado los términos emic y etic, introducidos por el lingiista antropoldpico Kenneth Pike en su obra Language in Relation to a Unified Theory of the Structure of Human Behavior, Lo que caracteriza a las operaciones de tipo emic es la elevacién del informante nativo al status de juez tltimo de la adecuacién de Jas descripciones y andlisis del observador. La prueba de la adecua. cién de los andlisis emic es su capacidad para producir enunciados que el nativo pueda estimar reales, con sentido 0 apropiados, Al tew lizar_una_investigacién_desde_esta’perspectiva, lo que el observador trata de esclarecer.son las categorfas y reglas cuyo conocimiento es necesario para pensar y actuar como un nativo, Se trata, por ejem- plo, de aprender qué regla subyace al empleo de un término de pa entesco idéntico para designar a la madre y a la hermana de la madre entre los bathonga; o de saber en qué ocasiones es apropiado humillar a los huéspedes entre los Jewakiutl. EI rasgo distintivo de las operaciones de tipo etic es Ia eleva- cién de los observadores al status de jueces ihimos de las catego. rias y conceptos empleados en las descripciones y andlisis. La pruc. ba dela adecuacién_de las descripciones etic es tinica y exclusiva, u_capacidad para_generar teorias fructiferas desde un punto cientifico. sobre las causas de las semejanzas y diferencias socioculturales. En lugar de tener que utilizar concepios que’ sean necesariamente reales, significativos o apropiados para la éptica na- tiva, el observador puede recurrir a categorias y reglas ajenas a la situacién procedentes del lenguaje cientifico, A’menudo, las opera. ciones_etic entrafan la_medicién_y yuxtaposicién.de_ actividades. acontetimientos_quelos informantes nativos tal vez estimen impro. pios 0 carentes de significado, EI siguiente ejemplo demuestr:, a mi entender, la tremenda im- portancia de la diferencia entre el conocimiento de tipo emic y el de tipo etic. En el distrito de Trivandwan del estado de Kerala, en la India meridional, tuve ocasién de entrevistar a agricultores acerca de las causas de muerte de su ganado doméstico, Todos y cada uno de los agricultores entrevistados insistfan en que jamés acor- tarian deliberadamente Ia vida de uno de sus animales, que jamée se Jes ocurriria matarlos o dejarlos morit de hambre. ‘Todos afin co EL materialise cultural como estrategia de investigaicn aban con vehemencia la justicia de la prohibicién hindi de sacri- ficar Jos bovinos domésticos. Sin embargo, las historias reproducti vas de los animales que me ocupaban evidenciaban que la tasa de mortalidad de los ternetos superaba en més del doble a la de las ctias del sexo contrario. De hecho, el nimero de hembras entre cero y un aifos superaba al de los machos pertenecientes al mismo grupo de edad en una proporcién de 100 @ 67. Los propios agri. cultores no desconocen el hecho de que los machos suclen fallecer ‘con mayor frecuencia que las hembras, pero lo atribuyen a la rela- tiva debilidad» de los primetos. «Los machos enferman con més facilidedy, suclen decit. Cuando les pregunté cémo explicaban esta propensidn, algunos respendieron que los machos comfan menos que las hembras. Unos cuantos sugirieron que esto se debia a que ape: ‘pas se es permitia estar unos pocos segundos junto a las ubres de la madre. A nadie, empero, se le ocurrié sefalar que, dado que Ja demanda de animales de traccién es muy escasa en ‘Kerala, se decide criar a las hembras y desechat los machos. Con arreglo a la perspectiva emic de la situacién, nadie acor- tarfa a sabiendas o deliberadamente la vida de un tetnero. Una y mil veces se me dijo que toda cria, independientemente de su sexo, tiene derecho a la vida. La perspectiva etic, en cambio, nos indica ue las proporciones de sexos del ganado se ajustan de ‘una manera sistemética a las necesidades de la ecologia y economia locales me- diante un ebovicidio» preferencial de los machos. Aunque no se s3. ctifica directamenze a los ternetos no deseados, se los deja morit de hambre, mis 0 menos répidamente. Desde un punto de vista emic, no existe ninguna relacién sistémica entre In proporcién de sexos observada en Kerala y las condiciones ecolgicas y econdmi cas locales. Sin embargo, la. suma importancia de esta relacién sis. témica puede deducirse del hecho de que, en otras regiones de la India, en Jas que prevalecen diferentes condiciones econdmics y scol6gicas, se practica un dovicidio preferencial etic que afecta a las hembras en vez de a los machos y que, en el estade de Uttar Pra. desh, da por resuleado une proporciéa de sexos en el ganedo aduleo de ms de 200 bueyes por cada 100 vacas. En el capitulo antetios, aludi al problema de la faita de opets- ionalizacisn de los términos, que impide a los cientificos sociales no slo resolver ciertos rompecabezas, sino también comuniear efi smente Jos resultados de sus investigaciones. El primer y més ‘encillo paso hacia la operecionalizacién de conceptos como status, rol, clase, casta, trbu, Estido, agresién, explotacién, familia, paren tesco, ofcn, consists en esprcificar el vipo de operucion, eiic 6 ete de que mos hemos servido para adquirir el conocimiento que ali 2. La epistemologis del materilismo cultural 9 mamos poseer sobre estas entidades. Las propias nociones de con. ttastabilidad y duplicabilidad se convierten en papel mojado can do Ia visidn del mundo de los observados se halla caprichosamente enmarafiads con Ia visién del mundo del observador.:Como trataré de mostrar més adelante, toda estrategia investigativa que no dis tinga entre los acontecimientos pertenecientes a los flujos mental y conductual, y entre las operaciones emic y etic, serd incapaz de des. arrollar un conjunto coherente de teorfas concerniente a Jas causas de las semejanzas y diferencias socioculturales. Y a priori, me incl no a penser que las estrategias que se limiten exclusivamente a la perspectiva emic o a Ia etic no pueden satisfacer los criterios de una ciencia orientada hacia metas de una manera tan efectiva como aquellas que abarcan ambos puntos de vista. Los puntos de vista emic y etic y la objetividad Kenneth Pike formé las voces «etic» y «emicn a partir de los sufijos de los términos phonetic (fonético) y phonemir (fonémico). Las descripciones fonéticas de los sonidos de un Ienguaje se basan en una taxonomia de los drganos corporales que intezvienen-en la produccién de las emisiones lingiifsticas y de las ondas sonoras, que ‘constituyen sus efectos ambientales caracteristicos. Ast, los lingtis- tas, desde vn punto de vista etic, distinguen las’ unidades f6nicas sonoras de las sordas, segiin conlleven o no vibracién de las cuerdas voeales; los sonidos ‘aspirados de los no aspirados, segdn el grado de aperture de la glotis; los Iabiales de los dentales, segiin la po- sici6n relativa de la lengua y los dientes. El hablante nativo no rea. liza estas discriminaciones. En cambio, las desctipciones emic de los sonidos del lenguaje se basan en el sistema implicito o inconsciente de contrastes fonoldgicos inscrito en las mentes de los hablantes na tivos y que éstos utilizar para identificar el significado de las ex presiones de su: lenguaje En Ia lingiistica estructural Jos fonemas —unidades f6nicas mt nimas de cerdcter distintivo que cabe delimitar en un lenguaje par- ticulst— se distinguen de los sonidos no significantes y no distin. tivos y ente si mediante una sencilla prueba operativa, Si la sus ign de un sonido por otto, en un mismo contexto fnico, pro duce un cambit» en cl significado de la palabra en cuestida, ambos fendmenos ejeiaplfican (pertenecen a la clase de) dos fonemas dife- rentes. Ast, ls p y la b de pit y bit ejemplifican dos fonemas ingleses diferentes porque los hablantes nativos reconocen en pit y bit (y en pat y bat, en pull y bull, etc.) dos palabras con distintos significa. 30 EL materalismo cultural como estratepia de inv-stigaion dos. La py la & habladas poseen Ia condicién de fonemas no por- que sean diferentes desde un punto de vista etic, sino porque los hrablantes nativos perciben su part incluit_o excluir @ personas presentes © ausentes en la vivienda Asi, en Brasil, tuve que idear una serie de instrucciones especificas telativas a los ahijados y sirvientes, los cuales, con atreglo a las formas emic, no podian considerarse miembros de la case en la que tesidian permanentemente, No obstante, una vez que mi asistente fue instruido en las distinciones apropiadas desde un punto de vista etic, ef estatuto epistemol6gico de sus datos no era menos etic que el de los mios. La perspecti emic y Ia conciencia Pike y otros investigadores que han utilizado Ia lingitistica come paradigma para el anélisis emic subrayan el hecho de que las res ppuestas inmediatas de Jos hablantes no suministran necesariamente los modelos estructurados que son el producto final deseado de los anilisis emic. Por cjemplo, para determinar si las dos p de paper (la primera de las cuales es aspirada) son idénticas o diferentes des dle un punto de vista fonémico, no se puede recurrit a la capacidad autoanalftica consciente del nativo. Es imposible inducir a los na tivos a enunciar el sistema fonémico de su propio lenguaje. Tam- ppoco pueden enumerar las reglas gramaticales que les petmiten ge- nnerar oraciones gramaticales. Consecuentemente, muchas de las des ctipciones emic constituyen modelos © «estructuras» de las que los informantes no son conscientes. No obstante, la validez de estos mo: delos emic radica en su capacidad para producir mensajes que cl actor native juzga, conscientemente, apropiados y_significativos. Por lo cemis, Pike también prevé el caso que denomina bipés- tasis: a saber, el enunciado por parte del hablante de reglas estruc- turales conscieates, como «no se debe usar la doble negacién». La hipdstasis se ace mucho més corriente cuandc pasamos de las res- puestas relativas a Ia estructura dol lenguaje a las relativas a la estructura del pensamiento y el comportamiento. La naturaleca de preguntas como «Por qué se hace esto?», «Pare qué sitve est0?», we de hambre a los machos» puede inferirse del permanente des- A libri. de la proporcién de sexos, Como sefalé anteriormente, ls Feipuestas de alzunos agricultores de Kerala a la pregunta de, pot BaP Comen los. machos menos que las bembras se acerean inucho ae “pla. Dicho de otro modo, las descripciones etic de la vide Srental pueden cumplit la funcidn de ayudarncs a sondear ls mente Fe los faformantes en lo que concierne a creencias 0 reglas poco sobresalientes o inconscientes. TEI camino que lleva al conocimiento etic de la vida mental se hulla plagado de peligros y obstéculos. Si hacer inferencias acetcs 4e log pensamientos de nuestros amigos y parientes més préximos ‘quiere ya una extrema prudencia, ni que decir tiene que los rit FeaSem canto mis clevados cuando se trata de los pensamientos de entes de culturs diferentes. El siguiente caso nos servird de tien Bigs Los nifos de una pequcha ciudad brasilefa sollan jr 2 lt es Brela Hevando puesto un solo zapato. Cuando Jes solicitabe una ox pliracién de su conducta se sonrojaban y respondian que tenfan 48 Peri Gl pie descalzo. Sin embazgo, Jamas pude observar que les perjesa ‘nada en ese pic. sia palpable discrepancia entre lo que Cheervaba y lo que los nifios afirmaban acerca de la situacisn me flevd a realizar una inferencia falsa en cuanto a sus verdaderas mo see aes, Sapese que, como eran nifis, preferfan ir a ta escucle decralzos, y como esto no estaba permitido, se inclinaban por une ssfacién jntesmedia. Pero lo que, en realidad, ocunria en sus mentes seererno. supe después. de interropar a los nics y a sus padres, Slgo completarnente distinto. Los informantes sabian que le. meio? ale comPijos rapatos, pero. por razones de economia familar, los Sifos se ponian solamenite uno, permitiendo asf que des hermanos pudiesen comparcir un mismo par. Tos psicoaalistas y sus pacientes conocen bien les peligros qe ceatraza ‘hacer inferencias que contradigan lo que ientc dice que se basen ‘inicamente en las interpretaciones que el Je ig conduct de aquél. Algunos psicoanalistas le encuentran 1? de ae coro 8 tour si el paciente Higa teraprano a la sesion, ello ralista 6 EI materialsmo culeural como estratgia de investigaciéo es signo de «ansiedado; si es puntual, de ). estudiv tex como premisa el supuesto de aue los si dos etic que yacen en la superficie de los actos lingiiistcos se 60 esponden, de siguna manera, con Jo que ocurre en las meates de Ins participantes, Por To general, as personas no dicen «sal» o «sién tater cuando lo que quieren decir es

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