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TÓTEM Y TABÚ

Freud elaboró la teoría de que el ser humano viene al mundo con una
herencia filogenética que llamó herencia arcaica. Esta herencia no sólo predispone
a los individuos sino que tiene marcas de recuerdos vividos por nuestros
ancestros. Para Freud cada individuo en forma ultra abreviada reproduce una
repetición de los sucesos más importantes experimentados por la especie humana
en sus comienzos. Con esto confirmó sus hallazgos en sus teorías del complejo
de Edipo, castración, rivalidad fraterna, ambivalencia afectiva, etcétera.

Freud basará su teoría en tres puntos dignos de atención: la sociedad se


establece sobre la responsabilidad de un crimen colectivo, la religión lo hace sobre
la conciencia de culpabilidad y la moral sobre los intereses de la nueva sociedad y
el perdón que exige la culpabilidad. Esto es explicable partiendo del concepto de
horda primitiva y tabú de Freud. Para Freud las diversas sociedades humanas se
habrían iniciado con una horda que era gobernada por un macho, que era a su vez
el jefe y padre de la misma con características totalitarias y despóticas, el cual era
el dueño de todas las mujeres y además gobernaba a todos los demás hombres.

Los hijos de este jefe patriarcal poseían sentimientos ambivalentes hacia el


mismo en diferentes períodos de su relación filial, sintiendo odio y amor. De esta
forma cuando el instinto sexual en los machos jóvenes de la horda y el deseo
hacia las mujeres de las cuales el dueño era su propio padre, éstos, cuando sus
impulsos hostiles coincidían con los sexuales mataban al padre para comerlo. Al
producirse esto, y luego de apagados los impulsos hostiles contra el padre ya
muerto, los impulsos cariñosos aparecían y nacía el sentimiento de culpa.

Esto dio origen al tabú totémico que prohibía matar y destruir el objeto
totémico, así como la comida totémica. Cabe agregar que al morir el padre, los
hermanos pasaban automáticamente a ser rivales en la posesión de las mujeres,
generando el segundo tabú fundamental, que era prohibir la posesión de las
mujeres del padre.

Para Freud este proceso se repite en el hombre actual de forma


inconsciente y tiene un ejemplo muy claro en el hombre neurótico. (Esto
confirmaría ciertas teorías del inconsciente colectivo de Jung). Aquí entonces se
pueden apreciar los sentimientos ambivalentes hacia el padre y los deseos
incestuosos así como las sensaciones de culpabilidad, elementos constitucionales
de la generación edípica. Los tabúes de asesinato e incesto se reemplazan en la
neurosis por la prohibición que se autoimponen los neuróticos obsesivos.
Como resumen, estos dos tabúes fundamentales se establecen en la
necesidad de reprimir los impulsos hostiles e incestuosos que coinciden con la
represión de los mismos impulsos en la neurosis contemporánea. Para vivir en
sociedad, tanto en los pueblos primitivos como actualmente, es preciso reprimir
estos impulsos. Freud afirma que los hombres están condicionados por una
herencia ancestral que puede explicar las neurosis y manifestaciones sociales
actuales. De esta forma, estudiando la neurosis actual, se podrían comprender las
sociedades primitivas.

Lo realmente importante es que Freud ha demostrado teóricamente que los


principios de la humanidad han dejado una marca atemporal y profunda en los
seres humanos y en lo que podríamos llamar legado mental ancestral de la
especie, el cual a mi modesto entender es trasmitido genéticamente. Si esta
transmisión generacional es cierta, la sensación de culpabilidad que viajaría de
generación en generación es la fuente de donde toda religión actuaría como
procedimiento mágico-inconsciente para apaciguar dicha culpabilidad.

Por tal razón los sentimientos de culpabilidad no desaparecerán jamás en el


desarrollo ulterior de las religiones.

El Cristianismo sería tan sólo un camino diferente para apaciguar esa


sensación de culpabilidad. El mito cristianizado habla de un pecado original o falta
innata inconsciente que representa al deseo hostil. Esta falta o pecado es un
pecado en sí mismo contra el Dios Padre. Así, Cristo, como judío, debía
sacrificarse por el asesinato del pueblo judío contra Moisés (Dios Padre) y según
la ley del Talión, la culpa de asesinar al Padre Dios debe ser pagada con otro
asesinato en este caso del Hijo para así ser redimido. Pero no sólo se busca la
conciliación con el padre (tabú primario) sino que además se renuncia totalmente
a la mujer, que era la causa de la rebelión del hijo contra el padre (Castidad y Mo-
nacato).

Pero aquí también se manifiesta la ambivalencia y hasta la contradicción.

Este sacrificio del Hijo, dejándose matar y renunciando a la mujer, a su vez


significa que el hijo se convierte en Dios (Dios Hijo). Así, la religión judía patriarcal
es suplantada por esta segunda religión. Pero igual se resucita la comida totémica
(comunión), en la cual los hermanos comen la sangre y la carne de Dios para
identificarse con él.
Freud teoriza en los siguientes puntos de contacto entre los tabú de los
pueblos primitivos y las neurosis obsesivas:

1) Los tabú y las prohibiciones obsesivas no tienen motivación aparente


pero cuando surgen el individuo las percibe por medio de la angustia que lo
coerciona.

2) Existe una fuerza de desplazamiento y contagio.

3) Existe una causa de ceremonias, actos que son producto de


prohibiciones.

4) Hay un estado ambivalente afectivo.

5) Transgredir el tabú causa culpabilidad o remordimiento, lo que establece


una manifestación de una moral arcaica. Romper el tabú o ceremonial obsesivo
genera culpabilidad. La conciencia Tabú y Moral nacen de la ambivalencia
afectiva. El tabú es un producto de la conciencia moral.

El Totemismo y la Religión: para Freud la religión totémica nació como


consecuencia de la necesidad de los hijos de apaciguar los sentimientos de
culpabilidad de los hijos asesinos para conciliarse con el padre por medio de una
obediencia retrospectiva. Según Freud, sus investigaciones psicoanalíticas
comprueban que el ser humano concibe a Dios a la propia imagen y semejanza de
su padre carnal. Esta relación de individuo-padre es la misma que abriga el
individuo con Dios. Dios es objeto de sublimación del padre. A casi todo dios se le
consagra un animal totémico, o se lo representa con éste, y Dios al final
representa al animal totémico que genera el sentimiento religioso.

Así el Tótem es la primera substitución del Padre, y luego Dios es la


segunda substitución o posterior. Existe una clasificación freudiana de las
diferentes teorías del totemismo, en nominalistas, sociológicas y psicológicas.
Pero el mismo Freud establece un camino totalmente diferente en este trabajo a
partir del Psicoanálisis que intenta interpretar los orígenes de la humanidad
proyectándose sobre la misma antropología.
Análisis:

El totemismo es un sistema que en algunos pueblos primitivos de Australia,


América y África reemplaza a la religión y constituye la base de la organización
social. Según Sigmund Freud en su libro Tótem y tabú, al analizar las costumbres
y la organización de los aborígenes de Australia, se da cuenta de que éstos no
construyen casa ni cabañas sólidas, no cultivan el suelo, no poseen ningún animal
doméstico, tampoco tienen reyes ni jefes, los asuntos son resueltos por la
asamblea de los hombres adultos, además es muy dudoso que pueda
atribuírseles una religión rudimentaria bajo la forma de un culto tributado a seres
superiores. Freud apunta que las tribus australianas se dividen en grupos más
pequeños, clanes, cada uno de los cuales lleva el nombre de su tótem, que suele
ser un animal comestible, y a veces una planta o fuerza natural, que se hallan en
una relación particular con la totalidad del grupo. El tótem es un antepasado del
clan y su espíritu protector, envía oráculos a sus hijos y les protege en casos de
peligro. Los individuos que poseen el mismo tótem están sometidos a la sagrada
obligación de respetar su vida y de abstenerse de comer su carne o aprovecharse
de él en cualquier otra forma, su violación trae consigo un castigo automático. El
tótem se transmite hereditariamente, generalmente por la vía materna. Además la
subordinación al tótem sobrepasa la debida a la tribu y relega a un segundo
término el parentesco de sangre.

La palabra tabú es polinesia. Para nosotros tiene dos significaciones


opuestas, por un lado significaría lo sagrado o consagrado, y por el otro, lo
inquietante, peligroso, prohibido o impuro. El concepto de tabú entraña la idea de
reserva, y se manifiesta esencialmente en prohibiciones y restricciones, que llevan
aparejado el temor a lo sagrado. Según Freud, las restricciones tabúes se
diferencian de las prohibiciones puramente morales o religiosas, en que no
emanan de ningún mandamiento divino, sino que extraen de sí su autoridad, y que
carecen de todo fundamento, ya que su origen es desconocido, incomprensibles
para nosotros, aunque parecen naturales a aquellos que viven bajo su imperio. El
tabú puede definirse como una serie de limitaciones, como por ejemplo, la
prohibición de comer determinados alimentos, a las que se someten los pueblos
primitivos, ignorando sus razones, y sin preocuparse siquiera de investigarlas,
pero considerándolas como cosa natural y convencidos de que su violación los
atraería los peores castigos.

Freud concluye diciendo que el tabú no es una neurosis, sino una formación
social y que el predominio de las tendencias sexuales sobre las sociales
constituye un rasgo característico de la neurosis, pero que estas mismas
tendencias sociales han nacido de la mezcla de elementos egoístas y eróticos.
1 Capítulo "El retorno infantil al totemismo", hay una cita de Frazer.

2 Capítulo "El retorno infantil al totemismo", a continuación, busca: "Pueden


distinguirse, pues, tres variedades..."

3 Capítulo "El retorno infantil al totemismo", a continuación.

4 Capítulo "El retorno infantil al totemismo", "En su descripción especial del


totemismo como sistema religioso nos enseña Frazer que los miembros de una
tribu se nombran..."

5 "Sustituyendo ahora el matrimonio individual por el matrimonio de grupo,


se nos hace ya comprensible el rigor, en apariencia excesivo, de la prohibición del
incesto que en estos pueblos observamos. La exogamia totémica, esto es,...",
capítulo 1, también está en el capítulo "El retorno infantil al totemismo", algunos
párrafos más adelante desde el punto anterior: "Nos hallamos aquí en presencia
de la exogamia..."

6 Capítulo "El retorno infantil al totemismo", "El retorno infantil al


totemismo", empieza más o menos tal que: "Los niños se interesan más por los
animales y se sienten más cerca de ellos que de los adultos, pero sin embargo
desarrollan zoofobias."
EL TABÚ Y LA AMBIVALENCIA DE LOS SENTIMIENTOS, LA CONCIENCIA
MORAL

Ahora bien, para Freud, los tabúes y las prohibiciones obsesivas tienen un
origen común, esto es, nacen de la ambivalencia de los sentimientos, de la actitud
ambivalente de un sujeto y de los pueblos primitivos en los cuales sé de un
conflicto entre la prohibición, que es consciente, es decir, el horror que el objeto o
el acto le inspira, y la tendencia, que es inconsciente, el sujeto la desconoce pero
siente el deseo de realizar el acto prohibido. En el desarrollo clínico de la neurosis
se ha descubierto que esta se rige por la ley de la asociación, la tendencia
prohibida se va desplazando para escapar de la prohibición a otros objetos y actos
sustitutivos, pero la prohibición sigue estos desplazamientos y recae en los nuevos
fines elegidos. Freud señala que la base del tabú es un acto prohibido a cuya
realización impulsa una enérgica tendencia localizada en lo inconsciente. El que
realiza el acto prohibido viola el tabú y se hace tabú a su vez, porque posee la
facultad peligrosa de incitar a los demás a seguir su ejemplo, es decir, inducir en la
tentación de infringir la prohibición, por lo que el sujeto resulta contagioso.

Como resumen de lo comprendido del tabú tras su comparación con la


prohibición obsesiva del neurótico, Freud dice que el tabú es una prohibición muy
antigua dirigida contra los deseos más intensos del hombre (aunque esto es
indemostrable), que la tendencia a transgredirla persiste en lo inconsciente, que
los hombres que obedecen al tabú observa una actitud ambivalente con respecto
a aquello que es tabú, que la fuerza mágica atribuida al tabú se reduce a su poder
de inducir al hombre en tentación, se comporta como un contagio porque el
ejemplo es siempre contagioso y porque el deseo prohibido se desplaza sobre
otros objetos, y que la expiación de la violación de un tabú por renunciación
prueba que es un renunciación lo que constituye la base del tabú.
IV

Ofrecían en sacrificio manjares y bebidas; el hombre sacrificaba a su dios


aquello de que él mismo se alimentaba: carne, cereales, frutas, vino y aceite, no
existiendo restricciones ni excepciones sino con respecto a la carne. Los animales
ofrecidos en sacrificio eran consumidos a la vez por el dios y por sus adoradores,
y únicamente las ofrendas vegetales se reservaban al dios, sin participación del
hombre. Es indudable que los sacrificios de animales son los más antiguos y
fueron al principio únicos. La ofrenda de vegetales tuvo como fuente la de las
primicias de todos los frutos, y representaba un tributo pagado al dueño del suelo.
Pero los sacrificios de animales son anteriores a la agricultura. Ciertas
supervivencias lingüísticas muestran de un modo irrebatible que la parte del
sacrificio destinada al dios era considerada al principio como su alimento real.
Pero esta representación llegó a hacerse incompatible con la progresiva
desmaterialización de la naturaleza de la divinidad, y se creyó eludirla no
asignando a la divinidad sino la parte líquida de la comida. El uso del fuego
permitió más tarde preparar los alimentos humanos en una forma más apropiada a
la esencia divina, y la carne sacrificada fue quemada sobre el altar, ascendiendo
su humo a las moradas celestes. Como brebaje, se ofrecía primeramente al dios la
sangre del animal sacrificado, sustituida luego en épocas posteriores por el vino, al
cual se consideraba como la «sangre de la vid», nombre que aún le dan los poetas
de nuestros días.

La forma más antigua del sacrificio, anterior a la agricultura y al uso del


fuego, era, pues, el sacrificio animal, en el que la carne y la sangre eran
consumidas en común por el dios y sus adoradores, siendo requisito esencial que
cada partícipe recibiese su porción. Tales sacrificios constituían una ceremonia
pública y una fiesta celebrada por el clan entero. La religión era, en general, algo
común, y el deber religioso, una obligación social. Los sacrificios y las fiestas
coincidían en todos los pueblos, pues cada sacrificio comportaba una fiesta y no
había fiesta sin sacrificio. El sacrificio-fiesta era una ocasión de elevarse
alegremente por encima de los intereses egoístas y hacer resaltar los lazos que
unían a los miembros de la comunidad entre sí y con la divinidad. La fuerza moral
de la comida pública de sacrificio reposaba en representaciones muy antiguas,
relativas a la significación del acto de comer y beber en común. Comer y beber
con otra persona era a la vez un símbolo de la comunidad social y un medio de
robustecerla y contraer obligaciones recíprocas. La comida de sacrificio expresaba
directamente el hecho de la comensalidad del dios y de sus adoradores, y esta
«comensalidad» implicaba todas las demás relaciones que se suponían
existentes. Ciertas costumbres, que aún hallamos en vigor entre los árabes del
desierto, muestran que lo que daba a la comida en común esta fuerza de unión no
era un factor religioso, sino el mismo acto de comer. Aquellos que han compartido
con tales beduinos un poco de comida o han bebido leche de sus rebaños no
tienen ya que temer nada de ellos, y pueden por el contrario, contar con su ayuda
y con su protección, aunque no indefinidamente, sino sólo durante el tiempo que el
alimento ingerido permanece en el cuerpo. Resulta, pues, que el lazo de la
comunidad es concebido de una manera puramente realista, y precisa para ser
duradero de la repetición del acto que lo origina.

Representémonos ahora la escena de la comida totémica, añadiendo a ella


algunos rasgos verosímiles que no hemos podido tener antes en cuenta. En una
ocasión solemne mata el clan cruelmente a su animal totémico y lo consume crudo
-sangre, carne y huesos -. Los miembros del clan se visten para esta ceremonia
de manera a parecerse al tótem, cuyos sonidos y movimientos imitan, como si
quisieran hacer resaltar su identidad con él. Saben que llevan a cabo un acto
prohibido individualmente a cada uno, pero que está justificado desde el momento
en que todos toman parte de él, pues, además, nadie tiene derecho a eludirlo. Una
vez llevado a cabo el acto sangriento, es llorado y lamentado el animal muerto. El
duelo que esta muerte provoca es dictado e impuesto por el temor de un castigo, y
tiene, sobre todo, por objeto, según la observación de Robertson Smith referente a
una ocasión análoga, sustraer al clan a la responsabilidad contraída. Pero a este
duelo sigue una regocijada fiesta en la que se da libre curso a todos los instintos y
quedan permitidas todas las satisfacciones. Entrevemos aquí sin dificultad la
naturaleza y la esencia misma de la fiesta. Una fiesta es un exceso permitido y
hasta ordenado, una violación solemne de una prohibición. Pero el exceso no
depende del alegre estado de ánimo de los hombres, nacido de una prescripción
determinada, sino que reposa en la naturaleza misma de la fiesta, y la alegría es
producida por la libertad de realizar lo que en tiempos normales se halla
rigurosamente prohibido. Pero ¿qué significa el duelo consecutivo a la muerte del
animal totémico y que sirve de introducción a esta alegre fiesta? Si la tribu se
regocija del sacrificio del tótem, que es un acto ordinariamente prohibido, ¿por qué
lo llora al mismo tiempo? Sabemos que la absorción del tótem santifica a los
miembros de la tribu y refuerza la identidad de cada uno de ellos con los demás y
de todos con el tótem mismo. El hecho de haber absorbido la vida sagrada,
encarnada en la sustancia del tótem, explica la alegría de los miembros de la tribu,
con todas sus consecuencias.
EL RETORNO INFANTIL AL TOTEMISMO
El sistema totémico es de carácterreligioso en el sentido de que la relación
con el animal totémico es de respeto mutuo y protección. El tótem alerta a los
miembros del linaje, anuncia el futuro y de esta forma, es el conductor. Social
entanto regula las interacciones de quienes pertenecen al linaje y de estos
respecto a otros linajes. Existen tres líneas teóricas que intentan explicar el origen
del mismo: Nominalistas, Sociológicas yPsicológicas. La teoría sociológica de
Spencer indica que el tótem representa el conjunto de la sociedad, o sea, que el
tótem sería la caracterización corpórea de toda la comunidad, venerada por
sucapacidad unificadora y cooperante entre los integrantes. La línea nominalista
establecería que los jefes de los primitivos tuvieron nombres de animales por
ciertas cualidades que se podían asimilar conellos y que con el tiempo esa
frontera desaparecería, haciendo que los descendientes asumieran que el tótem
fue, en el inicio, un animal. La teoría psicológica de Frazer postularía que el
totemismo esuna creación de la mujer, quien asume que el tótem es quien
fecunda. Freud construye un mito “fuera del tiempo”, en la línea de que es un
acontecimiento que no puede ser probado, pero que sinembargo, ocurrió.
Apoyado por ideas Darwinianas sobre los primates superiores, Freud explica que
en un inicio, aquello que se transformó en humano vivía en hordas.
Conocimiento previo:

Aun no tenía algún conocimiento sobre los temas presentes, aunque me fue un
tanto exorbitante.

Temas principales:

Horror al incesto: La vida de los salvajes es un estadio previo de nuestro


propio desarrollo cultural. Si esto es cierto, encontraremos notables concordancias
entre la psicología del salvaje y la psicología del neurótico, y podremos
comprender ambas bajo una nueva luz.

El tabú y la ambivalencia de los sentimientos.

De que me doy cuenta al leerlo:

Este volumen reúne algunos de los textos a través de los cuales Freud fue
fraguando su concepción definitiva del psicoanálisis. La tragedia de Edipo, que se
halla en el origen de los conflictos del individuo, equivale en el contexto de lo
social al parricidio en la horda primitiva y constituye la clave para entender
asimismo el origen de nuestra civilización.

Que me parece mejor del libro:

Entonces uno puede concebir una ciencia que estudia la vida de los signos
en la vida social; sería una parte de la psicología social y en consecuencia de la
psicología general; Lo llamaremos semiología (del griego semeion, "signo"). Ella
nos enseñará qué signos consisten, qué leyes los rigen. Como tal la ciencia
todavía no existe, no se puede decir lo que será; ella tiene derecho, sin embargo,
a la existencia; Su lugar está determinado de antemano. La lingüística es sólo una
parte de esta ciencia general; leyes que la semiología descubrirá aplicables a la
lingüística y esto está vinculado, al ver que se enfrenta a un conjunto bien definido
de los acontecimientos humanos en la zona.
De que me puede servir en mi ámbito de prácticas

Así, la estirpe totémica reemplaza a la familia realmente consanguínea,


tanto que un hijo llama 'padre' no sólo a quien lo engendró, sino a cualquier otro
hombre que pudiera haberse casado con su madre. Tal parece ser la herencia del
viejo sistema del matrimonio grupal, donde un cierto número de hombres pueden
fecundar otro cierto número de mujeres. La rigidez de la prohibición del incesto se
podría entender como forma de prevenir el incesto grupal.

Que es lo que no me gusto del libro tótem y tabú

Es un tanto reburujado, casi en la mayoría de los temas se enfrasca en lo


mismo repitiendo los mismos conceptos y temas.

Que aprendizaje general me quedo:

La vida de los salvajes es un estadio previo de nuestro propio desarrollo


cultural. Si esto es cierto, encontraremos notables concordancias entre la
psicología del salvaje y la psicología del neurótico, y podremos comprender ambas
bajo una nueva luz.
CENTREO DE ESTUDIOS SUPERIORES
MUNDO MUEVO

TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD

IVONNE MEDRANO LERMA

TÓTEM Y TABÚ

EDGAR OMAR PALMA RAMIREZ

3 SEMESTRE

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