Professional Documents
Culture Documents
ESCLAVOS (PARTE I)
por Angel 130 comentarios Sígueme en Twitter
preparado!
Ángel.-
***
Es triste, pero existen muy pocos hombres libres hoy en día. La mayoría de la gente
se pasa la vida realizando tareas que odian, tienen a alguien que les dice a qué hora
deben levantarse y cuándo pueden irse de vacaciones, y nunca disponen de tiempo
para hacer lo que de verdad les apasiona.
Afortunadamente, tú no tienes por qué vivir así. Es posible ser libre en un mundo de
esclavos.
Este es un manifiesto sobre la libertad; sobre por qué es importante y sobre cómo
conseguirla.
Lo he escrito para todas aquellas personas que están insatisfechas con su vida
laboral. Que se sienten atrapadas en un trabajo del que no pueden escapar, y que ven
como los días pasan y pasan sin que nada cambie. Creo que lo que necesitan
realmente no es más dinero ni mejores condiciones, sino más libertad.
Sea cual sea tu situación, espero que lo disfrutes y que alguna de las ideas que te voy
a presentar a continuación te ayude a ser más feliz.
El origen de la infelicidad
No es ningún secreto que la mayoría de la gente está insatisfecha con su vida laboral.
Las encuestas dicen que al 80% de los españoles no les gusta su trabajo, y mis
lectores suelen describirme su situación con frases como estas:
Tienen facturas que pagar e hipotecas que devolver, y necesitan ese sueldo para
poder cubrir todos estos gastos. En otras palabras: son esclavos de su salario.
Esta dependencia, esta necesidad de ingresar dinero todos los meses para poder
sobrevivir, les obliga a tomar decisiones subóptimas y a hacer cosas que no les
gustan, como aceptar un sueldo de 700 euros al mes o tragar cuando el jefe les obliga
a hacer horas extras no remuneradas. No es que sean estúpidos; es que no les queda
más remedio.
Posiblemente, el error más común sea el creer que la felicidad está ligada a TENER
ciertas posesiones materiales: un bolso de Prada, el último iPhone o un apartamento
de 3 dormitorios en el centro. Al fin y al cabo, este es el mensaje que nos venden en
los anuncios las grandes multinacionales, que quieren engordar sus cuentas
corrientes a nuestra costa, y también los gobiernos, que buscan que “crezca la
economía”.
La realidad es que, una vez cubiertas las necesidades básicas y unos mínimos de
confort, el que tus pantalones sean de marca o cenes todas las semanas en un
restaurante caro no va a hacer que te sientas más realizado. Sin embargo, esas cosas
sí que pueden esclavizarte sin que te des cuenta.
Como piensas que para ser feliz necesitas consumir y para consumir necesitas dinero,
buscas un trabajo. Pero el trabajo no te gusta, lo que compras con tu sueldo no te
llena, y ya no tienes tiempo para encontrar algo mejor ni para hacer lo que de verdad
te haría feliz. Estás atrapado.
Por suerte, existe una salida. Una forma de romper este círculo vicioso y recuperar la
libertad con la que naciste.
Una forma diferente de entender el mundo
Tal y como acabamos de ver, somos nosotros mismos con nuestras acciones los que
construimos la celda que luego nos aprisiona.
Desde pequeñitos nos han vendido que éxito es tener un buen puesto de trabajo, un
coche y una casa, y que cuanto más dinero ganemos, más rápido sea el coche y más
grande la casa, más felices seremos. Pero nunca hemos cuestionado la veracidad de
esa idea, ni nos hemos preguntado por qué narices hay que trabajar en primer lugar.
Por eso, el primer paso para ser libre es cambiar tus creencias y redefinir el
significado de tres conceptos fundamentales como felicidad, tiempo y dinero, y la
función que cumplen en tu vida.
FELICIDAD
Dicho esto, no olvides que para sentirte realizado no necesitas un chalet adosado ni
un BMW descapotable. Si fuese así, nuestros antepasados hubiesen sido
tremendamente infelices porque en su época no podían comprar nada de eso.
Normalmente la felicidad se encuentra en cosas mucho más simples, como trabajar
en algo en lo que crees, rodearte de gente que te quiere y vivir sin estrés.
TIEMPO
No vas a vivir para siempre. Tu tiempo en este planeta es limitado, y por muy rico que
seas no puedes comprar más. Eso lo convierte en tu recurso más preciado.
La única manera de ser feliz es destinar ese tiempo a aquellas cosas que van a
contribuir a hacerte feliz. De ahí la importancia de tener control sobre el mismo y
protegerlo con uñas y dientes.
Cuando son otras personas las que deciden qué es lo que haces con la mayoría de
tus horas es complicado que seas feliz, salvo que tus intereses estén alineados con
los suyos. Por eso, piénsatelo muy bien antes de dar tu tiempo a los demás, porque lo
que realmente les estás dando es un pedacito de tu vida que nunca podrás recuperar.
DINERO
Para recibir dinero tienes que dedicar tu tiempo a una actividad que beneficie a otras
personas, y que puede que a ti te resulte o no te resulte satisfactoria. En cualquier
caso, es algo que tienes que hacer aunque no te apetezca porque, salvo que seas
auto-suficiente, necesitas otros recursos de la sociedad que tú no puedes producir.
Eso significa que mientras te haga falta dinero tendrás que emplear parte de tu tiempo
en conseguirlo.
La gran ventaja de los euros es que, a diferencia de las horas, sí se pueden acumular.
Por tanto, es posible ahorrar lo suficiente como para “comprar” el control total de tu
tiempo durante varios meses o incluso años.
El problema es que la mayoría de la gente no tiene tiempo para hacer lo que les hace
felices (ni para descubrirlo) porque lo dedican a trabajar y a otras tareas que no les
gustan.
Por lo tanto, para ser libre y poder vivir la vida como tú quieres vivirla necesitas
centrarte en tres cosas:
###
¿Estás contento con tu trabajo actual? ¿Por qué sí o por qué no? En caso de que no
estés contento, ¿qué es lo que te impide cambiar la situación? ¡Cuéntanoslo en los
comentarios!
Contrario a lo que mucha gente piensa, trabajar no es algo malo. De hecho, puede ser
una gran fuente de satisfacción personal. Por eso los grandes multimillonarios como
Bill Gates, que tienen suficiente dinero para varias vidas, trabajan por decisión propia
en vez de dedicarse a beber daiquiris en una playa del Caribe. El verdadero
problema no es tener un trabajo, sino dedicar más de 40 horas a la semana a
hacer algo que odias.
2. Dedicarte a algo que no te apasiona pero que tampoco te roba mucho tiempo,
y buscar la satisfacción personal en las actividades que haces fuera del trabajo.
Por lo tanto, a la hora de analizar un trabajo debes tener en cuenta los siguientes
aspectos del mismo:
Satisfacción laboral
Tiempo requerido
Ingresos
Veamos cada uno de ellos en detalle.
SATISFACCIÓN LABORAL
Según Daniel Pink, autor de La sorprendente verdad sobre lo que nos motiva, los
últimos estudios científicos apuntan a que para que una actividad nos motive debe
tener las siguientes características:
Autonomía: sentir que tienes control sobre lo que haces y cómo lo haces
Competencia: sentir que eres bueno en lo que haces
Propósito: sentir que lo que estás haciendo vale para algo y está contribuyendo
a una gran causa en la que crees
Personalmente, estoy bastante de acuerdo con estos tres puntos, pero creo que la
última palabra la tienes tú. Si eres feliz rellenando hojas de Excel, bien por ti.
Lo importante es que te quedes con la idea de que cuanto más satisfecho te haga
sentir tu trabajo, mejor.
TIEMPO REQUERIDO
Mucha gente se obsesiona con encontrar el trabajo perfecto, pero lo que te hace feliz
no tiene por qué ser necesariamente una actividad remunerada. Por ejemplo,
aunque te apasionen las novelas policiacas, es difícil que te paguen por ello.
Algunos gurús te dirán que la solución es combinar esa pasión con algo que necesite
el mercado (ganarte la vida como escritor o crítico de novelas policiacas). Sin
embargo, esto no siempre es fácil o incluso posible, o simplemente puede que no te
interese contaminar un hobbie metiendo dinero de por medio.
En ese caso, una mejor opción es encontrar un trabajo que te dé suficiente dinero
para vivir y que te deje suficiente tiempo libre para hacer lo que te gusta.
En general, cuanto menos tiempo dediques a trabajar, mejor, porque así podrás
emplearlo en lo que tú quieras (sea trabajo u otra actividad).
INGRESOS
Los ingresos siempre van de la mano con el tiempo. Por eso, lo que realmente te
interesa de un trabajo son los ingresos por hora, no los ingresos totales.
Dado que el motivo principal por el que trabaja la gente es ganar dinero, si consigues
ganar mucho con poco tiempo y mantienes tus gastos estables, tendrás que trabajar
menos y podrás dedicar todo ese tiempo libre a aquello que realmente te hace feliz.
La regla en este caso es que cuantos más euros recibas por hora trabajada,
mejor.
Tipos de trabajos
Ahora que hemos visto cómo conseguir que tu trabajo te haga feliz y las
características que debe tener para que esto sea posible, veamos los distintos tipos
de trabajo que existen, cuáles son sus ventajas e inconvenientes, y algunos ejemplos
de cómo construir una vida libre con cada uno de ellos.
1. Empleado
Un empleado es una persona que vende a un tercero su tiempo a cambio de un
sueldo.
En este tipo de acuerdo, el empleador tiene todo el control. Es el que establece las
condiciones del puesto (salario, horario de trabajo, días de vacaciones…), el que
decide a quién contratar, y el que le dice al empleado qué es lo que debe hacer en
cada momento, normalmente a través de otro empleado que recibe el nombre de jefe.
Ingresos
Por un lado, los días tienen 24 horas, así que existe un máximo de horas que puedes
trabajar.
Por otro lado, tu empleador es quien decide cuál es tu sueldo por hora, y siempre le va
a interesar pagarte lo menos posible dentro de los precios de mercado, ya que sus
ingresos dependen de la diferencia entre lo que te paga y lo que le haces ganar a él.
Es posible cobrar mucho por hora en un empleo si tienes una habilidad muy
demandada por la sociedad, como jugar muy bien al fútbol, o si consigues escalar la
pirámide corporativa en una gran multinacional, pero son opciones muy complicadas y
que requieren mucho tiempo.
Todo esto hace que sea prácticamente imposible acumular grandes cantidades de
dinero trabajando como empleado.
Tiempo
En primer lugar, tu sueldo depende directamente de las horas que pases en la oficina,
y rara vez se tienen en cuenta otros factores como el rendimiento. Eso quiere decir si
no trabajas no cobras, y que aunque seas 10 veces más productivo que tus
compañeros, ganarás lo mismo que ellos (con suerte te darán un pequeño bonus a
final de año).
Luego está el horario laboral. En la mayoría de los empleos estás obligado a trabajar
ocho horas al día, cinco días a la semana, y aunque no necesites ganar más dinero,
no puedes elegir trabajar tres horas en vez de ocho, o tomarte unos meses libres
simplemente porque te apetece (excepto durante tus vacaciones, que son limitadas y
debe aprobar tu jefe).
Quieras o no, un empleo se comerá una gran parte de tu tiempo y, salvo algunas
excepciones, apenas te dejará horas libres durante la semana.
Satisfacción laboral
En un empleo es tu jefe quien decide qué es lo que debes hacer cada día. Tanto si
son tareas aburridas y repetitivas como si crees que eso no es lo más adecuado para
la empresa, no te queda más remedio que obedecer, así que tu satisfacción laboral
dependerá en gran medida de tu jefe y de la compañía para la que trabajes.
Dado que el mercado laboral actual es una evolución del modelo industrial, donde
cada empleado es una pieza híper-especializada y sustituible dentro de una gran
máquina, la mayoría de empleos consisten en hacer lo mismo una y otra vez
siguiendo un manual de instrucciones.
Autonomía: tu jefe te dice exactamente lo que tienes que hacer y cómo debes
hacerlo
Competencia: los problemas que tienes que resolver cada día son los mismos,
así que una vez que aprendes a hacerlos dejan de suponer un desafío y tú dejas
de aprender
Propósito: necesitas encontrar una empresa que tenga una visión y unos
valores alineados con los tuyos, y que se dedique a algo en lo que crees
Dicho esto, debes saber que sí existen algunas empresas que dan libertad a sus
empleados, les hacen sentirse útiles e importantes, y les dejan trabajar en proyectos
desafiantes, pero por desgracia no abundan (especialmente en España).
El principal atractivo de ser empleado es que es la manera más fácil de ganar dinero.
Sólo tienes que pasar una entrevista y a partir del día siguiente empiezas a cobrar
religiosamente, incluso si lo que haces no genera ingresos o si ese mes no le va bien
a tu empleador. Tú no tienes que preocuparte de nada, salvo de estar en el lugar de
trabajo a tu hora, hacer lo que te diga el que manda y no quejarte.
Aunque siendo empleado no eliges ninguna de estas tres cosas (puede que prefieras
levantarte a las 11 de la mañana o juntarte con otras personas), tener una identidad,
una rutina y una grupo de amigos es fundamental para ser feliz, y si tu trabajo no
cubre estos aspectos de tu vida tendrás que cubrirlos tú mismo, algo que a mucha
gente le puede resultar difícil.
Y es que no hay que olvidar que, en realidad, ningún empleo es 100% seguro. Incluso
las grandes empresas (Lehman Brothers) o los “todopoderosos” gobiernos (Grecia)
pueden quebrar y dejarte en la calle de un día para otro aunque tu contrato diga que
tienes un puesto vitalicio, así que es conveniente que tengas en cuenta esa
posibilidad antes de meterte en una hipoteca que se lleve la mitad de tu sueldo todos
los meses.
Pretender ser libre mientras trabajas como empleado es absurdo, ya que la flexibilidad
y el control del tiempo no son precisamente los puntos fuertes de esta opción laboral.
No obstante, aunque un empleo por sus características nunca va a aportarte mucha
libertad, sí que puedes utilizarlo como una herramienta para lograr ese objetivo.
El primero es aceptar un empleo temporal, incluso uno que no te guste, con el único
objetivo de ahorrar suficiente dinero como para comprar varios meses de libertad y
poder hacer la transición a otro empleo mejor o a otro tipo de trabajo más alineado
con tus objetivos.
Por último, puedes buscar un empleo que te guste tanto y con unas condiciones tan
buenas que no ambiciones nada más, incluso si tu libertad está limitada. Únicamente
ten en cuenta que es muy complicado, porque las condiciones laborales las determina
tu empleador y por tanto es difícil que coincidan exactamente con lo que tú quieres, y
además pueden cambiar de la noche a la mañana porque no están bajo tu control.
El mayor riesgo, y lo que debes evitar a toda costa, es conformarte con un empleo que
te hace infeliz, que sabes que es incompatible con tus planes de futuro y que no va a
mejorar hagas lo que hagas. Acomodarte y ver pasar los años sin que nada cambie.
Si te encuentras en esa situación, salir de ahí debería ser tu prioridad número #1, y
deberías dedicar todo tus recursos a buscar o crear algo mejor.
###
Ahora me gustaría escuchar tu opinión. ¿Cuáles son los pros y los contras de un
empleo? ¿Qué añadirías o quitarías de mi descripción? ¿Cuál es la mejor manera de
encontrar la felicidad siendo empleado? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
En la próxima entrega de la serie analizaremos otros tipos de trabajo distintos a ser un
empleado.