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ABOLICION DE LA ESCLAVITUD EN VENEZUELA

La promulgación de la Ley de abolición de la esclavitud, estuvo precedida por


un largo debate en el Congreso Nacional, y de manifestaciones y documentos
del Ejecutivo, "vivamente interesado en el inmediato éxito de la libertad de los
esclavos". Se enfrentaban en este asunto el derecho de propiedad de los amos
de esclavos, y el derecho de igualdad y de libertad proclamado por la
Constitución. El Presidente José Gregorio Monagas trató de influir la discusión
en favor de la ley abolicionista, y en su mensaje al Congreso, durante la
discusión del problema, expresa las siguientes ideas:

"Discutís señores, una cuestión vital: digo mal, no debe calificarse de cuestión,
pues la libertad del hombre no puede ponerse en duda, ni en contradicción,
mucho menos en Venezuela, donde tantos años se ha dado el grito de libertad,
y donde tanta sangre se ha derramado por alcanzar para todos ese bien
inestimable. La esclavitud es, señores, como dijo el gran Bolívar, la infracción
de todas las leyes, la violación de todos los derechos. Venezuela, pues que se
gloria de haber sido la primera en Suramérica que reconociese el gran principio
de la soberanía popular, origen y fuente de toda autoridad: Venezuela no debe
aparecer más a los ojos del mundo entero, con la horrible mancha de la
esclavitud. ¿Qué derecho justo se alegará, señores, para conservar por más
tiempo este título de ignominia que nos legaron las generaciones pasadas?.
Acordaos, honorables Representantes, que sin la igualdad perecen todas las
libertades, todos los derechos; y que con la esclavitud no hay igualdad.

Yo os esfuerzo, pues, a que no abandoneis el tratamiento de esta importante


materia. Buscad el modo de abolir la esclavitud sin vulnerar los derechos de los
poseedores de esclavos; y acabad de sancionar una ley justa, santa, digna de
una política ilustrada y consecuente con los principios liberales que nos han
guiado hasta aquí."

La abolición de la esclavitud fue una medida legislativa que no afectó los


intereses de los amos de esclavos, porque en cierto modo más bien convenía a
tales intereses. En efecto, la esclavitud se había convertido en forma
antieconómica para los hacendados, a los cuales convenía más comprar
libremente la fuerza de trabajo que utilizaba en sus haciendas que mantener
dicha fuerza. Por otra parte, estando prohibida la importación de esclavos
desde 1810, el crecimiento de la mano de obra esclava era menor que el
aumento de la demanda. Es decir, la esclavitud pasó a ser antieconómica
porque no se podía aumentar la mano de obra esclava en la misma medida en
que crecía la demanda de esclavos. Los propios dueños de hacienda vieron la
conveniencia de sustituir los esclavos por trabajadores libres. Por último, la
libertad de los esclavos iba a hacerse, y se hizo, mediante indemnización a los
dueños, lo que en la práctica les resultó un negocio pues recibieron buena
paga por los esclavos que tenían. En definitiva, "la abolición vino a robustecer a
los señores de la tierra, que tuvieron entonces el poder de fijar el salario que a
ellos plugo y en condiciones que ellos a su mejor conveniencia establecieron,
dado el exceso de la oferta de brazos".
La indemnización de los propietarios se hizo de acuerdo con una tarifa que
fijaba los precios de los esclavos, entre 50 pesos para los recién nacidos y 300
pesos para el esclavo sano e industrioso de 39 años de edad. A partir de esta
edad bajaba el precio del esclavo hasta cinco pesos para los esclavos viejos de
65 años. Como consecuencia de la indemnización acordado en la ley, los
propietarios recibieron del gobierno más de tres millones de pesos. Lo que
quiere decir, pues, que con la libertad de los esclavos no se perjudicaron los
amos, dada la circunstancia anotada de lo antieconómico que había devenido
la esclavitud. Estas circunstancias explican también la buena acogida que tuvo
la medida entre los propietarios. De haber sido perjudicial a sus intereses no
habría prosperado, ni siquiera mediante indemnización. Por eso no había
tenido éxito antes, ni siquiera durante la guerra de independencia, porque
entonces la institución era rentable. Pero en las nuevas condiciones ya no lo
era.

Por último, en la abolición de la esclavitud intervinieron también razones


políticas, que siempre se habían manifestado en el proceso abolicionista. La
abolición no fue el resultado directo de la lucha de los esclavos contra los
amos, sino más bien de sectores y partidos políticos interesados en aprovechar
la esclavitud como bandera y ganar la simpatía popular. Desde los días de la
guerra de independencia se había manifestado esta realidad en los bandos
contendientes; y en la república pasó a ser una de las consignas del Partido
Liberal. El programa de este partido incluía entre sus objetivos, abolir la
esclavitud, y cuando la llevó a cabo el Presidente Monagas, lo hizo con la
finalidad política de fortalecer las posiciones de los liberales y de su propio
gobierno, frente a la oligarquía, tradicionalmente esclavista. Sin embargo, aun
cuando la abolición fue un acto de gobierno que no perjudicó a los propietarios
y dio dividendos políticos, tal hecho constituye uno de los acontecimientos de
mayor significación en el proceso social y político de Venezuela.

El 24 de Enero de 1848

(Lunes, 24 de Enero de 1848)

El día 24 de enero de 1848 se considera de luto para las leyes venezolanas,


porque bajo la Presidencia de José Tadeo Monagas ocurre el lamentable
ataque armado al Congreso Nacional. Ante la feroz lucha entre liberales y
conservadores, el Ministro Tomás José Sanabria llega a la Cámara de
Diputados para entregar el Mensaje Anual del Presidente, y al consignarlo, el
Vicepresidente de la Cámara pide que el Ministro permanezca en el recinto. En
este momento se introdujo una fórmula de juicio contra Monagas, y de
inmediato comenzó el motín.

Allí murieron los diputados Juan García, Francisco Argote y José Antonio
Salas. Santos Michelena resultó herido y murió poco después.

Para mayor ironía, por Ley de 14 de marzo de 1849 José Tadeo Monagas
declara el 24 de enero de cada año junto con el 5 de julio, «grandes días de la
independencia y de la libertad de los venezolanos», considerando, con
respecto al primero, que «el 24 de enero de 1848, agotado el sufrimiento bajo
una nueva y odiosa tiranía que rebosaba en abusos y pretensiones
retrogradantes y destructoras, supo el pueblo espontánea y valientemente
recobrar su dignidad sosteniendo los fueros de su libertad».

Así se estuvo «celebrando» el 24 de enero, hasta que Julián Castro lo suprimió


«entre los grandes días», por decreto del 19 de junio de 1858.

La orientación proliberal del Presidente Monagas condujo al rompimiento


definitivo con Páez y los conservadores. Estos dominaban el Congreso gracias
a la mayoría que habían ganado en las elecciones de 1846, y querían utilizarla
para enjuiciar al Presidente. Lo acusaban de haber ejercido facultades
extraordinarias ilegalmente; de emplear la fuerza armada sin consentimiento
del Consejo de Gobierno y de haber ejercido la administración fuera de la
capital, todo lo cual era contrario a lo dispuesto por la Constitución. Tras el
juicio contra el Presidente Monagas, se ocultaba la intención de destituirlo.

Liberales y conservadores se preparaban para el enfrentamiento que parecía


inminente. Los liberales movilizaban sus partidarios en importantes reuniones
públicas y el gobierno ordenó formar dos batallones cuyas plazas fueron
cubiertas rápidamente por milicianos liberales. Por su parte, los conservadores
organizaron una guardia armada del Congreso, "de la cual se nombró Jefe a
Guillermo Smith, ex-director del célebre Banco Nacional, conservador y
paecista probado".

El plan de los conservadores contemplaba el traslado del Congreso a Puerto


Cabello, lejos de la presión del pueblo liberal de Caracas, para probar la
destitución del Presidente.

El 24 de enero de 1848 se reunieron las cámaras legislativas en medio de la


mayor espectación. Ese día se produjo el choque definitivo entre liberales y
conservadores, cuyo resultado fue la caída de la oligarquía gobernante desde
1830.

CONSECUENCIAS DEL 24 DE ENERO DE 1848

Los historiadores de las más variadas tendencias consideran los hechos del 24
de enero, como acontecimientos de la mayor importancia. En efecto, estos
episodios dieron origen a una nueva correlación política entre los partidos
antagónicos y entre los caudillos Páez y Monagas, que fueron los principales
protagonistas en la crisis. Entre las consecuencias de estos, hechos, debemos
señalar las siguientes:

1. Páez y la oligarquía conservadora fueron desplazados del poder, que pasó a


manos de Monagas y los liberales.
2. A partir del 24 de enero de 1848, Páez y los conservadores tomaron el
camino de las armas, tratando de recuperar el poder. Páez se alzó contra
Monagas pocos días después del 24 de enero; pero fue derrotado en los llanos
y tuvo que refugiarse en Nueva Granada. A mediados de 1849 desembarcó al
frente de una expedición por La Vela de Coro. Fue derrotado de nuevo por las
tropas del gobierno, al mando de José Laurencio Silva, quien le ofreció una
capitulación. Pero Monagas se negó a reconocer los términos de la capitulación
ofrecida por Silva, y en consecuencia Páez estuvo preso en Valencia, Caracas
y Cumaná, de donde salió para el destierro hasta 1861.

3. A raíz de los sucesos del 24 de enero el poder Legislativo y el Judicial


pierden su independencia y se someten a la voluntad del Presidente de la
República. El Congreso Nacional, que hasta el día anterior a los sucesos había
pretendido enjuiciar al presidente y destituirlo, el día siguiente se instaló
dócilmente y desde entonces sirvió de instrumento complaciente al
personalismo entronizado en el poder.

Causas Continuos roces y


enfrentamientos entre
conservadores y liberales

La conspiración de Gual y España (1797-1799)


La conspiración de Gual y España fue un movimiento revolucionario inspirado
en los ideales de la revolución francesa.
La conspiración de Gual y España es considerada como el primer movimiento
revolucionario independentista la "Conspiración de Gual y España"
planteaba la igualdad social y la liberación de Venezuela del Imperio Español.
Tuvo su inicio en La Guaira en 1797. Fue organizado por Manuel Gual y José
María España.
El movimiento se extendió de La Guaira a Caracas, contó con una serie de
documentos teóricos e instructivos de carácter organizativo práctico e incluso
himnos y cantos revolucionarios.
En la conspiración participaron varios ilustres de España y Venezuela, en
una de las múltiples reuniones efectuadas por los mismos, José María España
exhortó a los presentes a la necesidad de derramar su sangre por la patria de
ser necesario, a la vez que recibía su juramento de fidelidad y les exhortaba a
guardar secreto. Para ello se disponía de un santo y seña entre los miembros
quienes se llamaban "hermanos" para identificarse ente si. A su vez crearon
una escarapela de 4 colores(blanco, azul, amarillo y rojo), el cual
representaba las 4 etnias que participaban en él: blancos, pardos, indios y
negros.
La conspiración
La primera acción del grupo fue organizar la fuga de los presos españoles que
se encontraban en las bóvedas del puerto de La Guaira. En tal sentido, el
movimiento daría lugar el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen. Manuel
Montesinos Rico, había recibido de Gual la petición de promover la
conspiración en la capital.
El 11 de julio, Montesinos intentó reclutar para el movimiento al oficial de
Milicias de Pardos, insinuándole que les facilitara el acceso a la armería del
cuartel. Pero para su desdicha, Chirinos no accedió y le comunico el hecho a
sus compañeros, la noticia llego a oídos del gobernador y capitán general
Pedro Carbonell.

Gual y España.

Se inicia el arresto de los revolucionarios con el apresamiento de


Montesinos Rico, en cuya casa fueron encontrados documentos
revolucionarios, entre ellos las ordenanzas las cuales expresaban: "... En el
nombre de la Santísima Trinidad y de Jesús, María y José, amén...",
acompañado de 44 artículos que serían las bases para el nuevo gobierno
revolucionario, se abolía la esclavitud y se establecían como fundamentos de
los derechos del hombre la "igualdad, libertad, propiedad y seguridad".
Por su parte, Gual al percatarse de la captura de Montesinos, se dirige hasta
La Guaira con la intención de adelantar el estallido del movimiento. Sin
embargo, Ronán decide no participar lo cual obliga a Gual y España rumbo a
las Antillas.
El objetivo de los conjurados, luego de haberse apoderado de La Guaira y
Caracas, era enviar comisionados a las capitales de las provincias de la
capitanía general y a otras poblaciones importantes, con una copia de las
Ordenanzas y una circular dirigida a las autoridades de cada lugar en las que
se les conminaba a sumarse al movimiento.
Legado
Aunque la Conspiración de Gual y España fracasó como movimiento
revolucionario en julio de 1797 y se extinguió definitivamente con la muerte de
sus principales líderes José María España en 1799 y Manuel Gual en 1800, los
textos que se difundieron durante la misma tuvieron influencia en el movimiento
emancipador venezolano e hispanoaméricano.
El documento más importante que emanó de la Conspiración de Gual y
España fue el de los Derechos del hombre y del ciudadano con varias máximas
republicanas y un discurso preliminar dedicado a los americanos, el cual
contenía como parte central el texto de los Derechos del hombre y del
ciudadano, traducidos de la declaración francesa que precedió al acta
constitucional del 24 de junio de 1793 durante la Revolución Francesa.

REBELIÓN DE LOS ESCLAVOS

La rebelión de los esclavos, liderada por José Leonardo Chirino, es uno de


los principales hechos que sacudirán la conciencia de la sociedad colonial
venezolana y será la semilla que germinará dentro del movimiento abolicionista
contra la esclavitud en nuestro país, cuyos principios fueron recogidos por los
próceres Manuel Gual y José María España, en 1797.
El 10 de mayo de 1795, José Leonardo Chirino y José Caridad
González comandaban este levantamiento contra los hacendados esclavistas
del imperio español.
Este movimiento de liberación buscaba la aplicación de la "Ley Francesa", que
conllevaba la implantación de una República democrática; la libertad de los
africanos y la abolición de la esclavitud; la supresión de los atributos pagados
por los indígenas y los impuestos como la alcabala y la eliminación de la
aristocracia blanca.

José Leonardo Chirino (25.04.1754), nativo de la población de Curimagua,


Estado Falcón, fue un zambo libre con ideas revolucionarias; buscaba el
establecimiento de una República igualitaria que reconociera los derechos de
los esclavos en Venezuela.

Chirino trabajaba en la hacienda propiedad de José Tellería, donde se casa


con una esclava llamada María de los Dolores con quien tuvo tres hijos.
En esta plantación, Chirino tuvo oportunidad de viajar por las antillas porque
José Tellería buscaba mercados para su producción agrícola, y se lo llevaba
como ayudante.

En uno de estos periplos por Haití, Chirino tuvo contactos con los seguidores
de Brion, quienes le dan a conocer el proceso liberador en esa isla del Caribe,
los procesos independentistas, la implantación de un gobierno igualitario y la
abolición de la estructura esclavista, así como de los principios de igualdad
impulsados por la Revolución Francesa.
A su regreso al estado Falcón, Chirino toma contacto con José Caridad
González, nativo del Congo y muy versado en los ideales revolucionarios de la
Francia del Siglo XVIII. Juntos protagonizan el levantamiento del 10 de mayo
de 1795.

Esta rebelión fracasa. Chirino fue traicionado por un amigo esclavo y hecho
prisionero en agosto de 1795, juzgado por la Real Audiencia es condenado a
la horca, -condena cumplida el 10 de diciembre de 1796- y su cuerpo
desmembrado.
A pesar del fracaso de la insurrección, la misma tuvo grandes repercusiones
porque llamó la atención de las autoridades coloniales sobre la existencia de la
injusticia que se cometían en las haciendas y en las minas contra la clase
humilde y es considerada como el movimiento que inspiraría más tarde los
intentos de independencia de José María España y Pedro Gual, teniendo
dentro de la sociedad venezolana, de finales del Siglo XVIII, un impacto
político, social y económico que sacudiría las conciencias de la ilustración en
Caracas.

El 10 de mayo es el Día de la afrovenezolanidad, establecido por la Asamblea


Nacional en mayo de 2006.

Juan Andrés López del


Rosario

Juan Andrés López del Rosario. Conocido como “Andresote”. Negro esclavo
venezolano que luchó por la igualdad de los negros y los aborígenes, contra la
esclavitud. Organizó un movimiento conocido en la historia como la Rebelión
de Andresote.

Síntesis biográfica
Nativo de Valencia, estado Carabobo, hijo de un afrodescendiente y de una
indígena. Fue un zambo esclavizado en una hacienda de Yagua, propiedad de
un portugués.

Trayectoria
Luchó por la igualdad de los negros y de los aborígenes contra la esclavitud y
la injusticia de los españoles y de la compañía Güipuzcoana, en donde una
clase dominante quería mantener sus privilegios a toda costa matando y
castigando a todo aquel que no le obedeciera, no pagando el salario y
manteniendo esclavizado tanto a los negros como a los aborígenes.
Estableció un lugar en donde la rebeldía de los aborígenes Caribes,
Ciparicotos, Jiraharas y Arawacos era notable, lo cual aprovechó para curtirse
más y ayudar a organizarlos.
Rebelión de Andresote
El movimiento de Andresote es uno de los primeros organizados contra los
españoles y en éste convergieron aborígenes, negros, zambos, mulatos y
blancos criollos en una lucha en común, descontentos por los altos impuestos
que les imponían las autoridades de la Güipuzcoana y por la explotación del
hombre por el hombre.
La lucha de Andresote se circunscribe en los movimientos de preindependencia
iniciados por el negro Miguel de Buría en Yaracuy, el levantamiento del
negro Guillermo en Barlovento y el del heroico José Leonardo Chirino en la
sierra de Coro en Falcón. “Los esclavos deben ser libres como sus abuelos de
Guinea”.
A pesar de que su insurrección en el valle del Yaracuy iba dirigida contra los
funcionarios de la Compañía Guipuzcoana que ponían obstáculos al
contrabando entre la costa y la isla de Curazao; su levantamiento tuvo éxito al
principio pero se vio obligado a abandonar la lucha. Con algunos seguidores,
se embarcó en una balandra holandesa y ocurrió entre 1732 y 1735, en la
región del río Yaracuy y las tierras vecinas hasta el mar, zona que se había
convertido en centro importante del contrabando que hacían los holandeses
desde Curazao.
El gobernador de la provincia, bajo la presión de la Guipuzcoana, envió tropas
contra Andresote, para reducirlo y acabar con el contrabando en la zona. Pero
Andresote mantuvo en jaque, por varios meses, a las fuerzas del gobierno y
destruyó en repetidas oportunidades las tropas enviadas contra él.
En 1734, destruyó casi en su totalidad una fuerza de más de 300 soldados
enviados para combatirlo. El gobierno se vio en la necesidad de organizar una
expedición más numerosa, de 1.500 hombres, y después de varios meses
consiguieron disolver las partidas de Andresote y apresar numerosos
partidarios suyos, principalmente indios, mulatos, negros, muchos de los cuales
fueron condenados a pena de muerte. No pudieron, en cambio, apoderarse de
Andresote, quien gracias a la ayuda de los contrabandistas, pudo escapar a
Curazao.
La rebelión de Andresote logró mantenerse tanto tiempo, gracias al apoyo que
recibió de su levantamiento tuvo éxito al principio pero se vio obligado a
abandonar la lucha. Con algunos seguidores, se embarcó en una balandra
holandesa y nunca regresó a [Venezuela]]. Pero en las montañas
del Yaracuyquedó el foco de la sublevación que sólo llegó a ser dominada
gracias a la colaboración que misioneros capuchinos prestaron a las
autoridades.

BOVES EL UROGALLO

Durante los años 70 del pasado siglo lograron gran éxito de crítica y público las
novelas históricas del escritor y psiquiatra venezolano Francisco Herrera Luque
(1927-1991). Boves el urogallo (1972) se adentra en la personalidad de uno de
los personajes más denostados de la historia de Venezuela. El caudillo realista
José Tomás Boves, ya terriblemente esbozado en la clásica Las lanzas
coloradas(1931) de Arturo Uslar Pietri ―otra muy recomendable novela―,
acabó a sangre y fuego con el segundo intento de república de su país. Fue
recordado como “León de los Llanos”, “Hijo del Diablo” o “Cólera de Dios”,
aunque Herrera le inventa otro sobrenombre, el de un ave silvestre de tierra
originaria, las Asturias de España.
Sin embargo, las raíces ibéricas de Boves no tienen mayor profundidad. El
temible héroe encarna la causa de España, pero cambió de niño esta patria por
unos Llanos de Venezuela de los que llega a soñarse rey. Desprecia al
monarca español, pero odia a muerte a la República que lo ha escarnecido y
rechazado, y transforma la guerra en una revancha personal. Este
resentimiento lleva al catire (rubio) Boves, en nueva paradoja, a erigirse en el
caudillo de la igualdad racial, que dirige su ejército de negros y mestizos contra
los orgullosos criollos, los “mantuanos” descendientes de los conquistadores,
corazón del rígido sistema de castas colonial y, al mismo tiempo, alma
originaria de la independencia. Boves apenas es consciente de que su
venganza representa la de una masa de marginados: a su cólera ciega le sirve
de lúcido intérprete su capellán, el padre Llamozas, y su amante Inés la hace
aparecer en sus dimensiones más nobles y compasivas.
Boves asciende a coronel por su arrojo y crueldad, y, por encima de este grado
“civilizado”, a caudillo absoluto. En torno a él, se dibuja en historias y
personajes secundarios de todas las castas el pasado (y, en buena medida, el
presente) de un país que pronto estará en llamas, donde la “guerra a muerte”
no habrá de perdonar a realistas ni patriotas.
A la psicología de Tomás Boves se opone el libertador Bolívar, un secundario
recurrente y enigmático al que solo conocerá el lector por sus actos exteriores.
El ascenso de uno de los dos rivales se suele traducir en el declive del otro. Sin
embargo, la definitiva caída de Boves aparece menos como consecuencia del
enemigo que de los propios afanes que lo consumen. Su feroz deseo de
libertad personal lo va distanciando de España, del rey, de sus propios amigos;
el pacífico intervalo de vida amorosa viene rodeado de presagios fatales.
Boves, finalmente, muere como el urogallo en manos del cazador, poseído de
amor y víctima de su propio orgullo; sin embargo, muere triunfante.

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