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César Augusto González1

Bogotá desde el rap bogotano:


sin amigos, sin ley y sin futuro2
Bogotá City from Bogotanian Rap:
without Friends, without Law and without Future

Resumen Abstract
El presente artículo realiza un análisis de la ma- This article presents an analysis on how Bogotá city
nera en la que se representa a la ciudad de Bogotá is represented in contemporary bogotanian rap songs.
en las canciones del rap bogotano contemporá- This paper is part of the results of a research project
neo. Este ejercicio es uno de los resultados de la entitled: “Microphone Guerrillo. A study of
investigación de Maestría: “Microphone Guerrillo. social representations of identity in the lyrics of
Un estudio de las representaciones sociales sobre iden-
bogotanian rap”. In the study was selected a corpus
64 tidad en las líricas del rap bogotano”. En el estudio
se trabajó con un corpus documental consistente of 54 rap songs which belong to the following discography
en 54 canciones de rap, que forman parte de los albums: “Por siempre” (La Etnnia, 2008); “La ciencia
siguientes álbumes discográficos: “Por siempre” de los sueños” (JHT, 2009); “Nací Mujer” (Diana
(La Etnnia, 2008); “La ciencia de los sueños” Avella, 2010); “Mix tape” (Tres Coronas, 2006);
(JHT, 2009); “Nací Mujer” (Diana Avella, 2010); “7 pecados capitales” (Juan Habitual, 2007) y “Sucio
“Mix tape” (Tres Coronas, 2006); “7 pecados Sur” (Fondo Blanco, 2009).
capitales” (Juan Habitual, 2007) y “Sucio Sur”
(Fondo Blanco, 2009). Keywords: bogotanian rap, social representations

Palabras clave: rap bogotano, representaciones


sociales.

Recibido el 23 de octubre de 2013 y aprobado el 4 de noviembre de 2013

1 Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria de la Universidad


Distrital Francisco José de Caldas. Coordinador del Observatorio de Procesos de Organización Comunitaria. Correo electrónico:
sociologiaumd@gmail.com
2 Artículo resultado de la investigación “Microphone Guerrillo. Un estudio de las representaciones sociales sobre identidad en las
líricas del rap bogotano”.

Polisemia No. 16, 64 - 78. Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Julio - diciembre de 2013
“La música como organización más Una ciudad como Nueva York, por poner un
ejemplo, existe de manera distinta en la voz de
abstracta del tiempo es capaz de connotar
Frank Sinatra (New York, New York), en la del Gran
la singularidad expresiva de un momento, Combo de Puerto Rico (Un verano en Nueva york), y
en tanto proceso de apropiación subjetiva, en la de Sting (Englishman in New york). La poten-
cia de lo musical para masificar representaciones
como de revelar los significados compartidos hace de las canciones sobre la ciudad un artefacto
en torno a información relacional que cultural poderoso para objetivar y anclar diferentes
maneras de imaginar el mundo urbano, las cuales
denota el espacio musical ocupado por esa
tienen incidencia en las múltiples relaciones que los
comunidad dentro del devenir histórico” sujetos construyen con la ciudad.

García (2006) En este artículo se presenta un recorrido por


la ciudad representada en el rap bogotano, tratan-
do de situar los matices con los que estos artistas
proponen una construcción simbólica particu-
“Solamente se percibe un gran olor, olor a lar de Bogotá. Este es uno de los resultados de la
desconfianza, como cuando el reo paga su Investigación: “Microphone Guerrillo. Un estudio
de las representaciones sociales sobre identidad en
fianza, porque detrás de la cortina alguien las líricas del rap bogotano”, con la cual opté por el
te caza, sólo mirar y caminar con ojos de título de Magíster en investigación social interdisci-
plinaria, en la Universidad Francisco José de Caldas,
vigilancia. Andenes inquietos, callejones con
en el Año 2012. En el trabajo se aborda la manera
manes adheridos, con puñales desafiándote en la que los raperos bogotanos se representan a sí
a un reto; bienvenido a la ciudad de la mismos, al sector de la población al que pertenecen
y al espacio urbano que los contiene, a partir de las
sospecha, yo soy sobreviviente en ella hasta 65
letras de las canciones de los álbumes más represen-
la fecha” tativos del género, producidos en los últimos cinco
años. A saber: “Por siempre” (La Etnnia, 2008); “La
Canción: “La ciudad de la sospecha”. ciencia de los sueños” (JHT, 2009); “Nací mujer”
Grupo: La Etnnia (Diana Avella, 2010); “Mix tape” (Tres Coronas,
2006); “7 pecados capitales” (Juan Habitual, 2007) y
“Sucio sur” (Fondo Blanco, 2009).
Nuestra labor en este artículo será llevar a
Introducción cabo un énfasis especial en la ciudad, como mar-
co de todas las interacciones, relaciones y signifi-
Algunos temas han permeado la discursividad cados. A lo largo del artículo trataremos de dar la
de casi todas las músicas populares contempo- voz a los cantantes, citando las canciones que se
ráneas: el amor, el placer, la experimentación, la analizaron en el estudio, con el fin de que el lector
política, las reminiscencias de lo folclórico y la pueda ir haciendo su propia interpretación de los
ciudad como universo de paisajes, representacio- textos del rap.
nes, lugares, relaciones, prácticas, actores, usos
del lenguaje, caminos, memorias y sueños. Oír
música es escuchar la voz de las ciudades en las Algunas precisiones teóricas
canciones, en donde el mundo urbano se hace
sonido y palabra, reflejando múltiples territorios Acercarnos al tema de la producción, circu-
imaginados. lación y consumo musical, y a los sentidos que

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en estos procesos se construyen y reconstruyen, rap, más adelante precisaremos al respecto), lo


implica definir unas coordenadas epistemoló- cual ubica a Internet como el canal más impor-
gicas claras. Para ello es necesario plantearse tante de difusión que encuentran los artistas de
algunas preguntas iniciales: ¿Cómo construir este género. Éste no es ajeno a lo mediático, está
conocimiento alrededor de lo musical? ¿Dónde construido desde sus lógicas, ha viajado por el
situarse para entender el sentido de las cancio- mundo gracias a sus posibilidades; sin embargo,
nes? ¿Desde el poder creativo de los sujetos o su producción sigue tendiendo a lo underground.
desde las fuerzas que determinan su creación?
¿La música crea, refleja, refracta, imita, propo- De otro lado, en las esquinas del barrio Tintal,
ne, interpreta o interpela la vida social? del Codito, del Paraíso, de las Cruces, los jóvenes
se reúnen a improvisar cotidianamente. Las pis-
La producción musical de los raperos se tas se cargan en reproductores portátiles y esta-
mueve en varias tensiones que vale la pena pre- llan en speakers que sirven de instrumentación a
sentar para ampliar algunos de los matices en la las rimas de los M.C.3 En un contexto donde la
construcción de nuestro objeto de estudio. La música está cada vez más sobreproducida e in-
primera tensión se ubica entre lo global y lo lo- volucra elementos técnicos y tecnológicos cada
cal. En un momento de transnacionalización en vez más sorprendentes, el rap sigue teniendo la
la producción de las representaciones sociales, espontaneidad de la improvisación y de la calle.
la música es uno de los ejemplos emblemáticos
del trayecto de lo simbólico entre lo global y lo Otra tensión importante se ubica entre lo ins-
local. El rap bogotano no puede ser entendido titucional y lo proscrito de su producción. En los
sólo desde la transnacionalización inherente a discursos de los M.C. aparece una posición de
la cultura hip hop, pero tampoco se agota en la rechazo frente al mundo institucional. La visión
atenta observación e interpretación de lo local. distópica, rebelde y “contrahegemónica” parece
El surgimiento de la cultura H.H. en Harlem chocar con la militancia en organizaciones so-
(New york), y los procesos de difusión, reelabo- ciales, en eventos, proyectos y programas esta-
66 tales. Si bien el discurso es claramente contesta-
ración, historización y mediatización, que ésta
ha tenido desde entonces, son necesarios para la tario, es precisamente la administración pública
historicidad necesaria en el análisis del fenómeno. quien ha abierto buena parte de los espacios,
Pero el reconocimiento de las dinámicas parti- locales y distritales, en los que circulan los M.C.
culares al contexto local, desde lo material y lo a pesar de que en las líricas se refleja una po-
simbólico, son necesarias para la contextualidad sición anómica y de descreimiento, los jóvenes
de los análisis que presentamos. vinculados a esta cultura urbana terminan por
generar procesos de organización y participa-
La siguiente tensión se ubica entre lo me- ción social y política. Grupos como Contrapeso
diático y lo barrial. El rap es una música que y Revolución Artística Popular, que operan en la
tiene una presencia dentro de las agendas de los localidad de Ciudad Bolívar, los cuales conocí
medios de comunicación. En la actualidad, esta a través de pesquizas en Internet, y de mi asis-
música, a nivel nacional y distrital, no cuenta con tencia a conciertos organizados por ellos, pro-
una difusión amplia. En el dial no hay una emi- ponen acciones conjuntas y procesos colectivos
sora especializada y sólo dos estaciones pasan, al interior de los jóvenes. Carlos Mario Perea
ocasionalmente, canciones de rap en horarios (2008) en su texto Somos expresión, no subversión
que no son precisamente los más estelares. En reseña algunos de estos procesos. Esta tensión
la televisión, el género tampoco circula asidua- no implica una paradoja, o una contradicción,
mente (sólo existe un programa de televisión de es simplemente una muestra de cómo opera lo

3 Este es el apelativo que reciben los cantantes de rap al interior del género.

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instituido y lo instituyente al interior de estas la siguiente manera: “Si los métodos clásicos de
culturas juveniles. recolección de las representaciones pueden per-
mitir entrar a la estructura interna de la repre-
Cualquier estudio sobre las músicas popula- sentación, es generalmente a partir del análisis
res debe considerar atentamente la riqueza se- en profundidad de las producciones discursi-
mántica de los discursos y prácticas sociales que vas” (2001, p. 64). Convenimos con Abric en la
en ellas convergen. La música —a pesar de ser posibilidad de comprender el mundo de lo re-
un universo en sí mismo— aparece ante noso- presentacional a partir de las producciones dis-
tros como una ventana hacia los significados que cursivas, razón por la que quiero subrayar una
los públicos, los mediadores y los artistas crean relación que resulta obvia en la realidad, pero
y recrean. La producción y el consumo musical que subyace al planteamiento que aquí desarro-
son procesos cargados de sentido y con implica- llaremos. Se trata de la relación entre el discurso
ciones tanto en lo material como en lo simbóli- de la música y las representaciones sociales que
co, especialmente en el mundo de lo joven. tanto oyentes como productores tienen frente a
De ahí que las preguntas que hoy nos hace- diferentes objetos y aspectos de la vida social.
mos frente a la juventud pasan frecuentemente Esta relación es empíricamente observable, ya
por los consumos culturales y en particular por que lo dicho por los artistas, que son figuras vi-
el consumo de obras musicales. Como señala sibles al interior de culturas juveniles, se relacio-
De Garay: “La música se constituye así en un na con los discursos de los oyentes de los cuales
complejo entramado de sentidos; opera en las son parte. Las representaciones plasmadas en la
prácticas culturales de los jóvenes como ele- música popular tienen un asidero fuerte en el
mento socializador y al mismo tiempo como universo representacional del contexto que en-
diferenciador de estatus o de papel” (2004, p. marca la emergencia de dicha música. Con esto
1). Música y juventud se entrecruzan de distin- no pretendemos señalar que la música, o me-
tas maneras en la trama de nuestras sociedades jor, el discurso musical, crea mecánicamente los
contemporáneas, en donde la circulación de otros discursos, sino que éste, al tener una po- 67
materiales simbólicos se caracteriza por una ve- sición visible y masiva, recoge y presenta unos
locidad que deviene en la saturación y posibili- significados que tienen una cierta legitimidad en
dad de las mixturas. los oyentes, quienes en el caso del rap recono-
cen a sus M.C. por la calidad y contenido de sus
De otro lado, hablar de la juventud, de una letras.
manera indeterminada, puede resultar impreci-
so y naturalizante, puesto que: “La juventud es ¿Cómo relacionar lo dicho hasta esta parte
un concepto hibrido, en movimiento y en re- con las Representaciones Sociales? Partamos de
configuración permanente, pues se trata de un las definiciones de Jodelet y Abric:
concepto vacío de contenido, en tanto no se
precise su contexto histórico y sociocultural” El concepto de representación social designa una
forma de conocimiento específico, el saber del
(Garcés, 2008, p. 1). Por ello, hablaremos en-
sentido común, cuyos contenidos manifiestan la
tonces de una cultura juvenil urbana específica:
operación de procesos generativos y funcionales
el hip hop; situada en un contexto espacio tem- socialmente caracterizados. En sentido más am-
poral determinado: la Bogotá contemporánea, y plio, designa una forma de pensamiento social
representada en unas obras musicales (álbumes […] La caracterización social de los contenidos
de rap) que han adquirido un cierto reconoci- o de los procesos de representación ha de referir-
miento dentro de la escena local. se a las condiciones y a los contextos en los que
surgen las representaciones, a las comunicaciones
En relación a la categoría de representacio- mediante las que circulan y a las funciones a las
nes sociales, Jean Claude Abric ha planteado el que sirven dentro de la interacción con el mundo
análisis de las estructuras representacionales de y los demás (Jodelet, 1988, p. 474).

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César Augusto González

Por su parte, Abric señala: La ciudad es musa


La representación funciona como un sistema de
interpretación de la realidad que rige las relaciones El rap llega a Bogotá hacia mediados de los
de los individuos con su entorno físico o social, años ochenta gracias a películas como Breakdance
ya que determinará sus comportamientos o sus o Beatstreet. Los jóvenes de clase media alta de la
prácticas. Es una guía para la acción, orienta las localidad de Suba serán los primeros en acoger
acciones y relaciones sociales. Es un sistema de esta música, la cual pasará a finales de la década
pre-decodificación de la realidad puesto que de- a ser central en la actividad cultural de los “par-
termina un conjunto de anticipaciones y expecta-
ches” del centro y sur de la ciudad, en particular,
tivas (2001, p. 13).
en las localidades Santa Fe y Ciudad Bolívar.4 En
Las representaciones funcionan, entre otras Bogotá aparecen dos bandas que son considera-
cosas, para interpretar la realidad, para moverse das por la crítica como las pioneras del género en
y relacionarse en ella. Así mismo, en cuanto que Latinoamérica: Gotas de Rap y la Etnnia, exponen-
cantera de sentido, se ponen en juego cuando los tes del gansta rap, una música caracterizada por
agentes elaboran sus producciones discursivas, la denuncia política y las historias sicariales del
cuando componen música y posicionan un men- gueto, representación transaccional del campo
saje al interior de un grupo social. Los individuos urbano popular.
comparten representaciones sociales, visiones,
posiciones e informaciones sobre la realidad, o El rap, con su rápida difusión en el sur, se convier-
más claramente, sobre objetos, sujetos y catego- te ahora en el trasfondo expresivo y político (en
rías sociales. cuanto el contenido de sus canciones) del baile, y
el gueto en el artefacto de sentido que articula los
recuerdos alrededor de la marginalidad como eje
[…] toda representación social es representación
de su narrativa (García, 2006, p. 141).
de algo y de alguien. Así, no es el duplicado de lo
real, ni el duplicado de lo ideal, ni la parte subjeti- A lo largo de los noventa y de la primera dé-
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va del objeto, ni la parte objetiva del sujeto. Sino cada del siglo XXI, los raperos en Bogotá —en
que constituye el proceso por el cual se establece
particular en la zona de la localidad de Ciudad
su relación (Jodelet, 1998, p. 476).
Bolívar y en la zona de las Cruces, territorios de
Los discursos de la música circulan a gran ve- donde han emergido los artistas más represen-
locidad cruzando fronteras y agrupando perso- tativos del género— han construido unos espa-
nas alrededor de ciertos significados sociales y en cios de producción y circulación de su música,
su viaje continuo van siendo apropiados y resig- ligados, entre otras cosas, a las políticas cultu-
nificados por los oyentes, quienes los leen desde rales de las administraciones locales. Escenarios
unos sistemas de interpretación que completan la como Rap al Parque, por ejemplo, son muestra
canción, la incorporan y la dotan de significado de ello; un festival al aire libre, financiado por
tanto para el agente como para el grupo. la alcaldía, que convoca más de 50.000 jóvenes

4 “[…] de todas las localidades, es quizás Ciudad Bolívar la que mejor represente el estigma que se cierne en torno a la
marginalidad, miseria y violencia del sur en Bogotá. Su nombre evoca automáticamente todos los males que puede sufrir un
espacio suburbano en una gran metrópoli: los mayores grados de hacinamiento por presión demográfica, inmigración masiva de
campesinos, altos índices de violencia, milicias guerrilleras y paramilitares en los barrios más altos, falta de servicios públicos,
altas tasas de desempleo e informalización del trabajo y decenas de pandillas juveniles […] El hip hop se ha nutrido de esta
estigmatización y su crecimiento vertiginoso desde finales de los noventa lo debe a estas representaciones, decenas de grupos
de Break dance y centenares de rap se pueden hallar en los mas de doscientos barrios de Ciudad Bolívar […] y son ellos el
arquetipo del ñero para la mayoría de los bogotanos; sólo basta ser adolescente y vivir allí para convertirse automáticamente
en él” (García, 2006, p. 124).

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cada año, en el que la denuncia al Estado está a ciudad: la ciudad escenario, la ciudad escuela y
la orden del día. la ciudad monstruo de mil cabezas. La ciudad es
escenario en cuanto las prácticas de los M.C. (y
La Bogotá de los bajos fondos ha sido un en general la de los sujetos que transitan por el
personaje exitoso en las producciones artísticas hip hop: bailarines, grafiteros, d.j.s.) suceden en
contemporáneas. Películas como “La Sangre y la el espacio urbano. Los ensayos, los toques y las
lluvia”, “Satanás”, “La sociedad del semáforo”, entre rumbas, como prácticas que sostienen la cultu-
otras, han logrado un reconocimiento masivo, y ra juvenil, en buena medida suceden en la calle.
con él, el posicionamiento de una forma de ver y No existen en la ciudad muchos bares de rap y
representar la ciudad. De la misma manera, no- los rutinarios trayectos callejeros de los raperos
velas como “Buda blues” o “35 muertos” han con- hacen de la acera misma una tarima en donde se
tribuido a consolidar una oferta cultural donde la actúa, se canta, se escribe y se produce arte. Así
ciudad del crimen es la protagonista. Este fenó- lo presenta la canción mi barrio, de los cantantes
meno de espectacularización del espacio urbano, Flaco Flow y Melanina:
y en particular de lo liminal, forma parte una di-
versa gama de producciones que encuentran co- “Caminando por las calles de mi barrio, saludando
rrelatos en diferentes partes del globo (Piénsese a la gente que veo a diario, el pueblo mi causa la
en la música grupera en México o en las pelí- calle es mi escenario, eh mi barrio”.
culas sobre la MS13, entre otras manifestaciones
artísticas). Lo liminal es inspirador; lo liminal es El rock y sus estrellas han optado por los es-
atractivo y funciona como materia prima para fa- tadios y los club, lo mismo que muchas de las
bricar épicas televisivas, cinematográficas, musi- estrellas pop; mientras los raperos nadan en el
cales y literarias. asfalto. Es fácil ver a algunos de los M.C. reco-
nocidos de la ciudad cantando en el septimazo o
En este contexto debemos entender el rap en eventos organizados por colectivos de raperos
bogotano, evitando caer, sin embargo, en dos o por la administración distrital. La facilidad téc-
posibles trampas: 1) Concluir que lo dicho por nica de hacer shows, dado que no se requiere de 69
el rap es una farsa mediática. 2) Olvidar que lo un backline costoso y aparatoso, facilita el uso de
dicho por el rap se debe también a la lógica de la ciudad como tarima. El M.C camina y canta, y
un campo (Bourdieu) en donde unos agentes es- escribe sus rimas en un bus.
pecíficos, orientados por una Illusio, buscan po-
sicionar unos bienes culturales que tienen condi- De otro lado aparece la ciudad escuela. El ca-
ciones materiales, simbólicas y sociales. La calle pital más escaso y valioso en el rap es la experien-
es el telón de fondo del rap. Todo sucede allí, ella cia, la cual sólo es legítima si se logra en la ciu-
contiene todos los personajes que parecen transi- dad. La calle es maestra, y en ella, los viandantes
tar sin rumbo por su fría espalda, lo que deviene son guerreros y sobrevivientes de un espacio sin
en que otros lugares sociales como la escuela, la ley ni justicia. El rap es anómico por convicción.
fábrica y el hogar no aparezcan en las tablas del No existe orden en la ciudad fría, en la ciudad
género de manera tan recurrente. de la sospecha. Sin embargo, tampoco hay salida,
ni propuesta; esto lo abordaremos más adelan-
Esto ya nos enfoca y nos acerca a la cuestión te. Mientras tanto, la gente del barrio continúa
sobre cuál es la ciudad de la que se habla en estas aprendiendo a vivir en una ciudad que no espera
canciones: la ciudad, hecha calle, es la musa, es a los desesperados:
el enemigo, pero también es el tablero en el que
se juega la vida. En ella, los sobrevivientes, los “Ey, barrio, guerreros legendarios luchando a dia-
M.C., escriben elegías a la sospecha y al frío. rio tras un salario el cual no alcanza ni pal diario,
muchos barrios pasan los calendarios y eso no es
En nuestro corpus identificamos tres núcleos precario, sube todo menos el salario” (Flaco Flow
centrales que organizan las representaciones de & Melanina, Mi barrio).

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Lo único que queda en la excluyente ciu- La omnipresencia del mal, del crimen, del
dad es aprender a sobrevivir aún en ausencia de frío, de la sospecha, hacen que la representación
destino: del espacio urbano choque con la aparente se-
guridad que se propone desde algunos aparatos
“Es de frialdad construida esta ciudad. Cuanto ideológicos del Estado. Ahora bien, esa ciudad
más quien quiera su destino cambiar, habrá que inclemente que amenaza por todos los flancos y
luchar, afinar la voluntad, prepararse y olvidar que deja sin salida y sin propuestas al rap que habla
no hay marcha atrás” (Diana Avella, Vida). de familia, de parche, pero también de la imposi-
La ciudad del rapero es la ciudad de la noche, bilidad de confiar en el otro.
el lado oscuro del espacio urbano en el que sólo
existen los fantasmas:
El gueto en distintos colores
“Sólo sombras quedan de una noche fría, cami-
nando al compás de una sinfonía de grillos, a esa La categoría del gueto viene desde la antigüe-
hora sólo parchan pillos, como en el oeste con el dad, pasando por el Medioevo, hasta llegar a la
dedo en el gatillo” (La Etnnia, Nocturno).
Modernidad, en donde se identificó con el barrio
Por último, aparece la ciudad monstruo de judío de las ciudades de Europa. Después de la
mil cabezas, en donde no es posible tener cla- Segunda Guerra Mundial éste representa la segre-
ro hacia donde va la vida y en donde nadie vela gación, voluntaria o involuntaria. Sin embargo, la
por la seguridad de nadie. Esta representación se historia del término ha adquirido muchas formas
relaciona con la manera en la que todos imagina- a lo largo de los siglos XX y XXI. En particular
mos Bogotá: una selva de cemento en donde el en el rap se ha adoptado como la forma de de-
vínculo social es débil y los sujetos deben, por sí signar el espacio popular urbano. El gueto —en
solos, encontrar el camino para seguir adelante: nuestra música— es una categoría transnacional,
mediatizada a través de la música, los grafitis, los
70 documentales, videos y películas. Lo interesante
Sigue pasando el tiempo en la ciudad fría. Nadie
sabe donde va la vida. Entre suspiros, miedos y es que si bien es una categoría para designar lo
desdichas. No, no, no, no, no. Sigue luchando por territorial, funciona más allá de lo local y puede
encontrar la salida. Nadie sabe donde va la vida. tener distintos sentidos y funcionar para nom-
Entre suspiros, miedos y desdichas (Diana Avella, brar diferentes escenarios al interior de la discur-
Ciudad Fría). sividad del rap.
La desconfianza es el olor de la ciudad: “En El gueto es el barrio del M.C., pero es tam-
donde todos andan como un gallo fino a la de- bién otros barrios con condiciones de exclusión
fensiva, rodeados de killers, multitudes intranqui- y desigualdad estructural. El gueto está en la cár-
las” (La Etnnia, La ciudad de la sospecha). Algo cel, en las correccionales, en el ICBF, en la tele-
particular de la ciudad imaginada en el rap es que visión, en las imágenes mediatizadas de la mara
en buena medida el enemigo no tiene rostro. Se Salva Trucha y del barrio La Perla en Puerto
habla de los maleantes, de los políticos, de un Rico. Cejaz Negraz, líder de la agrupación Fondo
peligro sin forma que habita en los amigos, en Blanco, en una de sus canciones como solista,
el aire, pero que no es nombrado en cuanto es canta lo siguiente:
multiforme y omnipresente:
Yo represento toda la people en los guetos, en las
“Cuida tu equipaje en la ciudad salvaje, ciudad in- prisiones, en los corregimientos, los internados
segura croni crónica pura, ciudad de la sospecha donde el corazón sagrado acaricia los niños y no
donde el mal ejemplo acecha, sospecha, donde el como el viento […] los enfermos en los hospitales,
crimen siempre acecha, parado en la ciudad de los a esos chingas perdidos en la calle […] represento
temores” (La Etnnia, La ciudad de la sospecha). el barrio donde las ratas los rompen en el norte

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Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro

[…] los latinos en mis conciertos, la mara, netas abordarlos. Un escucha desprevenido sentirá una
king… yo represento la olla y los que habitan en cierta homogeneidad al interior de los textos del
ella (Gueto, Fondo Blanco, 2011). rap. Ésta, sin duda, se debe a la frontera semióti-
No puede ser más ilustrativo el fragmento de ca en donde se define qué es y qué no es conside-
la canción que acabamos de citar. El gueto, de rable como rap, la cual es muy marcada, a contra-
lo local a lo global, se convierte en una imagen mano de un mundo que cada vez es más proclive
multiforme para representar la marginalidad, la a la fusión y a la ruptura de diferentes elementos
desigualdad, la pobreza, la ilegalidad y la resis- estéticos y discursivos. Tal es la manera de operar
tencia. Por ello, al interior del género la compe- del género como construcción no sólo estética
tencia se abre para poder retratar el gueto de la sino también ideológica.
manera más “real”. Al ser el gueto un tipo ideal Lo que debe ser el gueto no admite discu-
del barrio, en sentido weberiano, los M.C. termi- sión; y si bien, en la realidad de a puño los ra-
nan reproduciendo unas homologías que si bien peros viven en el barrio, con todas las discon-
no están construidas sin fundamento, obedecen tinuidades, mezclas y contradicciones que eso
a una ficción estándar y multinacional de los implica, sus canciones parecieran habitar en la
sectores populares. En el gueto sólo hay noche, espectacular categoría del gueto que homoge-
sólo habitan pillos y madres cabezas de familia, niza el barrio latino en Harlem, con el barrio
desplazados y desempleados, lo cual omite otros Paraíso de Ciudad Bolívar.
sujetos que también habitan el barrio y tienen
actuaciones distintas a las que aparecen en las
canciones. Sería interesante oír a los M.C hablan- La imposibilidad del vínculo:
do de los procesos comunitarios, de los jóvenes utopía y distopía en el rap
estudiantes que sacan adelante sus carreras, y de
los microempresarios, entre otros personajes ba-
Aunada a la representación de la ciudad como
rriales, quizás menos espectaculares, pero tam-
gueto está la representación de la socialidad, en- 71
bién reales. Con esto no busco minimizar la ex-
tendida como la forma en que se explicitan las
presión legítima de estos artistas, la cual respeto
relaciones sociales. Aquí se evidencia una repre-
profundamente, pero quisiera evidenciar que en
sentación del sujeto urbano y de la manera en la
la discursividad del rap operan categorías repre-
que se construye con y para el otro. Los persona-
sentacionales y dispositivos de control al interior
jes del rap son solitarios, desencantados, ausentes
del campo, que hacen que los textos que allí se
de vínculos. Todos hacen consciente la necesidad
proponen vengan predeterminados y se cons-
de fortalecerse y de construir un destino que ve
tituyan como relatos de un barrio imaginado
el sueño comunitario como algo inalcanzable.
transnacionalmente, a partir de la experiencia en
lo liminal de la ciudad. De esta forma, el gueto
Es que uno viene sólo al mundo, igual se va uno
aparece como una representación fragmentada y
como el universo, como el cielo, y el momento que
unilateral de la sociedad del barrio. pasó como el sol irrepetible, única unidad divisible
para los demás, mas si le pones uno, uno es el co-
Mas allá del rap, resulta interesante ver cómo
mienzo y pase, es mi dios soy rap y yo uno como
—a la manera del hecho social de Durkheim5—
el gobierno y la corrupción (Juan Habitual, Versos
en las formas de pensar y sentir la ciudad en la con números, 2007).
música operan moldes culturales que se repro-
ducen gracias a las demandas del campo musical No existe oportunidad para construir una
que predetermina unos temas y enfoques para utopía colectiva, por el contrario, se propone el

5 Tal como es representado por el autor en Las reglas del método sociológico.

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egoísmo como la única forma de palear la ciu- ser la presa o cazar, depende de cada cual estando
dad de la sospecha. Hago énfasis en palear por- mal, que el destino de cada quien es como un jue-
que pensar la victoria es imposible al interior de go de azar. (Flaco Flow & Melanina, Vueltas son
este contexto discursivo, en donde no hay una vueltas, 2007).
orientación hacia ningún horizonte colectivo de El rapero es un sujeto solitario y la experiencia
carácter utópico: “Aunque la vida no sea lo que le hace descubrir la traición muy cerca:
se esperó, cada quien busca a su medida una so-
lución, detrás de la tormenta se esconde el sol no Los proyectos colombianos raíces negras y he llo-
habrá perdedor, no hay ganador” (Diana Avella, rado es por que tú y las vivencias me han enseñado
Ciudad Fría, 2010). que los que siempre he creído que están de mi lado
se les olvidó, monedas de cuero resultaron los hi-
De esto se colige que los amigos y los amo- jos del sol (Fondo Blanco, Tosco, 2009).
res son impensables en las líricas del rap; en ellas
impera la traición que tarde o temprano hará su En consonancia, La Etnnia propone en su líri-
arribo. “Malos muchachos, cuidado, las calles que- ca: “Aquí en el día, día nadie en nadie se confía, tú
man. Malos muchachos, muy pocos amigos afuera en nosotros, en nosotros nadie se fía. (La ciudad
[…] Número uno: en los negocios no involucres de la sospecha, 2008).
faldas; número dos: si es de un amigo, con tu vida
Discurso y práctica toman orientaciones dis-
pagas” (Juan Habitual, Malos muchachos, 2007).
tintas: la lírica es distópica, porque en la canción
A pesar de que los raperos son representados se renuncia al futuro, se destruye la posibilidad
como guerreros, en la calle, donde están sus pares, de la utopía; aunque en la cotidianeidad el parche
el honor no tiene ningún valor: “La palabra vale construya redes sociales y proponga formas de
en el tiempo de saldar cuentas si hay plata, lujos y organización para la gestión cultural, como es el
joyas mujeres contentas” (Flaco Flow & Melanina, caso de los colectivos: Crack Family, Contrapeso,
Vueltas son vueltas, 2008). Ante este panorama tan Revolución Artística Popular, Mesa de Raperos
72 egoísta y anómico, resulta muy interesante pensar del Amparo, entre otros. Reiteramos la visión
los colectivos de artistas que, al parecer, son nota negativa del rapero, en relación al vínculo social,
común de la actividad artística rapera de las lo- con el siguiente fragmento de la canción noctur-
calidades. Esta fractura entre discurso y práctica no de la agrupación La Etnnia:
no puede ser abordada acá, pues desbordan los
alcances de este artículo; no obstante, podría ser Es hora de tener cuidado, donde está parchado hay
un tema interesante para futuros trabajos. más de uno entonado, mejor andar sólo que mal
acompañado, no se fía él de nadie y así anda relaja-
La oda constante a la desconfianza se relacio- do, con estimulante que fluye por su sangre camina
na con el hecho de que buena parte de los perso- solitario haciendo su balance, y la nicotina irrita su
najes del rap obedecen a la figura del gánster y, en retina, no le falta la línea de blancalina, que agita,
muchos casos, son mezcla de M.C. y pandilleros cruza el carro y luego le pita, no importa, no les
(Fondo blanco, Roberto Bruto, 2009). Así, la ló- debe nada pero evita (Nocturno. 2008).
gica de la pandilla se extiende a la vida social, ha- Diana Avella, en su canción aduladores, parece
ciendo que la posibilidad de construcción colecti- asentir la propuesta de sus colegas de La Etnnia.
va no exista, a diferencia de los procesos reales de Veamos:
los raperos, en donde se evidencian procesos de
organización social y de generación de vínculos Cuál es la intención: ganar a toda costa sin impor-
para la producción y difusión musical. tar perdedor, un mundo de competición, creado
de avaricia, perfecto para quienes aman la hipo-
Confianza en dios, ya nadie confía en vos; faltones, cresía. La verdad sea dicha y sin temor afirman:
en este negocio como arroz, no hay tiempo para hay que cuidarse más de los que ofrecen amistad
llorar, sólo tienes que enfrentar, morir o matar o (Adulaciones, 2010).

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El hermano, el vecino, el allegado, podría ser Veamos lo que señala Martín Barbero en su
el enemigo; como Fredo y Michael, los persona- texto Desorden cultural y palimpsestos de identidad:
jes del padrino, quienes son invocados por JHT
¿Con qué queremos que sueñe una juventud ali-
para representar la imposibilidad del vínculo fra-
mentada cotidianamente —no sólo y no tanto en
terno. Un elemento constitutivo de la discursi- la televisión sino en la casa, la calle, en el traba-
vidad del colombiano es la propensión al atajo jo— con el afán de lucro fácil, con el dinero y
y a la trampa. Seguramente, estos elementos se el confort como valores supremos, con la confu-
manifiestan en diferentes contextos culturales, sión del inteligente con el listo, es decir, con el
pero en el nuestro han devenido en la naturali- que sabe engañar y trepar rápido, con la corrup-
zación de algunas categorías comprendidas por ción como estrategia de ascenso tanto en la clase
todos y reproducidas en la imaginería popular. política como empresarial? ¿Qué entusiasmo por
Desde el lenguaje se reproduce una visión que los proyectos colectivos le están transmitiendo
privilegia la astucia más allá de la legalidad y los las derechas y las izquierdas? ¿Qué imágenes de
respeto a las normas le enseñan hoy unos ciuda-
valores ciudadanos. “El onceavo mandamien-
danos mayoritariamente tramposos, ventajistas,
to”: “la ley de la papaya” (a papaya puesta pa- aprovechados? ¿Qué experiencias de solidaridad o
paya partida), se convierte en un mandato ético generosidad les ofrece hoy a los jóvenes una socie-
que sustenta la traición y pone los medios por dad desconfiada, recelosa, profundamente injusta
encima de los fines. El rap retoma esta premisa y sin embargo estancada y conformista? (Martín-
del sentido común en la siguiente canción: “El Barbero, 2009, p. 23).
hombre se mueve y su filosofía es tome para que
lleve. Escuche bien, tome para que lleve, en la Los raperos están inmersos en unas condicio-
búsqueda del pan. Al precio del que sea y sus nes estructurales y simbólicas que los determi-
malas intenciones es muy difícil que se vean” (La nan, dándole sentido a su denuncia y conectán-
Etnnia, El allegado, 2010). dola con la sensación de vacío que experimenta
el sujeto contemporáneo (Taylor, 1994). En esa
Lo mismo encontramos en Diana Avella, otra situación, no puede esperarse otra cosa que una
73
vez en su canción adulaciones: “Un mundo va- variedad de relatos sobre la traición. Algunos de
cío, mata la sangre, llena la codicia, comercio de ellos terminan por naturalizar la mentira aunque
carne, son seres humanos vendidos y más. No otros la señalen.
hay que pensar, tener y comprar, vestir, reflejar,
Aunque la traición se reproduce como un ele-
oír y callar, ver y engañar, a donde camina esta
mento “natural de la vida social”, ésta es vista
humanidad” (2010).
como una falta a un código de honor que debería
El bien y el mal son dos categorías que apa- primar en las relaciones ente pares.
recen frecuentemente en el rap y están siempre
puestas en duda. Estar “parchado” en la margi- Canta, canta, canta el capo, paso de patrón a ser
nalidad, como dice La Etnnia, es no saber dónde un buen sapo, paso de traficante a ser un infor-
mante, que pasó con tu criterio de maleante. Es el
está el bien y en dónde está el mal. Esta crisis
día a día de mi Colombia fría y el patrón canta en
moral representa el carácter distópico y anómico la Fiscalía (La Etnnia, El Patrón, 2008).
de los letristas del rap, el cual no aparece desli-
gado de una situación macrosocial que se conec- Resulta interesante que en esta canción no
ta con la misma construcción de lo juvenil, que operen las vinculantes cívico ciudadanas, sino
debe ser vista hoy desde una perspectiva crítica las reglas éticas de la mafia. En el texto se habla
y cuestionadora. Autores como Auge, Reguillo, del criterio de maleante, aludiendo implícitamente a
Perea, Maffesoli, entre otros, han abordado esta un ethos en donde debería primar el honor más
crisis, conectando la increíble condición raquítica allá de la conveniencia personal. Parece contra-
de nuestras sociedades, simbólicamente hablan- dictorio que después de muchas canciones sobre
do, con las dinámicas juveniles contemporáneas. la traición se denuncie la falsedad, pero forma

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parte de la moralina del rap, y en general, de nues- ¿Por qué será que la sociedad está tan materialista?
tro contexto, en donde se heroiza al delincuente Si tú no tienes nada, no vales nada, si no tienes
pero se le castiga con todo el peso de la justicia dinero tienes que aguantar la necesidad; por qué
divina que siempre termina igualando los tantos. será que es tan fácil hablar de guerra y tan difícil
hablar de paz, por qué será que son muchos los
Aquí los personajes transgresores son vesti- que tienen poco y son pocos los que tienen más
dos con el mismo traje heroico de los personajes (Flaco Flow & Melanina, Atención).
de las narconovelas y los narcocorridos; pero al El tono pasional ilustra muy bien la sensación
final, como en una fábula moralizante, el bien que produce la palabra: sociedad, al interior de
triunfa sobre el mal, a pesar de la ausencia de estos discursos; sensación que claramente nos
normas cotidianas. ayuda a develar las representaciones desde las
cuales estos sujetos entienden el mundo social y
Un oficial atravesó ahora a la fuerza, le pidieron
su lugar en él.
documentos, recordó sus momentos cruentos, ra-
yados de actos violentos, ya en el piso, lo trataron Bauman plantea que la comunidad (2008) es
como rata, le dieron la de golpes, le dieron la de una palabra que produce una sensación cálida,
pata. Le decían: usted no es lo que dice ser, y él
mientras la sociedad parece ser el depositario de
comprendía que acababa de perder (La Etnnia,
Ilegal, 2008).
todas las penurias vitales. La sociedad, cercana a
la representación de la ciudad monstruo de mil
“Viviendo a toda” parece ser la consigna, cabezas, es una máquina difícil de transformar.
sobreviviendo a la ciudad de la sospecha, tram- En el rap se renuncia —por lo menos discursi-
peando para seguir vivo, corriendo en la ficción vamente— a cualquier utopía social. La denun-
agitada de un mundo hostil, pero siempre seguro cia y la anomia no devienen en propuesta, y el
que el castigo está cerca. Es una visión desen- corolario que se colige con esta tragedia urbana
cantada y marginal pero a la vez religiosa de la es que la salida, sin duda, es la atomización y el
vida misma. ensimismamiento del sujeto.
74

Anda a la deriva en la vida porque la traición a Por otro lado, la memoria supone una co-
él lo incentiva. Parte del castigo de tu fiel amigo. munidad de emociones, pero en Colombia pa-
Cuidado la llave puede estar contigo. Así es que te reciera no existir sino el sujeto fragmentado,
lo digo. Así te lo predigo. Parte del castigo de tu aislado y sin valores cívicos internalizados. En
fiel amigo. Cuidado, la llave puede estar contigo el caso de los jóvenes, señala Pérez Tornero que
(La Etnnia, El allegado, 2008). existe una tendencia a pensar lo juvenil desde el
aislamiento, lo que constituye en sí mismo una
trampa para avanzar en la formación de actores
sociales:
Los enemigos: la sociedad,
el Estado, la Policía, los medios El joven será el héroe retórico y falso de nues-
de comunicación y la fábrica tro universo cultural mientras se someta volunta-
riamente al aislamiento autocomplaciente que le
propone el sistema. Este aislamiento hace de él
Uno de los personajes centrales dentro de la un ávido consumidor y un inapetente sujeto que
discursividad del rap es la sociedad, la cual apare- ignora, por sistema, al otro (2009).
ce representada, al igual que el gueto, como una
categoría imaginada, compuesta por los otros, Esta observación crítica de Pérez parece ser-
por los que miran de soslayo al gueto. La so- nos de mucha utilidad para enfrentarnos a la
ciedad es la némesis del gueto, está al otro lado manera en la que los M.C. se representan a sí
del ring, señalando, corrompiendo, asesinando y mismos a lo largo de los textos del rap. Es ne-
excluyendo: cesario aclarar que el interés no es desvirtuar la

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intención del rap, pero tampoco sobre dimen- ritual de la canción Colombia, en la que ésta se
sionar la denuncia política de las culturas juve- personifica como madre, se convierte de nuevo
niles, sin pasarlas por el filtro saludable de la crí- en una denuncia que, dicho sea de paso, resulta
tica. Quizás JHT, al interior de nuestra muestra, muy acertada:
es quien más hace propuestas en sus canciones
y permite que la esperanza asome en la trágica Mi país, el más feliz según lo dictan las encues-
tas, en donde la música sólo habla de tragos y
poética del rap.
borracheras, donde el hombre promedio es de
color acerado, trabajos son campos disimulados
Hemos dejado que la cizaña nos ponga en contra de contrabando y humanos; amo Colombia, la de
de una tierra que para nada nos daña, fue la igno- los verdes paisajes, chocolate, changua y mujeres
rancia, no la lagaña, la que nuestra vista empaña sensuales, pero no miento cuando digo me cago
y no nos permite ver que puede haber un mejor en el mundo y que el himno nacional no es mi
mañana (JHT, Colombia). motivo de orgullo. Gobernantes latinos son puro
entretenimiento, es el chavo del ocho sin don
Al menos aquí asoma la esperanza de tras-
Ramón en el elenco (JHT, Veneno, 2009).
cender el tono trágico del género. De otro parte,
en el rap se proponen unas apuestas por enten- La desesperanza frente a lo político aparece
der la nación. Se habla de una Colombia desde retratada con el tono sardónico y agudo del M.C.
la perspectiva del M.C., resaltando algunos ele- En esta puesta en escena de la nación se resalta
mentos que configuran las representaciones que la pasión propia del nacionalismo (más que en mi
los raperos tienen del país. El tema Colombia, memoria mi corazón es el que te recuerda) matizada
de JHT, sintetiza algunos de estos rasgos que por la crítica de los procesos de reproducción
se resaltan al interior de las líricas del género. cultural y al desarraigo de los emigrantes, por
Transcribimos los apartes más significativos de falta de oportunidades económicas. Aquí se sue-
la canción: ña a Colombia en tonalidad de amor - odio. Se
pone en juego la anomia, desesperanza y des-
Colombia, báñame de historia y si nuestras ca- creimiento frente al Estado; aquí Colombia es 75
bezas sufren demencia que sólo tu permanezcas dolor, pero también es la inconsciencia de sus
en nuestras memorias (Nótese el tono casi reli-
habitantes, como propone la canción, en cuanto
gioso, como de plegaria). Colombia, Colombia
y si de mi memoria algún día te alejas, no habrá
representa la ausencia de identidad cultural y de
problema, mi corazón es el que te recuerda […] autoestima del colombiano. Esto forma parte de
En medio de las montañas, en lo profundo de las representaciones de identidad de los mismos
tus entrañas, tu vientre parió tus hijos y los ha M.C., puesto que ellos se auto afirman en nega-
endulzado con caña, crecimos con muchas ma- ción a los valores tradicionales y a las prácticas y
ñas, entre distintas calañas, con un destino que discursos que, según ellos, construyen al ciuda-
se ensaña en exiliar tus hijos hacia España […] dano promedio.
Colombia es la riqueza que tu no ves, Colombia
no es la pobreza que tu quieres ver, por que en José Gutiérrez, en su texto De la pseudoaristo-
Colombia no hay pobreza, en Colombia se ig- crácia a la autenticidad (1966), plantea cómo, en el
nora que hay riqueza, Colombia es aquella pepa uso del lenguaje, reproducimos una visión ver-
roja que todos quieren beber (JHT, Colombia). gonzosa de lo que somos, y reificamos nuestra
Algo que es muy importante resaltar es que subalternidad y sumisión. El autor señala:
esta canción es quizás la única en donde el tex-
Me da pena pero […] y luego soltamos la verdad
to se permite hablar de los contextos rurales. […] Así, a cada momento, reproducimos el viejo
Como hemos repetido, el rap —en pleno auge drama de América: el del humilde y bondadoso
de la renovación de la música folk, y en particu- indígena que llegado el caso y como consecuen-
lar para nosotros, de la música costeña—, es una cia de su falta de astucia, finca la verdad por
música citadina. En otra canción, el tono espi- encima de la arrogancia mentirosa del déspota,

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aún a riesgo de ser condenado al castigo de las señanza de la ley a los jóvenes M.C. De nuevo,
minas o las encomiendas (p. 39). JHT propone una escena crítica frente a los va-
lores tradicionales y la violencia cultural que él
El rap oscila entre la reproducción de esa su- identifica como flagelo nacional. Así mismo, en
misión, al pensar las juventudes urbano populares la canción La esquina, el mismo cantante presen-
como condenadas a la marginalidad, y la crítica a ta la calle como escenario de manifestación de
esa posición sumisa, al poner, en voz de JHT, lo político, como expresión de la inequidad, la
un llamado a la toma de consciencia del orgullo opresión y la insuficiencia del Estado. La voz ra-
patrio. El rapero de las canciones no es sumiso, pera percibe la falsa armonía de la seguridad de-
recordemos que es un guerrero, pero tampoco es mocrática hecha una guerra sin fin en el asfalto:
propositivo, ni la esperanza le da para ser visio- “Señor presidente, qué seguridad, su policía me
nario ni revolucionario. golpea con alegre maldad, quiso sacar del campo
De la misma forma que el rap propone una el fusil, pero trajo al asfalto la guerra sin fin, es la
manera de entender la ciudad y la nación, tam- esquina la que guarda nuestra política” (JHT, La
bién hace alusión a las instituciones del Estado. esquina, 2009).
Dentro de ellas, en particular, se habla de la Las alusiones a las instituciones del Estado
Policía como aparato represor que reproduce pasan también por la mención a la imposibilidad
una violencia estructural. El policía y el políti- de ejercer el derecho a la salud y la educación,
co son personajes recurrentes en las letras de las como parte de una política social insuficiente.
canciones que nos ocupan. Flaco Flow y Melanina, afro-colombianos des-
plazados, habitantes de Ciudad Bolívar y JHT,
Me empezaron a pegar patadas en el culo. Me otro habitante del gueto, ven desde abajo el pre-
trataron como si fuera su trapo sucio del tercer cario sistema de educación y salud:
piso a la puerta de la calle. Me llevaron con garro-
te los muy salvajes. Ningún ciudadano se dignó
Universidad soñó al graduarse, pero luego despier-
76 a ayudarme, sólo se limitaron a burlarse. En el
ta y piensa en la tierra; la educación superior no es
tanque la cosa no mejoró, hacinado juntamente
para pobres, cualquiera se presenta, por supuesto,
me encontraba yo. Conclusión: 24 horas de cala-
a la u del Estado, un cupo entre 300 y no fue el be-
bozo por hacer ni mierda, que grandioso (JHT, El
neficiado, luego en busca trabajos sin certificados
Odio, 2009).
(JHT, La esquina, 2009).
Más adelante, el M.C. complementa:
Necesitas atención y te mueres en el andén, por-
que la operación no la paga el Sisben, oh, qué bien,
Una tarde mi parcero Kávelo iba con una nena
tan bacano tener Sisben (Flaco Flow & Melanina,
en plena avenida y tropezaron, que mal, con mera
Atención, 2008).
garbimba; esto es un atraco ñero deme lo que ten-
ga, ya Kávelo le pasó su celular panela. Kávelo le Probablemente existan algunos “moldes”
contó al teniente el atraco que esa misma tarde él transnacionales que prefiguran la discursividad
sufrió, y sabe qué nos dice nuestro rey el paladín
del rap; sin embargo, en el caso de Colombia,
de la justicia y la de ley: tienen que andar armados
para defenderse y también para lucirse frente a sus
éstos adquieren formas particulares al resaltar
mujeres (JHT, El odio, 2009). la desigualdad estructural que más que ser una
ficción musical, es una verdad de a puño. Así,
La degradación ética de la Policía, ciertamen- nos vemos obligados a pensar cómo opera en
te fundamentada en la experiencia empírica, apa- este caso el poder perlocutivo (Austin) del lengua-
rece personificada en el consejo que el teniente je. ¿Qué incidencia tiene que un puñado de can-
da a Kavelo (otro rapero bogotano) en el Odio. tantes de un género subalterno como el rap esté
La masculinidad, asociada al ejercicio de la vio- cantando a la insuficiencia del Estado? ¿Se pro-
lencia, la ostentación traqueta del arma, es la en- duce algún proceso de movilización u otra ac-

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ción política práctica? Estas preguntas rebasan Esta crítica resulta muy aguda en cuanto va
la intención del presente estudio. No obstante, en contravía de los discursos que constituyen la
podemos apuntar que son muy pocos los proce- juventud desde los medios de comunicación. La
sos de reivindicación sociopolítica desarrollados propaganda de la empresa de cerveza Bavaria pro-
desde los grupos juveniles raperos, aunque por mulga: “Celebra colombiano que es como mejor
lo menos ellos siguen oficiando el noble oficio te ves”, slogan que acompaña la foto de una mu-
de la sospecha. Quizás, si pasaran de la denuncia jer joven, hermosa y semidesnuda. Ese modelo
a la acción habría posibilidad de ver de manera del chico cool, dueño del placer, es atacado por
más clara el poder instituyente de su música, sin la pluma mordaz del M.C., que evidencia en el
perder de vista que ésta no es, ni tiene porque mismo placer una atadura fundamental. Hay que
evaluarse en sus resultados políticos. decir que en medio de un panorama musical tan
raquítico, resulta interesante ver otras posiciones
Esta discusión nos permite traer a colación que debatan la construcción social de la juven-
lo planteado por Bourdieu sobre los artistas en tud. No obstante, y como es apenas predecible,
su texto El sentido social del gusto, donde explica el los raperos se debaten entre la crítica a lo masi-
lugar de los mismos artistas en el espacio social: vo y la intención de masificar su música. Esto se
hizo evidente cuando en una entrevista a la joven
Excluidos del poder político y económico, arro- cantante Electra, en la localidad de Kennedy, se
jados por la mayoría en la miseria dorada de la refirió a JHT como un vendido al sistema, por haber
vida de bohemio, los artistas encuentran en la
prensado varios discos y haber adulzado su lírica.
contestación simbólica del orden burgués que
los excluye (al menos tanto como ellos lo ex- Yo me sorprendí, dada mi alta estima del cantan-
cluyen) una manera de revertir simbólicamente te, pero luego comprendí que en la lucha por el
su relación hacia su situación objetiva, es decir, underground el enemigo es el que está más cerca
hacia la relación que se establece objetivamente a la posibilidad de la popularidad.
entre quienes detentan el poder y los artistas o
los intelectuales coaccionados a pagar la autono- Otra de los lugares sociales evidentes en las
77
mía que les es concedida por su desplazamiento líricas del rap es la fábrica. En la canción Pablo
hacia prácticas destinadas a permanecer simbóli- Gueto de JHT, inspirada en la canción Pablo
cas, sean simbólicamente revolucionarias o revo- Pueblo de Rubén Blades, se relata el desempleado
lucionariamente simbólicas (2010, p. 70). que pasa por la humillación de pedir trabajo. En
una escena casi kafkiana, Pablo Gueto es auscul-
Junto con la sociedad, la nación, el Estado y tado por las psicólogas de selección de personal:
la Policía, aparecen los medios de comunicación
como un nuevo enemigo, los cuales, para los Presenta la famosa prueba del polígrafo, escarban
M.C., homogenizan el pensamiento de los suje- en su alma, graban todo lo dicho, tiene buenas in-
tos. Raperos como JHT han ubicado un nuevo tenciones, quiere un fucking trabajo, tener seguro
némesis del hip hop: el reggaeton, como símbo- médico y comer como humano, lo manosean cual
lo del placer irreflexivo, tan adecuado a la lógica gusano, de su intimidad abusan, son los tiempos
pop de los medios de comunicación. de Pablo y su lucha injusta, inmunda (JHT, Pablo
Gueto, 2009).
Sírveme una copa más, borracho hasta el amane-
cer, la venenosa música que venden para tu ser, La imposibilidad de conseguir trabajo hace
con su poder te hacen creer un chico cool, a la que JHT, el narrador, coliga el destino de Pablo:
moda, y sólo eres uno más en una multitud sim-
plona, el modelo Pepsi Cola de pancartas y revis- Por muy bien que le vaya el seguirá siendo escla-
tas, tu modelo a seguir para lanzar a la vista o el vo, apto pa´ malos tratos y para empleos bara-
regaetonto con videos de mansiones y lujos, en tos, un sueldo mínimo no alcanza para estudiar
sus piscinas alquiladas y alquilados culos (JHT, Es ni mirar alto. Él desearía estudiar, la inteligencia
veneno, 2009). se va con códigos impuestos en la casa presiden-

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cial ¿Cómo paga pasajes? ¿Cómo paga matriculas? do su esfuerzo en algunos fenómenos puntuales,
¿Cómo puede aspirar a la vida que imagina? Pablo rumiando algunos lugares comunes, espectacu-
pueblo, no hay empleo, mas bien desempleo, hijo larizando la calle, asumiendo la imposibilidad de
del grito y la calle (JHT, Pablo Gueto, 2009).
la utopía, denunciando la violencia estructural
La inteligencia discursiva de los raperos, la de nuestro sistema, poniendo a la luz la ideolo-
que crea historias y metáforas, va contando la gización, a veces oculta, de las culturas urbanas
historia de un sector social específico, enfocan- juveniles.

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Polisemia No. 16, 64 - 78. Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Julio - diciembre de 2013

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