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MISERABLE AGENDA DE LA CONFIEP

Pedro Franke. Opinión.


Hildebrandt en sus Trece, 5 de julio del 2019.

La Confiep presentó la semana pasada su “Agenda País”. En una frase: no


tienen ninguna visión nacional sino apenas un listado de reclamos orientados a
que sus grandes empresarios ganen aún más dinero.
SIN MAS HORIZONTE QUE EL DINERO A CORTO PLAZO
Acá algunos de los temas en los cuales a la “agenda” de la Confiep se le ve muy
claramente el fustán de los negocios millonarios. La “agenda” tiene, por ejemplo,
un rubro llamado “automotriz”. ¿Es acaso que el Perú tiene alguna industria de
autos o la Confiep propone promoverla? No. Su única propuesta es que les bajen
los impuestos porque están vendiendo menos que el año pasado; aunque ya el
MEF les hizo una rebajita no les parece suficiente. La Confiep no dice una
palabra sobre la congestión de tráfico, la contamienación por humos, la urgencia
de una reforma del transporte y de promover la bicicleta. Sobre el tema del
transporte, a la Confiep no se le ocurre otra idea que facilitar el que ingresen más
carros petroleros a menor precio. Vaya visión de “país”.
Su balance y propuestas de las universidades privadas es igual de limitado y
sesgado. No dicen ni una línea sobre el problema de las universidades-estafa,
como Telesup o Alas Peruanas, que brindan una educación de pacotilla. Lo que
reclaman es más ventajas para que algunos vivazos hagan grandes ganancias
con ofertas educativas de ínfima calidad otorgando títulos en pocos años o
haciendo una educación a distancia sin requisitos mínimos, fórmulas que
Telesup y varias de estos sinvergüenzas han aprovechado para sus negocios.
También pide la Confiep que una universidad licenciada pueda abrir otras
carreras y otras sedes sin regulación previa, otra de las fórmulas utilizadas hasta
el hartazgo por las universidades-estafa al punto que se abrieron universidades
hasta en garajes o mercados y se abrieron carreras de medicina que son un
verdadero peligro público. Está claro que aunque de boca para afuera diga lo
contrario, la Confiep quiere traerse abajo la nueva ley universitaria y regresar al
sistema desregulado y mercantilizado al extremo que impuso Fujimori.
¿Investigación, calidad, ajuste de la oferta a las necesidades del desarrollo,
responsabilidad social? Ninguna de esos temas esenciales para un buen sistema
universitario forman parte de la agenda de la Confiep.
No faltan en la agenda de la Confiep varias de sus demandas de siempre. Para
la minería quieren que se recorte la consulta previa a los pueblos indígenas y se
reduzcan las facultades del ministerio del ambiente. Para las petroleras quieren
que se les facilite la deforestación y que el estado no declare nuevas Áreas
Naturales Protegidas donde ellas puedan hacer negocio. Para los grandes
pesqueros quieren evitar que se cobre algo justo por la explotación del recurso
natural, sentándolos donde el estado discute el ajuste de las regalías. Para la
agroexportación, quieren que sigan las exoneraciones tributarias y dejando de
pagar 300 millones anuales de contribuciones a EsSalud, lo que nos desfinancia
la atención a todos los asegurados. En energía, como la reguladora no hacen lo
que les conviene quieren sacarla del camino y piden la reorganización de
Osinergmin, con bajada de llanta de pasadita. Cada sector extractivo quiere
llevar más agua para su molino, o mejor dicho millones para sus billeteras, con
nuestros recursos naturales.
INFRAESTRUCTURA, PRIVATIZACIONES Y CORRUPCION
En el caso de la infraestructura, puertos y carreteras, la Confiep está en otro
mundo, uno en el cual no hay corrupción ni Odebrecht ni Graña y Montero. No
se han dado por enterados de las decenas de millones de dólares pagados en
coimas a ex presidentes, gobernadores regionales y alcaldes, del robo
sistemático reconocido por las grandes constructoras cuando ya no les quedaba
más remedio, de la trafa repetida de los arbitrajes arreglados por rufianes de
cuello y corbata. Nada de eso existe para la Confiep.
La Confiep es el gran gremio de los empresarios peruanos, incluyendo a las
grandes empresas encargadas de la inversión en infraestructura de las últimas
décadas, que formaban parte del “club de la construcción” pagando grades
coimas para robar miles de millones. Pero eso no les merece comentario alguno.
¿El que Walter Piazza era al mismo tiempo directivo de CAPECO y la Confiep y
cabeza del “club de la construcción” les parece irrelevante? En el momento
actual es indispensable hacer reformas a la gobernanza empresarial para evitar
que esto se repita a futuro. Pero la Confiep no aporta una línea al respecto.
No solo eso: la Confiep insiste en que bajo el mismo esquema de las Alianzas
Público-Privadas (APPs) gracias a las cuales pagamos unos peajes abusivos,
ahora se privaticen los hospitales Cayetano Heredia, Hipólito Unanue y otros en
Lima y Piura, que se privaticen las empresas de agua potable incluida Sedapal,
que se hagan APPs para colegios de alto rendimiento y “grandes bolsas” de
colegios. Es decir, reclaman que el mismo modelo con el que nos han robado y
nos siguen robando en muchas carreteras, se amplíe a otros sectores mucho
más difíciles de regular como los grandes hospitales y muy sensibles como el
agua y la educación. Irresponsables.
LABORAL: LA VERDAD YA SE PASAN
Hemos discutido antes, en estas páginas, la reiterada propuesta de la Confiep
de facilitar los despidos, algo en lo que insisten ahora trazando una ruta legal
para hacer lobby ante el Tribunal Constitucional. Para ellos el mercado laboral
es muy rígido, a pesar de que en los años pasados más de 200 mil trabajadores
hayan sido reemplazados por venezolanos peor pagados y explotados.
La cereza del pastel es su propuesta de que el estado le pague a las empresas
para que los trabajadores con contratos temporales pasen a ser trabajadores a
plazo indefinido. Es decir, para que las empresas cumplan su obligación legal de
contratar de manera permanente a quien cumple labores permanentes, ahora
quieren que les paguemos por eso. No señor, lo lógico en una legislación laboral
razonable es que los contratos temporales sólo puedan aplicarse a aquellos
trabajos que tengan naturaleza temporal. Evidente. Eso aquí ha sido
completamente desnaturalizado por la alianza Fujimori – Confiep con el objetivo
de que los empresarios puedan despedir a su antojo y así negar el derecho a la
sindicalización.
No cabe pagarles a los empresarios porque cumplan con lo que un régimen
laboral razonable debe establecer. Por el contrario, que la Confiep pida esos
subsidios es muestra de que están haciendo contratos temporales donde eso no
corresponde y que lo que hace falta es un cambio legal que ponga freno a esos
abusos.
PECADO POR OMISIÓN
Un buen gremio empresarial con visión de país debiera incluir los grandes temas
nacionales en su “agenda país”: la democracia, la lucha contra la corrupción, la
seguridad ciudadana, las relaciones del Perú en el mundo, la cultura en sus
múltiples expresiones, el cuidado del ambiente, el avance del conocimiento, los
derechos humanos y la equidad. Tratándose de la Confiep, no le pidamos peras
al olmo. A nuestros grandes empresarios les cuesta mucho levantar la vista de
sus abultadas cuentas bancarias; esta agenda muestra que a pesar de sus
millones su mirada tiene un alcance mucho más limitado que la CGTP.
Pero aun quedándonos en la esfera de lo económico, hay ausencias brutales en
la agenda de la Confiep. La innovación tecnológica, por ejemplo. ¿Cómo una
agenda económica al país puede no tomar en cuenta la sociedad de la
información, las comunicaciones que 4G y 5G, la robotización y la inteligencia
artificial? ¿Es que no pueden ver más allá de sus narices?
Si la Confiep no mira al futuro, como mínimo debiera considerar otras
experiencias de desarrollo. Pero su agenda no incluye para nada al sector
industrial. ¿Es que los avances económicos de China, como antes de Corea del
Sur y Japón, no les dice nada? El impulso a la diversificación productiva para
sumar otros motores a la economía, algo que ya está instalado en las agencias
mundiales y bancos multilaterales de desarrollo, les es totalmente ajena. No la
ven. Quieren seguir con lo mismo que siempre han hecho, sin mayor esfuerzo
creativo, pero reclaman que el estado les de más ventajas para elevar sus
millonarias ganancias. La palabra técnica para definirlos es empresarios
RENTISTAS.
Una pena. Es realmente lamentable que tengamos un empresariado que, en su
más alta representación y donde se concentran grandes grupos económicos
cuyos dueños han acumulado billones, presente una lista de reclamos orientados
a beneficiar a sus integrantes y sin ninguna visión de país ni propuesta de
desarrollo. Con todas sus debilidades el SUTEP, que esta semana se sumó a la
lucha por la igualdad y la educción con enfoque de género, yendo mucho más
allá de los intereses inmediatos del profesorado, podría darle a la Confiep
algunas clases que necesita a gritos.

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