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ID #000261139
No violencia y Transformaciones culturales NRC 986
Actividad 7 Ensayo crisis civilizatoria
Septiembre 18/2016
Una matriz hegemónica llamada cultura que se sostiene a través de prácticas en gran
medida indolentes conocidas como imaginarios sociales o atávicos los cuales son
transferidos de generación en generación, los cuales identificaremos junto la relación que se
da entre ellos mismos para establecer de cierta manera esta crisis civilizatoria a la que nos
referimos y al final enunciaremos los imaginarios atraviesan que atraviesan nuestra
cotidianidad.
Otro imaginario atávico es el que legítima la violencia utilizada por el hombre como
método para dominar y destruir el mal, violencia que surge con el sedentarismo como
dispositivo para protegerse de posibles invasiones en su territorio ya limitado y que con el
tiempo lo perfecciona como un dispositivo y mecanismo de defensa para la población
instaurado y manipulado por los poderes centrales bajo la idea de un Estado de seguridad,
generando miedo e incertidumbre permanente a sus gobernados, método que sostiene el
poder y encubre intereses económicos y militares a través de la creación de diferentes
estrategias con base en la construcción de enemigos y de amenazas de ataque por parte de
estos, haciendo cada vez más latente el riesgo de una guerra nuclear.
A partir del sedentarismo cambia la percepción del territorio al redefinirse como un espacio
limitado, emergiendo el “nosotros” y el “ellos” separados por líneas imaginarias que
establecen los de “adentro” como personas iguales y los de “afuera” como los distintos,
quienes son percibidos como los posibles invasores o enemigo de nuestro territorio,
estableciendo la crisis de fronteras, los límites y la construcción del enemigo y motivando
la dominación sobre los de afuera, sobre el otro y la división del ser humano en creencias,
religión, raza, genero, sexo, estado, pensamiento, modo de vida como elementos
diferenciadores que construyen líneas de separación a partir de este imaginario atávico,
obligando desde ese momento hasta la actualidad la legitimidad necesaria de la
confrontación. Un presente con un sistema económico caracterizado por un lado, en la
búsqueda de tumbar barreras que no permiten un flujo comercial y por otro en la creación
de muros que no admiten el paso de personas de una nación a otra, situaciones que crean
opuestos entre amigo-enemigo, especie humana-naturaleza, masculino-femenino, división
y dominación que ha dirigido al hombre a coyunturas extremas con su misma especie y con
la naturaleza traspasando sus límites al pensar que solo él puede disponer de los recursos
que hay en ella arrinconado a toda la especie de seres vivos.
Esta redefinición de territorio que nace del sedentarismo no es más que un espacio donde
circulan los “iguales” en raza, religión, cultura, Estado, Gobierno, idioma, historia, etc.,
acrecentando el imaginario de los iguales-unanimismo que genera seguridad y temor por
los “distintos” fortaleciendo una monstruosa xenofobia, pues se han constituido
nacionalismos simbólicos que agrandan cada vez más la brecha entre lo diferente.
Imaginario unanimista que se ha incorporado en el modelo económico de la agricultura con
la concepción y producción de monocultivos (semillas-insumos) aumentando la
dependencia hacia las transnacionales y poniendo en juego el equilibrio alimenticio de la
humanidad y la salud de las especies de seres vivos incluyendo al hombre al consumir
alimentos genéticamente alterados.
seguridad y la seguridad da poder, por esto fue necesario como todos los hábitos y
costumbres alrededor de la cultura construir un referente de la verdad a partir de una
imagen de superioridad y de divinidad, que a través del tiempo solo ha sido trasladada a los
escenarios de poder en cabeza de sus altos representantes, sean estos un Dios, Religión,
Estado, ley, ciencia e ideología política, una crisis de la verdad única y de la centralidad,
como única forma de ejercicio de poder. Una verdad centraliza y jerarquizada que no está
construida a partir de la colectividad o de un bien moral, sino que beneficia unos interés de
poder. Una concepción heredada desde la institución familiar donde educan a los hijos a no
dudar de la verdad de sus padres continuando con está percepción en todas las instituciones
y órdenes jerárquicos de la sociedad.
¿De qué forma se está expresando la crisis civilizatoria en el entorno profesional en que
usted se desenvuelve?
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Jaime Alberto Sánchez Zuluaga
ID #000261139
No violencia y Transformaciones culturales NRC 986
Actividad 7 Ensayo crisis civilizatoria
Septiembre 18/2016
Bibliografía
Elizalde, A. (s. f.). Paradojas y punto de fuga para una sostenibilidad posible. Revista de la
Universidad Bolivariana. Vol.3. No.9, 2004. Artículo. Recuperado de
http://www.redalyc.org/pdf/305/30500912.pdf