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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Cuando se habla de migración, se hace referencia al traslado de un grupo social; ya


sea humano o animal, desde su lugar de origen a otro lugar donde consideren que
mejorará su calidad de vida. Esto implica, reinventarse en una nueva vida, con un
entorno social , económico y político muy diferente al que habitualmente se estaba
acostumbrado y de esta forma , mejorar su hábitat , haciéndolo más propicio para su
subsistencia. Es un término de difícil definición a nivel internacional por el uso común
que se le dá. Muchos los usan para designar a cualquier persona que se traslada fuera de
su residencia habitual; ya sea dentro de un país o fuera, traspasando sus fronteras; bien
sea, temporal o permanente.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), creada en 1951, es la


principal organización intergubernamental en el ámbito de la migración y define a un
migrante como cualquier persona que se desplaza o se ha desplazado, a través de una
frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia
independientemente de: su situación jurídica, el carácter voluntario o involuntario del
desplazamiento, las causas de este desplazamiento o la duración de su estancia. (1)

La migración es un fenómeno presente a lo largo de la historia del ser humano.


Desde los primeros tiempos del hombre como especie, se ha tenido conocimiento de
diversas culturas o grupos humanos que han debido movilizarse de un territorio a otro
por diversos motivos: guerras, catástrofes naturales, alteraciones de orden político,
económicos, religioso, etc. Pero también, no es menos cierto, que la construcción de
muchos países modernos está íntimamente relacionada con la migración de gran parte
de su población. Esto nos lleva a pensar que la migración ha cumplido un rol muy
importante en la vida del hombre, siendo parte de la construcción de su historia,
aportando desarrollo en las culturas y economías de los diversos países.

En América latina, a lo largo del siglo XX, se observó grandes flujos migratorios
desde Europa a los países del llamado nuevo mundo. Países como Argentina y Estados
Unidos fueron grandes receptores de migrantes europeos a comienzos del siglo pasado.
México es conocido por su incesante paso de migrantes hacia EEUU; sobre todo, las
poblaciones limítrofes que han padecido los avatares del narcotráfico; Cuba ha sido
protagonistas de grandes movilizaciones producto de su dictadura; Chile protagonizó
una oleada de migrantes importante durante su inestabilidad política a mediados del
siglo pasado, Colombia también han sido protagonistas de múltiples migraciones, en su
mayoría debido al auge del narcotráfico que logró durante los últimos treinta años del
siglo XX una importante inestabilidad política y económica. Sin embargo, los flujos
migratorios se han modificado en el trascurso del tiempo de acuerdo a un sin número
de causas.

El tema de las migraciones continúa siendo parte de la realidad política, social y


económica de la región. Pareciera existir un divorcio entre los estados y los derechos
sociales de estas sociedades que viven con altos índices de pobreza, desigualdad social,
desempleo, inseguridad personal y que influye directamente en el auge que ha tenido las
migraciones en nuestra región.

Venezuela también ha sido receptor y emisor de migraciones a lo largo de su


historia. Desde la época de la colonia cuando llegaron los primero migrantes españoles;
que además venían con esclavos africanos, hasta las últimas migraciones forzadas más
recientes debidas a la situación de crisis que vive actualmente el país. Sin embargo,
nuestro país se caracterizó por ser un país receptor de inmigrantes provenientes de
Europa y América Latina, sobre todo a mediados del siglo pasado por su gran auge
económico. A principio del siglo XXI comienza a configurarse un nuevo proceso de
migración hacia diversos países del mundo como una nueva realidad en la historia
contemporánea de Venezuela resultado de una serie de cambios socioeconómicos
importantes que han sumido en una crisis voraz al país.

El Centro Global de Análisis de Datos de Migración se creó para garantizar que se


presenten datos precisos sobre el problema de la migración. En su Portal Global de
Datos Migratorios se reporta la cifra de 258 millones de migrantes en todo el mundo;
en el 2017, frente a los 244 millones del 2015. Para Venezuela, este mismo portal
reporta para el 2017, la cifra de 1.3 millones de migrantes. (2).La aceleración del flujo
migratorio en Venezuela en los últimos años, constituye un tema de estudio para
muchos siendo catalogada como el mayor éxodo de personas en Latinoamérica por su
condición de brevedad en que ocurre; así como, el número creciente de individuos que
afecta en forma abrupta y hasta ahora parece estar lejos de finalizar.
Se estima que 1 de cada 6 venezolanos habrá dejado Venezuela para finales de
2019.Esta proyección fue presentada en el Plan Regional de Respuesta para Refugiados
y Migrantes de Venezuela que prevé una nueva ola de 2 millones de migrantes a lo
largo de este año. Según la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los
refugiados (ACNUR) los venezolanos han estado abandonando su país durante años;
sin embargo, estos movimientos aumentaron en 2017 y se aceleraron aún más en 2018.
De acuerdo con estimaciones de las que se dispone, un promedio de 5.500 personas han
estado abandonando el país cada día en 2018 y se pronostica que para finales de 2019
más de 5 millones de venezolanos se encuentren fuera del país. (3)

La migración ha sido hacia diferentes países del mundo; sin embargo, la mayor parte
se ha quedado en el continente americano. Hasta la fecha, la mayor parte de los
migrantes de Venezuela han llegado a la vecina Colombia como principal país receptor.
Si bien muchos se han quedado ahí, otros han seguido con su travesía, rumbo a
Ecuador, Perú, y en menor medida rumbo a Chile y Argentina. Brasil se ha convertido
en un punto de destino importante y México, el Caribe y los países de Centroamérica
hasta ahora han sido testigos de un número menor de llegadas, ya sea directamente o a
través de movimientos secundarios.

No existe un marco conceptual común que dibuje un escenario homogéneo para


encontrar una explicación de porqué se movilizan las personas, por qué se desarrolla de
una u otra manera el proceso que va implícito en la movilidad humana y sus respectivas
consecuencias. En este sentido, entre todas las aristas incluidas en el estudio de las
migraciones, se debe poner énfasis tanto en la conducta del individuo como en el
entorno del cual es parte. (Castillo. 2017). El núcleo del qué depende o la motivación
principal por la que se origina la movilidad humana podría resumirse en una premisa:
“mejorar la vida presente” (Malgesini, 2012).

La migración constituye un medio para mejorar la calidad de vida y trae consigo un


considerable potencial de desarrollo para los migrantes y sus familias; sin embargo, la
realidad de la migración plantea otros retos al individuo que van desde la separación de
sus familias por largos periodos de tiempo, los diferentes cambios en las funciones de
género intrafamiliares, dificultades de integración, entre otros problemas
psicosociales. Esta población es susceptible a múltiples trastornos psicológicos por lo
expuesta y vulnerable que está; el desamparo que a veces puede tener, la coloca como
presa fácil para la violación de sus derechos humanos y con mucha frecuencia se ha
observado actitudes xenofóbicas que empeoran el área psico-afectiva de la persona.

En los países de destino, en su mayoría los inmigrantes son estigmatizados y a veces


hasta excluidos socioculturalmente, muchos de ellos solo van en busca de un mejor
futuro, que le garantice una mejor condición de vida y por lo general un empleo más
estable y de mejor remuneración. Según Lucena (2007:08) la aspiración de un migrante
es ¨ ingresar a un trabajo que provea las condiciones para el desarrollo personal,
profesional y el sustento necesario para un mínimo de bienestar¨

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